Las Maravillas de Dios
Indice:
Introducción
Este libro es un pequeño recordatorio para que no olvides tantas maravillas que
Dios ha creado para ti. El universo con todas sus galaxias y las galaxias con
los millones y millones de estrellas, que giran alrededor de un punto central a
millones de kilómetros por hora es una maravilla viviente. Lo mismo podemos
decir del sistema solar con sus planetas y satélites; y la tierra con todos los
árboles y plantas; y los animales con sus instintos naturales; y el cuerpo
humano con todos sus órganos. Todo nos habla de perfección, de armonía y de
orden.
Pero el ser humano, no sólo es cuerpo y materia, es también espíritu, tenemos un
alma inmortal. Y la belleza del alma no puede compararse con todas las
maravillas de la creación. Es algo inmensamente superior a todo. Un alma, llena
de Dios y de su amor, como en los santos, tiene una belleza tan grande que Dios
se goza en concederle dones místicos maravillosos como sutileza, bilocación,
hierognosis, perfumes celestiales, luces sobrenaturales... El alma humana, llena
de Dios, es la maravilla de las maravillas.
Por eso, considero que el reflexionar sobre tantas maravillas creadas, a la vez
que nos alegra, nos lleva a ser agradecidos a Dios y nos estimula en nuestro
camino hacia la santidad. Si tú no quieres ser mediocre, sino que aspiras a las
alturas de la belleza y del amor de Dios, este libro es para ti. Te deseo lo
mejor: que seas agradecido y que seas santo.
Capítulo 1: El universo
¿De dónde viene este universo tan grande y maravilloso en que estamos
sumergidos? ¿Existió desde siempre? ¿Ha sido creado por un ser Superior?
Prácticamente, todos los astrónomos actuales aceptan hoy la teoría de que el
universo apareció en un instante de creación mediante la violenta explosión de
una bola de fuego hace unos 15 (tal vez 20) mil millones de años1 .
Esta violenta explosión inicial o big bang, como suele llamarse, puede
comprobarse, porque el universo está en continua expansión. Dice el gran
astrónomo Gamow: Midiendo la velocidad de expansión de las galaxias, no es
difícil calcular la fecha de su comienzo, en que todo el material del universo,
que se encuentra ahora suelto y desparramado a través del espacio, estaba unido
y muy apretado. La fecha de este estado superdenso original del universo resulta
ser de hace dos o tres miliardos de años2 .
En 1965, los astrónomos Penzias y Wilson, según el New York Times,
escucharon el grito del universo al nacer, cuando utilizaban un
radiotelescopio para captar ondas de radio. Comprobaron una radiación de fondo
cósmico, que llena el espacio con un eco de ondas de radio en la longitud de
onda de 7,35 cm. Era, según ellos, como el llanto del recién nacido universo,
que llegaba ahora a nosotros después de quince mil o veinte mil millones de años
de su nacimiento. Por eso, decía el astrónomo jesuita de la NASA, padre Manuel
Carreira: Hemos encontrado las cenizas y el resplandor de aquel fuego inicial
y podemos estar seguros de su existencia, aunque la edad es todavía discutible.
Pero lo cierto es que, como dice el gran astrónomo Yakov Zeldovich: La
primera explosión es parte tan firme de la Física moderna como puede serlo la
mecánica de Newton.
Hablando de aquella primera fase de la explosión original, hay que decir que el
90% de los átomos eran de hidrógeno y casi un 10% de helio, y una fracción
ínfima era de deuterio (H pesado) y de helio (He-3).
Ya sabemos que el proceso que da lugar a las estrellas es la conversión del
hidrógeno primitivo en helio, lo cual produce una inmensa cantidad de luz y
energía. Las estrellas son como permanentes bombas atómicas de hidrógeno con
combustible para millones de años. ¿Cuántos millones de estrellas hay en el
universo? Nadie lo puede saber con seguridad. Algunos científicos hablan de
100.000 millones de galaxias, otros de 200.000 millones de galaxias, cada una
con unas 100.000 millones de estrellas. Por tanto, se calcula que el número de
estrellas del universo es de 200.000 trillones. Un número de 24 cifras.
Las estrellas no son todas iguales. Hay unas recién nacidas, otras son tan
antiguas como el universo. Las estrellas rojas son las más frías, con un calor
promedio de 3.700 grados, dando luz roja. Las estrellas amarillas, como nuestro
Sol, son de tipo medio con unos 5.500 grados centígrados. Las estrellas azules
son más calientes, con unos 7.000 grados y emiten luz azul. Pero hay algunas
estrellas supercalientes de hasta 50.000 grados, que emiten luz ultravioleta.
Unas estrellas son enanas, como del tamaño de la tierra. Otras son gigantes. La
estrella Betelguese es 27 millones de veces más grande que el Sol. Antares es
113 millones de veces más grande que el Sol. Y lo más impresionante es que cada
una de estas gigantes estrellas se mueve a velocidades de vértigo con una
precisión perfecta. Nada está quieto en el firmamento, todo se mueve con varias
clases de movimientos y con precisión absoluta. Muchas galaxias (conjunto de
estrellas) se mueven a la velocidad de 4 millones de kilómetros por hora. La
Constelación de Géminis a 9 millones de kilómetros por hora. Si se desviaran una
milésima de kilómetro de su órbita, sería una catástrofe cósmica. Pero en el
Cosmos hay un orden y una armonía perfectos. Todo está guiado por un plan
perfecto.
Nuestra galaxia se llama Via Láctea o Camino de Santiago. Desde 1974, se habla
de que nuestra galaxia tiene unos 200.000 millones de estrellas. Cada 10 años,
en nuestra galaxia, una estrella acrecienta de repente su brillo durante un
tiempo y se convierte en lo que se conoce como estrella nova (nueva). Según
algunos astrónomos, aparecen unas 25 novas cada año en una galaxia normal.
Cuando son muy grandes, a estas novas se les llama supernovas. Las novas duran
desde un par de días hasta varios meses; después se apagan o vuelven a su tamaño
normal. Las supernovas son más raras y se dan una, o acaso dos o tres, por siglo
en cada galaxia. Una supernova puede eclipsar con su fulgor durante días o
semanas al de miles de millones de estrellas que componen la propia galaxia,
pues puede brillar unas 200 millones o 250 millones de veces más que su brillo
normal.
Por otra parte, de la explosión de las supernovas provienen algunas pulsares,
que son estrellas de neutrones en rotación, que dan 650 vueltas por segundo y su
densidad es de mil millones de toneladas por centímetro cúbico. Estas estrellas
emiten haces de radiación con pulsaciones de periodicidad perfecta. Por eso, se
les llama pulsares. De ellas hay dos que emiten pulsaciones detectables desde la
Tierra, la Pulsar del Cangrejo y la Pulsar de la Vela, que emiten también rayos
X y rayos gamma. Las pulsares emiten las pulsaciones con tanta precisión que
pueden predecirse los tiempos de llegada de estas pulsaciones con un año de
antelación y una precisión mayor a un milisegundo.
Se supone que nace una estrella pulsar cada cuatro años y dura 4 millones de
años. El total de ellas puede llegar a un millón. También hay radioestrellas o
cuásares que son intensos emisores de ondas hertzianas de rayos X, y de rayos
infrarrojos y ultravioletas. Son los objetos más distantes del universo. Sus
dimensiones pueden ser como las del sistema solar, pero su radiación total sería
como el de 100.000 estrellas juntas. Son los objetos más luminosos del Cosmos.
La mayor radioestrella conocida es DA-240 con un diámetro de seis millones de
años luz. La radioestrella (quásar) más lejana de nosotros es la PKS 2.000-330,
que está a 15 mil millones de años luz y que es una de las más antiguas del
universo.
En nuestra galaxia, la estrella normal más cercana al Sol, el alfa del Centauro,
dista cuatro años luz. La Osa mayor está a 20 años luz. La estrella polar, que
guía a los navegantes hacia el norte, está a 250 años luz. Sagitario a 50.000
años luz. Y la galaxia más próxima a la nuestra, la Andrómeda, está a dos
millones de años luz de distancia y es cuatro veces más densa que la nuestra.
Actualmente, la Astronomía tienen muchas ramas, pues hay estudios especiales, no
sólo sobre las ondas de radio emitidas por los cuásares, sino también sobre los
rayos X, gamma, infrarrojos o ultravioletas, que proceden del Cosmos. Una de las
ramas especiales de la Astronomía es la que estudia los neutrinos, que son
partículas del átomo de carga neutra y de masa casi nula.
Pero no debemos confundir Astronomía con astrología. La Astronomía es una
ciencia y la astrología no, pues se basa en los horóscopos. Hace un tiempo, 258
científicos del mundo entero firmaron un manifiesto para desengañar al pueblo
crédulo, que se fía de la astrología. Dicen lo siguiente:
Es simplemente un error imaginar que las fuerzas ejercidas por las estrellas
y los planetas en el momento de nuestro nacimiento, pueden, de alguna forma,
determinar nuestro futuro. Tampoco es verdad que la posición de los objetos
celestes hagan que ciertos días o períodos de tiempo sean más favorables para
emprender algún tipo de actividad o que el signo, bajo el que uno ha nacido,
determine la compatibilidad de su relación con otras personas. Creemos que ha
llegado el momento de rechazar vigorosamente las afirmaciones pretenciosas de
los astrólogos charlatanes. Quienes continúan teniendo fe en la astrología, lo
hacen, a pesar de que no hay ninguna base científica para sus creencias y sí una
fuerte evidencia de lo contrario3 .
En cuanto al sistema solar, diremos que está a 20.000 años luz del centro de
nuestra galaxia. El Sol es una estrella pequeña del universo, y, al igual que
las demás estrellas, está compuesto fundamentalmente de hidrógeno, que se
convierte continuamente en helio, dando lugar en este proceso a una gran
cantidad de luz y de energía.
El Sol tiene nueve planetas: Tierra, Venus, Marte, Mercurio, Júpiter, Saturno,
Urano, Neptuno y Plutón; aunque para muchos científicos, Plutón no reúne las
características de un planeta.
Estos planetas tienen satélites, como la Tierra tiene a la Luna; hay unos 1.000
asteroides entre Marte y Júpiter, miles de cometas y millones de meteoritos. Y
todo se mueve en órbitas elípticas alrededor del Sol, y el Sol en órbita
gigantesca se mueve a la velocidad de 72.000 km por hora, tardando 150 millones
de años en dar una vuelta elíptica completa alrededor de la Constelación de
Sagitario dentro de nuestra galaxia. Esto sin contar que cada galaxia se mueve
también en órbita elíptica alrededor de un sistema de galaxias, y todo alrededor
de un centro general del universo... En el universo nada está quieto, todo está
en continuo movimiento.
La Tierra se mueve a una velocidad de dos millones y medio de kilómetros cada
día, alrededor de sí misma y alrededor del Sol. La Tierra gira alrededor de sí
misma a 25 km por minuto, y da una vuelta completa cada 24 horas, dando lugar
así a los días y las noches. Se mueve alrededor del Sol a 29.5 km por segundo,
106.000 km por hora, dándole una vuelta cada 365 días, originando así las
estaciones. Además, se mueve junto con el Sol en movimiento espiral alrededor
del núcleo de la galaxia. Y, en unión de la galaxia, alrededor de otro centro de
galaxias...
El Sol dista de la Tierra 150 millones de kilómetros, pero su luz, a la
velocidad de 300.000 km por segundo, nos llega en siete minutos. En nuestro
sistema solar se conocen un millar de cometas, aunque sus órbitas llegan a
nuestro sistema solar para no volver en miles de años. El cometa Donati apareció
en 1858 y no volverá a aparecer hasta dentro de 2.000 años. Algunos cometas
tardan 300.000 años en dar una vuelta completa a su órbita. Tienen órbitas
exactas y los astrónomos pueden calcular cuándo reaparecerán. Con el paso de los
años, estos cometas se desintegran y dan lugar a aerolitos. El cometa Biela se
desintegró la última vez que pasó por la tierra y apareció en el cielo una nube
de millones de aerolitos o estrellas fugaces durante muchas horas. Muchos
de ellos cayeron sobre la tierra en forma de bólidos. Cuando caen a la tierra,
se llaman meteoritos. Uno de los más conocidos está en el museo arqueológico de
New York. Los asteroides son cuerpos rocosos, que miden cientos de kilómetros de
diámetro, y son unos 1.000 entre Marte y Júpiter. Cuando se rompen, pueden caer
en la Tierra en forma de meteoritos.
