Esenios
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SUMARIO: 1) Origen del movimiento esenio. - 2) Fundador de la comunidad de Qumran. - 3) Organización de la comunidad. - 4) Concepciones teológicas.

El movimiento esenio, o la secta de los esenios, fue una de las fuerzas importantes de la vida religiosa en la Palestina del tiempo de Jesús. Josefo habla de seis mil fariseos y cuatro mil esenios. Nos dan noticias sobre ellos Filón, Josefo, Plinio el Viejo y Dión Crisóstomo. Pero solamente después del año 1947, tras los descubrimientos de los manuscritos de Kirbet Qumrán, en las orillas del Mar Muerto, tras las excavaciones de las ruinas de la colonia esenia allí asentada tenemos verdaderos puntos de contraste para situarlos e identificarlos. Gracias al extraordinario hallazgo se puede reconstruir con bastante aproximación la historia de la secta, su doctrina, organización, aunque haya de tenerse en cuenta que todos los esenios no vivían en Qumran.

Plinio nos dice que vivían al Oeste del Mar Muerto, en un lugar donde no se siente la pestilencia del mismo Mar (¿un lugar purificado por las aguas del Jordán?) justamente donde se halla Qumran. Plinio habla de las ciudades situadas al sur del «campamento»: En Gueddi (a unos 20 kms al sur de Qumran); Masada (a unos 15 kms más lejos). Parece, pues, que Plinio sitúa justamente donde vivía la secta de Qumran, con lo que se puede afirmar que los sectarios del Mar Muerto eran esenios. En todo caso, según los investigadores, los manuscritos hallados son esenios.

Filón y Josefo describen de modo diferente el lugar donde vivían los esenios. Según Filón, vivían no en ciudades sino en pueblos, pero en otro pasaje dice que vivían tanto en ciudades como en pueblos. Josefo habla de ciudades. Esta diversidad se aclara leyendo el «Escrito de Damasco» donde se halla una «regla destinada a los que viven en ciudades» y otra «a los que viven en campos (¿aldeas?)». De este modo el centro de la vida esenia sería Qumran, pero había otros esenios que observaban otra regla y vivían en distintos lugares. Esta diversidad corresponde, en parte, a lo que nos dice Josefo sobre las dos clases de esenios. Algunos no se casaban, pero educaban a los hijos de otros. Otros se casaban y educaban a sus propios hijos. No se sabe exactamente cuál era el caso de Qumran, pues en su cementerio se han encontrado restos de mujeres.

1) Origen del movimiento esenio: Los esenios nacen dentro de los círculos de los «jasidim» («piadosos») llamados también asideos. Estos protestan contra la helenización del culto y apoyan el levantamiento de los Macabeos contra el dominio de los Seleúcidas. Al establecerse la dinastía de los Hasmoneos, que une en una sola persona la función real con la función de sumo sacerdote. Los «jasidim» se oponen en su mayoría a la usurpación asmonea, pues la consideran como una traición a la causa de Dios, porque la salvación definitiva no vendrá de programas políticos, sino de una intervención definitiva de Dios. Este movimiento se refugia «en el desierto», en un lugar de ruinas de una antigua fortificación israelita. Según los hallazgos arqueológicos, la primera construcción esenia se remonta a la mitad del siglo segundo antes de Cristo. Los romanos destruyen Qumran el año 68 después de Cristo.

El pensamiento de los «jasidim» está asociado a la literatura apocalíptica de los libros de Daniel y Henoc. Este grupo tiene conciencia de hallarse en posesión de conocimientos e intuiciones particulares referentes a las últimas cosas, al mundo celeste, pero también a la creación y a sus estructuras. Las visiones y sueños como vehículo de comunicación están muy acusados se sirven de un calendario especial, el calendario solar.

