Antología de Textos
para la oración y la meditación
Autor: Francisco Fdez-Carvajal
Ediciones Palabra
Citas de la Sagrada Escritura
Quiero, pues, que los jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa y no den
al enemigo ningún pretexto de maledicencia, porque algunos ya se han extraviado.
1Tm 5,14.
Por lo demás, ame cada uno a su mujer, y ámela como a si mismo, y la mujer
reverencie al marido.
Ep 5,3.
Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y
se entregó por ella.
Ep 5,25.
Los maridos deben amar a sus muJereS como a su propio cuerpo. El que ama a su
mujer, a si mismo se ama.
Ep 5,28.
Hijos, vosotros obedeced a vuestros padres con la mira puesta en el Señor,
porque es ésta una cosa justa. Honra a tu padre, y a tu madre, que es el primer
mandamiento que va acompañado con recompensa, para que te vaya bien y tengas
larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no irritéis a vuestros hijos;
mas educadlos, corrigiéndolos e instruyéndolos según la doctrina del Señor.
Ep 6,1-4.
Siervos, obedeced a vuestros señores temporales con temor, y respeto, con
sencillo corazón, como a Cristo; no sirviéndolos solamente cuando tienen puesto
el ojo sobre vosotros, como si no pensáseis más que en complacer a los hombres,
sino como siervos de Cristo, que hacen de corazón la voluntad de Dios, y
servidlos con amor, haciéndoos cargo que servís al Señor, y no a hombres;
estando ciertos de que cada uno de todo el bien que hiciere recibirá del Señor
la paga, ya sea esclavo, ya sea libre.
Ep 6,5-8.
¿Qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido, y tú, marido, si salvarás a tu
mujer?
1Co 7,16.
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a la mujer, y serán
los dos una sola carne.
Mt 19,5.
Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera, y el que se casa
con la repudiada por el marido, comete adulterio.
Lc 16,18.
Por lo tanto, la mujer casada está ligada al marido mientras éste vive, pero
muerto el marido, queda desligada de la ley del marido. Por consiguiente,
viviendo el marido será tenida por adúltera si se uniera a otro marido; pero si
el marido muere, queda libre de la ley, y no será adúltera si se une a otro
marido.
Rm 1,2.
Se han levantado hombres codiciosos, altaneros, soberbios, blasfemos,
desobedientes a sus padres [. . . ]. Apártate de los tales.
2Tm 3,2-5.
Llamóle (Tobías) y le dijo: "Si muero, hijo mio, me darás sepultura y te
guardarás de menospreciar a tu madre, hónrala siempre todos los dias de tu vida,
obra según su beneplácito y no le causes tristezas".
Tb 4,3.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato al Señor.
Col 3,20.
De todo corazón honra a tu padre y no te olvides de los dolores de tu madre.
Si 7,20.
Honra a tu padre y a tu madre como Yahvé, tu Dios, te lo ha mandado, para que
sirvas largos años y seas feliz en la tierra [. . . ].
Dt 5,16.
El que honra a su padre, se regocijará en sus hijos y será escuchado en el día
de su oración.
Si 3,6.
Como el que atesora es el que honra a su madre.
Si 3,15.
Si alguno no mira por los suyos, sobre todo por los de su casa, ha negado la fe
y es peor que un infiel.
1Tm 5,8.
Como un blasfemo es quien abandona a su padre, y será maldito del Señor quien
irrita a su madre.
Si 3,18.
Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino criadlos en la
disciplina y en la enseñanza del Señor.
Ep 6,4.
Halaga a tu hijo, y te hará temblar [. . . ].
Si 30,9.
Amos, tratad a vuestros inferiores según lo dicta la justicia y la equidad;
sabiendo que también vosotros tenéis amo en el cielo.
Col 4,1.
Estad sumisos a los amos con todo respeto, no sólo a los buenos y apacibles,
sino también a los discolos.
1P 2,18.
Vosotros, amos, haced otro tanto con ellos (los inferiores, a quienes deben
amar), excusándolos, considerando que unos y otros tenéis un mismo Señor allá en
los cielos, y que no hay en él acepción de personas.
Ep 6,9.
No son los hijos quienes deben atesorar para los padres, sino los padres para
los hijos.
2Co 12,14.
Educa a tu hijo y aplícale al trabajo, no vengas a tropezar por sus torpezas.
Si 30,13.
La vara y el castigo dan sabiduria, el muchacho consentido es la vergüenza de la
madre.
Pr 29,15.
Caballo no domado se hace indócil, y el hijo abandonado se torna díscolo.
Si 30,8.
Con tres cosas me adorno y me presento, hermanos, ante el Señor y ante los
hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre los prójimos, y la
armonia entre mujer y marido.
Si 25,1.
