Antología de Textos
para la oración y la meditación
Autor: Francisco Fdez-Carvajal
Ediciones Palabra
ACCIÓN DE GRACIAS - ADULACIÓN - AFABILIDAD - ALEGRÍA - AMISTAD - AMOR - AMOR A DIOS - AMOR DE DIOS A LOS HOMBRES - ÁNGELES CUSTODIOS - APOSTOLADO - ARIDEZ - AVARICIA - AYUNO - BAUTISMO - BIENES TEMPORALES - BUEN PASTOR - CARIDAD - CASTIDAD - CIELO - COMPRENSIÓN - COMUNIÓN - COMUNIÓN DE LOS SANTOS - CONCIENCIA - CONFESIÓN - CONFIANZA EN DIOS -CONFIRMACIÓN - CONOCIMIENTO PROPIO - CONTEMPLACIÓN - CONTRICIÓN - CONVERSIÓN - CORAZÓN - CORRECCIÓN FRATERNA - CORRESPONDENCIA A LA GRACIA - COSAS PEQUEÑAS - CRISTIANOS - CRUZ - DEMONIO - DESCANSO - DESPRENDIMIENTO - DEVOCIONES - DIFAMACIÓN - DIFICULTADES - DIRECCIÓN ESPIRITUAL - EJEMPLARIDAD - ENFERMOS - ENTREGA - ENVIDIA - ESCÁNDALO - ESPERANZA - ESPÍRITU SANTO - ETERNIDAD - EUCARISTÍA - EXAMEN DE CONCIENCIA - FAMILIA - FE - FELICIDAD - FIESTAS Y TIEMPOS LITÚRGICOS - FILIACIÓN DIVINA - FIN DEL HOMBRE - FLAQUEZAS - FORMACIÓN DOCTRINAL - FORTALEZA - FRUTOS - GENEROSIDAD - GRACIA - HUMILDAD - IGLESIA - INFIERNO - INSTRUMENTOS DE DIOS - IRA - JESÚS - JUICIO - JUICIO TEMERARIO - JUSTICIA - LECTURA ESPIRITUAL - LIBERTAD - LIMOSNA - LUCHA ASCÉTICA - LUGARES Y OBJETOS DE CULTO - MAGNANIMIDAD - MANSEDUMBRE - MILAGROS - MISA - MISERICORDIA - MISERICORDIA DIVINA - MORTIFICACIÓN - MUERTE - OBEDIENCIA - OFRECIMIENTO DE OBRAS - OMISIONES - ORACIÓN - ORACIÓN DE PETICIÓN - PACIENCIA - PAZ - PECADO - PECADO VENIAL - PEREZA - PERSEVERANCIA - PIEDAD - PREDICACIÓN - PREMIO - PRESENCIA DE DIOS - PRIMEROS CRISTIANOS - PROVIDENCIA - PRUDENCIA - PURGATORIO - PURIFICACIÓN - RECOGIMIENTO - RECTITUD DE INTENCIÓN - REDENCIÓN - RESPETO A LA PERSONA - RESPETOS HUMANOS - RESPONSABILIDAD - ROMANO PONTÍFICE - SABIDURÍA - SACERDOCIO - SACRAMENTOS - BAUTISMO - CONFIRMACIÓN - PENITENCIA - SACRAMENTO DEL ORDEN - UNCIÓN DE LOS ENFERMOS - MATRIMONIO - SAGRADA ESCRITURA - SAN JOSÉ - SANTIDAD - SANTOS - SERVIR A DIOS - SINCERIDAD - SOBERBIA - TEMOR DE DIOS - TEMPLANZA - TENTACIÓN - TIBIEZA - TIEMPO - TRABAJO - TRISTEZA - UNIDAD - VANAGLORIA - VERACIDAD - VIDA SOBRENATURAL - VIGILANCIA - VIRGEN SANTÍSIMA - VIRGINIDAD - VIRTUDES - VISITA AL SANTÍSIMO - VOCACIÓN - VOLUNTAD DE DIOS |
JESÚS
JUICIO
JUICIO TEMERARIO
JUSTICIA
Citas de la Sagrada Escritura
1. Nombres
Cordero de Dios: Jn 1,29-36. Alfa y Omega: Ap 1,8. Nuestro abogado: 1Jn 2,1. El
que ha sido, el que es y el que será: Ap 1,8. Cristo Señor: Lc 2,11. Emmanuel:
Mt 1,23. Hijo de Dios: Lc 1,35. Hijo del Altísimo: Lc 1,32. Hijo de David: Lc
1,32. Hijo del hombre: Jn 1,51. Jesucristo: Mt 16,20; Rm 1,3.
El Justo: 1Jn 2,1. La Luz: Jn 1,8. El único Maestro: Mt 23,8. Mesías: Jn 1,41.
Nuestro Señor: Rm 1,3. Buen Pastor: Jn 10,14. Padre de familia: Lc 13,25.
Maestro: Jn 20,16. Resurrección y Vida: Jn 11,25. Rey: Jn 18,37; Mt 2,2. Cabeza
del cuerpo de la Iglesia: Col 1,18. Salvador del mundo: Jn 4,42. Señor de la
gloria:1Co 2,8. Sacerdote Eterno: He 5,6. Sumo Sacerdote: He 3,1. Cordero
Inmaculado: 1P 1. Cordero Inmolado: Ap 5,6.
Autor de la vida y de la salud:
He 2,10.
Consolacibn de Israel:
Lc 2,25.
Hijo de Dios vivo:
Mt 16,16
Mt 11,27.
Hijo Unigénito del Padre:
Jn 1,14.
Gloria de Israel:
Lc 2,32.
Imagen de Dios:
2Co 4,4
Col 1,15.
Luz del mundo:
Jn 8,12.
Mediador:
1Tm 2,9.
Pan de Dios, Pan de vida:
Jn 6,33-35.
Piedra angular:
Mt 21,42.
Camino, Verdad y Vida:
Jn 14,6.
2. Vida de unión con Dios Padre.
Jesús tiene la vida unida al Padre, por quien vive:
Jn 6,58
Jn 5,26-27.
Está en el Padre y el Padre en El; por eso, quien le ve a El, ve también al
Padre:
Jn 14,9-10,20.
Hace siempre lo que es deseo del Padre:
Jn 14,31.
Juzga según oye al Padre, por eso su juicio es justo, porque no busca hacer su
voluntad sino la del que le envió:
Jn 5,30.
Está siempre con el Padre y hace siempre lo que agrada al Padre:
Jn 8,29.
3. Vida de oración
Se retiraba de madrugada a un lugar solitario para orar:
Mc 1,35.
En la soledad hacia sus oraciones:
Lc 5,16
Lc 9,18
Lc 11,1
Mt 26,36
Mt 14,23.
Ora antes de elegir a los Apóstoles:
Lc 6,12.
Elevaba sus afectos a Dios, en todos sus actos más importantes:
- al resucitar a Lázaro:
Jn 11,41.
- en la multiplicación de los panes: .
- al instituir la Eucaristía:
Mc 14,23
Lc 22,19.
Ora con perseverancia durante la agonía en el huerto:
Lc 22,40-45
4. Sentimientos interiores de Jesús
Se anonadó tomando forma de siervo:
Ph 2,7.
No vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por nuestra redención:
Mt 20,28.
Es modelo de mansedumbre y humildad:
Mt 11,29.
Se compadecía de las muchedumbres, viéndolas como ovejas sin pastor:
Mt 9,36
Mt 14,16
Mt 15,32.
Se compadece de los enfermos:
Mc 1,41.
De la viuda de Naím:
Lc 7,13.
Al ver la tristeza de las hermanas de Lázaro:
Jn 11,35-36.
Se compadece de la adúltera:
Jn 8,11.
De la caida de Pedro:
Lc 22,61.
Del buen ladrón:
Lc 23
Lc 43.
Del mismo Judas, llamándole amigo:
Mt 26,49-50.
Pedía perdón por los que le crucificaban:
Lc 23,34.
Nos ama como le ama a El el Padre, y nos pide correspondencia:
Jn 15,9.
Nos amó hasta el extremo:
Jn 13,1.
Hasta darnos la mayor prueba, dando su vida por nosotros:
Jn 15,13.
Quiere que nos amemos mutuamente como El nos ha amado:
Jn 13,34.
Llama amigos a sus discípulos, como prueba de amor:
Jn 15,15.
5. Relaciones de Jesús
a) Con los pobres
Nuestro Señor, modelo de pobreza:
2Co 8,9.
La Santísima Virgen reclina al Niño Jesús en un pesebre:
Lc 2,7.
Huida de la Sagrada Familia a Egipto, y su estancia allí en medio de privaciones
y pobreza:
Mt 2,14-22.
Pobreza de los Apóstoles:
1Co 4,11-13
1Co 9,12-13
2Co 11,27.
Nuestro Señor y sus Apóstoles padecen hambre:
Mt 12,1
Mt 21,19.
No tenían dinero para pagar los impuestos:
Mt 17,23-26.
Bienaventurados los pobres:
Mt 5,3
Jc 2,3.
Nuestro Señor se gloria de evangelizar a los pobres:
Mt 11,5
Lc 4,18.
Nuestro Señor no quiere la inquietud por el día de mañana:
Mt 6,25-34
b) Con los ricos
José Nicodemo se entrevista con Jesús:
Jn 3,1-29.
Nicodemo y José de Arimatea se declaran discípulos de Jesús y ungen su Cuerpo:
Mt 27,57-60.
Los Magos adoran a Jesús:
Mt 2,1-2.
Fe y humildad del Centurión:
Mt 8,5-13
Mt 7,1-10.
Lázaro, Marta y Maria, amigos de Jesús:
Jn 11,11-44.
Jesús quiere hospedarse en casa de Zaqueo:
Lc 19,1-10.
Jesús arroja del Templo por dos veces a los mercaderes que intentaban
enriquecerse:
Jn 11,14-17
Mt 11,11.
El rico de la parábola se condenó por haber empleado mal sus bienes:
Lc 16,19-31.
El primer anatema de Jesús fue contra los malos ricos:
Lc 6,24-25
Jc 5,1-7.
c) Con los afligidos y enfermos
Jesús llora sobre Jerusalén:
Lc 19,41.
Se compadece de las almas que yacen como ovejas sin pastor:
Mt 10,36-38.
Se compadece de Marta y Maria, y resucita a Lázaro:
Jn 11,20-37.
Se compadece de Jairo, cuya hija acaba de morir:
Mt 9,18-26
Mc 5,22-43
Lc 8,41-46.
Se compadece de la viuda de Naím, a quien dijo: "No llores más":
Lc 7,11-17.
Se olvida de si mismo, y dice a unas piadosas mujeres: "No lloréis por Mi":
Lc 23,28.
Lleno de compasión, dice a los afligidos: Venid a Mi todos los que andáis
agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré.
Mt 11,28.
¡ Bienaventurados los que lloran!
Mt 5,5.
Salia de El una virtud que curaba a cuantos se le acercaban.
Lc 6,19.
La virtud del Señor se manifestaba curando a los enfermos:
Lc 5,17.
En Cafarnaúm imponia sobre ellos las manos y los curaba:
Mt 8,16
Mc 1,32-34
Lc 4,40-41.
Antes de multiplicar los panes y los peces curó a todos los que le presentaron:
Mt 15,30
Jn 6,2.
En la primera Pascua que estuvo en Jerusalén creyeron en El a causa de las
curaciones que hacia:
Jn 11,23.
El domingo de ramos, en el atrio del Templo, curó también a cojos y a ciegos:
Mt 21,14.
d) Con los pecadores
Ha venido para salvar las ovejas perdidas de la casa de Israel:
Mt 15,24.
No ha venido por los justos, sino por los pecadores:
Mt 9,13
Mc 11,17
Lc 5,32.
Hay más alegría en el cielo por la conversión de un solo pecador que por la
perseverancia de noventa y nueve justos:
Lc 15,7.
Parábolas de Nuestro Señor sobre el perdón de los pecadores: la oveja perdida:
Mt 18,12-14
Lc 15,3-7;
la dracma perdida,
Lc 15,8-10; el hijo
pródigo,
Lc 15,11-31.
Otorga muchas veces su perdón:
a la Samaritana,
Jn 4,7-29.
al paralítico de Catarnaúm:
Mc 11,5-11.
al publicano Mateo:
Mc 11,14-27
Lc 5,27-32.
a Maria Magdalena:
Lc 7,37-50.
a la mujer adúltera:
Jn 8,3-11.
a Zaqueo:
Lc 19,1-10.
a Pedro cuando le negó:
Lc 22,61.
a sus verdugos:
Lc 23,34.
al buen ladrón:
Lc 23,42-43.
6. Promesas
A los pobres:
Mt 5,30
Lc 6,20.
A los mansos:
Mt 5,4.
A los que lloran:
Mt 5,5
Lc 6,21.
A los que tienen hambre y sed de justicia:
Mt 5,6.
A los hambrientos:
Lc 6,21.
A los misericordiosos:
Mt 5,7.
A los limpios de corazón:
Mt 5,8.
A los pacificos:
Mt 5,9.
A los que sufren persecuciones por la justicia:
Mt 5,10.
A los que sufren persecuciones por su amor:
Mt 5,11
Lc 6,22-23.