2) Fundador de la comunidad de Qumran: La fundación de la comunidad del Mar Muerto debe atribuirse al «Maestro de justicia» («Maestro justo»). Con este nombre se le conoce en los manuscritos, un apelativo honorífico que oculta el verdadero. Corresponde a un sacerdote del templo de Jerusalén que, indignado a causa del envilecimiento del culto del templo bajo el ministerio sacerdotal de los hasmoneos, se aparta del templo e invita a retirarse al desierto, según las palabras de Isaías: «Allanad para nuestro Dios un camino en la estepa» (40, 3). La finalidad del retiro es la creación de un espacio donde se conserve incontaminada la santidad del pueblo. Toda la vida de la comunidad: organización, legislación, costumbres, va encaminada en este sentido. Los esenios se consideran como el verdadero pueblo elegido que debe desempeñar un papel decisivo en la lucha final de los tiempos que se avecinan. Hay que estar alerta, siempre preparados para la lucha de los hijos de la luz contra los de las tinieblas. Para llenar el abismo teológico que supone la separación del templo de Jerusalén, la comunidad se comprende a sí misma como templo espiritual, compensando así el culto indigno que se realizaba en el templo de Jerusalén. «Esta idea de la espiritualización del templo la encontramos también más tarde, en el «corpus paulinum» (1 Cor 3, 16;Ef 2, 21s), pero con una diferencia, y es que en Qumran se aguardaba la restauración escatológica del templo, que tendría lugar al fin de los tiempos» (J. GNILKA, Jesús de Nazaret, Herder, Barcelona 1993, p. 72).

3) Organización de la comunidad: Para conservar a la comunidad como pueblo incontaminado, elegido de Dios existen prescripciones, ritos y costumbres que deben observarse con rigor. No hay relaciones económicas ni comunión de mesa con los de fuera, ni pueden aceptarse regalos. Los aspirantes a vivir en la comunidad deben someterse a pruebas muy rigurosas. Josefo dice que para convertirse en miembro de la comunidad, el aspirante debe tener un año de prueba. Se le daba una paleta para uso sanitario, un cinturón y un vestido blanco que debía llevar en las reuniones. No participaba de los baños cotidianos de la comunidad, ni de la comida común, que se tomaba al mediodía. Pero sí de la comida de la tarde, lo mismo que los extranjeros.

Al final del año de prueba, el aspirante se convertía en «candidato». Durante otros dos años participaba en los baños cotidianos, llevaba el vestido blanco y penetraba en el agua, vestido, a las once de la mañana. Antes de la salida y puesta del sol participaba de las oraciones comunes; las mañanas y las tardes se dedicaban al trabajo del campo, a cuidar animales, a la apicultura y artesanía. Sus bienes eran entregados al administrador. Al final de los tres años, ya estaba maduro para la iniciación. Emitía una especie de «votos solemnes»: respetar a Dios y ser justo con los hombres; odiar a los malvados y secundar a los justos; obedecer a las autoridades del grupo; si llegaba a superior, no podría valerse de su carga en beneficio propio; amar la verdad y rechazar a los mentirosos; no esconder lo que pudiese ganar. No revelar a terceros las doctrinas de la comunidad. La comunidad estaba estructurada jerárquicamente. Los sacerdotes y levitas desempeñaban las funciones más relevantes. Había también un consejo de los doce. Como ritos exteriores se realizaban abluciones diarias, de cuya práctica son elocuente testimonio, en las ruinas actuales de Qumran, las instalaciones para baños, cisternas y un sistema de canalización. Tenían suficiente agua para abastecer a varios cientos de personas durante el estiaje. Cerca del edificio principal se han encontrado restos de construcciones que servían para fines agrícolas, almacenes, talleres, dos molinos, un cementerio grande y dos pequeños con unas 1200 tumbas, y también huesos de animales enterrados cuidadosamente. Después de las abluciones, se reunían vestidos con la vestidura blanca del sacerdote para tener una comida en la que se consumía pan y mosto. Un punto culminante del culto divino era la «fiesta de la renovación del pacto», que se celebraba todos los años y en la que se pasaba revista a la comunidad como si fuera un ejército y ella tenía que dar cuenta de sí misma. Todos tenían que someterse al juicio de «los muchos», de la comunidad reunida en asamblea, donde escuchaban las bendiciones de los sacerdotes sobre los «hijos de la luz» y también las maldiciones sobre los «hijos de las tinieblas».

