GUERRA
DEL PELOPONESO
a)
Grecia
clásica
b)
Tucídides
c)
Guerra del Peloponeso de Tucídides
La
historia de Grecia, desde el s. VIII a.C[1]
hasta que fue conquistada por Filipo II de Macedonia el año 338 a.C[2], fue la historia de las ciudades-estado rivales, que se turnaban la hegemonía
sobre el resto de ciudades. Esparta, Tebas, Atenas, Olimpia, Corinto y Argos,
componían el mapa griego antiguo, aunque Esparta y Atenas sobresalían bastante
sobre las demás.
Entrando
ya en el s. V a.C, la historia griega (o Grecia Clásica) fue la historia:
-de
la resistencia contra los persas, y de la satisfacción helénica por sus victorias
externas e independencia sobre la zarpa oriental[3];
-de
la resaca y nostalgia
interior, no obstante la euforia exterior, por lo que un día se fue
en polis, apoikias y auge comercial, y que por propias rivalidades internas se
estaba empezando a perder
Así
pues, pensadores como Sócrates y Demóstenes, artistas como Policleto,
historiadores como Tucídides (puentes hacia la nueva escuela macedónica del
norte)... intentaran unir ambos polos, exterior e interior, mediante una única,
diferente y tradicional, cultura y pensamiento
panhelénico[5].
Es la época de la seriedad y la madura reflexión, sin opción a poder volver a
equivocarse.
Así,
la Grecia Clásica supuso el conflicto y la posterior necesidad de fusión de
dos modelos
políticos:
-de
Atenas[6],
principal enclave griego hacia el Egeo, y que se había convertido en la líder
política indiscutible de toda Grecia, dirigiendo al resto de ciudades-estado en
las Guerras Médicas contra la invasión persa del 480 a.C.
-de
Esparta[7],
situada en el sur del Peloponeso, que había conquistado a su vecina Mesenia, se
había anexionado la mayoría de enclaves cercanos, y derrotó a Atenas en las
civiles Guerras del Peloponeso, como líder militar indiscutible de toda Grecia.
No
obstante, incluso después de haber cedido su hegemonía a Esparta[8],
ni Atenas ni Esparta conseguirían seguir siendo ya centros de unión políticos
de Grecia, sino que este peso recaería en Macedonia.
La
heroica resistencia de los griegos contra los persas, y la satisfacción
por la victoria conseguida, habían dado a la Grecia clásica un matiz de
confianza en el valor del ciudadano griego[9],
del camino histórico emprendido[10],
de reconocimiento hacia las divinidades protectoras de las polis[11],
de supremacía de todo lo griego sobre lo demás[12].
Por otro lado, las penurias y agotamiento sufrido por propias luchas
intestinas, en las Guerras civiles del Peloponeso, sembraban de dudas todo lo
anterior, y llenaba de sombras
la política interna y los resultados históricos anteriores. La “ciencia histórica”
tenía ahora que responder a los desafíos, cosa que hará Tucídides, retomando
el testigo de Herodoto, y que en épocas pasadas había hecho la ferviente
mitología y culto religioso.
No
se perdió la madurez adquirida del sufrimiento y las batallas, pero esa paideia-sentido griego diferenciador quedó ensombrecida por el agotamiento
y la decepción. La niké de Maratón
y la traición espartana quedarán reflejadas, una y otra vez, en la mente y en
las manos de los pensadores e historiadores.
Grecia fue un pequeño pueblo dotado de un admirable
espíritu para las más variadas manifestaciones culturales[13].
En todas las ramas que cultivó, Grecia dejó marcada una profunda huella
genial. Se puede decir que Grecia fue la cuna de la cultura occidental, y la razón,
la medida de todas sus cosas[14].
A Grecia se debe la formulación de las nociones fundamentales del saber
con una precisión
inigualada[15],
la mayor parte de las tendencias que de una manera u otra impregnan la historia
universal[16],
la distinción y fijación de las partes de la ciencia, sus problemas y métodos
de investigación[17].
La literatura, la política, la historia, la matemática… todo estuvo
impregnado de este sistema racional, todo debía reflejar aquellos cuatro conceptos universales que los
griegos habían ido descubriendo a lo largo de los siglos: la unidad, la verdad,
el bien, la belleza.
De
todos los elementos analizados, tanto en los textos clásicos como en los
precedentes y en general, podemos deducir un axioma: el hombre estaba en el
centro de todas las cosas.
No
era “la medida de todas las cosas”, como decían los sofistas[18],
ni tampoco ese “perro que ladra a quien no conoce, que como asno, prefiere la
paja al oro, y que se dedica a llenar su vientre como una bestia”, como decía
Heráclito[19].
Se puede decir que Grecia logró poner al hombre en el centro de todas las
cosas.
En
la Grecia clásica, la ciencia histórica griega significó una revolución en
la sociedad, un nuevo lenguaje a la conquista de la figura humana que se podía
perder, un reflejo escrito de lo que debía ser la naturaleza y espíritu
humano.
Ciencia
histórica que, por otro lado, no debía contradecir el realismo, sino acompañarle
en el camino, ajustar su funcionamiento, perfeccionar su lenguaje, suprimir lo
contingente. Se trataba de mostrar que el hombre griego estaba por encima de lo
demás, era el centro de todo lo demás.
El género historicista griego fue la ciencia que trató de buscar
el argé-principio de los sucesos históricos[20],
continuado en unos eshatons-hechos
decisivos, y con capacidad final para explicar el sentido
del proceso. Y se puede decir que lo encontró. Para ello fue
necesaria la elaboración de un método histórico, que ya había
tenido dos precedentes metodológicos:
-los
precedentes matemáticos[21],
-los
precedentes filosóficos
En el campo de la historia, el “eterno retorno” de los conocimientos
geográficos e históricos, y el fuerte dualismo materia-espíritu conceptual,
también pusieron su sello en la historiografía griega. Se puede decir que la
necesidad de entender el universo fue una de las escasas constantes en las
sucesivas evoluciones historicistas[23].
Desde
los comienzos de su historia, Grecia se dio pronto cuenta de que su vida social
necesitaba ser llenada con cultura. Fue así como comenzaron a potenciarse los
juegos olímpicos y la fiesta de las panateneas[24].
El género y
la tragedia, en forma de competición, fomentó una verdadera
conciencia ciudadana y un sano sentimiento afectivo hacia la ciudad[25].
Controvertido
en Grecia fue, en cambio, el concepto de mujer. Es verdad que
por algún tiempo no llegó a alcanzar ni siquiera el status de ciudadana, y que
la mayor parte del tiempo debía estar recluida en casa, en la habitación más
interior posible.
Pero
eso sí, y a diferencia del mundo oriental, la mujer griega empezó a tener en
sus manos la administración de la casa, el control de los esclavos, la dedicación
al tejido familiar. Se puede decir que dos fueron las concepciones griegas
respecto a la mujer:
-la
de Platón[26],
[26],
para el que la virtud de la mujer estaría en las labores de las casa y en su
servicio a la sociedad, como propiedad estatal que son, y prestación que tenía
que ofrecer en tiempos de guerra.
-la
de Jenofonte[27],
[27],
para quien la virtud de la mujer estaría en esperar al marido, y en prever todo
para que éste estuviese libre para otras cosas.
Atenas,
fundada por los jonios en el s. XI a.C. en el centro de la Atica[28],
comenzó siendo una zona pobre y de escasas cosechas, por lo que no fue de gran
interés.
