GUERRA DEL PELOPONESO

a) Grecia clásica
b) Tucídides
c) Guerra del Peloponeso de Tucídides
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GRECIA CLASICA

 

a) Historia de Grecia Clásica

a.1) Grecia y sus ciudades-estado

            La historia de Grecia, desde el s. VIII a.C[1] hasta que fue conquistada por Filipo II de Macedonia el año 338 a.C[2], fue la historia de las ciudades-estado rivales, que se turnaban la hegemonía sobre el resto de ciudades. Esparta, Tebas, Atenas, Olimpia, Corinto y Argos, componían el mapa griego antiguo, aunque Esparta y Atenas sobresalían bastante sobre las demás.

            Entrando ya en el s. V a.C, la historia griega (o Grecia Clásica) fue la historia:

-de la resistencia contra los persas, y de la satisfacción helénica por sus victorias externas e independencia sobre la zarpa oriental[3];
-de la resaca y nostalgia interior, no obstante la euforia exterior, por lo que un día se fue en polis, apoikias y auge comercial, y que por propias rivalidades internas se estaba empezando a perder
[4].

            Así pues, pensadores como Sócrates y Demóstenes, artistas como Policleto, historiadores como Tucídides (puentes hacia la nueva escuela macedónica del norte)... intentaran unir ambos polos, exterior e interior, mediante una única, diferente y tradicional, cultura y pensamiento panhelénico[5]. Es la época de la seriedad y la madura reflexión, sin opción a poder volver a equivocarse.

            Así, la Grecia Clásica supuso el conflicto y la posterior necesidad de fusión de dos modelos políticos:

-de Atenas[6], principal enclave griego hacia el Egeo, y que se había convertido en la líder política indiscutible de toda Grecia, dirigiendo al resto de ciudades-estado en las Guerras Médicas contra la invasión persa del 480 a.C.

-de Esparta[7], situada en el sur del Peloponeso, que había conquistado a su vecina Mesenia, se había anexionado la mayoría de enclaves cercanos, y derrotó a Atenas en las civiles Guerras del Peloponeso, como líder militar indiscutible de toda Grecia.

            No obstante, incluso después de haber cedido su hegemonía a Esparta[8], ni Atenas ni Esparta conseguirían seguir siendo ya centros de unión políticos de Grecia, sino que este peso recaería en Macedonia.

a.2) Líneas historicistas griegas

            La heroica resistencia de los griegos contra los persas, y la satisfacción por la victoria conseguida, habían dado a la Grecia clásica un matiz de confianza en el valor del ciudadano griego[9], del camino histórico emprendido[10], de reconocimiento hacia las divinidades protectoras de las polis[11], de supremacía de todo lo griego sobre lo demás[12].

            Por otro lado, las penurias y agotamiento sufrido por propias luchas intestinas, en las Guerras civiles del Peloponeso, sembraban de dudas todo lo anterior, y llenaba de sombras la política interna y los resultados históricos anteriores. La “ciencia histórica” tenía ahora que responder a los desafíos, cosa que hará Tucídides, retomando el testigo de Herodoto, y que en épocas pasadas había hecho la ferviente mitología y culto religioso.

            No se perdió la madurez adquirida del sufrimiento y las batallas, pero esa paideia-sentido griego diferenciador quedó ensombrecida por el agotamiento y la decepción. La niké de Maratón y la traición espartana quedarán reflejadas, una y otra vez, en la mente y en las manos de los pensadores e historiadores.

b) Sociedad de Grecia Clásica

b.1) Grecia, un mundo racional

            Grecia fue un pequeño pueblo dotado de un admirable espíritu para las más variadas manifestaciones culturales[13]. En todas las ramas que cultivó, Grecia dejó marcada una profunda huella genial. Se puede decir que Grecia fue la cuna de la cultura occidental, y la razón, la medida de todas sus cosas[14].

            A Grecia se debe la formulación de las nociones fundamentales del saber con una precisión inigualada[15], la mayor parte de las tendencias que de una manera u otra impregnan la historia universal[16], la distinción y fijación de las partes de la ciencia, sus problemas y métodos de investigación[17].

            La literatura, la política, la historia, la matemática… todo estuvo impregnado de este sistema racional, todo debía reflejar aquellos cuatro conceptos universales que los griegos habían ido descubriendo a lo largo de los siglos: la unidad, la verdad, el bien, la belleza.

b.2) El hombre griego, centro de su ciencia histórica

            De todos los elementos analizados, tanto en los textos clásicos como en los precedentes y en general, podemos deducir un axioma: el hombre estaba en el centro de todas las cosas.

            No era “la medida de todas las cosas”, como decían los sofistas[18], ni tampoco ese “perro que ladra a quien no conoce, que como asno, prefiere la paja al oro, y que se dedica a llenar su vientre como una bestia”, como decía Heráclito[19]. Se puede decir que Grecia logró poner al hombre en el centro de todas las cosas.

            En la Grecia clásica, la ciencia histórica griega significó una revolución en la sociedad, un nuevo lenguaje a la conquista de la figura humana que se podía perder, un reflejo escrito de lo que debía ser la naturaleza y espíritu humano.

            Ciencia histórica que, por otro lado, no debía contradecir el realismo, sino acompañarle en el camino, ajustar su funcionamiento, perfeccionar su lenguaje, suprimir lo contingente. Se trataba de mostrar que el hombre griego estaba por encima de lo demás, era el centro de todo lo demás.

b.3) Cosmogonía griega de fondo

            El género historicista griego fue la ciencia que trató de buscar el argé-principio de los sucesos históricos[20], continuado en unos eshatons-hechos decisivos, y con capacidad final para explicar el sentido del proceso. Y se puede decir que lo encontró. Para ello fue necesaria la elaboración de un método histórico, que ya había tenido dos precedentes metodológicos:

-los precedentes matemáticos[21],
-los precedentes filosóficos
[22].

            En el campo de la historia, el “eterno retorno” de los conocimientos geográficos e históricos, y el fuerte dualismo materia-espíritu conceptual, también pusieron su sello en la historiografía griega. Se puede decir que la necesidad de entender el universo fue una de las escasas constantes en las sucesivas evoluciones historicistas[23].

b.4) Sociedad griega, latente en su ciencia histórica

            Desde los comienzos de su historia, Grecia se dio pronto cuenta de que su vida social necesitaba ser llenada con cultura. Fue así como comenzaron a potenciarse los juegos olímpicos y la fiesta de las panateneas[24]. El género y la tragedia, en forma de competición, fomentó una verdadera conciencia ciudadana y un sano sentimiento afectivo hacia la ciudad[25].

            Controvertido en Grecia fue, en cambio, el concepto de mujer. Es verdad que por algún tiempo no llegó a alcanzar ni siquiera el status de ciudadana, y que la mayor parte del tiempo debía estar recluida en casa, en la habitación más interior posible.

            Pero eso sí, y a diferencia del mundo oriental, la mujer griega empezó a tener en sus manos la administración de la casa, el control de los esclavos, la dedicación al tejido familiar. Se puede decir que dos fueron las concepciones griegas respecto a la mujer:

-la de Platón[26], [26], para el que la virtud de la mujer estaría en las labores de las casa y en su servicio a la sociedad, como propiedad estatal que son, y prestación que tenía que ofrecer en tiempos de guerra.

-la de Jenofonte[27], [27], para quien la virtud de la mujer estaría en esperar al marido, y en prever todo para que éste estuviese libre para otras cosas.

c) Política de Grecia Clásica

c.1) Atenas

            Atenas, fundada por los jonios en el s. XI a.C. en el centro de la Atica[28], comenzó siendo una zona pobre y de escasas cosechas, por lo que no fue de gran interés.

            Sin embargo, pronto Atenas empezó a consolidarse como un propio estado, posiblemente cuando se llevó a cabo la unificación del Atica. Las diferentes comarcas y aldeas pasaron entonces a depender de un centro urbano implantado a los pies de la acrópolis ateniense, y los problemas que empezaron a originarse de superpoblación fueron solventados gracias a la expansión territorial.

            Atenas creció rápidamente hasta hacerse con el control de todo el comercio del Egeo. Esto perjudicaba a otras ciudades de la zona, como Corinto o Megara, que pidieron ayuda a Esparta, tradicional enemiga de Atenas por causas políticas: mientras Esparta era partidaria de la oligarquía, Atenas favorecía la democracia.

