María Rosaura González Casas, STJ

La Grande Humanidad de nuestro Dios...

 

 

"Señor de esta tierra los extrajiste un día,

No te extrañes ahora de encontrarlos terrenos;

Tú, que los colocaste en la sucia galera,

No te extrañes ahora de que sean galeotes.

Tú, que les has nutrido con esta pobre tierra,

No te extrañes ahora de encontrarlos perjuros

Y de que este origen y estos alimentos

Hayan hecho esta raza oscura y refractaria"

Charles Péguy

 

 

PASION POR DIOS Y PASION POR LA HUMANIDAD dos caras de la misma moneda en la vida entregada de Jesús. Su oración de intercesión frente a la realidad humana es siempre actual y toca una y otra vez "lo refractario de nuestra raza" y pide una y otra vez, con insistencia y compasión a su Padre "no te extrañes Señor, no te extrañes".

El es de nuestra "pasta" y sabe de sufrimientos, es humano, pero tiene un amor y una misericordia desmesurados que son de Dios y le hacen compadecerse, pero es humano, entonces grita al Padre-Madre con lágrimas por esta humanidad.

Cuando contemplamos que hay 40 millones de personas con sida, 824 millones de desnutridos y más de 630 millones de indigentes en el mundo; el continuo goteo de innumerables muertos inocentes por una guerra "preventiva" (que ¡buscaba el bien de los pueblos!); secuestros de niños, pobreza, asaltos, violaciones y venganzas entre las naciones junto con el sufrimiento de toda la creación y las criaturas de la tierra lloramos con nuestros hermanos y hermanas. ¡Cuánto amor y misericordia de Dios necesitamos para implicarnos con "pasión" en la historia, en el misterio de lo humano, en su grandeza y pequeñez!

La Vida Religiosa ha hecho vivo el fuego de su presencia carismática y profética cuando en apertura al Espíritu y a la historia ha respondido a los desafíos de la humanidad; cuando ha anunciado con su propia vida la grande humanidad de nuestro Dios, levantado con pasión y misericordia la dignidad pisoteada y caída de multitud de mujeres, varones, niños y niñas; cuando ha sanado sus heridas.

La pasión por algo o alguien supone estar en relación, sentir con, dejarse contagiar, afectar. No es sólo un sentimiento, es una actitud de vida que conmueve las entrañas y nos lleva a abrir los ojos y el corazón, a gritar con los que sufren, a denunciar la injusticia, a llorar con los que lloran y a amar a los que no se sienten amados. Es el Espíritu de Dios el que nos pone "en relación con" en sintonía y pasión, es El quien nos hace amar con un amor divino y nos abre a los signos de los tiempos y al nacer de una humanidad nueva.

Las seguidoras y seguidores de Jesús no podemos ser ajenos al compromiso que este momento histórico nos demanda.

 

Cultura de hoy:

¿Despertar religioso o religión enajenante?

Frente a la realidad desoladora que nos rodea, constatamos en la CULTURA hodierna signos de una honda sed de espiritualidad, hay un despertar religioso.

Hay que escuchar, analizar, discernir y acoger positivamente algunas de las intuiciones que nos presenta esta cultura y tener presente que si una espiritualidad no humaniza a nuestra humanidad, valga la redundancia, se convertirá en una espiritualidad enajenante, una "religión" que se vive como vía de escape frente al compromiso de transformación histórica. Veamos algunos signos de esta cultura:

1. Somos testigos de un proceso que se ha manifestado no sólo como un rechazo explícito a la Institución, sino también como una actitud de indiferencia a sus reglas y mandatos. Se habla de "believing without belonging". La Institución a muchos niveles ha dejado de ser un punto de referencia, ha perdido significado porque ya no responde a la vida, no enseña a vivir en este mundo, ni para esta vida. Esto a la larga o a la corta provoca una división entre quienes dirigen las Instituciones y la fe del pueblo, se convierte en un diálogo de sordos. Con todo es necesaria la pertenencia, el dialogo y el discernimiento que impida una vivencia de fe privada y subjetiva en ambas partes.

