FRASES DE SAN AGUSTÍN
tomado de http//:agustinosrecoletos.com

 

En este tiempo, la Iglesia es como una era, en  la que se hallan a la vez la paja y el trigo. Que nadie tenga la  pretensión de eliminar toda la paja antes que llegue la hora de  aventar. Que nadie abandone la era antes de esta hora, aunque  sea con el pretexto de evitar el daño que le pueden hacer los  pecadores... Si uno mira la era desde lejos, uno diría que no hay  en ella más que paja. Hay que revolverla con la mano y soplar con  la boca para echar fuera el tamo y descubrir el grano. Si no es así,  el grano no se ve. Y a veces aun a los mismos granos les sucede  algo de este género: se encuentran separados unos de otros y sin  contacto entre sí, y puede incluso llegar a pensar cada uno que  está enteramente solo". (SAN AGUSTÍN, Enarr. Ps. 25,5: PL 36,190-191)

Los pobres a quienes damos limosna, ¿qué son, sino nuestros portaequipajes, que nos ayudan a traspasar nuestros bienes de la tierra al cielo? Los entregas a tu portaequipajes y lleva al cielo lo que le das. «¿Cómo -dices- lo lleva al cielo? Estoy viendo que los consume en comida». Así es precisamente como los traslada, comiéndolos en vez de conservarlos. ¿O es que te has olvidado de las palabras del Señor? Venid, benditos de mi Padre, recibid el reino. Tuve hambre y me disteis de comer. Y, Cuando lo hicisteis con uno de mis pequeños, conmigo lo hicisteis. Si no despreciaste a quien mendigaba en tu presencia, mira a quién llegó lo que diste: Cuando lo hicisteis con uno de estos mis pequeños, conmigo lo hicisteis (Mt 25,34.35.40). Lo que tú diste lo recibió Cristo; lo recibió quien te dio qué dar; lo recibió quien al final se te dará a sí mismo.

San Agustín
Sermón 389


Una inacabable miseria se hubiera apoderado de ti, si no se hubiera llevado a cabo esta misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si Él no hubiera venido al encuentro de tu muerte. Te hubieras derrumbado, si Él no te hubiera ayudado. Hubieras perecido, si Él no hubiera venido (Sermón, 185,1).

 

Mucho valen los buenos amigos para el bien y los malos para el mal. Por ello el Señor, para que despreciemos las amistades de los poderosos con vistas a nuestra salvación, no quiso elegir primero a senadores, sino a pescadores

 

¿Quién es el que no avanza? Quien se cree sabio; quien dice: "Me basta con lo que soy"...

 

Nadie cree, pues, sin haber sido llamado, pero no todos los llamados creen

 

Yo, que esto escribo, amé ardientemente la perfección de la que habló el Señor cuando dijo al adolescente: "Ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres..."

 

Todo el mundo abandonó quien abandona lo que tiene y deseaba tener

 

Cuando yo deliraba sobre consagrarme al servicio del Señor, Dios mío, conforme hacía ya mucho tiempo lo había dispuesto, yo era el que quería y el que no quería. Mas porque no quería plenamente ni plenamente no quería, por eso discutía conmigo y me destrozaba a mí mismo...

 

No es por la distracción, sino por la atención como yo camino hacia la palma de la vocación de lo alto

 

Esta santificación se concede a los justos; mas para que se santifiquen precede la vocación, la cual no dimana de los méritos, sino de la gracia de Dios

 

Ahora piensas seguir a Cristo, esto propusiste, esto elegiste, este es tu juicio...

 

A un joven le agrada servir a Dios, le desagrada al padre; se opusieron entre sí. Este promete la herencia terrena, aquél ama la celestial; el uno ofrece, el otro elige. No piense el padre que se comete injuria contra él. Sólo Dios es antepuesto a él, y, sin embargo, litiga con el hijo, que quiere servir a Dios

 

La espada espiritual que separa es másfuerte que la naturaleza carnal que une

 

¿De qué te sirve conocer, si eres perezoso en elegir?

