Padre

En el orden social de la antigüedad, organizado sobre los derechos del padre, hay dos

rasgos característicos básicos de la imagen del padre: el padre domina como señor de la

casa y persona del máximo respeto con poder ilimitado sobre su familia; al mismo tiempo

es para los suyos el protector responsable, el que los alimenta y ayuda. Y ambos rasgos

están vivos también allí donde una divinidad es denominada o invocada con el nombre

de padre. Mientras que la palabra a¡if$á [atiba], padre tomada del arameo, sólo está

atestiguada en el NT, y en él sólo como invocación propia de la plegaria, la palabra nuxr¡p

[patér] abarca la amplitud de significados de la palabra española padre, como calificativo

y como fórmula de tratamiento, en sentido religioso y profano.

El empleo para fines religiosos de la imagen del padre «pertenece a los fenómenos más

antiguos de la historia de las religiones» (GSchrenk, ThWb V, 951). La teología bíblica se

pregunta por la figura particular que adopta este fenómeno en el A y el NT.

243 (áj8¿8á) Padre

ififiá [abbá] padre

I/II Abbá, padre, es una palabra aramea que en el NT sólo se presenta en tres pasajes, Me 14, 36, Rom 8, 15;

Gal 4, 6, como invocación en la plegaria, y en la restante literatura griega del cristianismo primitivo se encuentra

exclusivamente en las citas de los pasajes dichos

1. En el arameo, 'abbá (así como 'immá, fórmula para llamar a la madre) es originariamente una palabra

típica del lenguaje balbuciente del bebé: cuando se desteta a un niño, «aprende a decir 'abba (papá) y 'mana

(mamá)» (bT, Ber, 40a par Sanh 70b; cf. también el texto del targum de Is 8, 4). Ya en la época precristiana la

palabra experimentó una ampliación muy grande de su significado Por un lado suplantó a la antigua forma de

tratamiento (forma hebreo-bíblica y aramea) 'abi, padre mío, y por otro suplió a las formas «el padre» y «mi

padre», es decir, el nombre con el artículo, y la forma con el sufijo de la 1.a pers del sing La consecuencia de esa

ampliación de significado fue que la fórmula para dirigirse al padre, 'abbá, ya no quedó restringida al lenguaje

infantil, sino que fue empleada también por los hijos e hijas adultos De este modo perdió terreno el carácter de

expresión infantil de la palabra, 'abbá ganó ese tono familiar cariñoso, que puede encontrarse en la palabra «papá»

y en sus equivalentes en todas las lenguas

2. Dentro de toda la abundante literatura del antiguo judaismo concerniente a la plegaria, no se encuentra en

ningún pasaje 'abbá como fórmula para dirigirse a Dios El conocimiento de la distancia existente entre Dios y el

hombre (¡Ecl 5,1!) impedía a los judíos piadosos hablar a Dios con las palabras de confianza del lenguaje familiar

cotidiano. Referido a Dios, 'abbá se encuentra únicamente, dentro de la escritura judía antigua, en una narración

trasmitida por el Talmud babilónico (Taanith 23b) «Cuando el mundo necesitaba lluvia, nuestros maestros

acostumbraban a enviar a los niños de la escuela al Rabbi Chanin Hanechba (finales del s l a C), los cuales,

cogiéndole de la orla de su manto, le gritaban "Padrecito ('abbá), padreato ('abbá), danos la lluvia" El oraba

ante Dios "Dominador del mundo, hazlo por éstos que todavía no pueden distinguir entre un 'abbá que puede dar

la lluvia, y un 'abbá que no la puede dar"» Sería por lo demás una conclusión demasiado precipitada querer

deducir de este texto que Dios fuera designado o invocado como 'abbá en el judaismo antiguo En efecto, en este

pasaje Rabbi Chanin lo único que hace es recoger el 'abbá de los niños, para apelar a la paternal misericordia de

Dios, pero por lo que a el se refiere, emplea, no obstante, la invocación, llena de respeto' «Dominador del mundo».