Sin
embargo, pronto Atenas empezó a consolidarse como un propio estado,
posiblemente cuando se llevó a cabo la unificación
del Atica. Las diferentes comarcas y aldeas pasaron entonces a depender de un
centro urbano implantado a los pies de la acrópolis ateniense, y los problemas
que empezaron a originarse de superpoblación fueron solventados gracias a la
expansión territorial.
Atenas
creció rápidamente hasta hacerse con el control de todo el comercio
del Egeo. Esto perjudicaba a otras ciudades de la zona, como Corinto o Megara,
que pidieron ayuda a Esparta, tradicional enemiga de Atenas por causas políticas:
mientras Esparta era partidaria de la oligarquía, Atenas favorecía la
democracia.
Una
serie de batallas
entabladas desde el año 431 a.C. hasta el 404 a.C (ya sabemos cuáles),
supusieron la supremacía final militar de Esparta sobre Atenas.
Pero
a pesar del espíritu democrático de la vida ateniense, Atenas fue un estado
esclavista, manteniendo a más de
200.000 personas realizando las tareas productivas de la ciudad, mientras los
atenienses podían dedicarse a la filosofía y a la política, ya que no tenían
que trabajar.
A
diferencia de la espartana, la educación
ateniense no fue estatal. A los 7 años los jóvenes iban a la escuela acompañados
por un esclavo-pedagogo que los ayudaba en sus lecciones. La formación había
de ser tanto intelectual como física.
Según los modelos de la Grecia Antigua, y siguiendo la definición que
los aristócratas daban para la polis y para todo, cada estado debía estar
gobernado por un sistema oligárquico de eupatridad,
es decir, por los buenos padres de la patria.
Mientras que la enemiga Esparta sufría la stasis[29]
y otros estados tenían tiranías[30],
Atenas optó, desde sus comienzos, por modelos distintos y capaces, buscando
soluciones en torno a la gobernabilidad.
Varios
fueron los intentos
realizados en esta dirección a lo largo de los siglos VI-V a.C:
-Cilón,
que intentó una tiranía suavizada,
-Dracón,
que reformó los abusos de poder con medidas severas,
-Solón,
que quitó las cargas que caían sobre el campesinado, y censó a la población
no por linaje sino por otros conceptos (en este caso el de la riqueza o número
de dimnos poseídos),
-Pisístrato,
que potenció a la gente sin recursos y creó las estructuras comerciales,
religiosas, intelectuales y económicas básicas para el posterior florecimiento
de la ciudad,
-Clístenes,
bisabuelo de Pericles, que remodeló todas las instituciones políticas
atenienses en Ecclesia (asamblea legislativa), Bulé (senado de los 500),
Arcontado (tribunal judicial), Helieo (tribunal popular), Areópago (tribunal
militar) y Estratega (consejo de alcaldía),
-Pericles,
uno de los hombres más influyentes de la historia de Grecia, impulsor de la
democracia y del gobierno del pueblo por el pueblo, y calificado por todo el
mundo como el “padre de la democracia”[31].
Ciudad fundada por los dorios hacia el s. XI a.C, y conocida también
como Lacedemonia[32],
Esparta estaba situada junto al río Eurotas del Peloponeso, cerrada en sus 4
puntos cardinales por: el golfo de Mesenia y puerto de Giteion (S), Cordillera
del Taigeto (N), y las provincias de Elide, Argólida y Arcadia (W). Disfrutaba
de riqueza y feracidad en sus tierras, y estaba aislada por mar y montaña del
resto de civilizaciones.
Con numerosas citaciones clásicas a su status
diferenciado del resto[33],
Esparta pudo tener bastantes elementos proto-históricos micénicos en sus
alrededores[34],
y contribuyó eficazmente a la batalla de Troya[35].
Definida
por Herodoto como un “campamento militar” y por Tucídides como un
“colectivo de supersticiosos”, por su rígida disciplina militar[36]
y por ser capaces de retirarse de una guerra para celebrar los cultos locales a
sus dioses[37],
Esparta construyó su propia polis-estado como el más grande de Grecia[38],
de una forma muy diferente al resto[39],
y con las peculiaridades
de:
-inmovilidad
de leyes,
-ausencia
de evolución cultural,
-exigencia
de sacrificios desde la propia infancia,
-educación
en los máximos valores humanos
-sobrevaloración
del pasado, y capacidad de sacrificar el futuro
Fue
Tirteo de Esparta, en el s. VII a.C, su auténtico alma intelectual, e introductor
de:
-los
lemas espartanos[42],
-la
participación de las mujeres en los agones-olimpiadas
competitivas
Como
grupos
sociales destacados, hubo en
Esparta tres:
-los
homoioi o espartiatas, o iguales,
que controlaban el estado espartano, por ser oriundos de Esparta y poseer los
derechos políticos y de tierra;
-los
periecos, o habitantes de los
alrededores, no oriundos de Esparta y sin derechos, pero con permiso para
trabajar el campo y la artesanía;
-los
hilotas, o esclavos, traídos como
prisioneros de guerra, que no disfrutaban de libertad alguna, más que dejarse
atacar por los niños espartanos y aprendices guerreros, y que debían
participar en las guerras[44].
A nivel de legislación
política, fue el conjunto de leyes o Rhetra, fruto de la obra consensuada por Licurgo, la que dominó el
panorama político espartano, basado éste en:
-una
diarquía hereditaria, compuesta
por: 1 rey militar y 1 rey sacerdote,
-una
gerusía o Asamblea de control
estatal, compuesta por 5 éforos-jueces
y 28 gerontes-ancianos.
Político e historiador ateniense, Tucídides (454-397 a.C) perteneció a
la familia de los Filaidas, hijo de
Oloro de Tracia y de madre ateniense descendiente de Milcíades.
Respiró en su ciudad la más refinada
cultura de oro ateniense[45],
y fue educado esmeradamente[46],
ya que las rentas paternas permitían forjar su espíritu sin urgencias económicas.
También se inició en la Gramática y Medicina[47].
Surgió, pues, en Tucídides, un espíritu
racionalista-historicista, fundamentado en:
-las
altas clases políticas,
-los
análisis de pensamientos e ideas,
-el
carácter convencional de la ley
-las
bases científicas de las cosas
Ocupó
el cargo político de estratego
de Atenas, en cuyo mandato (424 a.C, en plena I Guerra del Peloponeso)
fue enviado a romper el cerco de Anfípolis, al mando de una flota imponente
ateniense, y en cuya misión fue derrotado por el ejército espartano y se
apartó de la política y de Atenas. Es el momento en que escribe,
del 424 al 411 a.C, todos los acontecimientos de la Guerra civil griega, algunos
testimoniados y contrastados, y otros mismos presenciales.
