VOLUNTAD: ¿CUÁNDO Y CÓMO EDUCARLA?

Para saber la importancia que tiene la educación de la voluntad, tendremos que partir del concepto de educación.

¿Qué es educar?

 

         Educar cobija en su seno distintos significados. Educar es convertir a alguien en persona libre e independiente. Cautivar con argumentos positivos.

 

Educar es entusiasmar con los valores. Ayudar a nuestros hijos a que se desarrollen física, psíquica y espiritualmente.

 

Por eso alberga en su interior dos vertientes: comunicar conocimientos y promover actitudes. Información y Formación.

 

         Educar no es enseñar matemáticas, ni gramática ni historia… sino preparar a cada uno de nuestros hijos para vivir su historia personal de la mejor manera posible.

 

         Educar es despertar curiosidades, provocar sorpresas, enseñar a pensar y a resolver conflictos. (Enrique Rojas).

 

         En resumen: “Enseñarles a gestionar su propia vida con Éxito.”

 

         Para conseguir esto, la educación debe ser integral, es decir que tiene que comprender la educación de la inteligencia, la educación de los sentimientos y la educación de la voluntad. Pero es ésta última la que se encuentra en la base de las otras dos.

 

¿Qué es la voluntad?

 

         Educar la voluntad es la educación de las educaciones.

 

Se puede definir como la capacidad para hacer algo anticipando las consecuencias. Ponerse en movimiento para conseguir una meta pero aplazando la recompensa .Es tesón, empeño decidido, perseverancia que se crece ante las dificultades, energía y firmeza para no darse por vencido.

 

         La voluntad es la piedra angular del éxito en la vida y uno de los más excelentes rasgos de la personalidad

 

¿Cuándo empezar a educar la voluntad?

 

         Desde que nacen, porque hay un binomio formado por el orden y la constancia, que están en la base de la educación de la voluntad.

 

         El período sensitivo del orden se da entre los 0-3 años, que nos indica que es el mejor momento para trabajarlo. Empezaremos por el orden en los hábitos básicos: Higiene, alimentación y sueño. Seguiremos con el orden material para ir avanzando hacia un orden en el tipo de vida hasta llegar a tener una jerarquía de valores.

 

Poco a poco y según vayan avanzando en edad se irán dando los diferentes períodos sensitivos de otras virtudes como la obediencia, la generosidad, la fortaleza… y deberemos ir aprovechando para educarles en esas virtudes, ya que una persona con voluntad es una persona con virtudes.

 

¿Cómo podemos educar a nuestros hijos la voluntad?

 

1.-UNIDAD ENTRE PADRE Y MADRE: PROYECTO EDUCATIVO

 

         Para que se de esta unidad debemos tener los objetivos claros ¿Cómo queremos que sea nuestro hijo?¿Que virtudes queremos educarle? ¿Cómo lo vamos a hacer,¿Qué dificultades nos podemos encontrar?¿ Con qué ayudas podemos contar? TENER UN PROYECTO EDUCATIVO. Que se irá enriqueciendo y modificando según vaya creciendo nuestro hijo.

 

         Si funcionáis así evitaréis llevaros la contraria, y aunque haya diferencias, delante de los hijos los dos están de acuerdo, jamás se llevan la contraria.

 

         Si el niño nota nuestra discrepancia, deja de obedecer e incluso convierte a uno de los dos en su propio cómplice y acaba gobernando a los dos.

 

         Cada hijo es distinto y requiere una educación individualizada. Podemos y debemos tener un proyecto de familia, pero debemos adaptarlo a las características de cada hijo. Si lo tomas como un trabaja artesanal TRIUNFARÁS

 

2.-SINTONÍA ENTRE FAMILIA Y COLEGIO

 

         Es muy importante mantener la coherencia en planteamientos y actuaciones.

 

         La educación debe seguir siempre una misma línea.

 

         El Colegio, es un colaborador y como tal debe estar en sintonía con nuestros `planteamientos educativos.

 

         La falta de coherencia crea en los niños inseguridad.

 

3.- NORMAS SI, ORDENES LAS IMPRESCINDIBLES
 

         No debemos dar demasiadas órdenes y éstas deben ser justificadas. No vale un “porque lo digo yo”

 

         Las normas sin embargo, son como un mapa que les guía en el camino. Nuestros hijos necesitan las normas para saber cómo tienen que comportarse y qué se espera de ellos.

 

         Las normas deben ser: claras, concisas y breves debemos asegurarnos que  cuando se las damos estén tranquilos y que nos han entendido lo que tienen que hacer.

 

         Tener autoridad no es dar muchas órdenes. La autoridad es una mezcla de prestigio y persuasión

 

4.-LOS NIÑOS SON UN REFLEJO DE LOS MAYORES: EL EJEMPLO
 

          “La educación entra por los ojos, los oídos son un mero acompañamiento”.

 

         Lo que realmente se trasmite a los hijos es la actitud ante la vida y el ejemplo. Un ejemplo que sea un esfuerzo por mejorar.

 

         Hay que enseñarles a hacer lo que les pedimos, no vale con mandar, hay que acompañar.

 

         Debemos invertir tiempo en enseñar para no perder tiempo en corregir.

 

EDUCACIÓN POSITIVA: CUIDA SU AUTOESTIMA

 

         La autoestima implica saber y percibir que uno mismo tiene habilidades y cualidades positivas con las que conseguir objetivos y que además te sientes querido y aceptado en tu propia familia

 

         Si los padres nos sentimos orgullosos del trabajo bien hecho de nuestros hijos, estaremos motivándole para que vuelva a repetirlo.

 

         Para desarrollar la autoestima y la seguridad no basta con dar mensajes positivos hay que basarlos en éxitos conseguidos.

 

6.-TIEMPO DE CALIDAD: CUANDO ESTÉS CON TUS HIJOS CÉNTRATE

 

         Los niños necesitan que pasemos tiempo con ellos, compartir juegos y charlas y sobre todo que se les escuche.

 

         Muchas veces hemos estado con ellos toda una tarde pero sólo físicamente porque la cabeza estaba en otro sitio.

 

         Los niños son muy sensibles al grado de atención que reciben.

 

         Lo importante no son la cantidad de horas que pases con ellos sino la calidad.

 

         Por último, debemos tener en cuenta que:

 

                          EXIGENCIA+CARIÑO+TIEMPO
                                                               =
                           ÉXITO EN LA EDUCACIÓN
 

         Exigencia que quiere decir hacer cumplir las normas y pedir a cada hijo dar el máximo dentro de sus capacidades. Cariño que no es consentir sino tener en cuenta que la base de una buena educación se encuentra en el amor entre los padres, y el que éstos profesan a sus hijos. Tiempo para enseñar para jugar y para disfrutar.