A los gentiles:
Mt 8,11.
Los gentiles oirán la voz del Buen Pastor:
Jn 10,16.
Jesús envia sus Apóstoles en busca de las ovejas perdidas:
Mt 10,6.
El mismo quiere poner sobre sus hombros la oveja perdida:
Lc 15,4-6.
7. Maestro
Vino para predicar el Evangelio:
Mc 1,38.
Enseñaba en las sinagogas:
Lc 4,15.
Recorría las ciudades y aldeas para enseñar el Evangelio:
Mt 9,35.
Vino sobre todo para evangelizar a los pobres:
Mt 11,5
Lc 4,18.
Enseñó con sus palabras y con sus ejemplos:
Jn 13,15
Ac 1,1.
Vino para enseñar la Verdad:
Jn 18,34-37.
Nos dio a conocer al verdadero Dios:
1Jn 5,20.
Manifestó el nombre de Dios a sus discípulos:
Jn 17,6.
Enseñó el camino de Dios según la pura verdad:
Lc 20,21.
Todos sus oyentes admiraban su doctrina:
Lc 4,22.
Jamás hombre alguno habló como El:
Jn 7,46.
Sus palabras son espiritu y vida:
Jn 6,64.
Su doctrina es la de su Padre:
Jn 7,16.
Tiene palabras de vida eterna:
Jn 6,69.
Busca la gloria del Padre:
Jn 7,16-18.
Su palabra nos hará libres, si la . ponemos en práctica:
Jn 8,31-32.
Su Evangelio es la espada que separa sus fieles de los demás hombres:
Mt 10,34.
Habla de muchas cosas por medio de parábolas:
Mt 13,3.
8 Jesucristo, Rey
No temas, Maria [. . . ], sábete que has de concebir en tu seno y parirás un
Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús [. . . ], al cual el Señor Dios dará el
trono de su padre David y reinará en la casa de Jacob eternamente y su reino no
tendrá fin.
Lc 1,31-33.
Replicóle Pilato: ¿Con que tú eres Rey? Respondió Jesús: Asi es como tú dices:
yo soy Rey.
Jn 28,37
Lc 23,3.
Yo os preparo el reino como mi Padre me lo preparó a mi, para que comáis y
bebáis a mi mesa en mi reino.
Lc 22,29-30.
9. Principales parábolas
Parábola de la casa bien o mal fundada:
Mt 7,24-27
Lc 6,47-49.
Del sembrador:
Mt 13,1-23
Mc 4,1-20
Lc 8,4-15.
De la buena semilla y de la cizaña:
Mt 13,24-30.
Del grano de mostaza:
Mt 13,31-32
Mc 4,30-32
Lc 13,18-19.
De la levadura:
Mt 13,33
Lc 13,20-21.
Del padre de familia:
Mt 13,51.
Acerca de lo que mancha o no mancha:
Mt 15,10-20.
Del tesoro oculto:
Mt 13,44.
De la perla preciosa:
Mt 13,45-46.
De la red:
Mt 13,47-50.
De los obreros llamados a trabajar en la viña del Padre:
Mt 20,1-16.
Del padre de familia que debe velar:
Mt 24,42-44
Mc 13,33-35
Lc 12,35-38.
Del servidor fiel y prudente, y del servidor malo:
Mt 24,43-51
Mc 13,33-37
Lc 12,39-40.
De la lámpara:
Lc 8,16-18
Mt 4,21-22.
De la medida:
Mc 4,24-25.
Del grano de trigo que crece solo:
Mt 4,26-29.
De los niños caprichosos:
Mt 11,16-19
Lc 7,31-35.
Del buen samaritano:
Lc 10,30-37.
Del intendente:
Lc 12,41-48
Mt 24,45-51.
Del siervo despiadado:
Mt 18,23-35.
Del huésped nocturno:
Lc 11,5.
Del rico insensato:
Lc 12,16-20.
De la higuera estéril:
Lc 13,6-9.
De los invitados al banquete:
Lc 14,16-24.
De la oveja perdida:
Lc 15,3-7.
De la dracma perdida:
Lc 15,8-10.
Del hijo pródigo:
Lc 15,11-32.
Del mayordomo infiel:
Lc 16,1-13.
De los jornaleros enviados a la viña:
Mt 20,1-16.
Del mal rico y del pobre Lázaro:
Lc 16,19-31.
Del juez inicuo y la viuda:
Lc 18,1-8.
Del fariseo y el publicano:
Lc 18,9-15.
De las diez minas:
Lc 19,11-27
Mt 25,14-30.
De los hijos enviados a la viña:
Mt 21,28-32.
De los viñadores homicidas:
Mt 21,33-46
Mc 12,1-9
Lc 20,9-17.
De las bodas reales:
Mt 22,1-14; repetición
de la parábola de los convidados al festín:
Lc 14,16-24.
De las diez vírgenes:
Mt 25,1-13.
De los talentos:
Mt 25,14-30;
repetición de la parábola de las minas:
Lc 19,11-27.
Del Buen Pastor:
Jn 10,1-11.
Nuestro Señor debió de exponer otras muchas parábolas (Mt
13,34
Mc 4,33-34),
que no han sido conservadas.
10. Milagros
(Ver MILAGRO).
Verdadero Dios y verdadero hombre
3084 No es diverso de quien lo engendra, y tiene
igual poder que El. No se confunde con el Padre ni forma con El un ser
compuesto. Y porque es distinto del Padre en la generación, es también hermano
tuyo éste que rige con su cetro al Universo y señorea con igual autoridad al
Cielo, a la tierra y a los mares (SAN AMBROSIO, Sobre las vírgenes,3,2).
3085 ¿Qué felicidad más segura que la nuestra, siendo así que quien ora con
nosotros es el que da lo que pide? Porque Cristo es hombre y Dios; como hombre,
pide; como Dios, otorga (SAN AGUSTIN, Sermón 217).
3086 El mismo Dios verdadero es también hombre verdadero, y en El, con toda
verdad, se unen la pequeñez del hombre y la grandeza de Dios.
[. . . ] Cada una de las dos naturalezas realiza sus actos propios en comunión
con la otra [. . . ]. La misma y única persona, no nos cansaremos de repetirlo,
es verdaderamente Hijo de Dios y verdaderamente Hiio del hombre (SAN LEÓN MAGNO,
Carta 28,3-4).
3087 Cada vez que los actores imitan la conducta de otros, aunque reproduzcan a
la perfección su modo de actuar y de comportarse, ellos no son los personajes
representados. En realidad, sirviéndome de términos profanos, cuando un actor
hace el papel de un sacerdote o de un rey, él no es ni sacerdote ni rey;
terminada la representación teatral, cesa de existir también el personaje
representado.
Lejos de nosotros este impío e ignominioso insulto hacia Cristo [. . . ]. La fe
católica, en cambio, afirma que el Verbo de Dios se hizo hombre hasta el punto
de asumir todo lo que pertenece a nuestra naturaleza, y no por vía de ficción o
de apariencia, sino de una manera real y sustancial. Los actos humanos que
llevaba a cabo eran actos suyos propios, y no imitación de actos de otro; su
actuar era expresión de su ser. Como cuando nosotros hablamos, conocemos,
vivimos, existimos, no imitamos a los hombres, sino que somos realmente tales
(SAN V!CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 14).
3088 La fe católica enseña y exige que debemos reconocer en nuestro Salvador dos
naturalezas: aunque cada una conserva sus propiedades, están unidas ambas en una
tan perfecta unidad que nosotros, desde el momento en que el Verbo se hizo carne
en el seno de la bienaventurada Virgen por amor al género humano, no podemos
pensar en la divinidad sin lo que es hombre, ni tampoco en el hombre sin lo que
es Dios (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 52).
3089 En la persona de Cristo hay una doble naturaleza: es Hijo de Dios e Hijo
del hombre, pero un solo Señor. Porque si ha asumido la condición de siervo ha
sido movido por su misericordia y de ningún modo forzado por la ley de la
necesidad. Por virtud de su poder se ha hecho paciente, se ha hecho mortal y,
para destruir el poder que detentaba el pecado y la muerte, la naturaleza
humana, con su debilidad,se abrazó al sufrimiento sin que la naturaleza divina,
con su fuerza, perdiese nada de su gloria (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 45 sobre la
Cuaresma).
3090 Estaba sobre la Naturaleza. Tenia poder sobre ella. Esto es lo que hacia a
los hombres maravillarse. Marineros experimentados pueden hacer uso de los
vientos y de las olas para llegar a tierra. Más aún, incluso en medio de una
tormenta saben cómo aprovecharse de ella, conocen lo que tienen que hacer, y
están a la observación para sacar provecho de todo lo que ocurre. Pero Nuestro
Señor no condescendió a hacer esto. No les instruyó de cómo manejar las velas,
ni de cómo gobernar la embarcación, sino que se dirigió directamente a los
vientos y a las olas y los paró, obligándoles a hacer lo que era contra su
naturaleza (CARD. J. H. NEWMAN Sermón en el Dom. I V después de Epifania; Cat.
S. Cháud 1848).
3091 Dios no ha comenzado nunca a ser cuerpo, ni el cuerpo cesará en ningún
momento de ser tal. El ejemplo de la naturaleza humana puede darnos alguna luz
al respecto. Cada hombre está compuesto de alma y cuerpo, y así será siempre, y
nunca sucederá que el cuerpo se cambie en alma o el alma en cuerpo. Puesto que
cada hombre vivirá para siempre en lo sucesivo, en cada uno permanecerá
necesariamente siempre la diferencia en las dos sustancias. Asi también en
Cristo, la propiedad característica de cada sustancia persistirá por toda la
eternidad, quedando siempre a salvo la unidad de persona (SAN V!CENTE DE LERINS,
Conmonitorio, n. 13).
3092 Aunque hizo suya nuestra misma debilidad, no por esto se hizo participe de
nuestros pecados.
Tomó la condición de esclavo, pero libre de la malicia del pecado, ennobleciendo
nuestra humanidad sin mermar su divinidad, porque aquel anonadamiento suyo [. .
. ] fue una dignación de su misericordia, no una falta de poder. Por tanto, el
mismo que, permaneciendo en su condición divina, hizo al hombre, es el mismo que
se hace él mismo hombre, tomando la condición de esclavo (SAN LEÓN MAGNO, Carta
28,3-4).
3093 Hombre verdadero, Dios verdadero; Dios y hombre: Cristo total. Esta es la
fe católica [. . . ]; quien ambos términos confiesa, es católico. Este tiene una
patria y un camino [. . . ]. El es la patria a donde vamos, El es el camino por
donde vamos. Vayamos por El a El y no nos extraviemos (SAN AGUST IN, Sermón 93).
3094 [. . . ] en cuanto Dios, estar sentado a la derecha del Padre significa ser
de la misma categoría que Este; en cuanto hombre, quiere decir tener la absoluta
prceminencia (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,6,1. c. , p. 80).
3095 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha. No se da la preferencia
porque se sienta a la derecha, ni sufre menoscabo porque se le manda; no hay
grado de dignidad donde está la plenitud de la divinidad (SAN AMBROSIO, en
Catena Aurea vol. Vl, p. 389).
3096 Llama a este libro el libro de la generación, porque toda la economía de la
gracia y la raíz de todos los bienes está en que Dios se ha hecho hombre; una
vez verificado esto, lo demás se sigue como una consecuencia lógica (SAN JUAN
CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,2).
3097 La Iglesia adora una sola divinidad en la plenitud de la Trinidad, y la
igualdad de la Trinidad en una única y misma majestad; profesa un solo Cristo
Jesús, no dos; el cual es igualmente Dios y hombre. Cree que en El hay una sola
persona, pero dos sustancias; dos sustancias, pero una sola persona (SAN V1CENTE
DE LERINS Conmonitorio, n. 13).
3098 Aunque nació de virgen en el tiempo y como hombre según la carne, es, sin
embargo, eterna su generación, porque lo engendró el Padre antes de que las
cosas fueran hechas; y así, habiendo recibido de su madre la vida corporal, en
la cual depende de ella, permanece no obstante unido al Padre por la virtud
divina (SAN AMBROSíO, Sobre las vírgenes,3,2).
3099 Todos los errores de los herejes acerca de Cristo se pueden reducir a tres
clases: los concernientes a su divinidad, a su humanidad, o a ambas a la vez
(SAN AGUSTIN, Sobre las hereitas. 8).
3100 El Creador del tiempo nació en el tiempo, y Aquel por quien fueron hechas
todas las cosas empezó a contarse entre las creaturas (SAN LEÓN MAGNO, Carta
31,2-3).
3101 Dirás: ¿Cómo ha venido la luz a todos por medio de uno solo? ¿De qué manera
está la divinidad en la carne? Como el fuego en el hierro: no desplazándose sino
comunicándose. En efecto, el fuego no se lanza hacia el hierro, sino que,
permaneciendo en su lugar, le comunica su propia fuerza. Con lo cual él no ha
quedado disminuido en nada sino que llena enteramente al hierro al que se
comunica. De la misma manera, Dios, el Verbo, que puso su morada entre nosotros
(Jn I,14), no salió fuera de sí mismo; el Verbo que se hico carne no quedó
sometido al cambio; el cielo no se vio privado de aquel que lo contenía y la
tierra recibió en su propio seno al que está en los cielos (SAN BASILIO, Hom.
para el Nacimiento de Cristo,2,6).
