P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

FLOS SANCTORUM


 

Celebraciones en el tiempo de Navidad

Octava de Navidad - 1


Nace Dios, el tiempo nace


El día 1 de enero es la Octava de Navidad, civilmente en nuestro calendario el Año Nuevo. La liturgia se place en contemplar a María, Virgen y Madre, que Dios la quiso como necesaria en este Misterio. La gloria de Dios la asume y envuelve, y nosotros adoramos este misterio divino. San Atanasio de Alejandría (ca 296-373), teólogo de la Encarnación, tiene la palabra en el Oficio de lectura, para acercarnos a las maravillas de Dios.

“… Por lo tanto, el cuerpo que el Señor asumió de María era un verdadero cuerpo humano, conforme lo atestiguan las Escrituras; verdadero, digo, porque fue un cuerpo igual al nuestro. Pues María es nuestra hermana, ya que todos nosotros hemos nacido de Adán” (Carta a Epicteto).

Hace 40 años el Siervo de Dios Pablo VI instituyó el 1 de enero como Día de la Paz: “Nos dirigimos a todos los hombres de buena voluntad para exhortarlos a celebrar «El Día de la Paz» en todo el mundo, el primer día del año civil, 1 de enero de 1968. Sería nuestro deseo que después, cada año, esta celebración se repitiese como presagio y como promesa, al principio del calendario que mide y describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la Paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura” (Pablo VI, Mensaje del 1 de enero de 1968).


Nace Dios, el tiempo nace,
lleno de gracia y verdad:
Jesús es mi santidad,
y el Padre en él se complace.

Nace Dios, la vida nueva,
la toda pura alegría,
y en el seno de María,
Dios se da en la nueva Eva.

Nace Dios, mi dulce hermano,
poderoso Redentor:
hemos tocado el amor,
al tocar a Dios humano.

Nace Dios, y en Él nacemos,
Camino, Verdad y Vida:
transidos en su venida,
exultemos y adoremos.

Nace Dios, mi intimidad
y al ser en él acogido (a),
eternamente querido (a),
comienza mi eternidad.

María, hermana en Adán,
Madre del Verbo Encarnado,
beso tu seno adorado,
que guarda al divino Pan.

¡Jesús del hombre en Belén,
paz de Dios, que al mundo llega,
tú eres el alfa y omega,
gloria a ti, mi Dios, mi Bien! Amén.


Puebla, 1 enero 2008