La familia, nucleo natural y primario de la sociedad
2188 La familia es insustituible y, como tal, ha de ser defendida con todo
vigor. Es necesario hacer lo imposible para que la familia no sea suplantada. Lo
requiere, no sólo el bien "privado" de cada persona, sino también el bien común
de toda sociedad, nación y estado. La familia ocupa el centro mismo del bien
común en sus varias dimensiones, precisamente porque en ella es concebido y nace
el hombre. Es necesario hacer todo lo posible para que, desde su momento
inicial, desde su concepción, este ser humano sea querido, esperado, vivido como
valor particular único e irrepetible (JUAN PABLO II, Aloc. 3-I-1979).
2189 La familia, fundada sobre el matrimonio contraído libremente, uno e
indisoluble, es y ha de ser considerada como el núcleo primario y natural de la
sociedad (JUAN XXIII, Enc. Pacem in terris,11-IV-1963).
Familias numerosas, familias cristianas
2190 El matrimonio debe incluir una apertura hacia el don de los hijos. La señal
característica de la pareja cristiana es su generosa apertura a aceptar de Dios
los hijos como regalo de su amor. Respetad el ciclo de la vida establecido por
Dios, porque este respeto forma parte de nuestro respeto a Dios mismo (JUAN
PABLO II, Hom. Limerick,1-X-1979).
2191 Los esposos deben edificar su convivencia sobre un cariño sincero y limpio,
y sobre la alegría de haber traído al mundo los hijos que Dios les haya dado la
posibilidad de tener, sabiendo, si hace falta, renunciar a comodidades
personales y poniendo fe en la providencia divina: formar una familia numerosa,
si tal fuera la voluntad de Dios, es una garantía de felicidad y de eficacia,
aunque afirmen otra cosa los fautores equivocados de un triste hedonismo (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,25).
2192 Sólo la luz divina y eterna del cristianismo ilumina y vivifi- ca la
familia, de tal modo que, ya en el origen, ya en el desarrollo, la familia
numerosa es a menudo tomada como sinónimo de familia cristiana (Pio Xll, Aloc.
20-1-1958).
2193 EI valor del testimonio de los padres de familias numero- sus no sólo
consiste en rechazar sin ambages y con la fuerza de los hechos todo compromiso
intencional entre la ley de Dios y el egoísmo humano, sino en la prontitud para
aceptar con alegría y reconocimiento los inestimables dones de Dios que son los
hijos, y en el número que Le agrade (Pio Xll, Aloc. 20-1-1958).
Los padres, primeros educadores. Responsabilidad
2194 El primer ambiente natural y necesario de la educación es la familia,
destinada precisamente para esto por el Creador. De modo que, regularmente, la
educación más eficaz y duradera es la que se recibe en la familia cristiana bien
ordenada y disciplinada, tanto más eficaz cuanto resplandezca en ella más claro
y constante el buen ejemplo de los padres, sobre todo, y de los demás miembros
de la familia (Pio Xl, Divini illius Magistri,31-X11-1929).
2195 Tratándose de un deber fundado sobre la vocación pri- mordial de los
cónyuges a cooperar con la obra creadora de Dios, le compete el correspondiente
derecho de educar a los propios hijos. Dado su origen, es un deber-derecho
primario en comparación con la incumbencia educativa de otros; insustituible e
inalienable, esto es, que no puede delegarse totalmente en otros ni otros pueden
usurparlo. (JUAN PABLO,11, Hom. a las familias cristianas. Madrid 2-XI- 1982) .
2196 A vuestros pequeños no los dejéis de la mano; contribuid a la salvación de
vuestro hogar con todo esmero. Si esto hacéis dais a crédito; no seréis siervos
perezosos ni tendréis por qué temer la horrible sanción que a él se le impuso
(SAN AGUSTIN, Sermón 94).
2197¿Podremos hallar un ejemplo mejor para dar a entender a los cabezas de
familia que no pueden trabajar eficazmente en la salvación propia sin trabajar
también en la de sus hijos? En vano los padres y madres emplearán sus dias en la
penitencia, en llorar sus pecados, en repartir sus bienes a los pobres; si
tienen la desgracia de descuidar la salvación de sus hijos, todo está perdido
(SANTO CURA DE ARS, Deberes de los padres hacia sus hijos).
2198 Es necesario que los padres encuentren tiempo para estar con sus hijos y
hablar con ellos. Los hijos son lo más importante: más importante que los
negocios, que el trabajo, que el descanso. En esas conversaciones conviene
escucharles con atención, esforzarse por comprenderlos, saber reconocer la parte
de verdadóo la verdad enteraóque pueda haber en algunas de sus rebeldías (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,27).
2199 Los padres, por haber dado la vida a sus hijos, tienen la muy grave
obligación de educarlos; y, por tanto, ellos han de ser reconocidos como sus
primeros y principales educadores (CONC. VAT. II, Decl. Gravissimum educationis,3).
