PRIMERA LECTURA

Jerusalén-Sión se hizo símbolo de la morada de Dios con su pueblo. Los repatriados la siguen viendo pobre, como ellos. Pero el mensajero entona un canto a su amanecer. Su nombre de «devastada» se cambiará en «mi-preferida» (Is 60,15). El lenguaje del amor matrimonial apunta hacia la relación maravillosa de Dios con el símbolo local y con su pueblo (Os 2,25): La maravilla se está realizando ya en el canto: Dios está en él.


 

Lectura del Profeta Isaías 62,1-5.

Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y
diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «abandonada»,
ni a tu tierra «devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra «Desposada;
porque el Señor te prefiere a ti
y tu tierra tendrá marido.

Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.