Arturo Mas vio el cielo abierto. El abominable
asesinato de los periodistas de Charlie le
permitía desplazarse a París para asistir a la
gran manifestación, colocándose entre los
Jefes de Estado y de Gobierno, presentándose
ante Europa como un líder mundial.
Los colaboradores del presidente de la
Generalidad, despilfarrando el dinero público,
se entregaron con frenesí a preparar la farsa
al mejor estilo del Pequeño Nicolás. Pero las
autoridades francesas no se chupan el dedo. A
Mariano Rajoy le situaron en primera fila, en
el lugar que le correspondía, junto al primer
ministro británico David Cameron; a Arturo Mas
le instalaron de forma un tanto vejatoria
entre los alcaldes. La megalomanía del
presidente de la Generalidad sufrió un rudo
golpe. De líder mundial pasó a convertirse en
desdeñado alcalde.
Así es que TV3 recibió órdenes de dar
tratamiento de Jefe de Estado a Arturo Mas en
la manifestación de París, multiplicando el
ridículo de este político que destaca por su
mediocridad y que ha hecho de escudero de
Oriol Junqueras durante dos años, y ahora,
para conservar su poltrona en la Generalidad
exige concesiones constantes a ERC. Oriol
Junqueras está que brama pero traga porque
sabe que unas elecciones anticipadas pueden
desplazar a Arturo Mas en favor del líder de
ERC.
El varapalo que ha recibido el señor Mas en
París ha sido de vergüenza ajena, a pesar del
dinero que ha derrochado para potenciar su
macilenta figura. Al presidente de la
Generalidad le ha salido el tiro por la
culata. La fotografía de Arturo Mas en la
manifestación de la capital de Francia no
puede resultar más patética.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española