2. Vivimos también en un mundo de cambios acelerados, consumismo, y búsqueda de la realización del yo que van dando como resultado la regresión a un sutil fundamentalismo, a un fascismo escondido, donde "da miedo" el tomar decisiones personales con responsabilidad histórica. Es mejor que nos digan por donde ir...., sin involucrarnos demasiado en lo concreto, sin mirar por los demás y molestarse demasiado. Es mejor crear un mundo de cristal donde "tengamos seguridad "y estemos bien "nosotros"....!

3. Hay una corriente de inquietud general que todas y todos sentimos. Percibimos cambios en el modo de vivir y de estar en la vida que necesariamente nos llevan a nuevos planteamientos. Hay una propuesta no explícita de un nuevo paradigma de vida, que implica mirar al futuro y abrir caminos nuevos.

4. Se da el paso de la exaltación de la razón al aprecio del sentimiento, de la emoción, la experiencia, el arte, la música. Baste hacer presentes las concentraciones multitudinarias de jóvenes en los conciertos junto con las experiencias catárticas que allí se viven; percibimos el liderazgo que los ídolos de la música actual ejercen sobre los adolescentes y jóvenes no sólo en el estilo de vida sino también en sus elecciones y criterios. El área emotiva de los sentimientos, ayuda a la persona a acoger lo particular, lo histórico, lo vivido, y contribuye a que una pasividad activa pueda "impulsar de nuevo" el camino de búsqueda y trascendencia. Esta apertura y acogida del sentimiento y la emoción no tienen porque contraponerse al uso de la inteligencia y la voluntad, sino al contrario, pueden ayudar a una integración más armónica de todas las capacidades.

5. Existe un diálogo abierto con la psicología, se han incorporado los parámetros psicológicos como elementos y referencias para el crecimiento humano, sin embargo no hay que confundir o identificar el proceso psicológico y el empleo de técnicas con la misma espiritualidad. Hay que tomar en cuenta la llamada última de todo ser humano a salir de sí, para evitar egocentrismos re-concentrados, que nos lleven a "estar mirándonos al ombligo". El buen uso y aplicación de la Psicología puede dar claves de interpretación y ser una ayuda real en los procesos de liberación y crecimiento. De hecho el Concilio Vat II en la Gaudium et Spes nos invitaba ya a este diálogo adecuado entre la teología y las ciencias humanas. "Hay que reconocer y emplear suficientemente en el trabajo pastoral, no sólo los principios teológicos, sino también los descubrimientos de las ciencias profanas, sobre todo en psicología y en sociología, llevando así a los fieles a una más pura y madura vida de fe".

Armonía y respeto de la naturaleza y de toda la creación en la que el centro es la persona humana, que ha recibido como don y responsabilidad la tarea de cuidar y velar por el equilibrio en la naturaleza y de toda la creación. (Gn 1, 28-30). Hasta este momento la tierra es todavía una comunidad de criaturas vivas, pero la estamos destruyendo por la explotación de la tierra y la violencia en el empleo de los recursos naturales. Estamos llevando al planeta al caos y a la destrucción; se extinguen algunas especies, cambia el clima y el ritmo de las estaciones, se altera la armonía del eco-sistema y de los sistemas de sobre vivencia de las distintas especies animales y vegetales. Frente a esta realidad podemos dudar sobre las posibilidades de crecimiento y desarrollo de las futuras generaciones, así como de la posibilidad de vida de los millones de criaturas de la tierra. Es necesario unirse, promover y tener iniciativas con los distintos grupos que luchan por la salvación y mejoría del ecosistema como una responsabilidad común por nuestro mundo.

Valoración del cuerpo, la sexualidad y la salud. Con una desproporción asombrosa, crecen las necesidades para mantener el cuerpo en forma de acuerdo a un estereotipo de belleza. En el mercado abundan las medicinas y todo tipo de aditivos para verse siempre joven (evitar la caída del pelo y la aparición de las arrugas, la buena condición física y muchas cosas más), así como la sobre valoración de aspecto sexual del cuerpo. De fondo se percibe la falsa promesa de la eterna juventud sin rastro de enfermedad y dolor. Sin embargo, la corporalidad, la sexualidad y la salud son aspectos fundamentales de la fe cristiana que desde una perspectiva de totalidad de la persona humana nos ayudan a acabar con una mentalidad dualística todavía permanente en algunos ambientes y nos da la posibilidad de afrontar más realísticamente el misterio humano.

