DJN-A3
 

Ana

Era una profetisa, inspirada por Dios, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Se casó muy joven, y joven también se quedó viuda, y viuda permaneció toda la vida. Las viudas jóvenes que no se casaban gozaban de gran estima entre los judíos. Era una mujer profundamente religiosa, dedicada, tal vez, al servicio del templo. Dios quiso que fuera testigo cualificado de la presentación del Niño Jesús en el templo (Lc 2,36-38.)

E. M. N.

Anás

Anás fue sumo sacerdote desde el año 6 al 15 d. de J. Tuvo sumos poderes y sumas influencias, pues cinco de sus hijos fueron sumos sacerdotes. Lo fue también su yerno Caifás. Por eso Flavio Josefo le llamó "muy feliz" (Lc 3,2; Jn 18,13. 24). ->pasión; templo.

E. M. N.

Anatema

Anatema (en hebreo herem) es un término técnico en las guerras santas de Israel para indicar el botín obtenido, como propiedad exclusiva de Dios. Como pertenecía a Dios, no podía emplearse en ningún uso profano y, por tanto, debía ser destruido. Consagrar al anatema era, por consiguiente, dar a la destrucción. Los hombres y los animales eran quitados del medio, exterminados. Los objetos preciosos, también como propiedad de Dios, podían ser entregados al santuario. En el N. T., "anatema" es también la ofrenda hecha a la divinidad, piedras preciosas y ofrendas votivas (Lc 21,5). En San Pablo, "anatema" se refiere generalmente a lo que cae bajo la ira de Dios, lo que está sujeto a maldición, lo maldito (cf. Gál 1,8; 1 Cor 16,22; Rom 9,3). ->excomunión.

E. M. N.

Ancianos

Los ancianos de Israel constituían la nobleza del pueblo. Moisés los constituyó en autoridad (Ex 3,16) para administrar la justicia en tiempos de paz, pero su autoridad era más bien moral. Los ancianos fueron luego miembros del Sanedrín, tribunal supremo de justicia, junto con los sacerdotes y los escribas. Ejercieron su potestad de juzgar condenando a Jesús (Mt 16,21; 27,41; Mc 11,27; 15,1; Lc 9,22). El consejo de los ancianos tenía el poder de admitir o excluir del culto a los miembros de la comunidad (Lc 6,22; 12,42; 16,2). En la iglesia primitiva se les llama presbíteros, estaban al frente de la comunidad y constituían una verdadera corporación colegiada (Act 11,30; 14,23; 20,17; 21,18). —> sanedrín.

E. M. N.

Andrés

Era natural de Betsaida y hermano de Simón. Residía en -Cafarnaúm y era pescador. Fue el primero de los apóstoles de Jesús (Mc 1,16-18; 3,18). Había sido antes -*discípulo de Juan Bautista (Jn 1,35-42). Los evangelios le destacan en unión de Pedro, Santiago y Juan (Mc 13,3). Intervino de una manera especial en la multiplicación de los panes (Jn 6,8) y como intermediario entre unos griegos (su nombre es griego) que querían ver a Jesús (Jn 12,22). Según una antigua tradición, predicó al sur de Rusia y fue crucificado en Patras (Grecia).

E. M. N.

Anillo

Señal de distinción, regalo precioso, alianza de amor, signo de alegría (Lc 15,22).

E. M. N.

Anticristo

El término de "anticristo" se encuentra únicamente en las cartas de San Juan (1 Jn 2,18-22; 4,3; 2 Jn 7) con la significación de los que negaban a Jesús o de un enemigo de Jesucristo, que aparecerá en los últimos tiempos. Pero con idéntica o similar significación encontramos otros pasajes. Concretar esta significación es cosa difícil, pues toda la doctrina del anticristo es muy oscura y está envuelta en el misterio. De una manera general podemos decir que se trata de la guerra que ha existido siempre y que seguirá siempre existiendo entre Dios y Jesús contra Satán y sus secuaces. La lucha del bien contra el mal, o, si queremos mejor, del mal contra el bien.

En el llamado apocalipsis sinóptico se anuncia un tiempo de catástrofe, en el que aparecerán falsos cristos y falsos profetas, que con sus argucias y prodigios inducirán a los hombres a la apostasía (Mt 13,5-21; Mc 24,11). A esta misma realidad alude San Pablo cuando, al referirse a la parusía, habla de la apostasía y de "el hombre de iniquidad, el hijo de la perdición" (2 Tes 2,3), que existe ya, que está incluso en funciones, pero que no puede manifestarse en plenitud porque hay algo o alguien que le retiene (2 Tes 2,7). Ni sabemos qué es esto o quién es este que retiene al anticristo, ni qué cosa es o quién es el anticristo. Digamos que es la fuerza del mal, que lucha por hacer fracasar la obra de la salvación llevada a cabo por Jesucristo, y que se manifestará abiertamente en los últimos tiempos. Pero que no logrará nunca su vano intento, pues Jesucristo, liberador y salvador de los hombres, saldrá siempre triunfante. -> apocalíptico; parusía.

