Puede parecer un tema poco adecuado para desarrollarse después del Vaticano II, pero la idea de la Iglesia como reina aparece en la liturgia, la iconografía y la patrística, así como en escritos posteriores. San Agustín interpretaba el Cantar de Salomón como las nupcias entre Cristo Rey y la Iglesia Reina. Pero antes que él existía ya una tradición que interpretaba el Salmo 44 (45) en un sentido eclesial. Justino usaba este texto para mostrar que la Iglesia es la hija del rey (vv. 7, 13). Jerónimo y, más en particular, >Agustín, asumen el tema al comentar este salmo. El tema de la Iglesia como reina sigue apareciendo en el período patrístico tardío y en la época medieval en el contexto del Salmo 44; por ejemplo en Casiodoro, Pascasio Radbert, Pedro Lombardo, Tomás de Aquino y Buenaventura, que combina los temas de madre, nodriza y reina. El tema de la reina se encuentra frecuentemente asociado al de la esposa; todavía hay lugar para él dentro de una eclesiología integral, que tenga debidamente en cuenta la belleza de la Iglesia.