Acabada la Guerra civil en el 404 a.C. parece que volvió a su ciudad
natal, donde pasó el resto de sus años.
b) Historicismo en Tucídides
La
biografía de Tucídides (Atenas 454 a.C[50]-Atenas[51]
397 a.C) nos ha llegado principalmente por medio de 3 fuentes:
-la
propia aportada por el autor[52],
-los
propios autores de la época
-la
del biógrafo Marcelino, del s. V d.C
Seguro es que:
-fue
ciudadano ateniense,
-por
vía paterna se remontaba a Tracia
-pertenecía
al demo de Alimunte
Fue, por tanto, testigo
directo de los acontecimientos que estaba narrando, entre los cuales
fue importante:
-que
contrajo la Peste que asoló Atenas el 429 a.C,
-que
participó en los acontecimientos de Anfípolis
-que
acudió a enterarse de las protestas populares tras el escándalo de los Hermocópidas
-que
conoció de primera mano los preparativos del Golpe de estado de Atenas-411 a.C
En cuanto a su destierro,
parece ser que Tucídides fue desterrado de su patria Atenas a causa del fracaso
en la campaña de Anfípolis. Es verdad que hoy día se pone en cuestión este
destierro, mencionado por el propio autor[60]
y en un intento de revisar el influjo del autor en sus descripciones[61],
pero las referencias clásicas siempre lo han mantenido[62].
c) Tucídides historiador
Tucídides puede ser considerado como el primer autor con vocación
y método historicista de la historia, dando un salto cualitativo
respecto a los logógrafos Herodoto de Helesponto[63]
y Helánico de Lesbos[64].
No obstante, conoce la obra de sus predecesores, y también la de Antíoco de
Siracusa[65].
Se puede decir que Tucídides:
-hois
autós parén, escribe sobre lo que ha visto,
-para
ton allón pynthanomenos, escribe lo escuchado de otros
En
cuanto a lo
que ha visto, Tucídides es bien conocedor de:
-las
peculiaridades dialectales,
-las
sepulturas halladas en la isla de Delos,
-la
estructura urbanística de Esparta
Y en cuanto a lo
que ha escuchado de otros, Tucídides conoció:
-las
genealogías de asentamientos y colonizaciones,
-la
literatura cartográfica, etnográfica y periegética
Son características del método
historiográfico de Tucídides:
-la
autourgía, o inserción directa en
los acontecimientos,
-el
saphés, o búsqueda de lo cierto y
seguro, no tanto de lo bello o seductor,
-la
areté, o ausencia de calificativos en
los personajes
-la
gnomai, o unión de los planes humanos
con el destino de cosas
-la
alethestate prophasis, o búsqueda de
las causas verdaderas
Y son recursos particulares de la
ciencia histórica tucídica:
-la
iluminación de ciclos históricos futuros,
-la
identificación de pretextos sin causas, auténticos hilos que mueven la
Historia,
-la
síntesis de hechos y vida, cargándola de personalidad y psicología, formación
cultural, religiosa, filosófica y política
Tucídides
fue el prototipo de historiador que escribió desde el exilio, con contrato
adquirido ante el lector de contar “toda la sygraphein-verdad”. No fue un mero transmisor de palabras o logógrafo
(que es como tildó a Herodoto), e hizo pivotar su obra sobre 2 pilares
o columnas:
-los
erga-acontecimientos, según los
han visto los testigos (visitando los lugares y preguntando a los videntes) y
según las pruebas materiales que pudieran quedar.
-los
logoi-discursos, con
reconstrucciones aproximadas de lo que dijo cada personaje en cada lugar, y atención especial a aquellos que más atañían a las causas
de la
guerra: los políticos[73].
Tucídides propuso como método[74]
la búsqueda de la verdad (zetesis tes
aletheias, I, 20, 3), criticando a quienes aceptan la tradición oral (akoé,
I, 20, 1) sin comprobación (abasanistos).
Persiguió la exactitud (akribeia, I,
22, 2) con esfuerzo (epíponos, I, 22,
3), dio importancia a la observación directa de los hechos, y puntualizó
escrupulosamente todo criterio, de manera objetiva. Deseaba que su historia
fuera útil (ophélima) para los que
buscaban la verdad (to saphés), sobre
lo que ha sucedido y sucederá de nuevo, de acuerdo con la condición humana, y
como logro cíclico de la historia (ktema
es aiei, I, 22, 4).
En este sentido, su historia aspiró al establecimiento de leyes
universales, con la convicción
de que la historia se repite cíclicamente, y la naturaleza humana (anthropeia
physis) será siempre la misma.
Por último, buscó también Tucídides las motivaciones personales de
los personajes, sus ambiciones y
temores, la admiración y repudio de ideas, desde un intento constante de
objetividad, o punto de referencia bipolar.
Se
puede decir que la obra histórica de Tucídides se implicó de lleno en el
campo político, desde el intento de imparcialidad[75],
y con el deseo de extirpar de la sociedad y mundo griego las dos principales
epidemias que la ponían en peligro: su soberbia-hybris exterior y su ambigüedad política interior. Lo hizo desde
la defensa de sus valores contrarios, u omitidos.
Por
otro lado, Tucídides fue un ferviente seguidor de la política democrática
periclea. Lo que le llevó a plasmar por escrito sus elementos positivos, y
también los negativos.
La experiencia visual de la guerra civil llevó a Tucídides a replantear
algunos esquemas helénicos elaborados desde los orígenes, y que había que
adaptar a los nuevos tiempos y fracasos.
El primero fue la concepción griega del bárbaro[76].
Y es que, a nivel exterior, la ciudad griega estaba definida como “la asociación
de seres iguales que aspiran, en común, a conseguir una existencia dichosa,
protegiendo para ello a sus ciudadanos de los extranjeros”. Fueron palabras
del mismo Aristóteles[77]
quien definió muy bien lo que fue, ya desde su fundación y hasta el final de
sus éxitos, esa hybris griega, esa
especie de soberbia o superioridad
sobre lo extranjero[78].
Así,
Tucídides tuvo que demostrar que el estilo de vida griego no tenía por qué
ser mejor que el de otras culturas, que no tenía por qué tener más atractivo
especial que el resto de culturas. Cosa que, por otro lado Tucídides supo
explicar, y explicó[79].
A
nivel interior, Tucídides luchó contra las ambiguas políticas internas[80],
sus contradicciones, y el autentico cáncer al alcance de los ciudadanos,
llamado sofismo, en su versión de[81]:
-relativismo,
bajo forma de “todo se muda y todo cambia”,
-venalidad,
bajo forma de “todo tiene que ser retribuido”,
-frivolidad,
bajo forma de “con tu palabra, fundarás una ciudad o la destruirás”,
-convencionalismo,
bajo forma de “las leyes son convenciones para vivir en sociedad”,
-subjetivismo,
bajo forma de “las cosas son como a mí me parece, pues soy la medida de todas
las cosas”,
-oportunismo,
bajo forma de “si los medios son buenos, todo fin vale”,
-indiferentismo,
bajo forma de “no hay cosas buenas o malas, todo depende”,
-utilitarismo,
bajo forma de “sigue tu conciencia y muévete”,
-agnosticismo,
bajo forma de “sobre los dioses, nadie puede saber si existen o no”.
e.2)
Sobre las ventajas de la democracia periclea
El
panfleto publicitario o campaña electoral de Pericles, desarrollado en su Oración
fúnebre por Tucídides[82],
trae bastante cola de elementos positivos y contradicciones propias.
En
el campo de las aportaciones
positivas, será la profesora Fernández Pastor la que nos recuerde
que, en las bases de esta democracia periclea, existe en Tucídides:
-respeto
a la tradición,
-conciencia
del progreso hacia algo mejor,
-igualdad
esencial entre ciudadanos,
-identidad
colectiva en torno a la ciudad, no a la estirpe,
-elogio
de las instituciones y carácter atenienses, que se crean mutuamente,
-no
ser indistinto el modo de vida que se elija,
-los
caracteres, modelados en la ciudad, y cada uno contribuyendo al todo,
-reconocimiento
de los méritos,
-ejemplo
de los muertos, que han de servir de modelo para los jóvenes,
-necesidad
de antigüedad, que por sí misma tiene su valor,
-necesidad
de colectividad, pues el individuo solo no es pensable.