El aspecto femenino y la igualdad de los derechos. Aparece en el horizonte a todos los niveles un resurgir de lo femenino y de los derechos de la mujer en diversos los campos. Es del todo necesario que nuestra Iglesia como Institución a todos los niveles, entre en un proceso de reconocimiento humilde del machismo eclesial que en muchas ocasiones ha terminado por anular la voz de la mujer. En la Iglesia católica, aunque hemos caminado, lo hacemos todavía de "puntillas" y muy despacio. No perdemos la esperanza de que la "ecclesia" como pueblo de Dios haga posible la apertura y el cambio. Pongo como ejemplo lo sucedido con Teresa de Jesús, considerada en el mundo entero como la gran doctora mística; la Iglesia oficialmente no le podía dar tal título y la única razón en contra era "obstat sexus" finalmente después de muchas insistencias de los fieles y al soplo del Espíritu en 1977, después del Vaticano II, se le nombra Doctora y Maestra del pueblo de Dios.

En todos los puntos de la tierra se palpa la necesidad de una Fraternidad Universal que nos una fundamentalmente en lo que somos: hermanos y hermanas, hijos e hijas de un mismo Padre-Madre por la filiación que se nos ha concedido en Jesús de Nazareth.

10. Diálogo interreligioso. Hay un movimiento de apertura hacia todas las religiones en busca de un verdadero diálogo en el respeto a las diferentes creencias y debemos distinguirlo de la nueva "espiritualidad globalizada" (New Age) en la que se propone una estructura sincrética que incorpora muchos elementos diversos, permitiendo a las personas compartir intereses y lazos muy diferentes dando por resultado una religiosidad esotérica llamada nueva espiritualidad. En todo esto es positivo el deseo de buscar la unidad, aunque aparece como base "una religiosidad" que es más sentimiento y subjetividad que un verdadero compromiso histórico de diálogo. Se excluye el sufrimiento, la pobreza, la falta de justicia, olvidando que la Gloria de Dios es que la mujer, el hombre ¡vivan! Sin embargo no podemos hacer a un lado esta intuición que nos mueve a buscar formas para vivir el abrazo universal entre todas las religiones y con la humanidad entera, respetando la diversidad, creyendo que Dios no hace acepción de personas ni de religiones, permitiendo un pluralismo abierto, inclusivo, universal.

 

De estos puntos presentados, habría mucho que pensar y cuestionarse hacia el ser y el hacer de la Vida Religiosa como por ejemplo sobre el aspecto Institucional tan marcado y poco creíble.... ¿Qué tendríamos que hacer? ¿Cómo tendríamos que vivir? También podríamos tomar aspectos para la formación de las primeras etapas, la diferencia en modos de ver y vivir entre las generaciones. En el trabajo pastoral ¿Que implicaría la apertura al ecumenismo?, ¿Qué nos pide de experiencia y conocimiento profundo de Dios y de nuestra fe?, así como de respeto y fraternidad con las diferentes creencias. A niveles personales y comunitarios, ¿Cómo potenciar relaciones de auténtica y profunda amistad que den testimonio de un amor que es libre y libera, de un amor que es abierto e inclusivo? ¿Cómo posibilitar relaciones que implican una sana madurez afectivo – sexual que potencien la acogida, el respeto la intimidad y libertad?

Por otra parte hay signos que no están presentes en esta nueva cultura o que sólo se hacen presentes en pequeños destellos, como por ejemplo el compromiso con la historia, y la lucha por la justicia privilegiando a los más pobres, excluidos y sufrientes de la tierra. Esta ausencia es significativa fundamentalmente por una razón. Porque la situación de nuestro mundo es tal que la aceptación de la realidad personal, comunitaria, nacional y global requiere no sólo una fuerte dosis de realismo sino que implica una gran capacidad para estar cerca del sufrimiento y del dolor. Esto no lo podemos dejar de lado, porque en nuestras pequeñas decisiones y respuestas, vamos haciendo la historia, dirigiéndonos hacia donde consciente o inconscientemente queremos ir y colaborando en la humanidad que queremos formar.

