Catequesis
sobre el
Bautismo
Autor:
Pbro.
Hermilio
Cárdenas
González
Coordinador
de la
Sección
Diocesana de
Catequesis
Capítulo 7:
El
Bautismo,
liberación
del pecado
OBJETIVO
Tomar
conciencia
que por el
sacramento
del Bautismo
quedamos
liberados de
toda atadura
del pecado y
capacitados
para que
trabajemos
responsablemente
en la
transformación
de la
realidad del
mundo en que
vivimos.
“Considérense
como muertos
para el
pecado y
vivan para
Dios: en
Cristo
Jesús"
(Rom6, 11)
NOTAS
PEDAGOGICAS
No deberá
perderse de
vista que
este tema
toca nuestra
realidad, lo
que nos
ayudará a
descubrir
nuestra
responsabilidad
del pecado
personal y
social.
Para la
dinámica del
“veamos"
necesitaremos
un pliego de
papel y
marcadores,
para el
“celebremos"
un Cristo.
VEAMOS
En pequeños
grupos
invitarlos a
platicar
algunos
hechos de
vida donde
sentimos la
injusticia.
la
corrupción,
realidades
de pecado
que nos
tienen
esclavizados.
De igual
forma,
platicarán
sobre hechos
de vida
donde se
haya
experimentado
la
Salvación.
el encuentro
con el
Señor.
En plenario
se irán
anotando en
un pliego de
papel las
dos listas
de los
hechos de
vida. tanto
negativos
como
positivos,
que los
grupos hayan
comentado.
El
catequista
tomará estas
experiencias
y ayudará a
reflexionar
al grupo
cómo Dios se
encuentra
con el
hombre en
los
diferentes
acontecimientos
de la vida y
revela a
cada uno su
Plan de
Salvación.
PENSEMOS
El agua. uno
de los
símbolos del
Bautismo que
nos recuerda
la vida
nueva que
recibirnos,
es también
símbolo de
purificación.
El Bautismo
nos lava,
purifica y
libera del
pecado (ver
CIC 1262;
CDC 849; He
2, 38; 1 Co
6, 11; 1 P
3, 18-21).
El Bautismo
es el
primero y
principal
sacramento
del perdón
de los
pecados: nos
une a Cristo
muerto y
resucitado y
nos da el
Espíritu
Santo" (CTC
984) para
“caminar en
una vida
nueva" (Rom
6,4).
El
sacramento
del Bautismo
nos separa
del destino
colectivo de
una
humanidad
fatalmente
sometida al
poder del
pecado y
borra el
pecado
original y
todos los
pecados
actuales que
haya podido
cometer el
que se
bautizará y
lo libra de
las
consecuencias
del pecado
(ver CIC 1
263).
"No
obstante, en
el bautizado
permanecen
ciertas
consecuencias
temporales
del pecado.
como los
sufrimientos,
la
enfermedad,
la muerte o
las
fragilidades
inherentes a
la vida como
las
debilidades
de carácter,
etc., así
como una
inclinación
al pecado
que la
Tradición
llama
concupiscencia.
...dejada
para el
combate. no
puede dañar
a los que no
la
consienten y
la resisten
con coraje
por la
gracia de
Jesucristo"
(CJC 1264).
El
sacramento
del
Bautismo,
por el
Espíritu,
nos pone en
un contacto
personal e
individual
con Cristo,
para ser
solidario
con su modo
de pensar.
obrar y
vivir.
Porque el
hombre
pecador, por
las aguas
del Bautismo
ha muerto:
ahora el
bautizado ha
sido
reengendrado
como hijo de
Dios. vive
una realidad
nueva y su
vida ha de
ser
coherente
con dicha
realidad. Si
se ha muerto
al pecado.
¿cómo seguir
viviendo en
él ? (ver
Rom 6, 1 -
12). Ese
viejo
hombre, el
hombre
cautivo del
egoísmo, de
la soberbia,
de las
tinieblas,
del pecado,
está
destinado a
morir. El
viejo hombre
muere con la
muerte de
Cristo y
participa de
su Misterio
Pascual.
Porque el
simbolismo
del agua que
lava toda
mancha nos
deja libre
de toda
culpa, por
el Espíritu
que nos es
comunicado;
con ello
queda
destruido el
pecado y
dejamos de
ser sus
esclavos,
somos
llamados a
la libertad
de los hijos
de Dios,
fruto del
Espíritu de
Cristo.
Estos
efectos de
muerte y
vida, se
aplican a
cada uno de
nosotros en
el aquí y en
el ahora de
la
existencia
humana.
El si que
pronunciamos
al
acercarnos
al
sacramento
del Bautismo
es una nueva
palabra dada
en la
historia que
nos impulsa
a liberarnos
de todas las
servidumbres
del pecado
personal y
social, de
todo lo que
desgarra al
hombre y a
la sociedad
y que tiene
su fuente en
el egoísmo,
liberación
que culmina
en la
comunión con
Dios y con
los hombres
(ver P 482),
esta
liberación
abarca las
diferentes
dimensiones
de la
existencia:
lo social,
lo político
y lo
económico
(ver P 483).
Con el
Bautismo
adquirimos
un
compromiso
irrevocable
de ser
testigos de
la
liberación;
por ser
liberados de
todo pecado,
implica el
comienzo de
una nueva
vida, el
reorientar
nuestra vida
según el
Espíritu
recibido: el
Espíritu de
la
Resurrección.
ACTUEMOS
En los
pequeños
grupos que
nos reunimos
al inicio
vamos a
buscar
nuestro
compromiso
del día de
hoy. Con la
siguiente
pregunta
orientamos
la
reflexión:
¿Qué tenemos
que hacer
para vivir
el
compromiso
de
bautizado,
según la
enseñanza de
este tema?
A nivel
personal
A nivel
familiar
A nivel
barrio o
comunidad.
CELEBREMOS
Para la
celebración
nos ponemos
de rodillas
ante un
Cristo
(podemos
colocarlo en
una mesa), a
su lado
ponemos las
listas que
elaboramos
al inicio
del tema.
Escuchamos
la lectura
de la
Palabra de
Dios tomada
del capítulo
6 de la
Carta a los
Romanos del
versículo 1
al 11.
Dejamos un
momento de
reflexión en
silencio.
Espontáneamente
el grupo
pronuncia en
voz alta
algunas
oraciones de
petición al
Señor para
que infunda
su fuerza
para vivir
con
autenticidad
la
liberación
del pecado.
Después de
cada una de
ellas se
sugiere
cantar:
“Cordero de
Dios que
quitas el
pecado del
mundo".
Finalizar
con el
canto:
DANOS UN
CORAZON
Danos un
corazón
grande para
amar
Danos un
corazón
fuerte para
luchar.
Hombres
nuevos,
creadores de
la historia,
constructores
de nueva
humanidad;
hombres
nuevos que
viven la
existencia
como riesgo
de un largo
caminar.
Danos un
corazón
grande para
amar
Hombres
nuevos
luchando en
esperanza,
caminantes
sedientos de
verdad.
Hombres
nuevos, sin
frenos ni
cadenas,
hombres
libres que
exigen
libertad.
Danos un
corazón
grande para
amar
Hombres
nuevos,
amando sin
fronteras,
por encima
de razas y
lugar.
Hombres
nuevos, al
lado de los
pobres,
compartiendo
con ellos
techo y pan.