3102 El que es Dios verdadero nace como hombre verdadero, sin que falte nada a
la integridad de su naturaleza humana, conservando la totalidad de la esencia
que le es propia y asumiendo la totalidad de nuestra esencia humana. Y al decir
nuestra esencia humana, nos referimos a la que fue plasmada en nosotros por el
Creador, y que él asume para restaurarla (SAN LEÓN MAGNO, Carta 28,3-4).
Redentor del mundo y de cada hombre. Ver no. 4556-4566.
En Cristo lo encontramos todo. En El tenemos todos los ideales
3103 El Redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la
historia (JUAN PABLO II, Enc. Redemptor hominis,1).
3104 El que halla a Jesús, halla un tesoro bueno, y de verdad bueno sobre todo
bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho y más que todo el mundo.
Paupérrimo el que vive sin Jesús y riquísimo el que está con Jesús (Imitación de
Cristo,11,8,2).
3105 El tesoro. Imaginad el gozo inmenso del afortunado que lo encuentra. Se
terminaron las estrecheces, las angustias. Vende todo lo que posee y compra
aquel campo. Todo su corazón lote allí: donde esconde su riqueza (cfr.
Mt 6,21).
Nuestro tesoro es Cristo; no nos debe importar echar por la borda todo lo que
sea estorbo, para poder seguirle (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,254).
3106 Tu corazón, Jesús, es el rico tesoro, la piedra preciosa que hemos
descubierto en tu cuerpo herido, como en campo cavado (SAN BUENAVENTURA, Vitis
Mystica,3,3).
3107 (El nombre de Jesús es) "refugio de los penitentes, bandera de los que
combaten, medicina de los que desfallecen, consuelo de los que sufren, honor de
los creyentes, esplendor de los evangelizadores, mérito de los que trabajan,
ayuda de los inconstantes, aliento de los que meditan, satisfacción de los que
oran, deleite de los contemplativos, gloria de los que triunfan". Es la
explicación que da fray Bernardino a los doce rayos áureos que en las tablillas
circundan el "trigramma" IHS (SAN BERNAR[INO, Sermón 49, sobre el glorioso
nombre de Jesucristo).
3108 Por El anhela quien repite sus palabras y las medita en su interior.
Hablemos siempre de El. Si hablamos de sabiduria, El es la Sabiduría; si de
virtud, El es la Virtud; si de justicia, El es la Justicia; si de paz, El es la
Paz; si de la verdad, de la vida, de la redención, El es todo esto (SAN AMBROSIO
Coment. sobre el Salmo 36).
3109 Escucha quién es el que le pide de beber. Jesús le respondió: Si conocieses
el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", seguro que se la
pedirias tú a él, y él te daria agua viva. Pide de beber y promete una bebida.
Se presenta como quien está necesitado, y tiene en abundancia para saciar a los
demás (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan 15,10-12).
3110 Considera lo más hermoso y grande de la tierra. . . , lo que place al
entendimiento y las otras potencias. . . , y lo que es recreo de la carne y de
los sentidos. . . Y el mundo, y los otros mundos, que brillan en la noche: el
Universo entero. Y eso, junto con todas las locuras del corazón satisfechas. . .
, nada vale, es nada y menos que nada, al lado de ¡este Dios mío! ó¡tuyo!ó,
tesoro infinito, margarita preciosisima, humillado, hecho esclavo, anonadado con
forma de siervo en el portal donde quiso nacer, en el taller de José, en la
Pasión y en la muerte ignominiosa. . . y en la locura de Amor de la Sagrada
Eucaristía (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 432).
3111 Si tú buscas descanso y ganancia en los hombres, muchas veces sentirás
daño. Mas si en todo buscas a Jesús, muy de verdad hallarás a Jesús. Y si te
buscas a ti mismo, también te hallarás; mas será para tu mal. Por cierto, más se
daña el hombre a si mismo que todo el mundo y todos sus enemigos le pueden dañar
(Imitación de Cristo, Il,7,4).
3112 ¡Ah!, si amáis tanto una gota de agua, ¿qué será la misma fuente? (SAN
AGUSTIN, Sermón 253, sobre el "alleluia").
3113 Todo lo tenemos en Cristo; todo es Cristo para nosotros. Si quieres curar
tus heridas, El es médico. Si estás ardiendo de fiebre, El es manantial. Si
estás oprimido por la iniquidad, El es justicia. Si tienes necesidad de ayuda,
El es fuerza. Si temes la muerte, El es vida. Si deseas el cielo, El es el
camino. Si refugio de las tinieblas, El es luz. Si buscas manjar, El es alimento
(SAN AMBROSIO, Sobre la virginidad,16,99).
3114 Y antes que los astros, inmortal e inmenso, Cristo brilla más que el sol
sobre todos los seres. Por ello, para nosotros que creemos en El, se instaura un
día de luz largo, eterno, que no se acaba: la Pascua maravillosa, prodigio de la
virtud divina y obra del poder divino, fiesta verdadera y memorial eterno,
impasibilidad que dimana de la Pasión e inmortalidad que fluye de la muerte.
Vida que nace de la tumba y curación que brota de la llaga, resurrección que se
origina de la caida y ascensión que surge del descenso (SAN HIPÓLITO, Hom. de
Pascua).
3115 Este árbol es para mi una planta de salvación eterna; de él me alimento, de
él me sacio. Por sus raíces me enraizo y por sus ramas me extiendo, su rocío me
regocija y su espiritu como viento delicioso me fertiliza. A su sombra he alzado
mi tienda, y huyendo de los grandes calores allí encuentro un abrigo lleno de
rocio. Sus hojas son mi follaje, sus frutos mis perfectas delicias, y yo gozo
libremente sus frutos, que me estaban reservados desde el principio. El es en el
hambre mi alimento, en la sed mi fuente, y mi vestido es la desnudez, porque sus
hojas son espíritu de vida: lejos de mi desde ahora las hojas de la higuera.
Cuando temo a Dios, él es mi protección; y cuando vacilo, mi apoyo; cuando
combato, mi premio; y cuando triunfo, mi trofeo. Es para mi el sendero estrecho
y el sendero angosto (SAN HIPÓLITO, Hom. de Pascua).
3116 Donde no está Jesús, se encuentran pleitos y guerras; pero donde está
presente, allí todo es serenidad y paz (OR¡GENES, en Catena Aurea, vol. lll, p.
360).
Camino, Verdad y Vida
3117 Si buscas por dónde ir, sigue a Cristo, porque es el camino [. . . ]. Y es
mejor caer en el camino que correr fuera de él. Porque quien cae en el camino,
por poco que avance, algo se acerca al término; quien en cambio anda fuera de
él, cuanto más corra más se aleja del término (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S.
Juan,14).
3118 Dos son las cosas que el hombre principalmente desea: en . primer lugar el
conocimiento de la verdad, que le es propio; y en segundo lugar, la continuación
de su ser, que es común en todas las cosas. Ahora bien, Cristo es el camino para
llegar al conocimiento de la verdad, ya que él mismo es la Verdad [. . . ]. Y es
el camino para llegar a la vida, al mismo tiempo que él mismo es la vida (SANTO
TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,14).
3119 Cristo mismo es el camino, y por eso dice: Yo soy el camino. Cosa que es
fácil de entender, pues por él tenemos acceso al Padre. Pero como este camino no
se halla distante del término, sino unido a él, añade: la verdad y la v¿da, con
lo que es al mismo tiempo el camino y su término. El camino por su humanidad, el
término por su divinidad. Y por eso dice ramo hombre: Yo soy el camino; y añade
como Dios: la verdad y la vida. Expresiones con las que se designa
convenientemente el término de este camino (SANTO TOMAS, Coment. Evang. S.
Juan,14).
3120 Fuera de El no hallarás la vida verdadera, ya que El es la única fuente de
vida verdadera; fuera de El no hallarás sino muerte y destrucción. El ha de ser
el único principio de toda tu actividad y de todas tus energías; debes vivir de
El y por El, para que en sí se cumplan aquellas palabras: Ninguno de nosotros
vive para si y ninguno muere para si. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y
si morimos, para el Señor morimos (SAN JUAN EUDES. Trat. sobre ei Corazón de
Jesús,1,5).
3121 Fíjate que el Señor dice en primer lugar: Yo soy el camino. Antes de
decirte a dónde, te indica por dónde: Yo soy ódiceóel camino. ¿El camino hacia
dónde? La verdad y la vida. Primero dice por dónde has de ir, luego a dónde has
de ir. Yo soy el camino, yo soy la verdad, yo soy la vida. Permaneciendo junto
al Padre, es verdad y vida; haciéndose hombre, se hizo camino (SAN AGUSTIN,
Trat. Evang. S. Juan,34,8-9).
3122 Unete a Cristo, si quieres vivir seguro; es imposible que te desvíes,
porque El es el camino. Por esto, los que a El se unen no van descaminados, sino
que van por el camino recto. Tampoco pueden verse engañados, ya que El es la
Verdad y enseña la verdad completa, pues dice: Yo para esto nací, y para esto
vine al mundo: para declarar, como testigo, en favor de la verdad. Tampoco
pueden verse decepcionados, ya que él es la Vida y dador de vida, tal como dice:
Yo he venido para que tengan vida, y que la tengan en abandancia (SANTO TOMÁS,
Coment. Evang. S. Juan,14).
3123 Cristo se ha hecho para nosotros camino, y ¿podremos así perder la
esperanza de llegar? Este camino no puede tener fin, no se puede cortar, no lo
pueden corroer la lluvia ni los diluvios, ni puede ser asaltado por los
ladrones. Camina seguro en Cristo, camina; no tropieces, no caigas, no mires
atrás, no te detengas en el camino, no te apartes de él. Con tal que cuides
esto, habrás llegado (SAN AGUST;N, Sermón 170, ll).
3124 Fijaos que en la conclusión de las oraciones decimos: "Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo"; en cambio, nunca decimos: "Por el Espíritu Santo". Esta
práctica universal de la Iglesia tiene su explicación en aquel misterio, según
el cual, el mediador entre Dios y los hombres es Cristo Jesús (SAN FULGENCIO DE
RUSPE, Carta 14,36-37).
3125 No bastó a Dios indicarnos el camino por medio de su Hijo; quiso que él
mismo fuera el camino, para que, bajo su dirección, tú caminaras por él (SAN
AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 109).
3126 Jamás daremos gracias suficientemente por este don, en virtud del cual
Cristo se ha convertido en "nuestro compañero de camino", ha hecho con nosotros
su camino, como nos recuerda el Evangelio [. . . ]. En medio de las sombras que
a veces parecen condensarse sobre la humanidad, sobre la convivencia social,
sobre la civilización misma del hombre, también nosotros pedimos, impelidos por
el impulso del Espíritu: Quédate con nosotros, Señor, porque atardece (Lc
24,29). Sólo Cristo es nuestra
salvación, nuestra paz, nuestra alegría (JUAN PABLO II, Regina Coeli,3-V-1981).
3127 Y yo buscaba el camino para adquirir un vigor que me hiciara capaz de gozar
de ti, y no lo encontraba, hasta que me abracé al mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús, hombre también él, el cual está por encima de todas las
cosas, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino,
la verdad y la vida (SAN AGUSTIN, Confesiones,7, lO-18).
Es la luz del mundo
3128 Si el poder de los apóstoles era tan grande, comprendemos por qué Zaqueo,
al oír que pasaba el Señor Jesús, subió a un árbol, ya que era pequeño de
estatura. Vio a Cristo y encontró la luz, lo vio y él, que antes se apoderaba de
lo ajeno, empezó a dar lo que era suyo (SAN AMBROSIO, Coment. al Salmo 43).
3129 Cristo es la luz eterna de las almas, ya que para esto lo envió el Padre al
mundo, para que, iluminados por su rostro,podamos esperar las cosas eternas y
celestiales, nosotros que antes nos hallábamos impedidos por la oscuridad de
este mundo (SAN AMBROSIO, Coment. al Salmo 43).
3130 Quédate con nosotros, porque nos rodean en el alma las tinieblas y sólo Tú
eres luz, sólo Tú puedes calmar esta ansia que nos consume. Porque entre las
cosas hermosas, honestas, no ignoramos cuál es la primera: poseer siempre a Dios
(SAN GREGORIO NACIANCENO, Epístola 212).
3131 El Señor dice: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Esta breve sentencia contiene un
mandato y una promesa. Cumplamos, pues, lo que nos manda, y así tendremos
derecho a esperar lo que nos promete (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,34).
3132 Jesucristo sale al encuentro del hombre de toda época, también de nuestra
época, con las mismas palabras: Conoceréis la verdad y la verdad os librará (Jn
8,32) (JUAN PAsLo II, Enc. Redemptor
hominis,12).
3133 El salió del seno de la Virgen como el sol naciente, para iluminar con su
luz todo el orbe de la tierra (SAN AMBROso Coment. al Salmo 18).
Sin El nada podemos. Con El desaparecen todos los obstáculos
3134 El no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos
hacer; él a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid, nosotros, separados
de él, no podemos tener vida (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,84).
3135 El es el Señor de la naturaleza y puede todo cuanto quiere, puesto que hace
y dispone todas las cosas gobernando las riendas de la vida y de la muerte (SAN
JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. V, p. 50).
