CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO


01-07

Mas en la tarde del sábado, al amanecer el primer día de la semana, vino María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y había habido un gran terremoto: porque un ángel del Señor descendió del cielo, y llegando, revolvió la piedra, y se sentó sobre ella. Y su aspecto era como un relámpago, y su vestidura como la nieve. Y de temor de él se asombraron los guardas, y quedaron como muertos. Mas el ángel, tomando la palabra, dijo a las mujeres: "No tengáis miedo vosotras, porque sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como dijo: Venid, y ved el lugar donde había sido puesto el Señor. E id luego, decid a sus discípulos que ha resucitado; y he aquí va delante de vosotros a Galilea: allí le veréis. He aquí os lo he avisado de antemano". (vv. 1-7)
 
San Agustín, in sermonibus de resurrectione.
Después de las burlas y los azotes, de la hiel y vinagre mezclados, de los tormentos y las llagas sufridas en la cruz y, finalmente, después de la muerte y la bajada a los infiernos, resucitó de su tumba la nueva carne, brotó de lo caduco la nueva vida y resucitó la salvación de la misma muerte, para volver más pura después del sepulcro.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3,24
La cuestión acerca de la hora en que las mujeres fueron al sepulcro no resulta trivial. San Mateo dice aquí: "Mas en la tarde del sábado" ( Mt 16,2) etc., a diferencia de lo que dice San Marcos: "Y muy de mañana, el primero de los sábados vienen María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro" ( Mc 16,2) 1. Cuando San Mateo se refiere a la noche, quiere abarcar desde la primera parte de la noche (que se llama víspera) hasta el final de la misma, en la que fueron al sepulcro. Y como en el sábado no les estaba permitido hacer esto, llamó noche a aquel tiempo en que se podía trabajar y por esto hicieron cuanto pudieron durante lo que podía llamarse noche.
Y así, se dice: "Mas en la tarde del sábado", como si se dijese: En la noche del sábado; esto es, en la noche que sigue al día del sábado 2. Las mismas palabras así lo indican: "Al amanecer el primer día de la semana". Lo que no comprenderíamos si la palabra víspera significase tan sólo la primera parte (esto es, el comienzo) de la noche. Pues no puede decirse que el principio de la noche es la hora que empieza a brillar antes de amanecer sino más bien la misma noche, que empieza a desaparecer cuando viene la luz. Es un modo de hablar común en la Escritura el tomar el todo por la parte. Por lo tanto, se debe entender noche cuando se trata de la víspera, la cual termina al amanecer y al amanecer fue cuando vinieron al sepulcro.
 
Beda
O de otro modo, cuando se dice que las mujeres vinieron en la tarde del sábado a ver el sepulcro debe entenderse que empezaron a venir en la víspera y cuando empezó a lucir la mañana del sábado, llegaron al sepulcro. Esto es, prepararon en la víspera las aromas con que se proponían ungir el cuerpo del Señor, pero los trajeron al sepulcro a la mañana siguiente. San Mateo dijo esto mismo, pero con oscuridad, por querer abreviar. Pero los otros evangelistas lo refieren todo y por orden, explicándolo mejor. El día viernes el Señor fue colocado en el sepulcro. Cuando las mujeres regresaron de haberlo dejado sepultado, prepararon los aromas y los ungüentos, mientras les era lícito trabajar. Durante el sábado no hicieron nada, según estaba mandado en la Ley y así lo dice claramente San Lucas. Pero una vez pasado el sábado y terminada la víspera, cuando ya llegaba el momento de poder obrar, compraron con celeridad lo que les faltaba para satisfacer su devoción (como refiere San Marcos) para ir a ungir al Señor y muy de mañana fueron al sepulcro ( Mc 16,1-2).
 
San Jerónimo
No debemos creer, como quieren los impíos, que la aparente divergencia entre los relatos de los evangelistas al citar la hora en que las mujeres vinieron al sepulcro es una prueba de la falta de historicidad de estos relatos. Más bien debemos ver en ello una gran ansiedad en las mujeres, repitiendo las visitas, yendo y viniendo y no decidiéndose a abandonar el sepulcro del Señor, ni ausentarse de él.
 
Remigio
Debe saberse que hablando en sentido espiritual, San Mateo se propuso demostrarnos la gran dignidad con que el honor de la resurrección del Señor favoreció a aquella sacratísima noche después de vencida la muerte. Por esto dijo: "Mas en la tarde del sábado", etc. Se expresa de este modo porque tiene en cuenta el orden observado en aquellos tiempos, en que las vísperas se consideraban pertenecientes a la noche y no al día. En estas palabras se demuestra que el Señor convirtió esta noche en festiva y brillante por la luz de su resurrección.
 
Beda homilia Aest. I
Desde el principio del mundo hasta nuestros días, se divide el día de tal modo, que la noche precede a la mañana. Porque el hombre, por el pecado, cayó de la luz del paraíso a las enfermedades y tinieblas. Ahora sigue muy oportunamente el día a la noche, cuando por la fe en la resurrección, hemos vuelto de las tinieblas del pecado y de la sombra de la muerte, a la luz de la vida que nos ha concedido el Señor.
 