 

Esto acontece, hermanos, y por eso muchas veces brota, en el alma del siervo de Dios, el deseo de la soledad sólo por causa de la infinidad de tribulaciones y tropiezos

 

Se ve que Natanael era doctor de la ley. No lo eligió, no porque no había de elegir doctores, sino porque, si hubiese elegido en primer término a los doctores, pensarían los mismos que fueron elegidos en atención a su ciencia, y así se alabaría su ciencia y sufriría detrimento la alabanza de la gracia de Cristo

 

Más tarde, el Señor eligió también oradores, pero éstos se hubieran ensoberbecido si primeramente no hubiese elegido pescadores. También eligió ricos; pero, si primeramente no hubiera elegido pobres, dirían que en atención a sus riquezas fueron elegidos. Después eligió emperadores; pero es mejor que el emperador al venir a Roma, deponiendo la diadema, llore ante la tumba del pescador que el pescador llore ante el sepulcro del emperador

 

Al acercarse alguno al servicio del Señor, reconozca que penetró en el lagar; será, pues, atribulado, quebrado, comprimido; no para perecer en este mundo, sino para que corra hecho líquido a las bodegas del Señor

 

... ¿Qué ha de decir? "Seré prudente, no admitiré a ninguno malo".  ¿Cómo no has de admitir a ningún malo? "No admitiré a ningún hombre malo, a ningún hermano malo que pretenda entrar. Con pocos buenos me irá bien".  ¿Cómo sabes a quién has de excluir? Para que se conozca al malo, debe ser probado dentro

 

¿Han de acercarse a ti todos con el corazón abierto? Los que han de entrar no se conocen a sí mismos,  ¿Cuánto menos tú?... Luego,  ¿cómo has de conocer al que todavía se desconoce a sí mismo?

 

Ciertamente, en la vida común de los hermanos que se da en los monasterios hay excelsos varones, hombres santos; por eso viven cotidianamente entregados a los cánticos, a la oración, a las alabanzas de Dios, a la lectura, trabajan con sus manos, se bastan a sí mismos, no piden nada avaramente,...

 

El que ignora lo que acontece dentro, el que no sabe cómo, habiendo entrado el viento, chocan las naves en el puerto, entra confiado en la seguridad, esperando que no ha de encontrar a nadie a quien tolere; al encontrar allí a hombres malos, los cuales no podían encontrarse si no hubieran sido admitidos...

 

" ¿Quién ©dice© me llamaba aquí? Yo pensaba que aquí había caridad". Por lo mismo... se hace desertor de tan santo género de vida y reo del voto no cumplido

 

Mucho deja, hermanos míos, mucho deja el que no sólo deja cuanto tiene, sino también cuanto desea tener

 

Los que quieren seguir a Dios, lo hacen preceder y ellos le siguen; no anteceden ellos y les sigue Dios...

 

¿Por qué al principio escogió el Señor unos pocos que no eran ni nobles, ni sabios, ni elegantes, teniendo ante sus ojos tal muchedumbre (que en comparación de esos pocos era escasa, pero llena en su género de ricos, nobles, doctos, sabios) a la que atrajo más tarde?...

 

Si los hubiera elegido en primer término, parecería que los prefería por sus riquezas, hacienda, abolengo; engreídos por esa razón, no recibirían la salvación de la humildad...

 

Sin duda entre aquellos que quieren servir a Dios hay ruido y muchedumbre de gente mala que los rodea por doquier, pues adonde quiera que se vuelvan, sólo hallarán malos consejeros. Sé, pues, como el grano y no te preocupes de la paja

 

¿Qué elegimos, a no ser que antes seamos elegidos nosotros?

 

Si Cristo hubiese elegido primeramente al orador, diría éste: "He sido elegido por mi elocuencia". Si hubiese elegido a un senador, diría: "He sido elegido por el mérito de mi dignidad". Por fin, si hubiese elegido emperador, podría decir: "He sido elegido en atención a mi poder". Estén tranquilos los tales y aguarden un poco;...