3136 Cuando Jesús está presente todo es bueno, no hay cosa difícil; mas cuando
está ausente todo es duro. Cuando Jesús no habla de dentro, muy vil es la
consolación; más si Jesús habla una sola palabra, gran consolación se siente
(Imitación de Cristo, II,8,1).
3137 El se anticipó a sanarnos, y continuará interviniendo después para que
alcancemos nuestro desarrollo; se adelantó para llamarnos, y nos seguirá hasta
que logremos la gloria; previno las cosas para que vivamos piadosamente, porque
sin El nada podemos (SAN AGUSTIN, Sobre la naturaleza y la gracia,30,35).
3138 Y como les había hecho encargos de gran importancia, queriendo animarlos
les dice: Y mirad que yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación
de los siglos (Mt
28,28). Como diciendo: no digáis que
es difícil cumplir lo que se os manda, porque estoy con vosotros, que todo lo
hago fácil. Y no dijo que estaria solo con ellos, sino con todos los que
creyeron después de ellos [. . . ], ya que los Apóstoles no iban a vivir hasta
el final de los tiempos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,91).
3139 Habiéndose separado Jesús un poco de sus discípulos, no pudieron velar
siquiera una hora en su ausencia; por cuya razón debemos rogar que no se separe
de nosotros el Salvador, ni aun por poco tiempo (ORiGENES, Trat. sobre Ev. S.
Mateo,33).
Jesucristo es hoy el mismo que ayer. "No es una figura que pasó"
3140 Jesús es el camino. El ha dejado sobre este mundo las huellas limpias de
sus pasos, señales indelebles que ni el desgaste de los años ni la perfidia del
enemigo han logrado borrar.
Iesus Christus
herí, et hodie; ipse et in saecula (He
13,8).
¡Cuánto me gusta recordarlo!:
Jesucristo, el mismo que fue ayer para los Apóstoles y las gentes que le
buscaban, vive hoy para nosotros, y vivirá por los siglos. Somos los hombres los
que a veces no alcanzamos a descubrir su rostro, perennemente actual, porque
miramos con ojos cansados o turbios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,127).
3141 Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre; es decir, que se trata
de un misterio siempre nuevo, que ninguna comprensión humana puede hacer que
envejezca (SAN MAXIMO, Centuria 1)
3142 Cristo vive, también como hombre, con aquel mismo cuerpo que asumió en la
Encarnación, que resucitó después de la Cruz y subsiste glorificado en la
Persona del Verbo juntamente con su alma humana. Cristo, Dios y Hombre
verdadero, vive y reina y es el Señor del mundo. Sólo por El se mantiene en vida
todo lo que vive (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,180).
Es el Buen Pastor, que cuida de cada uno de los suyas
3143 ¡ Jerusalén, Jerusalén. . . ! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos. . .
! Esta doble exclamación es propia del que se compadece, y del que ama mucho
(SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,75).
3144 Todos los buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor,
y forman una sola cosa con El. Cuando ellos apacientan es Cristo quien apacienta
(SAN AGUSTIN, Sermón 46, sobre los pastores).
3145 De nadie puede decirse que sea puerta; esta cualidad Cristo se la reservó
para si; el oficio, en cambio, de pastor lo dio también a otros y quiso que lo
tuvieran sus miembros; por ello, Pedro fue Pastor y pastores fueron también los
otros apóstoles, y son pastores todos los buenos obispos. Os daréódice la
Escrituraópastores conforme a mi corazón. Pero aunque los prelados de la
Iglesia, que también son hijos, sean todos llamados pastores, sin embargo el
Señor dice en singular: Yo soy el buen pastor; con ello quiere estimularlos a la
caridad, insinuándoles que nadie puede ser buen pastor si no llega a ser una
sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del verdadero
pastor (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,10,3).
3146 Cristo es, en efecto, quien apacienta su rebaño; él es el único pastor que
lo apacienta en medio de los demás buenos pastores, que lo hacen por delegación
suya (SAN AGUSTÍN, Sermón 47, sobre las ovejas).
3147 Cuando encuentra la oveja que se habla apartado de las otras cien, errante
por los montes y colinas, la devuelve al redil, no a golpes y con amenazas ni
agotándola de fatiga, sino que, lleno de compasión, la carga sobre sus hombros y
la vuelve al grupo de las demás. Por esto también clamaba: Venid a mi todos los
que andais rendidos y agobiados, que yo os daré descanso (SAN M¡XIMO, Carta 11).
"Pasó haciendo el bien"
3148 Y en esto (en la maldición de la higuera) encontramos una prueba de la
bondad de Jesucristo; porque cuando quiso mostrar la salvación, ejerció su
poderío sobre los cuerpos de los hombres [. . . ]; pero ahora que va a declarar
la manera como tratará a los contumaces, lo da a conocer a través de la
maldición de un árbol. Por esto sigue: nunca jamás nazca fruto de ti (SAN
HILARIO, en Catena Aurea, vol. lll, p. 23).
3149 No vino a la higuera (cfr.
Mt 21,18-22)
porque tuviera hambre, sino por sus discípulos; porque en todas partes hacia el
bien y en ninguna mortificaba a nadie; y conviniendo dar a conocer su poder de
castigar, no quiso, sin embargo, demostrarlo en los hombres, sino en la higuera.
(SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,68).
3150 Muchas veces he ido a buscar la definición, la biografia de Jesús en la
Escritura. La encontré leyendo que, con dos palabras, la hace el Espíritu Santo:
Pertransiit benefaciendo (Ac
10,38). Todos los dias de Jesucristo
en la tierra, desde su nacimiento hasta su muerte, fueron así: pertransit
benefaciendo, los llenó haciendo el bien. Y en otro lugar recoge la Escritura:
bene omnia fecit (Mc
7,37): todo lo acabó bien, terminó
todas las cosas bien, no hizo más que el bien (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo
que pasa,16).
3151 La llegada del Salvador es el alejamiento de todo temor (SAN GREGORIO DE
NISA, Hom. para el día del Nacimiento del Señor).
3152 Se hizo hombre por los hombres, y se manifestó a ellos lleno de humildad y
mansedumbre; no quiso castigar a los pecadores, sino atraerlos hacia si; quiso
primeramente corregir con mansedumbre, para tener en el día del juicio a quién
salvar (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 30 sobre los Evang. ).
Es Médico, y cura todas nuestras enfermedades
3153 Eliseo, observando lo que dice la Ley, no salió y tocó a Naamán, sino que
lo envió al Jordán para que allí se lavase. El Señor demuestra aquí (en la
curación del leproso) que no obra como siervo, sino que, como Dios, toca y cura:
la mano no se vuelve inmunda por haber tocado la lepra, sino que, por el
contrario, el cuerpo del leproso se vuelve limpio al simple contacto de una mano
santa. El Señor no había venido solamente a curar los cuerpos, sino también a
guiar las almas por el camino de la verdadera sabiduria (SAN JUAN CRISÓSTOMO,
Hom. sobre S. Mateo,26).
3154 Se curarán todas tus enfermedades. "Pero es que son muchas", dirás. Más
poderoso es el Médico. Para el Médico omnipotente no hay enfermedad insanable;
tú déjate sólo curar, ponte en sus manos (SAN AGUSTIN, Coment. al Salmo 102).
3155 "Abrid de par en par vuestras puertas a Cristo". ¿Qué teméis? Tened
confianza en El. Arriesgaos a seguirlo. Eso exige evidentemente que salgáis de
vosotros mismos, de vuestros razonamientos, de vuestra "prudencia", de vuestra
indiferencia, de vuestra suficiencia, de costumbres no cristianas que habéis
quizá adquirido. Si; esto pide renuncias, una conversión, que primeramente
debéis atreveros a desear, pedirla en la oración y comenzar a practicar. Dejad
que Cristo sea para vosotros el camino, la verdad y la vida. Dejad que sea
vuestra salvación y vuestra felicidad. Dejad que ocupe toda vuestra vida para
alcanzar con El todas sus dimensiones, para que todas vuestras relaciones,
actividades, sentimientos, pensamientos sean integrados en El o, por decirlo
así, sean "cristificados". Yo os deseo que con Cristo reconozcáis a Dios como el
principio y fin de vuestra existencia (JUAN PABLO II, En Montmartre,1 -VI- 1
980).
3156 Ninguna otra causa impulsó más a Cristo a venir al mundo que salvar a los
pecadores. Si se suprimen las enfermedades y las heridas, la medicina no tiene
razón de ser. Si, pues, un gran médico bajó del cielo, es porque había un gran
enfermo que curar, todo el mundo (SAN AGUSTIN, Sermón 175)
3157 ¡Ay de mi, Señor! ¡Ten misericordia de mi! [. . . ]. Yo no te oculto mis
llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericordioso, y yo soy
miserable (SAN AGUSTIN, Confesiones,10).
3158 En verdad que no todos ven, ni todos andan bien; sólo los que entienden que
de nadie sino de Cristo necesitan para curarse, y se acercan al Verbo de Dios,
sanan (ORIGENES, en CatenaAurea, vol. lll, pp. 18-19).
3159 Porque así como aplicamos calor o frío al enfermo según la orden del
médico, para curarle, buscando la salud en diversas medicinas, sin apartarnos un
punto de su mandato, antes obedeciéndole ciegamente, como quien espera de sus
manos la vida, así hemos de entender de nuestro médico, que es Cristo, que lo
que El manda es vida, y en desobedecerlo está nuestra mayor enfermedad (SAN
AMBROSIO, Sobre las vírgenes,3,24).
Busca a todos y espera con paciencia que volvamos
3160 (Jesucristo) tiene sed de nuestra sed (SAN GREGORIO MAGNO, Sobre el
Bautismo,40,27).
3161 Al ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: Porque si conociaras tú. . .
Todo esto hizo una vez cuando anunció que la ciudad había de ser destruida. Esto
mismo hace continuamente nuestro Redentor por sus elegidos, cuando ve que
algunos de ellos se pasan de la vida honesta a las costumbres reprobables (SAN
GREGORIO MAGNO, Hom. 39 sobre los Evang. ).
3162 Volvimos la espalda ante el rostro de Aquel cuyas palabras despreciamos,
cuyos preceptos conculcamos; pero aun estando a nuestra espalda nos vuelve a
llamar El, que se ve despreciado y clama por medio de sus preceptos y nos espera
con paciencia (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 34 sobre los Evang. ).
3163 Y para que en el mismo nacimiento de Cristo se hallase figurado esto (la
universalidad), se dio a conocer a todas las condiciones de hombres; pues, como
dice S. Agustín en su sermón de Epifanía: "los pastores eran israelitas; los
magos, gentiles. Aquellos eran cercanos, éstos vinieron de lejos. Unos y otros
acuden como a la piedra angular" (Sermón 202). Hubo también entre ellos otra
diversidad: que los Magos eran sabios y poderosos, los pastores sencillos y de
humilde condición. También se manifestó a los justos, como eran Simeón y Ana, y
a los gentiles, como los Magos. Se manifestó también a los varones y a las
mujeres óa Anaópara indicar por aquí que ninguna condición quedaba excluida de
la salud de Cristo (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,3, q. 36, a. 3).
3164 Ahora, cuando baja del monte, le siguen muchas turbas que no habían podido
subir al monte, porque aquellos a quienes oprime el peso de la culpa no pueden
subir al conocimiento de la sublimidad de los misterios. Bajando el Señor, esto
es, inclinándose hacia la enfermedad e impotencia de los demás y compadeciéndose
de su imperfección o enfermedad, le siguieron numerosas turbas: unos atraidos
por el amor, la mayor parte por la doctrina, y algunos porque los curaba y se
cuidaba de ellos (ORIGENES, en Catena Aurea, vol. l, pp. 463-464).
Nunca abandona
3165 Si destierras de ti a Jesús y lo pierdes, ¿a
dónde irás?, ¿a quién buscarás por amigo? Sin amigo no puedes vivir mucho; y si
no fuere Jesús tu especialisimo amigo, estarás muy triste y desconsolado
(Imitación de Cristo,11,8,3).
3166 Podemos decir que el Señor viaja con aquellos que viven dentro de la fe [.
. . ], y estará con nosotros (en este mundo) hasta que saliendo de nuestros
cuerpos nos reunamos con El en el cielo (ORIGENES, Trat. sobre S. Mateo,33).
3167 Con tan buen amigo presenteónuestro Señor Jesucristoó, con tan buen
capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. El ayuda
y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero (SANTA TERESA, V¿da,22,6-7).
3168 Bajó del cielo para estar cerca de los atribulados, para estar con nosotros
en la tribulación (SAN BERNARDO, Sermón 17).
Es Maestro, y nos enseña el camino del cielo
3169 Pues juntaos junto a este buen Maestro y muy determinadas a aprender lo que
os enseña, que Su Majestad hará que no dejéis de salir buenas discípulas ni os
dejará si no le dejáis (SANTA TERESA, Camino de perfecc¿ón,26,9).
3170 El madero en que están fijos los miembros del hombre que muere, es también
la cátedra del maestro que enseña (SAN AGUST[N, Trat. Evang. S. Juan, l l 9,2).