En el campo de las contradicciones, nos encontramos en primer lugar con
la denuncia que hace Tucídides del sistema
de sorteo para la ocupación de magistraturas, consejerías o
congresos legislativos, impuesto por Pericles, e incompatible con sus deseos de
ejemplo ante el mundo de sabiduría y juicio.
En segundo lugar nos encontramos con la denuncia del enorme derroche
de dinero tenido que ser desembolsado para pagar a los funcionarios
estatales. Se dice incluso que éste era el incentivo que muchos buscaban al
ocupar cargos, y no otro.
La debilidad exterior y militar,
recuerda también Tucídides, y pese a los reiterados intentos de que no se
perdiera, acabaron perdiéndose. De hecho, nunca Pericles pudo llevar a cabo una
batalla definitiva, sino siempre parciales y de contención.
Por último, multiplicar entes
sin necesidad, o peritos por 2 años sin control, acabó cavando la
propia fosa cuando llegaron los momentos de debilidad (ocurridos cuando la
guerra y peste asolaron Atenas), y por eso, recuerda Tucídides, a Pericles se
le echó, literalmente, todo el pueblo encima.
GUERRA
DEL PELOPONESO
DE TUCIDIDES
Fueron relatadas por Tucídides en torno a:
a.1.
Incidentes de Corcira (I, 24-55),
Fueron relatadas por Tucídides en torno a:
b.1.
1ª Incursión al Atica (II, 18-23),
b.5.
Caída de Mitilene (III, 26-29),
b.8.
Caída de Locria (III, 100-102),
b.10.
Campaña en Pilos (IV, 3-9),
b.13.
Campaña en Anfípolis (V, 10-13),
b.16.
Rendición de Atenas-421 a.C (V, 18-20).
c.1. Traición de Alcibíades (VI,
15),
c.8. Toma espartana de Plemirio
(VII,
21-25),
d.1. Noticias de Sicilia en Atenas (VIII,
1),
d.3.
Miedo de Esparta, y negociaciones con persas (VIII,
16-22),
d.9.
Fin del relato de Tucídides (VIII,
109),
d.10.
Rendición de Atenas-404 a.C.
Como citado en 5 libros, destaca:
-Nicias
de Atenas,
libr. III (51), IV (27, 28, 42, 129, 153), V (16, 45, 46), VI (8, 19, 24, 47,
67) y VII
(1-10, 16, 42, 48-50, 60, 72, 76, 78-87).
Como citados en 4 libros, destacan:
-Hermócrates
de Sicilia,
libr.
IV (58), VI (32, 35, 72-75), VII (21, 73) y VIII (26, 29, 45, 85);
-Alcibíades
el traidor,
libr.
V (43, 44, 52-55), VI (8, 15, 28-30, 48, 61, 68, 93), VII (18) y VIII (6, 11, 12,
17, 26, 45-52, 56, 81, 86, 97, 106).
Como citados en 3 libros, destacan:
-Arquidamo
de Esparta,
libr.
I (79), II (10, 12, 13, 18-20, 47, 71-74) y III (1, 2);
-Brasidas
de Esparta,
libr.
II (25, 85), IV (11, 70, 78, 80-88, 102-107, 114-117, 120-128, 135) y V (2, 3,
6-11);
-Demóstenes
de Atenas,
libr.
III (94-97, 107, 111, 112), IV (29-32, 36-38, 76) y VII (25-27, 31, 42, 47-49,
72, 78-87);
-Pisístrato
de Atenas,
libr.
I (20), III (104) y VI (53);
-Cleón
el Sofista,
libr.
III (36), IV (21, 22, 27-29, 33, 36-38, 122) y V (2, 3, 6-10).
En cuanto al resto
-Homero,
libr.
I (3, 10) y III (104);
-Hesíodo,
libr.
III (96);
-Heracles,
libr.
I (24);
-Hermes,
libr.
VI (27, 28, 53, 60);
-Jerjes,
libr.
I (14, 129);
-Sófocles, libr.
IV (2, 46, 65).
Así como los mismos:
-Pericles,
libr.
I (111, 114-117, 127, 139, 145) y II (12, 13, 21, 22, 32, 34, 55, 56, 58, 59,
65);
-Tucídides,
libr.
I (1), II (70), IV (104-107, 135), V (26), VI (7, 93) y VII (6, 18).
De Liga de Delos son destacados:
-Delos,
libr.
I (8, 96), II (8), III (104) y V (1);
-Pireo,
libr.
I (93, 107), II (13, 93, 94), V (26) y VIII (1);
-Quíos,
libr.
I (19, 116), IV (51) y VIII (5, 14, 23, 24, 30, 32, 38, 40, 61-63, 100-108);
-Samos,
libr.
I (13, 40, 115, 116), IV (75) y VIII (16, 21, 25, 48, 63, 73-77, 78-84);
-Corcira,
libr.
I (24, 118, 136, 146), II (7) y III (69, 70, 76);
-Decelia,
libr.
VI (91), VII (18, 19, 27, 28, 42) y VIII (3).
De Liga del Peloponeso son destacados:
-Argos,
libr.
I (9, 135), II (68), V (14, 27-31, 36-41, 80-84) y VIII (25);
-Corinto,
libr.
I (13, 25), II (92, 93), IV (42) y V (30, 31);
-Potidea,
libr.
I (56, 60-62, 118, 139), II (2, 58, 70), III (17) y IV (135);
-Megara,
libr.
I (27, 103, 105, 107), II (9, 30) y IV (68, 69);
-Mesina,
libr.
III (90), IV (1, 24, 25) y V (6).
Otros lugares mencionados son:
-Delfos,
libr.
I (25, 28, 112, 118, 121, 143);
-Maratón,
libr.
I (18, 73) y II (34);
-Termopilas,
libr.
III (92) y IV (36);
-Micenas,
libr.
I (9, 10);
-Mileto,
libr.
I (15) y VI (78-88);
-Olimpia,
libr.
I (121, 143) y II (8);
-Iberia,
libr.
VI (2);
-Italia,
libr.
I (12) y II (7);
-Egipto,
libr.
I (104, 105, 109, 110), II (53) y VIII (35)
-Sicilia,
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Manuel
Arnaldos
Mercaba,
diócesis de Cartagena-Murcia
versión
imprimible
Indice
general: www.mercaba.org/GradodeHistoria/1.htm
__________________________________________
[1]
Se suele decir que la celebración de los I Juegos Olímpicos-776 a.C. representa el final de la Grecia Oscura y el comienzo de la Grecia Arcaica.
[2]
Otros autores dividen: hasta el 480 a.C (con el fin de las Guerras Médicas)
estaríamos hablando de Grecia Arcaica; del 480 a.C. en adelante, de Grecia Clásica.
[3]
Las Guerras Médicas (490-479 a.C, narradas por HERODOTO)
constituyeron la auténtica sorpresa internacional, en que por primera vez
un pequeño David (Grecia) lograba tumbar al gigante persa oriental,
inundado de legiones medas.
En
la victoria de Marathon (12 sept.
490 a.C), 10.000 atenienses, al mando de MILCIADES, y formados en rígidas
falanges atenienses, lograron tumbar a los 20.000 jinetes de DATIS DE PERSIA, con FILIPIDES recorriendo los 42 km. para gritar Niké.