Con respecto a la Tierra, digamos que tiene 12.000 km de diámetro y pesa unos
6.000 trillones de toneladas. Júpiter es 318 veces más grande, y el Sol un
millón y medio más. La Tierra recibe millones de toneladas de materia, que nos
vienen continuamente del espacio exterior en forma de polvo cósmico o restos de
meteoritos. En un año, esta materia cósmica podría cubrir toda la Tierra con 3
cm. de espesor.
Por otra parte, la Tierra recibe luz y calor del Sol, pero el Sol emite unas
radiaciones ultravioletas, que deberían derretir las plantas, animales y hasta
las rocas, haciendo imposible la vida en la Tierra; pero esto es evitado por la
capa de ozono.
El ozono es una variedad de oxígeno O3, cuyas moléculas constan de tres átomos
de oxígeno en vez de dos. Es como oxígeno pesado, con un átomo más de lo normal.
La capa de ozono protege a la Tierra de los peligrosos rayos ultravioletas y
está entre 15 y 40 kilómetros de altura. La capa de ozono es muy pequeña,
representa una milésima de la totalidad del aire, pero es lo suficiente como
para que podamos vivir. En la actualidad, esta capa está desapareciendo en
algunos lugares, especialmente en los polos, debido a los gases contaminantes de
las grandes industrias de los países desarrollados; esto hace que la temperatura
de la superficie de la Tierra y el mar esté subiendo, produciendo cambios
climáticos que pueden ser desastrosos en un futuro próximo, pues se están
derritiendo inmensas cantidades de hielo de los polos y de los nevados de
algunos países.
La Tierra se originó hace 5.000 millones de años. Los primeros restos atribuidos
a seres vivientes unicelulares se encuentran en rocas de Australia de 3.500
millones de años de antigüedad. Quizás la vida comenzó, se piensa, en el fondo
del mar. Hace tres mil millones de años aparecen las especies más antiguas de
seres vivos. Después vinieron las algas marinas y los pequeños animales y
plantas más primitivos. Hace 600 millones de años aparecen los primeros fósiles
marinos vivientes sin esqueleto... Un paso crucial fue la aparición de los
vertebrados, cuyo esqueleto interno sirve de apoyo a los órganos de locomoción y
fueron surgiendo los peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Hubo un
proceso evolutivo de millones de años hasta llegar a los antropoides como el
oreopiteco, australopiteco, sinántropo, pitecántropo...
Un factor de importancia crucial en la trayectoria de la vida en la Tierra es el
proceso catastrófico de extinción que, en diversas ocasiones, eliminó en muy
poco tiempo hasta el 90% de las especies vivientes de la Tierra, en un momento
dado. Se encuentran indicaciones de cinco grandes episodios de extinción en los
últimos quinientos millones de años, aproximadamente, y, en cada caso, la
evolución cambió drásticamente de rumbo; el caso más conocido es el de la
desaparición de los grandes reptiles, hace sesenta y cinco millones de años. De
no haber ocurrido, es muy dudoso que los mamíferos constituyesen hoy la forma de
vida más desarrollada.
Las extinciones parecen haber ocurrido, al menos en algunos casos, por el
impacto de cuerpos celestes de varios kilómetros de diámetro: asteroides como
los que todavía se encuentran a millares en el espacio entre Marte y Júpiter,
con trayectorias que llevan a algunos de ellos a cruzar la órbita de la Tierra.
Muy probablemente la desaparición de los dinosaurios siguió a la caída de un
cuerpo de diez kilómetros de diámetro sobre la península de Yucatán, donde las
prospecciones petrolíferas han encontrado un cráter de doscientos kilómetros de
diámetro, parcialmente situado bajo el mar Caribe. Se puede calcular el efecto
de tal proyectil, penetrando la atmósfera a unos treinta kilómetros por segundo:
causaría una onda de choque con temperaturas de miles de grados que produciría
incendios a escala continental. El impacto con la corteza terrestre
volatilizando miles de millones de toneladas de roca, volvería opaca la
atmósfera durante años con la consiguiente muerte de la mayor parte de las
plantas y animales. Tal vez los efectos concomitantes de terremotos, tsunamis y
volcanismo, extendieron aún más el período destructivo, de tal modo que la vida
tuvo que rehacerse a partir de formas básicamente sencillas y más resistentes...
La trayectoria de la evolución es, por tanto, única. No es posible predecir que
algo semejante se hubiese dado en cualquier posible repetición de la historia
del planeta .
El mismo padre Manuel Carreira, en su libro Metafísica de la materia, dice:
La opinión científica considera cada vez más difícil el que se haya dado en
otros lugares el conjunto de condiciones que se dieron en nuestro planeta y que
influyeron decisivamente en su habitabilidad y en el desarrollo de la vida hasta
el hombre. Entonces, ¿existen los extraterrestres? No lo sabemos, pero no
tenemos datos ni siquiera para calcular una probabilidad con visos de valor
científico.
Digamos solamente que la Tierra es un planeta privilegiado y que la vida ha sido
dirigida hasta el final por un ser Superior.
Capítulo 2: Reflexiones de Jean Guitton
¿Por qué hay algo en lugar de nada? ¿Qué sucedió al principio de los tiempos
y dio origen a todo lo que hoy existe, a esos árboles, a esas flores, a esos
transeúntes que andan por la calle? ¿Qué fuerza ha dotado al universo de todo lo
que existe?... Los objetos más familiares pueden conducirnos hacia los enigmas
más inquietantes. Por ejemplo, esta llave de hierro que está sobre mi
escritorio, delante de mí. Si pudiera reconstruir la historia de sus átomos,
¿hasta dónde tendría que remontarme?... El metal de mi llave es tan antiguo como
la misma Tierra, cuya edad es hoy estimada en cuatro mil quinientos millones de
años. ¿Significa esto el fin de nuestra investigación? Intuyo que no.
Seguramente es posible remontarse aún más al pasado para encontrar el origen de
la llave... Este pequeño trozo de metal contiene toda la historia del universo,
una historia que comenzó hace miles de millones de años, antes de la formación
del sistema solar... El cerrajero que fabricó la llave no sabía que la materia
que martillaba había nacido en el torbellino ardiente de una nube de hidrógeno
primordial. Debemos remontarnos hasta el origen del propio universo, para
encontrarnos así a quince mil millones (o veinte mil millones) de años atrás.
¿Qué pasó en ese momento? La física moderna nos dice que el universo nació de
una gigantesca explosión que provocó la expansión de la materia. Todavía hoy
podemos observarla; por ejemplo, en las galaxias. Esas nubes constituidas por
centenares de miles de millones de estrellas, continúan alejándose unas de otras
por el empuje de esa explosión inicial...
A partir de ese momento, durante millones de años, el universo será anegado por
radiaciones y por un turbulento plasma de gas. Al cabo de unos cien millones de
años, en medio de inmensos torbellinos de gas, se forman las primeras estrellas.
En su seno se van a fusionar los átomos de hidrógeno y de helio para dar origen
a los elementos pesados, que acabarán apareciendo mucho más tarde, miles de
millones de años después5 .
Estudiemos ahora la historia de la Tierra. Hace unos 5.000 millones de años que
existe. Después de mil millones de años de existencia, no había en ella más
que inmensos desiertos de lava fundida que vomitaban sin interrupción columnas
de vapor y de gas a varios kilómetros de altura. Poco a poco, esas nubes oscuras
se acumularon y formaron la primera atmósfera de la Tierra con gas carbónico,
amoníaco, óxido de carbono, nitrógeno e hidrógeno.
Pasaron millones de años. Lentamente, el calor comenzó a decaer, la Tierra se
fue apagando. En ese momento la lava tenía forma de una pasta, tibia aún, sobre
la que ya se podía nadar. El primer continente acababa de nacer. Es entonces
cuando ocurrió un acontecimiento capital: las nubes, que giraban en el cielo, se
condensaron y la primera lluvia del mundo comenzó a caer. Durará siglos. El agua
invadió casi todo el planeta, rompió todas las depresiones hasta que formó el
océano primitivo. Durante centenares de miles de años, olas gigantescas
golpearán las rocas.
La Tierra, el cielo y las aguas, estaban todavía vacíos. Sin embargo, las
moléculas primitivas eran constantemente agitadas por las monstruosas tormentas,
que se desencadenaban, quebrantadas incansablemente por la formidable radiación
ultravioleta del sol. En este estadio, surgió lo que parecía un milagro. En el
corazón de este caos, se juntaron y se combinaron algunas moléculas para formar
progresivamente estructuras estables, reflejo de un orden. Ahora una veintena de
aminoácidos existía en los océanos: Eran los primeros ladrillos de la materia
viva6 .
Y podemos preguntarnos: ¿Quién elaboró los planos de la primera molécula de ADN,
portadora del mensaje inicial, que permitió reproducirse a la primera célula
viva? La aventura de la vida está ordenada por un principio organizador
Superior, sin duda alguna.
Dice Jean Guitton: La vida es la historia de un orden cada vez más elevado y
general. Porque, a medida que el universo vuelve a su estado de equilibrio, se
las arregla, a pesar de todo, para crear estructuras cada vez más complejas...
Ilya Prigogine, premio Nóbel de Química, declaró un día: "Lo asombroso es que
cada molécula "sabe" lo que harán las otras moléculas simultáneamente y a
distancias macroscópicas. Nuestros experimentos muestran que las moléculas se
comunican. Todo el mundo acepta esta propiedad en los sistemas vivos, pero es,
por lo menos, inesperada en los sistemas inertes7 .
Por eso, Francis Crick, premio Nóbel de Biología por el descubrimiento del ADN,
dice: Un hombre honesto, que estuviera provisto de todo el saber que hoy está
a nuestro alcance, debería afirmar que el origen de la vida parece actualmente
provenir del milagro, tantas condiciones es preciso reunir para establecerla8
.
Y el mismo Jean Guitton dice: El universo es un vasto pensamiento. En cada
partícula, átomo, molécula o célula de materia, vive y obra, a espalda de todos,
una omnipresencia. Esto quiere decir que, en efecto, el universo tiene un eje, o
mejor, un sentido. Este sentido profundo se encuentra en su interior, bajo la
forma de una causa transcendente... Si veo un progreso constante de la materia
hacia estados más ordenados; si hay una evolución de las especies, todo me lleva
a pensar que en el fondo mismo del universo, hay una causa de la armonía de las
causas, una inteligencia. La presencia de esta inteligencia en el corazón mismo
de la materia, me aparta para siempre de la concepción de un universo que habría
aparecido por azar, que habría producido la vida por azar y la inteligencia
también por azar...
Tomemos un caso concreto: una célula viva está compuesta de una veintena de
aminoácidos, que forman una cadena compacta. La función de estos aminoácidos
depende, a su vez, de alrededor de 2.000 encimas específicas. Siguiendo el
razonamiento, los biólogos han decidido que la probabilidad de que un millar de
encimas diferentes se unan ordenadamente para formar una célula viva (a lo largo
de una evolución de varios miles de millones de años) es del orden de uno entre
10 1.000, que es tanto como decir que la probabilidad es nula9 .
Otro ejemplo, para que la unión de nucleótidos conduzca por azar a la
elaboración de una molécula de ARN utilizable, es necesario que la naturaleza
multiplique a tientas los ensayos durante al menos 1015 años, es decir, un
tiempo cien mil veces más largo que la edad total de nuestro universo...
Concluyo, diciendo que, al observar la pasmosa complejidad de la vida, el
universo es inteligente, es decir, una inteligencia transcendente ordenó (en el
mismo instante de la Creación) la materia que ha dado origen a la vida10
.
Todos los detalles del universo han sido cuidadosamente previstos. Si
cambiáramos cualquiera de estos detalles, todo desaparecería. Si aumentáramos
apenas en un uno por ciento la intensidad de la fuerza nuclear, que controla la
cohesión del núcleo atómico, suprimiríamos cualquier posibilidad de que los
núcleos de hidrógeno permanecieran libres. Estos se combinarían con otros
protones y neutrones para formar núcleos pesados. Y al no existir el hidrógeno,
no podría combinarse con los átomos de oxígeno para producir el agua
indispensable para el nacimiento de la vida. Por el contrario, si disminuimos
ligeramente esa fuerza nuclear, la función de los núcleos de hidrógeno se hace
entonces imposible. Sin función nuclear, no hay soles, no hay fuentes de
energía, no hay vida. Lo mismo pasa con la fuerza electromagnética. Si la
aumentáramos muy ligeramente, intensificaríamos la relación entre el electrón y
el núcleo; entonces, no serían ya posibles las reacciones químicas que resultan
de la transferencia de electrones a otros núcleos. Una gran cantidad de
elementos no podrían formarse y en un universo así, las moléculas de ADN no
tendrían ninguna posibilidad de aparecer.