 

"Te seguiré, Señor, pero permíteme ir antes a dar sepultura a mi padre"... Cosa piadosa era lo que quería hacer, pero el Maestro le enseñó lo que debía anteponer. Quería que él fuera predicador de la palabra viva para hacer vivos a quienes habían de vivir

 

Si no quieres hacer lo más, haz lo menos. Si es excesivo para ti el peso de lo mayor, toma lo menos al menos... Las mayores son: "Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y sígueme". Las menores: "No matarás, no adulterarás,...

 

Sólo está excluído de la llamada del Señor aquel que no se afana en este mundo

 

Duro y pesado parece el precepto del Señor, según el cual quien quiera seguirle ha de negarse a sí mismo. Pero no es duro y pesado lo que manda aquel que presta su ayuda para que se haga lo que manda

 

Escuchad lo que Dios me ha inspirado sobre este capítulo del Evangelio (Lc. 9,57©62). En él se lee cómo el Señor se comportó distintamente con tres hombres. A uno que se ofreció a seguirlo lo rechazó; a otro que no se atrevía lo animó a ello; por fin, a un tercero que lo difería lo censuró

 

Que nadie, por ende, diga: "Dios me llamó porque le rendí culto".  ¿Cómo le hubieses rendido culto si no hubiera precedido su llamada?

 

Advierte que, cuando fuiste llamado, al menos ya existías. La predestinación es previa a la existencia

 

Exultad, jóvenes santos, los que elegisteis seguir ante todo a Cristo, los que no buscáis el matrimonio. No llegó hasta vosotros por vía del matrimonio aquel a quien encontrasteis digno de seguimiento para concederos menospreciar el camino por donde vinisteis vosotros

 

¿Quién será capaz de querer y poder si no nos ayuda con su inspiración para que podamos el que con su vocación nos otorgó el querer? En todo momento nos previno su misericordia para que fuéramos llamados quienes no queríamos y pidamos el poder lo que queremos

 

No eligió a reyes, ni a senadores, ni a filósofos u oradores, antes bien, eligió a plebeyos, a pobres, a ignorantes y pescadores. Pedro era un pescador; Cipriano, un orador. Si no hubiese precedido con su fe el pescador, no le hubiese seguido con humildad el orador

 

¿Acaso nos eligió el Señor porque éramos buenos? No eligió a quienes eran buenos, sino a quienes quiso hacer buenos

 

Si hubiese elegido en primer lugar a hombres revestidos de dignidad, de cualquier clase que ella fuese, se hubiesen atrevido a asignarlo a sus méritos, no a la gracia de Dios...

 

Dios nos llama para que dejemos de ser hombres. Esta dichosa transformación no se verifica si antes no reconocemos nuestra condición de hombres

 

"Anda y vende todo lo que tienes...". Aquel hombre se fue triste de allí. No lo siguió. Buscó al buen Maestro, preguntó al Doctor, y lo desprecia cuando le estaba enseñando

 

... Se fue de allí triste, llevando sobre sus hombros el peso abrumador de la avaricia...

 

Nuestra vocación es ciertamente a la concordia; se nos manda que haya paz entre nosotros, y nuestro intento debe ser ese y a eso se deben dirigir todos nuestros esfuerzos

 

Vuelve a tí mismo y allí hallarás la guerra.  ¿Empezaste a seguir a Dios? Pues allí mismo encontrarás la guerra

 

Aún no habíamos creído en El para elegirnos; porque, si hubiese elegido a quienes ya creían en El, hubiera elegido a los ya elegidos

 

No fueron elegidos por ser buenos quienes no serían buenos si no hubiesen sido elegidos

 

Observad, carísimos, que no elige a los buenos, sino que hace buenos a quienes ha elegido

 

Solemos decir, al recibir huéspedes desconocidos, que es mejor tolerar a un mal individuo que, por miedo de recibir al malo, excluir quizá al bueno sin saberlo...

 

Cuando uno se convierte para ingresar en el monasterio con intención pura, no se preocupa por sus bienes, máxime si sabe lo mala que es tal preocupación

 

Con el ahínco que puedo exhorto a otros a ese compromiso, y en nombre del Señor tengo compañeros que lo han aceptado, convencidos por mi ministerio

 

Es menester, hijo, que tengas la sabiduría para perseverar, como la tuviste para elegir. Sea fruto de tu sabiduría el saber de quién es ese don

 

Si te tienes por recluta de Cristo, no abandones el campamento, en el que has de edificar aquella torre de la que habla el Señor en el Evangelio...

