El Papa respalda enérgicamente la Dominus Iesus y lamenta interpretaciones erradas

VATICANO, 2 Oct. 00 (ACI).- Durante el rezo del Angelus, que siguió a la emotiva proclamación de los nuevos santos, el Papa Juan Pablo II disipó toda duda sobre su respaldo al documento "Dominus Iesus" de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

"En la cumbre del año jubilar, con la declaración 'Dominus Iesus', que he aprobado de manera especial, he querido invitar a los cristianos a renovar su adhesión a Él en la alegría de la fe, testimoniando unánimemente que Él es, hoy y mañana, 'el camino, la verdad y de la vida'"; dijo el Pontífice.

El Papa explicó además que "nuestra confesión de Cristo, como Hijo único de Dios, a través de quien nosotros mismos vemos el rostro del Padre, no es un acto de arrogancia que desprecia a las demás religiones, sino un reconocimiento gozoso, pues Cristo se nos ha mostrado sin que hayamos hecho nada para merecerlo.

Y Él, al mismo tiempo, nos ha comprometido a seguir dando lo que hemos recibido y a comunicar a los demás lo que se nos hada dado, pues la Verdad donada y el Amor que es Dios pertenecen a todos los hombres".

"Con el apóstol Pedro confesamos que 'no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos'. La declaración 'Dominus Iesus', siguiendo las huellas del Vaticano II, muestra que con ello no se niega la salvación a los no cristianos, sino que indica su manantial último en Cristo, en el que se unen Dios y el hombre.

Dios da la luz a todos de manera adaptada a su situación interior y ambiental, concediéndoles la gracia salvífica, a través de caminos que él conoce"; dijo el Santo Padre; y destacó que el documento "aclara los elementos cristianos esenciales, que no obstaculizan el diálogo, sino que ponen las bases, pues un diálogo sin cimientos estaría destinado a degenerar en palabrería vacía".

"Lo mismo vale también para la cuestión ecuménica. Si el documento, con el Vaticano II, declara que la 'única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia católica', no pretende con ello expresar poca consideración por las demás Iglesias y comunidades eclesiales.

Esta convicción está apoyada por la conciencia de que no se trata de un mérito humano, sino de un signo de fidelidad a Dios que es más fuerte que las debilidades humanas y que los pecados, confesados por nosotros de manera solemne ante Dios y los hombres al inicio de la Cuaresma".

"La Iglesia católica sufre -como dice el documento- por el hecho de que auténticas Iglesias particulares y comunidades eclesiales, con elementos preciosos de salvación, estén separadas de ella"; dijo Juan Pablo II; y aclaró que "el documento expresa una vez más la misma pasión ecuménica que se encuentra en los cimientos de la encíclica 'Ut unum sint'.

Tengo la esperanza de que esta declaración, por la que siento un gran aprecio, pueda desempeñar finalmente su función de clarificación y al mismo tiempo de apertura, después de tantas interpretaciones equivocadas", concluyó.

Obispo brasileño pronuncia enérgico respaldo al documento Dominus Iesus

RIO DE JANEIRO, 3 Oct. 00 (ACI).- En sintonía con las palabras que pronunció este domingo el Papa Juan Pablo II durante el Angelus, y en un tono distinto al utilizado por la presidencia del episcopado brasileño, Mons. Murilo S.R. Krieger, Arzobispo de Maringá, señaló que el documento "Dominus Iesus" sobre la unicidad de la salvación en Cristo y la Iglesia Católica no atenta contra el ecumenismo, sino que propone bases sólidas para el mismo.

Según explicó el Prelado en dos artículos publicados por la prensa local, como suele suceder con los documentos de la Iglesia, existen tres posiciones: "la primera, formada por el grupo de los que ‘no leyeron y no les gustó’; que son los que hacen comentarios a partir de comentarios de otros. La segunda, de los que leyeron y no entendieron. Al no tener una visión de conjunto, pegan una frase aquí y otra allí y llegan a sus propias conclusiones, naturalmente equivocadas. La tercera posición es la de los que leyeron la declaración y entendieron, pasando a concordar con ella o no".

El Obispo señala que quien conoce la doctrina católica y lee el texto concluye que no hay en él ninguna novedad : hace dos mil años que la Iglesia viene enseñando lo que allí se puede leer".

Sin embargo, destaca que esas verdades, especialmente las que se refieren al reconocimiento de Cristo como único Señor y Salvador, deben ser reafirmadas hoy "ya que han surgido teólogos que disminuyen el papel de Jesús, señalando que Él fue apenas una de las encarnaciones del Verbo que estaba junto a Dios. Habrían por tanto otras manifestaciones del Verbo, igualmente válidas y aceptables".

El Prelado señala que de tal cristología se deduce una cristología que relativiza el papel salvador de la Iglesia. "La conclusión es obvia: las diversas religiones del mundo son complementarias a la revelación cristiana".

El Arzobispo de Maringá hace, sin embargo, una síntesis apretada pero clara del contenido de la declaración "Dominus Iesus", explicando por qué los católicos "creemos que hay una sola Iglesia de Cristo". "La Iglesia no es solamente una comunidad de discípulos, sino también un misterio salvífico. Ella es la presencia del mismo Cristo, que actúa a través de los discípulos. La única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica, presidida por el Sucesor de Pedro y por otros obispos.

El Prelado destaca además que "esas ideas, como la mayoría de las ideas de la Declaración, son del Concilio Ecuménico Vaticano II", respondiendo así a quienes oponen la "Dominus Iesus" al Concilio.

"En ese sentido, la declaración es un servicio a la fe, pues promueve una comprensión más profunda de lo que ella es, y un servicio a la caridad, pues tiene en vista la salvación de las almas".