Catequesis
sobre el
Bautismo
Autor:
Pbro.
Hermilio
Cárdenas
González
Coordinador
de la
Sección
Diocesana de
Catequesis
Capítulo 5:
El
Bautismo,
incorporación
vital a la
Iglesia
OBJETIVO
Descubrir
que por el
sacramento
del bautismo
nos
incorporamos
a la
Iglesia,
Cuerpo de
Cristo para
que
encontremos
y
desarrollemos
la forma
personal de
participación
activa en la
vida de la
Iglesia
"Todos
nosotros, .
..hemos sido
bautizados
en un mismo
Espíritu,
para formar
un único
cuerpo" (1
Co 12, 13).
NOTAS
PEDAGOGICAS
El
catequista
debe partir
del hecho de
la pobre
conciencia
de
pertenencia
y
participación
en la
Iglesia de
parte de
muchos
bautizados.
Por una
parte es
cierto que
las personas
estamos
llamados a
vivir y a
desarrollarnos
en
comunidad.
Se dice
inclusive
que somos
seres
sociables,
pero también
es cierto
que en
nuestro
tiempo hay
una
tendencia a
pensar y
actuar
marcada por
un fuerte
individualismo.
Tendencia
que se
presenta al
interior de
la misma
Iglesia,
sobre todo
en las
grandes
ciudades
donde mucha
gente no
tiene
conciencia
de
pertenencia
a la
comunidad
cristiana.
El
sacramento
del Bautismo
no es sólo
purificación,
es también
incorporación
y
vinculación
a una
comunidad
cristiana.
Se les
sugiere a
los papás y
padrinos con
anticipación
que traigan
una foto
donde
aparezca el
niño que se
bautizará
con su
familia. Por
su parte, el
catequista
tratará de
traer fotos
de la
comunidad
cristiana.
VEAMOS
Dialoguemos
un poco
sobre el
acontecimiento
que nos ha
reunido:
tenemos en
familia un
nuevo
miembro.
Cuando llega
un nuevo
hijo a la
familia hay
actitudes y
comportamientos
diversos
ante el
acontecimiento.
Durante esta
reflexión
los papás y
padrinos
estarán
observando
la
fotografía
del hijo que
se
bautizará:
¿De quién
depende la
vida futura
del niño?
¿Qué pasa
con los
niños que
carecen de
una vida
familiar?
¿Qué
diferencia
hay cuando
se tiene una
familia que
lo quiere y
cuando se
carece de
ella?
Se puede dar
tiempo para
hacer
comentarios.
PENSEMOS
Así como las
personas al
nacer, para
crecer y
desarrollarse
necesitan
vivir en una
familia, en
una
sociedad,
así también
el
cristiano,
que en el
sacramento
del Bautismo
recibe una
vida nueva,
necesita
acogerse,
incorporarse
vitalmente
al Pueblo de
Dios, la
Iglesia,
para Vivir
plenamente
la vida que
ha recibido.
"El Bautismo
hace de
nosotros
miembros del
Cuerpo de
Cristo. “Por
tanto...
somos
miembros los
unos del los
otros’ (Ef
4, 25). El
Bautismo
incorpora a
la Iglesia"
(CIC 1 267)
de todos los
tiempos y
lugares de
la tierra.
Dicha
incorporación
al Cuerpo de
Cristo
encuentra su
expresión
concreta en
la
pertenencia
y
participación
en una
comunidad
cristiana,
nuestra
parroquia.
Por esta
razón, el
Bautismo
debe tener
lugar en la
parroquia
donde
vivimos y
dentro del
marco de la
celebración
del domingo
(ver CDC
856; 857.2;
II SDG 14).
Con la
incorporación
a la
Iglesia,
toda la
comunidad
cristiana es
responsable
de la fe del
nuevo
bautizado.
Sin dejar de
ser especial
la
responsabilidad
de los papás
y padrinos
(ver CIC
1255).