            Una serie de batallas entabladas desde el año 431 a.C. hasta el 404 a.C (ya sabemos cuáles), supusieron la supremacía final militar de Esparta sobre Atenas.

            Pero a pesar del espíritu democrático de la vida ateniense, Atenas fue un estado esclavista, manteniendo a más de 200.000 personas realizando las tareas productivas de la ciudad, mientras los atenienses podían dedicarse a la filosofía y a la política, ya que no tenían que trabajar.

            A diferencia de la espartana, la educación ateniense no fue estatal. A los 7 años los jóvenes iban a la escuela acompañados por un esclavo-pedagogo que los ayudaba en sus lecciones. La formación había de ser tanto intelectual como física.

c.2) Política ateniense

            Según los modelos de la Grecia Antigua, y siguiendo la definición que los aristócratas daban para la polis y para todo, cada estado debía estar gobernado por un sistema oligárquico de eupatridad, es decir, por los buenos padres de la patria.

            Mientras que la enemiga Esparta sufría la stasis[29] y otros estados tenían tiranías[30], Atenas optó, desde sus comienzos, por modelos distintos y capaces, buscando soluciones en torno a la gobernabilidad.

            Varios fueron los intentos realizados en esta dirección a lo largo de los siglos VI-V a.C:

-Cilón, que intentó una tiranía suavizada,

-Dracón, que reformó los abusos de poder con medidas severas,

-Solón, que quitó las cargas que caían sobre el campesinado, y censó a la población no por linaje sino por otros conceptos (en este caso el de la riqueza o número de dimnos poseídos),

-Pisístrato, que potenció a la gente sin recursos y creó las estructuras comerciales, religiosas, intelectuales y económicas básicas para el posterior florecimiento de la ciudad,

-Clístenes, bisabuelo de Pericles, que remodeló todas las instituciones políticas atenienses en Ecclesia (asamblea legislativa), Bulé (senado de los 500), Arcontado (tribunal judicial), Helieo (tribunal popular), Areópago (tribunal militar) y Estratega (consejo de alcaldía),

-Pericles, uno de los hombres más influyentes de la historia de Grecia, impulsor de la democracia y del gobierno del pueblo por el pueblo, y calificado por todo el mundo como el “padre de la democracia”[31].

c.3) Esparta

            Ciudad fundada por los dorios hacia el s. XI a.C, y conocida también como Lacedemonia[32], Esparta estaba situada junto al río Eurotas del Peloponeso, cerrada en sus 4 puntos cardinales por: el golfo de Mesenia y puerto de Giteion (S), Cordillera del Taigeto (N), y las provincias de Elide, Argólida y Arcadia (W). Disfrutaba de riqueza y feracidad en sus tierras, y estaba aislada por mar y montaña del resto de civilizaciones.

            Con numerosas citaciones clásicas a su status diferenciado del resto[33], Esparta pudo tener bastantes elementos proto-históricos micénicos en sus alrededores[34], y contribuyó eficazmente a la batalla de Troya[35].

c.4) Política espartana

            Definida por Herodoto como un “campamento militar” y por Tucídides como un “colectivo de supersticiosos”, por su rígida disciplina militar[36] y por ser capaces de retirarse de una guerra para celebrar los cultos locales a sus dioses[37], Esparta construyó su propia polis-estado como el más grande de Grecia[38], de una forma muy diferente al resto[39], y con las peculiaridades de:

-inmovilidad de leyes,
-ausencia de evolución cultural,
-exigencia de sacrificios desde la propia infancia,
-educación en los máximos valores humanos
[40],
-sobrevaloración del pasado, y capacidad de sacrificar el futuro
[41].

            Fue Tirteo de Esparta, en el s. VII a.C, su auténtico alma intelectual, e introductor de:

-los lemas espartanos[42],
-la participación de las mujeres en los agones-olimpiadas competitivas
[43].

            Como grupos sociales destacados, hubo en Esparta tres:

-los homoioi o espartiatas, o iguales, que controlaban el estado espartano, por ser oriundos de Esparta y poseer los derechos políticos y de tierra;
-los periecos, o habitantes de los alrededores, no oriundos de Esparta y sin derechos, pero con permiso para trabajar el campo y la artesanía;
-los hilotas, o esclavos, traídos como prisioneros de guerra, que no disfrutaban de libertad alguna, más que dejarse atacar por los niños espartanos y aprendices guerreros, y que debían participar en las guerras[44].

            A nivel de legislación política, fue el conjunto de leyes o Rhetra, fruto de la obra consensuada por Licurgo, la que dominó el panorama político espartano, basado éste en:

-una diarquía hereditaria, compuesta por: 1 rey militar y 1 rey sacerdote,
-una gerusía o Asamblea de control estatal, compuesta por 5 éforos-jueces y 28 gerontes-ancianos.

 

 

TUCIDIDES

 

a) Tucídides

            Político e historiador ateniense, Tucídides (454-397 a.C) perteneció a la familia de los Filaidas, hijo de Oloro de Tracia y de madre ateniense descendiente de Milcíades.

            Respiró en su ciudad la más refinada cultura de oro ateniense[45], y fue educado esmeradamente[46], ya que las rentas paternas permitían forjar su espíritu sin urgencias económicas. También se inició en la Gramática y Medicina[47]. Surgió, pues, en Tucídides, un espíritu racionalista-historicista, fundamentado en:

-las altas clases políticas,
-los análisis de pensamientos e ideas,
-el carácter convencional de la ley
[48],
-las bases científicas de las cosas
[49].

            Ocupó el cargo político de estratego de Atenas, en cuyo mandato (424 a.C, en plena I Guerra del Peloponeso) fue enviado a romper el cerco de Anfípolis, al mando de una flota imponente ateniense, y en cuya misión fue derrotado por el ejército espartano y se apartó de la política y de Atenas. Es el momento en que escribe, del 424 al 411 a.C, todos los acontecimientos de la Guerra civil griega, algunos testimoniados y contrastados, y otros mismos presenciales.

            Acabada la Guerra civil en el 404 a.C. parece que volvió a su ciudad natal, donde pasó el resto de sus años.

b) Historicismo en Tucídides

            La biografía de Tucídides (Atenas 454 a.C[50]-Atenas[51] 397 a.C) nos ha llegado principalmente por medio de 3 fuentes:

-la propia aportada por el autor[52],
-los propios autores de la época
[53],
-la del biógrafo Marcelino, del s. V d.C
[54].

            Seguro es que:

-fue ciudadano ateniense,
-por vía paterna se remontaba a Tracia
[55],
-pertenecía al demo de Alimunte
[56].

            Fue, por tanto, testigo directo de los acontecimientos que estaba narrando, entre los cuales fue importante:

-que contrajo la Peste que asoló Atenas el 429 a.C,
-que participó en los acontecimientos de Anfípolis
[57],
-que acudió a enterarse de las protestas populares tras el escándalo de los Hermocópidas
[58],
-que conoció de primera mano los preparativos del Golpe de estado de Atenas-411 a.C
[59].

            En cuanto a su destierro, parece ser que Tucídides fue desterrado de su patria Atenas a causa del fracaso en la campaña de Anfípolis. Es verdad que hoy día se pone en cuestión este destierro, mencionado por el propio autor[60] y en un intento de revisar el influjo del autor en sus descripciones[61], pero las referencias clásicas siempre lo han mantenido[62].

c) Tucídides historiador

            Tucídides puede ser considerado como el primer autor con vocación y método historicista de la historia, dando un salto cualitativo respecto a los logógrafos Herodoto de Helesponto[63] y Helánico de Lesbos[64]. No obstante, conoce la obra de sus predecesores, y también la de Antíoco de Siracusa[65].

            Se puede decir que Tucídides:

-hois autós parén, escribe sobre lo que ha visto,
-para ton allón pynthanomenos, escribe lo escuchado de otros
[66].

            En cuanto a lo que ha visto, Tucídides es bien conocedor de:

-las peculiaridades dialectales,
-las sepulturas halladas en la isla de Delos,
-la estructura urbanística de Esparta
[67].

            Y en cuanto a lo que ha escuchado de otros, Tucídides conoció:

-las genealogías de asentamientos y colonizaciones,
-la literatura cartográfica, etnográfica y periegética
[68].

            Son características del método historiográfico de Tucídides:

-la autourgía, o inserción directa en los acontecimientos,
-el saphés, o búsqueda de lo cierto y seguro, no tanto de lo bello o seductor,
-la areté, o ausencia de calificativos en los personajes
[69],
-la gnomai, o unión de los planes humanos con el destino de cosas
[70],
-la alethestate prophasis, o búsqueda de las causas verdaderas
[71].

            Y son recursos particulares de la ciencia histórica tucídica:

-la iluminación de ciclos históricos futuros,
-la identificación de pretextos sin causas, auténticos hilos que mueven la Historia,
-la síntesis de hechos y vida, cargándola de personalidad y psicología, formación cultural, religiosa, filosófica y política
[72].

d) Obra histórico-heurística de Tucídides

            Tucídides fue el prototipo de historiador que escribió desde el exilio, con contrato adquirido ante el lector de contar “toda la sygraphein-verdad”. No fue un mero transmisor de palabras o logógrafo (que es como tildó a Herodoto), e hizo pivotar su obra sobre 2 pilares o columnas:

-los erga-acontecimientos, según los han visto los testigos (visitando los lugares y preguntando a los videntes) y según las pruebas materiales que pudieran quedar.

-los logoi-discursos, con reconstrucciones aproximadas de lo que dijo cada personaje en cada lugar, y atención especial a aquellos que más atañían a las causas de la guerra: los políticos[73].

            Tucídides propuso como método[74] la búsqueda de la verdad (zetesis tes aletheias, I, 20, 3), criticando a quienes aceptan la tradición oral (akoé, I, 20, 1) sin comprobación (abasanistos). Persiguió la exactitud (akribeia, I, 22, 2) con esfuerzo (epíponos, I, 22, 3), dio importancia a la observación directa de los hechos, y puntualizó escrupulosamente todo criterio, de manera objetiva. Deseaba que su historia fuera útil (ophélima) para los que buscaban la verdad (to saphés), sobre lo que ha sucedido y sucederá de nuevo, de acuerdo con la condición humana, y como logro cíclico de la historia (ktema es aiei, I, 22, 4).

            En este sentido, su historia aspiró al establecimiento de leyes universales, con la convicción de que la historia se repite cíclicamente, y la naturaleza humana (anthropeia physis) será siempre la misma.

            Por último, buscó también Tucídides las motivaciones personales de los personajes, sus ambiciones y temores, la admiración y repudio de ideas, desde un intento constante de objetividad, o punto de referencia bipolar.

e) Obra histórico-política de Tucídides

            Se puede decir que la obra histórica de Tucídides se implicó de lleno en el campo político, desde el intento de imparcialidad[75], y con el deseo de extirpar de la sociedad y mundo griego las dos principales epidemias que la ponían en peligro: su soberbia-hybris exterior y su ambigüedad política interior. Lo hizo desde la defensa de sus valores contrarios, u omitidos.

            Por otro lado, Tucídides fue un ferviente seguidor de la política democrática periclea. Lo que le llevó a plasmar por escrito sus elementos positivos, y también los negativos.

e.1) Sobre política exterior

            La experiencia visual de la guerra civil llevó a Tucídides a replantear algunos esquemas helénicos elaborados desde los orígenes, y que había que adaptar a los nuevos tiempos y fracasos.

            El primero fue la concepción griega del bárbaro[76]. Y es que, a nivel exterior, la ciudad griega estaba definida como “la asociación de seres iguales que aspiran, en común, a conseguir una existencia dichosa, protegiendo para ello a sus ciudadanos de los extranjeros”. Fueron palabras del mismo Aristóteles[77] quien definió muy bien lo que fue, ya desde su fundación y hasta el final de sus éxitos, esa hybris griega, esa especie de soberbia o superioridad sobre lo extranjero[78].

            Así, Tucídides tuvo que demostrar que el estilo de vida griego no tenía por qué ser mejor que el de otras culturas, que no tenía por qué tener más atractivo especial que el resto de culturas. Cosa que, por otro lado Tucídides supo explicar, y explicó[79].

e.1) Sobre política interior

            A nivel interior, Tucídides luchó contra las ambiguas políticas internas[80], sus contradicciones, y el autentico cáncer al alcance de los ciudadanos, llamado sofismo, en su versión de[81]:

-relativismo, bajo forma de “todo se muda y todo cambia”,
-venalidad, bajo forma de “todo tiene que ser retribuido”,
-frivolidad, bajo forma de “con tu palabra, fundarás una ciudad o la destruirás”,
-convencionalismo, bajo forma de “las leyes son convenciones para vivir en sociedad”,
-subjetivismo, bajo forma de “las cosas son como a mí me parece, pues soy la medida de todas las cosas”,
-oportunismo, bajo forma de “si los medios son buenos, todo fin vale”,
-indiferentismo, bajo forma de “no hay cosas buenas o malas, todo depende”,
-utilitarismo, bajo forma de “sigue tu conciencia y muévete”,
-agnosticismo, bajo forma de “sobre los dioses, nadie puede saber si existen o no”.

e.2) Sobre las ventajas de la democracia periclea

            El panfleto publicitario o campaña electoral de Pericles, desarrollado en su Oración fúnebre por Tucídides[82], trae bastante cola de elementos positivos y contradicciones propias.

            En el campo de las aportaciones positivas, será la profesora Fernández Pastor la que nos recuerde que, en las bases de esta democracia periclea, existe en Tucídides:

-respeto a la tradición,
-conciencia del progreso hacia algo mejor,
-igualdad esencial entre ciudadanos,
-identidad colectiva en torno a la ciudad, no a la estirpe,
-elogio de las instituciones y carácter atenienses, que se crean mutuamente,
-no ser indistinto el modo de vida que se elija,
-los caracteres, modelados en la ciudad, y cada uno contribuyendo al todo,
-reconocimiento de los méritos,
-ejemplo de los muertos, que han de servir de modelo para los jóvenes,
-necesidad de antigüedad, que por sí misma tiene su valor,
-necesidad de colectividad, pues el individuo solo no es pensable.

c) Sobre las contradicciones de la democracia periclea

            En el campo de las contradicciones, nos encontramos en primer lugar con la denuncia que hace Tucídides del sistema de sorteo para la ocupación de magistraturas, consejerías o congresos legislativos, impuesto por Pericles, e incompatible con sus deseos de ejemplo ante el mundo de sabiduría y juicio.

            En segundo lugar nos encontramos con la denuncia del enorme derroche de dinero tenido que ser desembolsado para pagar a los funcionarios estatales. Se dice incluso que éste era el incentivo que muchos buscaban al ocupar cargos, y no otro.

            La debilidad exterior y militar, recuerda también Tucídides, y pese a los reiterados intentos de que no se perdiera, acabaron perdiéndose. De hecho, nunca Pericles pudo llevar a cabo una batalla definitiva, sino siempre parciales y de contención.

            Por último, multiplicar entes sin necesidad, o peritos por 2 años sin control, acabó cavando la propia fosa cuando llegaron los momentos de debilidad (ocurridos cuando la guerra y peste asolaron Atenas), y por eso, recuerda Tucídides, a Pericles se le echó, literalmente, todo el pueblo encima.

