"Test"
para saber si me salvo
Fuente: Catholic.net
Autor: P. Mariano de Blas
Lo único necesario, según Dios, es nuestra salvación eterna. Pero uno se puede
preguntar, se debe preguntar: ¿Ese último día, el día en que se van a repartir
los puestos del cielo, de la felicidad eterna o de la infelicidad eterna, ¿dónde
estaré yo? ¿Estaré a la derecha? ¿Estaré a la izquierda?
Hay una manera, una especie de test para saberlo, y es hacerse estas cuatro
preguntas. Una vez que se responden, puede uno, de manera relativamente segura,
adivinar si ese día estará a la derecha o estará a la izquierda.
La primera pregunta es: ¿Qué me dice mi pasado? Por pasado se puede entender
toda la vida desde el uso de razón: aproximadamente desde los siete u ocho años
hasta el día de ayer. ¿Qué me dice esa vida? ¿Me deja tranquilo, no me preocupa?
¿Puedo seguir igual, o debería cambiar radicalmente, para lograr un día llegar a
la puerta del cielo?. Esa sería la primera pregunta: ¿Qué me dice mi pasado?
Para los más jóvenes este pasado es breve, para otros es el período quizá más
largo; por lo tanto ese pasado tiene mucho que decirme.
La segunda pregunta es: ¿Qué me dice mi presente? Por presente podemos tomar en
cuenta lo que llevamos de este año. ¿Qué me dice ese presente? ¿Puedo decir que
es el mejor año; puedo decir que está siendo ya un año muy malo, el peor
incluso? ¿Puedo continuar igual y no habrá problemas, o realmente debo de dar un
cambio radical?.
Tercera pregunta: ¿Qué me dice mi futuro? Ciertamente el futuro no se puede
adivinar fácilmente; sin embargo, hay una manera de auscultarlo, una manera de
adivinarlo y es el preguntarme si, a medida que pasa el tiempo, voy mejorando o
voy empeorando; porque la línea tiende a seguir en la misma dirección. Si voy
mejorando, lo normal es que continúe mejorando. Si voy cada vez peor, lo normal
es que la línea siga bajando, que siga empeorando. Por eso uno puede adivinar el
futuro de su propia vida, viendo cómo va esa línea. Va hacia arriba, va hacia
abajo: así tenderá a seguir.
La cuarta pregunta puede ser ésta: ¿Qué me dice mi ambiente? Por ambiente tomo
todo el entorno social en que me muevo, comenzando por mi familia, mi esposo,
esposa, mis hijos, mis otros parientes, lecturas que tengo, lugares de
diversión, lugares de esparcimiento, viajes, trabajo profesional, amistades y
todo lo que me rodea. ¿Qué me dice ese ambiente?, o dicho de otra manera, si
sigo con ese ambiente, yendo a esos lugares, leyendo lo que leo, viendo lo que
veo, teniendo los amigos que tengo, ¿qué va a ser de mí? Muchas veces sucede
aquello de :"dime con quién andas, y te diré quién eres”. Muchas veces ocurre
que un buen ambiente mejora a las personas, pero también se da el caso de que
personas muy buenas y muy sanas se van corrompiendo, cada vez más, con un
ambiente adverso.
¿Qué me dice mi pasado, mi presente, mi futuro? ¿Qué me dice mi ambiente? Cada
uno puede responder a esas cuatro preguntas, y adivinar, de una manera más o
menos convincente, dónde se encontrará ese día: a la derecha o a la izquierda.
Recordemos, para concluir, que Dios no dice: “Hay una cosa muy importante”,
sino: “hay una sola cosa necesaria, que es nuestra salvación”. El que logra
arreglar este punto, ha logrado arreglar todo; pero el que arregla todo menos
esto, su propia salvación, podría recordar aquella frase del mismo Maestro, ¿"De
qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma ¨?.
¿Qué te dice tu pasado, tu presente, tu futuro, tu ambiente? Tú lo sabes. Sabes
ahora que lo más probable es que te salves... o que no te salves.