EVANGELIO
A veces aquellos que aparentemente son más dóciles al Evangelio y a la Iglesia, son los que en los momentos decisivos traicionan fácilmente su fe. Por el contrario, los que adoptaron una actitud «contestataria» son los que, a la hora de la verdad, comprenden que la fe es una obediencia a la Palabra de Dios, dicha en medio de la Iglesia.
Aceptar con fe el camino de la justicia es identificarse con los sentimientos de Cristo, humillado hasta la muerte y levantado hasta la gloria de la resurrección. Por esto proclamamos en la Eucaristía: ¡Jesucristo es Señor!
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21,28-32.
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
-¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.»
El le contestó:
-«No quiero.» Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo.
El le contestó:
-«Voy, señor.» Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?
Contestaron:
-El primero.
Jesús les dijo:
-Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas lo creyeron. Y aun después de ver esto vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis.