Sofonías.


Introducción. 1. El Día de Yahvé. 2. Devastación de las naciones paganas. 3. El Juicio punitivo de Dios.

 

Introducción.

 

La persona del profeta y época de su ministerio.

Sofonías (en hebreo Sefanyah: "Yahvé ha guardado") 1. El nombre aparece en diversos textos del A.T. Nuestro profeta es presentado como descendiente de un tal Ezequías, que algunos críticos identifican con el famoso rey reformador del tiempo de Isaías. De hecho se dan varios progenitores hasta llegar al de Ezequías. Pero el bisabuelo de Sofonías (Amarías) que es presentado como hijo de Ezequías, nos es desconocido como hijo del famoso rey. Algunos autores explican la minuciosa y amplia genealogía del profeta porque aparece como hijo de Cusí (el etíope); y entonces el hagiógrafo tiene interés en aclarar su verdadera ascendencia judaica. No faltan comentaristas que han querido identificar a nuestro profeta con el Sofonías sacerdote que aparece en tiempos de Sedecías 2.

Como sus oráculos se centran en torno a Jerusalén, se supone que la capital era el lugar de su residencia, y quizá de su nacimiento. El título del libro sitúa la actividad profetica de Sofonías en tiempos de Josías (640-609), sin concretar más. Pero como en sus oráculos se habla de los abusos de prácticas idolátricas de tipo asirio, se sigue que su predicación tuvo lugar antes de la reforma religiosa del piadoso rey Josías, en el año 622-21, en que fue hallado el libro de la Ley en los fundamentos del templo 3. Así, parece que ejerció su ministerio antes de Jeremías, quien comenzó hacia el 627 a.C. Como Nahum, anuncia la ruina de Nínive, aunque sin el relieve y dramatismo con que la describe este profeta 4.

 

Contenido y estructura del libro.

Como otros profetas, Sofonías centra su atención en el llamamiento a la penitencia del pueblo, anunciando el terrible juicio de Dios. El estilo es conminatorio y terrorífico (Dies irae, dies illa, 1:15): "Se acerca el día de Yahvé.; el estruendo del día de Yahvé es horrendo. Día de ira es aquél, día de angustia y de congoja, día de ruina y asolamiento, día de tiniebla y oscuridad, día de sombras y densos nublados, día de trompeta y alarma."5. Estos vaticinios conminatorios se dirigen contra Jerusalén, pero también contra las naciones paganas.

Podemos dividir los oráculos de Sofonías del modo siguiente:

 

1. Parte conminatoria: 1:2-3:8.

Juicio sobre Judá: 1:1-2:3.

Juicio contra los gentiles: 2:4-15.

Juicio sobre Jerusalén: 3:1-8.

2. Parte consolatoria: 3:9-20.

Fruto del juicio: et conocimiento de Dios: 3:95.

La salvación mesiánica: 3:11-20.

 

En este esquema encontramos la disposición general de los libros de Isaías y de Ezequiel: juicio sobre Judá, juicio sobre las naciones, y promesas de restauración. Esta distribución lógica probablemente es obra del compilador posterior, como lo es en los otros dos profetas citados. La nota religiosa del libro de Sofonías es su interés por los valores éticos fundamentales. En esto se sitúa en la línea de Amos, Isaías y Jeremías. El castigo de Dios es inexorable, porque Judá es pecador y contumaz en la rebeldía. Pero Dios quisiera privarle de esta prueba punitiva 6.

 

Autenticidad.

La crítica racionalista ha querido negar en gran parte la paternidad literaria de este libro a Sofonías. Hoy día los críticos se muestran más moderados, y, aun admitiendo que hay pasajes que parecen llevan un sello posterior, admiten la autenticidad del libro tal como lo proclama la tradición. En general, los críticos desconfían de la autenticidad del c.3 y de los vaticinios contra Moab y Amón 7, y aun del anuncio de la ruina de Nínive 8. Los fundamentos para estas dudas son de índole literaria.

 

Texto, versiones y canonicidad.

En general, el TM es bastante bueno, y 110 encontramos muchas transposiciones, aunque no faltan algunas glosas.

Las versiones confirman estas suposiciones y contribuyen a aclarar algunos pasajes oscuros.

En cuanto a la canonicidad del libro, no ha habido dificultad alguna para admitirlo en el catálogo de libros sagrados entre los judíos y cristianos. En el Τ. Ν. no encontramos ninguna alusión clara a Sofonías; en el A.T., sin embargo, se discuten las relaciones literarias entre Ez 22:24-28 y Sof 3:1-4; Jl 2:2 y Sof 1:15. En la liturgia latina, el Dies illa dies irae del oficio de difuntos está tomado de Sof 1:15.

 

1 La grafía de Sofonías de la Vulgata deriva de la versión de los LXX. — 2 Cf. 2 Re 25:18. — 3 Cf. 2 Re 22:3-23:3. — 4 Cf. Sof 2:13-15. — 5 Sof 1:14-16. — 6 Sof 3:17. — 7 Sof 2:8-11. — 8 Sof 2:15.

 

 

1. El Día de Yahvé.

 

Oráculo contra los idólatras (1-6).

1 Palabra de Yahvé dirigida a Sofonías, hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Exequias, en los días de Josías, hijo de Amón, rey de Judá: 2 Yo haré perecer totalmente cvianto hay sobre la haz de la tierra, oráculo de Yahvé. 3 Haré perecer hombres y animales, aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar. Yo haré tropezar a los impíos y exterminaré a los hombres de sobre la haz de la tierra, oráculo de Yahvé. 4 Yo tenderé mi mano sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén y exterminaré de este lugar los restos de Baal y el nombre mismo de los arúspices entre los sacerdotes, 5 y a los que en los terrados se postran ante la milicia de los cielos,y a los que, postrándose ante Yahvé, juran por Milcom, 6 y a los que se apartan de Yahvé y no le buscan ni se acuerdan de EL.

 

La larga genealogía parece que obedece a la preocupación de llegar a un. personaje importante llamado Exequias, que bien puede ser el famoso rey de Judá (727-698 a.C.). El ministerio de Sofonías se desarrolló durante el reinado del piadoso Josías (640-609), muerto en la batalla de Megiddo contra Necao II de Egipto (609 a.C.). En su tiempo se emprendió una reforma religiosa inspirada en la predicación de Jeremías, como la anterior de Ezequías había sido promovida por Isaías.

El oráculo de Sofonías se abre ex abrupto anunciando un castigo general sobre todos los pecadores de Judá en sus distintas clases. La oratoria es altisonante y enfática, pues se dice con hipérbole que desaparecerán en el castigo todos los seres vivientes: hombres, animales, aves y peces del mar (v.3). Es la preocupación de los profetas por asociar la naturaleza a las manifestaciones punitivas y misericordiosas de Yahvé, Señor de todo lo creado.

Después de la hiperbólica introducción amenazadora, el profeta dirige sus palabras contra los que se entregan a prácticas idolátricas en Judá. Los profetas fueron siempre los campeones del yahvismo puro, sin infiltraciones idolátricas; y por eso lucharon contra las contaminaciones cultuales de los baales cananeos. Ahora el profeta anuncia que serán exterminados los últimos restos de Baal (v.4) 1, y con ellos hasta el nombre de los arúspices o kemarim, los sacerdotes de los ídolos, que podían haberse infiltrado entre los sacerdotes de Yahvé.

Yahvé va a hacer una limpia de los propagadores de la idolatría o del culto sincretista, en el que se da parte de culto a Yahvé y parte a los ídolos. Después de anunciar el castigo de los promotores de la idolatría, el profeta anuncia también el exterminio de los que sobre los terrados se postran ante la milicia del cielo (ν.6), clara alusión a los cultos astrales, que se habían puesto de moda en tiempos de los reyes Acaz y Manases como consecuencia de la influencia asiría 2. También serán castigados los que adoran juntamente a Yahvé y juran por Milcom, dios de los amonitas 3, cuyo nombre era paralelo al del Moloc de los moabitas, relacionados con la palabra semita melek (rey).

 

Contra los dignatarios de Judá (7-11).

7 ¡Silencio en la presencia del Señor, Yahvé! Porque se acerca el día de Yahvé. Porque ha preparado Yahvé un sacrificio y ha santificado a sus invitados, 8 Sucederá en el día del banquete de Yahvé que yo visitaré a los príncipes y a los hijos del rey y a todos los que visten con vestiduras extranjeras. 9 Visitaré en aquel día a los que corretean por el umbral e hinchen las casas de sus señores de rapiñas y de fraudes. 10 Y en aquel día, dice Yahvé, se alzaré, gran gritería desde la puerta de los Peces,y gran clamor desde la Ciudad Nueva, y gran estruendo desde las colinas. 11Lamentaos, moradores de la Muela, porque todo el pueblo de mercaderes ha sido destruido, han sido exterminados todos los que traían cargas de plata.

 

Este oráculo de exterminio va dirigido contra los altos dignatarios "de la corte, responsables de la situación social, y contra los mercaderes desaprensivos, causantes con sus exacciones del malestar general. Enfáticamente, el profeta invita a todos al silencio para asistir como testigos mudos a la gran hecatombe que va a realizar Yahvé: ¡Silencio en la presencia del Señor, Yahvé! (v.7). Se acerca el día de Yahvé, día de castigo para los prevaricadores. Yahvé ha preparado un sacrificio o inmolación de pecadores4. Sus invitados han sido santificados por el mismo Yahvé, e.d., tratados como víctimas purificadas de sus máculas para ser aptas para el sacrificio. La imagen es la de un banquete sacrificial para el que han sido escogidas y santificadas con purificaciones rituales las víctimas.

Y entre las víctimas estarán en primer lugar los principes e hijos del rey y los que se visten con vestiduras extranjeras, e.d., los que se habían extranjerizado en sus modas y costumbres, con el consecuente desprecio de las costumbres religiosas patrias. La expresión los que corretean por el umbral (v.8) parece aplicarse a los cortesanos que servilmente entran y salen por el umbral de los palacios de los señores con ánimo de colaborar en sus rapiñas y fraudes. A todos ellos les espera un gran castigo. El profeta oye ya el griterío en toda la ciudad desde la puerta de los Peces, que estaba al norte de la ciudad 5, hasta la ciudad nueva o segunda, que parece ser el ensanche septentrional de la antigua, asentada sobre la colina de Sión 6.

El profeta parece aludir a la invasión del enemigo por la parte vulnerable del norte, por donde entraron siempre los invasores en Jerusalén. Las colinas sobre las que está asentada la ciudad se hacen también eco del gran estruendo provocado por la incursión enemiga. El profeta invita al duelo a los moradores de la Muela, que puede ser el nombre de un barrio o bien un nombre simbólico, inventado por el profeta para indicar el trato que habían de sufrir sus moradores, que iban a ser triturados como en un mortero o Muela. En todo caso, en esta parte del oráculo el profeta hace hincapié en la suerte que han de sufrir los comerciantes que traficaban con cargas de plata (v.1 1).

 

Contra los escépticos (12-13).

12 Y sucederá en aquel tiempo que escudriñaré a Jerusalén con linternas y visitaré a los que se sientan sobre sus heces, diciéndose en su corazón: "No hace Yahvé ni bien ni mal." 13 Su opulencia será dada al pillaje, y sus casas asoladas. Levantarán casas, y no las habitarán; plantarán viñas, y no beberán su vino.

 

El profeta ahora se encara con los epicúreos y materialistas, que no se preocupan sino de satisfacer sus bajas apetencias (se sientan sobre sus heces, v.12), sin pensar que Dios ha de pedir cuenta de su conducta adormilada. Tantas veces han oído a los profetas anunciar infortunios, que no creen ahora en sus oráculos. Para ellos Dios no se preocupa de lo que pasa en este mundo, y las cosas seguirán su curso normal; por eso dicen escépticamente: No hace Yahvé ni bien ni mal. Es el canto a la indolencia y al materialismo. Pero Yahvé les pedirá estrecha cuenta, escudriñando cuidadosamente con linternas todos los escondrijos de Jerusalén para desenmascararlos y hacer caer sobre ellos el peso de su ira vengadora. Su actitud despreocupada les costará cara, pues perderán su opulencia y sus casas, que serán asoladas. La frase levantarán casas y no las habitaran. la leemos en Am 5:11, y bien puede depender de la predicación de este profeta, que había anunciado la destrucción de las casas ricas de Samaría un siglo antes 7.

 

El día de Yahvé (14-18).

14 Se acerca el gran día de Yahvé, viene presuroso;el estruendo del día de Yahvé es horrible, hasta los fuertes dan gritos amargos. 15 Día de ira es aquél, día de angustia y de congoja, día de ruina y de asolamiento, día de tinieblas y oscuridad, día de sombras y densos nublados, 16 día de trompeta y alarma en las ciudades fuertes y en las altas torres. 17 Aterraré a los hombres, que andarán como ciegos; por haber pecado contra Yahvé, su sangre será derramada como se derrama el polvo, y tirados sus cadáveres como estiércol. 18 Ni su oro ni su plata podrán librarlos i en el día de la ira de Yahvé, pues toda la tierra será consumida en el fuego de su furor, pues consumará la ruina, la pérdida repentina de todos los moradores de la tierra.

 

La perspectiva del profeta se amplía, y ante sus ojos aparece el día de la manifestación de la ira divina como un día de castigo para todos los pecadores. La descripción es sonora e impresionante. La liturgia ha tomado de aquí el maravilloso exordio del Dies irae, dies illa, transportando el sentido al día del juicio final. La perspectiva de Sofonías se limita al juicio de Dios sobre los pecadores antes de la manifestación mesianica. Los judíos habían soñado en el día de Yahvé como en un día de triunfo sobre las naciones; pero ya Amos les había anunciado que sería un día de luto nacional, el día de la manifestación de la justicia vengadora de Yahvé para purificar a su pueblo en orden a la preparación de una nueva teocracia, que tendría su plena manifestación en los tiempos mesiánicos. Sofonías se sitúa en la misma línea y anuncia también sobre su pueblo un juicio purificador de discriminación.

 

1 Cf. Is 14:22; Am 4:2. — 2 Cf. 2 Re 23:12; Jer 19:3. — 3 Cf. 2 Re 23:13; véase Lagrange, Reí. sem. — 4 Cf. Is 34>5s; Jer 46:10; Ez 39,i?s. — 5 Cf. Neh 3:3; 12:39; 2 Crón 33:14. — 6 Sobre este barrio nuevo cf. 2 Re 22:14; Neh 11:9. Según 2 Crón 33:14, Manases cerró un nuevo barrio en la parte septentrional, incluyendo en él a la puerta de los Peces. — 7 Cf. Miq 6:15; Dt 28:383; Ez 28:26; Is 65:218.

 

 

2. Devastación de las naciones paganas.

 

Exhortación a la penitencia (1-3).

1 Ajustaos a la regla y disciplinaos, pueblo rebelde 1, 2antes que la cólera os pulverice como tamo 2,antes que caiga sobre vosotros el ardor de la ira de Yahvé, antes que llegue sobre vosotros el día de la ira de Yahvé. 3 Buscad a Yahvé los humildes de la tierra, que practicáis su ley; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; quizá quedaréis al abrigo de la ira de Yahvé.

 

Ante la perspectiva de la destrucción que acaba de anunciar, el profeta hace una llamada a la disciplina y a la ley como medio de conjurar tantos males (v.1). Sobre todo, el profeta invita a los fieles a que practiquen la ley, a que hagan obras de justicia para quedar, al menos ellos, al abrigo de la ira de Yahvé. En los profetas siempre encontramos la teología del resto que se salva periódicamente de las catástrofes nacionales para ser en los tiempos futuros el núcleo de restauración mesiánica.

 

Contra los filisteos (4-7).

4 Pues Gaza será abandonada y Ascalón asolada, Azoto saqueada en pleno día y Acarón extirpada. 5 ¡Ay de los habitantes de la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de Yahvé se alza contra vosotros: Canaán, tierra de filisteos, yo te destruiré hasta no dejar en ti habitante, 6 y serás convertida en pastizales de pastores y en rediles de ovejas 3. 7 Y será el litoral (marítimo) para el resto de la casa de Judá, allí apacentará. Dormirán por la noche en las casas de Ascalón, porque los visitará Yahvé, su Dios, y los restaurará.

 

En 1:18 se hablaba de la amenaza en el día de Yahvé contra toda la tierra. Ahora el profeta va concretando los oráculos conminatorios, comenzando por los habitantes de Filistea, en la costa de Palestina. Nombra cuatro de las cinco ciudades filisteas. Falta Geth, quizá porque en ese tiempo formaba parte del reino de Judá 4. De Azoto se dice que será saqueada en pleno día, para indicar el carácter organizado militar de los invasores caldeos, que no obrarán como bandidos, en ataques esporádicos de noche, sino que llevarán la guerra planificada en su pleno sentido. La destrucción, pues, será más completa y llevada al detalle, sin haber posibilidad de salvación.

A los filisteos se les llama habitantes de la costa del mar (v.5). En efecto, los filisteos se establecieron en el siglo XI a.C. en la costa palestina después de ser rechazados por Ramsés III. Provenientes de Creta (aunque eran oriundos del Asia Menor), eran llamados también cereteos5. Como se establecieron en Canaán (zona costera), de ahí que se designe su tierra con este nombre. Dedicados al comercio, en relaciones con los fenicios, habían llegado a un alto grado cultural y eran un emporio comercial. Ahora el profeta anuncia que sus ciudades serán destruidas y que su tierra se convertirá en pastizales de pastores y en rediles de ovejas (v.6). Judá extenderá su imperio a esas regiones. Sus habitantes se establecerán en las ciudades filisteas con sus rebaños: dormirán por la noche en las casas de Ascalón.

 

Contra Moab y Amón (8-11).

8 He oído los ultrajes de Moab y los denuestos de los hijos de Amón, que afrentaron a mi pueblo y se engrandecieron con su territorio. 9 Por eso, por mi vida, dice Yahvé de los ejércitos, el Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra, ortigales, minas de sal y desolación eterna. El resto de mi pueblo los saqueará, y los sobrevivientes de mi pueblo los heredarán. 10Este será el pago de su soberbia por haber ultrajado a mi pueblo y haberse insolentado contra el pueblo de Yahvé de los ejércitos. 11 Yahvé será terrible contra ellos y destruirá a todos los dioses de la tierra, y todos, cada uno desde su lugar, y todos los de las islas de las gentes le adorarán.

 

Los reinos de TransJordania, Moab, Amón y Edom fueron enemigos tradicionales de Israel ya desde los tiempos en que éste avanzaba hacia Canaán. El profeta alude aquí a hechos de insolencia por parte de Moab y de Amón contra Judá. Yahvé pedirá cuenta de este orgullo expresado contra su pueblo. Moab será devastado, y el resto de Israel heredará su territorio. El fragmento conminatorio se termina con un anuncio del universalismo mesiánico. Yahvé será reconocido como Dios por todos los habitantes de la tierra (v.11). Las islas de las gentes son los pueblos de la costa mediterránea, incluidas las islas de Grecia.

 

Contra Etiopía y Asiría (12-15).

12 También vosotros, etíopes, seréis abatidos por la espada, 13Y tenderá su mano hacia el aquilón, y destruirá a Asur, y hará de Nínive un campo de devastación, árido como desierto. 14En medio de él dormirán los rebaños y todos los animales de los pantanos 6; el pelícano y el erizo pernoctarán en sus capiteles. En los huecos canta el buho, en los atrios el cuervo; los artesonados de cedro han sido arrancados. 15 Hela aquí la ciudad exultante, que habitaba confiada, la que se decía en su corazón: "¡Yo y nadie más que yo!" ¡Cómo ha sido devastada, hecha una guarida de fieras! Cuantos pasen cerca de ellas silbarán y moverán sus manos.

 

El oráculo contra Etiopía es sumamente breve y es extraña su inserción aquí. Quizá haya sido puesto para completar los cuatro puntos cardinales: Filistea al oeste, Moab y Amón al este, Etiopía o Egipto (Sudán-Nubia) al sur, para centrar la atención al final en el norte, Asiría.

El profeta detalla la destrucción de Nínive, porque había sido la opresora de las pequeñas naciones. La capital asiría cayó en poder de los babilonios y medos en 612 a.C. y desapareció para siempre en la historia. Aún hoy día es un montículo informe de ruinas, en las que, en efecto, han hecho su guarida toda clase de animales, como detalla el profeta 7.

 

1 El verso es oscuro. Hemos seguido la reconstrucción de Hoonacker. La Bib. de Jér.: "nación sin deseo." — 2 Traducción según la reconstrucción de Hoonacker. Bib. de Jér.: "Antes de que seáis cazados como la semilla que desaparece un día." — 3 Así según Hoonacker y la Bib. de Jér. — 4 Cf. Am 1:6-8. — 5 Sobre los filisteos y cereteos véase com. a Am 9,7, y J. M. lagrange, Le livre des Juges p.262s. — 6 Pantanos, reconstrucción de Hoonacker. El TM dice naciones. — 7 La identificación de los distintos animales no es segura, pero para nuestra versión hemos tenido en cuenta las raíces árabes afines y la versión de los LXX.

 

 

3. El Juicio punitivo de Dios.

 

Oráculo contra Jerusalén (1-8).

1 ¡Ay de la rebelde, de la contaminada, de la ciudad opresora ! 2 No quiso escuchar, no se dejó enseñar, no quiso acercarse a su Dios. 3 Sus príncipes son en medio de ella rugientes leones; sus jueces, lobos nocturnos, que no dejan nada que roer para la mañana. 4 Sus profetas son fanfarrones y pérfidos, sus sacerdotes profanan las cosas santas y violan la Ley. 5 Yahvé es justo en medio de ella, no hace El iniquidad; todas las mañanas establece su juicio a la luz, no falta nunca y no hay en El iniquidad. 6 Yo he exterminado a las naciones, he asolado sus torres y devastado sus caminos, sin que haya quien pase por ellos, y sus ciudades fueron saqueadas y no queda en ellas morador. 7Me dije: De cierto me temerás y aceptarás la corrección, y no se borrarán de sus ojos todos los castigos que le envié; pero se han apresurado a pervertir sus obras, 8Por eso, dice Yahvé, esperadme para el día en que me levantaré como testigo. Porque es mi propósito reunir a las gentes y juntar a los reinos para derramar sobre ellos mi ira, porque la tierra toda será consumida por el ardor de mi cólera.

 

El profeta designa a Jerusalén con el calificativo de rebelde l por sus transgresiones de la ley de Yahvé. Toda ella está contaminada, pues se ha apartado de su Dios, y las clases directoras, corno los príncipes, sacerdotes y profetas, han sido los primeros en delinquir, aprovechándose de su situación social 2. Por su voracidad insaciable son comparados a leones rugientes y a lobos nocturnos, que, abusando de su fuerza, esquilman al pueblo sencillo, sin dejar que roer para la mañana (ν.3).

Los profetas falsos son fanfarrones, pues presentan con arrogancia oráculos de parte de Dios, cuando en realidad no son sino invenciones suyas para halagar al pueblo 3. Los sacerdotes, en vez de procurar que el pueblo reciba la ley de Dios, profanan las cosas santas, utilizando el santuario como medio exclusivo de lucro. Frente a esta conducta provocadora, el profeta presenta el proceder de Dios, siempre justo, y como todos los días sale la luz para iluminar a todos, así su juicio se manifiesta cada mañana en beneficio de todos.

Por otra parte, Yahvé ha mostrado tantas veces su omnipotencia, exterminando a las naciones enemigas de Judá (v.6), que era de esperar que su pueblo tomara escarmiento de estos juicios punitivos (v.7). Pero llega el momento solemne en que Yahvé se levantará como testigo contra todos los pecadores de las gentes y de Judá (v.8), y entonces será la hora de la cólera divina. Judá y Jerusalén están comprendidas en este juicio sobre todos los pueblos. A cada una les pedirá cuenta por su comportamiento frente a Dios. Es el juicio purificador que precederá a la manifestación mesidnica.

 

Anuncio de un reinado de justicia (9-13).

9 Entonces devolveré yo a los pueblos labios limpios para invocar todos el nombre de Yahvé y servirle con un solo hombro. 10 Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis adoradores, mis dispersos, me traerán mis ofrendas. 11 En aquel día no te avergonzarás por las acciones con que prevaricaste contra mí, porque quitaré de en medio de ti a tus fanfarrones jactanciosos, y no volverás a engreírte por mi monte santo. 12 Dejaré en medio de ti como resto un pueblo humilde y modesto, que esperará en el nombre de Yahvé.13 El resto de Israel no hará iniquidad, no dirá mentira ni tendrá en su boca lengua mendaz, y se apacentarán y reposarán sin que haya nadie que los espante.

 

Tras del castigo purificatorio surge la nueva teocracia. El triunfo de Israel en las naciones traerá como consecuencia que todas adopten a Yahvé como su Dios único. Los labios de los paganos serán purificados para poder alabar a Yahvé con dignidad (v.9). Y como consecuencia de ese reconocimiento de Yahvé, los que se hallan en las tierras lejanas, mas allá de los ríos de Etiopía (v.10), traerán sus ofrendas al Dios común. La expresión mis dispersos 4 en boca de Yahvé no significa necesariamente los judíos de la dispersión, como han supuesto algunos autores, pues conforme a la afirmación del v.9 de que Yahvé dará labios limpios a los pueblos en general, parece normal que el v.10 se entienda en la misma acepción, y entonces mis dispersos se explica perfectamente en la boca de Yahvé, ya que todos le han reconocido para servirle con un solo hombro.

Después de este anuncio universalista mesiánico, el profeta vuelve a Jerusalén, que no ha de avergonzarse por las acciones. con que prevaricó. El sentido parece ser que, en ese día de reconocimiento por parte de todos los pueblos de Yahvé, Jerusalén no sentirá vergüenza de sus acciones malas pasadas, porque será purificada de todos los fanfarrones jactanciosos, o responsables de los errores pasados, pues los dirigentes se creían al abrigo de todo castigo divino por considerarse el pueblo predilecto de Yahvé.

Este orgullo no volverá a repetirse en los nuevos tiempos: no volverás a engreírte por mi monte santo (v.11b). Los ciudadanos de la nueva teocracia, salvados del castigo purificador, constituirán un resto. humilde y modesto (v.12). Los profetas habían echado en cara frecuentemente a sus contemporáneos la presunción y el orgullo, porque creían que podían salvar las situaciones con su fuerza material y alianzas políticas, prescindiendo de Yahvé5. En la nueva teocracia, el pueblo se comportará con espíritu de sinceridad ante su Dios (v.13). En recompensa, Yahvé los hará habitar en seguridad y paz, sin peligro de que los enemigos vuelvan a inquietarlos.

 

La restauración de Jerusalén (14-20).

14 ¡Exulta, hija de Sión! ¡Da voces jubilosas, Israel! ¡Regocíjate con todo el corazón, hija de Jerusalén! 15 Que Yahvé ha revocado los decretos dados contra ti y ha rechazado a tu enemigo. El rey de Israel, Yahvé, está en medio de ti.No verás ya más el infortunio. l6 Aquel día se dirá a Jerusalén: No temas, Sión. No desmayen tus manos, 17 que está en medio de ti Yahvé como poderoso Salvador;se goza en ti con alegría, te renovará en su amor 6, exultará sobre ti con júbilo 18 como en los días de fiesta 7. Yo haré perecer a los que te han abatido 8, se han convertido en afrentosa carga 9. 19 He aquí que en aquel tiempo arruinaré a todos tus opresores 10, y salvaré a la renga, y recogeré a la descarriada,y las haré objeto de alabanzas, y su confusión la haré gloria de la tierra toda. 20 En aquel tiempo os traeré,y entonces os congregaré y os haré objeto de gloria y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo haga volver ante vuestros ojos a vuestros cautivos, dice Yahvé.

 

Después de la prueba purificatoria se inaugura una era gloriosa para Jerusalén, que debe exultar llena de júbilo. Yahvé ha revocado los decretos dados contra ti (v.15). Por muy dura que haya sido la prueba, se ha reservado un resto, que será el núcleo de la nueva teocracia. Ha pasado la hora de temor. El enemigo ha sido rechazado. El v.19 está tomado de Miq 4:6. Israel es comparado a un rebaño maltrecho y descarriado, que va a ser recogido amorosamente por Yahvé. La perspectiva del profeta se dirige al retorno de la cautividad (v.20).

 

1 Quizá haya un juego de palabras en el vocablo hebreo more'ah ("rebelde") y Moría, la colina sobre la que, según la tradición, se asentaba Jerusalén (2 Crón 3:1). — 2 Cf. Miq 3,is; Jer 2:26. — 3 Cf. Am 8:14; Jer 23:32. — 4 La traducción es según los LXX. La palabra hebrea se presta a más interpretaciones, pues no es clara. — 5 Cf. Os 14:4; Is 30:16; 31:1. — 6 Así según los LXX. — 7 Según el texto griego de los LXX. — 8 Reconstrucción seguida por Hoonacker, que propone trasponerlo después del v.lt? — 9 Bib. de Jér.: "para que no lleves el oprobio" (versión fundada en el texto griego). — 10 Bib. de Jér.: "Heme aquí a la obra con todos tus opresores."