E. M. N.

Antipas ->Herodes, contexto, Palestina

Antorcha

Manojo de palos bien atados untados de aceite y de pez. Servía para iluminar las ciudades (Jdt 13,16; 2 Mac 4,22). Los secuaces de Gedeón las usaron para sembrar el pánico en la batalla (Jue 15,48). Los que fueron a prender a Jesucristo, para iluminar la noche, llevaban antorchas y linternas (Jn 18,3).

E. M. N.

Año

Los israelitas habían adoptado el calendario lunar, según el cual el año que tenía doce meses, constaba de trescientos cincuenta y dos a trescientos cincuenta y seis días. El año tiene dos grandes estaciones: el invierno, tiempo de las lluvias (del 15 de octubre al 15 de mayo), y el verano, tiempo de sequía (del 15 de mayo al 15 de octubre). Las etapas y los meses del año giraban en torno a una fiesta. En los evangelios el año es la unidad para contar la edad del hombre (Mc 5,42; Lc 2,37. 42; 3,23; 8,4 Jn 8,57); para señalar un período de tiempo determinado o indeterminado (Mt 2,16; Lc 2,41; 4,25; 13,7; 15,2 Jn 2,20); para indicar el tiempo que dura una enfermedad (Mt 9,20; 8,43; 13,11; Jn 5,5); para señalar una fecha concreta (Lc 3,1). Se emplea, por fin, para precisar la duración del reinado del emperador, contando desde el momento de su subida al trono (Lc 3,1). ->calendario; fiestas.

E. M. N.

Apariencia

La apariencia, lo que aparece, es lo que se ve. El Espíritu Santo aparece en forma corporal y en figura de paloma (Lc 3,22). El aspecto de Jesús se transfigura y aparece blanco, brillante y resplandeciente (Mt 17,2; Mc 9,2; Lc 9,29). Jesús manda que no juzguemos a nadie por las apariencias (Jn 7,24).

E. M. N.

Apedrear

La lapidación era en el A. T. el modo más común de la ejecución de la pena capital. Se aplicaba a los siguientes delitos: idolatría (Dt 17,2-5), blasfemia (Lev 24,16), adivinaciones (Lev 20,27), adulterio (Dt 22,21), infidelidad en la prometida y en su cómplice (Dt 22,24), la rebeldía de los hijos (Dt 21, 21), delito de lesa majestad (1 Re 21,13); en general, a todos los delitos de carácter religioso. La ejecución se hacía fuera de la ciudad. Los testigos de cargo, después de testificar públicamente contra el reo, tenían que ser los primeros en apedrearle (Dt 17,7); a continuación, todos los habitantes de la ciudad le apedreaban hasta darle muerte. De este modo se hacía patente la justicia comunal. En los evangelios encontramos referencias a lapidaciones históricas reales (Mt 23,37; Lc 13,34), a lapidaciones figuradas (Mt 21,35) y a intentos de lapidaciones (Jn 8,5-7). A veces, "apedrear" no indica la ejecución de la pena capital, sino la manera con que se manifiesta la ira popular (Lc 20,6; Jn 8,59; 10,31-33; 11,8).

E. M. N.

 

Apocalipsis

Apocalipsis significa revelación. En los evangelios se emplea en torno al misterio y a la persona de Jesucristo, así como al día del juicio. El misterio de Jesús ha sido revelado únicamente a los pequeños, a los humildes (Mt 11,25). Ese mismo misterio y el del Padre son absolutamente inaccesibles al hombre y sólo lo conocen aquellos a quienes el Hijo quiere revelarlo (Mt 11,27; Lc 10,21 ss; Jn 12,38). Si Pedro lo conoce es porque se lo ha revelado el Padre (Mt 16,17). Al fin de los tiempos será el día de la revelación de Cristo (Lc 17,30). El género apocalíptico nace (s. II a. de C.) en momentos de lucha y de tragedia, con el fin de poner luz en las tinieblas, consuelo en el dolor, tensión esperanzada en la situación desesperada; lo hace con una proyección hacia el futuro, hacia los tiempos escatológicos; con la revelación de misterios que conciernen al fin de los tiempos. Y todo ello envuelto en una literatura plena de simbolismos, de sueños, de visiones (cf. libro de Daniel). En los evangelios existe el llamado «apocalipsis sinóptico», que recoge los -*discursos escatológicos de Jesús (Mt 24; Mc 13; Lc 21). Entre los escritos del N. T. está el Apocalipsis de San Juan, cuya fecha de composición se suele colocar hacia el año 70 o hacia el año 95. ->revelación; literatura apocalíptica.