2200 No dice el gorrión: "Daré de comer a mis hijos para que ellos me alimenten
cuando me haga viejo". Nada de esto; ama gratuitamente, alimenta sin pedir paga
(SAN AGUSTIN, Sermón 90).
2201 (El ejercicio de la autoridad no es más que) un oficio de amor (SAN AGusTiN,
Trat. Evang. S. Juan,123,5).
2202 Es, pues, deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el
amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación
integra personal y social de sus hijos (CONC. VAT. II, Decl. Gravissimum
educationis,3).
2203 Muéstrale a tu mujer que aprecias mucho vivir con ella y que por ella
prefieres quedarte en casa que andar por la calle. Prefiérela a todos los amigos
e incluso a los hijos que te ha dado; ama a éstos por razón de ella [. . . ].
Haced en común vuestras oraciones. Que cada uno de vosotros vaya a la iglesia y
que en casa el marido pida cuenta a su mujer, y la mujer a su marido, de lo que
allí se ha dicho o leído [. . . ]. Aprended el temor de Dios; todo lo de más
fluirá como de una fuente y vuestra casa se llenará de innumerables bienes (SAN
JUAN CRISOSTOMO Hom. 20, sobre la Carta a los Efesios).
2204 La fe y la esperanza se han de manifestar en el sosiego con que se enfocan
los problemas, pequeños o grandes, que en todos los hogares ocurren, en la
ilusión con que se persevera en el cumplimiento del propio deber. La caridad lo
llenará así todo, y llevará a compartir las alegrías y los posibles sinsabores;
a saber sonreír, olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los
demás; a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad se
les quiere y comprende; a pasar por alto menudos roces sin importancia que el
egoísmo podría convertir en montañas; a poner un gran amor en los pequeños
servicios de que está compuesta la convivencia diaria (J. ESC RIV¡ DE BALAGUER,
Es Cristo que pasa,23).
La familia, "iglesia doméstica"
2205 El hogar cristiano debe ser la primera escuela de la fe, donde la gracia
bautismal se abre al conocimiento y amor de Dios, de Jesucristo, de la Virgen, y
donde progresivamente se va ahondando en la vivencia de las verdades cristianas,
hechas norma de conducta para padres e hijos. La catequesis familiar, en todas
las edades y con diversas pedagogias, es importantísima. Ha de hacerse operante
con la iniciación cristiana desde antes de la primera comunión y deberá tener un
especial desarrollo mediante una recepción consciente y responsable de los otros
sacramentos. Asi la familia será de veras una iglesia doméstica (JUAN PABLO 11,
Aloc. a los obispos de Argentina,28-X-1979).
2206 La santidad de la familia cristiana es un medio muy apto para producir
aquella renovación constante de la Iglesia tan ardientemente deseada por el
Concilio. Por la oración familiar, la "ecclesia domestica" se convierte en una
realidad dinámica que lleva a la transformación del mundo. Todos los esfuerzos
de los padres para inculcar a sus hijos el amor de Dios y alentarlos con su
ejemplo de fe constituyen un apostolado muy propio de nuestro siglo XX (JUAN
PABLO 1, Aloc. 21-lX-1978).
2207 En esta especie de Iglesia doméstica los padres deben ser para sus hijos
los primeros predicadores de la fe, mediante la palabra y el ejemplo, y deben
fomentar la vocación propia de cada uno, pero con un cuidado especial la
vocación sagrada (CONC. VAT II, Const. Lumen gentium, n. ll).
Santificar la familia
2208 Los casados están llamados a santificar su matrimonio y a santificarse en
esa unión; cometerían por eso un grave error, si edificaran su conducta
espiritual a espaldas y al margen de su hogar. La vida familiar, las relaciones
conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el esfuerzo por sacar
económicamente adelante a la familia y por asegurarla y mejorarla, el trato con
las otras personas que constituyen la comunidad social, todo eso son situaciones
humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,23).
2209 Navidad es la gran fiesta de las familias. Jesús, al venir a la tierra para
salvar a la sociedad humana y para de nuevo conducirla a sus altos destinos, se
hizo presente con Maria su Madre, con José, su padre putativo, que está allí
como la sombra del Padre eterno. La gran restauración del mundo entero comenzó
allí, en Belén; la familia no podrá lograr más influencia que volviendo a los
nuevos tiempos de Belén (JUAN XXIII, A loc. 25-XII-1959).
2210 La verdadera devoción hace que sea mucho más apacible el cuidado de la
familia, que el amor mutuo entre marido y mujer sea más sincero, que la sumisión
debida a los gobernantes sea más leal, y que todas las ocupaciones, de cualquier
clase que sean, resulten más llevaderas y hechas con más perfección (SAN
FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,1,3).