Por el
sacramento
del Bautismo
todos somos
hermanos y
hermanas.
Esta unión
fundamental
de todos los
bautizados,
por encima
de los
"límites
naturales o
humanos de
las
naciones,
las
culturas,
las razas y
los sexos
´porque en
un solo
Espíritu
hemos sido
todos
bautizados,
para no
formar más
que un
cuerpo´ (1
Co 12, l 3)"
(CIC 1 267),
debe
manifestarse
concretamente
en la ayuda
mutua y en
el
intercambio
de dones
materiales y
espirituales
(ver He 2,
44-45).
ACTUEMOS
Se reúnen en
pequeños
grupos los
papás y
padrinos de
cada niño y
dialogan a
partir de
las
siguientes
preguntas:
¿Me siento
identificado
con mi
comunidad
parroquial?
¿Participo
activamente
en la
celebración
dominical de
la
Eucaristía
en mi
parroquia?
¿Conozco al
sacerdote y
a los
agentes que
trabajan en
la
evangelización
en mi
parroquia?
¿Participo
en algún
grupo
pastoral de
mi
parroquia?
Ahora tratan
de llegar a
un
compromiso
concreto a
partir de
esta
pregunta y
lo anotan en
una hoja de
papel:
¿Qué vamos a
hacer como
papás y
padrinos
para ir
integrando
al hijo que
traemos a
bautizar en
la comunidad
parroquial?
CELEBREMOS
El
catequista
prepara un
cartel con
las
fotografías
o imágenes
de la
comunidad
parroquial
procurando
dejar
algunos
espacios en
blanco
(tantos como
niños se
vayan a
bautizar),
en su parte
superior
coloca bien
claro el
nombre de la
parroquia.
Coloca el
cartel al
frente del
grupo y al
lado pone
cinta
adhesiva.
El
catequista
les presenta
y explica el
cartel en
que vemos
representada
nuestra
comunidad
parroquial.
Se lee del
capitulo 2
del libro de
los Hechos
de los
Apóstoles
los
versículos
del 42 al
47.
Se deja un
momento de
reflexión en
silencio.
Los papás y
padrinos de
cada niño
expresan en
voz alta,
juntos, el
compromiso
que
formularon.
Una vez
dicho el
compromiso
pasan y
colocan la
fotografía
del niño en
algunos de
los espacios
vacíos del
cartel y
regresan a
su lugar.
Así hasta
pasar todos
los grupos.
Terminamos
cantando:
IGLESIA
PEREGRINA
Todos unidos
formando un
solo cuerpo
un pueblo
que en la
Pascua
nació,
miembros de
Cristo en
sangre
redimidos,
Iglesia
peregrina de
Dios.
Vive en
nosotros la
fuerza del
Espíritu,
que el Hijo
desde el
Padre envió.
El nos
empuja, nos
guía y
alimenta,
Iglesia
peregrina de
Dios.
Somos en la
tierra
semilla de
otro reino,
somos
testimonio
de amor
paz para las
guerras y
luz entre
las sombras,
Iglesia
peregrina de
Dios,
paz para las
guerras y
luz entre
las sombras,
Iglesia
peregrina de
Dios.
Rugen
tormentas y,
a veces ,
nuestra
barca
parece que
ha perdido
el timón.
Miras con
miedo no
tienes
confianza,
Iglesia
peregrina de
Dios.
Una
esperanza
nos llena de
alegría,
presencia
que el Señor
prometió.
Vamos
cantando, él
viene con
nosotros,
Iglesia
peregrina de
Dios.
Todos
nacidos en
un solo
Bautismo,
unidos en la
misma
Comunión.
Todos
viviendo en
una misma
casa,
Iglesia
peregrina de
Dios.
Todos
prendidos en
una misma
suerte,
ligados a la
misma
salvación.
Somos un
cuerpo y
Cristo es la
Cabeza,
Iglesia
peregrina de
Dios.