 

Cuando en el camino de Dios se rehúyen con miedo cobarde las cosas más fáciles y fructíferas, en el camino del mundo se toleran con trabajo agobiador las cosas más duras y estériles

 

Nadie puede seguir el ideal de nuestra vocación sin aborrecer lo que fue un obstáculo para ella

 

Un bien era, sin duda, el que realizaban las dos hermanas que a su costa proporcionaban a Cristo y sus discípulos lo que les era necesario; pero un bien más excelente es aún el de los que todo lo abandonaron, quedando así más expeditos y libres para poder seguir a nuestro Señor

 

"Yo os elegí del mundo". Luego eran del mundo: precisamente para que no fuesen del mundo fueron elegidos del mundo

 

Si Cristo eligió a los apóstoles por ser justos, antes lo eligieron ellos a El para poder ser elegidos justos, pues sin El no lo fueran. Mas no sucedió así, puesto que El les dijo: "no me elegísteis, sino que os elegí a vosotros

 

El hombre no puede elegir y amar si no se le elige y ama primero para curarlo, pues por su ceguera no distingue lo que ha de elegir y por su debilidad le da náuseas lo que ha de amar

 

Hoy, en cambio, la mayoría de los que vienen a la profesión monástica procede de la esclavitud, o se trata de libertos, obreros y campesinos, o han recibido la libertad o la promesa de la libertad por ingresar en el servicio de Dios, o eran sencillos artesanos o menestrales...

 

"Lo débil del mundo eligió Dios para confundir a los fuertes...". Este piadoso y santo pensamiento abre las puertas del monasterio a los que no presentan prueba alguna de haberse convertido y mejorado. No se sabe si llegan con el propósito de servir a Dios o vienen vacíos, huyendo de una vida mísera y trabajada con la intención de dejarse alimentar y vestir y aun honrar por aquellos que en el siglo solían despreciarlos y atropellarlos

 

Todos los elegidos, sin duda, fueron llamados, pero no todos los llamados fueron, por consecuencia, elegidos

 

Dios no se arrepiente de sus dones y vocación de los que fueron llamados según propósito

 

¿No fue después, cuando ellos lo eligieron y antepusieron a todos los bienes de este mundo? Mas porque fueron elegidos, eligieron, y no al contrario

 

No trabajaréis en vano si aprovecháis en el buen propósito perseverando hasta el fin

 

Procuremos entender bien esta vocación, con que son llamados los elegidos; no que sean elegidos porque antes creyeron, sino que son elegidos para que lleguen a creer

 

... no lo eligieron ellos a El para que El los eligiese a ellos sino que El los eligió a ellos para que ellos lo eligiesen a El

 

No porque habríamos de ser santos e inmaculados por nuestros propios méritos, sino que nos eligió y predestinó para que lo fuésemos

 

No fue elegido, pues, para que se hiciese bueno, sino, habiendo sido creado bueno, pudo ser elegido

 

No basta la misericordia del que llama, si no responde con su obediencia el llamado

 

¿Quién puede creer si no recibe alguna vocación, es decir, algún testimonio que le llegue al corazón?

 

No queda otro motivo para la elección que las voluntades. Mas la voluntad no puede ser movida de ningún modo si no se le brinda algo que la engolosine y atraiga el ánimo, y no está en el poder del hombre que se le ofrezca eso

 

El buen propósito del hombre es ayudado, en efecto, por la gracia; pero ni el mismo propósito existiría si no precediera la gracia

 

(Dios) no elige a nadie porque sea digno, sino que, al elegirlo, lo hace digno; pero a nadie castiga si no es digno de castigo

 

Dios llama a uno de esta manera, al otro de otra, y el Espíritu Santo sopla donde quiere

 

Muchos ciertamente no vienen al ser llamados, pero nadie viene sin serlo

 