Crisólogo salmo 75
No desaparece el sábado sino que es santificado por Jesucristo. No dijo vine a disolver la ley, sino a cumplirla ( Mt 5,17). Es iluminado para que brille en el día del Señor y resplandezca en la Iglesia lo que se oscureció en la
inagoga por la obcecación de los judíos. Sigue: "Vino María Magdalena", etc. Tarde busca el perdón la que temprano corrió a la culpa. La que había caído en el paraíso, se apresura a recobrar la fe en el sepulcro. Se precipita a sacar la vida de la muerte, la que había sacado la muerte de la vida. No dijo, pues, vinieron, sino vino. Bajo un solo nombre vienen dos, no por casualidad sino misteriosamente: viene la misma, pero distinta, de modo que se moviese por la virtud y no ya según su vida pasada. Estas dos mujeres, María Magdalena y la otra María 3, son figuras de la Iglesia que precede a los apóstoles en el sepulcro del Señor, a saber, María es el nombre de la Madre de Cristo, mas este nombre pertenece a dos mujeres. Porque aquí está figurada la unidad de la Iglesia compuesta de los dos pueblos, el gentil y el judío. Vino María al sepulcro como si viniese al seno de la resurrección, como si Jesucristo naciese otra vez del sepulcro de la fe. Antes había sido engendrado en un vientre según la carne. Ahora, Aquél a quien la virginidad cerrada había traído a esta vida, un sepulcro cerrado lo devolvía a la vida eterna. Es un prodigio de la divinidad el haber dejado íntegra la virginidad después del parto y haber salido del sepulcro cerrado con su propio cuerpo.
Sigue: "Y he aquí que hubo un gran terremoto", etc.
 
San Jerónimo
Dios nuestro Señor, Hijo al mismo tiempo de Dios y del hombre, demostrando que participa de estas dos naturalezas, divina y humana, dio un notable ejemplo de su grandeza y de su humildad. Por esto, aunque como hombre es crucificado y sepultado, sin embargo, lo que sucede exteriormente da a conocer que es Hijo de Dios.
 
San Hilario, in Matthaeum.
El terremoto indica el poder de la resurrección. Porque una vez vencida la pena de muerte y desterradas sus tinieblas, se conmovió el infierno cuando resucitó el Señor de los poderes celestiales.
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 90
Sucedió el terremoto para que se levantasen y velasen las mujeres, porque como se proponían ir y llevar ungüento, debían de haberse pasado la noche preparando los aromas y probablemente se habían quedado dormidas.
 
Beda., in homilia super Venid Maria Magdalene.
Cuando el Señor salió del sepulcro hubo un gran terremoto (lo mismo que cuando murió en la cruz) y ello da a entender que los corazones humanos se conmovieron, primero por la fe en la pasión y fueron incitados después a hacer penitencia por el santo temor de la resurrección.
 
Crisólogo, sermon 77 y 74
Si la tierra tembló así cuando el Señor resucitó para salvación de los santos, ¿cuánto temblará cuando vuelva para juzgar a los malvados? Dice el Profeta: "La tierra tembló cuando Dios se levantó a juzgar" ( Sal 75,9). ¿Cómo podrá soportar la presencia de Dios quien no pudo soportar la presencia de un ángel? Y sigue: "Porque un ángel del Señor bajó del cielo". Al resucitar el Señor y destruir la muerte, vuelve a relacionarse el cielo con la tierra y así como en el principio trató la mujer con el ángel para perdición de la humanidad, ahora otra mujer trata con otro ángel para la felicidad.
 
San Hilario, in Matthaeum
Verdaderamente es grande la prueba que tenemos de la misericordia de Dios Padre, porque cuando resucita el Hijo, lo honra con el servicio de los ángeles y por lo tanto, antes de la resurrección uno es enviado para que la resurrección sea anunciada por un siervo de la voluntad del Padre.
 
Beda, in homilia super Venid Maria Magdalene
Como Jesucristo es Dios y hombre, incluso en los actos de pura humanidad, no le falta nunca la asistencia de los ángeles que únicamente se debe a Dios. "Y llegando revolvió la piedra". No porque fuera necesario abrir la puerta para que saliera el Señor sino para que su salida demuestre a los hombres la realidad del hecho. El que dentro del seno de una Virgen, siendo mortal, pudo entrar en el mundo naciendo, estando cerrado el sepulcro, hecho inmortal pudo salir del mundo resucitado.
 
Remigio
La piedra rodada del sepulcro es figura de los Sacramentos de Cristo que ya venían prefigurándose en el contexto de la Ley. En efecto, la Ley había sido escrita en piedra y por ello está representada en ella.
 
Crisólogo, sermon 74
No dice volvió, sino revolvió la piedra. Porque la vuelta de la piedra era únicamente señal de muerte; pero el revolver la piedra daba a conocer la resurrección. Aquí se transforma el orden de las cosas. El sepulcro destruye la muerte y no descompone al muerto, la casa de la muerte se transforma en habitación de la vida, aparece la clausura de un modo nuevo, recibe un muerto y lo devuelve vivo. Sigue: "Y se sentó sobre ella". No se sentó por cansancio sino como doctor de la fe y heraldo de la resurrección. Y se sentó sobre la piedra para que la consistencia del asiento fuese motivo de firmeza para los creyentes. El ángel colocaba sobre la piedra los cimientos de la fe sobre la que Jesucristo había de fundar su Iglesia. También puede decirse que la piedra del sepulcro es figura de la muerte con que todos estaban oprimidos y en cuanto a que el ángel se sentó sobre la piedra, se da a entender, que Jesucristo venció la muerte con su poder.
 
Beda, in homilia super Venid Maria Magdalene
Y apareció estando de pie el ángel que anunciaba la venida del Salvador al mundo, porque estando así, manifestaba que el Señor venía a vencer al príncipe de este mundo. Se dice que se sentó el que anunciaba la resurrección porque así daba a conocer que representaba a Aquél que una vez vencido el autor de la muerte, ya se había sentado en el trono de su reino eterno. Se sentó, pues, sobre la piedra rodada con la que se había cerrado la puerta del sepulcro dando a conocer que el Señor había destruido con su poder los antros del infierno.
 
