COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
1 P 2, 20b-25

 

1. PERSECUCION.

La solidaridad y la sinceridad del seguidor de Jesús no tienen garantías de aplauso y sí bastantes probabilidades de incomprensión, malentendidos y persecución. El orden establecido, en el que hasta el creyente instalado se siente cómodo, se resiste a ser transformado por la justicia. Vivir desde Cristo y para Cristo (que no tenía donde reposar su cabeza) significará "instalarse en la desinstalación" y dinamizar la realidad para conseguir metas más altas de justicia y humanización. El discípulo, puesta la vista en el final y sin reducir la salvación a un orden terreno solidario, ha de trabajar sin desaliento con realismo en el espacio y tiempo de su historia. Ni la iglesia misma puede pretender guardar vino nuevo en odres viejos.

EUCARISTÍA 1990/22


2.

Este pasaje está sacado de una exposición parenética en la que el autor de la carta expone a cada categoría social de cristianos la manera de testimoniar a Cristo en las circunstancias propias de cada uno. Copia en esto el uso de las principales escuelas griegas de filosofía, que otorgaban a sus discípulos manuales de moral adaptada a cada estado y a cada clase social.

Desde el v. 18, el autor se interesa en la actitud de los esclavos liberados por el Señor y, sin embargo, a la merced de amos exigentes y duros.

Se encuentra en este pasaje el esquema tradicional de los discursos apostólicos: un exordio que enlaza el discurso con el contexto (aquí el problema de los esclavos), una proclamación de la muerte y resurrección de Cristo, una argumentación escriturista (aquí el Siervo paciente), una afirmación de la entronización de Jesús como Señor actuando permanentemente en la Iglesia (aquí el tema del pastor) y, finalmente, una invitación a la conversión (aquí a la imitación de Jesús).

La respuesta de esta carta es clara: que los esclavos hagan como el Señor, que no temió ser encarnecido e insultado. El remitió todo esto a su Padre, que le ha salvado. Incluso si temen a sus "vigilantes" (en griego: episcopos, palabra que designará a los jefes de las comunidades cristianas), que no olviden que otro "vigilante", el pastor Jesucristo, los reunirá en su Reino.

Los argumentos del autor son complejos, pero reveladores. Los esclavos se encuentran en una situación de desgracia y con tendencia a vengarse de sus amos: el autor les dice que su primer deber, en todas circunstancias, es "recordar" a Jesús, "seguirle" o, además, referirse a El como un "modelo" (v. 21; cf. Jn 15, 20; Mt 10, 24). La actitud del cristiano está, de esta manera, esencialmente vinculada por la historia: no puede constituirse independientemente del hecho de Jesús. Se une aquí el tema de los primeros discursos misioneros de los Hechos: el hecho de la resurrección no tiene sentido más que considerado como un hecho religioso que ofrezca la conversión de los creyentes y presente en su vida.

Ahora bien: Jesús, en su misterio pascual, se presenta como el Siervo paciente (cf. las citas de Is 53, 9, 5 y 6 en los versículos 22 y 24) que Dios, al resucitar, constituye en pastor de todas las ovejas (cita de Ez 34, 1 en el v. 25).

La conclusión fluye de la fuente: que los esclavos cristianos recuerden esta actitud del Siervo paciente. Tendrán así la certeza de encontrarse en la línea del designio de Dios y conocerán a este pastor que los reunirá con bastante más dulzura que sus vigilantes actuales.

¡Leer un pasaje de este género en un medio oprimido sería hoy intolerable! ¿Hay que pedir la sumisión a las clases y razas aplastadas por otras? ¿El simple recurso a la no violencia es un arma suficiente y la única arma cristiana? Se puede decir, en descargo de la primera carta de Pedro, que la llegada del Reino era esperada para tan pronto que apenas valía la pena trastornar unas condiciones de vida terrenal cuya suerte estaba fijada. Se puede decir también que la esclavitud (ESCLAVITUD/CONCIENCIA), en aquella época, no se oponía a la conciencia humana de la misma manera que hoy ciertas formas de neocolonialismo o de explotación social.