III 1. Como nos consta por la tradición de los evangelios y además confirman

indirectamente Rom 8, 15 y Gal 4, 6 (cf. infra 2), a excepción de la oración que hizo en la

cruz (Me 15, 34 par) en su plegaria Jesús se dirigía a Dios con la expresión padre mío,

sirviéndose para ello de la palabra 'abba, tomada del lenguaje familiar cotidiano y llena

de confianza y de cariño.

a) La invocación «padre mío» en su transcripción griega abbá está expresamente

atestiguada en el texto de Me de la plegaria de Getsemaní (Me 14, 36). Pero también en

las restantes oraciones de Jesús transmitidas por los evangelistas (-> naxrjp [pater] III,

2a/?), en la base de las correspondientes versiones griegas de las invocaciones al padre,

está el arameo 'abbá. En la tradición griega de las oraciones de Jesús, la invocación al

padre oscila entre el vocativo páter, el nominativo con artículo ó Tionrjp [ho pater], usado

como vocativo (cosa muy desusada en griego), y la fórmula de invocación con el vocativo

y el pronombre de la 1.a pers. del sing. náxzp ¡ion [páter mou]. Este intercambio se explica

por existir diversas variantes en la traducción (cf. JJeremias, Abba, 57 s). El motivo es la

circunstancia ya mencionada de que en el arameo palestinense del s. I d. C, 'abbá fue

empleado no solamente como invocación (vocativo), sino también para el nominativo

con artículo y para la forma con el pronombre posesivo de la 1.a pers. del sing.

b) La invocación a Dios con el término familiar de 'abbá, que, por ser la palabra que

el niño pequeño usaba para dirigirse a su padre, era totalmente nueva e inaudita en el

judaismo, es expresión de las relaciones de Jesús con Dios, que tenían un carácter

excepcional. En ella se expresa, tanto su confianza y obediencia al padre (Me 14, 36 par)

como su incomparable plenitud de poder (Mt 11, 25 ss par).

2. La primitiva comunidad hizo suya la invocación abbá (transcrita al griego. Así lo

muestran ambos pasajes de Rom 8,15 y Gal 4,6 en los que Pablo tuvo que tener ante los

ojos el padrenuestro. En la versión más antigua de la oración del Señor, transmitida por

Padre (mx.Trjp) 244

Le 11, 2 ss, resuena la invocación páter, «padre (querido)», lo que remite a un 'abbá

arameo Según esto, al enseñarles a sus discípulos el padrenuestro, les facultó para usar el

abba, dándoles así participación en su posición de hijo (-> hijo, art VÍÓQ XOÜ 9eo6 [hyios

toú theoü]) Conforme a eso, Pablo reconoce en la invocación «abbá, padre» el signo

evidente de la filiación divina que nos ha sido otorgada mediante Cristo y de la posesión

escatologica del espíritu (Rom 8, 14 ss, Gal 4, 4 ss) Porque la comunidad puede decir

«abba», como Jf sus, se cumple en ella la promesa de Dios «Seré un padre para vosotros y

vosotros para mi hijos e hijas» (2 Cor 6,18 = cita libre de 2 Sam 7,14, cf también Jub 1,

24 s)

O Hofius

naxr¡p [patér] padre, nonpiá [patria] linaje, estirpe, naxpíc, [patrís] patria, patria chica,

amázwp [apator] apatrida

1 1 PatSr, padre, igual que pr¡xnp [meter], madre, palabra procedente del indogermánico primitivo, designa

en el lenguaje profano al padre carnal (Homero, Od 1,94), ademas al antepasado o fundador de una familia (Josefo, Ant

14, 255), en plural, designa en general a los antepasados y predecesores (Homero, II 6, 209) En sentido figurado, se

encuentra la palabra como titulo honorífico o respetuoso dirigido a ancianos venerables (Homero, II 24, 362), asi

como para designar una paternidad intelectual o espiritual Asi p ej un filosofo puede llamarse «padre» de sus

discípulos (Epicteto, Diss III, 22, 81 s) y en el culto mistérico el mistagogo es llamado «padre» de los iniciados

(Apuleyo, Met XI 25, 7)

De pater se derivan las palabras patria, linaje, estirpe (para designar el origen de un mismo padre o antepasado

en el NT solamente en Le 2 4 Hech 3 25 Ef3 15) patns, la patria, o sea, el país (en el NT p ej Jn4 44, Hebll 14)

o la ciudad de uno (p ej Mt 13,54, Le 4, 23), como apator, apatrida (en el NT solo en Heb 7, 3) Esta ultima palabra

se emplea en el griego clasico hablando de huérfanos expósitos hijos ilegítimos expulsados y de los aue carecen

de todo derecho (ejemplos en ThWb V, 1021, de modo parecido en la literatura judia, ibid y en St -B III, 693 s),

cuando se llama a los dioses «apatridas», se quiere designar con ello su origen maravilloso (cf ThWb ibid ) En la

época helenística aparece ademas apator, apatrida (frecuentemente en umon con iprytiap [ametor], sin madre)

como atributo divino, describe la divinidad y eternidad de Dios (religiones arficas y mistéricas, gnosis) Dicho

significado esta subyacente también en ApAbr 17,9 en las formulas de tratamiento o invocaciones «sm-padre, sinmadre,

no-engendrado», con las que cabe comparar un himno egipcio al dios Ptah, en el que se dice «Tu no tienes

padre que te haya engendrado , no tienes madre que te haya dado a luz»

2 a) En la base de la denominación de dios como padre en las religiones del antiguo oriente y de la

antigüedad grecorromana hay unas concepciones míticas relativas a un remoto engendramiento y una procedencia

físico-natural de Dios por parte de todos los hombres Asi p ej, el dios El de Ugant se llama «padre de la

humanidad», el dios Sin un dios lunar babilónico, «padre y engendrador de dioses y hombres» y en Grecia, Zeus

(desde Homero) es denominado «padre de los hombres y los dioses» En Egipto el faraón es considerado

preferentemente como hijo de Dios en sentido físico En el nombre de padre se expresa ante todo la autoridad

absoluta que exige obediencia, pero también, junto a ella, el amor misericordioso la bondad y la providencia

divinas A esto corresponde por parte del hombre una doble postura fundamental por una parte «el reconocimiento

de la propia falta de poder y del estar totalmente referido a la divinidad» y por otra parte «la actitud de

confianza filial y de amor hacia la divinidad» (GMensching, RGG3 VI, 1233)

b) En Platón y en la Stoa fue acuñado filosóficamente el tema de dios-padre Platón acentúa en su elaboración

cosmológica de la idea de padre la relación creadora de Dios, el «padre de todo», con todo el cosmos (Tim 28c 41a

y passim) Según la doctrina estoica, dios domina como padre el universo, es «creador padre y conservador» de los

hombres como hijos emparentados con el (Epicteto Diss I, 9, 7 cf el famoso himno a Zeus de Cleantes)

c) En el antiguo culto de los misterios la vuelta a nacer y la divinización de los iniciados se considera como un

engendramiento llevado a cabo por la divinidad, por ello en la oración se la invoca como «padre» (Testimonios en

ThWb V, 953)

d) También la gnosis designa al dios supremo como padre o arquetipo paterno (sobre todo cf espec el

Evangehum Ventatis de Nag Hammadi), sin embargo, esta totalmente excluido el cara a cara o encuentro personal

entre dios y el hombre, las chispas de luz emanadas de dios y encerradas en los cuerpos humanos se relacionan con

su arquetipo paterno como las gotas de agua con el mar

245 (nairjp) Padre

II El AT emplea la palabra padre (hebr 'ab = LXX patér) casi exclusivamente (alrededor de 1180 veces) en

sentido profano, y muy raras veces (15 veces) en sentido religioso También la literatura del judaismo antiguo

palestinense, al igual que el AT, evidencia una clara reserva para el uso de la palabra en sentido religioso No

aumentan los testimonios relativos al empleo del nombre de padre referido a Dios hasta llegar a la literatura del

judaismo de la diaspora

1 Uso profano

a) La paternidad física es un don y un mandamiento del creador (Gn 1, 28) Como portador de la bendición

divina (|Gn 27') el padre es cabeza de la familia, de su -> casa (cf Jos 24, 15b) y una autoridad a la que hay que

respetar en cualquier circunstancia (Ex 20,12,21,15 17, Prov 23,22) No es solamente el que alimenta, el protector

y el educador, sino sobre todo el sacerdote domestico (Ex 12, 3 ss) responsable de la vida ajustada a la Ley de su

familia y de la instrucción religiosa de sus hijos, y maestro (Ex 12, 26 s, 13, 14 ss Dt 6, 7 20 ss, 32 7 46, Is 38, 19,

testimonios del rabinismo en St-B III, 615)

b) Las generaciones antiguas de Israel son llamadas los «padres» (Sal 22[21], 5, 106[105], 7), también

sobresalientes hombres de Dios de las épocas antiguas (Eclo 44, 1 ss) y especialmente los «patriarcas» Abrahan,

