COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 16. 21-27

Par: Lc 9, 22-25   Mc 8, 31-38

 

1. CZ/PLAN-D. MATEO HABLA DE LA NECESIDAD TEOLÓGICA DE LA PASIÓN EN EL PLAN DE DIOS. INTENTA DECIRNOS QUE LA CRUZ ES QUERIDA POR DIOS. 
J/PASION. SE PUEDE ACEPTAR AL MESÍAS Y SIN EMBARGO RECHAZAR QUE DEBA SUFRIR. LA TENTACIÓN DE JESÚS ES AHORA LA DE LOS DISCÍPULOS: RECHAZAR EN NOMBRE DEL MESÍAS GLORIOSO AL SIERVO DE DIOS. 
FE/ESENCIAL. EN EL FONDO EL ACTO DE FE ESTA CONCRETAMENTE EN ESTO: CREER VIVIR CUANDO TODO PARECE HUNDIRSE.

CV/RELIGION: Para comprender a Jesús se necesita una conversión a fondo; no sólo renunciar a expresar a Jesús recurriendo a las figuras de los antiguos profetas, sino también a expresarlo por medio de la noción corriente de Dios. Porque el discípulo corre el riesgo de atribuir a Jesús la divinidad que viene de la "carne y de la sangre"; una divinidad según los hombres, de acuerdo con el esquema de grandeza que los hombres se forjan. Ahora bien, la divinidad de Jesús obedece a otros esquemas.

El punto relevante para el razonamiento que vamos desarrollando lo constituye el v. 21: "Desde entonces Jesús comenzó a demostrar abiertamente a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y que al tercer día resucitaría". Esta primera predicción de la pasión merece que la examinemos con sumo cuidado. La indicación cronológica "a partir de entonces" tiene mucha importancia en el evangelio de Mateo; indica siempre un cambio decisivo en el relato. El evangelista intenta, pues, afirmar que está maduro el tiempo para algo nuevo.

En efecto, se pasa de la revelación sobre Jesús Mesías a la del Hijo del hombre paciente. Paralelamente despunta un nuevo tipo de incomprensión, no ya por parte de las multitudes, sino típica de los discípulos: se puede aceptar al Mesías y, sin embargo, rechazar que deba sufrir; se puede confesar que Jesús es Dios y, sin embargo, no caer en la cuenta de que es un Dios diverso.

Mateo continúa diciendo que Jesús comenzó a hablar de su pasión. Con esto se afirma en primer término una progresión en la revelación mesiánica; no una evolución psicológica en la conciencia de Jesús, perspectiva ajena a la preocupación de los evangelios, sino una progresión en la manifestación del plan salvífico de Dios. Además, se afirma que, desde aquel momento, el tema de la pasión es habitual y central.

CZ/NECESIDAD TENER-QUE: Mucha atención se merece el "debía", con que el evangelista intenta expresar no simplemente una necesidad de orden histórico o psicológico, sino una verdadera y propia necesidad de orden teológico. Observando la reacción que la predicación de Jesús suscitaba por parte de la autoridad, cualquiera hubiera podido prever cuál sería el desenlace. Pero Mateo no quiere hablarnos de esto. Intenta decirnos que la cruz es querida por Dios. Además, quiere decirnos que Jesús no sólo tuvo conciencia de ello, sino que fue voluntariamente al encuentro de la muerte, porque comprendió que entraba en los planes de Dios y la asumió, precisamente a la luz del designio divino, como un servicio. A diferencia de Marcos, que usa el verbo enseñar, Mateo prefiere el verbo "demostrar". Es un matiz que no carece de significado.

