Benedicto XVI clausura vía satélite el VI Encuentro Mundial de las Familias
domingo, 18 de enero de 2009
La familia, fundamento indispensable para la sociedad y para la iglesia
Queridos hermanos y hermanas:
1. Les saludo a todos
ustedes con afecto al término de esta solemne celebración Eucarística con la
cual se está concluyendo el VI Encuentro Mundial de las Familias en
Saludo de modo
especial al Señor cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, que ha
presidido esta celebración como mi Legado. Quiero expresar mi afecto y mi
gratitud al Señor cardenal Ennio Antonelli, así como a los miembros del Consejo
Pontificio para
Los mexicanos saben bien que están muy cerca del corazón del Papa. Pienso en
ellos y presento a Dios Padre sus alegrías y sus esperanzas, sus proyectos y sus
preocupaciones. En México el Evangelio ha arraigado profundamente, forjando sus
tradiciones, su cultura y la identidad de sus nobles gentes. Se ha de cuidar ese
rico patrimonio para que siga siendo manantial de energías morales y
espirituales para afrontar con valentía y creatividad los desafíos de hoy y
ofrecerlo como don precioso a las nuevas generaciones.
He participado con alegría e interés en este Encuentro Mundial, sobre todo con
mi oración, dando orientaciones específicas y siguiendo atentamente su
preparación y desarrollo. Hoy, a través de los medios de comunicación, he
peregrinado espiritualmente hasta ese Santuario Mariano, corazón de México y de
toda América, para confiar a Nuestra Señora de Guadalupe a todas las familias
del mundo.
2. Este Encuentro Mundial de las Familias ha querido alentar a los hogares
cristianos a que sus miembros sean personas libres y ricas en valores humanos y
evangélicos, en camino hacia la santidad, que es el mejor servicio que los
cristianos podemos brindar a la sociedad actual. La respuesta cristiana ante los
desafíos que debe afrontar la familia y la vida humana en general consiste en
reforzar la confianza en el Señor y el vigor que brota de la propia fe, la cual
se nutre de la escucha atenta de
3. La familia es un fundamento indispensable para la sociedad y los pueblos, así
como un bien insustituible para los hijos, dignos de venir a la vida como fruto
del amor, de la donación total y generosa de los padres. Como puso de manifiesto
Jesús honrando a
Sin embargo, esta labor educativa se ve dificultada por un engañoso concepto de
libertad, en el que el capricho y los impulsos subjetivos del individuo se
exaltan hasta el punto de dejar encerrado a cada uno en la prisión del propio
yo. La verdadera libertad del ser humano proviene de haber sido creado a imagen
y semejanza de Dios, y por ello debe ejercerse con responsabilidad, optando
siempre por el bien verdadero para que se convierta en amor, en don de sí mismo.
Para eso, más que teorías, se necesita la cercanía y el amor característicos de
la comunidad familiar. En el hogar es donde se aprende a vivir verdaderamente, a
valorar la vida y la salud, la libertad y la paz, la justicia y la verdad, el
trabajo, la concordia y el respeto.
4. Hoy más que nunca se necesita el testimonio y el compromiso público de todos
los bautizados para reafirmar la dignidad y el valor único e insustituible de la
familia fundada en el matrimonio de un hombre con una mujer y abierto a la vida,
así como el de la vida humana en todas sus etapas. Se han de promover también
medidas legislativas y administrativas que sostengan a las familias en sus
derechos inalienables, necesarios para llevar adelante su extraordinaria misión.
Los testimonios presentados en la celebración de ayer muestran que también hoy
la familia puede mantenerse firme en el amor de Dios y renovar la humanidad en
el nuevo milenio.
5. Deseo expresar mi cercanía y asegurar mi oración por todas las familias que
dan testimonio de fidelidad en circunstancias especialmente arduas. Aliento a
las familias numerosas que, viviendo a veces en medio de contrariedades e
incomprensiones, dan un ejemplo de generosidad y confianza en Dios, deseando que
no les falten las ayudas necesarias. Pienso también en las familias que sufren
por la pobreza, la enfermedad, la marginación o la emigración. Y muy
especialmente en las familias cristianas que son perseguidas a causa de su fe.
El Papa está muy cerca de todos ustedes y les acompaña en su esfuerzo de cada
día.
6. Antes de concluir este encuentro, me complace anunciar que el VII Encuentro
Mundial de las Familias tendrá lugar, Dios mediante, en Italia, en la ciudad de
Milán, el año 2012, con el tema: “La familia, el trabajo y la fiesta”. Agradezco
sinceramente al Señor cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Milán, su
amabilidad al aceptar este importante compromiso.
7. Confío a todas las familias del mundo a la protección de
Madre Santísima de Guadalupe,
que has mostrado tu amor y tu ternura
a los pueblos del continente americano,
colma de alegría y de esperanza a todos los pueblos
y a todas las familias del mundo.
A Ti, que precedes y guías nuestro camino de fe
hacia la patria eterna,
te encomendamos las alegrías, los proyectos,
las preocupaciones y los anhelos de todas las familias.
Oh María,
a Ti recurrimos confiando en tu ternura de Madre.
No desoigas las plegarias que te dirigimos
por las familias de todo el mundo
en este crucial período de la historia,
antes bien, acógenos a todos en tu corazón de Madre
y acompáñanos en nuestro camino hacia la patria celestial.