2211 No olvidéis que entre los esposos, en ocasiones, no es posible evitar las
peleas. No riñáis delante de los hijos jamás: los haréis sufrir y se pondrán de
una parte, contribuyendo quizá a aumentar inconscientemente vuestra desunión.
Pero reñir, siempre que no sea muy frecuente, es también una manifestación de
amor, casi una necesidad. La ocasión, no el motivo, suele ser el cansancio del
marido, agotado por el trabajo de su profesión; la fatigaóojalá no sea el
aburrimientoóde la esposa, que ha debido luchar con los niños, con el servicio o
con su mismo carácter, a veces poco recio; aunque sois las mujeres más recias
que los hombres, si os lo proponéis (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que
pasa,26).
Los padres, cooperadores directos de Dios. Ejemplaridad
2212 Y habiendo vuelto a casa (la mujer cananea), halló a la niña descansando en
la cama y libre ya del demonio. Por las palabras de la madre, llenas de humildad
y de fe, dejó el demonio a la hija; donde se nos muestra, a modo de ejemplo, la
necesidad de catequizar y bautizar a los niños, porque por la confesión de la fe
de los padres se libran sin duda del diablo en el bautismo de los párvulos, los
cuales no pueden saber ni hacer por si nada de bueno ni nada de malo (SAN BEDA,
en Catena Aurea, vol. IV, p. 180).
2213 La familia es el lugar privilegiado y el santuario donde se desarrolla toda
la aventura grande e intima de cada persona humana irrepetible. Incumben a la
familia, por tanto, deberes fundamentales, cuyo cumplimiento no puede dejar de
enriquecer abundantemente a los responsables principales de la misma familia,
haciendo de ellos los cooperadores más directos de Dios en la formación de
nuevos hombres (JUAN PABLO 11, Aloc. 3-1-1979).
2214 Cosa es de gran lástima, que está el mundo ya con tanta desventura y
ceguedad, que les parece a los padres que está su honra en que no se acaba la
memoria de este estiércol de los bienes de este mundo, y no la de que tarde o
temprano se ha de acabar; y todo lo que tiene fin, aunque dure, se acaba, y hay
que hacer poco caso de ello, y que a costa de los pobres hijos quieran sustentar
sus vanidades, y quitar a Dios con mucho atrevimiento las almas que quiere para
si, y a ellas un tan gran bien [. . . ]. Abridles, Dios mio, los ojos; dadles a
entender qué es el amor que están obligados a tener a sus hijos, para que no les
hagan tanto mal, y no se quejen delante de Dios en aquel juicio final de ellos,
adonde, aunque no quieran, entenderán el valor de cada cosa (SANTA TERESA,
Fundaciones, lO,9).
2215 Abrid la Escritura, y allí veréis que, cuando los padres fueron santos,
también lo fueron los hijos. Cuando el Señor alaba a los padres o madres que se
distinguieron por su fe y piedad, jamás se olvida de hacernos saber que los
hijos y los servidores siguieron también sus huellas (SANTO CURA DE ARS, Deberes
de los padres hacia sus hijos).
2216 Los que prefieren las riquezas a la virtud, la hermosura material a la fe,
y desean en la mujer propia lo que suelen buscar en la pública, no engendran
hijos obedientes a ellos ni a Dios, sino rebeldes contra Dios y contra sus
padres, de tal suerte que los hijos de éstos se hacen merecedores de la pena de
irreligiosidad de los padres (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo).
El matrimonio, "sacramentum magnum" y una verdadera vocación sobrenatural
2217 Creed en vuestra vocación, en esa hermosa vocación al matrimonio y a la
paternidad que Dios os ha dado. -Creed que Dios está con vosotros, porque toda
paternidad en los cielos y en la tierra recibe su nombre de El. No penséis que
hay algo que podáis hacer en vuestra vida que sea más importante que ser un
padre y una madre verdaderamente cristianos. El futuro de la Iglesia, el futuro
de la humanidad depende en gran parte de los padres y de la vida familiar que
construyen en sus hogares. La familia es la verdadera medida de la grandeza de
una nación, del mismo modo que la dignidad del hombre es la auténtica medida de
la civilización (JUAN PABLO II, Hom. Limerick, l-X-1979).
2218 En el tiempo de Navidad, la Iglesia pone ante los ojos de nuestra alma la
maternidad de Maria, y lo hace el primer día del año nuevo. Lo hace para poner
también de relieve la dignidad de toda madre, para definir y recordar el
significado de la maternidad, no sólo en la vida de cada hombre, sino también en
toda la cultura humana. La maternidad es la vocación de la mujer (JUAN PABLO II,
Aloc. 10-1-1979).
