HONORIO I, Papa
(625-638)
DicEc
 

Poco se sabe de los primeros pasos de la carrera de Honorio, salvo que procedía de una familia aristocrática y rica. Fue elegido papa tras una vacante de tan sólo dos días. Trató de seguir el ejemplo de >Gregorio I Magno y, como él, convirtió la morada del papa en un monasterio. Habiendo sido un papa que hizo cosas importantes en el terreno de las misiones, la política, las reformas y en general la administración de Roma, Honorio es más conocido sin embargo por el papa que fue condenado luego por un concilio ecuménico. Su caso es la mancha más patente en el récord de la Iglesia romana en fidelidad a la doctrina apostólica, y suele citarse en los argumentos en contra de la infalibilidad pontificia.

Hacia el 634, Sergio, el patriarca de Constantinopla, le envió a Honorio una carta preguntándole sobre la postura consistente en afirmar que en Cristo hay «una energía» (mia energeia), es decir, que, aunque en Cristo haya dos naturalezas (>Calcedonia), hay sólo un modo de actividad, el de la Palabra divina en Cristo. Sergio consideraba que se trataba de una fórmula útil para reconciliarse con los monofisitas, que sostenían que en Cristo había sólo una naturaleza. Honorio le envió una respuesta favorable, en la que usaba la desafortunada expresión «una voluntad». El papa murió el mismo año en que el emperador Heraclio proclamó la Ecthesis (en griego «profesión de fe»), que se convirtió en la carta magna del monotelismo, la doctrina de que en Cristo hay una única voluntad. Los monotelitas apelaron a la autoridad de Honorio en la controversia que siguió. Sus sucesores condenaron repetidamente esta herejía, y el concilio de >Constantinopla III (680-681) censuró formalmente a Honorio. La condena fue ratificada por León II al aprobar las actas del concilio el 682.

Honorio se equivocó en la doctrina, al menos visto a través de ojos orientales, si bien dentro de la tradición occidental podría considerarse ortodoxo para su tiempo; sin duda fue un imprudente e ignoraba las sutilezas de la cristología de la Iglesia oriental. Pero, dado que la cuestión de las dos voluntades estaba tan sólo empezando a plantearse en aquella época, hablando con rigor a nadie podía acusarse de herejía hasta después del concilio. Honorio llevaba entonces 43 años muerto. La doctrina que él propuso no tuvo influencia duradera en la Iglesia; le faltó la >recepción tanto en Oriente como en Occidente.