San Agustín, de consensu evangelitarum 3,24
Puede también llamar la atención que San Mateo diga que el ángel se sentó sobre la piedra separada del sepulcro y que San Marcos diga que cuando entraron las mujeres, vieron a un joven sentado a la derecha. Pero debemos entender que San Mateo no habló del ángel que vieron las que entraron y que San Marcos se ocupó sólo del que vieron sentado sobre la piedra. Como vieron dos ángeles, oyeron lo que cada uno de ellos dijo acerca de Jesús. O bien cuando dice que "entraban en el sepulcro" ( Mc 16,5), debemos entender que lo hacían a alguna parte cercada que protegía el sepulcro, o sea, algún espacio que había ante la piedra del sepulcro y en cuya cavidad se había hecho la excavación para la sepultura. Por lo tanto, pudieron ver al ángel también en el mismo lugar, pero a la derecha y sentado sobre la piedra, como dice San Mateo.
Sigue: "Y su aspecto era", etc.
 
Crisólogo, sermon 75
Se diferencia el resplandor del rostro de la blancura de los vestidos y se compara el rostro del ángel con el relámpago y su vestido con la nieve. Porque el relámpago viene del cielo y la nieve de la tierra. Por esto dice el Profeta: "Alabad al Señor de la tierra, fuego, granizo, nieve" ( Sal 148,7), etc. Por lo tanto, en el rostro del ángel se da a conocer la claridad de naturaleza espiritual y en su vestido está significada la gracia que ha unido la naturaleza humana a la divinidad y así se manifiesta la aparición del ángel que habla, con el fin de que los ojos de la carne puedan soportar el resplandor de la claridad, a la vez que por el resplandor del relámpago teman y respeten al Autor de cuanto existe.
 
Crisólogo, sermon 77
¿Para qué aprovecha el vestido, cuando no hay necesidad de cubrirse? Pero el ángel prefigura nuestro vestido y nuestra forma en la resurrección, cuando el hombre se vestirá con el brillo mismo de su cuerpo.
 
San Jerónimo
También el ángel, con su blanco vestido, representa la gloria del que triunfa.
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia. 21,4
O de otro modo, en el relámpago aparece el terror del que teme y en la nieve la tranquilidad del candor y como Nuestro Señor es poderoso y terrible para los pecadores y apacible para los justos, con mucha oportunidad aparece el ángel testigo de su resurrección con el resplandor de su semblante y con el candor del vestido blanco, aterrando así a los malvados y halagando a los buenos; por esto sigue: "Y de temor de él", etcétera.
 
Rábano
Los que no confían en su amor se aterran por la ansiedad del temor y los que no quieren creer la verdad de su resurrección quedan como muertos.
 
Crisólogo, sermon 75
Guardaban el sepulcro por crueldad y no por un acto de piedad. No puede sostenerse aquél a quien la conciencia abate y el remordimiento precipita. Por eso el ángel aterra a los impíos y habla y consuela a los buenos.
Sigue: "Mas el ángel tomando la palabra", etc.
 
San Jerónimo
Los guardias, aterrados, cayeron como muertos y el ángel, no los levanta sino que anima a las mujeres, diciendo: "No tengáis miedo vosotras"; como diciendo: Teman aquellos que permanecen en la incredulidad. Pero vosotras, como buscáis a Jesucristo crucificado, oíd que ya resucitó, cumpliendo lo ofrecido. Por esto sigue: "Porque sé que buscáis a Jesús el que fue crucificado".
 
Crisólogo, sermon 77
Buscaban al crucificado y muerto, a pesar de que los terribles acontecimientos de la pasión habían perturbado en parte su fe. Pero había sido tal el ímpetu de su amor, que buscaban al Señor del cielo aun en el sepulcro. "No está aquí".
 
Rábano
Esto es, en cuanto a presencia corporal porque en cuanto a la Divinidad, está en todas partes. "Porque ha resucitado como dijo".
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90
Como diciendo: Y si no me creéis, acordaos de sus palabras. Y todavía añade una nueva razón, cuando dice: "Venid y ved el lugar donde había sido puesto el Señor".
 
San Jerónimo
Y si no creéis en mis palabras, creed en el sepulcro vacío.
 
Crisólogo, sermon 76
El ángel menciona primero el nombre, habla de la cruz y habla de la pasión. Pero luego reconoce la resurrección y a su Señor. Así el ángel, después de tanto tormento y del sepulcro, reconoce a su Señor. ¿Por qué el hombre ha de creer rebajado a su Dios cuando lo ve en carne mortal? ¿o ha de considerar que desfalleció su poder en la pasión? Dice que fue crucificado y muestra el lugar donde había sido enterrado el Señor para que no se creyese que era otro, sino el mismo, resucitado de entre los muertos. Y si el Señor volvió a su propia carne y da señales evidentes de su resurrección, ¿por qué ha de pensar el hombre que vendrá en otra carne? ¿O es que el siervo desdeña su propia carne, siendo así que el Señor no cambió la nuestra?.
 
Rábano
Por medio de estas palabras, no sólo se ofreció ocasión de alegría al alma interior, sino que se debió poner de manifiesto a los que verdaderamente lo amaban. Por ello sigue: "Y marchando pronto", etc.
 
Crisólogo, sermon 76
Como diciendo: Mujer ya santificada, vuelve al hombre; persuádelo a que crea, ya que antes le enseñaste a pecar; cuéntale cómo es verdad que Jesús ha resucitado, una vez que antes fuiste la causa de su ruina. "Y he aquí va delante de vosotros, etc.
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90
Les dice esto para asegurarles que no corren peligro alguno, para que así el temor no enfríe su fe.
 