Isaac y Jacob en cuanto portadores y transmisores de las promesas de la alianza divina (Jos 24, 3, 1 Cr 29, 18,

rabimsmo en St-B I, 918 s)

c) Hay testimonios del titulo honorífico de «padre» aplicado a los sacerdotes en Jue 17, 10, 18, 19, a los

profetas en 2 Re 6, 21,13, 14, al rey en 1 Sam 24 12, en 2 Re 2,12, en la boca del discípulo del profeta, dicho titulo

sera al mismo tiempo expresión del parentesco intelectual y espiritual En el judaismo rabimco, en el que era

corriente el titulo de «padre» aplicado a escribas ilustres (St-B I, 918 s), se aplica ocasionalmente la imagen de

padre e hijo a las relaciones entre el maestro de la Tora y su discípulo (St -B III, 340 s)

2 Uso religioso

a) Dios como padre en el Antiguo Testamento

Junto a la comparación con el padre terrestre (Sal 103[102], 13, Prov 3, 12, cf Dt 1, 31, 8, 5), la palabra padre

aplicada a Dios se presenta solamente 15 veces en el AT, y de ellas 13 como titulo divino y solo 2 como invocación

directa a Dios

n) La denominación de Dios como padre esta referida en el AT exclusivamente al pueblo de Israel (Dt 32, 6,2

veces en Is 63,16,64,7, Jer 31[38], 9, Mal 1,6,2,10) o bien al rey de Israel (2 Sam 7,14 par, 1 Cr 17,13,22,10,28,6,

Sal 89[88] 27 cf 2 7), fuera de eso, nunca se encuentra referido a un individuo (Sal 68[67] 6, cf infra) o a la

humanidad en general La diferencia fundamental con las concepciones de Dios padre existentes en el contorno

religioso que rodeaba a Israel consistía en que la paternidad de Dios no era entendida en el AT biológica o

mitológicamente, sino soteriologicamente la filiación divina no representa una cualidad natural, sino que se basa

en la maravilla de la -» elección y ->• redención divinas (cf ademas Ex 4,22, Dt 14,1 s, Os 11,1 ss) Aun cuando en

las afirmaciones en las que entra la palabra padre se habla de «crear» (-> creación) y «engendrar» (-< nacer), tales

palabras significan la actuación histórica y electiva de Dios en un pueblo o en un rey biológicamente ya existente

Al llamar «padre» al Dios que elige y salva, se expresa tanto su -> amor misericordioso y perdonador (Jer 31 [38],

9 20 cf Os 11 8) como su exigencia de respeto y obediencia (Dt 32 5 s Jer 3 4 s 19 s Mal 1 6) De la común

filiación divina de los israelitas resulta una especial obligación a la fidelidad mutua dentro de la comunidad (Mal 2,

10) Si el particular experimenta a Dios como padre, es en cuanto miembro del pueblo y dentro de un obrar de Dios

que corresponde a la salvación de Israel (Sal 68[67], 6, en el contexto de los vv 5-11)

/S) La invocación «padre mío» aparece solamente en Jer 3, 4 19, pero, de modo muy significativo, no en la

boca de un orante aislado, sino como invocación oracional del pueblo elegido

b) Dios como padre, en el judaismo palestinense

a) Al igual que en el AT, también en el judaismo palestmense de la época precristiana es raro el calificativo de

Dios como padre En los libros propios del canon alejandrino y en los apócrifos de origen palestmense aparece

solamente en muy pocos pasajes (Tob 13, 4, Eclo [hebr] 51, 10, Jub 1, 24 s28, 19, 29), los textos de Qumran

proporcionan un único testimonio (1QH 9, 35 s) En el judaismo rabimco aumenta el empleo del nombre de padre

en el s Id C, sin embargo, frente a otros calificativos divinos pierde terreno A Dios se le llama «padre en el cielo»

(ejemplos en JJeremias, Abba, 20 ss), expresión en la que la añadidura «en el cielo» marca la distancia que existe

entre Dios y los hombres Frente al uso que hace el AT, resulta nuevo que en el judaismo palestmense de esta época

también el individuo piadoso hable de Dios como de su «padre en el cielo» (JJeremias, loe cit, 24 ss) Con todo, los

textos acentúan que la conditio sme qua non de esa relación de filiación personal esta en la obediencia ante los

mandamientos de Dios (cf Eclo 4, 10)

¡i) Como invocación a Dios aparece en el s I d C el giro «nuestro padre nuestro rey», si bien solo en la

oración litúrgica de toda la comunidad y no en el lenguaje corriente arameo, sino en el lenguaje cultico hebreo

(plegaria «Ahaba rabba», cf WStaerk, 6, letanías del año nuevo «Abinu malkenu», cf WStaerk, 27 ss) Es de

considerar que el giro hace resaltar la majestad de Dios al mismo tiempo que su paternidad Mt 6,9 es asimismo un

testimonio para el s I d C de la expresión «padre nuestro del cielo», que puede observarse ocasionalmente en las

oraciones del judaismo tardío Por el contrario, falta hasta ahora la prueba documental de que un particular se

haya dirigido a Dios en la oración llamándole «padre mío» (en el texto griego de Eclo 23, 1 4 se encuentra

Padre (na.zrjp) 246

ciertamente la invocación «Señor, mi padre», pero en el hebreo, como en Eclo[hebr] 51, 1, se dice «Dios de mi

padre»; cf. Ex 15, 2).

c) Dios como padre, en el judaismo de la diáspora

ct) El judaismo de la diáspora grecoparlante usó más frecuentemente y con más llaneza que el judaismo

palestinense el calificativo de Dios como padre (3 Mac 5, 7; Sab 2,16 ss; TestJob 40,2); Filón (Op. Mund. 89; Spec.

Leg. I, 96; II, 6 y passim) y Josefo (espec. Ant. 7, 380) por su parte dejan transparentar claramente la concepción

griega del «padre de todo».

fi) Bajo el influjo griego, en el judaismo de la diáspora se encuentra también en las oraciones de los

particulares la invogación «padre mió» (3 Mac 6, 3.8; Sab 14, 3; Apócrifo de Ezequiel, Frg. 3 = 1 Clem 8, 3).

III A la amplitud de significado de 'áb o patér en el AT corresponde en el NT la de

patér, padre. A diferencia del AT, en el que sólo en muy pocos pasajes está atestiguado el

empleo del nombre de padre aplicado a Dios, el número de testimonios relativos al uso

religioso de la palabra patér (245 veces) sobrepasa con mucho en el NT al uso profano

que de la misma se hace (157 veces).

1. tJso profano de patér

a) Según la tradición sinóptica, Jesús hizo referencia expresamente a la validez

obligatoria del mandamiento de honrar a los padres (Ex 20, 12) (Me 7, 9 ss par; 10, 19

par), pero por encima de la vinculación al padre y a la madre colocó la obligación de

seguirle a él (Mt 10,37; Le 14,26; cf. Me 10,29 s par). También los textos sobre relaciones

domésticas de Ef y Col subrayan el mandamiento de la obediencia al padre y a la madre,

haciendo referencia al mismo tiempo a la responsabilidad humana y espiritual del padre

para con sus hijos (Ef 6, 1 ss; Col 3, 20 s).

b) Cuando Pablo en 1 Cor 10, 1, en atención a los cristianos provenientes del

paganismo, habla del pueblo de Dios de la antigua alianza como de «nuestros padres» (cf.

también Rom 9, 10; Heb 1, 1; 1 Clem 4, 8; 31, 2; 60, 4), está presuponiendo la unión

estrecha (mostrada exhaustivamente en Rom 9-11) entre Israel y la iglesia.

c) El pensamiento de la paternidad espiritual está presente en l Cor 4, 14 ss, e

indirectamente en las afirmaciones relativas a la filiación divina (Flm 10; 1 Tim 1, 2.18;

