Judas Iscariote
DJN
 

El nombre «Judas» aparece 44 veces en el N. T., con referencia a nueve personas distintas. Hablamos aquí de la figura más tristemente célebre y más universalmente conocida: Judas Iscariote. Aunque algunas veces se le llama «hijo de Simón» (Jn 6, 171; 13, 2, 26), el apelativo común es «Iscariote». En el N. T. encontramos «Ikarioth» e «Iskariotes», como sobrenombre de Judas, el que traicionó a Jesús y lo entregó a las autoridades judías. «Iskarioth» se halla en Mc 3, 19; 14, 10; Lc 6, 16, y en algunos códices (Mt 10, 4 C y Lc 22, 47 D). «Iscariotes» aparece en Mt 10, 4; 26, 14; Lc 22, 3; Jn 6, 71; 12, 4; 13, 2, 26; 14, 22, y en algunos códices. Significativamente falta la vocal inicial «I» en el códice C (Mc 3, 19; Lc 6, 16; Jn 6, 71): de este modo «Skarioth» (Mt 10, 4; 26, 14; Mc 14, 10), «Skariotes» (Jn 12, 4; 12, 2, 26; 14, 22). Tratamos pues, 1) Persona y actividad de Judas. 2) Explicación del apellido.

1. Persona y actividad

Según los cuatro evangelios, Jesús es entregado a las autoridades judías por uno de los Doce, llamado Judas (Mc 14, 43; Mt 26, 47; Lc 22, 47; Jn 18, 3). Hijo de Simón Iscariote (Jn 6, 71), se le nombra siempre en último lugar en la lista de los apóstoles (Mt 10, 4; Mac 3, 19; Lc 6, 16) y siempre con la apostilla: «el que lo entregó» (Mt, Mc) o «el traidor» (Lc). En las listas de los apóstoles de Lc 6, 14-16 y Hech 1, 13, se menciona, en lugar de Tadeo, a un segundo Judas (Mc 3, 18; Mt 10, 2), a quien, por la añadidura de «tou Jacobou (=hijo de Santiago) se le diferencia de Judas Iscariote (Cfr Jn 14, 22). Los tres sinópticos narran sus relaciones con el Sanedrín (Mt 6, 14-16; Mc 14, 10-11; Lc 22, 3-6): su intervención en la última Cena (Mt 26, 25) y el beso en el huerto de Getsemaní (Mt 26, 48-50; Mc 14, 43-52; Lc 22, 47-52). Solamente Mateo (27, 3-10) cuenta el arrepentimiento y suicidio de Judas. En el evangelio de Juan se describe más amplia y minuciosamente la evolución psicológica, político-religiosa y relacional con Jesús: -Después del discurso del «pan de vida» la ruptura es total (6, 70s)=«uno de vosotros es un diablo»: «lo decía por Judas, el de Simón Iscariote, porque éste, que era uno de los Doce, le iba a entregar». A ello se añaden anomalías en la administración (12, 4-6): «¿Por qué este perfume no se ha vendido en trescientos denarios para dar a los pobres?» «No le importaban los pobres, sino porque era ladrón, y siendo el encargado de la bolsa, sustraía lo que en ella se echaba». Su decepción le lleva a denunciar el paradero de Jesús (Jn 11, 56) y pide por la entrega del Maestro treinta monedas de plata (Mt 26, 15 s; Mc 14, 10-11; Lc 22, 3-6). Jesús habla tres veces del traidor con frases generales (Jn 13, 10, 18-20; Mt 26, 21-24, cfr. Jn 13, 21s) y luego lo señala al entregarle el bocado (13, 23-29). Cuando Jesús es condenado, Judas se arrepiente de lo hecho y devuelve las treinta monedas; los sacerdotes y ancianos se niegan a recibirlas; Judas se aleja y se ahorca (Mt 27, 3-5; Cfr. Hech 1, 18).

- Cuestiones: Los autores se preguntan: -¿Por qué semejante persona fue escogido como miembro de los Doce? -¿Qué motivos lo impulsaron a traicionar a Jesús? -El final de Judas, -La cuestión de su historicidad. Algunas de estas cuestiones pertenecen a la ciencia ficción, otras, al complicado mundo psicológico de la persona, otras, a la misma comprensión o rechazo de la actuación de Jesús que fuerzan en Judas un distanciamiento progresivo. Dejemos, pues, a los comentaristas que sigan hallando convincentes soluciones. -La cuestión de la historicidad tiene respuestas en el contexto de la historicidad de los Doce. Todos los evangelios concuerdan en la narración de la «hazaña» realizada por Jesús, pero incluyen diferentes matices al dibujar su personalidad: hay evidentemente una coloración teológica debida al evangelista y una retrospección eclesial, destacando, entre otras cosas, el aspecto de símbolo para la comunidad cristiana. Solamente en Marcos aparece la expresión: «uno que está comiendo conmigo», «uno de los doce que moja en el plato conmigo» (14, 18-20). «En el Iscariote encuentra la comunidad lo que puede sucederle a ella misma» (M. Limbeck, DENT, col. 2040). Mateo interpreta la acción y la suerte corrida por Iscariote ala luz de Zac 11, 12s y Dt 21, 7s: con la acción de Iscariote se realiza en el seno del pueblo judío una ruptura parecida a la qúe se produjo entre Samaria y Jerusalén. Cuando los sacerdotes principales -en contraste con Dt 21, 7s- compran un terreno con el dinero obtenido con el derramamiento de sangre inocente, cargan sobre su pueblo esta culpa. (M. Limbeck, ib.). Lucas llama a Iscariote traidor (6, 16) e instrumento de Satanás. El destino de Iscariote es el que aguarda a los impíos (Hech 16-20). Para Juan, Iscariote es también instrumento de Satanás (6, 70; 13, 2), y además ladrón (12, 6). La entrega que Jesús hace de su vida no surte efecto en él (13, 10), es el hijo perdido (17, 12).

2. Explicación del apellido

a) En 1943, C. C. Torrey, de la Universidad Yale, declara en relación con el misterioso nombre de Judas Iscariote: «Ninguna interpretación del nombre hasta ahora propuesta resiste a un examen crítico. Puesto que no hay evidencia de que Judas fuese llamado Iscariote durante su vida o que el nombre haya sido llevado por cualquier otra persona, lo más probable es que fuese un apodo, una oprobiosa denominación dada en razón de su hazaña. Torrey sugiere que Iscariote se deriva del arameo «shakrai», «shekarya», y con la adición de «alef» prostético = «ishkarya», que significa «falso», «hipócrita», «mentiroso».

- Dificultad: todo cambio de nombre o adición de sobrenombre o apodo en el N. T. es siempre indicado explícitamente (Mc 3, 17; Lc 6, 15; Jn 1, 12; Hech 4, 36; 15, 55). En ningún lugar hay cambio de nombre o imposición de apodo relacionado con Judas Iscariote. Por lo tanto no hay indicio de que Iscariote no sea su natural apellido.

a) En 1953, el colega de Torrey en Yale, Harld Inghol, propone una nueva derivación de Iscariote. De la raíz aramea «sagor=«color rubio», «rojo», se formó la palabra «saqrai» que indica a un hombre rubio, que tiene la cabeza rubia; y cuando se usa con el artículo definido arameo se pronuncia «segara», y con la añadidura del «alef» prostético «isquera». Pero no hay ejemplo de un arameo «saqrai». Y antes del siglo IX nunca aparece así en el arte cristiano (Más tarde Judas aparece con cabello y barba rubios, pero para indicar más que una tradición histórica, porque así se representaba al «villano»). Aunque es acertada la búsqueda en el arameo del origen del nombre de Iscariote, sin embargo, ninguna de las dos soluciones es satisfactoria (A. Ehrman, Bibliografía).

b) Se ha indicado que la cabeza del partido revolucionario (Sicarios) en Jerusalén, durante la gran revuelta contra Roma el año 70, fue un tal Abba Saqqara, el sobrino de Rabbi Yohanan Ben Zakkai. Como Abba Saqqara es específicamente llamado Reysh Bioreney di Yerushalayim, fue natural que muchos estudiosos interpretasen su nombre como «Cabeza de los Sicarios». Pero contra esto, Luis Ginzberg arguye que Abba Saqqara no puede significar «Rosh Siqrin (Cabeza de los Sicarios), porque Abba nunca es usado con el significado de «jefe», «lider> en la literatura rabínica. Ginberg, no obstante, habiendo demostrado la conexión entre Saqqara y Siqari, afirma sin vacilar que Saqqar significa «tintorero». Según Torrey el grupo «Skar» es la raíz del sobrenombre de Judas, «Iskariotes». Ingholt reconoce la exactitud de la afirmación, pero falla al dar el significado arameo judío «saqor». «Saqor» no significa ser de «color rojo», sino «teñir o pintar rojo». Judas Iskariote y Abba Saqqara no eran «cabezas rubias», sino ambos eran «tintoreros». Que el color rojo fuese el color prominente del oficio de tintorero está ampliamente atestiguado por la literatura rabínica y las Sdas. Escrituras (Ex 25, 5). Cuando los evangelios se vierten al griego, el significado del nombre de Judas, es un enigma. Nuestra explicación de que Judas Iskariote significa «Judas el tintorero» elimina toda objeción artística, lingüística, estilística, y encaja perfectamente en el contenido histórico del primer siglo de Israel (A. Herman, bibl.).

c) Yoel Arbeitman, últimamente (1980) dice que la sola laguna en el estudio de Ehrman es la solución al enigmático sufijo «tes». Mediante un minucioso y serio estudio explica el porqué del doble apelativo (Iskariotes e Iskarioth) y por qué en una serie de manuscritos y versiones tardíos falta la vocal inicial átona (Skarioth, Skariotes).

BIBL. — J. A. MoRIN, Les deux derniers des Douze: Simon le Zelote etludas Iskarioth, RB 80 (1973) 332-355; A. EHRMAN, ludas Icariot and Abba Saqqara, JBL (1978), 572-573; J. ARBEIMANN, The Suffix of Iscariot, JBL (1980); J. GNILKA, El Evangelio según Marcos, 1, Salamanca, 1992, 155-167; M. LIMBECH, «Judas Iscarioth», en DENT, vol., Salamanca, 1996, 2027-2030 y 2038-241.

Carlos de Villapadierna