PRIMERA LECTURA

La llamada a conversión por el profeta cuenta con la actitud del hombre que da el paso y con la de Dios que convierte. La misma llamada es fuerza. A distancia infinita del hombre detenido a ras de tierra en miras y proyectos, Dios está también cerca, en la aspiración insaciable de altura. Ni el hombre se puede convertir sin la fuerza de Dios que le atrae, ni Dios convierte al hombre, sin el hombre que se orienta hacia él.


Lectura del Profeta Isaías 55,6-9.

Buscad al Señor mientras se le encuentra,
invocadlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino,
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad,
a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
-oráculo del Señor-.
Como el cielo es más alto que la tierra,
mis caminos son más altos que los vuestros,
mis planes, que vuestros planes.