3171 Es Maestro de una ciencia que sólo El posee: la del amor sin limites a Dios
y, en Dios, a todos los hombres. Er la escuela de Cristo se aprende que nuestra
existencia no nos pertenece [. . . ]. (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Es Cristo que
pasa,93).
Su carga no es pesada
3172 Cualquier otra carga te oprime y abruma, mas la carga de Cristo te alivia
del pcso. Cualquier otra carga tiene pcso, pero la de Cristo tiene alas. Si a un
pájaro le quitas las alas, parece que le alivias del peso; pero cuanto más le
quites este peso, tanto más le atas a la tierra. Ves en el suelo al que quisiste
aliviar de un peso; restitúyele el peso de sus alas y verás cómo vuela (SAN
AGUSTIN, Sermón 126).
3173 Venid, no para rendir cuentas, sino para ser librados de vuestros pecados;
venid [. . . ]. No temáis al oir hablar de yugo, porque es suave; no temáis si
hablo de carga, porque es ligera (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S.
Mateo,37,2).
Humildad de Jesús. Ver no. 2907-2921.
"Buscar a Cristo, encontrarle, tratarle, amarle"
3174 Un auténtico cristiano no puede oir el nombre de Cristo sin emoción (CARD.
NEWMAN, Sermón del Dom. Il de Cuaresma: mundo y pecado).
3175 En este esfuerzo por identificarse con Cristo, he distinguido como cuatro
escalones: buscarle, encontrarle, tratarle, amarle. Quizá comprendais que estáis
como en la primera etapa. Buscadlo con hambre, buscadlo en vosotros mismos con
todas vuestras fuerzas. Si obráis con este empeño, me atrevo a garantizar que ya
lo habéis encontrado, y que habéis comenzado a tratarlo y a amarlo, y a tener
vuestra conversación en los cielos (cfr.
Ph 3,20) (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,300).
3176 ¿Qué otra cosa podía deciros mejor que ésta? ¡Aprended a conocer a Cristo y
dejaos conocer por El! El conoce a cada uno de vosotros de modo especial. No es
conocimiento que suscite oposición y rebelión, una ciencia ante la cual sea
necesario huir para salvaguardar el propio misterio interior. No es una ciencia
compuesta de hipótesis, que reduce al hombre a las dimensiones socioculturales.
La suya es una ciencia llena de sencilla verdad sobre el hombre y, sobre todo,
llena de amor. Someteos a esta ciencia, sencilla y llena de amor, del Buen
Pastor. Estad seguros de que El conoce a cada uno de vosotros más que cuanto
cada uno de vosotros se conoce a si mismo (JUAN PABLO II, Hom. Cracovia 8-VI-1979).
3177 Mirad que no está aguardando otra cosa [. . . ] sino que lo miremos; como
le quisiérades le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no
quedará por diligencia suya (SANTA TERESA, Camino de perfección,26,3).
3178 Temer es propio del que no quiere ir a Cristo. No querer ir a Cristo es
propio de quien no cree que con Cristo va a empezar a reinar (SAN CIPRIANO,
Sobre la mortalidad,2).
3179 Asi la gloria del Salvador aparece todavía más admirable cuando, después de
haber privado a los hombres de una presencia sensible que les inspiraba un
respeto tan profundo, la fe pierde sus dudas, la esperanza sus timideces, la
caridad sus tibiezas. Es, sin duda, la fuerza de las almas grandes y el efecto
de la luz quien ilumina a las almas de los fieles, para creer sin dudar lo que
ecapa a los sentidos y para elevar todos los deseos de sus corazones hacia un
lugar que la mirada no puede alcanzar (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 72, sobre la
Ascensión del Señor).
3180 Penetremos en el corazón humilde de Jesús. La puerta es el costado abierto
por la lanza. Aquí está escondido el tesoro inefable y deseable de la caridad;
aquí se encuentra la devoción, se obtiene la gracia del arrepentimiento, se
aprende la mansedumbre y la paciencia en las adversidades, la compasión con los
afligidos; y, sobre todo, aquí se halla un corazón contrito y humillado (SAN
BUENAVENTURA, Vitis mystica,24,3).
3181 El Padre y yo vendremos a fijar en él nuestra morada. Que cuando venga
encuentre, pues, tu puerta abierta. Abrele tu alma para que pueda contemplar en
ella riquezas de rectitud, tesoros de paz, suavidad de gracia [. . . ]. Si
cierras la puerta de tu alma, dejas afuera a Cristo. Aunque tiene poder para
entrar, no quiere sin embargo ser inoportuno, no quiere obligar a la fuerza (SAN
AMBROSIO, Coment. al Salmo 18).
3182 Aunque nos separemos ahora unos de otros, procuremos no separarnos de El
(SAN AGUSTIN, Trat. sobre Evang. S. Juan,35).
3183 Muestra una rama verde a una oveja y verás cómo atraes a la oveja; enséñale
nueces a un niño y verás cómo lo atraes también y viene corriendo hacia el lugar
a donde es atraido; es atraído por el amor, es atraído sin que se violente su
cuerpo, es atraído por aquello que desea. Si, pues, estos objetos, que no son
más que deleites y aficiones terrenas, atraen, por su simple contemplación, a
los que tales cosas aman, porque es cierto que "cada cual va en pos de su
apetito", ¿no va a atraernos Cristo revelado por el Padre? ¿Qué otra cosa desea
nuestra alma con más vehemencia que la verdad? ¿De qué otra cosa el hombre está
más hambriento? (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,26).
3184 [. . . ] no nos debemos mirar tanto a nosotros mismos cuanto a Dios, y en
El debemos encontrar ese "suplemento" de energía que nos falta. ¿Acaso no es
ésta la invitación que hemos escuchado de labios de Cristo: Venid a mitodos los
que estuis fatigados y cargados, que yo os aliviaré (Mt
11,28)? Es El la luz capaz de
iluminar las tinieblas en que se debate nuestra inteligencia limitada; El es la
fuerza que puede dar vigor a nuestras flacas voluntades; El es el calor capaz de
derretir el hielo de nuestros egoísmos y devolver el ardor a nuestros corazones
cansados (JUAN PABLO II, Hom. 21-1-1980).
3185 ¿Qué es lo que nos ha prometido? Seremos semejantes a él, porque le veremos
tal cual es. La lengua ha expresado lo que ha podido; lo restante ha de ser
meditado en el corazón. En comparación de aquel que es, ¿qué puede decir el
mismo Juan? ¿Y qué podremos decir nosotros, que tan lejos estamos de igualar sus
méritos?Volvamos, pues, a aquella unión de Cristo, a aquella unión que nos
enseña desde dentro lo que nosotros no podemos expresar, y, ya que por ahora nos
es imposible la visión, sea nuestra tarea el deseo (SAN AGusTiN, Trat. sobre la
l. a carta de S. Juan,4).
3186 Barred la mala levadura, vieja y agriada, y transformaos en la levadura
nueva que es Jesucristo. Que El sea la sal que os guarde a todos de la
corrupción, pues por vuestro olor se os juzgará (SAN IGNACIO DE ANTIOQU;A, Epist.
a los Magnesios).
3187 Si el alma llegara a levantar los ojos hasta su cabeza, que es Cristo [. .
. ], seria realmente feliz por la penetración de su visión, al poner sus ojos
donde el mal no puede oscurecerlos (SAN GREGORIO DE NISA, Homilía 5).
3188 Tocó delicadamente el ruedo del manto, se acercó con fe, creyó y supo que
había sido sanada. . . Asi nosotros, si queremos ser salvados, toquemos con fe
el vestido de Cristo (SAN AMBROSIO, Trat. sobre el Evang. de S. Lucas 6,56).
Conocer bien su vida a través del Santo Evangelio
3189 El cielo y la tierra, por su naturaleza de cosas creadas, no son
necesariamente inmutables, de manera que pueden no existir; sin embargo las
palabras de Cristo, que tienen origen en la eternidad, poseen tal fuerza y poder
que permanecen para siempre (SAN H1LARIO, Coment. sobre San MateO,26).
3190 No basta con tener una idea general del espiritu de Jesús, sino que hay que
aprender de El detalles y actitudes. Y, sobre todo, hay que contemplar su paso
por la tierra, sus huellas, para sacar de ahí fuerza, luz, serenidad, paz.
Cuando se ama a una persona se desean saber hasta los más mínimos detalles de su
existencia, de su carácter, para así identificarse con ella. Por eso hemos de
meditar la historia de Cristo, desde su nacimiento en un pesebre, hasta su
muerte y su resurrección [. . . ]. Porque hace falta que la conozcamos bien (la
vida de Jesús), que la tengamos toda entera en la cabeza y en el corazón, de
modo que, en cualquier momento, sin necesidad de ningún libro, cerrando los
ojos, podamos contemplarla como en una película; de forma que, en las diversas
situaciones de nuestra conducta, acudan a la memoria las palabras y los hechos
del Señor (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,107).
3191 Acaece que muchos, aunque a menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él,
porque no tienen el espiritu de Cristo. El que quiera, pues, experimentar todo
el sabor de las palabras de Cristo, conviene que procure conformar con él toda
su vida (Imitación de Cristo,1,1,2).
3192 Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo (SAN JERÓNIMO, Coment. sobre
Isaías).
La Humanidad Santísima de Cristo, camino hacia el Padre
3193 Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos
haga grandes mercedes, quiere que sea por manos de esta Humanidad sacratisima,
en quien dijo Su Majestad se deleita (SANTA TERESA, Vida,22).
3194 Ir por medio del Verbo hecho carne al Verbo que era en principio con Dios
(SAN AGUSTjN, Trat. Evang. S. Juan,13,14).
3195 Este, pues, es buen tiempo para que nos enseñe nuestro Maestro, para que le
oigamos y besemos los pies porque nos quiso enseñar, y le supliquéis no se vaya
de con nosotros.
Si esto habéis de pedir mirando a una imagen de Cristo, bobería me parece dejar
la misma persona por mirar el dibujo. ¿No lo sería si tuviéramos un retrato de
una persona que quisiésemos mucho y la misma persona nos viniese a ver, dejar de
hablar con ella y tener toda la conversación con el retrato? ¿Sabéis para cuándo
es bueno y caso en que yo me deleito mucho?: para cuando está ausente la misma
persona y quiere darnos a entender que lo está con muchas sequedades, es gran
regalo ver una imagen de quien con tanta razón amamos. A cada parte que
volviesemos los ojos la querría ver (SANTA TERESA, Camino de
perfección,34,10-11).
3196 Al admirar y al amar de veras la Humanidad Santísima de Jesús,
descubriremos una a una sus Llagas. Y en esos tiempos de purgación pasiva,
penosos, fuertes, de lágrimas dulces y amargas que procuramos esconder,
necesitaremos meternos dentro de cada una de aquellas Santísimas Heridas: para
purificarnos, para gozarnos con esa Sangre redentora, para fortalecernos (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,302).
3197 De tal manera tomó el Hijo de Dios al hombre pasible, que la divinidad
permaneció impasible: padeció el Hijo de Dios (no de una manera supuesta, sino
real) todo aquello que atestigua la Sagrada Escritura, según aquello en lo que
podía padecer, a saber, en cuanto a la naturaleza que tomó (SAN JERONIMO, en
Catena Aurea, vol. III, p. 306).
3198 Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no la dejaban descansar
las ruines costumbres que tenía. Acaecióme que, entrando un día en el oratorio,
vi una imagen que habían traído allí a guardar, que se había buscado para cierta
fiesta que se hacia en casa. Era de Cristo muy llagado, y tan devota que,
mirándole, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por
nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas,
que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandisimo
derramamiento de lágrirnas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no
ofenderle (SANTA TERESA, Vida,9,1).
3199 Nos narran los Evangelios que Jesús no tenía dónde reclinar su cabeza, pero
nos cuentan también que tenía amigos queridos y de confianza, deseosos de
acogerlo en su casa. Y nos hablan de su compasión por los enfermos, de su dolor
por los que ignoran y yerran, de su enfado ante la hipocresia. Jesús llora por
la muerte de Lázaro, se airo con los mercaderes que profanan el templo, deja que
se enternezca su corazón ante el dolor de la viuda de Naím.
Cada uno de esos gestos humanos es gesto de Dios. En Cristo habita toda la
plenitud de la divinidad corporalmente (Col
2,9). Cristo es Dios hecho hombre,
hombre perfecto, hombre entero. Y, en lo humano, nos da a conocer la divinidad
(J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,108-109).
3200 Al llorar al amigo (Lázaro), manifestó la comunidad de naturaleza con
nosotros; y al propio tiempo nos libró de caer en el exceso por una u otra
parte, no permitiendo que nos afligiésemos demásiado ante las adversidades, ni
que tampoco fuésemos completamente insensibles ante la desgracia (SAN BASILIO,
Hom. sobre la alegrfa).
Jesucristo es el modelo
3201 Seguir a Cristo: éste es el secreto. Acompañarle tan de cerca, que vivamos
con El, como aquellos primeros doce; tan de cerca, que con El nos
identifiquemos. No tardaremos en afirmar, cuando no hayamos puesto obstáculos a
la gracia, que nos hemos revestido de Nuetro Señor Jesucristo (cfr.
