Νahum.

 

Introduccion. 1. Yahvé, Señor de los pueblos. 2. Caída y ruina de Nínive. 3. La Hora del castigo Divino.
 

 

Introducción.

 

Personalidad del profeta y época de su ministerio.

Nahurn (en hebreo Najum: "Consolado") aparece en el encabezamiento de sus oráculos sin ninguna determinación patronímica. Únicamente se dice que era 'elqosi (Vg "Elceseus"), que se suele traducir como natural de 'Elqos, que comúnmente se localiza en el reino del sur, cerca de la actual Beit Gibrin ("Eleuterópolis" de la época bizantina), 30 kilómetros al sudoeste de Jerusalén, cerca de la Pentápolis filistea *. No obstante, San Jerónimo pretende que se hallaba en Galilea 2; no faltando quienes la quieren identificar con el Alqus, al norte de Nínive, en Mesopotamia, donde se muestra su tumba, y es lugar de peregrinación para cristianos, judíos y musulmanes. Suponiendo que fuera de esta región, se explica mejor la descripción topográfica que el profeta da de la ciudad de Nínive 3.

Respecto de la época en que profetizó tenemos dos datos en sus oráculos: un terminus a quo, la conquista de Tebas (No-Amon), en Egipto, en 663 a.C. por Asurbanipal, y un terminus ad quem, el 612, fecha de la caída de Nínive en poder de la coalición medo-babilónica. Como el profeta no echa en cara a sus compatriotas acusaciones graves de tipo moral y religioso (único caso en la literatura profética), es de suponer que predique cuando estaba en buena marcha la famosa reforma de Josías, comenzada en 622-621 a.C. Por otra parte, como el profeta presenta como inminente la caída de Nínive, bien podemos suponer que sus oráculos son de la penúltima década del siglo VII a.C., cuando ejercían su ministerio profético Sofonías, Jeremías y Habacuc, e.d., entre los años 620 y 612 a.C.

 

Contenido y estructura del libro.

La idea fundamental de la predicación de Nahum es la justicia divina, que se ejerce sobre todos los opresores. El profeta centra su atención en el castigo de Nínive, capital de la nación opresora por excelencia, Asiría. Durante siglo y medio, el ejército asirio fue la pesadilla de las pequeñas naciones de la costa siro-fenicio-pales-tina. Ahora le tocaba el momento de su ocaso definitivo. La descripción es vivida y vigorosa, no exenta de belleza literaria, reflejando bien la impresión de la caída de la ciudad opresora. Podemos dividir sus oráculos en tres partes, precedidas de una oda triunfal:

Introducción: himno a Dios vengador y justo: 1:2-8.

 

I. Conminación contra Nínive: 1:9-14.

II. Descripción de la destrucción de Nínive: 2:1-4.

III. Lamentación irónica sobre Nínive: 3:1-19.

 

Autenticidad.

El primer problema es el de la autenticidad del c.1, que en sus primeros nueve versos es acróstico o alfabético, como otras composiciones poéticas4. Parece un himno u oda triunfal, que puede ser adición posterior a Nahum, antepuesta como introducción a los oráculos del profeta. Muchos críticos consideran esta composición acróstica del primer capítulo de Nahum como demasiado artificial y mecánica, en contraposición al estilo vigoroso y fresco de los oráculos siguientes. El estilo del primer capítulo es salmódico, mientras que los otros capítulos del libro son claramente oraculares, de estilo netamente profético. Por otra parte, la ideología teológica del primer capítulo es abstracta, mientras que las ideas de los capítulos siguientes están expresadas de modo concreto y vivido; en aquél, el lenguaje es reflexivo y frío, falto del fuego oracular de los capítulos posteriores.

A esto se debe añadir la falta de alusiones al enemigo concreto asirio en el primer capítulo, mientras en los capítulos siguientes la mente del profeta está obsesionada por el inmediato castigo del opresor asirio. En el c.1, la ira de Dios se derrama sobre Basan, el Carmelo y el Líbano, mientras que en los c.2-3 sobre la capital asiría 5. Por todas estas razones somos inclinados a pensar que este poema introductorio (acróstico por lo menos en parte) ha sido añadido posteriormente a los oráculos de Nahum.

 

Texto y versiones.

