REFLEXIONES

 

1. MONICIÓN ENTRADA.

Dios, nuestro Padre, nos convoca nuevamente a compartir el pan de la fraternidad en torno a la mesa que Él mismo nos prepara.

El pan de la fraternidad que nos compromete a todos los que nos alimentaremos con él a trabajar en el mundo para que muchas cosas cambien; para que desaparezca todo aquello que causa dolor, sufrimiento, pena, soledad y muerte; ese pan que el Señor multiplica para que llegue a todos y que, con él, llegue también el amor, la seguridad de que Dios es nuestro Padre y la decisión de vivir como hermanos.

Nada puede apartarnos del amor de Dios, porque Él está a nuestro lado; nada puede hacernos temer, porque Él está con nosotros; nada podrá acabar con nosotros, porque Él nos llama a la vida.

Con estos sentimientos vamos a comenzar nuestra celebración.

DABAR 1987/40


2.

Hoy se podría decir y comentarlo en la homilía el prefacio dominical X: el pan único y partido, la espera del domingo sin ocaso, la humanidad entera en el descanso de Dios.


3. COMUNIDAD/EUCARISTIA

Un empeño acuciante, para que sea posible nuestra palabra al mundo es hacer que nuestra comunidad cristiana celebre la eucaristía como culminación de una fraternidad basada en la comunidad de bienes. Es un esfuerzo que casi siempre parece imposible. Incluso ocurre que ciertas comunidades que pretenden crear estos lazos de solidaridad no siempre son vistas con buenos ojos por los cristianos que están educados para participar en las eucaristía como asistencia al culto, despreocupados por crear la comunidad en la que el cuerpo y la sangre del Señor compartido sea la expresión de esa unión.

En este orden de cosas, naturalmente lo que más llama la atención del proceder "milagroso" de Jesús, que nos revela el evangelio de hoy, es la actitud de los apóstoles que llegan a darse cuenta de las necesidades que tienen los que les rodean. Es una buena lección para nuestro tiempo, en el que existe una acusada tendencia al individualismo.

Es muy frecuente "pasar" con indiferencia respecto a los que nos rodean, sin captar -porque no nos importa o nos puede molestar la problemática que puedan padecer. A las nuevas generaciones les hemos mostrado un estilo de vida en el que vivir con los demás es algo prácticamente irrealizable. Las expresiones "vivir mi vida" y "ése es su problema" dan alguna medida de la actitud que asoma por cualquier rincón de nuestro espacio; lo cual es muy peligroso para la convivencia a nivel humano, porque las posturas que se resumen realmente en dichas expresiones deterioran gravemente la convivencia, que termina saltando por los aires dando entrada a la "ley de la selva", que es, siempre, la ley del más fuerte.

EUCARISTÍA 1990/36


4. HAMBRE/INJUSTICIA: ES LA CONSECUENCIA DE UN SISTEMA BASADO EN EL EGOÍSMO Y EN LA EXPLOTACIÓN. DIA-HAMBRE:

Unos nadan en la abundancia, unos pocos. Otros, los más, se debaten en la penuria. Aquéllos están hartos y aún es posible que se sientan insatisfechos, éstos padecen hambre y a duras penas pueden contener su ira. Los primeros tienen problemas de obesidad, de sobrealimentación, de excesos de grasas y calorías; los segundos sufren de raquitismo, desnutrición, avitaminosis.

Unos por poco y otros por mucho, lo cierto es que después de millones de años, según dicen, el hombre no ha aprendido a resolver racionalmente una de las más elementales necesidades de la vida: comer. Ni comemos ni dejamos comer.

El hambre es el mayor mal que aqueja a la humanidad del siglo XX, en los albores del XXI. Su incidencia es superior a la de las enfermedades, accidentes y violencias. Y su letalidad es mayor que la de todas las guerras y epidemias juntas de este siglo. El hambre afecta a dos tercios de la humanidad, predomina en los países del tercer mundo y no ha sido eliminada racionalmente en los del primero.

Pero el hambre no es sólo una situación, es el resultado de un sistema económico y político dominante. En buena medida el hambre es la consecuencia de una actividad económica sistemáticamente organizada como guerra de todos contra todos y de una política nacionalista periclitada y mantenida a ultranza. Se juega y se especula con la escasez de alimentos, como de recursos de todo género, para conservar situaciones monopolísticas en el mercado y para mantener posiciones hegemónicas en el plano internacional.

Por eso, el hambre (la geografía del hambre y la estadística del hambre) es un indicador incontestable de un mundo absurdo, de una cultura inhumana, de una política sin imaginación, de una economía insensata, de un progreso sin sentido.. Pues, mientras haya hambre en el mundo, mientras se tolere, se fomente y se trafique con el hambre de los pueblos y de los hombres será impensable la paz, la justicia, la libertad, la solidaridad la felicidad. Así no se puede vivir al menos sin despojarse de la dignidad humana.

EUCARISTÍA 1981/37


5.

Por primera vez en la historia, hemos llegado a poseer suficientes alimentos y medicinas para que todos los hombres puedan vivir y sobrevivir... y para poder consagrarse a la querencia del otro en la celebración de la palabra que se dice, juntos, en las plazas y en las iglesias. Sin embargo, más que nunca los hombres mueren de hambre y las diferencias y divisiones se ahondan cada vez más. Esta situación del mundo debería hacernos pensar en otras posibilidades y en otros órdenes económicos y políticos.

