PRIMERA LECTURA

Sobre fondo de desconsuelo y servidumbre, con la nación en ruinas, pone el profeta consolador la voz de la esperanza. Anuncia la victoria, la paz y el reinado de Dios. Es algo tan real y cercano, que ya ve por camino al mensajero de la buena noticia y a los vigías de la ciudad gritando y cantando al Dios que viene como liberador. Su anuncio llena la tierra. Todas las ruinas se antojan ya restauradas. Lo están en la activa esperanza.


Lectura del Profeta Isaías 52,7-10.

¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que anuncia la paz,
que trae la buena nueva,
que pregona la victoria,
que dice a Sión: «Tu Dios es Rey»!

Escucha: tus vigías gritan,
cantan a coro,
porque ven cara a cara al Señor,
que vuelve a Sión.

Romped a cantar a coro,
ruinas de Jerusalén,
que el Señor consuela a su pueblo,
rescata a Jerusalén:
el Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y verán los confines de la tierra
la victoria de nuestro Dios.