Catequesis
sobre el
Bautismo
Autor:
Pbro.
Hermilio
Cárdenas
González
Coordinador
de la
Sección
Diocesana de
Catequesis
Capítulo 4:
Participación
en Muerte y
Resurrección
de Cristo
OBJETIVO
Descubrir y
profundizar
que por el
sacramento
del
Bautismo,
participamos
de la muerte
y
resurrección
de Cristo
para que
sepamos
vivir este
misterio en
la vida
diaria.
"Por el
bautismo,
fuimos
sepultados
junto con
Cristo para
compartir su
muerte,...
pero también
participaremos
de su
resurrección"
(Rom 6, 4-5)
NOTAS
PEDAGÓGICAS
El
catequista
debe partir
en esta
ocasión de
la situación
de los
participantes
con respecto
al tema: es
muy posible
que ellos
tengan una
conciencia
vaga" de que
algo sucede
en la
celebración
del
Bautismo,
tal vez
tengan
conciencia
del renacer
a una vida
nueva, pero
es muy
difícil que
exista el
convencimiento
que esto nos
viene por la
muerte y
resurrección
de Cristo.
Aquí están
muy en juego
los
elementos de
la vida y la
muerte.
No perder de
vista que
este tema es
de los
considerados
fundamentales
en el
aspecto
doctrinal de
la
catequesis
sobre el
Bautismo.
VEAMOS
Partamos de
un elemento
tan común y
tan
necesario
entre
nosotros
como lo es
el agua.
¿Qué pasa
donde no hay
agua o es
muy escasa?
¿Flan
experimentado
la falta de
agua por
algún tiempo
en el
pueblo,
colonia o
lugar donde
viven?
¿Qué pasaría
si se
acabara el
agua por
completo?
PENSEMOS
En el
Antiguo
Testamento
encontramos
varios
pasajes que
nos hacen
pensar en el
sacramento
del Bautismo
al
relacionarlo
con el agua:
el origen
del mundo,
el diluvio,
el paso del
Mar Rojo y
el paso del
río Jordán
(ver CIC
1217-1222);
son vistos
como
acontecimientos
en los que
el agua
transformadora
significa el
paso de la
muerte a la
vida, de la
esclavitud a
la libertad.
"Todas las
prefiguraciones
de la
Antigua
Alianza
culminan en
Cristo
Jesús" (CIC
1223). El
sacramento
del Bautismo
para
nosotros se
convierte en
el paso de
la muerte a
la vida.
En el Nuevo
Testamento
encontramos
que el mismo
Juan el
Bautista
tiene
conciencia
de este
significado
de cambio y
de
conversión,
de pasar de
lo que es
pecado y
muerte,
mediante el
arrepentimiento
y el perdón,
hacia lo que
es la vida
nueva (ver
Mc 1, 4).
Pero Juan el
Bautista
aclara que
su bautismo
es solamente
preparatorio,
que después
vendrá otro
que
bautizará en
el Espíritu
y en el
fuego (ver
Mt 3, II).
Asimismo
anuncia que
Jesús es el
Cordero de
Dios que
asumirá el
pecado del
mundo (ver
Jn 1,
29-36). Al
bautizarse,
Jesús aún
siendo
justo, se
coloca
humildemente
entre los
pecadores
(ver CIC 1
224); y
desde ese
bautismo
hasta su
muerte
estará
cumpliendo
públicamente
la misión
encomendada
por Dios
Padre (ver
Lc 1 2, 50).
La muerte de
Cristo es
así la
cúspide de
su servicio.
En el
bautismo del
Jordán,
Jesús es
consagrado,
ungido como
"siervo" en
el camino de
la
humillación
y servicio a
sus hermanos
los hombres
y será fiel
hasta la
muerte en
cruz.
"En su
Pascua,
Cristo abrió
a todos los
hombres las
fuentes del
Bautismo...
desde
entonces, es
posible
´nacer del
agua y del
Espíritu´
para entrar
en el Reino
de Dios"
(CIC - 225).
El "paso" de
Cristo al
Padre, su
"Pascua", lo
relacionamos
con en el
paso de los
hebreos a
través del
Mar Rojo;
escapan,
entonces,
por gracia
de Dios, de
la
esclavitud
de Egipto
(ver 1 Co
10, 1-2).