E. M. N.

Apocalíptica ->Literatura apocalíptica

 

Apostasía

En religión, el apóstata es el que se separa de Dios. San Lucas nos habla de los que en el momento de la prueba se echan atrás, se apartan de Dios (Lc 8,13); Dios también los echa lejos de sí mismo, porque son agentes de maldad (Lc 13,27).

E. M. N.

Apóstol

El apóstol es un enviado, un emisario, delegado para cumplir una misión oficial (Mt 10,2; Mc 6,30; Jn 13,16). En sentido estricto y evangélico, «apóstol» es el portador del mensaje cristiano. Los apóstoles son los testigos de Jesucristo resucitado, los que testifican que Jesús de Nazaret es el Mesías anunciado, el Hijo de Dios que muere y resucita. El colegio apostólico está formado por los «doce» (Mt 10,5; 20,17; 26,14; Jn 6,66-70). La elección de los doce está narrada de formas diferentes (Mt 10,1-4; Mc 3,13-19; Lc 6,12-16; Jn 1,35-51). El número doce es como la contrarréplica a las doce tribus de Israel y quiere significar que los doce apóstoles son los representantes del nuevo y verdadero Israel (Mt 19,24; Le 22,30). En los evangelios sinópticos aparecen siempre en tres grupos: 1) Pedro, Andrés, Santiago y Juan; 2) Felipe, Bartolomé, Mateo y Tomás; 3) Santiago el de Alfeo, Simón, Judas de Santiago y judas Iscariote (Lc 6,13-16). Los tres grupos se mantienen siempre en las listas, pero el orden a veces varía (cf. Mt 10,2-4; Mc 3,16-19; Lc 6,13-16). Los apóstoles deben anunciar el reino de Dios (Mt 28,18; Mc 16,15ss) en unión con Pedro, que es siempre el primero (Mt 16,18). Son el fundamento de la Iglesia (1 Cor 15,7; 2 Cor 5,20; Gál 1,19), y, por tanto, gozan de autoridad en ella, pero no deben olvidar que es una autoridad de servicio. Ellos se presentan como "servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios" (1 Cor 4,1). Su función es, por tanto, netamente pastoral. -> enviar; discípulos; doce.

E. M. N.

Aprisco

Nave para guardar el ganado por la noche (Núm 32,16; 1 Sam 24,4). Los pastores reagrupan en el mismo aprisco las ovejas; al venir el día, las ovejas van saliendo a la llamada y al silbido de su pastor (Jn 10,1-3). Cuando es posible, los pastores pasan la noche en el campo con sus ovejas (Lc 2,8). Jesús lo emplea metafóricamente para designar al pueblo de Dios (Jn 10,16). -> pastor; buen pastor.

E.M.N.

Árbol

Lo árboles frutales, generosa donación de la madre tierra, estaban protegidos por la ley y nunca debían ser talados en el asedio a las ciudades (Dt 20,10). La obligación del árbol es dar fruto; si así no lo hace, debe ser arrancado y quemado (Mt 3,10; Lc 3,9); debe dar fruto bueno, pues si el fruto es malo, el árbol debe ser también destruido (Mt 7,17; Lc 6,43-44). Por el fruto se conoce el árbol, por las obras se conoce al hombre (Mt 12,33).

El árbol cósmico es el símbolo del universo (cf. Ez 17,22; 31,1-9; Dan 4, 7-9). Jesús lo utiliza como símbolo del reino de Dios, en cuyas ramas anidan los pájaros, en cuya sombra se cobijan los pueblos (Mt 13,32; Lc 13,19).

El árbol de la vida es un símbolo de la mitología oriental; sus frutos comunican la inmortalidad, pero son inaccesibles al hombre. La Biblia, sin embargo, sitúa el árbol de la vida en medio del Paraíso, al alcance del hombre, con lo que parece darse a entender que el hombre, en su origen, era inmortal. El primer pecado cortó definitivamente al hombre el acceso al árbol de la vida (Gén 3,22-24). Al final de los tiempos, el hombre podrá comer sus frutos en el paraíso de Dios (Ap 2,7; 22,2. 14).