En cuanto a la fuerza de la gravedad, si hubiera sido apenas un poco más débil
en el momento de la formación del universo, las primitivas nubes de hidrógeno
nunca habrían podido condensarse y alcanzar el umbral crítico de la fusión
nuclear, y las estrellas nunca se habrían encendido. Por el contrario, una
gravedad más fuerte habría conducido a un verdadero desbocamiento de reacciones
nucleares, y las estrellas se habrían abrazado furiosamente y habrían muerto tan
deprisa que la vida no habría tenido tiempo de desarrollarse.
En resumen, cualesquiera que sean los parámetros considerados, la conclusión es
siempre la misma: si se modifica su valor, por poco que sea, suprimimos
cualquier posibilidad de eclosión de la vida. Por eso, las constantes
fundamentales, que han permitido la aparición de la vida, parecen, pues,
ajustadas con una precisión maravillosa... Todo esto no hace sino confirmar mi
convicción: ni las galaxias ni sus miles de millones de estrellas, ni los
planetas y las formas de vida que albergan, son un accidente o una simple
fluctuación del azar. No hemos aparecido, así como así, un buen día cualquiera,
porque un par de dados cósmicos hayan caído bien. Dejemos eso para quienes no
quieren afrontar la verdad de las cifras... La probabilidad matemática de que el
universo haya sido engendrado por azar es prácticamente nula11 .
Capítulo 3: Dios Existe
Una de las conclusiones más ciertas y contundentes del estudio de la armonía y
perfección de tantas maravillas del universo, es que Dios existe, pues el
universo no ha podido ser creado por simple azar o por una materia eterna, como
dicen los marxistas.
El universo no es eterno, como lo demuestra claramente la teoría del big bang.
Está demostrado científicamente que todo surgió de una primitiva explosión hace
unos 20.000 millones de años; y el universo, todavía joven, está aún en período
de expansión. La expansión de las galaxias nos lleva a pensar que todas debieron
partir de un punto común. El premio Nóbel de Física, Alfred Kastler, decía en
agosto de 1968: La idea de que el mundo, el universo material, se ha creado
él mismo me parece absurda. Yo no concibo el mundo sin un Creador. Para un
físico, un solo átomo es tan complicado y supone tal inteligencia que un
universo materialista carece de todo sentido.
El premio Nóbel de Física, Carlos Rubbia, dice: Hablar del origen del mundo
lleva a pensar en la Creación... Para mí, está claro que esto no puede ser
consecuencia de la casualidad12 .
Hoy sabemos que ninguna estrella puede brillar un tiempo infinito. Se le
acabaría el combustible. Un universo eterno es incompatible con la existencia de
procesos físicos irreversibles13 .
Otro argumento para demostrar que la materia no puede ser eterna es la
transformación de unos elementos radiactivos en otros. Si la materia fuera
eterna, ya no quedaría potasio-40, ni rubidio-87, ni uranio-235, pues ya se
habrían transformado totalmente. Si hoy queda todavía en el mundo potasio y
uranio radiactivos, es porque todavía no han transcurrido los miles de años
necesarios para que se transformen en argón y plomo respectivamente. Se sabe que
la mitad del uranio, que contiene una roca, se transforma en plomo al cabo de
4.000 millones de años.
El Sol se está apagando. Su hidrógeno se convierte en helio a un ritmo de 630
toneladas por segundo. Como conocemos su masa, podemos calcular que la vida del
Sol es de cien mil millones de años. Como ya lleva existiendo 5.000 millones de
años, le quedan todavía unos 95 mil millones de años.
Según Paul Davies, profesor de Matemáticas del Kings College de Londres: El
fin del Cosmos se calcula para dentro de cien mil millones de años14
.
La famosa ley de la entropía condena fatalmente el universo a lo que se ha
llamado su muerte térmica. Todos los procesos del Cosmos se desarrollan en el
sentido de que las cantidades de energía libre o aprovechada van disminuyendo
continuamente. A esto se llama el proceso de degradación de la energía o que
cada vez hay menos energía disponible. La energía total del universo permanece
constante en cantidad, pero no en calidad, pues va degradándose y no haciéndose
disponible para más transformaciones. Por eso, si no admitimos una acción
continua de algo o de alguien, fuera del universo, un día el universo será un
universo estático y muerto. Quizás sea dentro de billones de años, pero el reloj
de arena del universo se vacía lenta e inexorablemente. Según el gran astrónomo
Wulf, de la ley de la entropía se sigue la consecuencia fatal de que el universo
algún día debe sucumbir por la muerte térmica.
Por eso, actualmente, ser ateo y rechazar que el universo tuvo un comienzo
debido a una causa exterior, es simplemente ser un ignorante.
Antes, cuando en los siglos XVIII y XIX, ciencia y religión se hallaban en
conflicto, a los católicos les llamaban retrógrados, ignorantes y oscurantistas.
Ahora, por una curiosa ironía de los tiempos, estos cariñosos adjetivos los
podemos dirigir con mucha mayor razón a los ateos recalcitrantes, que realmente
dan muestras de atraso e ignorancia, cuando se empeñan en seguir defendiendo la
eternidad de la materia a pesar de que la ciencia moderna, con pruebas
experimentales, nos indica claramente que la materia tiene una edad y un
principio en el existir15 .
Jean Guitton decía: Si los ateos estuvieran tan seguros de tener razón, no
serían tan agresivos. Su celo, su propaganda, su crueldad, derivan precisamente
de su falta de seguridad y de que quieren adquirirla por contagio, por la fuerza
del número, por el convencimiento que nace de la unanimidad... Sólo están en paz
consigo mismos aquellos grandes ateos, abiertos a todo, que pueden decir: Yo no
creo en Dios y, a menudo, incluso lo niego; pero, si alguna vez existiera, me
echaría en sus brazos16 .
Decía Valery en sus Carnets: Si Dios existiera, si sólo pudiera creer que
existe, sería perpetuamente feliz. No podría interesarme ya en otra cosa que no
fuera Él. Me sentiría rodeado de ternura y protección. Los placeres del mundo no
serían nada, la muerte no sería nada. Si yo supiera que Dios existe, si mi vida
no fuere más que una demora de mi encuentro con Él, aunque esta vida fuese
dolorosa, sería suave como la larga espera de una mujer amada, de cuya llegada
se está absolutamente seguro. Si Dios existiera, nada me importaría. Si Dios
existiera, me parece que yo sería naturalmente bueno con todo el mundo, como un
hombre súbitamente millonario, que vaciara sus sacos de dinero por todas partes
por simple placer. Si Dios existiera, me parece que mis culpas pasadas serían
absorbidas en Él y perdonadas, por el hecho mismo de que yo las reconocería como
culpas... Pero Dios no se da a conocer y en el mundo todo ocurre, incluso para
los que creen en Él, como si no existiera17 .
En conclusión: El mensaje más importante de la Física teórica de los últimos
años, es haber sabido descubrir el origen del universo: un océano de energía
"infinita". Y lo que los físicos designan con el nombre de simetría perfecta,
tiene otro nombre para mí: enigmático, infinitamente misterioso, omnipotente,
originario, creador y perfecto. No me atrevo a nombrarlo, porque cualquier
nombre es imperfecto para designar al SER sin igual18 . Nosotros
lo llamamos Dios.
Capítulo 4: Maravillas de la Naturaleza
Desde las órbitas innumerables e inconmensurables de las estrellas hasta el
pequeño mundo del átomo, la naturaleza se rige por unas leyes perfectas. El
átomo es una parte pequeñísima de la materia, pero que en sí mismo es un mundo
perfecto. El átomo de hidrógeno, que es el más simple, tiene un núcleo con un
protón y un neutrón. El protón es de carga eléctrica positiva y con una masa
1.837 mayor que el electrón. El neutrón es de carga neutra, mientras que el
electrón es de carga negativa. El electrón gira sobre sí mismo y alrededor el
núcleo, con una velocidad de vértigo, pero en elipses perfectas. Además, en el
átomo existen otros elementos, que hacen de él un mundo perfecto y maravilloso,
pero desconocido todavía en su plenitud.
Tengo entre mis manos una flor. Algo espontáneamente complejo. En ella danzan
miles y miles de millones de átomos, cuyo número supera al de todos los posibles
seres que hay en nuestro planeta y más que los granos de arena de todas las
playas. Y todo es tan perfecto que da lugar a la bella flor que puedo
contemplar.
En cuanto a la composición del aire, por cada cuatro partes de nitrógeno, hay
una parte de oxígeno. Otras mezclas serían peligrosas. Los enormes océanos con
sus billones de seres vivos comenzarían a pudrirse, si la sal no los preservara
de la corrupción. Para esto se requiere un cuatro por ciento, más o menos, de
sal en el agua. Es la proporción que encontramos en los mares.
Si no existiera el aire, la luz del Sol no estaría uniformemente repartida sobre
la tierra, no tendríamos los tintes encendidos y encantadores de las auroras
matinales y de los crepúsculos vespertinos. Sin aire, los rayos del Sol nos
herirían súbitamente por la mañana a su salida y nos harían pasar rápidamente,
en el ocaso, de la claridad deslumbrante a las tinieblas de la noche.
La capa de ozono, que rodea la tierra, evita que los rayos ultravioletas, que
nos vienen del Sol, puedan derretir las plantas, animales y hasta las mismas
rocas. Sin esta capa de ozono, sería imposible la vida en la tierra.
En un milímetro de papel hay mil billones de átomos de hidrógeno, oxígeno,
carbono…, unidos en moléculas o grupos de átomos. Y esos átomos no están quietos
formando una masa, sino muy separados unos de otros, moviéndose a velocidades
vertiginosas. El electrón del hidrógeno se mueve a razón de 2.000 kilómetros por
segundo, girando alrededor del núcleo. Da 6 billones de vueltas al núcleo por
segundo. Y todo en un orden exacto y perfecto. El mundo de los átomos es como el
de los astros: un mundo maravilloso, que todavía no podemos comprender en toda
su amplitud.
Una gota de agua, tan cristalina y refrescante, contiene más de 10.000 billones
de átomos de hidrógeno y más de 5.000 billones de átomos de oxígeno. Es una
maravilla. Un vaso de agua, es una maravilla con billones y billones de átomos
cristalinos, líquidos suaves y refrigerantes, que están en continuo movimiento a
velocidades incomprensibles para nosotros.
Las hojas de las plantas son como nuestros pulmones. Son el órgano de
respiración de los vegetales y un laboratorio precioso donde se fabrican los
alimentos mismos. Usando la sustancia llamada clorofila, recogen sustancias
absorbidas por las raíces y las transforman en azúcares, grasas, proteínas y
almidones para la alimentación de toda la planta. Es como un laboratorio
perfecto. Además, las hojas convierten el anhídrido carbónico en oxígeno.
Al respirar, todos los animales, incluido el hombre, expiran anhídrido
carbónico. Pues bien, pensemos que todo el anhídrido producido por la
respiración de todos los animales del planeta más el de todas las chimeneas y
todos los incendios del mundo, debe ser enorme. Si no hubiera un modo para que
desaparezca del ambiente, en poco tiempo la atmósfera de la tierra sería
irrespirable. Pues bien, las hojas de las plantas aspiran el anhídrido
carbónico, lo descomponen y, tomando el carbono, expelen el oxígeno, purificando
continuamente el aire. Un metro cuadrado de hojas de laurel rosa, descompone en
una hora 1.108 litros de anhídrido carbónico. Un prado absorbe por término medio
y por hectárea, cada año, una cantidad de carbono de 325.000 litros. ¡Una
verdadera maravilla de la naturaleza!
El mundo de las flores es otra de las cosas más hermosas de la naturaleza. Hay
un millón de distintas clases de flores, descritas por los botánicos, vistiendo
el mundo de belleza y fragancia. Las orquídeas son de las flores más hermosas.
Forman una familia de al menos 6.000 especies y más de 120.000 variedades. Las
especies tropicales son, en verdad, fantásticas y son de rarísima belleza por
sus vivos colores.