Rm 13,14). Se refleja
el Señor en nuestra conducta, como en un espejo. Si el espejo es como debe ser,
recogerá el semblante amabilísimo de nuestro Salvador sin desfigurarlo, sin
caricaturas: y los demás tendrán la posibilidad de admirarlo, de seguirlo (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,299).
3202 Fue considerado El mismo como carpintero, y fabricó obras de este oficio
(yugos y arados) mientras estaba entre los hombres, enseñando por ellas los
símbolos de la justicia y lo que es una vida de trabajo (JUSTINO, Diálogo con
Trifón,88,8).
3203 No puede vivir con Cristo el que prefiere imitar a Judas y no a Cristo (SAN
CIPRIANO, Trat. sobre la oración).
3204 Por mucho que te humilles, jamás podrás llegar tan bajo como llegó tu Señor
(SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,65).
3205 Supongamos a un arquitecto que deseara construir en el espacio la bóveda de
un ábside. Debe trazar toda la circunferencia partiendo de un punto clave: el
centro. Guiándose por esta norma infalible, ha de calcular luego la exacta
redondez y el diseño de la estructura.
Quien intentara llevar a feliz término la obra haciendo caso omiso de este punto
céntrico, por más que presuma de su destreza y de su ingenio es imposible que
pueda obtener una forma regular y sin defecto [. . . ]. Para ello necesita
referirse constantemente al modelo, que le permitirá conocer la exactitud de las
medidas. Con esta luz le será fácil entonces determinar con precisión el
contorno interior y exterior de la obra. Así es como un solo punto se convierte
en la clave fundamental de una construcción imponente (CAS1ANO, Colaciones,24).
3206 Cristo se sometió a la circuncisión en el tiempo en que estaba vigente y
así su obra se nos ofrece como ejemplo que imitar, para que observemos las cosas
que en nuestro tiempo están preceptuadas (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,3, q. 37,
a. 1).
3207 Cristo, a quien el universo está sujeto, estaba sujeto a los suyos (SAN
AGUSTIN, Sermón 51).
El reino de Cristo
3208 Verdad y justicia; paz y gozo en el Espíritu Santo. Eso es el reino de
Cristo: la acción divina que salva a los hombres y que culminará cuando la
historia acabe, y el Señor, que se sienta en lo más alto del paraíso, venga a
juzgar definitivamente a los hombres (J. que pasa,180).
3209 El Señor viene con fortaleza y en su mano tiene el reino, la potestad y el
imperio (SAN JERÓNIMO, Coment. Evang. S. Mateo,3,19).
3210 (Venga a nosotros tu reino). Puede suceder también que el mismo Cristo sea
el reino de Dios que todos los dias deseamos que venga, y cuyo advenimiento
mueve nuestro deseo, apenas el pensamiento nos lo representa (SAN CIPRIANO, en
Catena Aurea, vol.
1P 358).
3211 ¿Qué es el advenimiento de Cristo? La liberación de la esclavitud, el
principio de la libertad, el honor de la adopción filial, la fuente de la
remisión de los pecados y la vida verdaderamente inmortal para todos (SAN
HIPÓLITO, Hom. de Pascua).
3212 Cristo no era Rey de Israel para imponer tributos, ni para tener ejércitos
armados y guerrear visiblemente contra sus enemigos; era Rey de Israel para
gobernar las almas, para dar consejos de vida eterna, para conducir al reino de
los cielos a quienes estaban llenos de fe, de esperanza y de amor (SAN AGUST¡N,
Trat. Evang. de San Juan,51,4).
3213 Posee Cristo la soberanía sobre todas las criaturas, no arrancada por
fuerza ni quitada por nadie, sino en virtud de su misma esencia y naturaleza
(SAN CIR!LO DE ALEJANDRiA, Coment. sobre San Lucas,10).
Santa Maria, Madre de Dios. Ver también no. 5408-5419.
3214 El único nacimiento digno de Dios era el procedente de la Virgen; asimismo,
la dignidad de la Virgen demandaba que quien naciera de ella no fuere otro que
el mismo Dios. Por esto el Hacedor del hombre, al hacerse hombre, naciendo de la
raza humana, tuvo que elegir, mejor dicho,que formar para sí, entre todas, una
madre tal cual él sabia que había de serle conveniente y agradable (SAN
BERNARDO, Hom. sobre la Virgen Madre,2).
3215 [. . . ] Al modo como usamos comúnmente la expresión: madre de un sacerdote
o madre de un obispo, no porque estas mujeres hayan engendrado a un presbítero o
a un obispo, sino porque han puesto en el mundo hombres que después se han hecho
sacerdotes u obispos. No en este sentido, repito, Maria Santísima es Madre de
Dios, sino, como se ha dicho antes, porque en su sagrado seno se realizó el
misterio sacrosanto por el cual, en razón de una particular y única unidad de
persona, el Verbo es carne en la carne, y el hombre es Dios en Dios (SAN VICENTE
DE LERINS, Conmonitorio, n. IS).
Citas de la Sagrada Escritura
1. Juicio particular
Está decretado a los hombres morir una sola vez, y después el juicio.
He 9,27.
Cada uno de nosotros ha de dar cuenta a Dios de sí mismo.
Rm 14,12.
Es forzoso que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba el pago debido a las buenas o malas obras que haya hecho mientras ha
estado revestido de su cuerpo.
2Co 5,10.
2. Juicio fánal
Cuando venga el Hijo del hombre [. . . ] hará comparecer ante El a todas las
naciones, y separará a unos de los otros.
Mt 25,31-32
Mc 13,26-27
Lc 21,36.
En el día de la resurrección, cuando el Hijo del hombre se siente en el solio de
su majestad, vosotros también os sentaréis sobre doce sillas y juzgaréis a las
doce tribus de Israel.
Mt 19,28.
Jesús nos mandó que predicásemos y testificásemos al pueblo que El es el que
está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Ac 10,42.
No queráis sentenciar antes de tiempo hasta que venga el Señor, el cual sacará a
plena luz lo que está en los escondrijos de las tinieblas, y descubrirá las
intenciones de los corazones.
1Co 4,5.
Los gentiles darán también cuenta a Aquel que tiene dispuesto juzgar a los vivos
y a los muertos.
1P 4,5.
Vi un gran solio reluciente y a uno (Jesucristo) sentado en él [. . . ] Y vi a
los muertos, grandes y pequeños, estar delante del trono y abriéronse los
libros; y abrióse también el libro de la vida: y fueron juzgados los muertos por
las cosas escritas en los libros [. . . ], y se dio a cada uno sentencia según
sus obras.
Ap 20,11-13.
Nos juzgará Jesucristo, a quien hemos procurado servir durante toda nuestra vida
3216 "Me hizo gracia que hable usted de la "cuenta" que le pedirá Nuestro Señor.
No, para ustedes no será Juez en el sentido austero de la palabraósino
simplemente Jesús". Esta frase, escrita por un Obispo santo, que ha consolado
más de un corazón atribulado, bien puede consolar el tuyo (J. ESCRIVA DE
BALAGUER, Camino, n. 168).
3217 Plegue a Su Majestad que nos le dé a entender antes que nos saque desta
vida, porque será gran cosa a la hora de la muerte ver que vamos a ser juzgadas
de quien habemos amado sobre todas las cosas. Seguras podemos ir con el pleito
de nuestras deudas. No será ir a tierra extraña, sino propia; pues es a la de
quien tanto amamos y nos ama (SANTA TERESA, Camino de perfección,40,8).
3218 Cuando venga nuestro Señor Jesucristo sacará a la luz lo que está oculto en
las tinieblas, y pondrá al descubierto las intenciones del corazón, y vendrá a
cada uno su alabanza de parte de Dios. Entonces, con la presencia de este día ya
no tendremos necesidad de lámparas; no será necesario que se nos lean los libros
proféticos ni los escritos del Apóstol; ya no tendremos que indagar el
testimonio de Juan, y el mismo Evangelio dejará de sernos necesario. Ya no
tendrán razan de ser todas las Escrituras, que en la noche de este mundo se nos
encendían a modo de lámparas, para que no quedásemos en tinieblas (SAN AGUSTIN,
Trat. Evang. S. Juan,35,8-9).
3219 En verdad os digo que no os conozco (Mt
25,12). Conoce el Señor a los suyos,
y el que no le conoce será desconocido (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol. III,
p. 323).
El verdadero valor de las cosas a la luz del juicio
3220 Por el poder divino se hará que a cada uno se le representen en su memoria
todas sus obras (buenas y malas) (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. lll, p.
248).
3221 Bienaventurados los que mueren en el Señor, pues sus obras les siguen (Ap
14). Las buenas obras nos siguen, las
malas nos siguen; y ninguna otra cosa tiene valor, ninguna otra cosa es más que
broza. El torbellino y la danza de los asuntos mundanos no es sino como el
torbellino de la broza y el polvo, del cual nada resulta. Dura en el dia, pero
no se le encuentra a la noche. Y, sin embargo, cuántas almas inmortales gastan
su vida en nada mejor que aturdirse en este torbellino de ideas politicas, de
partido, de opiniones religiosas o de cómo ganar dinero, de todo lo cual nunca
puede resultar nada (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón para el Domingo de Septuagésima:
el juicio).
3222 Aunque tengas padres o hijos o amigo o alguien que pudiera interceder por
ti, sólo te aprovechan tus hechos. Asi es este juicio: se juzga sólo lo que has
hecho (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre la Epist. a los Gálatas,2-8).
3223 Ciertamente, el día del juicio no nos preguntarán qué leimos, sino qué
hicimos; ni lo bien que hablamos, sino lo honestamente que vivimos. Dime: ¿Dónde
están ahora todos aquellos señores y maestros que tú conociste cuando florecían
en los estudios? Ya poseen otros sus rentas y, por ventura, de ellos no se tiene
memoria; en su vida algo parecian, mas ya no hay de ellos memoria (Imitación de
Cristo, I,3,5)
Cada uno será juzgado en el estado en que muera.
Vigilancia
3224 . . . Cada cual ha de ser juzgado en el estado en que salga de este mundo;
y por esto ha de velar todo cristiano, para que la llegada del Señor no le
encuentre desprevenido (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea vol. III, p. 202).
3225 "Ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos", rezamos en el Credo.
Ojalá no me pierdas de vista ese juicio y esa justicia y. . . a ese Juez (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 745).
3226 La caridad, por tanto, es la fuente y el origen de todo bien, la mejor
defensa, el camino que lleva al cielo. El que camina en la caridad no puede
errar ni temer, porque ella es guia, protección, camino seguro. Por esto,
hermanos, ya que Cristo ha colocado la escalera de la caridad, por la que todo
cristiano puede subir al cielo, aferraos a esta pura caridad, practicadla unos
con otros y subid por ella cada vez más arriba (SAN FULGENCIO DE RUSPE, Sermón
3,1-3).
"Te examinarán en el amor". El juicio y la caridad
3227 A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere
ser amado y deja tu propia condición (SAN JUAN DE LA CRUZ, Avisos y sentencias,
n. 57).
3228 Cuanto más ames más subirás (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 83,10).
3229 El bienaventurado S. Juan Evangelista, al final de sus dias, cuando moraba
en Efeso y apenas podía ir a la Iglesia sino en brazos de sus discípulos, y no
podía decir muchas palabras seguidas en voz alta, no solia hacer otra
exhortación que ésta:ó"Hijitos, amaos unos a otros". Finalmente, sus discípulos
y los hermanos que le escuchaban, aburridos de oírle siempre lo mismo, le
preguntaron: Maestro, ¿por qué siempre nos dices esto? Y les respondió con una
frase digna de Juan: Porque éste es el precepto del Señor y su solo cumplimiento
es más que suficiente (SAN JERÓNIMO, Coment. sobre la Epístola a los
Gálatas,3,6).
3230 Es de notar que la bienaventuranza se otorga en proporción a la caridad y
no en proporción a cualquier otra virtud (SANTO TOMÁS, Sobre la caridad,1. c.
,204).
Sólo llevamos las propias obras. Desprendimiento
3231 Ved cómo pesa todo cuanto hacéis cada dia; queráis o no, os aproximáis más
al juicio; el tiempo no perdona. ¿Por qué, pues, se ama lo que se ha de
abandonar? ¿Por qué no se hace caso del fin a donde se ha de llegar? (SAN
GREGORIO MAGNO, Hom. 15 sobre los Evang. ).
3232 Somos actores en escena. Nadie se crea rey ni rico, porque al final del
acto nos encontraremos todo pobreza (SAN JUAN CRITOMO, Hom. sobre Lázaro,2,3).
Se juzgará la correspondencia a las gracias recibidas. Responsabilidad
3233 Cuando venga el juez exigirá a cada uno de nosotros tanto cuanto nos dio
(SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).
3234 Mirad que ya está cerca la vuelta del que se fue lejos, porque aunque
parece haberse alejado mucho quien se marchó lejos de esta tierra en que nació,
vuelve en seguida a pedir la cuenta [. . . ] (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre
los Evang. ).
3235 Aquel hombre de talento que inclinó su voluntad al pecado en vano pedirá
misericordia, porque cometió el pecado sin excusa, separándose de la voluntad
divina por su malicia; pero el hombre rústico e ignorante la implorará con más
razón a su juez (SAN CIR1LO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. ll4).
3236 No se juzgan las cosas del mismo modo en todos, sino que a conocimiento
mayor corresponde mayor responsabilidad (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea,
vol. Vl, p. 114).