Los oráculos de Nahum están bastante bien conservados en el TM, con algunas glosas y transposiciones. El salmo acróstico es incompleto. La versión de los LXX da algunas veces un sentido más claro y preferible al TM, pero en general se puede seguir el texto hebreo con seguridad.

 

Mensaje doctrinal.

Como antes indicamos, los vaticinios de Nahum se refieren a un único tema: la inminente destrucción de Nínive. En esto se diferencia de todos los profetas anteriores, ya que el profeta no se ocupa de fustigar los desvarios y pecados de Israel o de Judá ni de hacer llamamientos al arrepentimiento para ser gratos a Yahvé. Nahum se enfrenta con los enemigos de Judá y desahoga furiosamente sus sentimientos de revancha, entonando un himno de triunfo sobre el enemigo vencido.

En esto, su posición psíquica como profeta difiere totalmente de Jeremías. Este sólo se preocupa de llamar a su pueblo al buen camino, mientras que no se preocupa de la trascendencia del colapso de Asiría, mientras que Nahum centra su atención en torno al castigo definitivo del invasor. Al temperamento profundo y afectivo de Jeremías — preocupado sólo del bien espiritual de su pueblo — le interesaba poco la suerte de las naciones opresoras de Judá como tales; mientras que para Nahum, de temperamento más recio e hirsuto, lo fundamental es el cumplimiento de la justicia divina sobre el enemigo tradicional, que hizo desaparecer el reino del norte y estuvo a punto de liquidar el propio reino de Judá. La descripción del opresor no puede ser más incisiva y vigorosa: "Ay de ti, ciudad sanguinaria; toda llena de mentira y de violencia y de inexhaustas rapiñas! Restallido de látigo, galopar de caballos y rebotar de carros, jinetes enhiestos, espadas relampagueantes, lanzas fulgurantes. Muchedumbre de heridos, montones de cadáveres, cadáveres sin fin." Naturalmente, en estos desahogos hay que ver algo más que un mero deseo de revancha nacionalista. Es el triunfo de la justicia de Yahvé sobre los tradicionales enemigos de su pueblo elegido, que debe continuar su historia en relaciones amorosas con su Dios. Por eso, en el canon judaico ha sido recibido entre los libros religiosos y proféticos.

 

Estilo literario.

Si bien en contenido teológico el libro de Nahum figura entre los más pobres de la literatura profética, en su aspecto literario es de lo más selecto y brillante. El estilo es nervioso, entrecortado, lleno de vigor y de viveza. Se percibe a través de sus períodos apresurados un alma vibrante y cálida, de forma que es considerado por muchos críticos como el profeta de estilo más varonil y vigoroso. Las descripciones son radicales e impresionantes y aun en las versiones modernas reflejan su vigor fundamental y sus períodos escalofriantes. No se puede describir de modo más patético la destrucción de una ciudad como Nínive, capital de un pueblo esencialmente imperialista y dominador.

 

1 El que primero propuso esta identificación fue el Pseudo-Epifanio (PG 43:409). — 2 San Jerónimo, Comm. m Nah. pról.: PL 25:1232 (12915). — 3 Cf. Nah 2:6(7). — 4 Cf. Sal 24.33.110.144.9.36.118; Lam y Prov 31:10-31 — 5 Véase J. M. P. Smith, Nahum: ICC p.268 (Edimburgo 1948).

 

 

1. Yahvé, Señor de los pueblos.

 

El poder arrollador de Yahvé (1-10).

1 Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de Elqosh: 2 Yahvé es un Dios celoso y vengador, es vengador Yahvé y pronto a la ira; Yahvé se venga de sus enemigos y es inflexible para sus adversarios. 3 Yahvé es paciente y grande en poderío y no deja a nadie impune. Marcha en el torbellino y en la tempestad, y las nubes son el polvo de sus pies. 4 Amenaza a los mares y los seca y agota los ríos todos. El Basan y el Carmelo desfallecen y se marchita el verdor del Líbano. 5 Tiemblan los montes ante El y se disuelven los collados. Se agita la tierra ante El, el orbe y cuantos lo habitan. 6 ¿Quién podrá permanecer ante su ira? ¿Quién arrostrará el ardor de su cólera? Su furor se difunde como fuego y ante El se quebrantan las rocas. 7 Es bueno Yahvé como protección en el día de la angustia, y conoce a los que a El se acogen. 8 Cuando sobreviene la inundación, aniquila a los que se dirigen contra El1 y a sus enemigos los lanza a las tinieblas. 9 ¿Qué maquináis contra Yahvé? El va a producir completo estrago, no se levantará dos veces la opresión. 10 Pues aunque sean corno zarzas enmarañadas y están embebidos en su embriaguez, serán devorados enteramente como paja seca.

