José L. Caravias sj.

 

CRISTO,

NUESTRA ESPERANZA

 

El Amor de Dios

según el Nuevo Testamento

 

 

 

© José L. Caravias sj.

E-mail: jlcaravias@starmedia.com

 

Ediciones de este libro:

Ediciones HOAC, Madrid

Latinoamérica Libros, Buenos Aires

Ediçoes Loyola, São Paulo

Cristo Resucitado, Quito

CEPAG, Asunción

Claretian Publications, Quezon City, Filipinas

 

 

 

 

Índice

 

Introducción

I - Dios con nosotros
  
     1. “Se hizo uno de nosotros”      
  
     2. “Compartió nuestras penas”   
  
     3. El servidor de todos 
  
     4. Imagen de todo lo humano

II - Jesús es la imagen viva del amor del Padre
  
     5. “Tanto amó Dios al mundo, que le dio su Hijo único”
  
     6. “Yo y mi Padre somos uno mismo” 
  
     7. El amor sabe perdonar              
  
     8. Dios es fiel 

III - Cristo, nuestra Vida
  
     9. La muerte que da Vida       
  
     10. La Vida que viene de Cristo   
  
     11. Jesucristo, el Señor    

IV - Fe en Cristo
        12. Cristo se manifiesta en la debilidad              
  
     13. Orar en nombre de Cristo              
  
     14. La fortaleza de Cristo
  
     15. “¿Quién nos apartará del amor que Dios nos tiene en Cristo Jesús?”

V - Hermanos en Cristo
  
     16. Hijos de Dios       
  
     17. Hombres nuevos  
  
     18. “Destinados a reproducir  la imagen de Cristo”
  
     19. La libertad de los hijos de Dios

VI - El mandamiento de Cristo
  
     20. “Si tal fue el amor de Dios, también nosotros debemos amarnos mutuamente”
  
     21. Amar es servir    
  
     22. Unidos en Cristo    
  
     23. La cruz del amor     

VII -  El triunfo de Cristo
      24. Cristo resucitado          
      25. Herederos con Cristo   
        26. El encuentro con Cristo glorioso 
      27. Resucitaremos con él    
        28. Cristo, Señor de la Creación              
      29. “Digno es el Cordero de toda alabanza”

 


 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Cristo es la imagen visible del amor del Padre. El que lo ve a él ve al Padre. En él reside la mayor prueba de amor que podía ha­ber dado Dios. Por eso él es nuestra gran esperanza. El anuncio de su nacimiento fue la mayor y más importante noticia que ja­más se haya podido dar: “La Buena Nueva”.

Dios “es bueno” (Mt 19,17).

“Dios es amor” (1 Jn 4,8.15).

Estas palabras del Nuevo Testamento son un resumen del mensaje de Jesús. Dios es siempre y enteramente bueno para con todos sus hijos.

En un libro anterior, “Dios es bueno”, hice una selección de citas bíblicas, brevemente comentadas, sobre el Amor de Dios visto desde el Antiguo Testamento. Ahora pretendo realizar lo mismo desde el Nuevo Testamento.

Lo más importante del presente libro son las mismas citas bí­blicas, el contacto directo con las Fuentes, de forma que podamos conocer y amar cada vez más a Cristo Jesús.

No se trata de contar anécdotas de la vida de Jesús, que se suponen más o menos conocidas. Sino de meditar y asimilar la Vida que trajo Jesús. Lo que interesa destacar ahora es la Fuerza de su Amor.

Jesús es cada vez más actual. Nos interesa conocer al Cristo vivo, presente hasta nuestros días en medio de nosotros. En todo el que lucha por la libertad, la justicia y la fraternidad universal está presente Cristo. El amor auténtico, cuya fuente está en Jesús, es la gran fuerza capaz de construir un mundo nuevo.

Conocer, amar y seguir a Cristo Jesús no es algo sensiblero, propio de personas desocupadas. Todo lo contrario. Es una fuerza arrolladora, que nos impulsa a comprometernos por los demás hasta las últimas consecuencias. Nuestro mundo está hambriento de Cristo, del Cristo verdadero, dulce y exigente a la vez, Hombre-Dios, Camino, Verdad y Vida. Él no marcó solucio­nes político-económicas concretas; pero trajo al mundo el amor necesario como para que los seres humanos podamos concretar­las en cada tiempo y lugar, según la realidad de cada momento.

Él luchó contra los poderosos y las estructuras opresoras de su tiempo, constituidas entonces por la teocracia judía; y minó los cimientos de toda opresión: el orgullo y el egoísmo humano. Defendió sus ideales hasta la entrega de su propia vida. Y de la valentía de su muerte nació nuestra esperanza.

Conocer y amar a Jesucristo es lo más humano, lo más gran­dioso, lo más liberador y revolucionario que se puede realizar en el mundo. En éste nuestro mundo, tan violento y desesperan­zado, necesitamos crecer en la fe en Cristo Jesús, Señor de la Historia. Es hora de dejar las enseñanzas infantiles sobre Jesús, y pasar a un conocimiento maduro (Heb 6,1).

Uso de una forma especial las palabras de San Pablo por ser él un ejemplo vivo de lo que Jesucristo puede llegar a realizar en una persona que tiene fe en su Amor y se deja llevar por él. El ideal de Pablo debe ser la meta de todo buen cristiano:

 

Todo lo tengo al presente por pérdida

en comparación de la gran ventaja

de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.

Por su amor acepté perderlo todo

y lo considero como basura

con tal de que pueda ganar a Cristo

y encontrarme con él.                                                   (Flp 3,8-9)

Éste es el ideal que buscamos también en el presente libro: encontrarnos con Jesucristo. Se trata de un libro de oración, para ser meditado lentamente. Dejémonos arrebatar por “un amor inquebrantable” (Ef 6,24) a él, a ese Cristo que sigue hoy viviendo en todos los seres humanos, en sus dolores y en sus alegrías. Él es nuestra esperanza.

Este libro lo redacté a mediados de los años 70, después de mi expulsión del Paraguay. Ha recorrido un largo camino, en diver­sos países y en diversos idiomas. Ya era hora de que viera la luz en el mismo Paraguay, de donde provenían sus raíces. Ahora, después de más de veinte años de su nacimiento, lo dedico a los laicos de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) que realizan Ejercicios Espirituales en la Vida Ordinaria. Espero que les ayude para conocer un poco más a Jesús, para así amarlo más a fondo y poder seguirlo más de cerca.