COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA
Ez 18. 25-28

 

1.MERITO/GRACIA. DEBEMOS DESPOJARNOS DE UNA MENTALIDAD RELIGIOSA BASADA EN LOS MÉRITOS CONTRAÍDOS. LA RELIGIÓN NO ES NINGUNA CAJA DE AHORROS. 

P/SUFRIMIENTO: LA TEOLOGÍA TRADICIONAL JUDÍA AFIRMABA LA UNIÓN ENTRE AMBOS. 

La teología tradicional judía afirmaba: el castigo, sufrimiento, dolor... del presente son consecuencia del pecado o pecados del pasado, cometidos por el mismo que los sufre o por algún antepasado suyo. Es la teología de la responsabilidad colectiva que oímos de labios de los amigos de Job, de los dirigentes judíos ante el ciego de nacimiento (Jn 9.)... y de tantos predicadores recientes. Los desterrados de Babilonia expresaban esta idea con el siguiente refrán: "Los padres comieron agraces y los hijos tuvieron dentera".

Desterrado, el pueblo de Israel está pagando la pena de delitos acumulados durante generaciones, y de los que no se siente culpable. ¿Es justo el Señor? ¿Por qué han de cargar con los delitos pasados de los otros? Para más "inri" contemplan, desolados, la ciudad y el templo que fueron derruidos. ¿Qué perspectivas les quedan para el futuro? ¿Sólo la dentera de los agraces comidos por los padres? Por eso comentan: no es justo el proceder del Señor (18. 25/29).

RBA-PERSONAL/EZ: Sin anular el principio de responsabilidad colectiva (que liga solidariamente a los miembros de la comunidad entre sí y con sus antepasados), Ezequiel desarrolla el principio de la responsabilidad personal, que supone un avance revolucionario en la teología. Este principio reza así: "Os juzgaré a cada uno según su proceder" (18. 30). El hombre siempre será dueño de su destino, por eso podrá escoger entre el bien y el mal, entre la muerte y la vida, pero todo depende de él (cf. el breve decálogo de Ez 18. 5 ss.). Así es posible romper la cadena del pasado, ya que el Señor no quiere la muerte de nadie. Sin embargo, para obtener la vida no bastan los actos aislados, es necesaria una actitud firme y decidida (vv. 26-28).

* Reflexiones.- El principio de responsabilidad individual supone un avance enorme. En teoría, todos estamos de acuerdo, pero la praxis es harina de otro costal. "por un perro que maté, mataperros me llamaron"; por el desacierto de unos miembros de un partido político, de una institución cualquiera, de un..., emitimos juicios categóricos y rotundos contra ese partido, esa institución, esa... Porque unos miembros comieron agraces, queremos que la dentera la padezcan todos. ¡Un poco de seriedad y de consecuencia con los propios principios! Moral de actitud más que de hechos aislados es otra de las enseñanzas que sacamos de este texto de Ez. Así debemos despojarnos de una mentalidad religiosa basada en los méritos contraídos; la religión no es ninguna caja de ahorros.

A. GIL MODREGO
DABAR 1990/48


2. /SAL 136.

/Ez/LIBRO: El año 597 fue deportado Ezequiel a Babilonia. Sin duda pertenecía a la clase alta de Jerusalén, pues era sacerdote y cortesano del rey Joaquín, que fue también deportado con toda su familia, con los nobles y artesanos y todos los hombres aptos para la guerra. Estos judíos se instalaron en juderías, entre las que pronto se distinguió la de Tell Abib que estaba situada junto al canal Kebar (1. 1 y 3) del río Eufrates. Fue allí donde los judíos tuvieron que soportar las burlas de los babilonios que interpretaban la destrucción de Jerusalén (año 586) como una victoria de sus dioses sobre Yahvé (36. 20). Allí "junto a los canales de Babilonia", los cautivos aprendieron a meditar sobre los castigos de que eran objeto y a cantar su dolor con salmos llenos de añoranza por la patria abandonada. Y en esa judería fue donde Ezequiel, cuyo nombre significa "Dios fuerte", tomó la palabra para iluminar la situación de sus paisanos y correligionarios.

El profeta escucha los lamentos y comentarios de los cautivos que se quejan de su suerte y de la justicia de Dios. Pues, según una opinión generalizada y antigua (Ex 20. 5), Dios castigaba en los hijos el pecado de los padres.

Ez replica diciendo que no es cierto que Dios castigue por los pecados ajenos, pues dice el Dt: "No morirán los padres por culpa de los hijos, ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por su pecado" (24. 16). Ez interpreta la ley en el mismo sentido que el Dt.

Pero si Dios es justo cuando castiga al culpable, lo es en abundancia cuando da ocasión para la penitencia y perdona al pecador arrepentido. Porque Dios no busca la muerte del pecador, y lo que quiere es que se convierta y viva (v. 32). Y en cualquier caso Dios respeta la libertad del hombre, mientras advierte a los justos para que no caigan y da a los pecadores la oportunidad de convertirse y salvar sus vidas.

La vida que aquí se promete a los justos y a los que se arrepienten no es aún la vida eterna, sino una larga vida en la tierra y prosperidad temporal. Con todo, esta promesa es ya un punto de partida para llegar al conocimiento de la vida eterna y de una mejor justicia. Pues vemos que no siempre los justos llevan en este mundo la mejor parte.

EUCARISTÍA 1987/46


3. PUEBLO-COMUNIDAD/AT: EL CONCEPTO DE COMUNIDAD/DE PUEBLO ERA COMO UN "DOGMA" EN LA MENTALIDAD SEMÍTICA. 

Este capítulo de Ez marca un hito dentro de la teología del AT. El concepto de comunidad, de pueblo, era como un "dogma" en la mentalidad semítica: la comunidad se salva, la comunidad perece.