 

 

GUERRA DEL PELOPONESO DE TUCIDIDES

 

a) Causas de la guerra del Peloponeso

            Fueron relatadas por Tucídides en torno a:

a.1. Incidentes de Corcira (I, 24-55),
a.2. Campaña de Potidea-435 a.C (I, 56-66),
a.3. Más prepotencia ateniense[83] (I, 89-118),
a.4. Asamblea del Peloponeso[84] (I, 119-125).

b) Batallas del Atica

            Fueron relatadas por Tucídides en torno a:

b.1. 1ª Incursión al Atica (II, 18-23),
b.2. Contraataques atenienses (II, 24-43),
b.3. 2ª Invasión del Atica (II, 47-54),
b.4. Tracia y Macedonia (II, 95-101),
b.5. Caída de Mitilene (III, 26-29),

b.6. Caída de Platea (III, 52),
b.7. Derrota en Leucade (III, 94-98),
b.8. Caída de Locria (III, 100-102),

b.9. Purificación de Delos (III, 104),
b.10. Campaña en Pilos (IV, 3-9),

b.11. Contraataques a Corinto y Megara (IV, 42-74),
b.12. Acontecimientos en Beocia (IV, 133-135),
b.13. Campaña en Anfípolis (V, 10-13),

b.14. Enfrentamiento Argos-Epidauro (V, 53-56),
b.15. Destrucción de Melos (V, 114-116),
b.16. Rendición de Atenas-421 a.C (V, 18-20).

c) Batalla de Sicilia

            Fue relatada por Tucídides en torno a:

c.1. Traición de Alcibíades (VI, 15),
c.2. Mutilación de las Hermes (VI, 27-29),
c.3. Estupor en Atenas (VI, 33-40),
c.4. Noticias y planes sobre Sicilia (VI, 46-50),
c.5. Expedición ateniense a Sicilia (VI, 42-46),
c.6. Operaciones de Atenas en Sicilia (VI, 62-75),
c.7. Llegada de Esparta a Sicilia (VI, 94-104),
c.8. Toma espartana de Plemirio (VII, 21-25),
c.9. Batalla naval de Siracusa-415 a.C (VII, 36-41),
c.10. Aniquilación del ejercito de Atenas (VII, 78-95),
c.11. Genocidio a prisioneros atenienses (VII, 86-87).

d) Batallas en Jonia

            Fueron relatadas por Tucídides en torno a:

d.1. Noticias de Sicilia en Atenas (VIII, 1),
d.2. Preparación de Atenas para la guerra (VIII, 2),
d.3. Miedo de Esparta, y negociaciones con persas (VIII, 16-22),
d.4. Batalla de Mileto (VIII, 23-28),
d.5. Operaciones en Helesponto (VIII, 61-63),
d.6. Operaciones en Samos y Mileto (VIII, 78-88),
d.7. Batalla de Cinosema (VIII, 99-108),
d.8. Caída de los 400 de Atenas (VIII, 89-98),
d.9. Fin del relato de Tucídides (VIII, 109),
d.10. Rendición de Atenas-404 a.C.

e) Historiografía sobre Guerra del Peloponeso

e.1) Personajes

            Como citado en 5 libros, destaca:

-Nicias de Atenas, libr. III (51), IV (27, 28, 42, 129, 153), V (16, 45, 46), VI (8, 19, 24, 47, 67) y VII (1-10, 16, 42, 48-50, 60, 72, 76, 78-87).

            Como citados en 4 libros, destacan:

-Hermócrates de Sicilia, libr. IV (58), VI (32, 35, 72-75), VII (21, 73) y VIII (26, 29, 45, 85);
-Alcibíades el traidor, libr. V (43, 44, 52-55), VI (8, 15, 28-30, 48, 61, 68, 93), VII (18) y VIII (6, 11, 12, 17, 26, 45-52, 56, 81, 86, 97, 106).

            Como citados en 3 libros, destacan:

-Arquidamo de Esparta, libr. I (79), II (10, 12, 13, 18-20, 47, 71-74) y III (1, 2);
-Brasidas de Esparta, libr. II (25, 85), IV (11, 70, 78, 80-88, 102-107, 114-117, 120-128, 135) y V (2, 3, 6-11);
-Demóstenes de Atenas, libr. III (94-97, 107, 111, 112), IV (29-32, 36-38, 76) y VII (25-27, 31, 42, 47-49, 72, 78-87);
-Pisístrato de Atenas, libr. I (20), III (104) y VI (53);
-Cleón el Sofista, libr. III (36), IV (21, 22, 27-29, 33, 36-38, 122) y V (2, 3, 6-10).

            En cuanto al resto de personajes, son citados:

-Homero, libr. I (3, 10) y III (104);
-Hesíodo,
libr. III (96);
-Heracles,
libr. I (24);
-Hermes,
libr. VI (27, 28, 53, 60);
-Jerjes,
libr. I (14, 129);
-Sófocles,
libr. IV (2, 46, 65).

            Así como los mismos:

-Pericles, libr. I (111, 114-117, 127, 139, 145) y II (12, 13, 21, 22, 32, 34, 55, 56, 58, 59, 65);
-Tucídides,
libr. I (1), II (70), IV (104-107, 135), V (26), VI (7, 93) y VII (6, 18).

e.2) Lugares

            De Liga de Delos son destacados:

-Delos, libr. I (8, 96), II (8), III (104) y V (1);
-Pireo, libr. I (93, 107), II (13, 93, 94), V (26) y VIII (1);
-Quíos, libr. I (19, 116), IV (51) y VIII (5, 14, 23, 24, 30, 32, 38, 40, 61-63, 100-108);
-Samos, libr. I (13, 40, 115, 116), IV (75) y VIII (16, 21, 25, 48, 63, 73-77, 78-84);
-Corcira, libr. I (24, 118, 136, 146), II (7) y III (69, 70, 76);
-Decelia, libr. VI (91), VII (18, 19, 27, 28, 42) y VIII (3).

            De Liga del Peloponeso son destacados:

-Argos, libr. I (9, 135), II (68), V (14, 27-31, 36-41, 80-84) y VIII (25);
-Corinto, libr. I (13, 25), II (92, 93), IV (42) y V (30, 31);
-Potidea, libr. I (56, 60-62, 118, 139), II (2, 58, 70), III (17) y IV (135);
-Megara, libr. I (27, 103, 105, 107), II (9, 30) y IV (68, 69);
-Mesina, libr. III (90), IV (1, 24, 25) y V (6).

            Otros lugares mencionados son:

-Delfos, libr. I (25, 28, 112, 118, 121, 143);
-Maratón,
libr. I (18, 73) y II (34);
-Termopilas,
libr. III (92) y IV (36);
-Micenas,
libr. I (9, 10);
-Mileto,
libr. I (15) y VI (78-88);
-Olimpia,
libr. I (121, 143) y II (8);
-Iberia,
libr. VI (2);
-Italia,
libr. I (12) y II (7);
-Egipto,
libr. I (104, 105, 109, 110), II (53) y VIII (35);
-Sicilia,
libr. I (12), II (7), III (86, 87), VI (1) y VII (1-87).

f) Bibliografía sobre Guerra del Peloponeso de Tucídides

f.1) Obras griegas

ESOPO, Fábulas (trad. de J. García Moreno), ed. Alianza, Madrid 1998.
APOLODORO, Biblioteca mitológica (trad. de G. López Casildo), ed. Alianza, Madrid 1993.
HOMERO, Odisea (trad. de J. L. Calvo), ed. Cátedra, Madrid 1987.
EURIPIDES, Tragedias (trad. de J. A. López Pérez), ed. Cátedra, Madrid 1985.
ARISTOFANES, Acarnienses, Caballeros, Tesmoforias, Asamblea de mujeres (trad. F. Rodríguez Adrados), ed. Cátedra, Madrid 1991.
ESQUILO, Tragedias completas (trad. de J. Alsina Clota), ed. Cátedra, Madrid 1983.
APULEYO, El asno de oro (trad. de J. M. Royo), ed. Cátedra, Madrid 1986.
SOFOCLES, Tragedias completas (trad. de J. Vara Donado), ed. Cátedra, Madrid 1985.
HESIODO, Poemas Hesiódicos (trad. de M. A. Corbera Lloveras), ed. Akal, Madrid 1990.
DEMOSTENES, Filípicas, Sobre la corona (trad. de A. López Eire), ed. Cátedra, Madrid 1998.
JENOFONTE, Anábasis (trad. de C. Varias), ed. Cátedra, Madrid 1999.
TUCIDIDES, Historia de la Guerra del Peloponeso (trad. A. Guzmán Guerra), ed. Alianza, Madrid 1989.
HERODOTO, Historia (trad. de M. Balasch), ed. Cátedra, Madrid 2008.
HOMERO, Ilíada (trad. de J. Alarcón Benito), ed. Clásicos, Madrid 1994.
ARISTOTELES, Política, Metafísica, Etica a Nicomaco, Contra sofistas (trad. de M. Candel), ed. Espasa Calpe, Madrid 1988.
PLATON, La República (trad. de M. Candel), ed. Espasa Calpe, Madrid 1992.

