Egeria, también llamada Eteria, Ætheria o Etheria, e incluso Arteria o Geria, fue una viajera y escritora galaica del siglo IV.

Aunque sus datos biográficos son pocos, se supone que era originaria de la provincia romana hispana de la Gallaecia, e incluso algún autor ha propuesto la posibilidad de que pudiera pertenecer a la comarca de El Bierzo, en la Gallaecia interior. En algún trabajo especializado ha sido considerada la posibilidad de su parentesco con Aelia Flacilla, primera mujer de Teodosio el Grande. A. Lambert ha avanzado una hipótesis según la cual se trataría de la hermana de Gala, de quien habla S. Jerónimo como pareja de Prisciliano. Esta hipótesis y su cualidad de mujer independiente y audaz, así como su origen galaico, han servido como base para adscribirla al movimiento priscilianista. Algunos datos sobre los que no parece haber discusión son su ascendencia noble, su posición económica acomodada y su notable cultura. En sus escritos se revela como una mujer de profunda religiosidad pero también (en boca de la propia Egeria) de ilimitada curiosidad.

Se sabe que visitó los Santos Lugares (Egipto, Palestina, Siria, Mesopotamia, Asia Menor y Constantinopla), en un largo viaje, entre 381 y 384, recogiendo sus impresiones en su libro Itinerarium ad Loca Sancta, libro que tuvo cierta difusión por narrar de forma minuciosa y, sobre todo, animada el viaje. Atravesó el sur de Galia (hoy Francia) y el norte de Italia; cruzó en barco el mar Adriático. Se sabe que llegó a Constantinopla en el año 381. De ahí partió a Jerusalén y visitó Jericó, Nazaret y Cafarnaúm. Partió de Jerusalén hacia Egipto en 382, visitó Alejandría, Tebas, el mar Rojo y el Sinaí. Visitó luego Antioquia, Edesa, Mesopotamia, el río Éufrates y Siria desde donde regresó vía Constantinopla. No hay constancia de la fecha, el lugar y las circunstancias de su muerte.

Hasta el año 1884, la única referencia a esta mujer aparecía en una carta a los monjes de El Bierzo escrita por San Valerio. En ese año Gian Francesco Gamurrini encuentra en la Biblioteca de la Cofradía de Santa María de Laicos (Biblioteca Della Confraternitá dei Laici) en Arezzo, Etruria, un códice en pergamino de 37 folios, en letra beneventana del siglo XI, dividido en dos partes. La primera contenía un conocido tratado de San Hilario de Poitiers sobre los Misterios y los Himnos. La segunda parte estaba incompleta, sin algunos folios del principio y del final, y por lo tanto sin autoría declarada. Esta parte del códice, que relataba un viaje por Tierra Santa, había sido redactada en el monasterio de Montecassino, y trasladada a Arezzo por Ambrosio Restellini, abad de Montecassino desde el año 1599 al 1602. Después de ese año pasaría a ocupar el cargo de abad del monasterio de Santa María de Arezzo. En el año 1801 Napoleón clausura este monasterio, trasladándose gran parte de su archivo a la mencionada Cofradía de los Laicos. Hoy día el manuscrito se conserva en el museo de la ciudad de Arezzo. Gamurrini atribuyó el relato a Silvia de Aquitania, hermana de Rufino de Aquitania, mencionada por Paladio en su Historia Lausíaca, de quién se conocía una peregrinación similar a la relatada por Constantinopla, Egipto y Jerusalén. Durante casi veinte años se consolidó la hipótesis de Silvia, o Silvina como autora del texto, hasta que en el año 1903 Mario Ferotín publica un estudio en la Revista de Cuestiones Históricas atribuyendo el mismo a la virgen española Egeria. De esta monja hablaba San Valerio en la carta mencionada más arriba, y haciendo un resumen de su viaje que coincide en muchos puntos con el viaje relatado por el manuscrito de Arezzo: Fecha, punto de partida (“de la costa occidental del Mar Océano”), etapas, duración, e incluso en algunos casos San Valerio utiliza idéntico estilo y vocabulario en la descripción del trayecto. Desde la publicación del artículo de Ferotin nadie duda de la autoría de Egeria para el pergamino de Arezzo. Existe otra referencia que permite rellenar algunas de las lagunas de los primeros folios ausentes del manuscrito: el Liber de locis sanctis de Pedro Diácono, quién también menciona a la peregrina gallega.