 

Este oráculo punitivo, o masa, está concebido en su introducción como un salmo, en el que se canta la omnipotencia avasalladora de Yahvé como garantía del triunfo sobre el gran enemigo, Asiría. Nahum es calificado con el nombre gentilicio de Elqoshita, oriundo de Elqosh, localidad aún no claramente identificada. Los autores modernos se inclinan por su localización en Judea, cerca del Beth-Gibrin actual, la Eleuterópolis de la época bizantina. San Jerónimo relaciona el nombre de Elqosh con el de una aldea de Galilea de su tiempo, llamada Elcesi.

El profeta presenta a Yahvé como un gigante que avanza por el cielo dispuesto a dar el ataque frontal al invasor asirio. Toda la naturaleza le está sometida: los mares, los bosques de Basan y el Carmelo se marchitan a su paso. Es ridículo, pues, que el hombre se oponga a su poder descomunal. Sus enemigos, inconscientes en sus propósitos (embebidos en su embriaguez, v.10), desaparecerán como zarzas enmarañadas, devorados como paja seca por el fuego de la ira divina.

 

La destrucción total de Nínive (11-14).

11 De ti salió quien maquinó contra Yahvé, quien trazó malvados designios. 12 Así dice Yahvé: Aunque estén completos y sean tan numerosos, serán cortados, perecerán 2. Yo te he humillado y no volveré a humillarte. 13 Y ahora voy a quebrantar su yugo de sobre ti, yo voy a romper tus cadenas. 14 Yahvé ha decretado contra ti: No quedará ni memoria de tu nombre. Yo extirparé de la casa de tus dioses las imágenes esculpidas y los ídolos fundidos y haré de tu sepultura una ignominia 3.

 

Parece que el profeta tan pronto se dirige al opresor asirio como a Judá. Así parece que en el ν. 11 el autor se encara con Asiría por sus maquinaciones contra el pueblo de Dios. Por eso Yahvé les enviará el castigo, aunque ahora sus ejércitos se sientan intactos, completos y numerosos (v.12). A continuación parece que el profeta se dirige a Israel, que ha sido humillado y devastado en castigo de sus pecados; pero esto no volverá a repetirse: Yo te he humillado y no volveré a humillarte (v.12b). Ha logrado quebrantar el yugo que pesaba sobre el pueblo elegido y romper las cadenas que le tenían esclavizado. Yahvé ha decretado la extirpación total del opresor: de Nínive no quedará ni la memoria de su nombre (v.14); sus templos serán saqueados y las imágenes esculpidas e ídolos fundidos, orgullo de los asirios, desaparecerán, y toda la ciudad de Nínive quedará convertida en un montón de ruinas, un inmenso sepulcro ignominioso.

 

1 El verso es oscuro y diversamente traducido. Nuestra versión es similar a la de la Bib. dejér. — 2 Así según la Bib. de Jér. — 3 Nuestra versión se basa en una reconstrucción seguida por Hoonacker y la Bib. de Jér.

 

 

2. Caída y ruina de Nínive.

 

Invitación a Judá a regocijarse por la liberación. (v.15-2:1)

15 ¡He aquí sobre los montes los pies del mensajero de albricias, del que anuncia la paz! Celebra, ¡oh Judá! tus festividades, cumple tus votos, que no volverá a pasar sobre ti Belial, que ha sido enteramente destruido.

 

Una vez cumplida la justicia divina sobre el opresor injusto, el profeta entona un cántico de exultación a Judá, invitando a gozarse de las buenas nuevas o albricias que trae el mensajero de la paz. Ha llegado la hora de que Judá se entregue confiada a sus festividades en el templo para dar gracias a Dios con sus votos por la liberación cumplida. Ha pasado el invasor aBelial, el "perverso" por excelencia) y ya no volverá a ensañarse contra el pueblo de Dios.

 

El ataque a Nínive (1/2-7/8).