Juan María Artadi
Razón económica y razón ética


6.

EI mensaje, la Buena Nueva que Jesús anuncia, los hechos salvíficos que realiza proclaman la liberación de los pobres, de los oprimidos que hambrean la justicia, "porque de ellos es el Reino de los cielos".

No se trata de un programa de revolución social, sino de la llamada urgente a la conversión religiosa que pone en un primer plano las exigencias éticas de la relación del hombre con Dios. Esa relación, más que en el templo y en el culto, se establece y confirma en la vida social Dios prefiere la misericordia a los sacrificios.

En el encuentro con el pobre, con el desamparado y marginado, negocia el hombre su situación y relación con Dios.

JOAQUÍN LOSADA


7.

JESÚS SACIA NUESTRA HAMBRE DE DIOS Y NOS URGE A SACIAR EL HAMBRE DE LA HUMANIDAD SUFRIENTE

En este primer día de agosto el evangelio nos ofrece la escena de la multiplicación de los panes y los peces. Una catequesis eucarística. Una catequesis, por tanto, de lo que es la vida cristiana en su globalidad.

Es este un texto que probablemente habremos comentado mucho en la preparación de las primeras comuniones . Ahora tenemos una buena ocasión para comentarlo con la comunidad en general, y recordar algunas cosas básicas de nuestro ser cristianos. De este evangelio podemos entresacar dos enseñanzas:

- Jesús sacia nuestra hambre de Dios

En él encontramos el camino que nos lleva hacia Dios (idea que recoge la plegaria eucarística V/B). Su palabra y su testimonio de vida y acción nos dicen cuál es la vida que vale la pena. En la Eucaristía nos alimentamos de esta palabra, de esta vida de Jesús. Su pan partido nos da vida. Como expresa el salmo de hoy: "Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo".

- Jesús nos urge a saciar el hambre de la humanidad sufriente

El camino por el cual nos conduce Jesús y que sacia nuestra hambre de Dios pasa por la entrega en favor de los que más sufren. Pasa por el compartirlo todo, sea poco o mucho lo que tengamos. Abrir los ojos, como Jesús. Darse cuenta de la realidad. Y dar una respuesta, no teórica sino práctica, como Jesús. La mesa eucarística siempre nos abre a la caridad. Y la caridad hecha acción nos lleva a la mesa eucarística. La primera lectura añade una tercera enseñanza vinculada a las de este evangelio:

- La gratuidad de Dios y la gratuidad de la caridad

Demasiadas veces queremos comprar la felicidad (consumismo, por ejemplo). Demasiadas veces utilizamos el comercio, también, en las cosas de Dios (la terrible impresión que tiene mucha gente de que las misas tienen un precio). Demasiadas veces, también, somos mezquinos a la hora de dar limosna. Ciertamente que no se trata de administrar de cualquier manera los bienes. Pero hay que ir a fondo con las actitudes, de modo que la caridad sea sincera, auténtica. No valen excusas para no compartir.

RECOGER LA VIDA CONCRETA

En los diversos momentos de la celebración será bueno recoger experiencias concretas de cristianos y de comunidades cristianas que hacen de su fe una acción concreta en favor de los más necesitados: jóvenes que dedican sus vacaciones al servicio de los niños más pobres, o en campos de trabajo en el tercer mundo; las caritas diocesanas, arciprestales y parroquiales que, a menudo, están bien organizadas en función de un servicio eficaz y sincero; los esfuerzos de muchas comunidades por renunciar a cosas propias para responder a realidades de pobreza y marginación de su entorno...

También recoger hechos mas sencillos, de los que pasan desapercibidos en el interior de las familias, o que quedan en el corazón de las personas (según lo que dijo el Señor: "Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha").

También, aunque sea un tópico, habrá que denunciar el consumismo: "¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura?". Mientras la sociedad de consumo haga su campaña, nosotros no podremos dejar de denunciarlo, y de aplicarnos la lección a nosotros mismos.

LA SEGUNDA LECTURA

Por si acaso a alguien le empezaran a surgir excusas para justificar su bienestar y su poca caridad, san Pablo se encarga de decirnos que, aunque quedemos desnudos, "vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado". La renuncia a las posesiones no debe darnos miedo nunca. Al contrario, será, de rebote, una manera de quitar obstáculos al acercamiento de Cristo.

CONTEXTO EN EL CUAL ESCUCHAMOS ESTAS ENSEÑANZAS

En pleno verano. Puede ser un buen momento para meditar tranquilos. También para autocontrolar los gastos de vacaciones y plantearnos de qué manera vamos a descansar. o, dicho de otro modo, qué objetivos tenemos para las vacaciones.

Buen momento para alimentar la labor de aquellos que dedican las vacaciones para hacer un servicio o para iluminar la vida de aquellas personas que renuncian a sí mismas por estar al servicio de un familiar anciano o enfermo crónico. o tantas vidas anónimas que viven el espíritu evangélico muy a fondo.

Buen momento, también, para poner unas buenas bases al próximo curso: ¿qué pretendemos hacer en nuestra comunidad?

J. ROMAGUERA
MISA DOMINICAL 1993/10