Betania
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La etimología de Betania no es segura; podría significar "casa de los pobres" o "casa de Ananías" e incluso "casa del bote". En el evangelio de san Juan, cuyas indicaciones topográficas merecen siempre confianza, se mencionan dos Betanias: Betania cerca de Jerusalén (11,1.18; 12,1) y Betania a la otra parte del Jordán (1,28).

1. La Betania cerca de Jerusalén se encuentra en la parte oriental del Monte de los olivos, a la vera del camino que conducía a Jericó (Mc 11,1; Lc 19,29). Aparece mencionada con el nombre de Ananías y como perteneciente a la tribu de Benjamín en Neh 11,32; aquí se establecieron algunos desterrados a la vuelta de Babilonia. Inscripciones sepulcrales encontradas en Betania hacen suponer que hubo en ella población galilea. Distaba de Jerusalén 15 estadios (Jn 11,18), es decir, 2.775 m.; Eusebio (265-340 d.C.) sitúa Betania en la "cuesta del Monte de los olivos, a dos millas" de Jerusalén, o sea 2.974 m. Estos datos corresponden a la distancia de Jerusalén a las ruinas de la antigua Betania bíblica, que han ido saliendo a luz en las excavaciones arqueológicas.

La Betania bíblica se encontraba un poco más arriba, en la cuesta, al oeste del pueblo actual el- Azariye, que se halla ahora extendido en dirección sudeste, contiguo ya a la tumba de Lázaro, distando el pueblo bíblico de la tumba unos 300 m., la cual se encontraba, como es natural, fuera de la población, conforme a las normas judías. El nombre árabe el- Azariye, población hoy día de mayoría musulmana, se deriva de Lazarium, mencionado hacia el año 385 por la peregrina Eteria, para la cual la tumba de Lázaro era el lugar más importante de Betania, lo cual explica que acaparase la atención y cayesen en olvido los otros santos lugares de Betania. A principios del siglo IV se enseñaba a los peregrinos, según afirman Eusebio de Cesarea (330 d.C.) y el peregrino de Burdeos (333 d.C.), la cueva sepulcral en que fue sepultado Lázaro (Jn 11,38) y de donde fue llamado a la vida por el Salvador (v. 43). San Jerónimo y la peregrina Eteria atestiguan, además, hacia fines del siglo IV la existencia de una iglesia en el mismo lugar. Durante las excavaciones dirigidas por S. J. Saller en los años 1949-53 en el ámbito de la iglesia de los franciscanos y la tumba de Lázaro se descubrieron restos de tres iglesias superpuestas, edificadas sucesivamente y en tiempos distintos. Contiguo a la iglesia del siglo IV, basílica de tres naves con piso de mosaicos, se descubrió un atrio, hoy día obstruido por la mezquita, por el que se accedía antiguamente a la gruta sepulcral de Lázaro, cuyas paredes estaban cubiertas con grafitos y símbolos cristianos.

La tumba de Lázaro como la de Jesús constaba de antecámara y cámara propiamente sepulcral, excavadas en piedra (cf. Jn 11,38; 20,4-7), aunque con una diferencia importante: la tumba de Lázaro estaba cubierta con una losa en plano horizontal, mientras que la de Jesús lo estaba con una piedra redonda en plano vertical (compara Jn 20,3-8 con Mt 28,2; Mc 15,3-4; Lc 24,2: así el exegeta católico alemán R. Schnackenburg y otros autores, mientras que el exegeta protestante R. Bultmann se imagina, en cambio, la tumba de Jesús como la de Lázaro, o sea cubierta con una losa vertical).

No es posible localizar, en cambio, el lugar donde vivía Lázaro con sus hermanas (Jn 11,1; 12,1), que se encontraría, naturalmente, en el pueblo antiguo. Así como para Mateo y Marcos y, sobre todo Juan, Betania tiene gran importancia, para Lucas, en cambio, es sólo digna de mención por estar cerca del lugar de la ascensión (Lc 24,50), hoy día ocupado por una mezquita. El que la nombre Lucas en el itinerario de Jesús antes de la entrada triunfal en Jerusalén se debe a que ha seguido en su relato fielmente a Mc 11,1s. No sabemos, pues, en qué población localiza Lucas la vivienda de María y Marta (Lc 10,38-42), pues no está permitido proyectar lo que sabemos de Jn 11,1-12,11 sobre el relato lucano de Marta y María. Lucas es también el único de los evangelistas que no sitúa la unción de Jesús por una mujer en Betania, sino en Galilea (Lc 7,36-50). San Jerónimo ha conocido el "albergue de María y Marta", a una cierta distancia de la tumba de Lázaro. Tampoco es posible determinar el sitio de la casa de Simón el Leproso, adonde se retiraba Jesús con sus discípulos para pasar la noche (Mc 14,3; cf. también Mt 26,6) en los últimos días de su vida pública en Jerusalén (Mt 21,17; Mc 11,11) y donde fuera ungido durante el banquete con perfume de gran precio por una mujer (Mt 26,6-13; Mc 14,3-9; cf. también Jn 12,1-8). A partir del siglo IV sólo se menciona el Lazarium, o sea, la tumba de Lázaro.

2. Betania al otro lado del Jordán recibe en algunos manuscritos tardíos el nombre de Bethabara, que significa "casa del vado". La gran mayoría de los manuscritos así como su antigüedad están a favor de Betania; además es difícil de explicar por qué -de ser original la variante Behthabara- se introdujo en los códices el nombre Betania. Por estas razones aparece en Jn 1,28, en las ediciones actuales del NT, generalmente Betania. En otros dos lugares el evangelista se refiere a este sitio, sin nombrarlo explícitamente, no como población, sino como "el lugar donde Juan había estado primero bautizando" (10,40; cf. también 3,26). Orígenes (siglo III. d.C.) reconoce que casi todos los manuscritos traen Betania, pero al no encontrar ninguna localidad con este nombre al otro lado del Jordán y habiendo oído hablar de un lugar llamado Bethabara, se inclina por razones alegóricas por Bethabara, que interpreta como "casa de la preparación", y no por Betania, que significa, según él, "casa de la obediencia". Esta interpretación cuadraría mejor con la Betania cerca de Jerusalén. Su opinión influyó en autores posteriores y, probablemente, en el célebre mapa de Madaba (siglo VI d.C.), donde aparece Bethabara a la parte occidental del Jordán. Pero según los textos joánicos el lugar donde bautizaba Juan se encontraba a la parte oriental del Jordán. Un poco más río arriba en el mapa de Mádaba aparece un bote sobre el Jordán sujeto a una soga, lo cual podría equivaler a Betania en cuanto "casa del bote". A la parte oriental aparece en el mismo mapa el nombre Enón enfrente de la iglesia de San Juan. Enón o fuente, añadiendo bet (=casa), podría corresponder a Betania, es decir, casa o lugar de la fuente, que se encuentra en el wadi el-jarrar, cerca de la colina de Elías, de la que el profeta fue arrebatado al cielo. Juan Bautista habría bautizado en este lugar, un poco apartado del Jordán, abundante en agua. Aquí se veneró más tarde durante siglos el lugar donde bautizaba Juan. Este lugar es preferible al que otros autores colocan al norte del puente actual sobre el Jordán, porque se apoya en una tradición más antigua y en el recuerdo de Elías, a quien Juan el Bautista traba de imitar. Por desgracia no se han encontrado argumentos arqueológicos hasta hoy día.

Miguel Rodríguez Ruiz