Es un grande peso para nuestras espaldas, sin embargo no podemos olvidar la certeza de que esta tarea nos supera en mucho y que sólo la podremos llevar adelante unidas y unidos a ese "Dios con nosotros-Emmanuel", que hizo primero el camino y así nos abrió la brecha.

– Tú sabes Señor que al estar abiertos a la realidad nos escuece la piel e inventamos mil formas aparentes de huir del compromiso y apagar esa sed de Humanidad Nueva con soluciones aparentes, ayúdanos a encontrar en tu Encarnación la fuerza y la profecía –

 

 

Pasión por Dios y por sus criaturas.

 

 

"Señor, introdúceme en lo más profundo

de las entrañas de tu corazón.

Y, una vez que me tengas ahí,

abrásame, purifícame, inflámame..."

Theilhard de Chardin

 

 

Si la pasión supone una relación, sólo si entramos en relación profunda con Jesús vivo y presente entre nosotros y su prolongación en los pobres de la tierra como "rostros sufrientes de Cristo" se despertará la pasión por Dios y sus criaturas.

Jesús de Nazareth como persona histórica, que tuvo una humanidad, sufrió, padeció y resucitó a una vida nueva no puede diluirse en nuestra vida de fe. En El por amor, nos configuramos como hijos e hijas de Dios y se hace más clara la vida de la gracia "la divinidad" en nosotros. Y de la misma manera la relación con Cristo vivo en la medida que nos abrase, purifique e inflame el corazón nos dará la fuerza para ser el fuego del amor de Dios Padre-Madre, y acoger la propia naturaleza, la pequeñez, las debilidades y sufrimientos, de manera que "lo humano" se hace evidente en nosotros como lo fue en la historia vivida de Jesús.

Para esto es necesario ser introducidos en lo más profundo de las entrañas del corazón de Cristo. Me serviré de dos textos claves:

"...habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón, a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua a un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido"

"Tened en vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de Cruz. Por lo cual Dios lo exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo Nombre...".

 

 

2.1. Tener los mismos sentimientos de Jesús; amar hasta el extremo.

Es necesario entrar en el corazón de Cristo para poder comprender los "gestos" de Jesús como signos concretos de ese amor hasta el extremo y los sentimientos de Jesús como "el modo" y forma de su entrega.

2.2 Vía descendente...

Jesús, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y tomando una toalla se la ciñó y se puso a lavar los pies. En filipenses, Pablo nos dice que...siendo de condición divina no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres....se humilló así mismo, obedeciendo hasta la muerte...

Tener los sentimientos de Jesús es descender siempre más abajo... Dios se hizo carne, se hizo historia, tenía un cuerpo, se hizo humanidad, temporalidad y ¡límite! Sabemos que la carne es debilidad, nuestro cuerpo es bello, pero es tan frágil; está lleno de vida, pero qué pronto se cansa o se enferma...se hace viejo y ¡desvencijado!. La muerte está inscrita en nuestro propio cuerpo y en la medida que van pasando los años, sentimos que morimos cada día un poco... el cuerpo humano se define por su debilidad, limitación y pequeñez. La concepción y el nacimiento son realidades muy hermosas y a la vez tan pequeñas...el bebé no puede vivir sin que lo nutran, lo cuiden....las más pequeñas necesidades las sentimos también en nuestro cuerpo débil y hermoso. Aceptar nuestro cuerpo es aceptar el límite, sus necesidades, el placer, el dolor, la salud, la enfermedad, la fuerza y el cansancio, la limitación física, el desgaste, la propia sexualidad con todos sus impulsos como mujeres o varones, el hambre, las ganas de comer y beber, también la necesidad de descomer y desbeber, el olor y el color, la belleza y la fealdad, la cercanía y la separación. Al aceptar nuestro cuerpo sentimos también la soledad.