El juicio y la rectitud de intención
3237 Las lámparas de las vírgenes fatuas se apagan, porque sus obras, que
aparecían claras exteriormente, a los hombres, quedarán oscurecidas
interiormente a la venida del juez. No hallarán retribución de Dios, porque
recibieron por ellas de los hombres las alabanzas que desearon (SAN GREGORIO
MAGNO, Hom. 12 sobre los Evang. ).
3238 Acudirán a declarar testigos infalibles, a saber, las propias conciencias
de los hombres (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 86).
3239 En la vida presente puede ocultarse a los hombres lo que se hace
interiormente; pero vendrá ciertamente el juez a quien no podrá ocultarse nada
con callar, a quien no podrá engañarse negando (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 17
sobre los Evang. ).
No valdrán las excusas en el juicio. Conocimiento propio; examen
3240 Cuando lleguemos a la presencia de Dios, se nos preguntarán dos cosas: si
estábamos en la Iglesia y si trabajábamos en la Iglesia. Todo lo demás no tiene
valor. Si hemos sido ricos o pobres, si nos hemos ilustrado o no, si hemos sido
dichosos o desgraciados, si hemos estado enfermos o sanos, si hemos tenido buen
nombre o malo (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón para el Domingo de Septuagésima: el
juicio.
3241 Concurrirán también (al juicio universal) todos los ángeles, para dar
testimonio ellos mismos del ministerio que ejercieron por orden de Dios para la
salvación de cada hombre (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. lll, p.
238).
3242 Ahora, mientras te dedicas al mal, llegas a considerarte bueno, porque no
te tomas la molestia de mirarte. Reprendes a los otros y no te fijas en ti
mismo. Acusas a los demás y a ti no te examinas. Les colocas a ellos delante de
tus ojos y a ti te pones a tu espalda. Pues cuando me llegue a mi el turno de
argüirte, dice el Señor, haré todo lo contrario: te daré la vuelta y te pondré
delante de ti mismo. Entonces te verás y llorarás (SAN AGUST;N, Sermón 17,5).
3243 El que ahora lo ve todo sin ser visto, juzgará todas las cosas; aparecerá,
pues, para juzgar especialmente en aquel tiempo en que, olvidados todos de sus
juicios, se crean como emancipados de El en este mundo (SAN BEDA, en Catena
Aurea, vol. Vl, p. 285).
Una sentencia definitiva de salvación o de condenación
3244 Cada uno de nosotros ha de llegar a ese momento terrible en que
compareceremos ante el dueño de la viña para responder de las obras realizadas
en la tierra, buenas o malas. Queridos hermanos, habréis de pasar por ello. Cada
uno ha de sufrir su juicio particular, y será el momento más silencioso y
terrible que jamás hayáis podido experimentar. Será el momento tremendo de la
expectación, en el que vuestra suerte para la eternidad estará en la balanza y
estaréis a punto de ser enviados en compañía de los santos o de los demonios,
sin que quede posibilidad de cambio. No puede haber cambio; no cabe vuelta atrás
(CARD J. H. NEWMAN, Sermón para el Domingo de Septuagésima: el juicio.
3245 Para los laboriosos y dispuestos para el bien, que no están sentados ni
ociosos sobre la tierra, sino que se levantan en cuanto se les dice: levántatey
anda, porque la tierra no es tu lugar de descanso; para éstos no será el día
aquel un día de lazo ni de peligro, sino un día de triunfo (TEÓFILO, en Catena
Aurea, vol. VI, p. 421).
3246 Tema morir quien no está señalado por la Cruz y pasión de Cristo. Tema la
muerte quien va a ser atormentado por penas y llamas eternas al salir de este
mundo. Tema morir aquel al que se le alarga el tiempo para diferirle algo sus
suplicios y dolores (SAN CIPRIANO, Sobre la mortalidad,14).
El juicio universal
3247 En un solo lugar comparecerán al mismo tiempo todos los hombres ante el
tribunal del Juez supremo, para que, viéndolo y oyéndolo los hombres todos de
todos los siglos, sepa cada uno lo que se ha decretado y juzgado de ellos
mismos, y la publicación de esta sentencia será para los hombres impíos y
malvados una parte, no la menor, de sus penas y tormentos; mas al contrario, los
piadosos y justos recibirán, con motivo de ella, grande premio y fruto, habiendo
de verse claro cuál fue cada cual en esta vida (Catecismo Romano, I, VIII,3).
3248 [. . . ] Era razonable que no sólo se estableciesen premios para los buenos
y castigos para los malos en la vida futura, sino que también se decretase en un
juicio general y público, a fin de que resultase para todos más notorio y
grandioso, y para que todos tributasen a Dios alabanzas por su justicia y
providencia, en vez de aquella injusta queja que hasta los varones justos solían
a veces exhalar como hombres cuando veían a los malos engreídos de sus riquezas
y alegres con sus honores [. . . ].
Es necesario que se celebre un juicio universal, no dijeran acaso los hombres de
Dios, andando, paseándose de uno a otro polo del Cielo, no se cuida de las cosas
de la Tierra. Así pues, con razón, se incluyó esta fórmula de verdad entre los
doce artículos de la fe cristiana, para que, si algunos espíritus vacilaban
acerca de la providencia y justicia de Dios, se fortaleciesen por medio de esta
verdad. Convenia, además, animar a los buenos y aterrar a los malos poniéndoles
a la vista el juicio, a fin de que, persuadidos de la justicia divina, no
desfalleciesen aquellos, y se apartasen éstos de los pecados con el temor y
convencimiento del castigo eterno. Por eso, nuestro Señor y Salvador, hablando
del último día, manifestó que habría algún día un juicio universal, y describió
las señales de este tiempo, para que, al verlas, entendamos que está cerca el
fin del mundo; y después, en subiendose al Cielo, envió ángeles para consolar a
sus Apóstoles, que estaban tristes por su ausencia, diciéndoles: Este Jesús que,
separándose de vosotros, se ha subido al Cielo, vendrá de la misma suerte que
acabais de verle subir allá (Catecismo Romano,1, VIII,4).
Citas de la Sagrada Escritura
No juzguéis y no seréis juzgados, porque con el juicio con que juzgareis seréis
juzgados, y con la medida con que midierais se os medirá.
Mt 7,1.
No queráis juzgar por las apariencias, sino juzgad por un juicio recto.
Jn 7,24.
¿Quién eres tú para juzgar al que es siervo de otro? Si cae, o se mantiene
firme, esto pertenece a su amo: pero firme se mantendrá, pues poderoso es Dios
para sostenerle.
Rm 14,4.
¿Por qué tú condenas a tu hermano?, o ¿por qué tú desprecias a tu hermano,
cuando todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo?
Rm 14,10.
Uno solo es el legislador y el juez que puede salvar y puede perder. Tú, empero,
¿quién eres para juzgar a tu prójimo?
Jc 4,12-13.
No nos juzguemos, pues, ya más los unos a los otros, y mirad sobre todo que no
pongáis tropiezo o escándalo al hermano.
Rm 4,13.
Cuanto a mi, muy poco se me da ser juzgado por vosotros o de cualquier tribunal
humano, que ni aun a mi mismo me juzgo.
1Co 4,3.
Por lo cual eres inexcusable, ¡ oh hombre!, quienquiera que seas, tú que juzgas
a otros, a ti mismo te condenas, ya que haces eso mismo que condenas.
Rm 2,1.
Se funda en leves apariencias y nace de un corazón poco recto
3249 No digas: "Fulano es un borracho", por haberle visto embriagado una vez; ni
le llames adúltero por haber visto que cayó en este pecado 1. . . ]. Paróse una
vez el sol para contribuir a la victoria de Josué; oscurecióse otra en
testimonio de la victoria del Salvador. ¿Diremos por esto que es innoble u
oscuro? Una vez se embriagó Noé, otra Lot, y éste, además, cometió un gravísimo
incesto; sin embargo, a ninguno de los dos se puede llamar borracho, ni a Lot
incestuoso. No fue San Pedro sangriento porque una vez derramó sangre; ni porque
blasfemó en una ocasión, blasfemo; que el nombre de vicioso o virtuoso se
adquiere por la continuación y el hábito; así que es impostura tratar a uno de
colérico o ladrón por haberle visto una vez encolerizarse o robar (SAN FRANCISCO
DE SALES, Introd. a la vida devota,3,29).
3250 Si tuviésemos la dicha de estar libres del orgullo y de la envidia, nunca
juzgaríamos a nadie, sino que nos contentariamos con llorar nuestras miserias
espirituales, orar por los pobres pecadores, y nada más, bien persuadidos de que
Dios no nos pedirá cuenta de los actos de los demás, sino sólo de los nuestros
(SANTO CURA DE ARS,. Sermón sobre el juicio temerario).
3251 ¿De dónde nace esta apreciación injusta con los demás? Parece como si
algunos tuvieran continuamente puestas unas anteojeras, que les alteran la
vista. No estiman, por principio, que sea posible la rectitud o, al menos, la
lucha constante por portarse bien. Reciben todo, como reza el antiguo adagio
filosófico, según el recipiente: en su previa deformación. Para ellos, hasta lo
más recto, reflejaóa pcsar de todoóuna postura torcida que, hipócritamente,
adopta apariencia de bondad (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,67).
3252 El juicio temerario es un pensamiento o una palabra desfavorables para el
prójimo, fundados en leves apariencias. Solamente puede proceder de un corazón
malvado, lleno de orgullo o de envidia; puesto que un buen cristiano, penetrado
como está de su miseria, no piensa ni juzga mal de nadie; jamás aventura su
juicio sin un conocimiento cierto, y eso todavía cuando los deberes de su cargo
le obligan a velar sobre las personas cuyos actos juzga (SANTO CURA DE ARS,
Sermón sobre el juicio temerario).
3253 Contribuyen de ordinario en gran manera a producir sospechas y juicios
temerarios el miedo, la ambición y otras semejantes flaquezas del espiritu (SAN
FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,3,28).
No debemos juzgar a los demás, si no existe un deber que lo exija
3254 A pesar de todos los datos y de las señales al parecer más inequívocas,
estamos siempre en gran peligro de juzgar mal las acciones de nuestro prójimo.
Lo cual debe inducirnós a no juzgar jamás los actos del vecino sin madura
reflexión y aun solamente cuando tenemos por misión la vigilancia de la conducta
de aquellas personas, en cuyo caso se encuentran los padres (SANTO CURA DE ARS,
Sermón sobre el juicio temerario).
3255 No juzguéis y no serés juzgados, porque con el juicio que juzgareis seréis
juzgados (Mt
7,1-2). Aparte de la razón apuntada,
es también peligroso juzgar a nuestros semejantes, porque ignoramos en absoluto
la necesidad o la razón que hace legitima o al menos venial aquella acción que
nos choca o nos sorprende (CASIANO, Instituciones,5,29).
3256 No queramos juzgar. Cada uno ve las cosas desde su punto de vista. . . y
con su entendimiento, bien limitado casi siempre, y oscuros o nebulosos, con
tinieblas de apasionamiento, sus ojos, muchas veces. Además, lo mismo que la de
esos pintores modernistas, es la visión de ciertas personas tan subjetiva y tan
enfermiza, que trazan unos rasgos arbitrarios, asegurándonos que son nuestro
retrato, nuestra conducta. . . ¡Qué poco valen los juicios de los hombres! No
juzguéis sin tamizar vuestro juicio en la oración (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Camino, n. 451).
3257 Para juzgar sobre lo que hace o dice una persona, sin engañamos, seria
necesario conocer las disposiciones de su corazón y la intención con que dijo o
hizo tal o cual cosa (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el juicio temerario).
3258 Evita como un mal gravísimo el juzgar los hechos del prójimo; antes bien,
interpreta benignamente sus dichos y hechos, buscando con industriosa caridad
razones con que excusarlos y defenderlos. Y si fuera imposible la defensa, por
ser demásiado evidente el fallo cometido, procura atenuarlo cuanto puedas,
atribuyéndolo a inadvertencia o a sorpresa, o a algo semejante, según las
circunstancias; por lo menos, no pienses más en ello, a no ser que tu cargo te
exija que pongas remedio (J. PECCIóLeón XIIIó, Práctica de la humildad,14).
3259 No admitas un mal pensamiento de nadie, aunque las palabras u obras del
interesado dan pie para juzgar así razonablemente (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Camino, n. 442).
3260 Hemos de examinar muy detenidamente los hechos, antes de emitir nuestros
juicios sobre el prójimo, por temor de engañarnos, lo cual acontece con suma
frecuencia (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el juicio temerario);
3261 ¿Quién puede juzgar al hombre? La tierra entera está llena de juicios
temerarios. En efecto, aquel de quien desesperábamos, en el momento menos
pensado, súbitamente se convierte y llega a ser el mejor de todos. Aquel, en
cambio, en quien tanto habíamos confiado, en el momento menos pensado, cae
súbitamente y se convierte en el peor de todos. Ni nuestro temor es constante ni
nuestro amor indefectible (SAN AGUSTíN, Sermón 46, sobre los pastores,24-25).