Es preciso también admitir el consejo de Pedro de que no se puede adoptar una posición cualquiera sobre el plano profano sin que esta posición implique una conversación y una referencia al misterio de Jesucristo. Ahí está la aportación esencial de este pasaje. Dicho esto, ¿se puede utilizar este texto de San Pedro exclusivamente en favor de la resignación y de la no violencia? Esto sería darle un alcance que no tiene. El autor solamente quiere que el oprimido viva el misterio del Siervo paciente y lo reproduzca en su vida. Por esto mismo, sea lo que sea de las cuestiones de la violencia y la revolución, se puede reconocer en ciertos revolucionarios modernos un despojo de sí mismos y una abnegación de "siervo" que pueden ayudarlos a reproducir los trazos de Cristo.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA IV
MAROVA MADRID 1969.Pág. 51


3.

En la exhortación de la carta, se llega aquí a un punto muy en consonancia con la condición de los destinatarios del escrito: el soportar las dificultades. En esta perícopa se insiste especialmente en el ejemplo de Cristo. No es esa forma de hablar la más adecuada o la más completa para describir la acción del Señor. Pero también tiene su importancia. Para quien ama a Cristo, el mero hecho de verlo a El actuar de una forma determinada le resulta importante y le estimula a seguir sus pasos.

El autor de la carta se inspira en el Segundo Isaías, la figura del Siervo del Señor, para describir los sufrimientos y aun la muerte de Cristo. Es como una meditación breve de la historia de la Pasión, pero teniendo en cuenta la proyección personal de todo ello. Tales cosas le ocurrían a Jesús "por mí". Es un modo de personalizar y sentirse afectado. No se trata de algo lejano, sino yo estoy, de alguna manera, implicado en aquellos sucesos. Para el creyente en Cristo todo esto tiene significación.

FEDERICO PASTOR
DABAR 1987/28


4.

El testigo ha dicho la verdad; debe ser ejecutado." Esta es, por desgracia, la lógica de las cosas. Quien luche verdaderamente por la justicia y la verdad, que no espere muchas felicitaciones. El pecado del mundo estriba en no recibir el bien. Si sale a la luz, un mal celosamente encubierto, fatalmente el pecado, atacado en su raíz, se enfurece y pasa al contraataque.

Este fue el destino de Cristo, predicho por Isaías (cfr.versículo 22). Querer liberar al hombre es aceptar recibir golpes. La lógica del testimonio lleva a la persecución, tal vez a la muerte. Es nuestra "vocación". Pero la unificación de la humanidad en torno a Cristo sólo se conseguirá a este precio.

DABAR 1978/26


5.

Hay situaciones en las que el hombre, injustamente oprimido, sólo puede resistir a la injusticia con la paciencia. Si el cristiano descubre entonces el sentido del sufrimiento y, sin temor a los hombres, acepta la cruz pacientemente, su dolor estará fortalecido con la esperanza que no defrauda; imitará al Maestro que también padeció injustamente, y alcanzará la vida. Jesús, que fue llevado a la muerte como oveja al matadero; Jesús, por cuyas heridas hemos sido curados, vive, y ahora es el pastor y guardián de nuestras vidas. El sufrimiento del cristiano, asociado al sufrimiento de Cristo, tiene un sentido redentor. La paciencia cristiana es la única manera de resistir a la injusticia sin desesperaciones suicidas y sin traiciones cobardes a la justicia.

Estos consejos que Pedro da a los esclavos de su tiempo, deben entenderse teniendo en cuenta la situación y sabiendo que, en cualquier caso, es preciso obedecer antes a Dios que a los hombres (Hech 5, 29). Por eso, recuerda en este contexto: "Respetad al rey, pero temiendo a Dios" (v. 17). Con ello señala un límite a toda autoridad humana y condena todo servilismo.