4) Concepciones teológicas: Deben destacarse las concepciones mesiánicas. La comunidad espera la llegada de varias figuras «mesiánicas», es decir, legitimadas oficialmente por Dios: el profeta escatológico, el rey mesiánico de la casa de David, y el sacerdote mesiánico de la casa de Aarón. Pero, según los textos de Qumran, en el centro de la expectativa apocalíptica está el pueblo de los elegidos y no una figura mesiánica individual.

Estrechamente unida a la apocalíptica está también la complicada angelología y demonología. Los ángeles están enfrentados en dos ejércitos; ángeles buenos con el «príncipe de la luz» o «el ángel de Dios» o «el espíritu de la verdad» a la cabeza. Por otro lado, los ángeles malos, a cuya cabeza está el «ángel de las tinieblas» (Belial) o «ángel de la enemistad», «enemigo». Son los ángeles caídos de Gn 6. La interpretación de la escritura era también escatológica, según los comentarios a Habacuc y a Nahún. Igualmente llamativo es el método hermenéutico que identifica los diversos pasajes con acontecimientos del pasado inmediato, del presente o del futuro.

Los esenios no sólo se preocupaban de la pureza comunitaria en cuanto pueblo elegido por Dios para los últimos tiempos, sino que promovían también la experiencia de la piedad individual, como manifiesta el libro de los Salmos de la secta. Animaban a vivir la confianza en Dios, cuya fidelidad permanece eternamente. Importante también es destacar la existencia de un calendario distinto del oficial, un calendario en el que el año era de 364 días, con cuatro trimestres de 90 días más un día suplementario por trimestre. De este modo las fiestas caían siempre en la misma fecha dentro de la semana.

Los textos hallados en Qumran, los principales que hablan de la organización, administración, creencias, ritos, son: La «Gran Regla»: habla del régimen interno y de las condiciones para la admisión de candidatos. El «Escrito de Damasco» o «Documento Sadoquita»: contiene documentos semejantes, pero insiste más en la historia de Israel como expresión de los principios de la comunidad. Contiene dos códigos distintos: uno para los esenios que viven en las ciudades, y otro para los que viven en campos. Libro titulado «La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas»: expone un plan para la conquista del mundo por los hijos de la luz. Comentarios sobre el Génesis, Isaías, Miqueas, Nahún, Habacub y el libro de los salmos (Hadayoth). Se ha dicho que la religión de los esenios fue el sectarismo más exclusivista que el mundo ha conocido, un sectarismo apocalíptico-escatológico que implicaba la certidumbre de un triunfo terrestre próximo. --> contexto Palestina; literatura intertestamental.

BIBL. - J. JEREMÍAS, Jerusalén en tiempos de jesús, Madrid, 1977, 273-276; A. GONZÁLEZ - LAMADRID, Los descubrimientos de Qumran, Madrid, 1964; J. GNILKA, jesús de Nazaret, Barcelona, 1993, 70-75; VARIOS, Le Monde de la Bible, Qumran, Trente ans aprés, n° mai-juin, 1978; J. POUILLY, Los manuscritos del Mar Muerto y la comunidad de Qumran, Estella, 1980; F. GARCÍA-MARTÍNEZ - J. TREBOLLE BARRERA, LOS hombres de Qumran, Valladolid, 1997; F. GARCÍA MARTÍNEZ, Textos de Qumrán, Ed. Trotta, Madrid 1992.

Carlos de Villapadierna