Es una gracia que se dé al pecador la vocación cuando no ha precedido mérito alguno de parte de él sino para ser condenado. Por lo cual, si el llamado hubiere seguido a quien lo llamó, lo que es propio ya del libre albedrío, merecerá también el Espíritu Santo

 

No eligió Dios a los que obran bien, sino más bien a creyentes, para hacerlos él mismo obrar bien

 

No podemos querer si no somos llamados; y cuando después del llamamiento hubiéremos querido, no basta nuestra voluntad ni nuestro correr si Dios no presta las fuerzas a los que corren y conduce a donde llama

 

Aunque alguno se atribuya el obedecer a quien lo llama, nadie puede atribuirse el ser llamado

 

"A los llamados santos" no ha de entenderse como si hubieran sido llamados porque eran santos, sino que llegaron a ser santos por haber sido llamados

 

Cuando alguno se atribuye el que ha venido una vez llamado, no puede atribuirse el que ha sido llamado

 

Quien una vez llamado no viene, así como no ha tenido mérito de premio para ser llamado, comienza también el mérito del castigo, cuando una vez llamado ha menospreciado el venir

 

El cuerpo peregrina por lugares, el alma por afectos. Si amas la tierra, te alejas de Dios peregrinando; si amas a Dios, subes a Dios

 

 

Ni el alma puede descansar sino en aquello que ama. No se le dará el descanso eterno sino en el amor de Dios, que es el único eterno

 

 

El alma se olvidó de sí misma, mas por amor al mundo; olvídese ahora de sí misma, mas para amar al Artífice del mundo

 

 

Ama al amigo por Dios quien ama en el amigo el amor de Dios

 

 

Para que sepamos amar a Dios, ha de conocérsele; y para que el hombre sepa amar al prójimo como a sí mismo, debe primeramente, amando a Dios, amarse a sí mismo

 

 

Amarás tu persona si amas a Dios con toda tu persona

 

 

Antepón la voluntad de Dios; aprende a amarte, no amándote

 

 

Amando a Dios, nos hacemos dioses; luego amando al mundo, se nos llama mundo

 

 

Si quien ama a Dios habita con Dios en el cielo, quien ama al mundo habita en el mundo con el príncipe del mundo

 

 

Se te ha dado, pues, la norma según la cual has de amarte: ama a quien es mejor que tú y te amaste a ti

 

 

Amemos todos a Dios, suspiremos por él y por él amémonos unos a otros. Todos tenemos un único rey; lleguemos todos al único reino

 

 

Amemos, amemos gratuitamente, pues amamos a Dios, mejor que el cual nada podemos encontrar. Amémosle a él por él mismo y amémonos a nosotros en él, pero por él

 

 

No hay más amor con que uno se ame a sí mismo que el amor a Dios

 

 

No podría amar al prójimo como a sí mismo sino habiendo recibido el amor de Dios, sin el cual no se amaría a sí mismo

 

 

Si atiendes a las personas, la caridad castiga, la iniquidad acaricia. Atended a lo que os recomendamos; no se distinguen los hechos de los hombres a no ser por la raíz de la caridad. Pueden hacerse muchas cosas que en apariencia son buenas, pero no proceden de la raíz de la caridad

 

 

¿Quién alaba con veracidad sino quien ama con sinceridad?

 

 

Para alabar a Dios, no servil, sino libremente, aprended a amar a quien ahora teméis y podréis alabar lo que amáis

 

 

No con conciencia dudosa, sino cierta, Señor, te amo yo. Heriste mi corazón con tu palabra y te amé

 

 

¿Qué es lo que amo cuando yo te amo, Señor? No belleza de cuerpo ni hermosura de tiempo, no blancura de luz, tan amable a estos ojos terrenos; no dulces melodías de toda clase de cantilenas; no fragancia de flores, de ungüentos y de aromas; no manás ni mieles; no miembros gratos a los abrazos de la carne: nada de esto amo cuando amo a mi Dios. Y, sin embargo, amo cierta luz, y cierta voz, y cierta fragancia, y cierto alimento y cierto abrazo del hombre mío interior, donde resplandece a mi alma lo que no se consume comiendo, y se adhiere lo que la saciedad no separa. Esto es lo que amo cuando amo a mi Dios