2219 El Matrimonio es un sacramento que hace de dos cuerpos una sola carne; como
dice con expresión fuerte la teología, son los cuerpos mismos de los
contrayentes su materia. El Señor santifica y bendice el amor del marido hacia
la mujer y el de la mujer hacia el marido: ha dispuesto no sólo la fusión de sus
almas, sino la de sus cuerpos. Ningún cristiano, esté o no llamado a la vida
matrimonial, puede desestimarla (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,24).
2220 El siglo pasado vivía en Francia Federico Ozanam, gran profesor; enseñaba
en la Sorbona, elocuente, insigne. Era su amigo Lacordaire, sacerdote, quien
decia: "¡Este es tan capaz y tan bueno! ¡Se hará cura, llegará a ser un gran
obispo!". ¡No! Encontró a una excelente señorita, se casaron. Lacordaire quedó
mal y dijo: "¡Pobre Ozanam! Ha caido también él en la trampa". Sin embargo, dos
años más tarde, Lacordaire vino a Roma y fue recibido por Pio IX. "Venga,
Padreódiceó, venga. Yo siempre he oído decir que Jesús instituyó siete
sacramentos. Ahora viene usted y me cambia las cartas sobre la mesa: me dice que
ha instituido seis sacramentos ¡y una trampa! No, Padre, el matrimonio no es una
trampa; ¡es un gran sacramento!" (JUAN PABLO 1, Aloc. 13-lX-1978).
"No cogar las fuentes de la vida"
2221 En los hogares donde hay siempre una cuna que llora, florecen
espontáneamente las virtudes, a la par que se destierra el vicio, casi barrido
por la niñez que allí se renueva como aura nueva y salutífera de primavera (Pio
XII, Aloc. 20-1- 1958).
2222 El matrimonio está instituido por Dios para el bien de la prole, no sólo
para engendrarlaóesto es posible hacerlo fuera del matrimonioó, sino también
para conducirla al estado perfecto; y esto porque cualquier cosa trata
natura/mente de llevar su efecto a la perfección (SANTO TOMÁS, Coment. al libro
IV de las Sentencias, d. 39, q. l, ad 2).
2223 Cegar las fuentes de la vida es un crimen contra los dones que Dios ha
concedido a la humanidad, y una manifestación de que es el egoísmo y no el amor
lo que inspira la conducta. Entonces todo se enturbia, porque los cónyuges
llegan a contemplarse como cómplices, y se producen disensiones que, continuando
en esa linea, son casi siempre insanables (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que
pasa,25).
2224 (Está) el matrimonio ordenado en el plan de la Providencia a la procreación
de los hijos (SAN AMBROSIO, Trat. sobre las vírgenes, I,34).
Castidad conyugal
2225 No hay amor humano neto, franco y alegre en el matrimonio si no se vive esa
virtud de la castidad, que respeta el misterio de la sexualidad y lo ordena a la
fecundidad y a la entrega (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,25).
2226 No puede haber auténtica libertad si no se respeta la verdad referente a la
naturaleza de la sexualidad humana y del matrimonio. En la sociedad actual,
observamos cantidad de tendencias perturbadoras y un gran laxismo por lo que
respecta a la visión cristiana de la sexualidad; y todo ello con algo en común:
recurrir al concepto de libertad para justificar todo tipo de conducta que ya no
está en consonancia con el verdadero orden moral y con la enseñanza de la
Iglesia. Las normas morales no luchan contra la libertad de la persona o de la
pareja; por el contrario, existen precisamente de cara a esa libertad, toda vez
que se dan para asegurar el recto uso de la libertad. Quienquiera que rehúse
aceptar estas normas y actuar en consonancia con ellas, quienquiera (hombre o
mujer) que trate de liberarse de estas normas, no es verdaderamente libre.
Libre, en realidad, es la persona que modela su conducta responsablemente
conforme a las exigencias del bien objetivo (JUAN PABLO II, Hom.
Filadelfia,8-X-1979).
El amor en el matrimonio
2227 Hago ahora mías las palabras del Apóstol: "No hagáis nada por espiritu de
rivalidad o por vanagloria, sino que ca\ da uno de vosotros, con toda humildad,
considere a los demás superiores a si mismo. Que no busque cada uno sola mente
su interés, sino también el de los demás" (Fil 2,3-4).
Si, el marido no busque únicamente sus intereses, sino también los de su mujer,
y ésta los de su marido; los padres busquen los intereses de sus hijos y éstos a
su vez busquen los intereses de sus padres. La familia es la única comunidad en
la que todo hombre "es amado por si mismo", por lo que es y no por lo que tiene.