El árbol de la ciencia del bien y del mal, que también estaba en el Paraíso (Gén 2,9), y del que el hombre no podía comer, bajo pena de muerte„(-2,,11; 3,3), es asimismo un símbolo de difícil interpretación; quizá el sentido sea el de "saberlo todo", "ser sagaz y entendido".

Por fin, el árbol, el madero de la cruz, patíbulo donde Jesús fue ejecutado, es el símbolo de la maldición, del pecado del hombre, que El cargó sobre sus espaldas (cf. Act 5,30; 10,39; 13,29; Gál 3,13; 1 Pe 2,24). -> cruz; crucifixión.

E. M. N.

Arimatea

Ciudad de Judea, al noroeste de Jerusalén; probablemente es Ramatayin, la actual Rentis, o Rama (1 Sam 1,1); patria de José, el hombre piadoso que amortajó y dio sepultura a Jesús (Mt 27,57; Mc 15,43; Lc 23,51 Jn 19,38). —> Palestina; apócrifos.

E. M. N.

Arquelao

Hijo de Herodes el Grande y hermano de Herodes Antipas. Era gobernador (tetrarca) de Judea cuando la Sagrada Familia regresó de Egipto (Mt 2,22). Tuvo fama de cruel tirano y de llevar una vida privada escandalosa. Augusto le depuso de su cargo y le desterró a Viena, en las Galias. Entonces el territorio de su gobierno pasó a ser provincia romana, bajo el mando de un procurador. ->contexto; Herodes; herodianos.

E. M. N.

Arriba

San Juan contrapone dos mundos, el de arriba y el de abajo, el espiritual y el material. Jesucristo es del mundo de arriba (Jn 3,31; 8,23); los que no quieren aceptarle son del mundo de abajo (Jn 8,23). El hombre debe ser regenerado, nacer de arriba, de lo alto (Jn 3,7), y aspirar a las cosas de arriba (Col 3,1-2), pues la sabiduría de abajo es terrena y la de arriba es pura (Sant 3,15-17).

E. M. N.

Arrodillarse

Postura de sumisión y de acatamiento, de respeto y de adoración. El hombre sólo debe arrodillarse ante Dios. Jesús se arrodilló ante el Padre (Lc 22,41), en oración suplicante, como lo hicieron Esteban (Act 7,60) y Pedro (Act 9,40) y Pablo (Act 20,36; 21,5; Ef 3,14). Muchos se arrodillaron ante Jesús, pidiéndole un favor (Mt 17,14; Mc 1,4; 10,17), hasta los soldados, aunque para mofarse de El (Mt 27,29; Mc 15,19). Ante Jesucristo, que tiene el nombre sobre todo nombre, toda rodilla debe doblarse (Flp 2,10).

E. M. N.

As

Moneda romana de bronce. La unidad era el denario (Mt 18,28), que equivalía, en un principio, a diez ases. En tiempos de Jesús equivalía a 16 ases el sueldo de un obrero por jornada de trabajo (cf. Mt 10,29; Lc 12,6). ->monedas.

E. M. N.

Asalariado

El asalariado o jornalero es el que se ajusta, mediante contrato, para realizar un trabajo, fijo o eventual. En la Biblia este trabajo es de agricultura (siembra, recolección, vendimia) o de ganadería (pastoreo) (cf. Mt 20,1-16). El jornalero tiene derecho a un salario justo (Mt 10,10; Lc 10,7; Jn 4,36). El contrato de trabajo debe ser también justo (Mt 20,2; Lc 3,14). No pagar o diferir el pago del jornal es una grave injusticia (Lev 19,13; Dt 24,14): jornada realizada, jornada pagada (Mt 20,8). Lo es también explotar al obrero con salarios de hambre (Sant 5,4). En el orden religioso esta terminología adquiere significados profundos: el simple asalariado sólo está pendiente del jornal, sin adquirir serios compromisos de entrega (Jn 10,12ss); el hombre fiel y entregado, el que se fía de Dios, lo recibe todo de El no como una deuda, sino como un don (Mt 20,14ss); Dios mismo se ofrece como salario, como recompensa al buen trabajador (Mt 5,12; 6, 4-18).

E. M. N.

Asamblea

En griego "ekklésia": asamblea del pueblo, reunión convocada, asamblea de fieles; "synagógé": acción de reunir, de convocar, asamblea, lugar de la reunión. Reunión homogénea, más o menos amplia, de personas en un mismo lugar, con idénticos fines y motivaciones (Mc 14,53; Lc 23,1; Jn 18,20). La reunión puede ser de tipo profano o de tipo religioso, judía o cristiana. Los términos de sinagoga y ecclesia indican prácticamente la misma realidad: reunión religiosa, del Sanedrín (Mt 26,57; Lc 22,66; Jn 11,47) o de los cristianos (Act 2,12; 12,23; 15,6. 30; Sant 2,2; 1 Cor 11,18). ->iglesia; sinagoga.

