Felipe, Evangelio de --Apócrifos

Filacteria

Los varones israelitas llevaban, al menos durante la oración de la mañana (algunos las llevaban durante todo el día), dos filacterias, en cada una de las cuales se colgaban dos estuches o cajitas en las que iban escritos en pergamino cuatro pasajes fundamentales de la Ley (Ex 13,1-10; 11,16; Dt 6,4-9; 11,13-21). Una se ataba en la cabeza, de forma que la cajita quedara en la frente, y la otra al brazo izquierdo, para que la cajita cayera al lado del corazón. Esta costumbre se debe a una interpretación literal de Dt 6,8: "Átatelas (las palabras de la Ley) a las manos para que te sirvan de señal, póntelas en la frente entre los ojos. Escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas". Jesucristo acusa a los fariseos de abusar de las filacterias, como si se tratase de un amuleto mágico; es decir, de su excesivo cuidado en la práctica de normas externas, con olvido de lo principal, que es la humildad y la caridad (Mt 23,5).

E. M. N.

Filipo (amante de caballos)

Hijo de Herodes el Grande y de Cleopatra; nació hacia el año 25 a. de C.; tetrarca de Iturea y de la Traconítide (Lc 3,1); llevó a cabo grandes construcciones, entre las que merece destacarse la ciudad de Betsaida (Julias) y Paneas (Cesarea de Filipo) (Mt 16,13; Mc 8,27). Al final de su vida se casó con Salomé, la hija de Herodías y de Herodes Filipo (Mt 14,11; Mc 6,22). -> contexto.

E. M. N.

Fisonomía de Jesús -> Psicología

Flagelación

La pena de la flagelación era un castigo de carácter correccional; se aplicaba en los delitos de menor importancia; los delitos personales, sin repercusión en la vida social, eran resueltos por los tribunales aplicando al culpable la medida de la flagelación (Dt 25,1-3). La pena, que en principio se ejecutaba con varas y luego con correas y bolas de plomo, debía aplicarse en presencia del juez sentenciador, para que se llevara a cabo con toda exactitud, sin posible extralimitación de los azotes, que en ningún modo podían pasar de cuarenta, reglamentación atribuida al mismo Moisés (Dt 25, 2-3; Mt 10,17; 23,34; Mc 13,9). El flagelado solía estar atado a una columna, o con los brazos en alto sujetados con argollas, o doblado, o tendido en el suelo, o sobre un banco. La flagelación no se podía infligir a un ciudadano romano (Act 16,37-38; 22,25-26).

Posteriormente y debido a una interpretación escrupulosa de la ley, con el humanitario fin de que nadie se excediera, la ley dice que los azotes sean cuarenta menos uno, es decir, treinta y nueve (2 Cor 11,24). —> pasión.

E. M. N.

Flauta

Instrumento musical de aire; probablemente se inventó en Egipto; la tocaban los pastores y los coros de los profetas (1 Sam 10,5); se tocaba para hacer baile (Mt 11,17; Lc 7,22), en los banquetes (Os 5,12), en las marchas alegres (Is 30,29) y en los duelos (Jer 48,36; Mt 9,23).

E. M. N.

Flavio Josefo -> Fuentes extrabíblicas

Flujo de sangre

Una mujer que padecía desde hacía doce años flujo de sangre, y que se había quedado en la ruina, pues había gastado todo lo que tenía en los médicos, que, por cierto, aquí no quedan bien parados, pues no la habían hecho nada positivo, quedó curada sólo con tocar llena de fe la orla del manto de Jesús (Lc 8,43-44). -> menstruación; hemorroisa.

E. M. N.

Fracción del pan

Al comenzar la comida, el jefe de la familia tomaba el pan, lo partía en trozos y lo repartía. Este gesto, prácticamente un rito, en las comidas familiares o de grupos, era común entre los judíos. Jesucristo lo practicó en todas las multiplicaciones de los panes (Mt 14, 19-20; 15,36-37; Mc 6,41-43; 8,6. 8. 19. 20; Lc 9,16-17; Jn 6,12-13); lo hizo asimismo en la última cena (Mt 22,26; Mc 14,22; Lc 22,19). Jesucristo debía de tener un modo especial de hacerlo, pues los dos discípulos de Emaús le reconocieron "al partir el pan" (Le 24,30. 35). En la primitiva Iglesia la fórmula "fracción del pan" significa la celebración de la Eucaristía (Act 2,42. 46; 20,7-11; 27,35; 1 Cor 10,16). -> eucaristía.

E. M. N.

Frutos

Todas las criaturas tienen la obligación de producir, de dar fruto (Gén 1,22. 28; ls 5,4). Los árboles, en general, deben dar fruto, y bueno (Mt 3,10; 7,16-20; 12,33; Lc 6,43-44), la higuera (Mt 21,19; Mc 11,14; Lc 13, 6-7. 9), la vid (Mt 21,34; Mc 12,2; Lc 20,10; 15,4), el trigo (Jn 12,24), las semillas en general (Mt 13,22; Mc 4,7. 8. 19; 20,28. 29; Lc 8,8. 15; Jn 4, 36). Todos estos ejemplos los tomaba el Señor de la naturaleza para indicar que el hombre, en su vida religiosa, debe dar también frutos, el fruto de la conversión (Mt 3,8; 13,23; Mc 4,20; Lc 3,8). En eso es glorificado el Padre (Jn 15,8. 16) y para, eso hay que estar unidos a Jesucristo (Jn 15,4-5). Todo lo que no da fruto debe ser eliminado (Mt 3,10; 7,19; 21,19. 43; Mc 11,14; Lc 3,9).

Fuego

El fuego, el aire, el agua y la tierra eran, según los antiguos, los cuatro elementos de los cuerpos. El fuego da luz y calor, un buen símbolo del poder y de la fuerza de Dios. De hecho Dios se suele aparecer como fuego y entre fuego (Dt 5,24; Ex 3,2; 13,21; 14,24; 19,18; 1s 6,6; Ez 1,4). Jesús habla del fuego escatológico, un fuego eterno, que no se apaga nunca (Mt 18,8; 25,41; Mc 9,43. 48), con una función purificadora (Mt 3,10-12; 7,19; 13,42. 50), como instrumento del castigo eterno (Mc 9,49) e incluso con función consumidora (Mt 3,12; 13,40; Lc 3,9; Mc 9,43). Jesucristo ha venido a traer fuego a la tierra (Lc 12,49), pero no un fuego arrasador y vengativo (Lc 9,54); ha venido a traer un bautismo en Espíritu Santo y en fuego (Mt 3,11; Lc 3,16), que produzca en el hombre la conversión total en el amor.

E. M. N.