Hay plantas insectívoras, que no pueden encontrar en el lugar donde viven
suficiente alimento y tienen necesidad de completar su régimen alimenticio,
absorbiendo jugos de animales. Una de éstas es la llamada Drosophyllum
lusitanum, pues vive en las arenas y áridas rocas de Marruecos y Portugal.
Sus hojas son alargadas y sutiles, y parten todas de una misma base. Están
llenas de pelos viscosos y son astutas cazadoras de liga. Las moscas y otros
incautos insectos, atraídos por el grato perfume de miel, que exhalan, se
acercan a ellas. Se posan en sus hojas y quedan prendidos en ellas. El insecto
muere y se descompone al poco tiempo. La planta absorbe los jugos del insecto
por medio de unas glándulas especiales para el caso. Otras plantas insectívoras
son la Drosera rotundifolia y la Dionaea muscipula, llamada
vulgarmente, atrapamoscas, pues realmente atrapa moscas e insectos, cuyos jugos,
suficientemente transformados y digeridos, son parte de su dieta normal. Entre
ellas están también la drosera, el nepente, la sarracenia y la urticaria.
Otra maravilla de la naturaleza es la planta de trigo. Tiene tres milímetros de
base y mil o mil quinientos milímetros de altura. Esta plantita de trigo debe
sostener en su cumbre el peso de la espiga, que, cuando está madura, excede a
todo el peso de la planta. No obstante, la vemos erguida. A veces, sopla el
viento con violencia y se balancea y se agita, pero no se cae fácilmente. Son
verdaderas obras de arquitectura elástica.
La planta, llamada sensitiva o dormidera, es una planta muy excitable y
reacciona con rapidez, en menos de un segundo, ante la amenaza de ser comida. El
menor roce, la sombra de una nube o de un pájaro, basta a veces para que sus
hojitas se replieguen, dando la impresión de que las hojas han desaparecido. Su
ramaje se inclina y toda la planta se muestra excitada. Pero hay algo más
sorprendente: esta excitación puede suprimirse y puede insensibilizarse,
adormeciendo la planta. Basta para ello colocarla bajo una campana junto con una
esponja empapada de cloroformo. La sensitiva, al igual que un enfermo en
la clínica, pierde su sensibilidad y se la puede tocar y mover sin que muestre
excitabilidad, pues se halla cloroformizada o anestesiada.
Entre las plantas, las hay venenosas, que los animales conocen instintivamente.
Pero también hay plantas que son medicinales, de las cuales el hombre saca
productos para curar enfermedades. Por ejemplo, la belladona, la salvia
oficinal, el llantén, el eucalipto, la menta, el poleo, la malva, la borraja…
Hay flores medicinales como la árnica, violeta, malva, tilo, saúco, borraja,
manzanilla, clavel…
Algunas plantas para defenderse, usan pelos que, muchas veces, se vuelven
rígidos, duros y largos, impidiendo que los herbívoros se atrevan a tocarlas,
como la borraja. Otras tienen aguijones en sus troncos o en las ramas. Estos
aguijones son más fuertes y largos que los pelos y, generalmente, están
lignificados, lo que los hace más consistentes, como en el rosal, la zarza, el
palo borracho… Otras tienen espinas, que se distinguen de los aguijones, pues
éstos son más fáciles de arrancar. Tienen espinas los cactos y la mayoría de los
árboles de los montes secos. También hay plantas como las ortigas, que segregan
venenos y ácidos que provocan ardores, vómitos, hemorragias y hasta graves
trastornos. En Java, hay una ortiga llamada hoja del diablo, que causa
dolores por varios años. Hay plantas, que segregan olores repugnantes, como la
planta llamada cuerno del diablo. Su olor es producido por una sustancia,
que segrega la parte ventral de sus hojas.
Algunas plantas, para resistir largas sequías y evitar una transpiración
excesiva, deben adoptar defensas especiales: las hojas se reducen y toman, a
veces, forma de espinas como en las casuarinas. En ciertos casos, la
supresión es completa como en los cactos y en las tunas.
En cuanto a semillas, diremos que las semillas de la palmera de domo africana,
en forma de huevo, son tan duras que hace falta una sierra para cortarlas. La
semilla más grande del mundo es la de la palmera isleña y pesa 20 kilos. Las
semillas de la planta de aceite de ricino, contienen esta sustancia, el ricino,
que es unas 5.000 veces más venenosa que el cianuro. Las semillas más pequeñas
del mundo las produce la orquídea. Son tan pequeñas que no pueden verse con
claridad a simple vista. Una caja de fósforos, contiene 7.500 millones de estas
semillas.
En los desiertos de América del Norte crece un arbusto, llamado gobernadora.
Crece muy lentamente y genera nuevas plantas desde las raíces. Estos clones se
esparcen alrededor del arbusto madre en forma de anillo. Luego brotan nuevas
plantas de sus raíces, de modo que el círculo va aumentando constantemente de
diámetro, a razón de un metro cada 500 años. El espécimen más viejo está en el
desierto de Mojave en California y tiene 11.000 años. La planta original murió
hace mucho tiempo, pero sus clones, que comparten sus mismos genes, continúan
viviendo, convertidos en una planta potencialmente inmortal.
Las secoyas gigantes pesan alrededor de 5.000 toneladas y crecen hasta alcanzar
los 90 metros; y algunas hasta 110 metros de altura. Son probablemente los seres
vivientes más grandes y pesados que hayan existido sobre la tierra… Algunas
tienen más de 3.000 años de edad y miden unos 12 metros de diámetro.
El Eucaliptus regnans de Australia pasa de los 165 metros. La Viña,
llamada de La Misión, de Los Ángeles, tiene una ramificación tan
exuberante que cubre unos 1.000 pies cuadrados. El famoso Convolvutus de
Caracas mide 300 metros de circunferencia. El baobab, árbol de Senegal y Cabo
Verde, presenta sólo unos 24 metros de altura, pero su ingente ramaje forma una
bóveda de 200 metros de contorno. Puede medir hasta 50 metros de diámetro y vive
2.000 años. El Drago de Orotava, en las islas Canarias, tiene unos 8.000
años de antigüedad.
¡Cuántas maravillas hay en la naturaleza! ¡Alabemos a Dios por ellas!
Capítulo 5: Maravillas en los animales
Veamos algunas de las maravillas de los instintos de los animales. Entre los
animales hay tres millones de especies diversas, de las cuales, un millón es de
especies de insectos. Una de las cosas más hermosas, es el instinto de las
abejas. Ellas recogen el néctar de las flores y, en este proceso, el polen de
las flores se pega a sus patitas y a sus cuerpos. Como van de flor en flor,
cogiendo más néctar en cada flor, van depositando el polen que llevan pegado,
colaborando así en la fecundación de las distintas plantas. El polen que tienen
las abejas pegado a sus patitas (y esto ocurre con otros insectos), lo van a
depositar en los ovarios de las distintas flores, y así las fecundan, dando
lugar a la formación de los frutos o de las semillas para formar nuevas plantas.
Sin abejas y sin insectos, habría pocos frutos o semillas nuevas, pues las
flores serían estériles, a no ser por la acción del viento, que también ayuda en
la fecundación.
Por otra parte las abejas, al día siguiente de nacer, se emplean en trabajos
domésticos de limpieza. A los 6 días, se hacen nodrizas de las larvas, a las que
cuidan y alimentan. A los 9 días, cuidan las larvas mayores, que necesitan más
cuidados. A los 13 días, ascienden a cereras, productoras de cera, y
constructoras de celdas en la colmena, permaneciendo así hasta el día 18. A los
19 días, llegan a ser recolectoras de néctar y agua hasta que mueren a los 46
días. También hay abejas guardianes, que cuidan la entrada de la colmena. Las
ventiladoras ventilan la colmena con sus alas, produciendo 440 aleteos por
segundo. Las arquitectas, diseñan las celdas, que luego terminarán las
albañiles, cereras y escultoras. Las abejas químicas se encargan de instalar en
la miel una gota de ácido fórmico para asegurar su conservación. Las necrófilas
se llevan lejos los cadáveres... ¡Una organización social maravillosa!
Todas son estériles menos la reina, que es una verdadera máquina de poner
huevos: 3.000 huevos diarios, cada uno en su debida celda. Las abejas normales
viven solamente 46 días, pero la Reina puede vivir varios años. Ella se alimenta
de jalea real y tiene una escolta que la cuida constantemente. Si se saca a la
Reina de la colmena, todas las abejas dejan de trabajar y las larvas se mueren;
pero, si se la vuelve a instalar, todo comienza de nuevo como antes.
La abeja Reina mantiene controlada la colonia, produciendo unos olores
compuestos de hormonas, llamadas feromonas, que impiden el desarrollo sexual de
las obreras y reprimen así su impulso sexual. Cuando, al final de su reinado, el
olor que emana la reina es demasiado diluido para mantener el orden social, se
aleja a otra zona, llevándose entre 1.500 a 30.000 obreras. Las obreras ya
habrán preparado posibles nuevas reinas para ocupar su lugar. La primera en
salir, clava su aguijón en sus hermanas para convertirse en la única Reina.
Para que nazca una Reina es preciso que las larvas sean alimentadas con jalea
real durante su desarrollo. Las demás abejas sólo reciben este manjar durante
los tres primeros días de su vida y después son alimentadas con polen y miel.
Privadas de la jalea real, a los tres días de nacidas, los ovarios de las abejas
hembras no se desarrollan y se incapacitan para producir descendencia.
Los zánganos, que no hacen nada, son los machos de la colmena. Pueden ser
cientos en una colmena de 50.000 abejas. Su único trabajo es fecundar a la
Reina. El más fuerte y rápido la fecunda y, después de fecundada, la Reina mata
al zángano padre.
La colmena es una maravilla arquitectónica, donde 50.000 abejas realizan
instintivamente funciones de química complicadas y resuelven problemas de alta
matemática y producen la rica miel, que es tan sabrosa y nutritiva.
Entre las abejas hay una especie llamada Chalicodoma, que es fabricante
de un cemento a toda prueba. Para hacer sus nidos, estas abejas amasan con
tierra y saliva un amasijo que, cuando fragua, es una argamasa tan sólida y
resistente que no hay ingenio humano que lo pueda superar. Los nidos suelen
hacerlos muy cerca de carreteras o de caminos para recoger los materiales para
su construcción. Teniendo todo el cuerpo en vibración, arañan con la punta de
las mandíbulas para extraer partículas de tierra y granitos de arena que,
haciéndolos rodar entre los dientes, se empapan de saliva y se apelotonan,
formando una masa continua: el cemento. Y es tal el ardor que ponen en su tarea
que las obreras se dejan aplastar por los pies de los transeúntes antes que
abandonar su obra.
También el mundo de las hormigas es un mundo maravilloso. Hay hormigueros con
800.000 hormigas. Entre las hormigas, las hay de distintas clases. Hay hormigas
ganaderas, que cuidan de rebaños de pulgones. El pulgón es un animalito, que
rezuma unas gotitas de néctar, que son una delicia para las hormigas. Cada
pulgón puede dar, diariamente, unas veinte a cuarenta gotas de líquido
azucarado, que hace la delicia de las hormigas. Son para ellas como animales
domésticos, y los cuidan y defienden como si fueran sus vacas lecheras.
Las hormigas amarillas, tan extendidas en praderas y jardines, no salen de su
cueva sino rara vez. Para sus necesidades, tienen en el fondo de su cueva,
encerrados como en depósito, los pulgones, que se alimentan con las raíces de
las plantas y, sin salir del hormiguero, estas hormigas tienen cuanto necesitan
para alimentarse... Un hormiguero es más o menos rico según tenga más o menos
pulgones. ¿Quién hubiera adivinado que las hormigas son pueblos pastores?20
.
Todavía son más curiosas las relaciones de las hormigas con ciertos coleópteros,
porque éstos, debido a su largo cautiverio, han llegado a perder los ojos. Han
olvidado el mantenerse a sí mismos y son las hormigas las que los alimentan con
jugos dulces y los cuidan y defienden. También los "ordeñan" metódicamente,
pasándoles las antenas por encima, a cuyas caricias contestan segregando cierto
líquido que las hormigas lamen con avidez y que parece producir efectos
narcóticos. Finalmente, un tercer "ganado" más curioso, también apacentado por
las hormigas, son las orugas. Las hormigas se suben sobre los segmentos
posteriores de la oruga a la cual acarician con sus antenas constantemente para
"ordeñarlas". Estas orugas escogen los hormigueros para reproducirse, son
atendidas solícitamente por las hormigas que, hasta ayudan a las mariposas a
desprenderse del capullo. Durante las mudas, las orugas son atendidas con
esmero, y antes de la estación de las lluvias, las hormigas reúnen a sus rebaños
de orugas y los trasladan desde las plantas a los hormigueros21 .
