Himnos de Adviento
Días feriales - 9
Suave
esperanza de Adviento
Este himno reflexivo meditativo gira en torno a estas palabras, que dan el
tono íntimo al Adviento como tiempo de “expectación gozosa y alegre”:
esperanza y espera; llegada y visita; presencia; promesa y regalo; bella
alegría; vida y vivencia.
Ayer abría el Santo Padre Benedicto XVI el Adviento en las primeras
Vísperas con una sencilla homilía reflexionando en este conjunto de
palabras, que marcan el tono del Adviento.
“Reflexionemos brevemente sobre el significado de esta palabra [Adviento]
que puede traducirse con ‘presencia’, ‘llegada’, ‘venida. En el lenguaje
del mundo antiguo era un término técnico empleado para indicar la llegada
de un funcionario, la visita del rey o del emperador a una provincia. Pero
podía indicar también la venida de la divinidad, que sale de su
escondimiento para manifestarse con potencia, o que se celebra presente en
el culto. Los cristianos adoptaron la palabra ‘adviento’ para expresar su
relación con Jesucristo: Jesús es el Rey, entrado a esta pobre
‘provincia’, denominada tierra para visitar a todos…”
“El significado de la expresión ‘adviento’ comprende, por lo tanto,
también el de ‘visitatio’, que quiere decir simple y propiamente ‘visita’.
En este caso, se trata de una visita de Dios: Él entra en mi vida y quiere
dirigirse a mí”.
“El Adviento, este tiempo litúrgico fuerte que estamos comenzando, nos
invita a detenernos en silencio para percibir una presencia. Es una
invitación a comprender que cada una de las vivencias del día son señales
que Dios nos dirige, signos de la atención que tiene para con cada uno de
nosotros”
1. Suave esperanza de
Adviento,
que el corazón alimenta:
esperanza que a Dios trae
germina en gozosa espera.
2. Dulce visita en el alma
de quien nos ama y desea,
sea cordial la acogida,
y el pecho su casa abierta.
3. Honda presencia anhelada:
Dios ha tendido su tienda
y va a morar con nosotros,
cuando venga, en una aldea.
4. Luz y promesa del Padre
en labios de los profetas;
la promesa es ya regalo
por gracia de una doncella.
5. Bella alegría que inunda
en silencio nuestras penas;
seas mi gozo y mi paz,
que nadie quitarla pueda.
6. Íntima vida y vivencia
que en silencio se aposenta,
Adviento de intimidades,
de amor, anhelo y pureza.
7. ¡Ven desde el seno divino,
Alegría de la tierra,
esperamos adorando
y adorarte es nuestra fiesta! Amén.
Puebla, 29 noviembre 2009, Domingo I de Adviento.
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