Ázimos
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La fiesta de los ázimos fue primitivamente una fiesta agrícola, en la que se comían "panes sin levadura" (en hebreo massot), que tenía lugar al comenzar la siega de la cebada en primavera. En la Biblia aparece estrechamente ligada a Pascua, la fiesta más importante de los judíos. Mientras que la fiesta de la Pascua duraba sólo un día, era de origen nomádico y pastoril y venía del tiempo precananeo de Israel, la fiesta de los ázimos, en cambio, duraba siete días, tenía origen agrario y la comenzaron a celebrar los israelitas cuando entraron en la tierra de Canaán. La fiesta de la Pascua consistió originariamente en un sacrificio primaveral para asegurar la vida próspera del grupo y rebaño durante el verano. La palabra hebrea pesaj, de donde se deriva "Pascua", podría significar "proteger", según algunos autores; pero su significado etimológico nos es desconocido. Más tarde, en tiempos bíblicos, se sacrificaba una oveja o cabra el 14 deI mes de Nisán (marzo/ abril), que se consumía, acompañada de hierbas amargas y pan sin fermentar, en banquete familiar a la caída del sol, o sea, al comienzo del 15 de Nisán con la entrada de la luna llena, coincidiendo con el equinoccio de primavera. Ambas fiestas representan dos modelos alternativos de sociedad, simbolizados en el rebaño y la siega. Se trata de dos fiestas originariamente distintas, como indican todavía algunos pasajes bíblicos (cf. Lev 23,4-8; Núm 28,16-25; Esd 6,19. 22; cf. también Ez 45,21-24).

Después de la entrada de los israelitas en la Tierra Prometida ambas fiestas se transformaron y quedaron unidas, recordando y celebrando la liberación del pueblo elegido, porque se creía que Yahvé los había sacado de Egipto en primavera. Algunos autores (como Wellhausen) opinan que la unión de las, dos fiestas tuvo lugar con ocasión de la centralización del culto en tiempos de Josías (siglo VI a. C.), mientras que otros (como Kraus) son del parecer que ocurrió ya antes; Josías no estaría, pues, innovando, sino restableciendo la costumbre antigua de celebrar la Pascua en un centro de culto (cf. Jos 5,10-12). En algunos textos de la Biblia aparecen estrechamente ligadas, y se recalca la obligación de evitar la levadura durante siete días (cf. Ex 12,1-13,10; Ez 45,21: "...celebraréis la Pascua, fiesta que durará una semana; se comerá pan sin levadura"; cf. también Esd 6,22); el hecho de que en la fiesta de Pascua se debía comer también pan sin levadura facilitó la unión. La fiesta de los ázimos, que en un principio era de carácter familiar y se celebraba en las casas, se convirtió con el correr del tiempo en fiesta de peregrinación (cf. Ex 23,10-19; 34,18-26) y se comenzó a celebrar en Jerusalén, debido a la centralización del culto en Jerusalén en tiempos de Josías (Dt 16,2; 2Crón 30,1.13.21). Mientras que la celebración principal de la fiesta de los ázimos tenía lugar en un principio el séptimo día (cf. Ex 13,6), más tarde se pasó al primer día, estando permitido a los romeros volver a sus casas ya el primer día después del sacrificio de la mañana (cf. Núm 28,17-19; cf. también Ex 12,14 y 16; Lev 23,6-8). Respecto al significado de comer panes sin levadura conviene subrayar la idea de corrupción y deterioro que connota la levadura; el comer pan sin levadura, por tanto, podría significar que se han de ofrecer a Yahvé las cosas tal como fueron creadas. La explicación de Ex 12,33-34 es, en cambio, artificial: la prisa con que instaban los egipcios a los israelitas a salir de Egipto les obligó a tomar a hombros la masa sin fermentar.

El libro -> apócrifo Los Jubileos, escrito entre el 150 y 100 a. C., presta una atención especial a la fiesta de los ázimos y trata de buscar su origen en los patriarcas: tendría su origen en el hecho de ser atado Isaac; Abrahán inició una fiesta de siete días a partir del día 15 del séptimo mes, es decir, Nisán (Jub 17,15; 18,3). Los samaritanos no sólo celebran la fiesta de la Pascua, sino también la de los ázimos, naturalmente en el monte Garizim. Los escritores judíos Filón de Alejandría (aproximadamente entre el 13 a. Cr. hasta el 45/50 d. C.) y Flavio Josefo (37-100 d. C.) mencionan con frecuencia ambas fiestas, subrayando su relación mutua, si bien la fiesta de los ázimos aparece oscurecida por la de la Pascua como fiesta nacional en la que se dan gracias a Dios por la liberación de Egipto, y se pondera la gran multitud de peregrinos llegados a Jerusalén con ocasión de la Pascua.

En el calendario judío, en tiempo de Jesús, la fiesta de los ázimos estaba unida a la fiesta de la Pascua (Mt 26,2. 17; Mc 14,12); incluso se habían convertido en una única fiesta. Así Marcos considera la Pascua como parte de la fiesta de los ázimos (Mc 14,1-2.12); Lucas identifica la Pascua con la fiesta de los ázimos: "Se acercaba la fiesta de los ázimos, llamada Pascua" (Lc 12,1; cf. también Mt 26,17; He 12,3-4). Los sinópticos se sirven de la mención de la fiesta de los ázimos para datar la Pasión de Jesús, pero sin dar una interpretación de la fiesta, ya que la atención de los evangelistas se centra en la fiesta de Pascua (cf. otras menciones de esta fiesta en el NT: He 20,6; 1 Cor 5,7). --> crucifixión; pascua; fiestas.

Miguel Rodriguez Ruiz