Otros animales maravillosos son las mariposas. Las mariposas depositan sus
huevos en ciertas sustancias, de las que tomarán su alimento las recién nacidas,
como una medida maravillosa de previsión. Por ejemplo, la mariposa no puede
comer la col; pero, a propósito, deposita sus huevos allí, para que las orugas
de la col, les sirvan de alimento. Ninguna mariposa pondrá sus huevos en plantas
que no sean convenientes para la vida de su futura prole.
Las mariposas migratorias recorren largas distancias, volando a veces a gran
altura. La mariposas blancas de la col ha sido vistas en los Alpes a más de
3.650 m. de altura, y las mariposas tortuga se han visto a 5.800 m. en el
Himalaya. Todas las mañanas, antes de emprender el vuelo a velocidad de 14 km.
por hora, deben calentarse al Sol para elevar su temperatura a 30 grados.
Las mariposas monarca de 10 cm. de envergadura, viajan miles de km. en su
corta vida de hasta ocho meses. Las mariposas adultas abandonan el sur de Canadá
y el norte de USA y vuelan hacia el sur, hasta California y México, en un viaje
de 2.000 a 3.000 km.
En cuanto a los cisnes, el 9 de diciembre de 1967, una bandada de cisnes partió
al amanecer de la costa de Islandia. Un avión las vio volando a 8.230 metros de
altura a una velocidad de 139 km., por hora. Los cisnes y los gansos, en sus
travesías internacionales, usan la dirección de los vientos para recorrer
grandes distancias con el mínimo esfuerzo.
El récord de mayor altura sobre la Tierra lo tiene la chova. Esta especie de
cuervo vuela entre los 3.500 m. y 6.250 en el Himalaya. En una ocasión, una
expedición británica vio una bandada a 8.235 metros de altura.
Los albatros cruzan el océano austral en busca de alimento para su único
polluelo. En una sola incursión en busca de calamares, puede recorrer 14.500 km.,
a razón de 900 km. por día, volando día y noche a 80 km. por hora. Los albatros
cruzan el océano casi sin mover las alas, pues aprovechan los vientos y las
corrientes que se elevan de las olas.
Las ballenas grises de la costa del Pacífico de América del Norte, inician un
viaje de 20.400 km. La procesión es guiada por las hembras gestantes, ansiosas
de disponer del máximo tiempo de alimentación para sus crías en desarrollo. Los
machos adultos van detrás con las hembras sin crías, seguidas por las ballenas
inmaduras y las hembras con cría. Nadan a 8 km. por hora, pero pueden acelerar
hasta 20 km. por hora, cuando son perseguidas. Las ballenas francas del
Atlántico Sur migran todos los años desde sus sitios de reproducción hasta la
Patagonia argentina. Las ballenas jorobadas pueden viajar hasta 6.400 km. para
ir a los lugares de reproducción y otros tantos para regresar a sus lugares de
alimentación en aguas templadas y polares. El descubrimiento de material
magnético en sus jorobas parece indicar que se orientan por el campo magnético
terrestre.
Los salmones rosados del Pacífico norte, viajan 4.000 km. mar adentro desde el
estuario que abandonaron cuando eran jóvenes. Varios años después, encuentran
sin problemas el mismo río, cuando van a desovar; y suben saltando contra
corriente. Se cree que también el campo magnético terrestre les sirve de guía
para encontrar la dirección en el mar.
Los charranes árticos son las aves que hacen viajes más largos. Las que anidan
en el Ártico, vuelan a la Antártida todos los años en un viaje de 40.000 km.
Esto significa que vuelan ocho meses por año y que en ambos destinos tienen luz
diurna perpetua.
Las golondrinas recorren en sus migraciones 15.000 km. Las ocas rebasan el
Himalaya, volando a más de 6.000 metros de altura.
Pero los buitres moteados, de las llanuras abiertas de África, son las aves que
vuelan más alto. En 1973 una de estas aves chocó con un avión que volaba a
11.000 metros de altura. Sus alas gigantescas les facilitan elevarse en el aire.
Así desde la altura, pueden divisar más fácilmente a sus presas.
Según investigaciones del doctor Walter Frese, del Instituto Max Plank, las
palomas mensajeras se orientan en sus vuelos gracias a una especie de brújula
biomagnética que tienen.
En cierta ocasión, fueron traídas de Bruselas a España unas palomas mensajeras;
y en España se guardaron en jaulas durante cinco años. La distancia entre
Bruselas y Madrid es de 1.350 km. Después de los cinco años, las soltaron y, a
las pocas horas, llegaban a Bruselas. ¿Cómo sabían regresar después de cinco
años, estando a tan larga distancia?
Unos pescadores sacaron una tortuga del océano Pacífico y la marcaron, colocando
una señal en su espaldar, la echaron en el canal de la Mancha y, a pesar de la
gran distancia, después de tres años, encontraron a la tortuga en el mismo lugar
del Pacífico. ¿Qué instinto la guiaba? ¿Cómo sabía el camino?
Los tiburones se orientan durante las migraciones sirviéndose del campo
magnético terrestre. Las abejas utilizan para orientarse la polarización de la
luz, pues ven hasta los rayos ultravioletas. Los elefantes se comunican por
infrasonidos. La serpiente cascabel posee un magnífico detector de rayos
infrarrojos de exquisita sensibilidad para advertir la presencia de su presa en
la oscuridad. Los delfines localizan los obstáculos sumergidos en el agua por
medio de una sonda acústica, como los barcos modernos. El ojo del camaleón le
permite medir con precisión la distancia de su presa, como un moderno aparato de
telemetría.
El murciélago puede volar en plena noche, sin tropezar, en una habitación
cruzada por cables en todas las direcciones, porque tiene una especie de radar,
que emite ondas ultrasonoras, según los estudios de los norteamericanos Griffin
y Galambos .
Una mosca mueve sus alas 480 veces por segundo. Las arañas producen cada día 3
km. de hilo. Las malvas producen al año 25 millones de peces. ¡Qué maravilla!
En las más bajas profundidades marinas también existen animales, sobre todo,
junto a las chimeneas submarinas. Estas chimeneas arrojan agua caliente. Muchos
animales marinos viven cerca de estas chimeneas, porque necesitan, para vivir,
de los minerales, que disuelven en el agua estas chimeneas, que proceden de
volcanes submarinos. Muchos de estos peces o moluscos, almejas, cangrejos,
pulpos o camarones son ciegos. Y todos pueden sobrevivir a las grandes presiones
del agua.
En el punto más profundo del océano, en la trinchera Mariana, en el
Pacífico occidental, a 11 km. bajo el nivel del mar, la presión alcanza una
tonelada por centímetro cuadrado, una fuerza capaz de aplastar a un submarino y,
sin embargo, viven peces y otros animales, indemnes a la presión. Estos peces,
al sacarlos a la superficie, estallan. Algunos de estos peces de las
profundidades marinas, Dios les ha dado luces para que los puedan ver y se
acerquen a ellos; y de este modo, puedan atrapar a otros o seducir parejas.
En los ríos de la India, Asia y el norte de Australia, hay un pez arquero
que, a través de la superficie, puede detectar insectos posados en hierbas
altas. Este pez dispara a los insectos un chorro de agua, como si escupiera con
la boca. Un pez adulto puede disparar con presión hasta 1,5 metros. De esta
manera, consiguen su comida con facilidad.
Las ratas topo africanas son mamíferos que se comportan de modo parecido a las
abejas. Viven en colonias subterráneas dominadas por una reina, que es la única
que puede tener crías. Las otras ratas se ocupan de cuidar los cachorros, buscar
alimentos, excavar túneles... Y realizan sus excavaciones de modo organizado y
eficiente. La rata reina esparce sus olores químicos para que ninguna otra
hembra pueda reproducirse. Viven en el este de África. Cuando muere la reina,
varias hembras empiezan a mostrar signos de actividad sexual. Sólo una llega a
convertirse en reina y esparce su propia sustancia, supresora del instinto
sexual de las demás.
El topo europeo es una máquina de perforar, que puede abrirse paso a través de
15 metros de tierra en una hora. Los túneles permanentes, que salen del nido de
forma radial, constituyen la despensa del topo, ya que lombrices, babosas,
larvas de moscas y otros invertebrados, se introducen en esos pasadizos por
todos los lados. El topo explora los pasadizos cada tres horas para recoger los
comestibles. Si hay demasiados, los almacena para comerlos otro día.
Sobre el castor, debemos decir que son los mamíferos con mejor ingenio
arquitectónico. Si no hay ningún lago donde armar su madriguera, los castores
construyen uno mediante una represa en una corriente de agua. Esta
extraordinaria obra de ingeniería comienza, cuando un par de castores se instala
en un valle boscoso con una pequeña corriente de agua. Estos animales roen
árboles jóvenes y troncos de más de 50 cm. de diámetro en cuestión de minutos.
Una vez cortados, los empujan corriente arriba por canales cavados especialmente
para ello, clavan varas en posición vertical en el lecho del río y arrastran
largos troncos y ramas con hojas para atravesar estos puntales. Al final, queda
una estructura, que puede medir hasta 30 m. de longitud por 3 de altura. Y,
después, instalan su madriguera con barro, cañas y piedras. Las entradas están
bajo el agua, de modo que sólo se puede llegar nadando. ¡Es algo simplemente
maravilloso!
Los pichones del pingüino emperador pasan sus primeros días calentándose
sobre las patas de su progenitor para no morir de frío. La hembra no hace nido,
sostiene el huevo sobre las patas para que no toque el hielo y, después, se lo
pasa al macho. El macho lo equilibra sobre sus patas y lo cubre con su grueso
pelaje y así pasa el invierno abrigado por un sector de piel desnuda, llamada
bolsa del macho. Las hembras se alejan durante dos meses para ir a alimentarse
al océano y regresan a los dos meses, cuando ya han nacido los pichones. Una vez
nacidos, se encaraman sobre los pies del progenitor para no enfriarse en el
suelo helado. Y, si la hembra demora en regresar, el macho los alimenta con una
especie de leche que produce en la garganta. ¡Extraordinario!
La rana gástrica de Australia, después de aparearse, deja de alimentarse y traga
de 18 a 25 de sus huevos, que se desarrollan en su estómago. Las sustancias
químicas de la gelatina, que recubre los huevos y las que segregan los
renacuajos, interrumpen la producción de jugos gástricos y todo el aparato
digestivo deja de funcionar, lo que impide que las crías sean digeridas. Cuando
un grupo de ranitas está lista para salir, la madre abre la boca y dilata la
garganta; y las crías son expulsadas hacia la boca, desde donde saltan al
exterior.
El pájaro tejedor de Kenya utiliza nidos colgantes hechos con nudos resistentes,
pero ligeros. El macho empieza uniendo una percha colgante a una rama
ahorquillada. Después sigue añadiendo tiras de plantas para formar un grueso
anillo, usando el pico para hacer los nudos, mientras sostiene el material con
las patas. El nido es una estructura maravillosa de nudos. ¿Quién le habrá
enseñado?
Y podemos preguntar: ¿Cómo puede saber un ave hembra que está próxima a tener
polluelos y preparar el nido con tanto cuidado? ¿Quién le ha enseñado que el
calor de su cuerpo es necesario para que puedan salir y que debe darles vuelta a
los huevos cada cierto tiempo?
Cuando llega la primavera, las aves, siguiendo su instinto, preparan el nido.
Hecho el nido, la hembra se posa sobre él y, en pocos días, pone los huevos e
inmediatamente empieza la incubación. La madre se olvida por completo de sí
misma hasta llegar a ponerse flaca y macilenta como la clueca y es, en todo
caso, un modelo de amor maternal, de abnegación y sacrificio por sus hijos.
Recuerdo un nido de paloma en una terraza de nuestra casa de Arequipa. Hubo un
día un tremendo temporal con fuertes lluvias, pero la paloma no dejó el nido y
protegió a los huevos para que no entrara el agua en el nido, aguantando el
chaparrón con el frío y la lluvia. ¡Modelo de sacrificio para nosotros!