E. M. N.

Asno

Los semitas seminómadas utilizaban preferentemente el asno. Entre los israelitas era el animal doméstico de montura más estimado (cf. Gén 22, 3-5). Era también animal de carga (Gen 42,26). El caballo lo era como animal de guerra; el asno, como animal de paz. Por eso Jesús, al entrar en Jerusalén montado en un asno (Mt 21,2-7; Mc 11,2-7; Lc 19,30-35; Jn 12,14), quiere dar a entender que viene proclamando la paz y que El es el soberano de la paz.

E. M. N.

Aspersión

Era fundamentalmente una ceremonia litúrgica, un rito cultual, una purificación que se hacía con la sangre del sacrificio (Ex 29,21). La sangre de Jesucristo nos purifica plenamente (1 Pe 1,2). La purificación se hacía también por aspersión de agua (Mc 7,3-4) en los ritos farisaicos. -*ablución.

E. M. N.

Ataúd ->Féretro

Ateísmo

En el A. T. el ateísmo es prácticamente desconocido. No se niega nunca la existencia de Dios. Se niega, a lo sumo, que intervenga en la historia. En el N. T. el ateo es el que con sus obras niega, en la práctica, la existencia de Dios (fit 1,16) o el que claramente, con sus palabras y con su conducta, se sitúa en abierta oposición a Jesús (Mt 10,33; Lc 12,9); el que de una manera decidida no quiere reconocerle como Mesías o incluso lo niega abiertamente (Act 3,13; 1 Jn 2,22). Negar a Jesús es negar al mismo Dios, pues el Padre y el Hijo son una misma cosa (Jn 10,30), el Padre está en El y El está en el Padre (Jn 10,38; 14,10. 20), y "el que no honra al Hijo, no honra al Padre" Jn 5,23); el que aborrece al Hijo, aborrece al Padre (Jn 15,23), y el que no conoce ni reconoce al Hijo, tampoco reconoce al Padre (Jn 8,19).

E. M. N.

Atrio

El templo de Jerusalén, reconstruido por Herodes, tenía varios atrios: el de los sacerdotes, el de los hombres, el de las mujeres. Todos ellos perfectamente separados. Las escenas que nos narran los evangelistas sobre las limosnas que se echaban en el tesoro del templo, la presentación del Niño Jesús y el episodio de la mujer adúltera (Mc 12,41-44; Lc 2,28-38; Jn 8,2-11), hay que situarlas necesariamente en el atrio destinado a las mujeres. Este atrio femenino estaba circundado de fuertes murallas y contaba con varias puertas, entre las que merece descollar «la puerta dorada». Existía, ya en el exterior del templo, el llamado «atrio de los gentiles», sin accesos ulteriores, destinado a los visitantes, adornado con pórticos y columnatas, entre los que merece descollar el pórtico de Salomón (Jn 10,23). En este atrio hay que situar las escenas sobre la expulsión de los mercaderes y cambistas y sobre el Niño Jesús entre los doctores (Mc 11,15-17; Lc 2,46). ->templo.

E. M. N.

Aves

La Biblia conoce muchas clases de aves. Las leyes sobre los animales puros e impuros afecta también a las aves, muchas de las cuales no pueden comerse (Lev 11,13-19). Les afecta asimismo la prohibición de comer la sangre (Lev 17,13). Si se cogían los huevos de un nido, debía dejarse libre a la madre (Dt 22,6). En los evangelios se pone de relieve la providencia de Dios sobre las aves, que, sin trabajar, encuentran alimento; la naturaleza ofrece espontáneamente comida a las aves y facilidad para que construyan sus nidos, todo deparado por la Providencia, en la que el hombre debe confiar (Mt 6,26; 8,20; 13,4. 32; Mc 4,4. 32; Lc 8,50; 9,58; 12,24; 13,19).

E. M. N.

Azote

Instrumento para flagelar. En el A. T. se habla de la flagelación con varas (Dt 25,2; Prov 10,13). Nunca debían darse más de cuarenta golpes. En el N. T. se constata que la flagelación judía con varas había sido sustituida por la flagelación romana con el azote, el cual generalmente constaba de tres cuerdas o correas, en las que solían ensartarse nudos, huesos o bolas de metal. Se aplicaba indefectiblemente a los condenados a muerte. Jesús usó el azote en el templo (Jn 2,15) y fue sometido a su suplicio antes de la muerte (Mt 27,26; Mc 15,15). ->flagelación; pasión.

E.M.N