Porque, una vez más, no se trata simplemente de predecir la pasión, de preverla y con ello de preparar a los apóstoles para ella. Se trata de "demostrar" su coherencia con el plan de Dios, su necesidad; necesidad que no es evidente (la pasión no es un acontecimiento claro en sí mismo), sino que hay que demostrar. J/PASION-MU/NECESIDAD ¿Cómo? San Lucas dirá en otro lugar "a través de las Escrituras" (/Lc/24/26-27). Mateo no dice nada explícitamente. Sin embargo, el verbo demostrar es ya claro en sí mismo e indica una referencia a las Escrituras. En ellas es donde se lee el plan de Dios, y a la luz de las Escrituras es como se puede comprender la lógica profunda de la pasión. Esta necesidad de la pasión es justamente lo que escandaliza a Pedro. Prisionero todavía de la lógica de los hombres, intenta impedir que Cristo se atenga a la lógica de Dios. Y entonces Jesús responde a Pedro con la misma exclamación que encontramos en el relato de las tentaciones; en ambos casos se le propone a Xto una elección mesiánica que rechaza los caminos de Dios para recorrer los caminos de los hombres. Así la soledad de Xto es total; no sólo las multitudes no comprenden, sino tampoco los discípulos. La tentación de Jesús, que es ahora la de los discípulos, es la tentación de siempre: rechazar, en nombre del Mesías glorioso, al Siervo de Dios. Todo lo que sabemos de la espera mesiánica de los judíos confirma esta perspectiva. Pero también la historia de la comunidad cristiana demuestra su perenne importancia. (...) Después de haber hablado de su propio camino mesiánico y del de la Iglesia, Jesús habla del discípulo. Hay un punto que en seguida aparece central: toda actitud del discípulo debe decir referencia a Jesús. Ninguna renuncia se exige por sí mismo, sino sólo por Xto. La afirmación más importante se contiene en el v. 24: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y que me siga".

Los tres verbos del v. 24 (negarse, tomar la cruz y seguir) pretenden explicar en qué consiste ser discípulo. La renuncia a sí mismo denota algo radical, fundamental. Negarse-a-sí-mismo exige que el discípulo no piense en su interés propio, ni se preocupe por sí mismo; exactamente como Cristo, que, olvidándose a sí mismo, tiene continuamente presente su misión, enteramente libre para los demás. (SGTO/SIGNIFICADO) La expresión tomar la cruz significa en el contexto actual que el discípulo no debe hacerse atrás ni siquiera ante la condena, aun la más infamante. Es la renuncia a la seguridad para seguir al Maestro, que lleva a los suyos hacia la cruz. El verbo "seguir" significa ir en seguimiento del Jesús histórico. Naturalmente, no es un mero seguir exterior; es una adhesión interior. Pero se trata también de tomar parte en el destino histórico de Jesús; una verdadera comunión de vida y de sufrimiento con el Maestro, aunque sea con modalidades diferentes.

El v. 25 ("Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí la salvará") invita a arriesgar la vida por Xto (es el único modo de salvarla). En el fondo, el acto de fe está concretamente en esto: creer vivir cuando todo parece perderse. Y el v. 26 ("¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?") no evoca para nada la oposición dualista entre alma y cuerpo, entre espíritu y materia, sino más bien la oposición entre el tipo de salvación que busca el hombre (por la posesión de sí) y el proyecto de Dios, según el cual la salvación consiste, en cambio, en el don de sí.

BRUNO MAGGIONI
EL RELATO DE MATEO
EDIC. PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 171 ss.


2. RD/SIEGA/SEMILLA: JUAN BTA.ANUNCIA EL REINO DE DIOS CON LA IMAGEN DE LA SIEGA. JESÚS CON LA DE LA SEMILLA:Mt 13. 31. RENUNCIA.CRUZ.EL REINO VIENE A LA MANERA DEL GRANO QUE NO LLEGA A DAR SUS FRUTOS MAS QUE A TRAVÉS DE LA MUERTE: Jn 12. 24.

Ya hemos visto que en vez de anunciar la venida del Reino con la imagen de la siega, imagen tradicional y apreciada -Juan Bautista es la prueba (3. 11 s)-, Jesús toma la imagen de la semilla (cap. 13); con ello propone una teoría de la venida del Reino completamente diferente. Su doctrina requiere una paciencia y una fe para las que hay pocas personas dispuestas. La gente prefiere dejarse llevar por el entusiasmo febril de un desenlace cercano.

El propio Jesús constata que esta enseñanza es una "ocasión de caída" para muchos (11. 6).

Pero su doctrina sobre la venida del Reino se ve cada vez más alejada de la de sus contemporáneos; más de lo que se podría suponer. Mucho más tarde, Juan explicará su perfecta coherencia.

Siendo "semilla", el Reino viene a la manera del grano que no llega a dar sus frutos más que a través de la "muerte" (/Jn/12/24). El entorno de Jesús está lejos de sospechar esta coherencia; los pensamientos del Maestro suscitan una incomprensión que se hace oposición, rachazo cada vez más declarado.

Jesús sabe perfectamente que su doctrina es original, hasta el punto de mostrarse como inaceptable. Reconoce que hay "pensamientos divinos" y "pensamientos humanos". Pedro es vivamente censurado por tener éstos, siendo así que debería tener aquéllos. Se presenta una cierta incompatibilidad entre estas dos concepciones de las cosas.