San Jerónimo
Estas palabras: "Va delante de vosotros, a Galilea" quieren decir en sentido espiritual que iba al país inmundo de los gentiles donde antes habitaba el error y la corrupción y el pie no hallaba vestigio firme y estable.
Sigue: "Allí le veréis; he aquí que os lo he avisado de antemano".
 
Beda, in homilia super Venid Maria Magdalene
El Señor fue visto en Galilea por sus discípulos cuando ya había pasado de la muerte a la vida, de la corrupción a la inmortalidad. Galilea quiere decir migración. ¡Felices las mujeres, que merecieron anunciar al mundo el triunfo de la resurrección! Y más felices las almas que en el día del juicio (mientras los réprobos se aterran) merezcan entrar en el goce de la bienaventurada resurrección.
 
Notas
1. La siguiente interpretación está fundada en la traducción hecha por la Vulgata del griego opse de sabbatön por "la tarde del sábado" (vespere autem sabbati). Sin embargo, esta traducción no es muy exacta. Debería traducirse más bien por "después de terminado el sábado" o "al final de los sábados", es decir, "al final de la semana", lo cual armoniza perfectamente con la siguiente frase: "en la aurora del primer día de la semana".
2. Es decir, que sigue a las horas diurnas del sábado, mientras hay luz del sol.
3. Se trata de María la de Santiago ( Mc 16,1; Lc 24,10), madre de Santiago el Menor y de José ( Mt 27,56).

08-10

Y salieron al punto del sepulcro, con miedo y con gozo grande, y fueron corriendo a dar las nuevas a los discípulos. Y he aquí, Jesús les salió al encuentro diciendo: "Dios os guarde". Y ellas se llegaron a El, y abrazáronle sus pies y le adoraron. Entonces les dijo Jesús: "No temáis: id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan a la Galilea; allí me verán". (vv. 8-10)
 
San Hilario, in Matthaeum
Las mujeres fueron instruidas por medio del ángel. En seguida les salió al encuentro el Salvador, para que al anunciar la resurrección a los ansiosos discípulos, no pudiesen decir que hablaban únicamente porque el ángel se lo había dicho, sino porque lo habían oído de boca del mismo Salvador. Por esto sigue: "Y salieron al punto del sepulcro con miedo y con gran gozo".
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3, 23-24
Se dice que salieron del sepulcro, esto es, de aquel lugar donde estaba el espacio del huerto que se había cavado delante de la piedra.
 
San Jerónimo
Dos sentimientos agitaban a aquellas mujeres: el del gozo y el del temor. El primero por el deseo de que resucitase y el segundo por la magnificencia del milagro y los dos adquirían mayores proporciones, porque tenían lugar en mujeres. Por esto sigue: "Y fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos". Se dirigían, pues, a los Apóstoles, para que empezase a esparcirse por medio de ellos la semilla de la fe. Y las que así buscaban y las que así corrían merecieron que el Salvador resucitado les saliese al encuentro. Por esto sigue: "Y he aquí Jesús les salió al encuentro, diciendo: Dios os guarde".
 
Rábano
Con esto da a conocer que sale siempre al encuentro ayudando a todos aquellos que emprenden el camino de las virtudes para que puedan llegar a la eterna salvación.
 
San Jerónimo
Las primeras mujeres merecieron oír: "Que Dios os guarde", porque así quedaba deshecha la maldición de la mujer Eva, en estas mujeres.
 
Crisólogo, sermon 76
Estas mujeres son figura de la Iglesia porque Jesucristo reprende a sus discípulos cuando dudan acerca de su resurrección y los confirma cuando vacilan. Cuando sale al encuentro de estas mujeres, no las asusta con su poder, sino que las previene con el ardor de su caridad. Porque Jesucristo se saluda en su Iglesia, que ha recibido en su propio cuerpo.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3, 23-24
Deducimos que estas mujeres hablaron dos veces con los ángeles. La primera cuando iban al sepulcro, es decir, cuando vieron un solo ángel (de quien hablan San Mateo y San Marcos) y la segunda cuando después vieron dos (como dicen San Lucas y San Juan). También encontraron al Señor dos veces; una en aquel sitio en que María lo confundió con un hortelano y la otra ahora, cuando sale al encuentro de las mujeres en el camino, para confirmarlas por segunda vez, separando de ellas todo temor.
 
Crisólogo, sermon 76
Allá no les permitió que lo toquen. Pero aquí no sólo se lo permite, sino que incluso lo detengan y lo abracen. Por esto sigue: "Y ellas se llegaron a El y abrazáronle los pies y le adoraron".
 
Rábano
Ya se ha dicho antes que resucitó estando cerrado el sepulcro, dando a conocer así que su cuerpo era inmortal a pesar de haber sido muerto y encerrado en el sepulcro. Quiso detener a las mujeres para demostrarles claramente que tenía carne, la misma que era tocada por los mortales.
 
Crisólogo, sermon 76
Las mujeres, como tipo de la Iglesia, abrazan los pies de Jesucristo, que representan la predicación evangélica y obtienen con su prisa que el Salvador detenga también sus pasos para que ellas puedan honrar a la divinidad entera. Pero aquella otra que sobre la tierra llora a su Señor y por esto lo busca muerto en el sepulcro ignorando que reina en el cielo con el Padre, merecidamente oyó estas palabras: "No me toques" ( Jn 20,17). Nosotros cuando conocemos las cosas divinas vivimos para Dios y cuando gustamos de las cosas humanas nos cegamos a nosotros mismos. Detuvieron los pies del Señor, para poder conocer en El mismo que era hombre y que ellas estaban a sus pies y que se les había concedido seguirlo y no preceder a Jesucristo. Lo mismo que había dicho el ángel dijo el Señor y así confirmó todavía más a aquéllas a quienes el ángel había confirmado ya.
Sigue: "Entonces les dice Jesús: no temáis".
 