La norma fundamental de la comunidad conyugal no es la de la propia utilidad y
del propio placer. El otro no es querido por la utilidad o placer que puede
procurar: es querido en simismo y par sí mismo. La norma fundamental es, pues,
la norma personalistica; toda persona (la persona del marido, de la mujer, de
los hijos, de los padres) es afirmada en su dignidad en cuanto tal, es querida
por si misma (JUANPABLO II, Hom. a las familias cristianas. Madrid,2-XI-1982).
2228 Tendría un pobre concepto del matrimonio y del cariño humano quien pensara
que, al tropezar con esas dificultades, el amor y el contento se acaban.
Precisamente entonces, cuando los sentimientos que animaban a aquellas criaturas
revelan su verdadera naturaleza, la donación y la ternura se arraigan y se
manifiestan como un afecto auténtico y hondo, más poderoso que la muerte (Ct
8,6) (J. ESC RIV¡ DE BALAGUER, Es
Cristo que pasa,24).
2229 Por eso el Apóstol los anuncia (a los hijos, fruto del matrimonio) de
antemano a los que tratan de casarse, para que no les coja desprevenidos cuando
se les vengan encima, ni hagan como las mujeres débiles, que en sintiendo la
pesadumbre de ellos, reniegan del matrimonio doliéndose de haberlo contraído y
de no poder romperlo; o como no pocos hombres, que pareciéndose a ellas, sacuden
las cargas conyugales, negando el amor a sus esposas que se las trajeron. Oigan,
pues, al Apóstol, que se les adelanta con estas palabras: "Pues te casaste
vinculando tu vida a la de tu esposa, no pretendas desligarte de ella".
Y con mucha razón dice vinculando, porque los esposos quedan unidos con el
vinculo estrecho del amor, que es como enlazarse recíprocamente con cuerdas
anudadas, que ninguno de los dos puede romper (SAN AMBROSIO, Trat. sobre la
virginidad,37).
2230 Recomienda a mis hermanas que amen al Señor y que contenten a sus maridos
en la carne y en el espíritu. Igualmente, manda a mis hermanos en nombre de
Jesucristo que amen a sus esposas como Cristo a la Iglesia (SAN IGNACIO DE
ANTIOQU IA, Epístola a S. Policarpo).
Bienes del matrimonio y gracia sacramental
2231 Los bienes del matrimonio son tres: el primero lo constituyen los hijos,
que han de ser aceptados y educados para el servicio de Dios; el segundo es la
fe o lealtad que cada uno de los cónyuges debe guardar al otro; el tercer bien
es el sacramento, esto es, la indisolubilidad del matrimonio, por ser signo de
la unión indisoluble de Cristo con la Iglesia (SANTO TOMÁS, Sobre los
Sacramentos,1. c. , p. 339).
2232 Ante todo, tened en alta estima la maravillosa dignidad y gracia del
sacramento del matrimonio. Preparaos encarecidamente a él. Crced en el poder
espiritual que aporta este sacramento de Jesucristo en orden a fortalecer la
unión matrimonial y a vencer todas las crisis y problemas de la vida en común.
Las personas casadas deben creer en el poder de este sacramento para
santificarlas; deben creer en su vocación de testigos, mediante su matrimonio,
del poder del amor de Cristo. El verdadero amor y la gracia de Dios nunca pueden
permitir que el matrimonio se convierta en una relación centrada en sí misma de
dos individuos que viven el uno junto al otro buscando su propio interés (JUAN
PABLO II, Hom. Limerick, l-X-1979).
Matrimonio, y la virginidad "por amor del reino de los cielos"
2233 La virginidad y el celibato por el Reino de Dios no sólo no contradicen la
dignidad del matrimonio, sino que la presuponen y la confirman. El matrimonio y
la virginidad son dos modos de expresar y de vivir el único Misterio de la
Alianza de Dios con su pueblo. Cuando no se estima el matrimonio, no puede
existir tampoco la virginidad consagrada; cuando la sexualidad humana no se
considera un gran valor donado por el Creador, pierde significado la renuncia
por el Reino de Dios (JUAN PABLO II, Exhort. apost. Familiaris consortio,
FC 16).
2234 Su condenación (del matrimonio) llevaria aparejada la de nuestro
nacimiento, que no podría ser cosa buena, siendo malo el origen. Por eso no van
contra él mis alabanzas a la santa virginidad, ni pretendo con ellas alejar del
Matrimonio a los hombres, sino mostrarles un don precioso, que por ser
desconocido de muchas almas tiene pocos devotos en el mundo, al revés del
matrimonio, que nadie ignora, buscan muchos y a todos es licito (SAN AMBROSIO,
Trat. sobre las vfrge jes,1,6).
2235 Los esposos cristianos tienen, pues, el derecho de esperar de las personas
vírgenes el buen ejemplo y el testimonio de la fidelidad a su vocación hasta la
muerte. Asi como para los esposos la fidelidad se hace a veces difícil y exige
sacrificio, mortificación y renuncia de si, así también puede ocurrir a las
personas vírgenes. La fidelidad de éstas, incluso ante eventuales pruebas, debe
edificar la fidelidad de aquellos (JUAN PABLO II, Exhort. apost. Familiaris
consortio,
FC 16).
