DICTADURA FRANQUISTA

a) Pirámide social franquista
b) Familias políticas franquistas
c) Camino hacia la Transición

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            Supuso la imposición de un régimen autoritario en España, desde 1939 a 1975. A lo que se unió el corte nacional-católico, moderado pero carente de libertades.

            Ha sido analizada por:

-Peyn, que en su Régimen de Franco-1987 alude al carácter de no totalitario,
-Preston, que en su Franco, caudillo de España-1994 adolece de técnica historiográfica,
-De la Cierva, que en su Franco-1986 ve un largo camino hacia una definitiva transición,
-Fusi, que en su Franco, autoritarismo y poder personal-2011 nos habla del desarrollo económico y pérdida de libertades.

a) Pirámide social franquista

            Franco forjó en España una sociedad natalista[1], católica[2], culta[3], corporativa[4] y urbana[5]. Eso sí, con el paso del tiempo la población empezó a envejecer, y a experimentar migración interna, transpirenáica y transoceánica[6].

            Por otro lado, contó con la cualidad de la movilidad social, provocada por el avance generacional de los hijos respecto de los padres[7] y el avance profesional de los propios ciudadanos[8]. Lo que fue impulsado por el régimen pero también fruto independiente del régimen, dado el proceso global europeo que tuvo lugar en los años 1950-60.

            Incluyó por 1ª vez a las mujeres como entes a clasificar, se centró más en las familias que en los individuos, y tuvo la dificultad de clasificar socialmente a colectivos con ingresos tan diversos[9]. Se puede decir que contó con las clases sociales:

-alta, en un 5,3% y compuesta por empresarios (1,4), profesionales liberales (0,4), ejecutivos (0,1), ingenieros (0,2), altos funcionarios (0,2), técnicos superiores del estado (0,2), profesores de universidad (1) y sus labores (1,7);

-media alta, en un 25,6% y compuesta por industriales y comerciales (5), técnicos medios (1,3), empleados (4,5), técnicos medios del estado (1,1), profesores de secundaria (4) y sus labores (8,8);

-media baja, en un 28,3% y compuesta por industriales y comerciales (2), campesinos (2,6), obreros del sector privado (10), obreros cualificados estatales (0,8), obreros cualificados agrarios (0,4) y sus labores (11,5);

-baja, en un 40,8% y compuesta por campesinos (8), obreros no cualificados del sector privado (9,4), obreros no cualificados estatales (0,4), obreros no cualificados agrarios (4,6), servicio doméstico (1,8) y sus labores (16,6).

a.1) Evolución social franquista

            La sociedad de post-guerra era rural, con profundas diferencias regionales y personales, basada en la extensión y explotación de fincas. El elemento urbano industrial era muy limitado en el País Vasco y Cataluña, y la administración se focalizaba tan sólo en Madrid. La clase media estaba desigualmente repartida geográficamente, ligada al comercio y a las profesiones liberales[10].

            La sociedad franquista, en cambio, se convirtió en industrial, con todas las consecuencias de puestos de trabajo y condiciones laborales que eso acarreaba. Esto se tradujo en:

-reducción del campesinado[11],
-desarrollo de un amplio sector obrero
[12],
-desarrollo de una amplia y expansiva clase media
[13],
-mantenimiento de la aristocracia nobiliaria
[14],
-surgimiento de una nueva y alta burguesía
[15].

c) Familias políticas franquistas

            Franco no pretendió nunca gobernar con sus ideas, sino gobernar a pesar de las diversas ideas y tendencias. A fin de cuentas, tuvo un solo gobierno, presidido siempre por él mismo de principio a fin, y en el que fue integrando a todas las fuerzas que le habían apoyado en la Guerra Civil, a partes más o menos iguales. Eso sí[16]:

-nunca contó con los liberales, aunque les permitió ascender en la escala intelectual,
-mantuvo preferencias por los abogados, para remarcar todavía más su estado de derecho y fuerza de la ley.

            A nivel de ministerios, el sector más numeroso de los ministros pertenecía a la carrera militar. 32 ministros militares tuvo Franco en total, aparte de poner a 3 militares en cada ministerio. Los 82 ministros civiles eran en su mayoría funcionarios de la alta administración[17], habían obtenido oposición[18] y pensaban de una determinada manera.