 

 

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. He aquí que tú estabas dentro de mi y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no lo estaba contigo

 

 

¡Oh Verdad, lumbre de mi corazón, no me hablen mis tinieblas! me incliné a éstas y me quedé a oscuras; pero desde ellas, sí, desde ellas te amé con pasión

 

 

El número ternario pertenece al alma porque se manda amar a Dios por triplicado: con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente

 

 

Serás un niño necio en la casa de tu padre si amas al padre cuando te acaricia y lo odias cuando te castiga

 

 

Nuestro Dios está lleno de amor; pero parece que no nos oye, con el fin de sanarnos y perdonarnos para siempre

 

 

Dios quiere que se le adore gratis; gratis quiere que se le ame, y esto es amar con pureza. No quiere que se le ame porque da algo fuera de sí, sino porque se da a sí mismo

 

 

No es casto el corazón que ama a Dios por la recompensa

 

 

Sobremanera me hace vacilar el amor y el temor de Dios: el temor de Dios, porque es justo; el amor, porque es misericordioso

 

 

Amemos a Dios en sí mismo, amémosle en nosotros, amémosle en nuestros prójimos, a los que amamos como a nosotros o porque ya lo poseen o para que lo posean

 

 

Por mucho que la mente humana exagerase el bien que es Dios, se quedaría corta y muy por debajo de la realidad; al conseguirlo se encuentra uno con que es mayor de lo que el pensamiento se figuraba. Por lo tanto, más lo amaremos cuando lo veamos si fuimos capaces de amarlo antes de verlo

 

 

Busca de dónde puede venir al hombre amar a Dios; ciertamente, no encontrarás motivo, a no ser porque Dios lo amó antes

 

 

Teniendo, pues, tanta confianza, amemos a Dios desde Dios

 

 

A Dios no lo ves. Amalo y lo posees

 

 

Para que tú ames a Dios es necesario que more Dios en ti, que su amor te venga de él y se vuelva de ti a él; o sea, que recibas su moción, ponga en ti su fuego, te ilumine y levante a su amor

 

 

Amemos, pues, a nuestro Dios, amémonos en la unidad del mismo Dios, tengamos paz en él y amor entre nosotros, para que, cuando venga el mismo Cristo, nuestro Señor, podamos decir: "Señor, con tu ayuda hicimos lo que nos mandaste; por tu misericordia danos lo que nos prometiste"

 

 

A Dios no se le ama sino desde Dios

 

 

Si amas a Dios, no adorarás a ningún otro ni tomarás en vano su nombre, y le dedicarás el sábado para que descanse en ti cuando te hace descansar

 

 

Has de amar a Dios con todo tu ser, porque es mejor que tú, y al prójimo como a ti mismo, porque es lo que eres tú

 

 

¿Quieres amarte a ti mismo? Ama a Dios con todo tu ser, pues allí te encontrarás a ti, para que no te pierdas a ti mismo

 

 

Amad a Dios, para que Dios os ame a vosotros

 

 

Amar a Dios es un don de Dios

 

 

Quienes aman, caminan, pues hacia Dios no se corre con pasos, sino con el afecto

 

 

Bien levantas el edificio de tu pasión si no le quitas el cimiento del amor de Dios

 

 

Es tan digno de ser amado cuanto es digno de ser amado quien creó todo lo que amas

 

 

Antepón al Señor a todos ellos, no alabándolo, sino amándolo. Anteponerlo en la alabanza es cosa fácil. Llega la tentación: es ahí cuando te pregunto si antepones en tu amor lo que antepusiste en tu alabanza

 

 

¿Cómo puedes amar a Dios, si aún amas lo que odia Dios?