Los padres y la vocación de los hijos
2236 Debemos también animar a los padres en su papel de educadores de sus hijos.
Son ellos sus primeros y sus mejores catequistas. Qué tarea tan grande y qué
responsabilidad la de los padres: enseñar a sus hijos el amor de Dios como algo
que es verdaderamente real para ellos. Y, por la gracia de Dios, qué fácilmente
pueden algunas familias desempeñar el papel de ser un "primum seminarium" (CONC.
VAT. II, Decr. Optatamátotius,2): el germen de la vocación al sacerdocio se
nutre con la oración familiar, el ejemplo de fe y el sostenimiento de amor (JUAN
PABLO 1, Aloe. 21-lX1978).
2237 Cuando en el seno del hogar te presente el demonio la batalla mostrándote a
los padres suplicantes, con lágrimas en los ojos anunciadoras del dolor que tu
partida deja en sus corazones, no te rindas, sino, puesta la mirada en Dios,
resiste valerosamente, porque si alcanzas victoria en el ataque del amor paterno
no habrá ya amor del mundo capaz de volverte atrás (SAN AMBROSIO, Trat. sobre
las vírgenes,1,63)
2238 Dijo esto (deja a los muertos que entierren a sus muertos), no mandando
despreciar el honor que se debe a los padres, sino mostrando que ninguna cosa es
tan necesaria para nosotros como ocuparnos de los negocios del cielo. Con este
fin nos debemos entregar con todo nuestro ardor, y no tardar ni un momento por
inevitables e importantes que sean las cosas que quieren detenernos (SAN JUAN
CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,7).
"Honra a tu padre y a tu madre". El premio del Cuarto Mandamiento
2239 En el rostro de toda madre se puede captar un reflejo de la dulzura, de la
intuición, de la generosidad de Maria. Honrando a vuestra madre, honraréis
también a la que, siendo Madre de Cristo, es igualmente Madre de cada uno de
nosotros (JUAN PABLO II, Aloc. 10-I-1979).
2240 Honra a tu padre y a tu madre. Este honor se les hace no sólo por el
respeto, sino también por la asistencia. Porque es un honor reconocer sus
beneficios. Alimenta a tu padre, alimenta a tu madre; que aunque así lo hagas
ano no habrás pagado los trabajos y los dolores que tu madre ha padecido por ti.
Le debes lo que tienes a tu padre, y a tu madre lo que eres (SAN AMBROSIO en
Catena Aurea, vol. VI, p. 310).
2241 Para que tengas larga vida en la tierra. Quien honra a su padre vivirá
largos dfus (Si
3,7). Conviene advertir que una vida
larga es la que se ha llenado; no se mide por su duración sino por sus
realizaciones, según el Filósofo. Y se la llena viviendo virtuosamente. Por ello
el virtuoso y el santo es mucho lo que viven, aunque muera joven su cuerpo
(SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. ,252).
Después de Dios, los padres
2242 El hombre se hace deudor de los demás según la excelencia y según los
beneficios que de ellos ha recibido. Por ambos titulos, Dios ocupa el primer
lugar, por ser sumamente excelente y ser principio primero de nuestro existir y
de nuestro gobierno. Pero después de Dios, los padres [. . . ], pues de ellos
hemos nacido y nos hemos criado. Por lo tanto, después de Dios, a los padres [.
. . ] es a quienes más debemos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 101, a. 1).
2243 Honra a tu padre, pero si no te separa del verdadero Padre (SAN JERONIMO,
Epístola 54,3).
2244 Amad a los padres, mas poned a Dios por delante de los padres (SAN AGUSTIN,
Sermón 100).
Otra paternidad y filiación además de la natural
2245 Honra a tu padre y a tu madre. No es la generación natural el único motivo
por el que se puede llamar padre a una persona; existen otras razones diversas
según las cuales algunos son llamados así, y a cada una de estas especies de
paternidad se debe su correspondiente respeto (SANTO ToM¡S, Sobre los
mandamientos,1. c. , p. 254).
La educación cristiana de los hijos y la escuela
2246 De ahí se sigue que las escuelas que llaman neutras o laicas socavan y
trastornan todo fundamento de educación cristiana, como quiera que en ellas se
excluye de todo punto la religión; escuelas, por lo demás, que sólo en
apariencia son neutras, pues de hecho o son o se convierten en enemigas
declaradas de la religión (Pkí Xl, Enc. Divini illias Magistri,31-X11-1929).
2247 No hay lugar a dudas de que, en el ámbito de la educación, a la autoridad
pública le competen derechos y deberes, en cuanto debe servir al bien común.