            Por procedencias, el mayor número de carteras se las llevaron los 14 ministros madrileños, 14 vascos, 13 andaluces, 12 gallegos y 9 catalanes. Su perfil humano no era especialmente carismático[19] ni ultra-católico[20], y si había enfrentamiento se cesaban a todas las partes implicadas.

            Los militares fueron los que mejor reflejaron la clase media española. Fueron reduciendo su número de 110 a 67%oo, así como la inversión en Defensa[21]. Destacaron Alonso Vega[22] y Muñoz Grandes[23].

            Los primoriveristas venían de haber colaborado con la dictadura de Primo de Rivera en 1930, y aportaron el acento apolítico del gobierno franquista. Fue el grupo con el que más sintonizó Franco y el de mayor edad. Destacaron Martínez Anido, Eduardo Aunós y González Bueno.

            Los tradicionalistas tuvieron escaso peso doctrinal[24], aunque hubiesen renunciado a la cuestión dinástica y monárquica[25]. Mantenían su escepticismo respecto al régimen, e impidieron que éste se convirtiese en totalitario. Destacaron Bilbao Eguía, Iturmendi Bañales, José Mª Oriol y Domínguez Arévalo[26].

            Los monárquicos fueron pasando de pro-alfonsinos a pro-juanistas. Destacaron por ser poco liberales y poco totalitarios, manteniéndose en la línea de Menéndez Pelayo. Destacaron Sainz Rodríguez[27] y Suárez de Tangil[28].

            Los falangistas sí intentaron totalizar el régimen de Franco, e imprimieron al mismo su carácter revolucionario, absorviendo la España roja y llevando a cabo la política roja del régimen. Destacaron Girón de Velasco[29], Serrano Suñer[30], Fraga[31], Licinio de la Fuente, Suárez González[32], Fernández Miranda[33] y José Luis de Arrese[34].

            Los católicos se opusieron siempre al totalitarismo, se mantuvieron unidos a la externa Democracia Cristiana, e insistieron en la educación interna según los principios de la Iglesia. Destacaron Ibáñez Martín[35], Ruiz Giménez[36], Martín Artajo[37], Castiella Maíz[38], Larraz López[39] y Silva Muñoz[40].

            Los integristas fueron los católicos extremos, puestos siempre por Franco en los puntos más conflictivos. Destacaron Julio Rodríguez[41], Arias Salgado[42] y Carrero Blanco[43].

            Los tecnócratas defendían la libertad económica bajo el amparo de la autoridad política. Fueron los ministros vinculados al Opus Dei[44], que sacaron adelante los Planes de Desarrollo y convirtieron a España en un estado en obras, bajo el amparo de Carrero Blanco[45].

            Los técnicos mantuvieron un matiz aperturista, sin filiación alguna a ningún grupo ni tendencia. Destacaron Aramburu Topete[46], Barrera de Irimo[47], Suanzes Fernández[48] y Pío Cabanillas[49], ministros en los más variados ministerios.

d) Camino hacia la Transición

            Tuvo una larga marcha desde 1960, hasta que el franquismo logró instaurar de nuevo la monarquía en la persona de Juan Carlos I[50]. Y se fue consumando mediante la Plataforma monárquica que el propio Franco impulsó[51], de cara ser activada en el mismo momento de su muerte.

            Contó con las características de:

-utilizar la legalidad del régimen franquista, a la hora de llevar a cabo la reforma,
-poner en manos del rey la iniciativa, al ser el único capacitado legalmente para los procesos de transformación,
-poner todos los apoyos franquistas en colaboración con el rey, tanto armados como políticos y sociales,
-dejar el programa de reformas en nuevos hombres de gobierno,
-negociar no maximalistamente, con los viejos hombres del régimen y las oposiciones al margen de la ley
[52],
-llamar a las clases medias a ser las que soportaran el cambio
[53],
-resistencias franquistas finales:

        -desde el comunicado de la Plataforma monárquica a la muerte de Franco[54],
        -hasta la aprobación del comunismo y España de las Autonomías
[55].

            Y puso en manos del rey sus nuevas cualidades y poderes reales, consistentes en:

-disponer del poder total, pero siempre asistido por las Cortes, gobierno y Consejo del Reino[56],
-nombrar y cesar presidentes de gobierno y Cortes, en colaboración con el Consejo del Reino
[57],
-tomar medidas de excepción, en el ejército y sobre consultas populares,
-modificar y devolver leyes a las Cortes, así como prorrogar legislaturas.

            La labor de Juan Carlos I, en este sentido, fue ejemplar desde 1975, abriendo 3 frentes de actividad nada más llegar:

-la democratización del país, sin enemistarse con los partidarios del régimen y tendiendo puentes a la oposición izquierdista[58],
-la constitucionalización del país, encargada a los hombres fuertes de cada partido, y no tanto a su primer gabinete (todavía no democrático
[59]),
-la apertura del país al exterior, atrayéndose el respaldo de las democracias occidentales.

 

Manuel Arnaldos   
Mercaba, diócesis de Cartagena-Murcia    

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Indice general: www.mercaba.org/GradodeHistoria/1.htm 
 

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[1] Reduciendo la mortalidad, además, del 125 a 18%o (en el caso infantil) y del 15 a 8%o (en el caso total). Lo que hizo que, de 1940 a 1975, la esperanza de vida se disparase de 50 a 73 años.

[2] Con liberación de declarar la renta si se tenía familia numerosa. Lo que acabó:

-disminuyendo el número de familias, en porcentajes totales,
-aumentando el número de hijos por familia, al casarse las mujeres con menos de 25 años del 46 al 76
%.

[3] Reduciéndose el analfabetismo del 25 al 7%, y ampliándose el número de ciudadanos con estudios primarios del 76 al 92%, con estudios de secundaria  del 7 al 17%, con estudios universitarios del 1 al 7%.

[4] Pasando la población con seguro social del 37 al 81%, la renta per cápita de 131 a 2.088 $, la renta por trabajo de 50,2 a 60,6. Así como destinándose de los presupuestos familiares:

-de un 60 a un 35% en alimentación,
-de un 7 a un 33% en diversión.

[5] Con un crecimiento espectacular de todas las ciudades españolas, y áreas suburbanas adyacentes. Lo que hizo que pasase del 24 al 38% el porcentaje de personas viviendo en las capitales de provincia, y se disparasen las áreas suburbanas de Madrid (con Móstoles creciendo de 2.000 a 180.000 habitantes, y Alcorcón creciendo de 750 a 145.000 habitantes).

[6] Resultando el número de españoles que emigraron fuera del país: 550.000 en los años 50, 850.000 en los años 60. Hasta que empezaron a volver en los años 70, tras la aprobación del final persecutorio judicial por crímenes de guerra (tras la ejecución en 1963 del comunista JULIAN GRIMAU por sus checas de Barcelona, en unas fechas en que la pena era ya escandalosa, al no acordarse la sociedad ni de lo que eran las checas).

[7] Que supuso que un 50% de los hijos continuase en el estrato de sus padres, mientras que otro 50% lo mejorara.

[8] Que supuso que un 20% de los ciudadanos mejorase su estrato profesional a los 40 años, respecto al que tenía a los 24 años (frente a un 80% que se mantuvo en el mismo escalafón).

[9] Como bien describió FERNANDEZ DE CASTRO en 1970, a la hora de elaborar todos los estudios llevados a cabo, y de concluir que gracias a la estabilización social de la dictadura… todos los procesos de la Transición pudieron hacerse de forma pacífica y tranquila.

[10] Boticarios, abogados…

[11] Producido por:

-la estructura propietarios-no propietarios, que fue pasando del 40 al 28% el número de asalariados, frente a los nuevos pequeños y medianos propietarios,

-la transformación que sufrió el campo, con la modernización del riego, planes de regadío, concentración parcelaria, protección de precios agrícolas… siempre al margen del verdadero eje de crecimiento franquista,

-el nuevo atractivo de las ciudades, que erosionó y dejó en residual el ideal agrario (reduciéndolo de un 52 al 22%, sobre todo en los años 60).

[12] Que se diferenció por las circunstancias:

-en que nació, no ya de la Revolución industrial europea,
-en que se desarrolló, siguiendo pautas más avanzadas que las del s. XIX.

            Para los obreros no hubo leyes del mercado hasta 1958, sino reglamentación estatal del trabajo, con mínimos retributivos en cada rama de producción. No existía el despido libre, y las huelgas estuvieron prohibidas. Tampoco hubo contexto de lucha ni conciencia de clase, pues el régimen fue el que lo impulsó todo desde el comienzo, y el mundo obrero participó de la misma sociedad de consumo y mismos objetivos que la burguesía.

            Pero a partir de la Ley de Convenios Colectivos-1958 comenzaron los obreros a especializarse, formarse profesionalmente, conseguir grandes progresos profesionales, y acentuar las diferencias entre ellos. Una ley de Convenios Colectivos que permitió, además, fijar los salarios a las partes, por encima de los mínimos nacionales. Así como permitir la huelga desde 1963.

            En líneas generales, un 40% de los trabajadores pertenecían a la clase obrera, de los que un 30% tenían alta cualificación y un 8% se dedicaban a los servicios más bajos.

[13] Basada en profesionales con nivel educativo, personas que trabajaban por cuenta ajena, vinculados a los cuadros medios de las empresas (un 15%)… Y con unas pautas de consumo que se inclinaban hacia gastos culturales.

[14] Que se incorporó al mundo del trabajo, salvo algunos nobles que mantuvieron su vinculación agraria (tras la sangría que había supuesto la Guerra civil para 200 de los 1.000 títulos existentes en España).

            Se trató de una nobleza agradecida a FRANCO, con sus propios ideales monárquicos pro-juanistas, con un papel mínimo en el régimen (como se ve en su escaso 3% de participación en las Cortes) y con cierta presencia en las empresas nacionales (ocupando 1.100 consejos administrativos en las empresas con rentas de 2 millones ptas).

            Con la Ley nobiliaria-1948 se abrió la puerta a la compra-venta de títulos nobiliarios, siendo 31 los títulos vendidos por FRANCO (sin contar los títulos póstumos que concedió gratis a sus colaboradores de la Guerra Civil).

[15] Surgida por la nueva olligarquía financiera, cuadros superiores de la administración, directivos de las altas empresas…

[16] Como bien analiza AMANDO DE MIGUEL en su Sociología del franquismo-1975, a forma de prosopografía sobre el régimen dictatorial.

[17] Destacando los 13 abogados, 9 legados del Consejo de Estado, 7 ingenieros y 12 catedráticos.

[18] Y 23 de ellos obtenido premio extraordinario o nº 1 en sus oposiciones.

[19] Pues los carismáticos no pasaron de ministrables, y mucho menos aparecieron en foto alguna.

[20] Para no depender más de su parroquia que del régimen franquista.

[21] Pues España pasó en Europa a ser la última en inversión y armamento disponible.

[22] En el ministerio de Gobernación.

[23] En el ministerio de Vicepresidencia.

[24] Al verse superados numéricamente por los falangistas.

[25] Lo que hizo que en los años 60 fuese el propio FRANCO el que liderase la idea de una España monárquica tradicional.

[26] Todos al mando del ministerio de Justicia, y luego presidencia en Cortes.

[27] En el ministerio de Educación.

[28] En el ministerio de Obras Públicas.

[29] En el ministerio de Trabajo.

[30] Abogado murciano 6 veces ministro, perteneciente a la CEDA y responsable de dar ropaje azul al régimen.

[31] Cabecilla de los ministros reformistas.

[32] Jefe de las Juventudes del Movimiento Nacional.

[33] Clave en la Transición española, a la muerte de FRANCO.

[34] Que intentó institucionalizar el régimen en 1956, para pérdida de la confianza de FRANCO, y entrega de confianza que empezó a depositar en el Opus Dei.

[35] En el ministerio de Educación.

[36] En el ministerio de Educación.

[37] En el ministerio de Exteriores.

[38] En el ministerio de Exteriores.

[39] En el ministerio de Economía.

[40] En el ministerio de Obras Públicas.

[41] Rector de la Universidad Autónoma de Madrid, que negó la paz al cardenal TARANCON en el entierro de CARRERO BLANCO y propuso un curso académico de 365 días al año.

[42] En el ministerio de Información.

[43] Hombre de confianza de FRANCO, y único presidente de gobierno bajo FRANCO, que fue planeando con el dictador la idea de una monarquía católica.

[44] Desde que FRANCO decidió quitarse del medio a la molesta Falange.

[45] Hasta el momento en que éste muerte, y son barridos del medio.

[46] Prefecto de las Fuerzas Armadas españolas.

[47] En el ministerio de Hacienda.

[48] En el ministerio de Industria.

[49] Procurador de las Cortes españolas.

[50] Con conciencia clara de no restaurar la monarquía (que hubiese tenido lugar en JUAN I, legítimo sucesor de ALFONSO XIII), sino de instaurarla en la persona de JUAN CARLOS I (aunque su padre hiciese el simbolismo de delegar en él los poderes dinásticos borbónicos).

[51] Bajo la fórmula de monarquía parlamentaria, esquivando así la idea de una monarquía absoluta o de una monarquía ornamental.

[52] Como era el caso de un minoritario sector de izquierdas, muy politizado.

[53] Lo que supieron hacer dado el alto grado de despolitización existente, así como la existencia de un mundo obrero más conservador que progresista.

[54] En el que se comunicaba conjuntamente el rechazo a la continuidad de un régimen “que ha hecho imposibles las libertades y consultas populares”.

[55] Que no había pasado antes por ningún plan preconcebido.

[56] Capaces de hacer rectificar al rey. Organos estatales que el rey podía presidir siempre que quisiese, salvo en los momentos de elecciones.

[57] Un Consejo del Reino que:

-para los nombramientos, presentaba una terna al rey, y el rey elegía,
-para los ceses, podía aconsejar al rey no ratificar los cargos designados por los presidentes de Cortes y gobierno.

[58] Sobre todo a los comunistas, a los que JUAN CARLOS I legaliza a través de las negociaciones llevadas a cabo por GUTIERREZ MELLADO en secreto, a cambio de que acepten: la corona, la bandera bicolor, la unidad de España (pacto con el Partido comunista que no vio bien EE.UU y Alemania, así como un ejército español que se enteró ya tarde de la operación llevada a cabo en sigilo). Una democratización plena que quitó poderes a JUAN CARLOS I, pero que lo legitimó de cara a la sociedad.

[59] Sino designado a dedo por JUAN CARLOS I, pues todavía no se había puesto en marcha el proceso electoral.

            Un primer gabinete de Transición en el que el rey designó:

-a ARIAS NAVARRO como presidente de gobierno,
-a RODRIGUEZ VALCARCEL como presidente de Cortes,
-a FERNANDEZ MIRANDA como presidente del Consejo del Reino,
-a FRAGA, SILVA MUÑOZ y AREILZA como ministros de gracia del rey,
-a OSORIO y CALVO SOTELO, como ministros afines al rey,
-a MARTIN VILLA y ADOLFO SUAREZ como ministros azules del gobierno (el 1º para desmontar los sindicatos verticales franquistas, y el 2º para desmontar el Movimiento Nacional franquista).

            Un ADOLFO SUAREZ que fue pedido por FERNANDEZ MIRANDA al rey, por carecer de formación suficiente, ser fácilmente manipulable y presentar una gran fachada. Pues el candidato preferido para desarticular el Movimiento Nacional franquista, HERRERO TEJEDOR, había sido accidentado por desconocidos (posiblemente por simpatizantes de UTRERA MOLINA, último de los residuos franquistas, y partidario de la revitalización del Movimiento franquista).

            Hasta que el ejército se queja de las excesivas reformas de ARIAS NAVARRO, éste presenta la dimisión en julio 1976, y SUAREZ es elegido a dedo como su sucesor, con la idea de:

-convocar un referendum-1976 sobre las reformas llevadas a cabo, reformas que reciben el resplado del 97% de los votantes, frente al 3% del NO,

-preparar las elecciones generales-1977, tarea que encarga a LUCA DE TENA bajo la fórmula de “reformar la ley por la ley” (y en la que el rey le pide a SUAREZ fundar un partido y presentarse, dado el auge en las encuestras del Partido socialista).