San Jerónimo
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, ha de observarse que cuando ha habido alguna aparición extraordinaria, se ha cuidado siempre de quitar el temor, para que así, calmada la inteligencia, se pueda oír lo que se dice.
 
San Hilario, in Matthaeum
Por el contrario, el orden de la causa principal se transforma, porque como la muerte había venido por medio de una mujer, debió ser una mujer la primera que viese y anunciase la gloria de la resurrección. Por esto el Señor añade: "Id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan a Galilea: allí me verán".
 
Crisólogo, sermon 76
Llama hermanos a aquellos a quienes hizo participantes de su cuerpo. Llama hermanos a aquellos quienes el bondadoso heredero constituyó consigo mismo como coherederos y llama hermanos a aquellos a quienes adoptó por hijos del Padre.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3, 23-25
El Señor no había de darse a conocer en el lugar en donde se había dejado ver por vez primera, sino en Galilea (en donde fue visto después) y donde mandó que podía ser visto, tanto por medio del ángel, como por sí mismo. Esto es un misterio cuya comprensión todo fiel debe buscar. Galilea quiere decir migración o revelación. En el primer sentido, ¿qué otra cosa puede entenderse sino que la gracia de Jesucristo había de salir del pueblo de Israel, para emigrar a los gentiles, quienes de ningún modo hubieran creído a los Apóstoles cuando les predicaban el Evangelio, si el mismo Dios no hubiese preparado el camino de los corazones de los hombres? Y en este sentido se toman aquellas palabras: "Va delante de vosotros a Galilea". Y cuando se añade: "Allí le veréis", se entiende: "allí encontraréis a sus miembros", o lo que es lo mismo, "le veréis allí vivo en cuerpo, en todo lo que podréis conocerle". Pero en el segundo sentido, según el cual Galilea significa "revelación", la idea puede ser que El no iba a estar más en la forma de siervo, sino en aquella en que es igual al Padre. Aquélla será una revelación que se puede entender como una verdadera Galilea, cuando seamos semejantes a El y le veamos como es ( 1Jn 3,2). Entonces, también, será cuando se realizará el más feliz paso desde este mundo a la eternidad.

11-15

Y mientras ellas iban, he aquí algunos de los guardas fueron a la ciudad, y dieron aviso a los príncipes de los sacerdotes de todo lo que había pasado. Y habiéndose juntado con los ancianos y tomado consejo, dieron una grande suma de dinero a los soldados, diciendo: "Decid que vinieron de noche sus discípulos y lo hurtaron, mientras que nosotros estábamos durmiendo. Y si llegase esto a oídos del presidente, nosotros se lo haremos creer, y miraremos por vuestra seguridad". Y ellos tomando el dinero lo hicieron conforme habían sido instruidos. Y esta voz que se divulgó entre los judíos dura hasta hoy día. (vv. 11-15)
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 91
De las señales que aparecieron acerca de Jesucristo, unas fueron conocidas en todo el mundo, como las tinieblas, y otras sólo por los soldados que guardaron el sepulcro, como la admirable aparición del ángel y el terremoto. Las que se verificaron para los soldados sucedieron así para que se asustasen y diesen ellos mismos testimonio de la verdad. La verdad cuando es publicada por los que la contradicen brilla más, lo cual sucedió en este caso. Por esto dice: "Y mientras ellas iban (esto es, las mujeres), he aquí que algunos de los guardas fueron a la ciudad y dieron aviso a los príncipes de los sacerdotes", etc.
 
Rábano
La sencillez del alma y la ignorancia de los hombres es la que manifiesta en muchas ocasiones la verdad de una cosa tal y como es, sin engaño de ninguna especie. Por el contrario, la astuta malicia pugna por hacer pasar lo falso por verdadero.
 
San Jerónimo
Por lo tanto, los príncipes de los sacerdotes, que debieron hacer penitencia y buscar a Jesucristo resucitado, persisten en su malicia y malversan el dinero que han recibido para las necesidades del templo en comprar una mentira, como antes habían entregado a Judas las treinta monedas de plata. Por esto sigue: "Y habiéndose juntado con los ancianos y tomado consejo, dieron una grande suma de dinero", etc.
 
Crisólogo, sermon 76
No se contentaron con matar al Maestro, sino que ahora intentan el modo de perder a los discípulos, haciendo aparecer como crimen de éstos lo que es un poder del Maestro. Es incontestable que los soldados se habían dejado perder. Los judíos habían perdido su víctima y los discípulos habían recobrado su Maestro, no por medio del hurto sino por la fe; no por el engaño, sino por la virtud; no por el crimen, sino por la santidad; no muerto, sino vivo.
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90,1
¿Cómo podían robarlo los discípulos, siendo así que eran pobres, ignorantes y que ni se atrevían a presentarse en público e inclusive viéndole vivo huyeron? ¿Cómo no hubiesen temido a tantos soldados después de muerto? ¿Acaso hubieran podido haber destruido la puerta del sepulcro? Esta era una piedra grande, necesitaba de muchas manos. ¿Y acaso no tenía también puesto un sello? ¿y por qué no lo robaron en la primera noche cuando nadie guardaba el sepulcro? En el sábado fue cuando pidieron a Pilatos la guardia. ¿Y qué querían decir después aquellos sudarios que San Pedro vio caídos en el suelo? Por lo tanto, si hubiesen querido robarlo, no hubieran robado el cuerpo desnudo, no sólo por no injuriarle, sino también por no tardar en la salida, dando lugar a que los soldados los detuviesen. Además, la mirra estaba adherida al cuerpo y a los vestidos y siendo tan pegajosa, no podrían fácilmente separarse los vestidos del cuerpo. Por lo tanto, no puede admitirse lo que dicen respecto del robo. Los que se empeñan en decir esto para oscurecer la resurrección, colaboran haciéndola brillar más. En efecto, cuando dicen que los discípulos lo han robado, confiesan que no está el cuerpo en el sepulcro. Manifiestan que es falso el robo tanto la guardia de los soldados, como el temor de los discípulos.
 
Remigio
Y si los guardias se durmieron, ¿cómo vieron el robo? Y si no lo vieron, ¿cómo pudieron probarlo? Y por lo tanto, no pudieron probar lo que quisieron.
 
Glosa
Y para que no se desdijesen los soldados, por temor a que el procurador castigase su descuido, añadieron: "Y si llegase esto a oídos del presidente, nosotros se lo haremos creer y miraremos por vuestra seguridad".
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90,2
Véase aquí cómo todos fueron corrompidos: Pilatos fue engañado, el pueblo judío excitado y los soldados sobornados. Por esto sigue: "Mas ellos tomando el dinero, lo hicieron conforme habían sido instruidos". Si el dinero tuvo tanto poder respecto del discípulo al punto que lo hizo entregar a su Maestro, no te admire que los soldados también sean vencidos por el dinero.
 
San Hilario
Por lo tanto, por dinero se compra el silencio de la resurrección y la mentira de un robo, porque apegados a las cosas del mundo, los que viven en la codicia del dinero niegan la gloria de Jesucristo.
 
Rábano
Así como el crimen de sangre que ellos se habían atraído pesaba como carga insoportable de pecado sobre su posteridad, así el soborno de una mentira para negar la verdad de la resurrección los abruma con perpetua condenación. Por lo que sigue: "Y esta voz, que se divulgó entre los judíos, dura hasta hoy día".
 
San Severo
Se divulgó esto entre los judíos, mas no entre los cristianos. Lo que en la Judea encubría el judío con el oro, brilló en todo el mundo por medio de la fe.
 
San Jerónimo
Todos los que abusan de lo que se da para beneficio del templo y para las necesidades de la Iglesia dedicándolo a otros usos, para satisfacer su propia voluntad, son semejantes a los escribas y a los sacerdotes, que compran la mentira y la sangre del Salvador.

16-20

Y los once discípulos se fueron a la Galilea al monte, a donde Jesús les había mandado. Y cuando lo vieron, le adoraron: mas algunos dudaron. Y llegando Jesús les habló diciendo: "Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: enseñándolas a observar todas las cosas que os he mandado: y mirad que yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del siglo". (vv. 16-20)
 
Beda
Después que fue anunciada la resurrección por el ángel, San Mateo aseguró que los discípulos también se encontraron con el Señor, diciendo: "Y los once discípulos se fueron a Galilea, al monte, a donde Jesús les había mandado". Porque cuando el Señor iba a padecer había dicho a sus discípulos: "Después que resucite os precederé a Galilea" ( Mt 26,32). El ángel también había dicho a las mujeres: "Decid a sus discípulos, que va delante de vosotras a Galilea" ( Mc 16,7). Por lo que los discípulos obedecieron el mandato del Maestro. Puntualmente los once se presentan y le adoran; uno de los discípulos ya había perecido y fue el que había entregado a su Señor y Maestro.
 
San Jerónimo
Por lo tanto, Jesús fue visto en el monte de Galilea después de su resurrección y allí fue adorado y aun cuando algunos lo duden, su duda aumentará nuestra fe: "Y cuando lo vieron, le adoraron; mas algunos dudaron".
 
Remigio
Esto lo refiere más extensamente el evangelista San Lucas. Dice, pues, que cuando el Señor resucitó de entre los muertos y se apareció a sus discípulos, ellos asustados creían que veían un espíritu.
 