f.2) Manuales sobre Grecia

BENGTSON, H; Historia de Grecia, ed. Gredos, Madrid 1986.
BRAVO, G; Historia del mundo griego. Una introducción critica, ed. Alianza, Madrid 1994.
DOMINGUEZ MONEDERO; A. J; La polis y la expansión colonial griega. Siglos VIII-VI, ed. Síntesis, Madrid 2001.
BOWIE, E. L; Estudios sobre Historia griega, ed. Akal, Madrid 1981.
ALBALADEJO VIVERO, M; Los griegos. Vida y costumbres, ed. Edimat, Madrid 2006.
TRONCOSO, V. A; El genio de Grecia, ed. Historia 16, Madrid 1988.
FERNANDEZ URIEL, P; El mundo griego, ed. UNED, Madrid 1993.
DOMINGUEZ, A; GOMEZ ESPELOSIN, F.J; GASCO, F; SUAREZ, D.P; Historia del mundo clásico a través de sus textos. Grecia, ed. Alianza, Madrid 1999.
GOMEZ PANTOJA, J (dir); Historia antigua. Grecia, ed. Ariel, Barcelona 2003.
LOPEZ PEREZ, J. A (dir); Historia de la literatura griega, ed. Cátedra, Madrid 1992.
BOARDMAN, J; Los griegos de ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica, ed. Alianza, Madrid 1986.
BOWRA, C.M; La Atenas de Pericles, ed. Alianza, Madrid 1988.
FINLEY, M.J; La Grecia antigua. Economía y sociedad, ed. Crítica, Barcelona 1984.
FLACELIERE R; La vida cotidiana en Grecia, ed. Temas Hoy, Madrid 1996.
GOMEZ ESPELOSIN, F.J; Introducción a la Grecia Antigua, ed. Alianza, Madrid 2008.
RODRIGUEZ ADRADOS, F; La democracia ateniense, ed. Alianza, Madrid 1988.

f.3) Sobre  la obra de Tucídides

HUDE, C; Thucydides Historiae ad optimos coddices… collatos, Leipzig 1901.
CLASSEN, J; STEUP, J; Thukydides, Berlín 1922.
SMITH, C. F; Thucydides, Londres 1923.
HUDE, C; Scholia in Thucydidem, Leipzig 1927.
JONES, H. S; POWELL, J. E; Thucydidis Historiae, Oxford 1942.
LUSCHNAT, O; Thucydidis Historiae, Leipzig 1954.
ALBERTI, J. B; Thucydidis Historiae, Roma 1972.
ROMILLY, J; Thucydide: Histoire de la guerre du Peloponnese, París 1972.
GOMME, A. W; ANDREWES, A; DOVER, K. J; A Historical commentary on Thucydides, Oxford 1981.
BERENGUER, J; BALASCH, M; Historia de la guerra del Pelopones, Barcelona 1982.

f.4) Sobre Tucídides

CORNFORD, F. M; Thucydides Mysthistoricus, Londres 1907.
GRUNDY, G. B; Thucydides and the history of his age, Oxford 1948.
RITTELMEYER, F; Thukydides und die Sophistik, Erlangen 1915.
ABBOT, G. F; Thucydides. A study in historical reality, Londres 1925.
TAEGER, F; Thukydides, Stuttgart 1925.
TAEUBLER, E; Die Archaologie des Thukydides, Leipzig 1927.
COCHRANE, C. N; Thukydides and the science oh history, Londres 1929.
SCHADEWALDT, W; Die Geschichtsschreibung des Thukydides, Berlín 1929.
KOLBE, M; Thukydides im Lichte der Urkunden, Stuttgart 1930.
MOMIGLIANO, A; La composizione della Storia di Tucidide, Turín 1930.
MUNCH, H; Studien zu den Excursen des Thukydides, Heidelberg 1935.

...

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CANFORA, L; Tucidide continuato, Padua 1970.
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Manuel Arnaldos   
Mercaba, diócesis de Cartagena-Murcia    

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[1] Se suele decir que la celebración de los I Juegos Olímpicos-776 a.C. representa el final de la Grecia Oscura y el comienzo de la Grecia Arcaica.

[2] Otros autores dividen: hasta el 480 a.C (con el fin de las Guerras Médicas) estaríamos hablando de Grecia Arcaica; del 480 a.C. en adelante, de Grecia Clásica.

[3] Las Guerras Médicas (490-479 a.C, narradas por HERODOTO) constituyeron la auténtica sorpresa internacional, en que por primera vez un pequeño David (Grecia) lograba tumbar al gigante persa oriental, inundado de legiones medas.

            En la victoria de Marathon (12 sept. 490 a.C), 10.000 atenienses, al mando de MILCIADES, y formados en rígidas falanges atenienses, lograron tumbar a los 20.000 jinetes de DATIS DE PERSIA, con FILIPIDES recorriendo los 42 km. para gritar Niké.

            Tras la humillante venganza persa de Termópilas (11 ago 480 a.C), en que los 8.000 griegos de LEONIDAS fueron aplastados por los 320.000 persas de JERJES DE PERSIA, con la consiguiente devastación de Atenas, DEMISTOCLES logró reunificar la resistencia, y sucesivamente en Salamina (con el hundimiento de la flota persa) y Platea, Grecia logró expulsar a los persas del territorio helénico.

[4] Las Guerras del Peloponeso (431-404 a.C, narradas por TUCIDIDES) supusieron el fin de la democracia ateniense, y las consiguientes piratería, stasis, y búsqueda de una filosofía diferente. Enzarzadas comercialmente Esparta y su Liga del Peloponeso (con Corinto y su soberanía naval, Megara y sus decretos comerciales…) frente a Atenas y su Liga de Delos (islas del Egeo), las batallas fratricidas griegas supusieron el agotamiento de una guerra agonal, llena de sacrilegios, imparcialidad y traición.

            Tras la I Guerra Civil o Arquidámica (431-421 a.C), en que ARQUIDAMO DE ESPARTA fusiló los campos atenienses y provocó la peste y hambruna, y las siguientes batallas de Pilos y Delión, NICIAS DE ATENAS tuvo que rendirse al nuevo status espartano.

            Con la II Guerra Civil o Decélica-Jonia (415-404 a.C), iniciada en una nueva ofensiva espartana en Decelia de Atica, y las Batallas de Arginusas y Egospótamos, Atenas tuvo que rendirse de forma total, entregando sus islas, permitiendo un gobierno tirano (de los 30) y destruyendo parte de su patrimonio cultural y comercial.

[5] En el Concilio de Corinto-337 a.C, y tras el dominio obtenido por FILIPO II DE MACEDONIA sobre toda la Grecia continental, tras la Batalla de Queronea-338 a.C. y consiguiente castigo a Tebas y Esparta, surgirá por primera vez la idea explicita del panhelenismo, en su vertiente política (el rey pasaría a ser el estratego de un estado federal, con proyección conquistadora contra Persia) y cultural (inspirada en la paideia griega).

[6] Atenas, de origen limitado en espacio y recursos, que se abrirá a las ligas egeas, poniendo en marcha una política novedosa y expansionista (cf. GOMEZ ESPELOSIN, F. J; Introducción a la Grecia Antigua, ed. Alianza, Madrid 2008, p.165).

[7] Esparta, ciudad helénica más populosa en ejército y territorio, que se irá cerrando en sí misma, con  una política de matiz conservador (cf. op.cit, p. 165).

[8] El conflicto Esparta-Atenas fue continuo, en las conocidas batallas del Peloponeso, y las victorias y derrotas se sucedieron unas a otras. Hasta la Paz del 404 a.C, en que se decide el cese de hostilidades, y Atenas renuncia a sus aspiraciones hegemónicas (cf. Ibid., p. 171).

[9] No hay más que escuchar los discursos de LISIAS, ISEO y ANDOCIDES, maestros de la elocuencia, y para algunos el origen del futuro sofismo combatido, entre otros, por Tucídides.

[10] ARISTOFANES testimonia en su Comedia Antigua, por ejemplo, y con cierta sátira política, la activa participación de todo el pueblo en la vida ciudadana.

[11] De mención especial es la profunda religiosidad mostrada por SOFOCLES en este final del s. V a.C, sobre la vida y el destino de los hombres. También ESQUILO, con su vigorosa y solemne religiosidad, refleja el ideal moral y religioso del inicio de esta Grecia Clásica.

[12] Se puede decir que fue DEMOSTENES el iniciador de la hybris helena clásica, al animar en su Filípicas y en sus Olintiacas, a la resistencia de Grecia contra todo lo extranjero o bárbaro. ESQUINES e ISOCRATES también fueron defensores de la idea panhelénica y de la supremacía de Grecia sobre lo demás.

[13] cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía. Tomo I: Grecia y Roma, ed. BAC, Madrid 1990, p. 119.

[14] Para muchos, la razón griega marca la cumbre más alta a la que ha llegado la humanidad. Véase, así, la obra de Lessing, Winckelmann, Goethe, Schiller, Hegel, Nietzsche…

[15] “Con el preciso análisis de la naturaleza, de Dios, y del retorno cíclico de sucesos y cosas, se puede conocer la ley cósmica, y los efectos de esa ley en las cosas contingentes” (cf. ANAXIMANDRO, Laercio, II, 1-2).

[16] Monismo y pluralismo, materialismo y espiritualismo, idealismo y realismo, racionalismo y empirismo, dogmatismo y probabilismo, hedonismo y utilitarismo, criticismo y escepticismo… Apenas hay actitud posterior en la historia del pensamiento que no tenga sus antecedentes en la razón y pensamiento griego.

[17] Buscados ya desde los orígenes culturales griegos, donde ya en el s. VII a.C. el primer formulador de los métodos de investigación decía que “de las antítesis primarias entre el ser y no-ser, limitado e infinito, lleno y vacío, provienen todas las figuras, los números y las cosas: del 1 el punto, del 2 la línea, del 3 la superficie, del 4 el volumen, y entre ellos, la geometría total del universo” (cf. THALES DE MILETO, Timeo, 55d).

[18] Según PROTAGORAS  y GORGIAS, “las leyes son lo que a mí me parecen, pues yo soy la medida de todas las cosas” (Protag., 317b), pues “no existe nada sino yo, ni el ser ni el no ser ni la mezcla de ser y no ser” (Elogio de Helena 8, 12-14). Es el concepto de hombre, está claro, del más radical nihilismo.

[19] Se dice que HERACLITO depositó su libro en el Templo Artemisa de Efeso, pero lo dejó escrito en un oscuro dialecto jónico, “a fin de que después de haber escuchado mi doctrina no la entiendan, y se queden todos sordos” (cf. TIMON, fragm., 43d). Posteriormente, y aburrido de los hombres, se retiró a los montes, viviendo de hierbas y muriendo de hidropesía.

[20] Ya desde los filósofos THALES DE MILETO, ANAXIMANDRO, ANAXIMEDES… el agua, el fuego, el aire fueron pasando a ser sucesivamente los primeros principios o argés de todas las cosas, pasando por la sophía, el hombre… hasta la definitiva evolución racional emprendida por HERODOTO y TUCIDIDES, y culminada en ARISTOTELES y ALEJANDRO MAGNO.

[21] Conjunto de mazematas-enseñanzas:

-iniciado hacia el 500 a.C. por PITAGORAS con su método infinitesimal (teoría matemática que subdividía una extensión hasta el infinito),
-seguido por EMPEDOCLES, fundador del eclecticismo (teoría física de la unión del fuego con el aire con y el agua, para formar la tierra),
-culminado por LEUCIPO y DEMOCRITO y su atomismo (teoría química del vacío, en que los átomos van uniéndose entre sí y causan las diversas formas).

            Ejemplos del impresionante desarrollo alcanzado en poco tiempo, fueron:

-EUCLIDES, con sus famosísimos Elementos, sobre geometría y astronomía,
-ARQUIMEDES, inventor de la refracción de la luz y del cálculo integral,
-ARISTARCO DE SAMOS, fundador de la teoría heliocéntrica del universo,
-HIPARCO DE NICEA, inventor de la Trigonometría,
-APOLONIO DE PERGA, descubridor del sentido cónico de las figuras,
-ERATOSTENES, calculador del radio de la tierra.

[22] Método basado en el conocimiento de los saberes, a través del razonamiento mental de las cosas, para llegar al saber del absoluto. Método ya elaborado por la escuela gnómica de ESTESICORO DE HIMERA hacia el 700 a.C, como una continuación espiritual de la Teogonía de HESIODO, y preludio de la gran Escuela filosófica de Mileto del 600 a.C. SOCRATES y PLATON pasarían a ser el referente filosófico por excelencia, al igual que ZENON lo será en su derivado ético, el estoicismo.

[23] En efecto, no hay más que ver la distancia racional entre la “ciencia” historicista de TUCIDIDES y las primitivas cosmogonías órficas, en las que se decía que:

-el argé-principio de todas las cosas era el cronos-tiempo,
-de la ley de la adrasteia-necesidad surgieron el éter, el caos y el erebos,
-de la relación de los 4 protógonos surgió un 2º argé, el cielo y la tierra, (originados por el agua, aire, fuego, o por mezcla de ambos, según autores),
-del cielo nacieron los seres celestes, de la tierra nacieron los seres terrenos.

            No obstante, la idea de guardar ese orden cosmológico sigue presente en los historiadores clásicos, como:

-ARISTOFANES, en su Las aves, 693 y ss,
-EUDEMO, en su De prim. Princ, 123,
-APOLONIO DE RODAS, en su Argonáutica, 494 y ss.

            Parece ser que estos autores, junto a otros como FOCO DE SAMOS (con su Astrología náutica) y CLEOSTRATO DE TENEDOS (con su Phainomena) se fueron reuniendo sucesivamente en Panionion para configurar esta cosmovisión griega del mundo, pasando posteriormente el testigo a los Siete Sabios, y al Templo Apolo de Delfos).

[24] Fiesta popular en que las mujeres llevaban en procesión hasta el Templo Atenea de Atenas el velo tejido por ellas mismas, para ofrecérselo en ofrenda.

[25] cf. COOKE, J; KRAMER, A; ROWLAND-ENTWISTLE, T; Historia del Mundo, ed. Grisewood & Dempsey, Londres 1979, p. 177.

[26] cf. PLATON; República, en FRAILE, G; Historia de la filosofía: Grecia, ed. BAC, Madrid 1990, p. 402.

[27] cf. JENOFONTE; Symposion, en FRAILE, G., op.cit, p. 246.

[28] cf. PIGNA, F; Atenas, ed. Historia en el aula, Buenos Aires 2009, p. 1.

[29] Alta probabilidad de desórdenes internos públicos, como rebeliones o alzamientos.

[30] La tiranía griega era distinta a la concepción que en la actualidad tenemos al respecto. Un tirano griego podía dar cabida a sistemas oligárquicos y no meras autarquías, por ejemplo.

[31] En efecto, bajo su dirección la Asamblea tomó el poder que antes tenía el Areópago y permitió el acceso a los cargos públicos del estado de cualquier ciudadano, sin distinción de fortunas. Fue sobre todo durante el siglo V a.C. de PERICLES (ampliamente ensalzado por TUCIDIDES), cuando Atenas se convirtió en un estado democrático, y en una de las ciudades más hermosas del mundo. Los atenienses produjeron sus mejores obras arquitectónicas, escultóricas y literarias. Según ARISTOTELES, “Pericles fue un sabio en cuyo mandato Atenas alcanzó el cénit de su poderío y esplendor”.

[32] Nombre dado por HOMERO, Ilíada, II, Odisea, IV, donde la describe como “ honda y cavernosa, llena de palomas, donde moraban las naves de MENELAO, hermano de AGAMENON, y de hombres valientes para el combate y armados en unidad aparte, impulsados por el propio ardor, y animados a combatir para vengar las huidas”. De ahí que TUCIDIDES les llame desde el principio (no así al final) como los lacedemonios.

[33] HERODOTO, PAUSANIAS, ARISTOTELES… POLIBIO y PLUTARCO hablarán insistente y objetivamente de ello, en pro de eliminar toda “laconofilia” antigua al respecto.

[34] La arqueología va hoy en ese sentido, tras los descubrimientos que se han hecho en sus alrededores de necrópolis micénicas con tumbas en forma de colmena, valiosos ajuares funerarios, vasos de oro tallados, el edificio denominado Menelaion (del s. XIV a.C), un santuario a Artemis Orthia, el yacimiento de Terapne espartano… (cf. FERNANDEZ URIEL, P; El mundo griego, ed. UNED, Madrid 1993, pp. 302 y ss).

[35] Con el envío de 60 naves bien equipadas, al mando de MENELAO, y con la idea de “combatir y vengar los gemidos de HELENA” (cf. HOMERO, Ilíada, II), y donde se citaron también como aliados de los espartanos a DIOMEDES DE ARGOS, NESTOR DE PILO, AGAMENON DE MICENAS… y demás reyes aqueos del Peloponeso.

[36] De aquí tomara su modelo militar a imitar la Alemania nazi del s. XX, no sólo por los 300 soldados espartanos de las Termopilas.

[37] Como se verá en la Historia de la Guerra del Peloponeso, narrada por TUCIDIDES.

[38] De 8.400 km2, en comparación con los 2.600 km2 de Atenas en el Atica.

[39] Por ejemplo, participó en la época de apoikias y colonias griegas con la fundación de una sola colonia espartana, la graeca-italiana Tarento.

[40] Muy inculturada en el monte Taigeto, y en cuyo sistema educativo o agogé se seguía una rígida formación eugenésica (o selección de los mejores). Para la cual:

-los niños estaban con sus madres hasta los 7 años,
-el estado llamaba a filas a los niños con 7 años,
-se enseñaba al niño a cazar hilotas,
-se introducía al joven en la disciplina, con música, deporte…
-se permitía al adolescente de 17 años acceder a la cysitia o banquete de hombres.

[41] cf. LUDEMANN, H; Sparta Lebensordnung und Schicksal, Leipzig 1939, p. 112.

[42] Tales como “hijo, con él -escudo- o sobre él”, “vuelve victorioso, o vuelve muerto”, etc.

[43] Para que así las jóvenes espartanas se preparasen para ser fuertes madres de guerreros. De hecho, los hijos de Pericles serían educados por espartanas.

[44] Esta forma de esclavitud, muy diferente a la de Atenas, sí que fue la causante de continuas stasis-intentos de rebeliones internas en Esparta, cáncer que Atenas no padeció (no obstante sus otros “cánceres” padecidos, como el de la ambigüedad en su política interna).

[45] Nada más que en la Atenas de PERICLES (495-429 a.C) Tucídides creció viendo:

-cómo aumentaban los puestos de trabajo, construcciones navales, grandiosas obras públicas, artesanía e intercambios comerciales…
-cómo la ciudad se rodeaba de intelectuales como el filósofo ANAXAGORAS, el trágico SOFOCLES, el arquitecto HIPODAMO…
-cómo se instalaban colonias militares en el Egeo con habitantes atenienses, distribuyendo así la población excedente,
-cómo se abrían nuevas economías, colocando guarniciones en puntos estratégicos y vigilando a los aliados de dudosa fidelidad…
-cómo la ciudad, saqueada e incendiada por los persas tras la Batalla de las Termópilas-480 a.C, necesitó de un ambicioso plan de reconstrucción material y moral, materializándose los levantamientos de:

-los templos de Poseidón y Némesis,
-la muralla entre Atenas y El Pireo,
-la Acrópolis,
-los templos de Hefesto y Dionisio,
-el Odeón y el Telesterion de ELEUSIS,
-los Propileos de MNESICLES,
-el Partenón de FIDIAS, ICTINO y CALICRATES,
-el Erecteion de FILOCLES,
-el templo de Atenea Niké de CALICRATES,
-el urbanismo racional de HIPODAMO DE MILETO,
-la construcción de Turios… y la estatua de Atenea, de 12 m. altura y esculpida en oro y marfil.

[46] Notorias son las influencias en el espíritu de Tucídides de ANAXAGORAS (de quien parece que llegó a tomar el termino eclipse), PRODICO, PROTAGORAS e incluso del mismo GORGIAS.

[47] Las conexiones entre HIPOCRATES y Tucídides son bastante elevadas, sobre todo a la hora de la descripción médica de la Peste del 429 a.C, diagnosticando la enfermedad a base de la sintomatología y de sus causas naturales (cf. LICHTENTAELER, C; Thucydide et Hippocrate, Ginebra 1965).

[48] Elemento importante para la posterior búsqueda de causas y explicaciones de los sucesos, pues TUCIDIDES dejará siempre claro que en historia el fuerte impone su decisión sobre el débil, y los dioses y hombres dominan a quienes superan en poder. Como él mismo dice: “No hemos sido nosotros quienes hemos establecido esta ley (la del más fuerte), sino que existía cuando la recibimos, y la hemos de dejar a la posteridad para que continúe vigente” (cf. II, 65).

[49] cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 15.

[50] Según los datos arqueológicos encontrados sobre referencias escritas por el propio autor sobre su vida. Descartamos, por tanto, la versión de la fecha del 471 a.C. aportada por APOLODORO, Historia, 244f-247b).

[51] De origen confuso es el lugar de su muerte, pues:

-al finalizar la guerra (404 a.C) se le dejó volver a Atenas, con permiso de regreso que ENOBIO parece concederle (cf. PAUSANIAS, I, 23),
-el 411 a.C. interrumpió su obra bruscamente, sin seguir relatando los acontecimientos.

[52] Sin olvidar que JENOFONTE fue el que editó y puso en circulación el manuscrito original de TUCIDIDES (cf. DIOGENES LAERCIO, II, 57).

[53] cf. PICCIRILLI, L; Storie dello storico Tucidide, Genova 1985.

[54] cf. VULGO GIGANTE, E; “Il bios tucidideo di Marcelino e lo zelos omerico”, en Annali Facolta Lettere Napoli, Napoles 1981, pp. 5-16.

[55] Como atestiguan las explotaciones mineras de las que fue propietario su padre, OLORO, en dicha zona. También TUCIDIDES mostró siempre especial vinculación a dicha región.

[56] cf. PLUTARCO; Vida de Cimon, 4.

[57] Donde acudió a socorrer a la población de las manos del espartano BRASIDAS, y tras lo cual no volvió a su tierra de Atenas por el período de 20 años (cf. WESTLAKE, H. D; “Thucydides and the fall of Amphipolis”, en Hermes, XC, 1962, pp. 276-287; ELLIS, J. R; “Thucydides at Amphipolis”, en Antichthon, XII, 1978, pp. 28-35; SCHEPENS, J; L’autopsie dans la methode des historiens grecs du V siecle avant J.C, Bruselas 1980, pp. 152-180).

[58] cf. PICCIRILLI, L; “Eisangelia e condanna di Temistocle”, CCC, 4, 1983, pp. 333-363.

[59] cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 13.

[60] cf. TUCIDIDES, Historia de la Guerra del Peloponeso, V, 26.

[61] cf. CANFORA, L; Tucidide Continuato, Padua 1970; CANFORA, L; “Tucidide non esiliato e la testimonianza di Aristotele”, en BIFG, IV, 1978, pp. 35-43.

[62] cf. CICERON, Orator, II, 56; DIONISIO DE HALICARNASO, Tucidides, 41; PLINIO, Historia Natural, VII, 111; PLUTARCO, Vida de Cimon, 4.

[63] cf. PLACIDO, D; “De Herodoto a Tucídides”, Gerión, IV, 1986, pp. 17-46; GENTILI, B; CERRI, G; Le teorie del discorso nel pensiero greco e la storiografia, Roma 1975; RAWLINGS, H; The estructure of Thucydides’History, Princeton 1981; SCHREINER, J. H; “Historical methods, Hellanikos and the era of Kimon”, OAth, 1984, pp. 163-171.

[64] Nacido en Mitilene (Jonia) en el 490 a.C, y principal impulsor de las historias del templo de Argos, juegos carneos espartanos, origen del Ática, sucesos de Troya y Persia, y del origen etrusco en la fundación de Roma, como pueblo arcaico griego expulsado de su territorio por las invasiones aqueas.

[65] Por sus conocimientos aportados sobre documentos oficiales de Sicilia, inscripciones y sepulturas descubiertas después por la arqueología, etc (cf. GUZMAN GUERRA, A; Tucídides, ed. Alianza, Madrid 2008, p. 17).

[66] cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía. Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 113.

[67] cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit, p. 18.

[68] cf. Ibid, p. 18.

[69] cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir); Historia de la literatura griega, ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 558.

[70] cf. MARINATOS, N; Thucydides and Religion, Meisenheim 1981; HUART, V. J; Gnome chez Thucydide et ses contemporains, París 1973.

[71] cf. TUCIDIDES, Historia de la Guerra del Peloponeso, I, 23 y VI, 60. Aparte, cf. ANDREWES, A; “Thucydides on the Causes of the War”, ClQ, IX, 1959, pp. 232-239; RAWLINGS, H. R; A semantic study of prophasis to 400 B.C, Wiesbaden 1975; WILLE, G; “Zu Stil und Methode des Thukydides”, Wege der Forschung, IIC, Darmstadt 1968, pp. 703 y ss.

