"La décima parte de las entradas o ganancias netas, dedicada a Dios para fines religiosos y como expresión de adoración a El. La práctica de dar los diezmos es muy antigua, y se la conoció aun entre los pueblos no hebreos. En la historia bíblica la primera mención que se hace de los diezmos es cuando Abraham, después de haber logrado una victoria militar sobre cuatro reyes, dio los diezmos del botín a Melquisedec, sacerdote del Dios altísimo (Gn. 14:17-20). No se nos dice quién instruyó a Abraham a hacerlo así, pero fácilmente podemos inferior que por el ejemplo de sus antepasados (cp. La ofrenda de Abel (Gn. 4:4 "también Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda") él entendió que ésta era una manera apropiada de reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas. El sacerdote, en este caso, representaba a Dios y a la religión. Este mismo principio, que sirve de base a la costumbre religiosa de dar los diezmos, aparece también en el Nuevo Testamento, no necesariamente en cuanto a la proporción de la décima parte, pero sí en cuanto a la motivación de adoración, gratitud y responsabilidad cristianas (2 Co. 9:7 "Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría"; Heb. 7:1:10 "Este Melquisedec fue rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo. Cuando Abraham regresaba de la batalla en la que había derrotado a los reyes, Melquisedec salió a su encuentro y lo bendijo, entonces Abraham le dio la décima parte de todo lo que había ganado en la batalla". Ahora bien, fíjense qué importante era Melquisedec, que nuestro propio antepasado Abraham le dio la décima parte de lo que les había ganado a los reyes en la batalla. Según la ley de Moisés, los sacerdotes que son descendientes de Leví tienen el derecho de cobrarle al pueblo la décima parte de todo, a pesar de que son parientes y descienden de Abraham lo mismo que ellos. Pero Melquisedec, aunque no era descendiente de Leví, le cobró la décima parte a Abraham, que había recibido las promesas de Dios. Así Melquisedec bendijo a Abraham; y nadie puede negar que el que bendice es superior al bendecido. Lc 21:1-4 "Jesús estaba viendo a los ricos echar dinero en los cofres de las ofrendas, y vio también a una viuda pobre. Entonces dijo: --De veras les digo que esta viuda pobre ha dado más que todos; pues todos dan ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir".

En el sistema mosaico, sin embargo, donde claramente Dios demanda de su pueblo los diezmos de todo. Aunque no se anuncian castigos por no darlos, hay promesas de bendiciones por darlos Dt. 28:1-13 "este texto se refiere a las bendiciones que Dios da para los que obedecen". Mal 3:10 Este texto habla del DIEZMO y LAS OFRENDAS y dice desde el versículo 6: "Yo soy el Señor. No he cambiado. Y por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido aniquilados. Ustedes se han apartado de mis preceptos, como se apartaron sus antepasados, y no han querido obedecerlos. Yo, el Señor todopoderoso, les digo: ¡Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes! Pero ustedes, dicen: ¿Por qué hemos de volvernos a ti? Y yo pregunto: ¿Acaso un hombre puede defraudar a Dios? ¡Pues ustedes me han defraudado! Y todavía preguntan: ¿En qué te hemos defraudado" ¡En los diezmos y en las ofrendas me han defraudado” Si, toda la nación, todos ustedes, me están defraudando, y por eso voy a maldecirlos. Yo, el Señor todopoderoso, les digo "Traigan su diezmo al tesoro del templo, y así habrá alimentos en mi casa. Pónganme a prueba en eso, a ver si no les abro las ventanas del cielo para vaciar sobre ustedes la más rica bendición. No dejaré que las plagas destruyan sus cosechas y los viñedos. Todas las naciones les llamarán dichosos, porque ustedes tendrán un país encantador. "Yo, el Señor todopoderoso, lo he dicho".

Los diezmos son de Jehová y abarcaban la tierra, el producto de ella y los animales del campo. Cuando alguien quería, por una razón especial, rescatar algo del diezmo, debía agregar la quinta parte del precio (Lv. 27:30-32). Los escribas y los fariseos fueron sumamente escrupulosos en diezmar aun hierbas diminutas como la menta, el eneldo y el comino, y merecieron la reprensión de nuestro Señor por el legalismo extremo, vacío de la correcta motivación espiritual (Mt. 23:23)

Los israelitas debían dar los diezmos a los levitas, quienes eran la tribu sacerdotal del pueblo. Esto era la compensación a ellos por su ministerio. Pero los levitas, a su vez, debían dedicar en ofrenda a Dios el diezmo de los diezmos, presentándolo delante de Aarón (Nm. 18:21-28). El principio detrás de esta práctica rige para el sostén económico de la obra del evangelio, pues Pablo dice que "ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio" (1 Cor. 9_11-14) "Así que, si nosotros hemos sembrado en ustedes una semilla espiritual, no es mucho pedir que cosechemos de ustedes algo de lo material. Si otros tienen este derecho sobre ustedes, con mayor razón nosotros. Pero no hemos hecho uso de tal derecho, y hemos venido soportándolo todo por no estorbar la predicación del mensaje de Cristo. Ustedes saben que quienes trabajan al servicio del templo, viven de lo que hay en el templo. Es decir, que quienes atienden el altar donde se ofrecen los sacrificios, comen de la carne de los animales que allí se sacrifican. De igual manera, el Señor ha dispuesto que quienes anuncian el mensaje de salvación vivan de ese mismo trabajo…."

Hermano, atrévete tu a probar al Señor y testifica luego de lo que el Señor ha hecho en tu vida por haber creído en El.

Proverbios 11:25 dice "El que es generoso, prospera; el que da, también recibe". Espero que este resumen sea de bendición a sus vidas. En el amor de Cristo

Leslie M. Vega Borbón Alajuela, Costa Rica