Lo individual se diluye en lo colectivo con todas sus consecuencias: positivamente una fuerte conciencia de pueblo, negativamente un esquivar el hombro en lo concerniente al progreso individual en la fe. Pero en el profetismo tardío se inicia, sobre todo con Jeremías (cf. 31. 30), una gran corriente de individualismo religioso. Ez desarrolla ampliamente la nueva adquisición de la responsabilidad personal. Se desolidariza al individuo del destino de la comunidad: él es el responsable de su propio destino.

La justicia de Dios se revela desde un ángulo más perfecto que el anterior al exilio. No hay escapatoria. Cada uno es dueño de sus actos. Cada uno debe dar su respuesta última a Dios él solo. Cada cual debe situarse ante Dios tal cual es (cf. 3a.lectura). Con esta responsabilidad personal no se destruye la comunidad. Esta favorece, ayuda, estimula y potencia la posibilidades de esa respuesta personal. Pero la lucha del hombre con Dios es una lucha en solitario (cf. Mc 14.) El profeta ha experimentado el fracaso total del exilio a nivel de comunidad y a nivel personal. De ahí que la única salida, la solución al problema de fe del israelita es simplemente aceptar agradecido el don de poder cumplir la alianza. La única forma de salvar la vida es cumplir los "preceptos y mandatos", o la "práctica de la justicia y el derecho". Es decir, el signo de que se ha comprendido que, efectivamente, uno lucha con Dios a causa de la salvación es la vivencia de la Palabra en la vida diaria. Criterio de entonces y criterio de ahora.

En pocos momentos habla Ez de la conversión del que ha pecado. Para él no hay lugar ni siquiera a la conversión, ya que Dios mismo va a imponer su gloria empeñada quiera que no el hombre pecador. Sin embargo, también aparece la responsabilidad del hombre ante su propia conducta. El don de Dios es de tal manera envolvente y maravilloso que quien lo recibe no tiene más remedio que "sentir pena" de sí mismo, ya que no puede hacer valer ningún mérito propio. Sin embargo, se le exigirá esta actitud de conversión porque él mismo, y no otro, es el que ha pecado. Es un camino cerrado el parapetarse en la hipocresía de los demás para excusar nuestra propia maldad.

EUCARISTÍA 1978/45


4.D/ABSOLUTO. JUZGAR A DIOS. NOSOTROS SABEMOS DE QUE MODO DEBE ACTUAR Y COMPORTARSE DIOS:Ez 18. 25.

-"No es justo el proceder del Señor".- He aquí una frase que quizás hemos estado tentados de pronunciar más de una vez (¡si no la hemos pronunciado ya!). Significa que nosotros sabemos de qué modo debe actuar y comportarse Dios; es decir, quien es Dios y cómo es. Si esto es así, ya no tenemos que escuchar más ni tenemos que convertirnos. Y nos convertimos en jueces de nuestra vida (y de la de los demás); y, todavía, ¡en nombre de Dios!.

Cuando no cuadra con nuestras ideas, condenamos al que intenta hablar en nombre de Dios: es un blasfemo. Así fueron asesinados los profetas y así fue condenado el Hijo (cf. evang, del próximo domingo). Pero Dios nos interpela: "¿o no es vuestro proceder el que es injusto?".

J. TOTOSAUS
MISA DOMINICAL 1987/18


5.LIBERTAD/DIFICIL. SOLO A TRAVÉS DE EXPERIENCIAS DRAMATICAS/DE LA ANGUSTIA Y DE LA INQUIETUD ES COMO LOS HOMBRES LLEGAN A CONOCER EL VALOR AUTENTICO DE SU LIBERTAD.

Hoy, como ayer, es difícil ser libre. Ante la diversidad de estímulos que actúan los hombres de nuestro tiempo, la libertad invita a la toma de decisiones personales. Acontece, sin embargo, con mucha frecuencia, que cada uno trata de buscar la propia seguridad, descargando sobre tal o cual colectividad -un partido, una nación, la misma Iglesia- la responsabilidad de determinadas situaciones.

Se llega incluso a juzgar responsable de tales situaciones al propio Dios: "¡Si Dios fuera justo -suele decirse-, no permitiría que sucedieran estas cosas!". Corresponde a Ezequiel el mérito de haber orientado al hombre hacia sus responsabilidades y su libertad, no sin antes haberles invitado a superar una prueba. Es un hecho sobradamente comprobado que sólo a través de experiencias dramáticas, de la angustia y de la inquietud, es como los hombres llegan a conocer, de un modo progresivo, el valor auténtico de su libertad. Este descubrimiento de los valores que entran en juego en la consecución y ejercicio de la libertad no vale de una vez para siempre; es preciso actualizarlo continuamente si queremos escapar al fatalismo o al infantilismo.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 108


6.

Ezequiel es el profeta individualista por excelencia, y aquí tenemos una buena prueba de ello. Para él, la fatalidad no interviene en el plano del individuo. Dios no juzga al individuo sino respecto a su justicia o su injusticia personales. Dios no quiere la muerte ni el castigo, sino la vida del mayor número posible de hombres. La nueva alianza está destinada a hacer realidad este proyecto: el hombre no cuenta más que con su conversión para que se cumpla este designio de Dios.

La conciencia tiende siempre a olvidarse en lo colectivo. Quienes revierten sobre la comunidad o sobre Dios la responsabilidad de los acontecimientos, ¿no buscan acaso muchas veces un paliativo a la inseguridad de su propia conciencia? Por eso necesitamos experiencias a veces dramáticas para comprender poco a poco la situación de compromiso de la libertad.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA III
MAROVA MADRID 1969.Pág. 54