Beda
El Señor se les apareció en un monte, para dar a entender que el cuerpo que había tomado de la tierra al nacer -como sucede con todos los hombres- ya estaba elevado sobre todas las cosas terrenas cuando resucitó y enseñaba a los fieles que si deseaban allí ver la magnificencia de su resurrección, debían esforzarse por pasar de las más bajas pasiones a los más elevados deseos. Además, Jesús precede a sus discípulos en Galilea porque Jesucristo resucitó de entre los muertos constituyéndose en primicias de los que mueren. Siguen también los que son de Jesucristo y pasan a su imitación, de la muerte a la vida, contemplando a la divinidad en su esencia. Por esta razón sucedió todo esto en Galilea, que quiere decir revelación.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum 3,25
Pero debe considerarse cómo pudo ser visto el Señor en Galilea de una manera corporal, siendo así que no fue visto en el mismo día en que resucitó, a no ser que alguien diga que no fueron los once discípulos que ya entonces se llamaban apóstoles, sino que estuvieron allí otros once discípulos del gran número de los que Jesús tenía. Porque el Señor fue visto en Jerusalén el mismo día, pero fue al principiar la noche, como dicen claramente San Lucas y San Juan, que en esto están conformes. Tampoco fue visto en los ocho días siguientes, después de los cuales dice San Juan que el Señor se apareció a sus discípulos. Esto fue cuando se apareció por primera vez a Santo Tomás que no le había visto en el día de su resurrección. Pero en todo esto hay una dificultad. San Juan cuando lo refiere, no dice que estaban los once en el monte, sino junto al mar de Tiberíades y que fueron siete los que vieron al Señor cuando estaban pescando: "Ya era ésta la tercera vez en que Jesús se aparecía a sus discípulos" ( Jn 21,14). Esto debe entenderse respecto del número de días y no respecto del número de manifestaciones y si queremos entender que dentro de los ocho días antes que Santo Tomás le viese, el Señor fue visto por los once discípulos, ésta no era la tercera manifestación, la que tenía lugar junto al mar de Tiberíades, sino la cuarta y por esto debemos comprender que después de todas estas cosas sucedió el hecho de los once discípulos que vieron al Salvador en el monte de Galilea. Encontramos también que los cuatro evangelistas están conformes en decir que el Señor fue visto diez veces después de su resurrección: una por las mujeres en el sepulcro; otra por las mismas cuando salían del sepulcro y en el camino; la tercera vez por San Pedro; la cuarta, por los dos discípulos que iban a Emaús; la quinta por muchos en Jerusalén donde no estaba Santo Tomás; la sexta, cuando fue visto por Santo Tomás; la séptima, junto al mar de Tiberíades; la octava, en el monte de Galilea, como refiere San Mateo; la novena, cuando estaban a la mesa, -como cuenta San Marcos- porque ya no pertenecían a la tierra sino que debían ser invitados por el Señor; la décima, en el mismo día, no ya sobre la tierra sino elevado en las nubes cuando subía a los cielos, como refieren tanto San Marcos como San Lucas. Es importante tener presente en todo esto lo que dice San Juan, que no fueron escritas todas las cosas, de donde se deduce que el trato del Salvador con sus discípulos era frecuente en el espacio de cuarenta días antes de su ascensión a los cielos.
 
Remigio
Y cuando los discípulos vieron al Señor, lo reconocieron y postrándose en tierra lo adoraron. Por esto el piadoso y clemente Maestro, se aproximó a ellos para arrancar de sus corazones toda clase de dudas y los confirmó en la fe. "Y llegando Jesús les habló diciendo: se me ha dado toda potestad en los cielos y en la tierra".
 
San Jerónimo
Le había sido dada esta potestad a Aquél que poco antes había sido crucificado, que había sido encerrado en su sepulcro y que resucitó después.
 
Beda
No puede decirse esto en cuanto a la divinidad, por la que es coeterno con el Padre, sino respecto de la humanidad que había tomado en la tierra y en virtud de la cual se había rebajado hasta ser poco menos que los ángeles.
 
San Severo
Por lo tanto, el Hijo de Dios comunicó al Hijo de la Virgen, Dios al hombre, la divinidad a la carne, lo que siempre posee con el Padre.
 
San Jerónimo
Se le dio toda potestad en el cielo y en la tierra, porque Aquél que antes sólo reinaba en el cielo, por la fe de los creyentes debía reinar ahora en la tierra.
 
Remigio
Esto ya lo había dicho el Salmista cuando se refería a la resurrección del Señor: "Lo has constituido sobre todas las obras de tus manos" ( Sal 8,7) y esto es lo que ahora dice el Señor: "Me ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra". Y aquí debe entenderse que los ángeles ya sabían que estaban sujetos al Dios hombre antes que el Señor resucitase de entre los muertos. Y queriendo Jesucristo dar también a conocer a los hombres que se le había dado toda potestad en el cielo y en la tierra, les mandó predicadores para que anunciasen la palabra divina a todas las naciones. Por esto sigue: "Id, pues y enseñad a todas las gentes".
 
Beda
El que había dicho antes de su pasión: "No vayáis por el camino de los gentiles" ( Mt 10,5), cuando resucitó de entre los muertos, les dijo: "Id y enseñad a todas las gentes", por lo que se equivocan los judíos diciendo que Jesucristo había de venir únicamente para su salvación. Avergüéncense también los donatistas 1, que deseando encerrar en una localidad la misión de Jesucristo, dijeron que únicamente había venido para salvar a los africanos y no a los habitantes de las demás naciones.
 
San Jerónimo
En primer lugar enseñan a todas las gentes y después de instruirlas las bautizan con agua. No puede suceder que el cuerpo sea quien reciba el sacramento del bautismo, a no ser que el alma reciba antes la verdad de la fe 2. Por esto dice: "Bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Porque siendo una misma la divinidad de las Personas, debía ser una misma la gracia que concediesen. La palabra Trinidad significa un solo Dios.
 
San Severo
Por lo tanto, todas las naciones son dirigidas hacia su salvación por la misma potestad que las creó para la felicidad eterna.
 
Dídimo, De Spiritu sancto, l. 2
Aun cuando puede existir algún demente que se empeñe en bautizar suprimiendo algunos de los tres nombres antedichos -esto es, oponiéndose a la ley de Jesucristo- bautizará pero sin validez y por eso no podrá librar del pecado a aquellos a quienes creyese bautizados. De esto se deduce cuán indivisible es la esencia de la Trinidad y que el Padre es verdadero Padre del Hijo, que el Hijo es verdadero Hijo del Padre y que el Espíritu Santo es verdaderamente el Espíritu del Padre y de Dios Hijo y que además lo es de la Sabiduría y de la Verdad, que es el Hijo. Este es el fundamento de la felicidad de los creyentes y todo el Plan de la salvación está basado en esta Trinidad.
 