1 (2) Sube un destructor frente a ti; guarda la plaza fuerte, escruta el camino, cíñete los lomos, concentra tu poder. 2 (3) Pues Yahvé restablecerá la viña de Jacob ! restaurará la gloria de Israel, por cuanto la habían devastado los saqueadores que destruyeron sus cepas, 3 (4) El escudo de sus guerreros está teñido de rojo, sus soldados visten púrpura, sus carros son como hachas encendidas; al atacar, sus caballos son un torbellino 2 a través de los campos. 4 (5) Sus carros ruedan con estruendo por las plazas, brillan como antorchas y se lanzan como el relámpago. 5 (6) Sus príncipes se aperciben, van tropezando en su marcha, corren a los muros, preparan las defensas. 6 (7) Se abren las puertas de los ríos, el palacio está sumido en el terror, 7 (8) la reina es desnudada y sacada a luz 3, sus servidoras lloran y gimen como palomas y se dan golpes de pecho.

 

En la mente del profeta se agolpan las escenas del ataque a la ciudad de Nínive. La descripción es vigorosa y llena de patetismo. Las frases entrecortadas se suceden. Primero invita irónicamente a Nínive a prestarse a la defensa: cíñete los lomos. (v.1/2). Y a continuación describe con vivo colorido al ejército invasor de Nínive. Los soldados enemigos avanzan vestidos de escarlata, con sus escudos color de sangre; sus carros ruedan estrepitosamente y sus caballos inundan el campo de batalla como un torbellino (c.3/4-5)· Ante su avance arrollador, los príncipes asirios se aperciben del peligro y emprenden la huida, tropezando en la marcha, y, en un último esfuerzo desesperado, corren a los muros para preparar las defensas.

Pero los enemigos conocen el punto débil de la fortaleza, y así abren las esclusas de los canales para que inunden la fortaleza, último reducto de la resistencia: se abren las puertas de los ríos (v.6/7), y el palacio es inundado, con el consiguiente pavor: el palacio está sumido en el terror. Autores antiguos, como Ktesias y Diodoro-de Sicilia, dicen que Nínive fue anegada por una inundación del Tigris. En todo caso, el profeta nos da una descripción muy plausible de la invasión y destrucción de Nínive por los invasores babilonios y medos en 612 a.C. En su perspectiva pro/etica, muchos detalles no han de tomarse al pie de la letra; los profetas sólo suelen resaltar lo esencial de los hechos, que aquí es la certeza de la destrucción de la gran metrópoli asiría.

Lo demás es ropaje literario y esfuerzo de la imaginación para presentar con vivos colores el acontecimiento a sus lectores. Uno de estos detalles es el referente al expolio del templo de Istar, la diosa de la fecundidad, identificada con Venus: La reina es desnudada y sacada a luz (ν.7/8). Quizα se aluda al hecho de que la imagen de la diosa fuese despojada de sus adornos y sacada de su recinto sagrado, sumido en la oscuridad. Es el fin de su culto. Por ello, sus servidoras (hieródulas, mujeres dedicadas al culto sexual, al servicio del templo) lloran y gimen como palomas. Al desaparecer la reina, se terminan los ingresos lucrativos que su culto proporcionaba 4.

El v.2/3 parece que está fuera de lugar, pues el contexto no favorece su situación actual. La alusión a la restauración de Judá después de la devastación parece exigir se traslade a continuación del v.15 del c.1, donde se habla de la paz traída por el mensajero a la nación israelita.

 

El saqueo de la ciudad de Nínive (8/9-13/14).

8 (9) Nínive parece un estanque de aguas, pero de aguas que se van. ¡Alto! Pero ninguno vuelve. 9 (10) ¡Saquead la plata, saquead el oro! No tienen fin Jos tesoros, es una riqueza inmensa de todo género de preciosidades. 10(11) ¡Saqueo, pillaje, devastación, corazones llenos de espanto, rodillas temblorosas, estremecimiento de ríñones, rostros demudados!11 (12) ¿Dónde está el cubil de leones, la que era guarida de cachorros de león, adonde el león llevaba sus cachorros y donde nadie podía perturbarlos? 12 (13) Arrebataba el león lo necesario para sus cachorros, estrangulaba para sus leonasy llenaba la caverna de presas, y su cubil de despojos. 13 (14) Heme aquí contra ti, dice Yahvé de los ejércitos. Yo convertiré en humo tus carros; la espada devorará a tus cachorros; raeré de la tierra tus rapiñas. Ya no se oirá más la voz de tus embajadores.

