MENSAJE FINAL

VI CONGRESO NACIONAL
DE PASTORAL PENITENCIARIA


En el Año Jubilar 2000 del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que "vino a anunciar a los pobres la Buena Noticia y a los presos la libertad" (Lc.4,18), reunidas más de 600 personas de las diócesis del Estado Español, en el VI Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria, acogiendo la invitación del Papa Juan Pablo II para repensar la respuesta al delito y la acción pastoral que requieren el infractor y la víctima, habiendo trabajado en los sectores de lo pastoral, de lo social y de lo jurídico

PROCLAMAMOS

 

 

 

Tras las reflexiones que hemos efectuado estos días, desde el talante jubilar que preside este singular Congreso, y con el deseo de mirar siempre hacia adelante con renovada esperanza, apuntamos algunos caminos que humildemente nos atrevemos a

PROPONER:

1. A nosotros mismos:

 

 

 

2. A la sociedad

 

 

 

3. AL LEGISLADOR Y A LOS PODERES PUBLICOS:

*personas extranjeras en número tan elevado y creciente, a las que habría que posibilitar el cumplimiento de las penas, cuando sea posible y no contrario a los Derechos Humanos, en el país de origen.

* enfermos mentales, drogodependientes y enfermos de sida: las prisiones no fueron concebidas para este perfil de población, necesitada de una atención específica.

Ponemos en manos de Jesucristo, Libertador de cautivos, y de la Virgen de la Merced, nuestra Patrona, la realidad de nuestros hermanos y hermanas presos, así como nuestros pobres esfuerzos, invocando del Buen Dios que su espíritu jubilar nos alcance a todos.

 

En Madrid, a 17 de septiembre
del Año Jubilar del 2000 nacimiento de Jesucristo.