3262 Puede suceder que quien interpreta en el mejor sentido se engañe más
frecuentemente; pero es mejor que alguien se engañe muchas veces teniendo buen
concepto de un hombre malo que el que se engaña raras veces pensando mal de un
hombre bueno, pues en este caso se hace injuria a otro, lo que no ocurre en el
primero (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 60, a. 4 ad 1).
3263 La causa de tantos juicios temerarios es el considerarlos como cosa de poca
importancia; y, no obstante, si se trata de materia grave, muchas veces podemos
cometer pecado mortal (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el juicio temerario).
Caridad y comprensión con las acciones de los demás
3264 Al juzgar al prójimo, debemos tener en cuenta su flaqueza y su capacidad de
arrepentirse (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el juicio temerario).
3265 Si (el mal ajeno) es dudoso, puedes lícitamente tomar pre-cauciones contra
él, por si es cierto; pero no debos condenarle como si ya fuera cierto (SAN
ACUSTIN, Coment. sobre el Salmo 147,16).
3266 Aunque vierais algo malo, no juzguéis al instante a vuestro prójimo, sino
más bien excusadle en vuestro interior. Excusad la intención, si no podéis
excusar la acción. Pensad que lo habrá hecho por ignorancia, o por sorpresa, o
por desgracia. Si la cosa es tan clara que no podéis disimularla, aun entonces
creedlo así, y decid para vuestros adentros: la tentación habrá sido muy fuerte
(SAN BERNARDO, Serm. sobre el Cantar de los Cantares,40).
3267 ¿Quién eres tú para juzgar el acierto del superior?ó¿No ves que él tiene
más elementos de juicio que tú; más experiencia; más rectos, sabios y
desapasionados consejeros; y, sobre todo, más gracia, una gracia especial,
gracia de estado, que es luz y ayuda poderosa de Dios? (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Camino, n. 457).
Citas de la Sagrada Escritura
Conformidad con el derecho. Rige las relaciones del hombre con sus semejantes:
Is 32,1
Am 6,12.
En sentido más general es también santidad: se opone al pecado:
Gn 18,23
2Co 6,14.
Consiste en obrar conforme a la voluntad de Dios:
Ez 18,5. También,
recompensa que proviene de esta conformidad con la voluntad divina:
Dt 6,25
Dt 24,13
Pr 21,21
Lc 1,6
Mt 23,29.
Y cumplimiento de los mandamientos:
Pr 8,20
Si 16,22
Sg 14,7.
Justicia y misericordia:
Ps 51,16
Ps 65,6.
Justicia y temor de Dios:
Lc 2,25
Ac 10,22.
Justicia y justificación:
Rm 5,1
Rm 9,30.
La razón de nuestra justicia, y su fuente, es Cristo:
1Co 1,30
2Co 5,21.
El modo de participar en la justicia de Dios es la fe en Cristo:
Rm 1,17
Rm 3,22
Ph 3,9.
(A Juan el Bautista). Respondióle Jesús: Déjame ahora, pues conviene que así
cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
Mt 3,15.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados.
Mt 5,6.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el
Reino de los Cielos. .
Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Mt 5,20.
Porque vino Juan a vosotros caminando en justicia, y no creísteis en él,
mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él.
Mt 21,32.
(El Señor Dios) juró [. . . ] concedernos que, libres de manos enemigas, podamos
servirle sin temor en santidad y justicia delante de él todos nuestros días.
Lc 1,73
Lc 74-75.
Y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo
referente a la justicia y en lo referente al juicio [. . . ]
Jn 16,8.
En lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia,
porque me voy al Padre, y ya no me veréis [. . . ].
Jn 16,9-10.
Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos
por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Mt 6,1.
Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por
añadidura.
Mt 6,33.
Dar a cada uno lo que es debido
3268 La justicia es el hábito según el cual uno, con constante y perpetua
voluntad, da a cada cual su derecho (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 58, a.
1).
3269 Ser justo significa dar a cada uno lo que le es debido. Esto concierne a
los bienes temporales, de naturaleza material. El mejor ejemplo puede ser aquí
la retribución por el trabajo o el llamado así derecho a los futuros del propio
trabajo y de la propia tierra. No obstante, al hombre se debe, además, el buen
nombre, el respeto, la consideración, la fama que se ha merecido. Cuanto más
conocemos al hombre, tanto más se nos revela su personalidad, su carácter, su
inteligencia y su corazón. Y tanto más nos damos cuentaóy debemos darnos cuenta
de elloóde con qué criterio "medirlo" y qué quiere decir ser justos con él (JUAN
PABLO II, Audiencia general,8-XI- 1978).
3270 No basta para ser justos que alguno quiera observar esta virtud
esporádicamente en algún determinado negocio, porque prácticamente no existe
quien quiera obrar en todos injustamente, sino que es menester que el hombre
tenga la firme voluntad de conservarla siempre y en todas las cosas (SANTO
TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 58, a. I ad 3).
3271 La justicia es principio de la existencia de la Iglesia como pueblo de Dios
y principio de coexistencia de la Iglesia y de las diversas estructuras
sociales, en particular del Estado, como igualmente de las organizaciones
internacionales. En estq terreno amplio y diferenciado, el hombre y la humanidad
buscan continuamente justicia; éste es un proceso permanente y un cometido de la
máxima importancia (JUAN PABLO II, Audiencia general 8-XI-1978).
La justicia y las demás virtudes
3272 La fortaleza sin justicia es palanca del mal (SAN AMBROSIO, Sobre los of
icios de los ministros,1,35).
3273 El hombre no pone su vida en peligro de muerte más que cuando se trata de
la salvación de la justicia. De aquí que la dignidad de la fortaleza sea una
dignidad que depende de la anterior virtud (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q.
123, a. 12 ad 3).
3274 En esta norma (el mayor entre vosotros, hágase como el menor) no se
excluyen los que tienen una posición elevada: no deben dominar éstos a quienes
viven más modestamente [. . . ], ni deben ser ensalzados por sus alabanzas; pero
deben obrar enérgicamente contra los que obran mal, por amor a la justicia (SAN
BEDA, en Catena Aurea, vol. VI, p. 445).
3275 La justicia, después de la prudencia, es más noble que cualquier otra
virtud moral: después, la fortaleza y la templanza (SANTO TOMÁS, Suma
Teológica,1-2, q. 66, a. l c y 4).
3276 Aunque la justicia abraza a la vez todas las virtudes, sin embargo, existen
entre todas dos principales que no se pueden separar de ella: la piedad y la
equidad [. . . ]. La piedad y la equidad son como su fuente; en ellas se funda
toda la justicia. Sin embargo, la primera es su cabeza y origen; la segunda,
toda su fuerza y razón (LACTANCIO, Instituciones divinas, V,15; PL 6,596).
3277 Mirad, amadísimos, y considerad prudentemente qué rai- ces y frutos nacen
de la estirpe de la avaricia, la cual la definió acertadamente el Apóstol como
la raíz de todos los males (ITm 6,10), porque ningún pecado se comete sin deseo
desordenado, y todo apetito ilícito es enfermedad de esta codicia [. . . ]. No
hay ningún vestigio de justicia en aquel corazón donde habita la avaricia [. . .
] (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 60,4).
"La caridad es el alma de la justicia"
3278 La caridad es el alma de la justicia (JUAN PABLO II, Aloc. 6-lX- 1978).
3279. . . Unicamente con la justicia no resolveréis nunca los grandes problemas
de la humanidad. Cuando se hace justicia a secas, no os extrañéis si la gente se
queda herida: pide mucho más la dignidad del hombre, que es hijo de Dios. La
caridad ha de ir dentro y al lado, porque lo dulcifica todo, lo deifica: Dios es
amor (1Jn
4,16) (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos
de Dios,172).
3280 Amar la justicia no es otra cosa sino amar a Dios. Y como este amor de Dios
va siempre unido al amor que se interesa por el bien del prójimo, el hambre de
justicia se ve acompañada de la virtud de la misericordia (SAN LEÓN MAGNO,
Sermón sobre las bienaventuranzas 95).
3281 La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la
otra. La justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia
es ruina, destrucción (SANTo TOMÁS, en Catena Aurea, vol. l, p. 247).
3282 Cristo nos ha dejado el mandamiento del amor al prójimo. En este
mandamiento se encierra todo lo que concierne a la justicia. No puede haber amor
sin justicia. El amor desborda la justicia, pero, al mismo tiempo, encuentra su
verificación en la justicia. Hasta el padre y la madre, cuando aman al propio
hijo, deben ser justos con él. Si vacila la justicia, también el amor corre
peligro (JUAN PABLO II, Audiencia general,8-XI-1978).
3283 La paz es obra de la justicia, indirectamente, en cuanto remueve los
obstáculos que a ella se oponen; pero propia y directamente proviene de la
caridad, que es la virtud que realiza por excelencia la unión de todos los
corazones (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 29, a. 3 ad 3).
3284 La justicia de los fariseos es no matar; la justicia de los que han de
entrar en el reino de los cielos es no enojarse sin causa (SAN AGUSTíN, Sobre el
Sermón de la Montaña,1,9).
Lo primero: justicia con Dios
3285 . . . Primero, justicia con Dios. Esa es la piedra de toque de la verdadera
hambre y sed de justicia (Mt
5,6), que la distingue del griterío
de los envidiosos, de los resentidos, de los egoístas y codiciosos. . . Porque
negar a Nuestro Creador y Redentor el reconocimiento de los abundantes e
inefables bienes que nos concede, encierra la más tremenda e ingrata de las
injusticias (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,167).
3286 Es necesario, pues, que cada uno de nosotros pueda vivir en un contexto de
justicia y, más aún, que cada uno de nosotros sea justo y actúe justamente
respecto a los seres próximos y lejanos, respecto a la comunidad, respecto a la
sociedad de la que es miembro. . . y respecto a Dios (JUAN PABLO II, Audiencia
general,8-XI-1978).
3287 Cuando algo se encuentra de por sí en contradicción con el derecho natural,
no puede ser justificado por la voluntad humana (SANTO TOMÁS, Suma
Teológica,2-2, q. 57, a. 2 ad 2).
3288 Entended bien, pues, si os queda algo de conocimiento, que los crímenes y
la injusticia de los hombres consisten principalmente en el culto que rinden a
los dioses, y que las desgracias que les afligen continuamente tienen su origen
en la ingratitud de haber abandonado al Dios único para seguir supersticiones
extravagantes [. . . ] (LACTANCIO, Instituciones divinas, V,8; PL 6,573).
No se reduce a una simple distribución de bienes materiales
3289. . . ¡Qué pobre idea tienen de la justicia quienes la reducen a una simple
distribución de bienes materiales! (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,169).
3290 La justicia es principio fundamental de la existencia y la coexistencia de
los hombres, como también de las comunidades humanas, de las sociedades y de los
pueblos (JUAN PABLO II, Audiencia General,8-XI-1978).
Manifestaciones de esta virtud
3291 Como el fundamento de una casa y la quilla de una nave, por muy sólidos que
sean, de nada valen ni aprovechan si no se construye también sabiamente lo que
sobre ello estriba; así toda esa penitencia no vale para nada si no se le añade
y acompaña todo lo que pide la justicia. El temor de Dios enseñe a la lengua a
hablar lo que conviene, a no decir cosas vanas, a conocer el momento y, la
medida en el hablar, y saber decir lo necesario y dar la respuesta oportuna; a
no hablar tumultuosamente y a no dejar caer como una granizada, por la
impetuosidad en el hablar, las palabras sobre los que nos salen al paso (SAN
GREGORIO DE NISA, Sobre los pobres, I; PG 46,453).
3292 No debe entenderse que únicamente sean ladrones los que cortan las bolsas o
roban en los baños, sino también los que están constituidos en jefes de los
ejércitos, y aquellos a quienes se confia el gobierno de las ciudades y de los
pueblos, cuando toman furtivamente alguna cosa o la exigen injustamente y por la
fuerza (SAN BASILIO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 310).
3293 La virtud cristiana es más ambiciosa: nos empuja a mostramos agradecidos,
afables, generosos; a comportarnos como amigos leales y honrados, tanto en los
tiempos buenos como en la adversidad; a ser cumplidores de las leyes y
respetuosos con las autoridades legitimas; a rectificar con alegría, cuando
advertimos que nos hemos equivocado al afrontar una cuestión. Sobre todo, si
somos justos, nos atendremos a nuestros compromisos profesionales, familiares,
sociales. . . , sin aspavientos ni pregones, trabajando con empeño y ejercitando
nuestros derechos, que son también deberes (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,169).
3294 No es ciencia teórica. Es virtud, es capacidad del espiritu humano, de la
voluntad humana y también del corazón. Es necesario, además, orar para ser
justos y saber ser justos (JUAN PABLO II, Audiencia general,8-XI-1978).
"Hambre y sed de justicia"
3295 Todo hombre vive y muere con una cierta sensación de insaciabilidad de
justicia, porque el mundo no está en condiciones de satisfacer hasta el fondo a
un ser creado a imagen de Dios, ni en la profundidad de su persona ni en los
diversos aspectos de su vida humana. Y así, mediante este hambre de justicia, el
hombre se abre a Dios, que "es la justicia misma". Jesús, en el discurso de la
montaña, lo expresó de forma muy clara y concisa cuando dijo: Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (Mt
5,6) (JUAN PABLO II, Audiencia
general,8-XI-1978).