JOURNET, Charles
(1891-1975)
DicEc
 

Charles Journet es quizá conocido sobre todo por su gran obra inacabada LEglise du Verbe Incarné. Pero en la década de 1930 había empezado a considerar ya las implicaciones políticas de la teología y el cristianismo. Al igual que el joven Y. >Coligar en su época, vio la necesidad de encarnar la fe católica en la sociedad; sus críticas a las atrocidades nazis fueron particularmente llamativas.

Journet enseñó teología en Friburgo durante varios años, escribiendo sobre una amplia variedad de temas teológicos. Pablo VI admiró grandemente su obra y lo nombró cardenal. Fue un representante del neotomismo. A pesar de sus limitaciones y de mantenerse en gran medida dentro de la noción de la Iglesia como >sociedad perfecta, escribió una obra sobre la Iglesia que era en realidad una teología dogmática.

Se sirvió de una concepción escolástica de la causalidad, pero desarrolló una visión profundamente trinitaria de la Iglesia. En su introducción a lo que sería al final una trilogía traza el objetivo de cuatro libros. El primero trataría de la causalidad eficiente de la Iglesia: su vida sacramental y su jurisdicción a través de la jerarquía apostólica. El segundo debía estudiar la naturaleza de la Iglesia en la imagen de Cristo y de la humanidad, consistente en una causa formal o elemento espiritual con una causa material visible; Cristo era claramente la causa ejemplar de la Iglesia; la causa formal increada de la Iglesia era su alma, el Espíritu Santo, dador de un alma creada, gracia cristificada o amor. El tercer libro trataría de la causa final de la Iglesia, que era en definitiva el Bien divino, inmanente sin embargo en la santidad de la Iglesia. El último volumen había de mostrar cómo la Iglesia emergía de Cristo a la gloria final.

Aun cuando su obra, a pesar de su claridad y precisión, sea difícil de leer en un clima posconciliar, no puede ignorarse su importancia histórica. Journet fue uno de los teólogos que hizo posibles los logros del concilio en la presentación de una visión verdaderamente teológica de la Iglesia, trascendiendo enormemente el planteamiento jurídico y apologético de los manuales. En los manuales había poca pneumatología, y no hablaban de María ciertamente, a diferencia de Journet, como corazón de la Iglesia.