 

 

Si miramos cómo éramos cuando nos amó, enrojeceremos de vergüenza

 

 

Al amarnos como éramos, nos hizo distintos de como éramos. Nos avergüenza el recordar nuestro pasado y nos llena de gozo lo que esperamos para el futuro

 

 

No ames a Dios por la recompensa; sea él tu única recompensa

 

 

Tú lo amas porque es dulce; témelo también, porque es recto

 

 

Cuanto menos amemos lo propio, tanto más amaremos a Dios

 

 

No puede el hombre amar a Dios si no es por Dios

 

 

Es inevitable que ame poco a Dios quien estima que se hizo bueno a sí mismo y no lo atribuya a Dios

 

 

Quien se gloría por ser bueno, deberá gloriarse en Aquél que lo hizo bueno

 

 

A Dios, hermanos, a Dios hay que dar las gracias. Temed a Dios para que no decaigáis. Amadle para que progreséis

 

 

No ignoro que cuando se nos manda amar a Dios con todo el corazón, no se refiere a la víscera oculta bajo las costillas, sino a la potencia o facultad productora de nuestros pensamientos

 

 

No es Dios, como nosotros, una criatura. Si su amor no viene de El a nosotros, no hay modo de que se dé en nosotros

 

 

No amaríamos nosotros a Dios si El primero no nos hubiese amado a nosotros

 

 

Cuanto más amamos a Dios más justos somos

 

 

Dios ama a los hombres en cuanto hombres, los odia en cuanto malvados

 

 

Dios ama, pues, a los pecadores en cuanto hombres, aunque los odie en cuanto malvados. Así, los malos que Dios odia subsisten en cuanto hombres, porque Dios ama su obra, y son desgraciados porque Dios ama la justicia

 

 

Dios, pues, no goza, sino usa de nosotros. Si Dios no goza ni usa de nosotros, no encuentro de qué modo nos ama

 

 

Dos son ciertamente los motivos por los que ama Dios a su creatura, el de la existencia y el de su permanencia en ella

 

 

... Pues no dice "a los que aman a Dios", sino a los "amados de Dios". Primero nos amó El antes de todo mérito, para que también nosotros, siendo amados, lo amásemos

 

 

Luego, si todos los que, como tú, aman a Dios tienen un mismo deseo contigo, no atiendas a que estés separado localmente por el cuerpo, pues fijásteis a una la mirada del corazón en la luz de la verdad

 

 

Se nos exhorta a amar a Dios. ¿Podríamos amarlo si El no nos hubiese amado primero? Ya que hemos sido perezosos para amarlo, no lo seamos en adelante para corresponder a su amor

 

 

Comienza a amar y serás perfeccionado. ¿Comenzaste a amar? Dios comenzó a morar en ti; ama al que empezó a morar en ti para que, morando más perfectamente, te haga perfecto

 

 

El amor divino consume la vida antigua y renueva al hombre de forma que Dios, en cuanto fuego devorador, hace que lo amemos, y en cuanto celoso, nos ama El. No temáis, pues, el fuego que es Dios; temed más bien el fuego que El ha preparado para los herejes

 

 

Y así resulta que para los que aman a Dios todas las cosas concurren para su bien

 

 

Cuanto más perfecto es el conocimiento tanto más perfecto es el amor

 

 

No antepongas aquello que Dios te da, como una gran cosa, al que te lo dio. Y cuando quisiere quitártelo, no lo desestimes, pues Dios ha de ser amado gratis. ¿Qué premio recibirás de Dios más dulce que el mismo Dios?

 

 

El que por algún impedimento no pudiere cumplir lo que Dios manda, ame al que lo cumple y en él lo cumplirá

 

 

El deseo de este mundo, incitador al mal, disminuye a medida que crece el amor de Dios, y desaparece cuando el amor de Dios alcanza la perfección

 

 

Sabio es el que ama a Dios sobre todo, y al prójimo como a sí mismo

 

 

El motivo de la prueba es para conocer el amor que le tienen, y si ese amor es un amor a su Dios. Y, naturalmente, son ellos los que deben saber si lo aman, y no Dios, pues Dios sabe todas las cosas antes de que sucedan

 

 

Sólamente hay que considerar vencido un vicio cuando la victoria sea del amor divino, amor que no concede más que Dios personalmente, y por nadie más que por el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús

 

 

Quien ama este siglo no puede amar a Dios; tiene la mano ocupada