Sumergido en
el agua del
bautismo, el
fiel de
Cristo
escapa de la
esclavitud
del pecado y
nace a la
libertad de
los hijos de
Dios. Por
eso mismo,
la noche por
excelencia
para
celebrar el
bautismo es
la noche de
Pascua, la
noche del
paso de la
muerte a la
vida.
En griego,
bautismo
significa
"inmersión".
San Pablo
nos dice que
mediante el
bautismo, el
cristiano es
sumergido en
el misterio
de Cristo
muerto y
resucitado:
"Los que
fuimos
sumergidos
por el
bautismo en
Cristo
Jesús,
fuimos
sumergidos
con él para
participar
de su
muerte.
Pues, por el
bautismo
fuimos
sepultados
junto con
Cristo para
compartir su
muerte, y,
así como
Cristo fue
resucitado
de entre los
muertos por
la Gloria
del Padre,
también
nosotros
hemos de
caminar en
una vida
nueva. Hemos
sido
injertados
en él y
participamos
de su muerte
en forma
simbólica;
pero también
participaremos
de su
resurrección"
(Rom 6,
3-5). La
inmersión en
el agua
significa
expresamente
el morir al
pecado, así
como el
surgir de
esa
inmersión
expresa
resurrección,
regeneración.
"El
Bautismo,
cuyo signo
original y
pleno es la
inmersión,
significa
eficazmente
la bajada
del
cristiano al
sepulcro
muriendo al
pecado con
Cristo para
una vida
nueva" (CIC
628).
ACTUEMOS
Se colocan
dos
cartulinas
en una mesa
y junto a
ellas varios
crayones o
marcadores.
Al centro de
la mesa un
Cristo. El
grupo se
coloca en su
alrededor.
Catequista:
Vamos
haciendo un
silencio en
nuestro
interior.
Será el
momento en
que nos
comprometamos
a "ir
muriendo" a
todo lo que
va en contra
de
Jesucristo y
del Reino
que El
inaugura.
Catequista:
Tratemos de
que lo que
cada día
vivamos, aún
el
sufrimiento,
sea anuncio
de
resurrección.
Pues Dios ha
hecho de los
gemidos de
la
humanidad,
dolores de
parto para
una nueva
vida.
Pensemos con
qué
actitudes se
va a
manifestar
en nosotros
esa vida
nueva.
Catequista:
Decidamos
prepararnos
cuidadosamente
para vivir
profundamente
cada
Bautismo en
el que
hayamos
participado
como papás o
padrinos.
Se pide a
dos personas
que pasen al
frente, una
junto a cada
cartulina.
Una de ellas
escribirá
con letras
grandes en
la cartulina
las
situaciones
a las que
vamos a "ir
muriendo";
la otra
persona
escribirá
las
actitudes
que
manifiestan
una nueva
vida en
nosotros.
El grupo va
mencionando
en voz alta
lo que se
escribirá en
cada
cartulina.
CELEBREMOS
El grupo
continúa en
círculo en
torno a la
mesa con el
Cristo.
Alguien del
grupo lee
del capítulo
6 de la
Carta a los
Romanos los
versículos 4
y 5.
Catequista:
Ante Cristo,
presentemos
la vida a la
que
"moriremos",
las
actitudes y
pecados que
nos impiden
seguirle.
Alguien del
grupo lee la
cartulina
correspondiente.
Catequista:
Con Cristo
resucitaremos
también a
una vida
nueva. Otro
del grupo
lee la
cartulina
correspondiente.
Terminamos
cantando:
UNA NUEVA
VIDA (EL
BAUTISMO)
Una nueva
vida, tu
misma Vida,
una nueva
familia, tu
misma
familia.
Hijos tuyos
para
siempre.
Por medio
del Bautismo
renacemos,
en agua que
nos salva
nos bañamos,
pasamos de
la carne y
de lo
humano,
al mundo de
la gracia y
de lo
eterno.
Una nueva
vida, tu
misma
vida...
Surgimos del
sepulcro que
es el agua,
teñidos en
tu sangre
redentora,
contigo
incorporados
a la Pascua
vivimos en
Cristo hora
a hora.
Una nueva
vida, tu
misma
vida...
Guiados por
la luz que
recibimos,
ungidos como
reyes en la
frente
tu marca
salvadora en
nuestras
almas
grabada en
nuestra
entraña para
siempre.