EUCARISTÍA 1981/23


6.

-Este fragmento de la primera carta de Pedro es un aspecto de la reflexión sobre la actitud de los esclavos cristianos ante su situación social. En la carta no hay ninguna intención de combatir la esclavitud. Se considera como una realidad injusta, pero que no se puede rehuir en el momento presente. Con todo en documentos posteriores sobre la liberación de los esclavos, se hará referencia al pensamiento de esta carta.

-El esclavo en la situación que le toca vivir debe tomar ejemplo de Cristo que sufrió por los demás y también injustamente: "dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas". Dos son los rasgos de la actitud de Jesús que parecen impresionar más al autor de la carta: la paciencia y el silencio ante los insultos en la cruz y los tormentos. Con el recurso a textos del Siervo doliente de Is 53, nos hace ver cómo en la Pasión, Cristo no hizo valer sus derechos, sino que se entregó en las manos de la justicia de Dios que rehabilita al inocente. De igual modo el derecho del esclavo que sufre injustamente está en las manos de la justicia de Dios.

-"Cargado con nuestros pecados subió al leño": El árbol que manifiesta la condena del culpable, según Dt 21, 22, es el lugar donde Jesús muere no a causa de los propios pecados, sino de los nuestros. La cruz, presentada como el altar donde uno aportaba la víctima de los sacrificios en el A.T, es donde Jesús ofrece el sacrificio de su propio cuerpo. Desde ahora el cristiano vive como justo, en virtud de una justicia que no nace de un esfuerzo moral, sino del amor de Cristo.

JOAN NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1987/10


7. /1P/02/11-25

El fragmento de hoy casi no necesita comentario. Es todo él una exhortación sobre aspectos prácticos de la vida del cristiano: hay que comportarse bien entre los paganos; hay que respetar las instituciones humanas; los esclavos deben servir a sus amos, aunque no les resulte fácil. Al final del fragmento aparece el motivo esencial de la exhortación: el seguimiento de Cristo: «Os dejó un modelo para que sigáis sus huellas» (v 21). El seguimiento de Jesús hasta la cruz da sentido a la existencia del cristiano en cada momento de su vida.

LBT/SIEVOS-D  Tal vez por eso algunas palabras adquieren un significado paradójico: debéis ser libres, pero como esclavos de Dios. La libertad cristiana no será tal si no se tiene la experiencia de la dependencia total con respecto a Dios. Cuanto más atado a Dios se sienta el cristiano, más libre será. Hay aquí, como en todo el escrito, un eco claramente paulino: "A vosotros, hermanos, os han llamado a la libertad... que el amor os tenga al servicio de los demás" (/Ga/05/13). La libertad del cristiano pasa por la experiencia del seguimiento de Cristo: así aprende el creyente que la verdadera libertad pasa por el servicio a los demás.

Hay que tener en cuenta que en el NT las palabras, imágenes y expresiones tienen un contenido diferente del que les damos en la vida cotidiana. La palabra libertad, por ejemplo, sugiere ordinariamente la experiencia de la autonomía. Pues bien: en este caso -como en otros-, esta referencia, más que indicarnos algo sobre el contenido de esta palabra en la experiencia cristiana, nos desorienta. La libertad cristiana no está interesada en la autonomía, sino en el bien de los demás. Así lo enseña Pablo cuando dice: «Gracias a Dios, aunque erais esclavos del pecado, seguisteis de corazón las normas que os transmitieron y, emancipados del pecado, habéis entrado al servicio de la justicia» (Rom 6,17-18). Tal vez estas consideraciones nos ayuden a situar mejor las exhortaciones de este fragmento de 1 Pe y el contenido que encierran las afirmaciones que leemos.

ORIOL TUÑI
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 580 s.