Una cosa especial es el cuclillo. Es la única ave que, sin que sepamos por qué,
carece del instinto para hacer el nido y para criar a sus polluelos. Pero tiene
un ardid para sobrevivir del que se vale para suplir su deficiencia. Sabe que
hay 44 clases de pájaros que, por usar de los mismos alimentos, pueden criar a
sus polluelos. Por eso, se acercan a sus nidos, cuando los padres están
ausentes, y ponen sus huevos, alejándose despreocupados. ¡Y cosa admirable! Los
pájaros, que rehuyen incubar normalmente huevos de otras especies y que aun
abandonan los propios al observar algunas anormalidades, hacen una excepción con
el huevo del cuclillo. Los incuban, alimentan a los polluelos y, a veces, los
cuidan con mayor solicitud que a los suyos propios.
Por eso, podemos seguir preguntando: ¿Quién enseñó a la golondrina, que salió de
un huevo en Europa, que, cuando llegue el otoño, debe partir a tierras lejanas?
Y emprende un camino nunca visto y llega con precisión de Europa a África, a un
continente cuya existencia ignora y ni siquiera sabe que allí no hay invierno.
El gusano de la mariposa, llamada pavón nocturno, teje de cerdas duras el
extremo del capullo y sólo las une con hilos delgados. Así puede abrir su
vivienda desde el interior con la presión más leve; mientras que resiste la gran
fuerza del ladrón que quiere penetrar por fuera. ¿Dónde aprendió estas cosas?
¿Quién ha enseñado a las zorras el mejor sistema para deshacerse de las pulgas?
La zorra se sacude las pulgas de un modo ingenioso. Comienza por buscar ramitas
y briznas de hierba, con las que forma un haz o gavilla: lo mete en la boca por
el centro y así se sumerge en el agua del río o acequia por la cola; va después
introduciendo el cuerpo, poco a poco, para que las pulgas se vayan corriendo de
la cola al cuerpo y, de éste, a la cabeza; cuando los parásitos se han pasado a
la cabeza y de ella al haz de ramitas, sumerge el ingenioso animal la cabeza,
abandona el haz sobre las aguas y sale a tierra desprovisto de la pulgas, que
perecen ahogadas. En otros lugares, como en Escocia, recogen en vez de ramitas o
briznas de hierba, algunos pedazos de lana, de los que dejan los corderos y
ovejas entre los espinos. En Bohemia, en lugar de lana o de un manojo de heno
como en otros lugares, se arrancan un mechón de pelo y lo ponen en su boca para
que, al pasar a él, las pulgas crean que están en el mismo cuerpo de la zorra.
¡Realmente algo ingenioso y efectivo!
Hay animales, que usan el mimetismo o camuflaje para sobrevivir. Entre ellos, el
pulpo, llamado camaleón del mar, tiene la cualidad sorprendente de tomar los
tonos más diversos, desde el gris pálido hasta el pardo más intenso. Cuando está
sobre piedras o rocas negruzcas del mar, toma el color gris para despistar a sus
enemigos. Su repertorio tiene imitaciones de, al menos, 15 animales diferentes.
Puede asemejarse a una raya venenosa, a una serpiente marina...
El cangrejo es llamado araña del mar. Para evadir la voracidad de los peces que
lo persiguen, se viste con un disfraz de pequeños trozos de algas marinas, las
cuales parece que planta en su cuerpo. Estas crecen y se desarrollan y, al poco
tiempo, lo cubren del todo, quedando así completamente desconocido. El pez alga
vive en bosques de plantas marinas y adquiere el aspecto de las algas con tanta
fidelidad que difícilmente podría distinguirlo el que no estuviera bien avisado.
Hay mariposas que toman tan perfectamente los colores y, aun la figura, de
ciertas flores o vegetales con quienes conviven, que se confunden con ellas.
Otros insectos, como el fascia, posee extremidades largas y espinosas, y
un cuerpo tan extrañamente configurado que se confunde enteramente con uno de
los tallos de la planta en que vive.
Una araña de Malasia, abultada y de color blanco sucio, adopta la forma de un
excremento de pájaro. Hasta se posa en medio de un pequeño tapete de seda
blanca, imitando así el efecto de la salpicadura, caída sobre una hoja. También
la oruga de la mariposa perro de los naranjos puede descansar
tranquilamente, pues también se mimetiza como un excremento incomible, al que no
toman interés los depredadores.
Algunos peces imitan hojas muertas y se deslizan por los ríos del Amazonas o del
río Negro en Sudamérica con total tranquilidad. Su color y su forma imita con
exactitud una hoja. Y así, cuando pasa desprevenida una presa conveniente a su
lado, la atrapan, pudiendo así comer con facilidad y evitar a sus depredadores.
Hay lagartos que en los momentos de peligro y, como último recurso, se
desprenden de su cola para que el perseguidor se entretenga con ella y se la
coma, mientras ellos pueden escapar. La cola les crecerá tan buena como la
primera y habrán podido sobrevivir.
El camarón luminoso Acanthephyra, del Atlántico Norte, deslumbra a su
enemigo con luces relampagueantes; así el depredador queda anonadado mientras él
puede escapar. Las luces de este animal son producto de secreciones químicas.
Hay algunos peces, como el pez víbora y la guardiamarina de California,
que llevan una especie de focos de luz, que pueden apagar y encender
voluntariamente. Durante el día, se filtra tanta luz en el agua que destaca su
silueta, siendo fácil presa de los depredadores. Entonces, encienden la luz y
así se desdibujan y pueden confundirse con la iluminación ambiental. Esta
bioluminiscencia se debe a una reacción química, que tiene lugar dentro de los
tejidos corporales de estos peces, que así se defienden de sus perseguidores.
La oruga de la polilla esfinge de América Central puede disfrazarse de
serpiente, si es que su camuflaje inicial de ramita de árbol no logra desalentar
a un depredador, que se aproxima. Esta oruga adopta la apariencia de una
serpiente con tan convincentes ojos falsos, que muchos depredadores se alejan
sin pensarlo dos veces.
Las termitas tienen un arsenal de armas químicas más variado que las de
cualquier otro animal. Para defenderse de las incursiones de hormigas enemigas,
las termitas africanas Macrotermes, inyectan en su atacante una mezcla
semejante a cera y, a la vez, le inyecta un anticoagulante para que muera
desangrada. Otras termitas utilizan una pistola de agua que tienen en la cabeza
para disparar al enemigo un pegamento tóxico. Las termitas soldado
Nasutitermes poseen un hocico extendido, conectado a una glándula especial,
y lanzan una sustancia resinosa para enredar al enemigo...
En ambientes naturales, cada especie puede sobrevivir pues Dios le ha dado a
cada especie medios apropiados para atacar o defenderse.
Observemos las astas del toro, el espolón del pez espada, el pico aserrado del
pez sierra, las garras del león, el aguijón de la abeja y el veneno del
escorpión, del alacrán o de las serpientes, etc. Otros tienen el arma de la
velocidad, como el gamo, el ciervo y, en general, las aves. Otros tienen la
astucia como el calamar, que enturbia las aguas con una cortina de tinta, para
hacerse invisible, cuando lo persiguen. El algunos casos, son olores
intolerables como en el zorrino; o las púas del puerco espín, y la bola de
espinas del erizo. Incluso, algunos peces deben volar. Hay por lo menos cuatro
especies de peces voladores, que planean y que parecen volar por encima del
agua. A veces, lo hacen, acosados por sus depredadores (delfines, atunes,
bonitos). Para huir de ellos, dan el salto durante dos o tres segundos; a veces,
llegan hasta 10 ó 13 segundos, y cubren una distancia de unos 40 ó 50 metros, a
una velocidad de unos 40 km. por hora. ¡Realmente maravilloso!
Las maravillas de los animales nos hacen levantar los ojos al cielo para
agradecer a Dios. No podemos menos de admirar tantas maravillas creadas. Por
eso, cuando salgas al campo y escuches el trino de los pájaros y admires la
belleza de los prados, de los ríos y de las montañas, no te olvides del autor de
tantas maravillas y dile con todo amor y agradecimiento:
¡Bendito seas, oh Dios Creador del Universo, por todas tus maravillas!
¡Bendito y alabado sea por siempre tu nombre, Señor!
Capítulo 6: Las maravillas del cuerpo humano
Veamos algunas de las maravillas que podemos admirar en nuestro cuerpo humano.
El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano, con 30 mil millones de
neuronas. Cada neurona tiene 100.000.000.000.000 conexiones, más que el número
de estrellas de nuestra galaxia. La médula espinal, que es el cordón nervioso
del organismo, está compuesto por millones de fibras nerviosas, encerradas
dentro de la columna vertebral. De la médula salen los nervios, que van a todo
el cuerpo y a cada milésima de milímetro de pies, músculos, corazón, pulmones,
riñones, hígado... Si se ponen los nervios uno detrás de otro, tienen una
longitud de 150 millones de kilómetros, la distancia de la Tierra al Sol.
El corazón es una bomba aspirante e impelente que late continuamente en toda
nuestra vida sin parar para que la sangre circule por todo el cuerpo. Late unas
70 veces por minuto, unas 100.000 pulsaciones al día, 40 millones de latidos al
año, moviendo incesantemente la inmensa flota de los 25 millones de glóbulos
sanguíneos, a través de los 96.000 kilómetros, que tiene el sistema circulatorio
del hombre, bombeando cada día 10.000 litros de sangre.
Sobre la sangre, diremos que una gota de sangre tiene 5 millones de glóbulos
rojos, entre 5.000 y 10.000 glóbulos blancos y 250.000 plaquetas. Los glóbulos
rojos o hematíes se encargan de la oxigenación de las células del cuerpo. Los
glóbulos blancos o leucocitos tienen una función inmunológica, haciendo trabajos
de limpieza (fagocitos) y defensa (linfocitos). Se dedican a destruir microbios
y células muertas y producen anticuerpos para neutralizar los microbios de las
respectivas enfermedades infecciosas. Las plaquetas sirven para taponar las
heridas, cicatrizarlas y evitar hemorragias.
Respecto al hígado, podemos imaginarlo como una colosal fábrica de azúcar.
Cuenta con cuatro millones de pequeños talleres o laboratorios, donde se
elaboran los azúcares y los jugos de la hiel... Es un portento de sabiduría,
pues supone el conocimiento perfecto de la química. Por su parte, los riñones
constituyen otra maravilla complejísima. Son un conjunto de filtros complicados
y perfectos con innumerables canalículos o tubos replegados alternamente sobre
sí mismos, que servirán para filtrar la sangre y purificarla.
El estómago es como una gran oficina, donde se fabrican los alimentos que
sustentarán el organismo. Tiene muchos músculos, que lo agitan incesantemente de
una parte a otra durante la digestión, con millares y millares de pequeñas
glándulas, que fabricarán las peptonas, el ácido clorhídrico y demás jugos, que
disolverán los alimentos. Y así podríamos seguir hablando de otros órganos del
cuerpo.
En cuanto al ojo, diremos que es como una máquina perfecta, compuesta de más de
2.000 millones de piezas. Produce un millón de fotografías cada día. En la
retina se imprime la imagen nítida de lo que vemos y, después, a través de diez
finísimas capas, parten millares de finísimas fibras nerviosas destinadas a
transmitir al interior del cerebro cada detalle de la imagen. Para que la imagen
externa se produzca nítida en la retina, es indispensable que los rayos de luz
sean refractados y, para ello, a la entrada del globo ocular, hay una sustancia
extremadamente transparente, llamada humor vítreo, que ejerce el oficio de lente
de extremada potencia y nitidez. Por otra parte, como el ojo tiene necesidad de
percibir imágenes situadas a distintas distancias, el cristalino es de una
sustancia viva y elástica para adaptarse de acuerdo a la distancia de los
objetos. También el ojo debe adaptarse a distintos grados de luz y, para ello,
la pupila aumenta o disminuye su abertura automáticamente por medio de fibrillas
musculares. Cuando estamos en la oscuridad, la pupila se dilata y, cuando
entramos súbitamente a un lugar con mucha luz, la pupila se encoge sin perder su
forma circular.