San Hilario
¿Qué hay que pueda contribuir a la salvación de los hombres que no esté contenido en este sacramento? Todo lo necesario está pleno en él, pues proviene de Aquel que es pleno y perfecto. En efecto, dicho sacramento tiene el nombre de su naturaleza en el Padre, en el sentido en que sólo el Padre es padre, porque su paternidad no proviene de otro al modo humano: El es ingénito, eterno y subsiste siempre en sí de modo que sólo es conocido por el Hijo. Y el Hijo es como la descendencia del ingénito, uno del uno, verdadero del verdadero, vivo del vivo, perfecto del perfecto, potencia de la potencia, sabiduría de la sabiduría, gloria de gloria, imagen de Dios invisible, forma 3 del Padre ingénito. El Espíritu Santo no puede separarse de la confesión esencial del Padre y del Hijo y en verdad, en ninguna parte falta este consuelo de nuestra esperanza. En los efectos de sus dones está la prenda de las futuras promesas. Es la luz de las inteligencias y el esplendor de las almas. Todo esto, aun cuando los herejes no pueden cambiarlo, lo quieren acomodar a la humana inteligencia, porque Sabelio 4 dice que el Padre está en el Hijo y cree que la distinción entre el Padre y el Hijo es cuestión de nombres más que de realidades, porque imagina que el Hijo es el mismo que el Padre. Ebión 5 se esfuerza en demostrar que en María está exclusivamente el origen del Hijo de Dios, y en realidad no hace proceder al hombre de Dios sino a Dios del hombre. Los arrianos dicen que la forma, la sabiduría y el poder de Jesucristo, en cuanto Dios, proceden de la nada y han principiado en el tiempo. ¿Qué de extraño tiene que piensen también del Espíritu Santo de diferente modo, si son tan temerarios que invierten y cambian tales cosas respecto del Hijo de quien también procede el Espíritu Santo?
 
San Jerónimo
Este orden se considera como esencial. Mandó a sus Apóstoles que enseñasen primero a todas las gentes, después que los bautizasen con el sacramento de la fe y que después de la fe y del bautismo les enseñasen todo lo que debían hacer. Por esto sigue: "Enseñándolas a observar todas las cosas que os he mandado".
 
Rábano
Así como el cuerpo está muerto cuando carece de espíritu, la fe está muerta cuando carece de obras.
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90,2
Y como les había hecho encargos de mucha importancia, queriendo animarlos les dice: "Y mirad que yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos". Como diciendo: "y no digáis que es difícil cumplir lo que se os manda, porque estoy yo con vosotros, que todo lo facilito". No dijo que estaría con ellos, sino con todos los que creyesen después de ellos. Por lo tanto, hay que decir que los Apóstoles no vivirían hasta la consumación de los siglos, en atención a que estas palabras deben entenderse como dirigidas a todo el cuerpo de fieles.
 
Rábano
De aquí se desprende que no habrán de faltar fieles que sean dignos de la eterna felicidad hasta la consumación de los siglos.
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90,2
Les recuerda la consumación de los siglos para atraerlos mejor y para que no sólo vean lo presente, sino que además conozcan aquellos beneficios que habrán de permanecer siempre, como diciendo: "la aflicción que sufriréis concluirá con esta vida, pero vendrá después la otra que no tendrá fin y los beneficios de que disfrutaréis, subsistirán siempre".
 
Beda
Se pregunta cómo dice: "Yo estoy con vosotros", cuando dice en otro lugar: "Voy a Aquél que me envió" ( Jn 16,5). Porque unas cosas son las que pertenecen a la humanidad y otras las que pertenecen a la divinidad. Irá al Padre por la humanidad y permanece con sus discípulos, en cuanto a la divinidad. Respecto de lo que dijo: "Hasta la consumación del siglo", pone lo finito por lo infinito. Porque el que en la vida presente permanece con sus escogidos protegiéndolos, también estará con ellos después que ésta haya concluido, premiándolos.
 
San Jerónimo
El que promete estar con sus discípulos hasta el fin de los tiempos, manifiesta que ellos habrán de vencer siempre y que El nunca se habrá de separar de los que crean.
 
San León Magno, sermones 72
Y el que sube a los cielos, no abandona a los adoptados sino que los alienta a la paciencia, a la vez que los invita a la gloria; de cuya gloria nos haga participantes el mismo Jesucristo, Rey de la gloria, que es Dios bendito, por todos los siglos. Amén.
 
Notas
1. Herejía norafricana que toma su nombre de Donato, obispo cismático de Cartago en el siglo IV. Los donatistas sotenían que los sacramentos administrados por ministros indignos eran inválidos, negando así su eficacia "ex opere operato" en virtud del poder de Cristo, el único y verdadero ministro de los sacramentos. Fueron refutados por San Agustín.
2. La misión de bautizar está implicada en la misión de evangelizar, porque el sacramento es preparado por la Palabra de Dios y por la fe que es consentimiento a esta Palabra. Ver Catecismo de la Iglesia Católica, 1122.
3. "Forma" tiene aquí probablemente el mismo significado que "imagen". Estos dos términos aparecen juntos en muchos pasajes de La Trinidad de San Hilario.
4. Sabelio, fundador de la herejía conocida como sabelianismo en el siglo III. Sostenía que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas distintas realmente entre sí, sino manifestaciones del único Dios existente.
5. Ebión es el nombre del supuesto fundador de de la llamada secta de los ebionitas. Estos negaban la divinidad del Señor Jesús, considerándolo un simple hombre, aunque nacido de manera extraordinaria. Sus orígenes se remontan al siglo I y San Hilario (310-367) la considera aún viva en su tiempo.