Oración de Thomas Merton

 

Esta es una de las oraciones más famosas de Thomas Merton, monje trapense y escritor, en la cual nos recuerda que somos seres finitos y que de la humildad que tengamos para reconocer nuestra dependencia de Dios, depende nuestra apertura a sus designios.

Además, esta oración siempre me evoca a la fe de María:

 

Dios, Señor Mío, no tengo idea de adónde voy.

No veo el camino delante de mí.

No puedo saber con certeza dónde terminará.

Tampoco me conozco realmente, y el hecho de pensar que estoy siguiendo tu voluntad no significa que en realidad lo esté haciendo.

Pero creo que el deseo de agradarte, de hecho te agrada.

Y espero tener ese deseo en todo lo que haga.

Espero que nunca haga algo apartado de ese deseo.

Y sé que si hago esto me llevarás por el camino correcto, aunque yo no me de cuenta de ello.

Por lo tanto, confiaré en ti aunque parezca estar perdido a la sombra de la muerte.

No tendré temor porque estás siempre conmigo, y nunca dejarás que enfrente solo mis peligros.

Amén