El oído también es una maravilla de perfección. Un detalle curioso es que el
camino del sonido, desde la oreja o pabellón exterior hasta los tímpanos, se
halla protegido por una cera amarilla de sabor amargo, para ahuyentar de manera
eficaz a los insectos, que quisieran penetrar en el interior. En el oído medio
hay una cadena de huesecillos. El primero de ellos es el martillo, que apoya su
mango en la parte interior del tímpano, golpeando a cada movimiento de éste el
yunque, que pone en vibración el estribo. Estos huesecillos hacen el papel de
palanca, es decir, acrecientan la fuerza y el valor de los movimientos del
tímpano al traspasarlos al interior. El huesecillo, llamado martillo, cumple
además la función de amortiguador y acomodador del tímpano de acuerdo a la
intensidad del sonido. En el oído interno, el llamado caracol, es como un
pianoarpa con más de 10.500 teclas. Y, en cada tecla, hay una cuerda sensible,
un hilo finísimo del nervio acústico, que lleva su vibración al cerebro, donde
producirá la sensación auditiva. Como vemos, toda una maravilla.
Pero no olvidemos que el cuerpo humano tiene aproximadamente unas cien billones
de células, la mayoría de las cuales tiene un diámetro de menos de una décima de
milímetro y dentro de cada célula hay un corpúsculo negro llamado núcleo. Y,
dentro del núcleo de la célula, se encuentran dos series completa de genes; una
serie, que procede del padre, y otra, de la madre. Cada cromosoma está
constituido por un par de larguísimas moléculas de ADN (ácido
desoxirribonucleico). Todos los cromosomas de una célula abarcan casi dos
metros. Todos los cromosomas de todas las células del cuerpo abarcarían ciento
sesenta mil millones de kilómetros, y hay novecientos sesenta trillones de
kilómetros de ADN humano en la Tierra: lo suficiente para llegar de aquí a la
siguiente galaxia. Como vemos, todo es una maravilla incomprensible para nuestra
mente limitada.
Por otra parte, no olvidemos las maravillas de la reproducción humana. El
hombre, en sus relaciones sexuales, deposita en el útero unos 400 ó 500 millones
de espermatozoides. La mujer produce un solo óvulo al mes. El óvulo de la mujer
tiene 23 cromosomas y el espermatozoide otros 23 cromosomas. El nuevo ser tiene
23 pares de cromosomas, la mitad del padre y la mitad de la madre, que son los
que transmiten la herencia. Los cromosomas son filamentos, que tienen la
propiedad de hacer copias exactas de sí mismos, guardan información genética y
pueden mandar los códigos claves, que tienen guardados, a otras células del
organismo. Ya se han descifrado los códigos secretos del genoma humano, es
decir, de los genes del ser humano. Se han localizado los genes que producen el
síndrome de Down, la fibrosis cística, la talesmia y otras enfermedades como el
cáncer, la diabetes o algunas enfermedades siquiátricas. Actualmente, en la
universidad de Oxford, en Inglaterra, se está fabricando el primer cromosoma
artificial humano.
Ya hemos dicho que el ser humano tiene 23 pares de cromosomas. De ellos, 22
pares están numerados aproximadamente por orden de tamaño, desde el más grande
(número 1) al más pequeño (número 22), en tanto que el par restante consta de
los cromosomas sexuales: dos grandes cromosomas X en las mujeres; un X y un
pequeño Y en los hombres. Si se une el cromosoma X de la mujer con el X del
varón, nacerá una mujer. Si se une el X de la mujer con el Y del varón, nacerá
un hombre. Por eso, el sexo del niño por nacer, depende del cromosoma del varón
y no tanto de la mujer.
El ser humano no es el que más cromosomas tiene, pues hay simios que tienen más
cromosomas. En el genoma humano (conjunto de genes humanos) hay entre 30 y 80
mil genes. El estudio de estos genes es como un libro en el que pueden leerse
muchos datos, incluso de generaciones pasadas, que han transmitido por herencia
cualidades o enfermedades. Por eso, se quiere profundizar en estos estudios para
remediar las enfermedades hereditarias. Algunos hablan del estudio del genoma
humano como del estudio de un libro de secretos filosóficos sobre la historia
humana desde el principio hasta la actualidad.
Pero todos estos estudios deben llevarnos al autor de tantas maravillas. Por
eso, decía san Cirilo de Jerusalén en el siglo IV: ¿Quién es el que ha
preparado la cavidad del útero para la procreación de los hijos? ¿Quién nos ha
provisto de nervios y huesos, rodeándonos luego de piel y de carne? ¿Quién hace
salir del seno de la madre leche en abundancia, cuando el niño ha nacido? ¿De
qué modo el niño, al crecer, se hace adolescente, se convierte en joven, luego
en hombre y, por último, en anciano sin que nadie logre descubrir el día preciso
en que se realiza el cambio?... Estás viendo, oh hombre, al artífice, estás
viendo al sabio Creador23 .
Capítulo 7: Reflexiones de Og Mandino
Og Mandino nos hace reflexionar y pone en labios de Dios las siguientes
palabras:
Elige amar, en lugar de odiar.
Elige reír, en lugar de llorar.
Elige crear, en lugar de destruir.
Elige perseverar, en lugar de renunciar.
Elige alabar, en lugar de criticar.
Elige curar, en lugar de herir.
Elige dar, en lugar de robar,
Elige bendecir, en lugar de blasfemar.
Elige vivir, en lugar de morir...
Nunca te menosprecies. No te rebajes por las cosas insignificantes de la vida.
¡Nunca ocultes tus talentos de ahora en adelante! Y recuerda que eres el milagro
más grande del mundo
24
.
Capítulo 8: Las maravillas del alma
Cuando el alma está llena de Dios y llena de amor, se manifiestan en ella
maravillas celestiales, imposibles de describir por los mismos santos.
Decía la beata Isabel de la Santísima Trinidad: Llevamos el cielo dentro de
nosotros, pues Aquel, que sacia a los bienaventurados en la luz de la visión
beatífica, se nos entrega por la fe y el misterio. Es Él mismo. Y yo he hallado
mi cielo en la tierra, pues el cielo es Dios y Dios mora en mi alma. Cuando
comprendí esto, todo quedó plenamente iluminado para mí25 .
La Santísima Trinidad vive en nosotros, somos templos de la Santísima Trinidad.
Santa Teresa de Jesús dice: Una vez, estando en oración, me mostró el Señor
cómo estaba el alma que está en gracia, en cuya compañía vi a la Santísima
Trinidad26 .
Me acaeció un día, estando yo aquí, darle el mal de la muerte a una hermana.
Recibidos los sacramentos y después de dada la extremaunción, era tanta su
alegría y contento que se le podía hablar de que nos encomendase en el cielo a
Dios y a los santos que tenemos devoción, como si fuera otra tierra. Poco antes
que expirase (que me había ido delante del Santísimo Sacramento a suplicar al
Señor que le diese buena muerte), vi a su Majestad a su cabecera de la cama.
Tenía algo abiertos los brazos como que le estaba amparando, y me dijo que
tuviese por cierto que a todas las monjas que muriesen en estos monasterios que
Él las ampararía así y que no tuviesen miedo de tentaciones a la hora de la
muerte. Yo quedé harto consolada y recogida. Después de un poco, llegué a
hablarle y ella me dijo: "¡Oh madre, qué grandes cosas tengo que ver!". Y así
murió como un ángel27 .
La Venerable Ana María de la Concepción decía: En los días grandes,
ordinariamente, era mi alma llevada al cielo, con la hermosura que yo no sé
decir. Veía que me iban encaminando hasta entrarme en el coro de los serafines.
Decíame el Señor: Yo quiero que tomes posesión de lo que te tengo que dar, que
para eso te llevo por el amor correspondiente al estado de los serafines, pues
tú lo eres en la tierra28 .
Otra alma santa decía: No hay pluma ni lengua que sea capaz de decir lo que
mi alma recibe de Dios en esta tan íntima unión y oración altísima; ni del
señorío y seguridad que tiene en este estado dichoso y en esta contemplación tan
subida; ni de los tesoros de gracia con que ha sido enriquecida por su Esposo
divino y por la Beatísima Trinidad... En esta oración altísima... recibe mi alma
una luz abundante y clara de la divinidad...29 .
Santa Angela de Foligno dice: La presencia de Dios aporta al alma luz, verdad
y gracia divina. Y, cuando el alma lo ve así presente, no puede ofenderlo en
nada y alcanza muchos favores celestiales. El alma, advirtiendo la presencia de
Dios, se humilla, sufre confusión por sus pecados y recibe preciosos dones de
sabiduría y un intenso consuelo de alegría divina30 .
Una religiosa contemplativa me escribía en una carta: Hay días en que,
estando en oración, me parece vivir en el centro mismo del amor. Me veo bañada
en una luz profunda, muy suave y sencilla. Esto lo experimento en el centro
mismo de mi alma, en su misma sustancia. Es un estado de paz profunda en el que
Dios me posee por completo y allá, en lo íntimo de mi alma, oigo una voz muy
dulce que me dice: "Dame tu amor". Tengo una necesidad profunda de amar, es algo
que no puedo contener en mi pecho. ¡Tengo tantas ganas de verlo, de amarlo y de
fundirme en Él para siempre!
Y ¿qué diremos del matrimonio espiritual, que es la máxima unión con Dios que un
alma puede adquirir en esta vida? Me escribía una religiosa:
El día de mi matrimonio espiritual, en el momento de la comunión, Jesús se
unió a mi pobre alma y tuve un arrobamiento. Jesús se me acercó sonriente,
mientras yo hacía confesión de mis culpas... Me puso un anillo místico en el
dedo (pues al volver no lo encontré) y una corona en la cabeza y me dijo: Tú
eres mi Esposa para siempre. Y lo repitió tres veces. Palabras que, como flechas
dulcísimas, se esculpieron en mi corazón. Después, Jesús continuó: De ahora en
adelante tu único pensamiento será mi gloria. Eres toda mía y sólo debes
ocuparte de mí y de mis intereses para la salvación de las almas. Ya no te
llamarás esclava, sino Esposa y Reina.
Mientras Jesús hablaba, fui como introducida en el seno del Padre y recibí el
beso de mi Esposo en mi corazón. No hay palabras para explicarlo. Es como un
abrazo, como un dulce y fragante licor que se difunde por todos los miembros de
mi cuerpo y los llena de felicidad. Es como un perfumado ungüento que alivia
todo dolor, apaga todo mi ardor y satisface todos mis deseos. Es como una oleada
del paraíso, que deja mi corazón, mi cuerpo y mi alma, en un océano de paz. Es
Dios, uno y trino, que me hace sentir su presencia en su palacio real, mi
corazón de esposa.
Otra religiosa me decía lo siguiente: El día de mi matrimonio espiritual
cayeron amorosamente los TRES sobre mi alma y se me entregaron como en unión
matrimonial en un inefable abrazo de amor. Una voz dulce me decía: "Mis cosas
son tuyas y tus cosas son mías". En el mismo centro de mi alma, las Tres divinas
personas se me mostraron como una luz sobrenatural tan clara y distinta, en
visión intelectual, que en lo sucesivo no se ha apartado de mí esta vista
amorosísima y suave de mis TRES. Con ellos vivo de continuo, enamorada
locamente, hasta en las ocupaciones que más atención requieren de mis hermanas,
cuando el deber o la caridad lo exigen.
Lo que sentí ese día fue algo sobrehumano, inefable. Allí no había solamente
unión como en otras ocasiones. Era algo que no se puede describir ni valen las
comparaciones, sentí un algo en mi vida y en todo mi ser como si grabasen en mí
estas sublimes palabras: AMOR, SANTIDAD, DIVINIZACIÓN, repetidas tres veces.
Ahora vivo en el "palacio del rey". Ellos han hecho ese palacio en mi corazón.
Allí está su morada permanente. Soy templo de la beatísima Trinidad, morada de
mis TRES. Y sigo navegando "mar adentro". ¿Cuándo llegará el momento feliz de la
eternidad sin fin? Ahora "yo duermo, pero mi corazón vela", esperando la voz del
Amado que me llame y me diga: "Ábreme, amada mía, hermana mía, paloma mía,
inmaculada mía" (Cant 5, 2). Entonces, "ya no habrá más muerte, ni llanto ni
gritos ni fatigas, porque todo esto es ya pasado" (Ap 21, 4). Y seré feliz, en
plenitud con mi Dios, por toda la eternidad.