Ella, sin embargo, no puede sustituirse a los padres, ya que su cometido es el
de ayudarles, para que puedan cumplir su deber-derecho de educar a los propios
hijos de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas. (JUAN PABLO 11, Hom.
en la Misa para las familias cristianas, Madrid 2-XI-1982).
2248 Tratarán con todas sus fuerzas de rechazar todo atentado en este
particular, y de conseguir a toda costa que en su mano quede educar
cristianamente, como conviene, a sus hijos, y apartarlos cuanto más lejos puedan
de las escuelas donde corren peligro de que se les inculque el veneno de la
impiedad (LEÓN X111, Enc. Sapientiae christianae).
2249 La autoridad pública tiene en este campo un papel subsidiario y no abdica
sus derechos cuando se considera al servicio de los padres; al contrario, ésta
es precisamente su grandeza: defender y promover el libre ejercicio de los
derechos educativos. Por esto vuestra Constitución establece que "los poderes
públicos garantizan el derecho de los padres a que sus hijos reciban la
formación religiosa y moral que está en conformidad con sus propias
convicciones" (cfr. Art. 27,3).
Concretamente, el derecho de los padres a la educación religiosa de sus hijos
debe ser particularmente garantizado. En efecto, por una parte la educación
religiosa es el cumplimiento y el fundamento de toda educación que tiene por
objetoócomo dice también vuestra Constituciónó"el pleno desarrollo de la
personalidad humana" (Si
2). Por otra parte, el derecho a la
libertad religiosa quedaría desvirtuado en gran medida, si los padres no
tuviesen la garantía de que sus hijos, sea cual fuere la escuela que frecuentan,
incluso la escuela publica, reciben la enseñanza y la educación religiosa (JUAN
PABLO II, Hom. en la Misa para las familias cristianas, Madrid 2-XI-1982).
2250 Hasta las bestias están más apreciadas que los hijos, y más nos cuidamos de
nuestros asnos y caballos que de nuestros hijos. El que tiene una mula se
preocupa de buscar un buen arriero que no sea un tonto, ni ladrón, ni borracho,
sino que conozca bien su oficio. En cambio, cuando se trata de poner un maestro
para el alma del niño, echamos mano del primero que se nos presenta. Y sin
embargo, no hay arte superior a éste. Porque, ¿qué hay comparable a formar un
alma y a plasmar la inteligencia y el espíritu de un joven? (SAN JUAN
CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,7).
El trabajo doméstico
2251 El trabajo doméstico [. . . ], es una parte esencial en el buen
ordenamiento de la sociedad y tiene una enorme influencia sobre la colectividad;
exige una dedicación continua y total y, por consiguiente, constituye una
ascética cotidiana que requiere paciencia, dominio de si mismo, longanimidad,
creatividad, espiritu de adaptación, valentía ante los imprevistos. Y colabora
también en la producción de rentas y riquezas, bienestar y valor económico (JUAN
PABLO 11, Aloc. 29-IV-1979).
2252 [. . . ] dignificar el oficio de las empleadas del hogar, de modo que
puedan realizar su trabajo con sentido cientifico. Digo con sentido científico,
porque es preciso que el trabajo en el hogar se desarrolle como una verdadera
profesión [. . . ]. ES necesarioóademás de esas garantías jurídicasóque la
persona que preste ese servicio esté capacitada, profesionalmente preparada. He
dicho servicioóaunque la palabra hoy no gustaóporque toda tarea social bien
hecha es eso, un estupendo servicio: tanto la tarea de la empleada del hogar
como la del profesor o la del juez. Sólo no es servicio el trabajo de quien lo
condiciona todo a su propio bienestar. ¡ES una cosa de primera importancia el
trabajo en el hogar! Por lo demás, todos los trabajos pueden tener la misma
calidad sobrenatural: no hay tareas grandes o pequeñas; todas son grandes, si se
hacen por amor. Las que se tienen como tareas grandes se empequeñecen, cuando se
pierde el sentido cristiano de la vida (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Conversaciones
con Mons. Escrivá de Balaguer, n. 109).
2253 Vosotras [. . . ] colaboráis directamente en la buena marcha de la familia.
Y esto es un gran cometido; cabria decir que es como una "misión", para la cual
se necesitan una preparación y una madurez adecuadas, a fin de ser competentes
en las diversas actividades caseras; para racionalizar el trabajo y conocer la
psicología familiar; para adquirir la así llamada "pedagogía del esfuerzo", que
ayuda a organizar mejor las propias prestaciones; y también para ejercitar la
necesaria función educadora. Todo esto es un mundo importantísimo y precioso,
que cada día se abre ante vuestros ojos y ante vuestra responsabilidad (JUAN
PABL O 11, