Agustinismo
DicFI


Conjunto de doctrinas filosóficas y teológicas que, sin constituir un todo sistemático, y pese a no pertenecer algunas de ellas plenamente a la ortodoxia de la Iglesia, constituyen en el transcurso de la historia, sobre todo en la Escolástica de la Edad Media, una corriente persistente de pensamiento que se inspira en Agustín de Hipona. Algunos de sus temas más característicos inciden naturalmente en cuestiones puramente religiosas, como son las disputas sobre la gracia y la predestinación, que toman cuerpo incluso en vida de Agustín. Otros implican una perspectiva filosófica neoplatónica que entró en colisión y disputa con el aristotelismo que se difundió entrado el s. XIII: en concreto, la teoría de la iluminación interior se opuso a la teoría de la abstracción, defendida sobre todo por Tomás de Aquino. La doctrina de las dos ciudades, expuesta en la Ciudad de Dios, dio origen no sólo al llamado agustinismo político, sino también a una filosofía de la historia y teoría del tiempo como proceso lineal, que pasa por Vico y llega hasta Hegel, en el que la historicidad se halla entretejida de temporalidad e idea. Quizá la característica más persistente del agustinismo sea la preeminencia de la fe respecto de la razón, que influye de algún modo en toda la Escolástica -es uno de los padres de la Iglesia más citados-, pero de un modo especial en Anselmo de Canterbury, quien se acoge a su máxima del Credo ut intelligam [creo para poder entender].

El agustinismo en general destacó como oposición a la recepción de Aristóteles en la filosofía escolástica, en la forma concreta que se llamó tomismo, en representación de una línea de pensamiento que otorga la primacía al bien, a la voluntad y al amor sobre la verdad, el entendimiento y la razón, y hasta al valor y sentido del individuo sobre la abstracción de la generalidad.

Entre los representantes medievales de la corriente agustinista, en el apogeo de la Escolástica, destacan los franciscanos Alejandro de Hales, san Buenaventura, Juan Peckham, Guillermo de la Mare, Juan Olivi, Juan Duns Escoto, -el más relevante de esta corriente, junto con san Buenaventura- y Enrique de Gante, que no pertenecía a ninguna orden religiosa. Al ser condenadas ciertas tesis de Aristóteles y Tomás de Aquino, por el obispo de París, Esteban Tempier, y de Roberto Kilwardby, en Oxford, en 1277, el agustinismo venció momentáneamente frente al aristotelismo que, en aquel momento, era llamado «averroísmo latino». La denominada escuela agustiniana, fundada por Egidio Romano, conocido también como Gil de Roma, intentó acercar las posturas agustinianas y tomistas. El español fray Luis de León (s. XVI) se cuenta entre los pertenecientes a esta corriente de pensamiento.