[72] cf. GUZMAN GUERRA, A., op.cit, pp. 21 y ss.

[73] La costumbre de insertar discursos en medio de los hechos era ya una práctica habitual griega desde HOMERO y HERODOTO. No obstante, Tucídides advierte en su célebre capítulo metodológico (I, 22) que tales discursos van a estar presentes en su obra sin frases manidas ni lugares comunes, aparte de dejar de lado las hazañas pasadas (cf. LOPEZ PEREZ, J. A., op.cit, p. 548).

[74] cf. Ibid., pp. 551-562.

[75] Claro está que Tucídides era un ferviente entusiasta del régimen democrático instaurado por PERICLES, y que esto lo manifiesta hasta por escrito (cf. II, 65, Oración fúnebre de Pericles…). Incluso se habla hoy día de su defensa a la concepción imperialista de Atenas (cf. ROMILLY, J; Thucydide et l’imperialisme athenien, París 1951; WESTLAKE, D; “The subjectivity of Thucydides, his treatment of the four hundred at Athens”, John Rylands Library, 56, 1973, pp. 208 y ss; DONINI, G; La posizione di Tucidide verso il gobernó dei Cinquemila, Torino 1969)… Pero otra cosa fue la configuración de su obra, donde fue imparcial en lo referente a la Pentecontecia y a la guerra de Sicilia, y cuando su amistad hacia Esparta nunca fue en perjuicio de Atenas (cf. LOPEZ PEREZ, J. A (dir); Historia de la literatura griega, ed. Cátedra, Madrid 1988, p. 559).

[76] Existen dos concepciones, casi antagónicas, del concepto de “bárbaro” en la política griega:

            -no racista. Según algunos autores, el término no tenía la connotación racista moderna. Por el contrario, los griegos estimularon a los bárbaros a participar de la cultura griega, y a casarse libremente; después, todos los europeos, asiáticos y africanos eran incluidos en el concepto sonoro de Hélade. El propio ALEJANDRO III MAGNO dio ejemplo anti-racista, casándose con una bella princesa bárbara, una persa. Es el punto de vista más común.

            -racista. Las fuentes griegas dan cuenta de un empleo despectivo del término “bárbaros”, empleo que será regularmente utilizado para designar como inferiores a los pueblos con los que el mundo helénico se ve confrontado. Es la visión de A. Iriarte.

[77] cf. ARISTOTELES, Política, I, 5, 125a.

[78] En el arte, por ejemplo, esa intencionalidad de independencia y superioridad griega, quedaba totalmente patente. De hecho, la mímesis-imitación de la realidad del arte helénico dejó perplejo al mundo entero, y llegó a crear recelos en el entorno. La cultura egipcia, por ejemplo, rechazó totalmente este planteamiento, al decir que este tipo de esteticismo estaba bastante distanciado de la vida (cf. BOARDMAN, El arte griego, ed. Destino, Barcelona 1997, p. 23).

[79] cf. TUCIDIDES, op.cit, III, 82-85.

[80] El año 431 a.C, por ejemplo, Tucídides presentó contra ANAXAGORAS (ca. 460 a.C) una acusación en el Areópago ateniense, por su “medismo, asebia y ateísmo, por negar la influencia de la divinidad en los ciclos naturales del Sol y la Luna”, consiguiendo que lo encarcelaran, pagase una multa y lo desterrasen a Lampsaco (cf. FRAILE, G; Historia de la filosofía. Grecia, vol. I, ed. BAC, Madrid 1990, p. 209).

[81] Como alabará posteriormente ARISTOTELES sobre Tucídides, ya en su obra se aprecia una lucha contra las funestas calamidades que los políticos sofistas estaban introduciendo en Atenas y toda Grecia (no hay más que ver su alegato de defensa moral que Tucídides introduce en su Historia de la Guerra del Peloponeso, III, 82-85, en referencias a las barbaridades políticas que habían llegado a impregnar la cultura griega).

            Y es que, en efecto, PROTAGORAS (480-410 a.C), principal del sofismo ateniense, llegaba a decir que cada uno era libre para actuar según su conveniencia (cf. PROTAGORAS, Sobre el ser, p. 317b).

            En este sentido, no sólo Tucídides, sino también ARISTOFANES salió en su defensa, demostrando que los sofistas eran capaces de pronunciar un discurso justo y otro injusto sobre el mismo tema y al mismo tiempo (cf. ARISTOFANES, Memorias, I, 6-13).

            El mismo SOCRATES (470-399 a.C) tuvo que oponerse violentamente a este sistema lacroso político. Citado por boca de Platón, el “maestro” pensaba que “los hombres debían superar esa conveniencia particular, y ocuparse de la verdadera sabiduría, que saca de los bienes el bien, y que propone conocimientos que son universales” (cf. PLATON, Eutidemo, p. 278e).

[82] cf. TUCIDIDES, op.cit, II, 35-46.

[83] Previa a esta causa 2ª sobre la Guerra del Peloponeso estuvo el período de “Talasocracia” o dominio marino sobre el resto de Atenas, considerada la capital cultural, comercial y militar del Mediterráneo en los años 478-431 a.C (Pentecontecia ateniense). Aun así, habría que añadir otras tres causas más, resultando ser éstas por su orden:

-la competencia en los mercados,
-la injerencia ateniense en los estados aliados,
-la reacción anti-democrática interna y externa a Atenas.

            Fuentes internas que hablan de estos sucesos fueron:

-JENOFONTE, sobre la sociedad ateniense,
-DIODORO DE SICILIA, cuyos libros XI y XII abundan en detallismo,
-EFORO, autor presencial de los hechos,
-TIMEO, cuya obra hoy está perdida,
-PAUSANIAS, sobre las Batallas de Tanagra y Eno,
-PLUTARCO, del s. I, sobre las figuras políticas en conflicto.

            Fuentes numismáticas también hablan de la intensificación de la circulación monetaria entre el 480 y 450 a.C, predominando en todas las colonias mediterráneas el patrón y escudo ateniense.

            Testimonios epigráficos también advierten una fuerte vitalidad adquirida rápidamente por Atenas y el entorno helénico, como se ve en el aumento de:

-los decretos políticos,
-las listas de tributos atenienses,
-los cálculos de costes de edificios (se conservan el del Partenón y Erecteion en Atenas, y el Asclepeion de Epidauro),
-los ostraca, o tiestos de votación para el exilio en ostracismo de ciudadanos atenienses,
-la documentación de cultos y festivales.

            Testimonios arqueológicos, tanto en representaciones en vasos cerámicos, como en viñetas esculpidas sobre la vida de la ciudad, y restos monumentales todavía conservados, también avalan la presencia y pugna de Atenas y Corinto, principalmente, en todo el arco mediterráneo.

            A esto hay que sumar la formación de la Liga de Delos bajo mandato ateniense, y formada por más de 200 ciudades a lo largo del Egeo (salvo Melos), Grecia Central, Tesalia y Sicilia (Catania, Regio y Leontinos), con un ejército de 300 trirremes, 16.000 jóvenes atenienses, 1.200 jinetes tesalios y 13.000 hoplitas (cf. HERNANDEZ URIEL, P., op.cit, Madrid 1993, pp. 503-512).

[84] Tras las insistencias de:

-Corinto, sobre el aspecto de la soberanía naval (posible únicamente mediante el control del Istmo de Corinto),
-Megara, para que no obtuvieran siempre perdidas respecto a los decretos comerciales con Atenas,
-Esparta, enemiga visceral de Atenas desde el momento (477 a.C) en que las islas del Egeo dejan de confiar su defensa militar ante Persia en Esparta (ya que ésta estaba siempre condicionada a su propia stasis interna), y eligen como hegemon-ejecutivo de su Simmajia-Guerra a Atenas, con centro federal jonio en Delos.

            También entrarían en esta Liga del Peloponeso los estados de Locria, Focea, Beocia (salvo Platea), del Adriático (Ambracia, Leucade, Anactorion), Sicilia y Magna Grecia (Tarento, Locros, Siracusa), sumando un ejército de 4.000 espartanos de infantería, 1.900 jinetes beocios y 40.000 hoplitas de Esparta (cf. HERNANDEZ URIEL, P., op.cit, pp. 522-529, 591-603).