2 Tim 1,2; 2,1; Tit 1,4; 1 Pe 5,13): el apóstol viene a ser «padre» de los cristianos traídos

a la fe por su predicación. Mt 23, 9 va contra el empleo del nombre de padre como título

honorífico.

d) Entre los conceptos derivados de patér hemos de mencionar espec. apátór, sin

padre (Heb 7, 3); Heb designa a Melquisedec como «sin padre, sin madre, sin estirpe, sin

un comienzo de sus días y sin un final de su vida». El autor hizo esa sorprendente

afirmación con ayuda de la regla rabínica: «Lo que no está en la Tora, no existe».

Encuentra en el silencio del AT (Gn 14, 18 ss) acerca de la procedencia, padres,

nacimiento y muerte de Melquisedec una referencia misteriosa al origen celestial maravilloso

del rey sacerdotal y a su sacerdocio imperecedero. Como ser de naturaleza celestial

(cf. HQMelch; traducción en FSchróger, 140 ss), Melquisedec es mayor que los sacerdotes

levíticos, para cuyo oficio era condición indispensable la ascendencia sacerdotal (Neh

7, 63 s; Lv 21, 13 ss). Por esta razón su figura le sirve al autor de Heb como modelo y

arquetipo profético del hijo de Dios y sumo sacerdote eterno Cristo, que tampoco

pertenecía a la tribu de Leví (Heb 7, 13 s).

2. Dios como Padre

El conjunto de las citas nos muestra ya, que, cuando hablamos de la paternidad de

Dios, nos encontramos ante un pensamiento central de la teología cristiana primitiva.

Esta afirmación recibe su confirmación si atendemos al contenido (cf. -> ififiá [abbá];

además -> niño, art. ÜÍÓQ [hiós]).

a) La apelación de Dios como padre en las palabras de Jesús

247 (nazrjp) Padre

a.) De la designación de Dios como padre en las palabras de Jesús encontramos 3

testimonios en Me, 4 en la tradición de logia usada por Mt y Le( = fuente Q), 4 en el

patrimonio exclusivo de Le, 31 en el restante evangelio de Mt, y 100 en Jn. Esta

verificación hace sospechar que Jesús mismo sólo raras veces designó a Dios como padre

y que hasta los tiempos del cristianismo primitivo no fue aumentando la tendencia de

poner en su boca la designación de Dios como padre. Por lo que hace al lenguaje propio

de Jesús, hay dos cosas-de gran importancia: es evidente que nunca llamó a Dios padre de

Israel, y también que ciertamente habló de Dios como de su padre («mi padre») y como

del padre de sus discípulos en un «nuestro padre» (¡el padrenuestro es oración de los

discípulos!).

Cuando Jesús llama a Dios su padre, lo hace fundándose en la revelación de carácter

único que Dios le otorgó y en su posición incomparable de hijo (Mt 11, 25-27 par Le 10,

21 s; sobre la cuestión de la autenticidad y sobre la exégesis más en detalle véase

JJeremias, Abba, 47 ss). En el envío de Jesús, en cuyas palabras y obras irrumpe el futuro

reinado de Dios (-> reino), Dios se revela como el padre. La paternidad de Dios revelada

en el hijo es por eso una realidad escatológica (cf. ELohmeyer, 25 ss).

La expresión «vuestro padre» se encuentra sólo en las palabras de Jesús a sus

discípulos. Por consiguiente, Jesús no fue el representante de la idea de que Dios es el

padre de todos los hombres, sino que más bien vinculó la paternidad de Dios a la relación

con él. Dios se muestra como padre de los discípulos en su misericordia (Le 6,36), bondad

(Mt 5, 45), amor perdonador (Me 11, 25) y providencia (Mt 6, 8; 6, 32 par Le 12, 30); les

otorga el don de los tiempos salvíficos (Mt 7, 11) y les prepara la salvación escatológica

(Le 12,32). En Mt 5,44 ss; Le 6, 36 y otros, se dice expresamente que de la experiencia del

amor paternal de Dios surge para el discípulo una obligación especial en relación con la

propia conducta de cara a los otros hombres.