Y Dios se hizo carne....y aprendió en el sufrimiento lo que es la condición humana....

 

Y se hizo como uno de tantos... Jesús nos invita a seguirle, y a reconocernos una, uno de tantos..... Una de las batallas más duras que vive todo ser humano es la lucha con los deseos de poder, de tener, de ser considerados...tener un puesto importante y darse importancia, buscar la propia gloria, poseer, ser el centro, y todo lo que esto implica, como deseos de venganza, de dominación...

Jesús siguió la locura del descendimiento no sólo haciéndose uno de tantos, sino poniéndose a los pies de sus discípulos.....Somos hermanos y hermanas todos hijos de una misma Madre-Padre, con la misma dignidad, nadie es más ni menos porque sea rico o pobre, por el rol que desempeñe, ni por las cualidades o falta de ellas. A veces parece que perdemos el sentido de la gravedad!.... Si estamos en el poder podemos inflarnos como globos, con deseos de subir, y estar en lo más alto donde no nos toquen las debilidades y sufrimientos de las personas, donde no sea necesario ver, ni darse cuenta..., donde podamos vencer, distinguirnos de los demás, tener ¡poder y seguridad!

Esto pasa en las relaciones de cada día , en la vida cotidiana, en las distintas comunidades y también como lo hemos visto a niveles internacionales.... el deseo de tener, la mentira y el engaño del poder lleva a querer adueñarse de las riquezas que tienen otros, sin importar lo que diga ninguna organización internacional, sin importar lo que sucederá con el país y sus gentes, ni si hay niños y madres que morirán inocentes, esto lleva a condenas y acusaciones injustas para eliminar a los que nos estorban en el objetivo de nuestros fines.

Jesús sin embargo, actúo por la vía descendente del despojo. Si queremos construir la justicia, la paz y fraternidad, no hay otro camino que ceder y perdonar por un amor que va más allá de lo inmediato, un amor que sale de si mismo para crear relaciones de amistad y de igualdad.

Se hizo uno de tantos... y aprendió en el sufrimiento lo que es la relación humana, su belleza y su dolor....

 

Y se puso a lavar los pies... Con este gesto Jesús se acerca hasta las partes más bajas del ser humano... a la tierra y acoge la pobreza, la pequeñez, lo despreciable, lo repugnante: el pecado. Quiere construir la comunión, la solidaridad.

Por la vía descendente unidos a Jesús podemos vivir la compasión, acoger, perdonar, sanar. Entrar en comunión significa hacer caer las barreras, las máscaras, ser vulnerables, mostrarse así como somos, ser humildes, pobres y pequeños. La sabiduría de la vía descendente consiste en poder acoger nuestra propia pobreza, nuestras heridas y las de otros... Entonces entraremos en una comunión universal, con todos los hombres y mujeres, porque todos somos pecado. Haremos comunión con la naturaleza que se muestra como es: sin apariencias, bella y vulnerable. Y entonces estaremos más cerca de Dios, porque la vía descendente es la vía de la salvación y de la curación profunda.

Lavar los pies significa no sólo acoger lo más pobre y vulnerable de nosotros y de los demás, sino también acoger a los más pequeños y pobres.

Jesús murió haciendo posible que el pobre entrase en el corazón de la comunidad: los leprosos, las mujeres y niños, la gente que se consideraba poca cosa, sucia y repugnante, en una palabra todos los que en aquellos tiempos estaban excluidos. Vivir una alianza con los pobres, significa estar en comunión con las excluidas y excluidos de la tierra. Significa ser vulnerables, perder la propia libertad, ser indefensos para adquirir la libertad del amor. El pobre nos llama a un cambio personal, comunitario, institucional, a una transformación social.

Y El... se puso a lavar los pies...y aprendió en el sufrimiento la alegría de amar hasta el extremo.

Cristo en la Cruz hace la donación total de si mismo, y es allí, junto a este misterio donde nace, crece y se genera la verdadera pasión por Dios y sus criaturas. Sólo en El, en su cruz y la cruz de las criaturas podremos superar la separación y el límite, en El podremos vivir el amor divino y humano de nuestro Dios. Al hacernos "hermanas y hermanos" encontramos el amor de Dios que nos hace salir de nosotros mismos y nos empuja a amar con pasión, entregando todo y sin reservas. Amaremos apasionadamente cuando nos impliquemos con todo el ser, y nos juguemos la vida nuestra y la de Dios en la entrega. Porque si no lo hacemos apasionadamente no tendrá la fuerza que necesita este mundo, para generar una VIDA NUEVA.

 

 

3. Jesús divino y humano camino de encuentro con la cultura de hoy.

 

"¿Qué sería nuestro espíritu, oh Dios mío!,

si no hubiera el pan de los objetos terrestres para nutrirlo

el vino de las bellezas creadas para embriagarlo

el ejercicio de las luchas humanas para fortificarlo"

Theilhard de Chardin, El medio divino

 

Y es que Jesús de Nazareth Dios y Hombre vivió nuestra condición humana y con El abrió un camino nuevo para vivir la grande humanidad de nuestro Dios, como el Buen Samaritano entrando por el camino donde se encuentran los hombres y mujeres de nuestro tiempo. En El encontramos la respuesta de algunos retos que nos presenta la cultura de hoy:

1. Compromiso con la historia. La vida humana se desarrolla enraizada en el aquí y el ahora. La historia personal se entreteje con la historia social. Nuestras decisiones y acciones tienen consecuencias, son trascendentes en la construcción del mundo que vivimos. Desde una perspectiva de fe, el diálogo y la escucha de la voluntad de Dios ayudan a realizar la historia de Salvación e intervenir hacia la dirección que toma la humanidad. Los momentos de mayor profetismo de la Vida Religiosa han sido aquellos en los que dócil al soplo del Espíritu se ha comprometido con la historia, anunciando con la propia vida esa presencia histórica de Dios entre nosotros, la continuación histórica de Cristo Jesús en el mundo de hoy. No asumir la fe desde esta perspectiva de compromiso histórico con el aquí y el ahora, es negar la Encarnación de Jesús y hacer de nuestra fe un refugio enajenante.

2. El sentido de nuestra realidad corporal, y valoración y aprecio de los sentimientos. Jesucristo en su humanidad, nos ayuda a encontrar el sentido de nuestra corporalidad y sexualidad, de cómo vivir la salud, el sentido de sufrimiento, la totalidad de nuestra vida. En él podemos descubrir cómo vivir la relación con el cuerpo y con nuestra condición humana. Conociendo los sentimientos de Jesús, descubrimos la ternura, la entrega incondicional, la compasión (Lc 7,13; Mc 1,4), la alegría ( Lc 10,21), la tristeza ( Mt 26; 37), el llanto (Lc 19,41-42), el amor ( Jn 15,9) . Entrar en su corazón nos enseña a acoger nuestros sentimientos, a orientarlos y dejar actuar al Espíritu en nosotros para amar como El. La acogida de los propios sentimientos y afectos desde Jesús para vivirlos como El, impide hacer apartados, poner las teorías y razonamientos por un lado y los sentimientos y afectos por otro. Poner el corazón en el seguimiento implica la búsqueda de la coherencia de vida "amar con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas" y no sólo un comportamiento externo.

3. Relaciones de Jesús. El trató a cada uno personalmente, como a Pedro, a Maria Magdalena, a la Samaritana, a Juan y Santiago, y tuvo una predilección por los excluidos y marginados. Esto era parte de su misión, ( Lc 4, 1ss) se encontraban también las mujeres a quienes Jesús devolvió su dignidad ( La samaritana, Jn 4,1, la pecadora pública Jn 8, etc. ). Este implicarse con los pobres y marginados tiene serias consecuencias en el compromiso social como la lucha por la justicia y la predilección por los pobres y sufrientes de la tierra. Nos invita a formar una fraternidad universal. Nos llama al diálogo de las diferentes culturas, religiones y razas. Porque hoy los gritos de dolor y de injusticia de nuestro mundo claman al cielo. Este abismo cada vez más grande entre ricos y pobres nos hace ser testigos de la muerte de la familia humana y de una inmisericorde crueldad. Según el informe de la FAO en el 2000, 24,000 personas mueren diariamente a causa del hambre o causas relacionadas con ella. Y tres cuartas partes de las muertes son de niños con menos de 5 años de edad.... Según el director de la FAO, Jacques Diouf, para disminuir el proceso de desnutrición serían necesarios 24,000 millones de dólares que deberían financiarse a partes iguales entre los países industrializados y en desarrollo. ¿Qué podemos decir y hacer, o qué sentimos interiormente cuando sabemos que "segun las estimaciones de la ONU, lo que USA ha incrementado en el gasto militar (unos 100,000 millones de dólares anuales, o más aún según la ultima campaña) permitiría holgadamente en un par de décadas proporcionar alimentación, sanidad y educación básica a toda la humanidad, atendiendo además los problemas ecológicos más urgentes de los países pobres."? Este compromiso con la justicia, y la opción por los pobres, la compasión y la misericordia son aspectos que se han de vivir en lo ordinario de la vida en nuestras decisiones. Esto hace posible la opción histórico-social por la justicia. No son aspectos fáciles de resolver en la vida, sin embargo no escuchar este clamor que sube al cielo y callar con nuestras palabras y acciones sería ser cómplices.

La Vida Religiosa es interpelada para renovarse y dar respuesta a los múltiples desafíos que nos presenta esta nueva época. Constatamos que muchas "formas de vida", "estructuras" o "estilos" ya no responden al hoy sin embargo experimentamos al mismo tiempo oscuridad en lo que viene no lo sabemos y lo tenemos que ir haciendo, construyendo. La actitud más reticente sería la postura irracional de querer mantener ciertas estructuras y formas de vida que tarde o temprano caerán por su propio peso.

La realidad de exclusión que asume Jesús cuestiona no sólo nuestro estilo y forma de vida, sino el lugar dónde estamos, con quien estamos y para qué estamos allí. ¿Cómo dar pasos para ir incluyendo solidariamente a las y los excluidos de la sociedad?

Estamos en un ya pero todavía no, construyendo en el silencio un nuevo paradigma de vida que inspirado en Jesús de Nazareth y fiel a los signos de los tiempos, encienda nuevamente el fuego de la profecía y de la misericordia. En Jesús que es hombre y es Dios, se da la unidad de la Pasión por Dios y por la Humanidad. Estos son los tiempos en los que la Grande Humanidad de nuestro Dios, nos invita a "estar ensamblados" en la raza Cristiana, en la familia de Cristo haciendo transparente la "pasión por Dios y por sus criaturas" revelando y acogiendo el misterio divino y humano de nuestro mundo.

 

"Lo sobrenatural es a la vez carnal,

y el árbol de la Gracia arraiga en lo profundo,

y penetra en el suelo hasta llegar al fondo

y el árbol de la raza es él mismo eternal.

Y la eternidad misma está en lo temporal

Y el árbol de la Gracia arraiga en lo profundo,

Y penetra en el suelo hasta llegar al fondo

Y en verdad es el tiempo un tiempo intemporal.

Y el árbol de la Gracia y la Naturaleza

Han ligado sus troncos con nudos tan solemnes,

Han confundido tanto sus destinos fraternos

Que el mismo jugo tienen y la misma estatura.

Es el mismo destino en que en ambos se juega

Es ya la misma muerte las que en los dos se muere,

Idéntico es el miedo de las dos agonías

Y la misma bonanza la que hay en los dos puertos.

Y el árbol de la Gracia y la naturaleza

Se han atado los dos con nudos fraternales,

Y ya son los dos casco, los dos arboladura,

Y ya son los dos alma y son los dos carnales.

Y son los dos creados y los dos criaturas

Y los dos son bajeles por el mismo océano,

Y los dos están armados con la misma armadura

Y los dos son dos cunas sobre la misma nada.

Y no morirá el uno sin que el otro no muera,

Ni saldrá a flote el uno sin que el otro se salve,

Ni llegará uno de ellos a la orilla suprema

Sin que realice el otro idéntico viaje.

 

Charles Péguy