Tras
la humillante venganza persa de Termópilas (11 ago 480 a.C), en que los 8.000 griegos de LEONIDAS fueron aplastados por
los 320.000 persas de JERJES DE PERSIA, con la consiguiente devastación de Atenas,
DEMISTOCLES logró reunificar la resistencia, y sucesivamente en Salamina (con el hundimiento de la flota persa) y
Platea,
Grecia logró expulsar a los persas del territorio helénico.
[4]
Las Guerras del Peloponeso (431-404 a.C, narradas por TUCIDIDES)
supusieron el fin de la democracia ateniense, y las consiguientes piratería,
stasis, y búsqueda de una filosofía diferente. Enzarzadas comercialmente
Esparta y su Liga del Peloponeso (con Corinto y su soberanía naval, Megara
y sus decretos comerciales…) frente a Atenas y su Liga de Delos (islas del
Egeo), las batallas fratricidas griegas supusieron el agotamiento de una
guerra agonal, llena de sacrilegios, imparcialidad y traición.
Tras
la I Guerra Civil o Arquidámica
(431-421 a.C), en que ARQUIDAMO DE ESPARTA fusiló los campos atenienses y
provocó la peste y hambruna, y las siguientes batallas de Pilos y Delión,
NICIAS DE ATENAS tuvo que rendirse al nuevo status espartano.
Con
la II Guerra Civil o Decélica-Jonia
(415-404 a.C), iniciada en una nueva ofensiva espartana en Decelia de Atica,
y las Batallas de Arginusas y Egospótamos, Atenas tuvo que rendirse de
forma total, entregando sus islas, permitiendo un gobierno tirano (de los 30) y destruyendo parte de su patrimonio cultural y comercial.
[5]
En el Concilio de Corinto-337 a.C, y tras el dominio obtenido por FILIPO II DE MACEDONIA sobre toda la Grecia continental, tras la
Batalla de Queronea-338
a.C. y consiguiente castigo a Tebas y Esparta, surgirá por primera vez la
idea explicita del panhelenismo, en su vertiente política (el rey pasaría
a ser el estratego de un estado federal, con proyección conquistadora
contra Persia) y cultural (inspirada en la paideia griega).
[6]
Atenas, de origen limitado en espacio y recursos, que se abrirá a las ligas
egeas, poniendo en marcha una política novedosa y expansionista (cf. GOMEZ
ESPELOSIN, F. J; Introducción a la
Grecia Antigua, ed. Alianza, Madrid 2008, p.165).
[7]
Esparta, ciudad helénica más populosa en ejército y territorio, que se irá
cerrando en sí misma, con una
política de matiz conservador (cf. op.cit,
p. 165).
[8]
El conflicto Esparta-Atenas fue continuo, en las conocidas batallas del
Peloponeso, y las victorias y derrotas se sucedieron unas a otras. Hasta la
Paz del 404 a.C, en que se decide el cese de hostilidades, y Atenas renuncia
a sus aspiraciones hegemónicas (cf. Ibid., p. 171).
[9]
No hay más que escuchar los discursos de LISIAS, ISEO y ANDOCIDES, maestros
de la elocuencia, y para algunos el origen del futuro sofismo combatido,
entre otros, por Tucídides.
[10]
ARISTOFANES testimonia en su Comedia Antigua, por ejemplo, y con cierta sátira política, la
activa participación de todo el pueblo en la vida ciudadana.
[11]
De mención especial es la profunda religiosidad mostrada por SOFOCLES en
este final del s. V a.C, sobre la vida y el destino de los hombres. También
ESQUILO, con su vigorosa y solemne religiosidad, refleja el ideal moral y
religioso del inicio de esta Grecia Clásica.
[12]
Se puede decir que fue DEMOSTENES el iniciador de la hybris
helena clásica, al animar en su Filípicas
y en sus Olintiacas, a la resistencia de Grecia contra todo lo extranjero o bárbaro.
ESQUINES e ISOCRATES también fueron defensores de la idea panhelénica y de
la supremacía de Grecia sobre lo demás.
[13]
cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía. Tomo
I: Grecia y Roma,
ed. BAC, Madrid 1990,
p. 119.
[14]
Para muchos, la razón griega marca la cumbre más alta a la que ha llegado
la humanidad. Véase, así, la obra de Lessing, Winckelmann, Goethe,
Schiller, Hegel, Nietzsche…
[15]
“Con el preciso análisis de la naturaleza, de Dios, y del retorno cíclico
de sucesos y cosas, se puede conocer la ley cósmica, y los efectos de esa
ley en las cosas contingentes” (cf. ANAXIMANDRO,
Laercio, II, 1-2).
[16]
Monismo y pluralismo, materialismo y espiritualismo, idealismo y realismo,
racionalismo y empirismo, dogmatismo y probabilismo, hedonismo y
utilitarismo, criticismo y escepticismo… Apenas hay actitud posterior en
la historia del pensamiento que no tenga sus antecedentes en la razón y
pensamiento griego.
[17]
Buscados ya desde los orígenes culturales griegos, donde ya en el s. VII
a.C. el primer formulador de los métodos de investigación decía que “de
las antítesis primarias entre el ser y no-ser, limitado e infinito, lleno y
vacío, provienen todas las figuras, los números y las cosas: del 1 el
punto, del 2 la línea, del 3 la superficie, del 4 el volumen, y entre
ellos, la geometría total del universo” (cf. THALES DE MILETO, Timeo, 55d).
[18]
Según PROTAGORAS y GORGIAS,
“las leyes son lo que a mí me parecen, pues yo soy la medida de todas las
cosas” (Protag., 317b), pues
“no existe nada sino yo, ni el ser ni el no ser ni la mezcla de ser y no
ser” (Elogio de Helena 8,
12-14). Es el concepto de hombre, está claro, del más radical nihilismo.
[19]
Se dice que HERACLITO depositó su libro en el Templo Artemisa de Efeso,
pero lo dejó escrito en un oscuro dialecto jónico, “a fin de que después
de haber escuchado mi doctrina no la entiendan, y se queden todos sordos”
(cf. TIMON, fragm., 43d).
Posteriormente, y aburrido de los hombres, se retiró a los montes, viviendo
de hierbas y muriendo de hidropesía.
[20]
Ya desde los filósofos THALES DE MILETO, ANAXIMANDRO, ANAXIMEDES… el
agua, el fuego, el aire fueron pasando a ser sucesivamente los primeros
principios o argés de todas las
cosas, pasando por la sophía, el hombre… hasta la definitiva evolución
racional emprendida por HERODOTO y TUCIDIDES, y culminada en ARISTOTELES y
ALEJANDRO MAGNO.
[21] Conjunto de mazematas-enseñanzas:
-iniciado hacia el 500 a.C. por PITAGORAS con su método infinitesimal (teoría
matemática que subdividía una extensión hasta el infinito),
-seguido por
EMPEDOCLES, fundador del eclecticismo (teoría física de la unión del
fuego con el aire con y el agua, para formar la tierra),
-culminado por
LEUCIPO y DEMOCRITO y su atomismo (teoría química del vacío,
en que los átomos van uniéndose entre sí y causan las diversas formas).
Ejemplos del impresionante desarrollo alcanzado en poco tiempo, fueron:
-EUCLIDES, con sus famosísimos Elementos,
sobre geometría y astronomía,
-ARQUIMEDES, inventor de la refracción de la
luz y del cálculo integral,
-ARISTARCO DE SAMOS, fundador de la teoría
heliocéntrica del universo,
-HIPARCO DE NICEA, inventor de la Trigonometría,
-APOLONIO DE PERGA, descubridor del sentido cónico de las figuras,
-ERATOSTENES, calculador del radio de la tierra.