fí) Según el testimonio de todos los evangelistas, Jesús usó continuamente en sus

oraciones (con excepción del grito de la cruz de Me 15, 34 y Mt 27,46, donde la palabra

«Dios mío» venía reclamada por la cita del Sal 22,2) la invocación «padre (mío)» (Me 14,

36 par: Mt 26, 39.42 y Le 22,42; Mt 11,15 s par: Le 10,21; Le 23,34.46; Jn 11,41; 12,27 s;

17,1.5.11.21.24 s). «El carácter constante de la tradición muestra, independientemente de

la cuestión en torno a la autenticidad de cada una de las oraciones en particular, cuan

firmemente estaba arraigada en la tradición relativa a Jesús el mvocar a Dios como

padre» (JJeremias, Abba, 57). Si ya la invocación personal «padre (mío)» era algo

totalmente nuevo en el ambiente de Palestina (cf. II, 2b), debe considerarse como

absolutamente inaudito el que Jesús se sirviera para ello de la palabra aramea carente de

toda solemnidad 'abba (para más detalles -• afifíá [abbá]).

b) La apelación de Dios como padre en los testigos neotestamentarios

a.) La designación de Dios como padre. Los testigos neotestamentarios, espec.

Pablo (incluyendo las cartas deuteropaulinas) y Juan (evangelio y 1-2 Jn), se muestran

plenamente de acuerdo en que la paternidad de Dios tiene un fundamento cristológico y

soteriológico.

En las cartas de Pablo la denominación de Dios como padre se presenta 40 veces, y

siempre en fórmulas litúrgicas (salutaciones en forma de bendición: Rom 1, 7; 1 Cor 1, 3;

2 Cor 1, 2; acción de gracias y alabanza: Rom 15, 6; 2 Cor 1, 3; Ef 1, 3; confesión de fe: 1

Cor 8, 6; Ef 4, 6; plegaria: Ef 5, 20; Col 1,12). Si Pablo (junto a «Dios, el padre» y «Dios

nuestro padre») emplea a menudo el giro «Dios y padre de nuestro señor Jesucristo»

(Rom 15,6; 2 Cor 1,3; 11,31 y passim), con ello quiere expresar que Dios en Jesucristo se

ha revelado como padre y por eso sólo en él se le conoce como padre. La paternidad

divina no es un hecho natural, sino un milagro escatológico (cf. Rom 8,14 ss; Gal 4,1 ss).

Padre {n<xxrjp) 248

Juan, que emplea la palabra padre como un auténtico sinónimo de Dios, acentúa la

vinculación absolutamente singular de Jesús con Dios (Jn 6, 57; 10, 30; 14, 10 s). Jesús

revela al Padre (1,18; 8,26 ss; 12,49 s; 14,7.9), por ser el hijo al que se ha confiado el pleno

conocimiento de Dios (3, 35; 10,15a; 16,15a). El ofrece a los suyos la filiación divina, que

sólo puede adquirirse a través de él (14, 6; 17, 25 s) y que sólo puede recibirse como un

regalo del amor divino (1 Jn 3, 1 s).

Sólo en tres, pasajes del NT hay un concepto de padre que no está fundamentado

cristológicamente: en Ef 3,14 s de Dios, en cuanto creador del mundo, se dice «el que da

el apellido a toda familia (patria) en cielo y tierra»; en Heb 12, 9 a Dios, en cuanto

creador de las almas humanas, se le llama «padre de nuestro espíritu» y en Sant 1, 17, en

cuanto creador de las luminarias celestes, se le llama «padre de los astros» (cf. ApMo 36,

3). Quizás resuene en estos tres pasajes la idea griega de padre de todo.

P) Mt 6, 9 par; Le 11, 2; Rom 8, 15 y Gal 4, 6 testimonian que la comunidad

cristiana usaba la invocación de Dios como padre (-> á/?jSá [abbá] III, 2). Tal vez 1 Pe 1,

17 aluda a la invocación de Dios como padre en el padrenuestro (cf. la traducción coptosaídica:

«cuando vosotros ponéis en vuestros labios el "padre nuestro", que...»): con el

derecho de llamarle en la oración «padre», surge al mismo tiempo la exigencia de actuar

de acuerdo con la condición de hijo.

0. Hofius

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