 

El fragmento es vigoroso e impresionante. No cabe describir con más patetismo el momento del saqueo de la gran metrópoli asiría. Esta es comparada a un estanque de aguas que se van (v.8/9); es el éxodo de los fugitivos, que abandonan su ciudad por todas partes como agua que a borbotones sale de un estanque con muchas filtraciones. Es inútil que algunos den la voz de ¡Alto! a los fugitivos, pues nadie se vuelve a la ciudad, que está a punto de perecer.

Al mismo tiempo se oye una voz de los invasores que invita al saqueo de la gran capital, almacén de inmensas riquezas, acumuladas con las expoliaciones de los pueblos sojuzgados: ¡Saquead la plata, saquead el oro! (v.9/10). Y al punto el profeta presiente el efecto de la invitación a los invasores: por doquier, saqueo, pillaje, devastación (v.10/11); la consternación de los habitantes de Nínive no tiene límites: corazones llenos de espanto, rodillas temblorosas. No cabe descripción más patética y expresiva.

Ante este espectáculo, el profeta recuerda lo que fue Nínive en el pasado, cuando con toda impudencia invadía a los pueblos vencidos y los privaba de sus riquezas, reuniéndolas en la gran capital convertida en cubil lleno de rapiñas. Todo era poco para sus caprichos. El imperio asirio es comparado aquí al león, que, abusando de su fuerza, arrebata todo lo que se le antojaba para distribuirlo entre sus cachorros (v.12/13).

Pero ha llegado la hora del castigo a la despótica metrópoli del imperio asirio, la hora de experimentar la ira de Yahvé. Todo su poderío se esfumará, y de nada le servirán sus tesoros, fruto de sus rapiñas (v.13/14). Asiría desaparecerá como nación y ya no se oirá mas la voz de sus embajadores, que antes se presentaban a las cortes de los pueblos pequeños con exigencias exorbitantes e injustas. Como siempre, los profetas ven en todas las vicisitudes de los grandes imperios (en su nacimiento y en su ocaso) la mano de la Providencia divina, que dirige los hilos de la historia. Ahora ha llegado la hora del exterminio a Asiría, como más tarde llegará a Babilonia.

 

1 La viña es una corrección plausible (seguida por la Bib. de ér.) en sustitución de orgullo o gloria del TM. — 2 Caballos según una aceptable corrección del TM, que dice abetos (perostiim en vez d< beroshim). — 3 Así la Bib. de Jér. El texto es oscuro. — 4 Algunos autores toman la palabra reina en sentido propio y creen que se habla de la reina de Asiría, que es desnudada y violada.

 

 

3. La hora del castigo divino.

 

Los crímenes y la ruina de Nínive (1-7).

1 ¡Ay de la ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de violencia y de inexhaustas rapiñas! 2 ¡Restallido de látigo, estruendoso rodar de ruedas, galopar de caballos y rebotar de carros, jinetes enhiestos, espadas relampagueantes, lanzas fulgurantes! 3 Muchedumbre de heridos, montones de cadáveres, cadáveres sin fin, por doquier se tropieza con ellos. 4 Por las numerosas fornicaciones de la ramera, de encantadores atractivos, maestra en brujerías, que con sus fornicaciones seducía a las naciones y con sus hechicerías engañaba a los pueblos. 5 Heme aquí contra ti, dice Yahvé de los ejércitos; yo alzaré tus faldas hasta tu cara, descubriendo a las gentes tu desnudez y mostrando a los reinos tus vergüenzas. 6 Arrojaré sobre ti tus inmundicias, te cubriré de ignominia y te daré en espectáculo. 7Y sucederá que cuantos te vean se apartarán de ti, diciendo: ¡Ha sido destruida Nínive! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde buscaré consoladores?

 

De nuevo el profeta describe la invasión de los enemigos de Nínive, que llevan la mortandad y la devastación. Se acusa a Nínive de haber cometido fornicaciones, seduciendo a las naciones (v.4). En la literatura profética, la palabra fornicación, aplicada a Israel, tiene el sentido de idolatría, pues Israel estaba unida con un pacto a Yahvé como único Esposo l; por eso sus idolatrías representaban una infidelidad a este matrimonio espiritual. Pero en el caso de Nínive no parece que encaje esta acepción de fornicación aplicable a la idolatría. Más bien parece que aquí se presenta a la gran metrópoli como una meretriz, que con sus seducciones engañaba a las pequeñas naciones para que le entregaran sus tesoros.