LOUIS MONLOUBOU
LEER Y PREDICAR EL EVANGELIO DE MATEO
EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág. 218


3. PEDRO/ESCANDALO: CIMIENTO Y TROPIEZO.

"Satanás...". Poco antes le ha llamado dichoso. Ahora se ha convertido en Satanás. Dichoso cuando se deja instruir por Dios, cuando escucha la "sugerencia" de lo alto. Satanás cuando deja hablar al instinto humano. Satanás es "el que divide". El que intenta separar a Xto del camino señalado por el Padre y aceptado por amor.

En el desierto Satanás sugiere atajos de facilidad, de éxito a golpes de milagros, de poder. Lo de Pedro también es una tentación, o sea, el intento de hacer replegar a Xto a los caminos de los hombres, en el sentido de los deseos terrenos, de las ambiciones triunfalistas, apartándolo de "su" camino. Pedro es roca. Pero la piedra puede ser también tropiezo, escándalo. Estará bien que no nos olvidemos de esto.

ALESSANDRO PRONZATO
EL PAN DEL DOMINGO CICLO A
EDIT. SIGUEME SALAMANCA 1986.Pág. 196


4.ABNEGACIÓN: NEGARSE-A-SI-MISMO: ¿QUÉ SIGNIFICA "NEGARSE A SI MISMO"?. 

"Negarse a sí mismo". La dificultad de esta expresión reside en el inevitable contenido ascético que en sí misma tiene. Lo habitual es explicarla y entenderla como un decirse "no" a sí mismo, como un ejercicio dirigido a disciplinar las tendencias naturales de la persona. Pero en el conjunto del texto la expresión no implica un negarse uno mismo algo a sí mismo. La negación que aquí se contempla no es la que nace del ejercicio que uno mismo voluntariamente se impone, sino del que le imponen los demás. Negarse a sí mismo significa aquí ponerse a cola de los demás, estar dispuesto a renunciar al propio tipo de vida en aras de los demás. Negarse a sí mismo es, en definitiva, olvidarse de sí mismo por estar pendiente de los demás.

Este modo de ser y de vivir comporta dureza y sufrimiento. Esta es la cruz de la que habla el texto y que el discípulo es invitado a cargar. Una cruz que puede llegar a ser tan real y física como la de Jesús, porque hay personas que, en ocasiones, van a matar. (...) -v. 26: Con demasiada frecuencia se ha hecho del camino cristiano un ejercicio de perfección con la mira puesta en la salvación del alma. Esta concepción, basada en gran parte en este texto, es la habitual entre los cristianos. Así es como se les ha enseñado el camino cristiano. Pero hay que decir con toda claridad que ni éste es el camino cristiano ni es válida la base textual aducida.

-Por eso labor de este domingo podría ser la revisión del concepto de negación de sí mismo. Sería una labor muy positiva, pues ayudaría al cambio, tan necesario, de una mentalidad y de unas categorías que podrán ser todo lo religiosas que se quieran, pero que no son bíblicas. Desafortunadamente la concepción cristiana al uso tiene mucho de religiosa pero muy poco de bíblica. La consecuencia es que conocemos un camino cristiano desvirtuado.

A. BENITO
DABAR 1990/44


5. "CARGAR CON LA CRUZ" HACE REFERENCIA AL ULTIMO CAMINO DEL CONDENADO A MUERTE. CARGA CON EL "PATIBULUM Y ABANDONA LA SALA DEL TRIBUNAL.

El "cargar con la cruz" tiene un sentido muy concreto. Se tiene en cuenta un instante preciso del condenado: el momento en que comenzaba el camino de la ejecución, el momento en que el delincuente cargaba sobre sus hombros el "patibulum" y abandonaba la sala del tribunal para salir a la calle ante la multitud hostil que le abucheaba. Lo más terrible no es la ejecución al final del camino, sino el sentimiento de haber sido expulsado de la comunidad, de hallarse sin defensa y de ser el objeto del desprecio general. "Ven y escucha. Quien golpea a una persona que es conducida a la ejecución, está libre de castigo, porque a esa persona se la considera ya como muerta" (Sanh 85a). De aquí se deduciría que el comprometerse a seguir a Jesús significa arriesgarse a un tipo de vida tal que es tan difícil como el último camino del condenado a muerte. El seguimiento de Xto comprende para todos la disposición para recorrer el camino en solitario y soportar el odio del pueblo, de la comunidad, de la nación, de la propia familia. Palabras duras, cuyas aristas no podrán ser limadas por nuestra mediocridad.