[22]
Método basado en el conocimiento de los saberes, a través del
razonamiento mental de las cosas, para llegar al saber del absoluto. Método
ya elaborado por la escuela gnómica de ESTESICORO DE HIMERA hacia el 700
a.C, como una continuación espiritual de la Teogonía
de HESIODO, y preludio de la gran Escuela filosófica de Mileto del 600
a.C. SOCRATES y PLATON pasarían a ser el referente filosófico por
excelencia, al igual que ZENON lo será en su derivado ético, el
estoicismo.
[23]
En efecto, no hay más que ver la distancia racional entre la
“ciencia” historicista de TUCIDIDES y las primitivas cosmogonías órficas,
en las que se decía que:
-el
argé-principio de todas las cosas
era el cronos-tiempo,
-de
la ley de la adrasteia-necesidad
surgieron el éter, el caos y el erebos,
-de
la relación de los 4 protógonos
surgió un 2º argé, el cielo y
la tierra, (originados por el agua, aire, fuego, o por mezcla de ambos, según
autores),
-del
cielo nacieron los seres celestes, de la tierra nacieron los seres terrenos.
No obstante, la idea de guardar ese orden cosmológico sigue presente en los historiadores clásicos, como:
-ARISTOFANES,
en su Las
aves, 693 y ss,
-EUDEMO, en su De prim.
Princ, 123,
-APOLONIO DE RODAS, en su Argonáutica,
494 y ss.
Parece ser que estos autores, junto a otros como FOCO DE SAMOS (con
su Astrología náutica) y CLEOSTRATO DE TENEDOS (con su Phainomena)
se fueron reuniendo sucesivamente en Panionion para configurar esta
cosmovisión griega del mundo, pasando posteriormente el testigo a los Siete
Sabios, y al Templo Apolo de Delfos).
[24]
Fiesta popular en que las mujeres llevaban en procesión hasta el Templo Atenea
de Atenas el velo tejido por ellas mismas, para ofrecérselo en ofrenda.
[25]
cf. COOKE, J; KRAMER, A; ROWLAND-ENTWISTLE, T; Historia
del Mundo, ed. Grisewood & Dempsey, Londres 1979, p. 177.
[26]
cf. PLATON; República, en FRAILE, G; Historia
de la filosofía: Grecia, ed.
BAC,
Madrid 1990, p. 402.
[27]
cf. JENOFONTE; Symposion, en FRAILE, G., op.cit,
p. 246.
[28]
cf. PIGNA, F; Atenas,
ed. Historia en el aula, Buenos Aires 2009, p. 1.
[29]
Alta probabilidad de desórdenes internos públicos, como rebeliones o
alzamientos.
[30]
La tiranía griega era distinta a la concepción que en la actualidad
tenemos al respecto. Un tirano griego podía dar cabida a sistemas oligárquicos
y no meras autarquías, por ejemplo.
[31]
En efecto, bajo su dirección la Asamblea tomó el poder que antes tenía el
Areópago y permitió el acceso a los cargos públicos del estado de
cualquier ciudadano, sin distinción de fortunas. Fue sobre todo durante el siglo V
a.C. de PERICLES (ampliamente ensalzado por TUCIDIDES), cuando
Atenas se convirtió en un estado democrático, y en una de las ciudades más
hermosas del mundo. Los atenienses produjeron sus mejores obras arquitectónicas,
escultóricas y literarias. Según ARISTOTELES, “Pericles fue un sabio en
cuyo mandato Atenas alcanzó el cénit de su poderío y esplendor”.
[32]
Nombre dado por HOMERO, Ilíada,
II, Odisea, IV, donde la describe
como “ honda y cavernosa, llena de palomas, donde moraban las naves de MENELAO, hermano de
AGAMENON, y de hombres valientes para el combate y
armados en unidad aparte, impulsados por el propio ardor, y animados a
combatir para vengar las huidas”. De ahí que TUCIDIDES les llame desde
el principio (no así al final) como los lacedemonios.
[33]
HERODOTO, PAUSANIAS, ARISTOTELES… POLIBIO y PLUTARCO hablarán
insistente y objetivamente de ello, en pro de eliminar toda
“laconofilia” antigua al respecto.
[34]
La arqueología va hoy en ese sentido, tras los descubrimientos que
se han hecho en sus alrededores de necrópolis micénicas con tumbas en
forma de colmena, valiosos ajuares funerarios, vasos de oro tallados, el
edificio denominado Menelaion (del
s. XIV a.C), un santuario a Artemis Orthia, el yacimiento de Terapne
espartano… (cf. FERNANDEZ URIEL, P; El
mundo griego, ed. UNED, Madrid 1993, pp. 302 y ss).
[35]
Con el envío de 60 naves bien equipadas, al mando de MENELAO, y con
la idea de “combatir y vengar los gemidos de HELENA” (cf. HOMERO, Ilíada,
II), y donde se citaron también como aliados de los espartanos a DIOMEDES
DE ARGOS, NESTOR DE PILO, AGAMENON DE MICENAS… y demás reyes aqueos del
Peloponeso.
[36]
De aquí tomara su modelo militar a imitar la Alemania nazi del s. XX, no sólo
por los 300 soldados espartanos de las Termopilas.
[37]
Como se verá en la Historia de la Guerra del Peloponeso, narrada por
TUCIDIDES.
[38]
De 8.400 km2, en comparación con los 2.600 km2 de
Atenas en el Atica.
[39]
Por ejemplo, participó en la época de apoikias y colonias griegas con la fundación de una sola colonia
espartana, la graeca-italiana Tarento.
[40]
Muy inculturada en el monte Taigeto, y en cuyo sistema educativo o agogé
se seguía una rígida formación eugenésica (o selección de los mejores).
Para la cual:
-los
niños estaban con sus madres hasta los 7 años,
-el estado llamaba a filas a los niños con 7 años,
-se
enseñaba al niño a cazar hilotas,
-se
introducía al joven en la disciplina, con música, deporte…
-se
permitía al adolescente de 17 años acceder a la cysitia
o banquete de hombres.
[41]
cf. LUDEMANN, H; Sparta Lebensordnung und Schicksal, Leipzig 1939, p. 112.
[42]
Tales como “hijo, con él -escudo- o sobre él”, “vuelve victorioso, o
vuelve muerto”, etc.
[43]
Para que así las jóvenes espartanas se preparasen para ser fuertes madres
de guerreros. De hecho, los hijos de Pericles serían educados por
espartanas.
[44]
Esta forma de esclavitud, muy diferente a la de Atenas, sí que fue
la causante de continuas stasis-intentos
de rebeliones internas en Esparta, cáncer que Atenas no padeció (no
obstante sus otros “cánceres” padecidos, como el de la ambigüedad en
su política interna).
[45] Nada más que en la Atenas de PERICLES (495-429 a.C) Tucídides creció viendo:
-cómo aumentaban
los puestos de trabajo, construcciones navales, grandiosas obras
públicas, artesanía e intercambios comerciales…
-cómo
la ciudad se rodeaba de intelectuales como el filósofo ANAXAGORAS, el trágico
SOFOCLES, el arquitecto HIPODAMO…
-cómo se
instalaban colonias militares en el Egeo con habitantes atenienses, distribuyendo así la población
excedente,
-cómo se abrían nuevas economías, colocando guarniciones en puntos
estratégicos y vigilando a los aliados de dudosa fidelidad…
-cómo la
ciudad, saqueada e incendiada por los persas tras la Batalla de las Termópilas-480
a.C, necesitó de un ambicioso plan de reconstrucción material y moral,
materializándose los levantamientos de:
-los templos de Poseidón y Némesis,
-la muralla entre Atenas y El Pireo,
-la Acrópolis,
-los templos de Hefesto y
Dionisio,
-el Odeón y el Telesterion de ELEUSIS,
-los Propileos
de MNESICLES,
-el Partenón de FIDIAS, ICTINO y
CALICRATES,
-el Erecteion
de FILOCLES,
-el templo de Atenea Niké
de CALICRATES,
-el urbanismo racional de HIPODAMO DE MILETO,
-la construcción
de Turios… y la estatua de Atenea, de 12 m. altura y esculpida en oro y
marfil.
[46]
Notorias son las influencias en el espíritu de Tucídides de ANAXAGORAS (de
quien parece que llegó a tomar el termino eclipse), PRODICO, PROTAGORAS e incluso del mismo GORGIAS.
[47]
Las conexiones entre HIPOCRATES y Tucídides son bastante elevadas, sobre
todo a la hora de la descripción médica de la Peste del 429 a.C,
diagnosticando la enfermedad a base de la sintomatología y de sus causas
naturales (cf. LICHTENTAELER, C; Thucydide
et Hippocrate, Ginebra 1965).
[48]
Elemento importante para la posterior búsqueda de causas y
explicaciones de los sucesos, pues TUCIDIDES dejará siempre claro que en
historia el fuerte impone su decisión sobre el débil, y los dioses y
hombres dominan a quienes superan en poder. Como él mismo dice: “No hemos
sido nosotros quienes hemos establecido esta ley (la del más fuerte), sino
que existía cuando la recibimos, y la hemos de dejar a la posteridad para
que continúe vigente” (cf. II, 65).
[49]
cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides,
ed. Alianza, Madrid 2008, p. 15.
[50]
Según los datos arqueológicos encontrados sobre referencias escritas por
el propio autor sobre su vida. Descartamos, por tanto, la versión de la
fecha del 471 a.C. aportada por APOLODORO, Historia,
244f-247b).
[51]
De origen confuso es el lugar de su muerte, pues:
-al
finalizar la guerra (404 a.C) se le dejó volver a Atenas, con permiso de
regreso que ENOBIO parece concederle (cf. PAUSANIAS, I, 23),
-el
411 a.C. interrumpió su obra bruscamente, sin seguir relatando los
acontecimientos.
[52]
Sin olvidar que JENOFONTE fue el que editó y puso en circulación el
manuscrito original de TUCIDIDES (cf. DIOGENES LAERCIO, II, 57).
[53]
cf. PICCIRILLI, L; Storie dello storico Tucidide, Genova 1985.
[54]
cf. VULGO GIGANTE, E; “Il bios tucidideo di Marcelino e lo zelos
omerico”, en Annali Facolta Lettere
Napoli, Napoles 1981, pp. 5-16.
[55]
Como atestiguan las explotaciones mineras de las que fue propietario
su padre, OLORO, en dicha zona. También TUCIDIDES mostró siempre especial
vinculación a dicha región.
[56]
cf. PLUTARCO; Vida de Cimon, 4.
[57]
Donde acudió a socorrer a la población de las manos del espartano BRASIDAS,
y tras lo cual no volvió a su tierra de Atenas por el período de 20 años
(cf. WESTLAKE, H. D; “Thucydides and the fall of Amphipolis”, en Hermes,
XC, 1962, pp. 276-287; ELLIS, J. R; “Thucydides at Amphipolis”, en Antichthon, XII, 1978, pp. 28-35; SCHEPENS, J; L’autopsie dans la methode des historiens grecs du V siecle avant J.C,
Bruselas 1980, pp. 152-180).
[58]
cf. PICCIRILLI, L; “Eisangelia e condanna di Temistocle”, CCC,
4, 1983, pp. 333-363.
[59]
cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed.
Alianza,
Madrid 2008, p. 13.
[60]
cf. TUCIDIDES, Historia de la Guerra del
Peloponeso, V, 26.
[61]
cf. CANFORA,
L; Tucidide Continuato, Padua
1970; CANFORA, L; “Tucidide non esiliato e la testimonianza di Aristotele”,
en BIFG, IV, 1978, pp. 35-43.
[62]
cf.
CICERON, Orator, II, 56;
DIONISIO DE HALICARNASO, Tucidides,
41; PLINIO, Historia Natural, VII,
111; PLUTARCO, Vida de Cimon, 4.
[63]
cf. PLACIDO, D; “De Herodoto a Tucídides”, Gerión, IV, 1986, pp. 17-46; GENTILI, B; CERRI, G; Le
teorie del discorso nel pensiero greco e la storiografia, Roma 1975;
RAWLINGS, H; The estructure of Thucydides’History, Princeton 1981; SCHREINER,
J. H; “Historical methods, Hellanikos and the era of Kimon”, OAth, 1984, pp. 163-171.
[64]
Nacido en Mitilene (Jonia) en el 490 a.C, y principal impulsor de las
historias del templo de Argos, juegos carneos espartanos, origen del Ática,
sucesos de Troya y Persia, y del origen etrusco en la fundación de Roma,
como pueblo arcaico griego expulsado de su territorio por las invasiones
aqueas.
[65]
Por sus conocimientos aportados sobre documentos oficiales de Sicilia,
inscripciones y sepulturas descubiertas después por la arqueología, etc (cf.
GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed.
Alianza, Madrid 2008, p. 17).
[66]
cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía.
Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 113.
[67]
cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit, p.
18.
[68]
cf. Ibid, p. 18.
[69]
cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir); Historia de la literatura griega, ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 558.
[70]
cf. MARINATOS, N; Thucydides and Religion, Meisenheim 1981; HUART, V. J; Gnome
chez Thucydide et ses contemporains, París 1973.
[71]
cf.
TUCIDIDES, Historia de la
Guerra del Peloponeso, I, 23 y VI, 60. Aparte, cf. ANDREWES, A;
“Thucydides on the Causes of the War”, ClQ,
IX, 1959, pp. 232-239; RAWLINGS, H. R; A
semantic study of prophasis to 400 B.C, Wiesbaden 1975; WILLE, G; “Zu
Stil und Methode des Thukydides”, Wege
der Forschung, IIC, Darmstadt 1968, pp. 703 y ss.
[72]
cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit,
pp. 21 y ss.
[73]
La costumbre de insertar discursos en medio de los hechos era ya una práctica
habitual griega desde HOMERO y HERODOTO. No obstante, Tucídides advierte en
su célebre capítulo metodológico (I, 22) que tales discursos van a estar
presentes en su obra sin frases manidas ni lugares comunes, aparte de dejar
de lado las hazañas pasadas (cf. LOPEZ PEREZ, J. A., op.cit, p. 548).
[74]
cf. Ibid., pp. 551-562.
[75]
Claro está que Tucídides era un ferviente entusiasta del régimen democrático
instaurado por PERICLES, y que esto lo manifiesta hasta por escrito (cf. II,
65, Oración fúnebre de Pericles…).
Incluso se habla hoy día de su defensa a la concepción imperialista de
Atenas (cf. ROMILLY, J; Thucydide et
l’imperialisme athenien, París 1951; WESTLAKE, D; “The subjectivity
of Thucydides, his treatment of the four hundred at Athens”, John Rylands Library, 56, 1973, pp. 208 y ss; DONINI, G; La
posizione di Tucidide verso il gobernó dei Cinquemila, Torino 1969)…
Pero otra cosa fue la configuración de su obra, donde fue imparcial en lo
referente a la Pentecontecia y a la guerra de Sicilia, y cuando su amistad
hacia Esparta nunca fue en perjuicio de Atenas (cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir);
Historia de la literatura griega,
ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 559).
[76]
Existen dos concepciones, casi antagónicas, del concepto de “bárbaro”
en la política griega:
-no
racista. Según algunos autores, el término no
tenía la connotación racista moderna. Por el contrario, los griegos
estimularon a los bárbaros a participar de la cultura griega, y a casarse
libremente; después, todos los europeos, asiáticos y africanos eran
incluidos en el concepto sonoro de Hélade.
El propio ALEJANDRO III MAGNO dio ejemplo anti-racista, casándose con una bella
princesa bárbara, una persa. Es el punto de vista más común.
-racista.
Las fuentes griegas dan cuenta de un empleo despectivo del término “bárbaros”,
empleo que será regularmente utilizado para designar como inferiores a los
pueblos con los que el mundo helénico se ve confrontado. Es la visión de A. Iriarte.
[77]
cf.
ARISTOTELES, Política, I,
5, 125a.
[78]
En
el arte, por ejemplo, esa intencionalidad de independencia y superioridad
griega, quedaba totalmente patente. De hecho, la mímesis-imitación
de la realidad del arte helénico dejó perplejo al mundo entero, y llegó a
crear recelos en el entorno. La
cultura egipcia, por ejemplo, rechazó
totalmente este planteamiento, al
decir que este tipo de esteticismo estaba bastante distanciado de la vida (cf.
BOARDMAN, El arte griego, ed.
Destino, Barcelona 1997, p. 23).
[79]
cf. TUCIDIDES, op.cit, III, 82-85.
[80]
El año 431 a.C, por ejemplo, Tucídides presentó contra ANAXAGORAS (ca.
460 a.C) una acusación en el Areópago ateniense, por su “medismo, asebia
y ateísmo, por negar la influencia de la divinidad en los ciclos naturales
del Sol y la Luna”, consiguiendo que lo encarcelaran, pagase una multa y
lo desterrasen a Lampsaco (cf. FRAILE, G; Historia
de la filosofía. Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 209).
[81]
Como alabará posteriormente ARISTOTELES sobre Tucídides, ya en su
obra se aprecia una lucha contra las funestas calamidades que los políticos
sofistas estaban introduciendo en Atenas y toda Grecia (no hay más que ver
su alegato de defensa moral que Tucídides introduce en su Historia
de la Guerra del Peloponeso, III, 82-85, en referencias a las
barbaridades políticas que habían llegado a impregnar la cultura griega).
Y
es que, en
efecto, PROTAGORAS (480-410 a.C), principal del sofismo ateniense, llegaba a
decir que cada uno era libre para actuar según su conveniencia (cf. PROTAGORAS,
Sobre el ser, p. 317b).
En
este sentido, no sólo Tucídides, sino también ARISTOFANES salió en su
defensa, demostrando que los sofistas eran capaces de pronunciar un discurso
justo y otro injusto sobre el mismo tema y al mismo tiempo (cf. ARISTOFANES,
Memorias, I, 6-13).
El
mismo SOCRATES (470-399 a.C) tuvo que oponerse violentamente a este sistema
lacroso político. Citado por boca de Platón, el “maestro” pensaba que
“los hombres debían superar esa conveniencia particular, y ocuparse de la
verdadera sabiduría, que saca de los bienes el bien, y que propone
conocimientos que son universales” (cf. PLATON,
Eutidemo, p. 278e).
[82]
cf. TUCIDIDES, op.cit, II, 35-46.
[83]
Previa a esta causa 2ª sobre la Guerra del Peloponeso estuvo el período de
“Talasocracia” o dominio marino sobre el resto de Atenas, considerada la
capital cultural, comercial y militar del Mediterráneo en los años 478-431
a.C (Pentecontecia ateniense). Aun
así, habría que añadir otras tres causas más, resultando ser éstas por
su orden:
-la
competencia en los mercados,
-la
injerencia ateniense en los estados aliados,
-la
reacción anti-democrática interna y externa a Atenas.
Fuentes internas que hablan de estos sucesos fueron:
-JENOFONTE,
sobre la sociedad ateniense,
-DIODORO DE SICILIA, cuyos libros XI y XII abundan en detallismo,
-EFORO, autor presencial de los hechos,
-TIMEO, cuya obra hoy
está perdida,
-PAUSANIAS, sobre las Batallas de Tanagra y Eno,
-PLUTARCO, del s. I, sobre las figuras políticas en conflicto.
Fuentes numismáticas también hablan de la intensificación
de la circulación monetaria entre el 480 y 450 a.C, predominando en todas
las colonias mediterráneas el patrón y escudo ateniense.
Testimonios epigráficos también advierten una fuerte vitalidad adquirida rápidamente por Atenas y el entorno helénico, como se ve en el aumento de:
-los decretos políticos,
-las listas de tributos
atenienses,
-los cálculos de costes de edificios (se conservan el del
Partenón y Erecteion en Atenas, y el Asclepeion de Epidauro),
-los ostraca,
o tiestos de votación para el exilio en ostracismo de ciudadanos
atenienses,
-la documentación de cultos y festivales.
Testimonios arqueológicos, tanto en representaciones en vasos
cerámicos, como en viñetas esculpidas sobre la vida de la ciudad, y restos
monumentales todavía conservados, también avalan la presencia y pugna de
Atenas y Corinto, principalmente, en todo el arco mediterráneo.
A esto hay que sumar la formación de la
Liga de Delos bajo mandato ateniense, y formada por más de 200 ciudades a lo
largo del Egeo (salvo Melos), Grecia Central, Tesalia y Sicilia (Catania,
Regio y Leontinos), con un ejército de 300 trirremes, 16.000 jóvenes
atenienses, 1.200 jinetes tesalios y 13.000 hoplitas (cf. HERNANDEZ URIEL,
P., op.cit, Madrid 1993, pp.
503-512).
[84]
Tras las insistencias de:
-Corinto,
sobre el aspecto de la soberanía naval (posible únicamente mediante el
control del Istmo de Corinto),
-Megara,
para que no obtuvieran siempre perdidas respecto a los decretos comerciales
con Atenas,
-Esparta,
enemiga visceral de Atenas desde el momento (477 a.C) en que las islas del
Egeo dejan de confiar su defensa militar ante Persia en Esparta (ya que ésta
estaba siempre condicionada a su propia stasis interna), y eligen como hegemon-ejecutivo
de su Simmajia-Guerra a Atenas, con
centro federal jonio en Delos.
También
entrarían en esta Liga del Peloponeso los estados de Locria, Focea, Beocia (salvo Platea), del Adriático (Ambracia,
Leucade, Anactorion), Sicilia y Magna Grecia (Tarento, Locros, Siracusa),
sumando un ejército de 4.000 espartanos de infantería, 1.900 jinetes
beocios y 40.000 hoplitas de Esparta (cf. HERNANDEZ URIEL, P., op.cit,
pp. 522-529, 591-603).