Por otra parte, la expresión maestra en brujerías a parece aludir a las encantaciones que tanto se cultivaban en Mesopotamia, y de cuyas prácticas queda una abundante literatura. En todo caso, aquí el símil central es el de la cortesana desvergonzada, que abusa de su situación privilegiada para atraerse amantes (los pueblos limítrofes). Como a tal la va a tratar Yahvé, ya que descubrirá sus vergüenzas ante las naciones para que la reconozcan como cortesana (ν·5) Υ 1a desprecien como tal. Al caer en manos de sus enemigos invasores, las naciones antes seducidas se apartarán de ella espantadas: ¡Ha sido destruida Nínive! (v.7). Y entonces a la hora de la ruina nadie se compadecerá de ella.

 

Asiría seguirá la suerte de Egipto (8-10).

8 ¿Eres tú mejor que No-Amón, la que se asentaba entre ríos, la rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar y cuyas murallas eran las aguas? 9 Su fuerza eran Etiopía y Egipto, no tenía fin; Put y Libia eran sus mercenarios, 10 y, con todo, se fue prisionera al desierto, y sus niños fueron estrellados en las encrucijadas de todas sus calles, y sus nobles fueron echados a suertes, y sus grandes fueron cargados de cadenas.

 

Asiría no debe confiar en su poderío actual, pues otro imperio tan fuerte como el suyo (Egipto) desapareció: ¿Eres tú mejor que No-Amón? (Tebas). Amón era el dios principal de Tebas, y No es el nombre que en la Biblia y en las inscripciones de Asurbanipal se da a Tebas2, la capital del Alto Egipto. Aquí, pues, No-Amón es el símbolo del imperio de los faraones, venido a menos desde que los imperios mesopotámicos hicieron irrupción en la costa siro-fenicio-palestina. La situación privilegiada de Egipto (sentada entre ríos o canales del Nilo) no lo salvó en el tiempo de la invasión.

De hecho, los reyes de Asiría Asaradón y Asurbanipal llegaron hasta el mismo Tebas en 663 a.C. Nahum se hace eco de este acontecimiento insólito, e insiste en que, a pesar de estar Egipto separado por las aguas, fue presa del coloso asirio, sin que le valiera la ayuda que le prestaron Etiopia, Put y Libia (v.9). La dinastía XXV egipcia, con capital en Tebas, era de origen etiópico, y fue la que sufrió el desastre bajo Asurbanipal. Put se suele identificar con la zona geográfica que actualmente ocupa Somalia; era famosa por sus riquezas y como punto de convergencia comercial con Arabia y la India. Libia es la región que actualmente lleva el mismo nombre al oeste de Egipto.

El profeta destaca estas naciones auxiliares de Egipto para mostrar que, a pesar de la fuerza conjunta de ellas, el imperio de los faraones se hundió estrepitosamente cuando los ejércitos asirios hicieron irrupción en el Alto Egipto en la segunda expedición de Asurbanipal en 663 a.C. Este rey en sus crónicas se gloría de haber saqueado totalmente a Tebas, llevando a su población cautiva al destierro. Es a lo que se refiere Nahum en su oráculo: Se fue prisionera.; sus nobles fueron echados a suerte y sus grandes fueron cargados de cadenas (v.10). El invasor asirio sufrirá la misma suerte. El profeta vaticina el desastre de Nínive unos cuarenta años después de la ruina de Tebas, cuando el imperio asirio empieza a declinar en los últimos años de Asurbanipal (668-625 a.C.).

 

La ruina total de Nínive (11-19).