EUCARISTÍA 1978/41


6. I/CZ: DESDE EL PRINCIPIO LA IGLESIA SE HA ESCANDALIZADO SIEMPRE DEL XTO SUFRIENTE.

Jesús es el Xto rechazado en el dolor. El hecho de ser rechazado quita al sufrimiento toda dignidad y todo honor. Debe ser un sufrimiento sin honor. Sufrir y ser rechazado constituyen la expresión que sintetiza la cruz de Jesús. La muerte de cruz significa sufrir y morir rechazado, despreciado. Jesús tenía que sufrir y ser rechazado según los planes de Dios. Todo intento de obstaculizar esta necesidad es satánico. Incluso, y sobre todo, si proviene de los discípulos; porque esto quiere decir que no se deja a Xto ser el Xto. El hecho de que sea Pedro, piedra de la Iglesia, quien resulte culpable inmediatamente después de su confesión de JC y de ser investido por él, prueba que, desde el principio, la Iglesia se ha escandalizado del Cristo sufriente.

No quiere a tal Señor y, como Iglesia de Cristo, no quiere que su Señor le imponga la ley del sufrimiento. La protesta de Pedro muestra su poco deseo de sumergirse en el dolor. Con esto, Satanás penetra en la Iglesia. Quiere apartarla de la cruz de su Señor.

D. BONHOEFFER
EL PRECIO DE LA GRACIA
SIGUEME/SALAMANCA 1968/Pág. 78


7.CRUZ.¿QUÉ QUISO SIGNIFICAR JESÚS CUANDO HABLO DE LA NECESIDAD DE CARGAR CADA DÍA CON SU CRUZ?.

Pero ¿qué quiso Jesús significar cuando habló de la necesidad de cargar cada día con su cruz? "Su cruz" no debe entenderse como el instrumento bárbaro de suplicio, ni como masoquismo, ni como estoicismo que se complace en medir en el hombre la capacidad de resistencia pasiva. La cruz de Jesús significa simplemente todo esfuerzo que nos convierte en fieles cumplidores de la voluntad del Padre y que es asumido y realizado por amor. Sin esa perspectiva y sin esa motivación, no puede darse cruz en sentido expresado por Jesús. Entendida según él, es algo transformado y transformador de todas las realidades humanas.

Jesús asumió las realidades humanas y al asumirlas las transformó. Tomó nuestra carne mortal y la hizo inmortal. Tocó un día el barro del camino y con él devolvió la vista a un ciego.

Tocó el pan y el vino para transformarlo en su cuerpo y sangre, y así hizo con otras realidades humanas. También tocó el sufrimiento y lo transformó. La cruz tocada por él se convierte de fracaso en signo de victoria, de humillación en símbolo de triunfo, de muerte en fecundo signo de vida, de locura a los ojos del mundo en sabiduría de Dios, en triunfo del bien sobre el mal, en triunfo del amor sobre el odio, del poder santificador de la gracia sobre el poder destructor del pecado.

Por eso, cuando se nos propone la cruz como una opción fundamental, en lugar de hablar de un sacrificio costoso debería hablarse de un gozoso amor preferencial. Y más que de amor a la cruz debe hablarse de amor al crucificado.

TEILHARD-DE-CHARDIN escribía a quien se le quejaba del peso de las cruces en su vida consagrada a Dios: "Quizá miras mal a la cruz y no ves en ella más que dos palos cruzados. Da la vuelta a la cruz y verás en ella a Jesús clavado por amor. Entonces todo cambiará de sentido y lo comprenderás todo".

GUILLERMO GUTIERREZ
PALABRAS PARA EL CAMINO
NUEVAS HOMILIAS/A
EDIT. VERBO DIVINO ESTELLA 1986.Pág. 155


8.

"¿Quién salve su vida, la perderá; quien pierda su vida, la salvará" (/Mt/16/25). ¿Qué significa esta afirmación? SALVAR la propia vida es aferrarse a ella, tenerla en más estima de la debida y, por tanto, temer a la muerte. PERDER la propia vida: no darle más importancia que la justa, estar desligado de ella y, por tanto, estar dispuesto a morir. La paradoja es esta: el hombre que teme a la muerte, ya está muerto (Cf.Mt.8,22); mientras que el hombre que ha dejado de temer a la muerte, ha comenzado a vivir. Una vida auténtica y que merezca la pena sólo es posible cuando se está dispuesto a morir.

L. GRACIETA
DABAR 1989/50