Capítulo 9: Dones místicos
Veamos algunos dones místicos que se maniiestan en las almas santas. En algunos
santos son frecuentes los éxtasis, sobre todo, después de la comunión. En otros,
se dan lo que se llama incendios de amor, visiones, levitaciones, estigmas,
inedia o ayuno absoluto, vigilia (privación prolongada de sueño)... Algunos de
estos fenómenos místicos son realmente espectaculares.
a) AGILIDAD
Agilidad es la traslación corporal, casi instantánea, a otro lugar; a veces, muy
lejano de donde nos encontramos. Dice el libro de los Hechos de los apóstoles
que el diácono Felipe fue llevado por el Espíritu de Dios a la villa de Azoto,
después de haber instruido y bautizado en la ruta de Jerusalén a Gaza al eunuco
de la reina Candace de Etiopía (Hech 8, 39
Capítulo 10: Reflexiones finales
Si nuestra alma, cuando es pura, es tan bella, ¿cómo será el cielo, con millones
de ángeles y de almas santas llenas de amor? La beata Ana Catalina Emmerick tuvo
una visión del cielo y nos dice: Vi innumerable multitud de santos. Todos
vivían y se movían en una vida de alegría, y todos se penetraban y se reflejaban
los unos en los otros. El espacio era como una cúpula infinita llena de tronos,
jardines, palacios, arcos, ramilletes de flores y árboles; todo unido con
caminos y sendas que brillaban como el oro y las piedras preciosas. Arriba, en
el centro, había un resplandor infinito, era el trono de la divinidad. Los
santos estaban agrupados según sus vínculos espirituales... Todos estaban en
admirable orden, distribuidos en jardines y moradas. Los jardines eran
indeciblemente hermosos y resplandecientes. Vi árboles con frutos pequeños
amarillos y resplandecientes... Todos cantaban una linda canción, con ellos
cantaba también yo. Entonces, miré a la tierra y la vi yacer entre las aguas a
modo de una pequeña mancha. ¡Ah, es tan corta la vida! ¡Llega tan rápidamente su
fin! Pero es tanto lo que se puede ganar en tan breve tiempo, que no me atrevo a
entristecerme. ¡Con gusto quiero aceptar todas las penas que Dios me envíe!60
.
Sí, es tan corta la vida que no sólo debes vivir pensando en gozar y disfrutar
durante los cuatro días de este mundo. Mira más allá de la muerte, mira más allá
de las estrellas. Llegará un día en que el universo dejará de existir. La vida
se extinguirá y todo estará muerto. Según los científicos, para que el Sol se
apague se necesitarán unos 15 mil millones de años. Otras estrellas necesitarán
miles de millones de años más para apagarse; pero, al final, todo morirá. Y tú
seguirás vivo eternamente. ¿Quieres ser feliz o infeliz por toda la eternidad?
¿Quieres vivir eternamente en compañía de los demonios o en compañía de los
ángeles y de los santos? Vive de verdad. Vive con toda tu alma, vive a tope,
vive dando lo mejor de ti mismo, no seas mediocre. No seas egoísta ni comodón,
porque de esta vida depende tu eternidad. Haz algo que valga la pena. Procura en
todo momento hacer felices a los que te rodean. Y canta, sonríe, ama a todo el
mundo. No importa, si se lo merecen o no. Tú vive con Dios en tu corazón, amando
a todos sin excepción, perdonando a todos los que te ofendan y, sobre todo,
tratando de hacer siempre el bien y nunca el mal.
Y Dios, que te ama infinitamente, llenará tu corazón de amor y te recibirá
eternamente en su compañía. Pero recuerda que tienes muchos familiares y amigos
y conocidos, que deben salvarse contigo. Y tú debes ayudarlos. Reza por todos
ellos, ayúdalos en su caminar por la vida y sé feliz, haciendo felices a los
demás.
Ahora canta agradecido a Dios:
Bendice, alma mía, al Señor.
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
Extiendes los cielos como una tienda,
construyes tu morada sobre las aguas,
las nubes te sirven de carroza,
avanzas en las alas del viento...
Desde tu morada riegas los montes
y la tierra se sacia de tu acción fecunda,
haces brotar hierba para los ganados
y forraje para los que sirven al hombre...
Se llenan de savia los árboles del Señor,
los cedros del Líbano que él plantó.
Allí anidan los pájaros,
en su cima pone casa la cigüeña.
Los riscos son para las cabras,
las peñas son madriguera de erizos.
Hiciste la luna con sus fases,
el sol conoce el ocaso.
Pones las tinieblas y viene la noche
y rondan las fieras de la selva,
los cachorros rugen por la presa,
reclamando a Dios su comida.
¡Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría!
La tierra está llena de tus criaturas,
ahí está el mar: ancho y dilatado,
en él bullen sin número
animales pequeños y grandes.
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo,
se la echas y la atrapan,
abres tu mano y se sacian de bienes.
¡Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras!
Cuando él mira la tierra, ella tiembla,
cuando toca los montes, humean.
Cantaré al Señor mientras viva,
tocaré para mi Dios, mientras exista,
que le sea agradable mi poema
y yo me alegraré con el Señor.
¡Bendice, alma mía, al Señor!
(Salmo 103).
Decía Reviczki: Las proporciones inconmensurables de los cuerpos siderales
nos aplastan. La pequeñez de los diminutos seres invisibles nos abruman. Y entre
lo colosalmente grande y lo invisiblemente pequeño, allí está el hombre. De su
corazón surge la oración humilde: Señor, no hay en el mundo un punto, una
hierba, un insecto, en que yo no te descubra. No parece sino que tu rostro me
sonríe en el cielo azul y tu aliento me acaricia al pasearme entre las flores61
.
Capítulo 11: Conclusión
Después de haber visto tantas maravillas, que Dios ha creado para hacerte feliz
en esta vida y, sobre todo, por toda la eternidad, debes pensar que es tu
obligación ser agradecido y reconocer a Dios como tu Creador y tu Padre. Observa
atentamente todo lo que te rodea, desde el murmullo del viento hasta el trinar
de los pajaritos, desde el ocaso del Sol hasta la majestuosa pradera, que tienes
ante tu vista, cuando sales a pasear. Mira todo con ojos atentos y da gracias a
Dios por las estrellas y por las montañas, por las abejas y las mariposas, por
los ríos y los valles, por las flores y los niños inocentes, que te alegran con
su alegría. Mira tu propio cuerpo, que te hace vivir y, sobre todo, piensa en tu
alma en la que habita Dios y donde sientes su amor, su alegría y su paz.
Agradece los alimentos que comes cada día y piensa que todas las bellezas del
cielo y de la tierra las ha creado Dios para ti, para que seas feliz. Sólo por
ti hubiera creado todo el universo. Sólo por ti, Jesús hubiera muerto en la
cruz. Sólo por ti, porque tú vales más que todo el oro del mundo y más que todo
el universo con todas sus maravillas. Por eso, aspira a la santidad para amar a
Dios con toda tu alma y con todo tu ser. Sé agradecido y haz de tu vida un canto
de gloria y alabanza a Dios. Amén.
Sonríe, Dios te ama. Que seas feliz. Es mi mejor deseo para ti. Saludos de mi
ángel y saludos a tu ángel.
Tu hermano y amigo del Perú.
Ángel Peña O.A.R.
Agustino recoleto
Capítulo 12: Bibliografía
Capítulo 13: Citas
1Revista TIME del 5 de febrero de 1979, p. 51.
2 Gamow, La energía atómica en la vida cósmica y humana,
Buenos Aires, 1947, pp. 104-105.
3 Brito Andrés, Ciencia versus astrología, La Gaceta de
Canarias, 9-IX-1990, p. 39.
4 Puede consultarse el libro de Manuel Carreira, El hombre
en el cosmos, Ed. Sal Terrae, Santander, 1997, p. 36.
5 Guitton Jean, Dios y la ciencia, Ed. Deba-te, Madrid,
1995, pp. 29-35.
6p. 43 resumida.
7 ib. p. 50.
8 ib. p. 52.
9 ib. p. 51.
10 ib. p. 54.
11 ib. pp. 62-63.
12 ib. p. 34.
13 Paul Davies, La mente de Dios, Ed. Inter-americana,
Madrid, 1996.
14 Devies Paul, El universo desbocado, Ed. Salvat Barcelona
1988.
15 Ciurana José María, Fin del materialismo ateo, Ed. Bosch
Barcelona, 1974.
16 Guitton Jean, o.c., p. 82.
17 ib. p. 134.
18 ib. p. 41.
19 La jalea real es el alimento que elaboran las abejas para
alimentar a las larvas los tres primeros días y a la Reina durante toda su
vida. Es un alimento rico en vitaminas y nutrientes.
20 Muedra Vicente, El maravilloso instinto de los animales,
Ed. Dalmau y Jover, Barcelona, 1954, p. 16.
21 ib. pp. 19-20.
22 Loring Jorge, Para salvarte, Ed. Edibesa, Madrid, 2003,
p. 28.
23 Catequesis bautismal 9, 15-16.
24 Og Mandino, El milagro más grande del mundo, Ed. Diana,
México, 1980, pp. 133-152.
25 Carta 110.
26 Cuentas de conciencia 21.
27 Fundaciones 16, 4.
28 Arintero Juan, Cuestiones místicas, BAC, Madrid, 1956, p.
672.
29 ib. p. 637.
30 Angela de Foligno, Experiencia de Dios amor, Ed.
Apostolado mariano, Sevilla, 1991, p. 128.
31 Actas del proceso de beatificación pp. 102-103, citado
por José Antonio del Busco, San Martín de Porras, Ed. Pontificia universidad
católica del Perú, 1992, p. 198.
32 ib. p. 199.
33 Schmoeger, Vida y visiones de Ana Catalina Emmerick,
Santander, 1979, p. 60.
34 ib. p. 207 y 211.
35 ib. p. 522.
36 José Antonio del Busto, san Martín de Porras, o.c., p.
196.
37 ib. p. 196.
38 Crisógono de Jesús, Vida de san Juan de la Cruz, BAC,
Madrid, 1982, p. 324.
39 Berthe, S. Alfonso María de Ligorio, Ed. Barbera,
Florencia, 1903, pp. 303-304.
40 Raimundo de Capua, S. Caterina da Siena, Ed. Cantagalli,
1982, p. 326.
41 Marcozzi Vittorio, Fenómenos paranormales y dones
místicos, Ed. San Pablo, Bogotá, 1995, p. 44.
42 ib. p. 45.
43 Beatificationis et canonizationis V.S.D. Bernardini
Realini S. Summarium super dubio an constet de virtutibus, Roma, 1828, pp. 183
ss.
44 Lemoyne, Vida de san Juan Bosco, Ed. Don Bosco, Buenos
Aires, 1954, pp. 473-474.
45 Carta de la Iglesia de Esmirna sobre el martirio de san
Policarpo, cap 13, 2-15, 2: Funk 1, 297-299.
46 Historia eclesiástica de san Eusebio, V, I.
47 Diálogos IV, 14.
48 Fundaciones 28, 32.
49 Sor Mariana de Jesús, Procesos para su beatificación y
canonización, editados por el P. Silverio de Santa Teresa, tomo 1, Ed. Monte
Carmelo, Burgos, 1935, p. 83.
50 Biaggio, Vita della V. Madre Chiara Maria, Roma, 1631, p.
22.
51 Summarium super virtutibus pp. 321-329.
52 Laviosa B,. Vita di S. Maria Francesca delle Cinque
piaghe, Roma, 1866, p. 861.
53 Sernin-Maríe, Vie de la B. Marie des anges, 1865, p. 246
ss.
54 Sáez de Ocáriz Leandro, Pío de Pietrelcina, Ed. San
Pablo, Madrid, 1999, p. 223.
55 Rafael de Sant´Elia, Aveva un cuore di oro, en
Testimonianze, folio 43.
56 Messori Vittorio, Los desafíos del católico, Ed. Planeta,
Barcelona, 2002, pp. 181-185.
57 Ana Catalina Emmerick, Visiones y Revelaciones, tomo 1,
Ed. Guadalupe, México, pp. 551.377.
58 Autobiografía de Sor Ana María de san José, citada por
Juan Arintero, Cuestiones místicas, BAC, Madrid, 1956, p. 648.
59 Sor María de Jesús de Ágreda, Mística Ciudad de Dios,
Tomo V, Madrid, 1985, pp. 136-138.
60 Schmoeger, Vida y visiones de la Venerable Ana Catalina
Emmerick, o.c., p. 280.
61 Toth Tihamer, El joven observador, Ed. Poblet, Buenos
Aires, 1940, p. 110.
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