11 También tú serás embriagada, serás objeto de escarnio 3; también tú irás en busca de un refugio contra el enemigo. 12 Todas tus plazas fuertes son higueras con brevas, que al sacudirse caen en la boca de quien las come. 13 He aquí que tu pueblo es en medio de ti (como) mujeres. Las puertas de tu país se abren de par en par al enemigo; el fuego devora las barras de tus puertas. 14 Abastécete de agua para el asedio,fortifica tus plazas, pisa el barro, amasa la arcilla y coge el molde de los ladrillos. 15 Allí te devorará el fuego, allí te exterminará la espada, te devorará como te devora la langosta. Multiplícate como la langosta, amontónate como el salta-monte. I 16 Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta se deslarva y se va. 17 Tus dignatarios *son como saltamontes,y tus escribas como enjambre de langostas', que en día de frío se amontonan sobre el vallado, sale el sol y levantan el vuelo, sin que pueda conocerse el lugar adonde se fueron. 18 Tus pastores, ¡oh rey de Asur! están dormidos; tus grandes, tumbados; tu pueblo está disperso por los montes, sin que haya quien le congregue. 19 Tu ruina no tiene remedio, tu herida es incurable. Cuantos oigan hablar de ti batirán palmas por tu causa, porque ¿sobre quién no descargó sin tregua tu maldad?

 

El profeta anuncia claramente que la suerte de Asiría no va a ser mejor que la del imperio faraónico, pues tendrá que experimentar los efectos de la justicia vengadora de Yahvé: Tú también serás embriagada (con la copa de la ira divina). Es inútil que Nínive intente defenderse ante los invasores, pues está madura para la derrota, y sus fortalezas caerán con la facilidad con que caen las brevas al sacudirse en la boca de quien las come (v.12). Los varones de Asiría no opondrán resistencia, pues son débiles como mujeres (v.13); por eso las puertas se abren de par en par al enemigo.

Irónicamente, el profeta invita a los habitantes de Nínive a apresurar los trabajos de defensa: Abastécete de agua para el asedio, amasa la arcilla. (v.14). Pero de nada servirán estos esfuerzos postumos, porque lo devorará todo el fuego (v.15). La gran metrópoli perecerá en un momento, como consumida por un fuego devorador o un enjambre de langostas. La mención de la langosta4 le sirve al profeta para ampliar la comparación e invitar sarcásticamente a los ninivitas a multiplicarse como las langostas y emprender el vuelo, librándose del peligro: multiplícate como la langosta. (v.15).

La frase multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo parece fuera de lugar, y probablemente es una glosa alusiva al emporio comercial de Nínive en sus tiempos de gloria. El glosista pudo intercalar entre las amenazas del profeta este recuerdo irónico para los felices tiempos pasados. La frase la langosta se deslarva y se va puede aludir al carácter efímero de la prosperidad comercial de Nínive, que desapareció como las langostas después que han salido de su estado larvario; y debe de ser glosa de la misma mano que la anterior.

De nuevo la imagen de las langostas es aplicada por el profeta a los funcionarios asirios. El imperio está al caer, y sus dignatarios y escribas, o funcionarios públicos, están como aletargados, sin saber reaccionar como enjambre de langostas en día frío sobre el vallado (ν.17); pero llegan los primeros calores del sol y levantan el vuelo. Así, los responsables de la dirección del imperio están tranquilos; pero, cuando se acerque la hora de peligro, abandonarán su puesto, como un enjambre de langostas, dispersándose para salvar su vida.

El imperio se halla en una situación débil y expuesta a todo peligro, ya que sus responsables, sus pastores y grandes, están como adormilados, sin darse cuenta del peligro (v.18), entregados a un puro mecanismo burocrático desganado, sin autoridad e incapaz de resistir los ataques que se avecinan. Como consecuencia de esta indolencia, el pueblo se halla como un rebaño disperso por los montes, inconsciente del peligro que se avecina; y, por otra parte, no hay voces responsables que le congreguen. El imperio asirio morirá de agotamiento y cansancio, como todos los imperios. Su ruina, pues, no tiene remedio, ya que está herido con herida incurable (v.19). Y los pueblos sojuzgados están esperando la hora de levantar la cabeza y batir palmas por la desaparición del imperio tiránico asfixiante. Todos los pueblos han sufrido sus arbitrariedades y sus exacciones (¿sobre quién no descargó sin tregua tu maldad? v.19), y por eso todos se sentirán alegres por la destrucción de Nínive, símbolo de la opresión esclavizadora.

 

1 Cf. Os 2:4ss. — 2 Cf. Jer 46:25; Ez 30:145. — 3 Bib. de Jér.: "serás dominada." — 4 Las palabras que hemos traducido por langostas y saltamontes son en hebreo yeleq, que parece ser la larva de la langosta, mientras que el arbeh sería ya la langosta formada.