COMENTARIO A LA PRIMERA LECTURA
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* Contexto: La comunidad ha vuelto del destierro babilónico y se encuentra en Jerusalén.

El profeta intenta unificar a un pueblo dividido por la idolatría (cf. 57. 3-13; 65. 8-11...) y que se ha aprovechado del destierro para apoderarse de los bienes de sus hermanos (injusticias cometidas entre ellos: cf. 58. 3-10).

-La promesa de restauración predicha por Is II no se ha cumplido, el templo y las murallas siguen sin reedificarse (injusticias cometidas por parte de los opresores) y la desesperación cunde entre todo el pueblo (cf. 59. 1/11/14; 63.11ss). La voz del profeta quiere ser un rayo de esperanza.

* Texto: Empieza el capítulo con una autopresentación del profeta (v. 1a). El Espíritu del Señor que puede recaer sobre cualquiera (sobre el Siervo, Ciro: cf. 42. 1; 48. 16...) lo hace sobre este poeta anónimo, llamado Is III. Es la prueba o aval de la autenticidad de su misión.

-El profeta es elegido para una tarea concreta. Es el heraldo de la buena noticia, el mensajero de la alegría para todos los que sufren porque son pobres o por cualquier otro motivo (Is 11. 4; 29. 19...). Es el consolador de todos los corazones desgarrados (Sal 51. 9).

Los cautivos y prisioneros no son aquí los que sufren la cárcel del destierro -ya han sido liberados- sino todos los que padecen por cualquier tipo de opresión (cf. 42. 7; 49. 9...). Y la palabra del profeta es esperanzadora, ya que proclama el año de "gracia y desquite" del Señor. Este es el año-jubilar de Lv 25. 10 ss. que se celebraba cada cincuenta años y en el que cada uno recobraba su propiedad y libertad.

Año de gracia porque Israel recobra la dignidad perdida y recibe una recompensa por sus sufrimientos; día de desquite (en paralelismo con gracia) porque Dios castiga al enemigo por sus agresiones y violencias.

-Continúa el oráculo de salvación en los vv. 3b-9 prometiendo un cambio de situación: se reconstruye la ciudad abatida (v. 4), la tierra produce sus frutos siendo cultivada por gente forastera (v. 5). Así Israel puede dedicarse al servicio de Dios, ya que todo el pueblo elegido será un pueblo sacerdotal (v. 6; cf. Ex 19. 6; 1 P 2. 9). Los israelitas reciben el nuevo nombre de "Robles del Señor" (v. 3b); Israel es el plantel del Señor que provoca la admiración de los que lo contemplan viéndose obligados a reconocer en él al pueblo bendito de Dios (vv. 8-9). Se contrasta la felicidad actual con la pasada (vv. 3b-7): los ritos de luto se cambian en ritos de gozo, a la ignominia del destierro sigue el premio, al sufrimiento en tierra extraña el gozo sin fin en la propia (cf. 35. 10; 51, 11). Fundamento del cambio es la justicia de Dios que detesta la violencia y opresión (v. 8).

-Ante este oráculo de salvación, la comunidad explota en un himno de agradecimiento (vv. 10-11). El Señor es el origen y debe ser también la meta de todo gozo humano.

* Reflexiones: La misión encomendada a este profeta es muy similar a la atribuida al siervo de Dios en Is 42. 6. Se centra de forma especial en los afligidos y débiles: deberá romper las cadenas de los cautivos, vendar los corazones desgarrados..., pero su palabra deberá también alcanzar la liberación del corazón humano, sede de la más auténtica liberación humana. Esta liberación no elimina la primera sino que es su culminación. Sólo así puede iniciarse el año de gracia del Señor.

-La misión descrita en este texto constituye el centro de la cristología de Lucas. Jesús cita este texto en la sinagoga de Nazaret como credencial y finalidad de su misión profética (Lc 4.). Jesús es el verdadero ungido de Dios (Hch 38.) en el que alcanzan pleno sentido estas palabras proféticas. Is III no hace sino preparar el camino de este gran Profeta que ha traído a nuestro mundo la buena y definitiva noticia.

Alegrémonos y démosle gracias al comprobar que este mensaje se está ya realizando

GIL MODREGO- DABAR 1987 nº 3

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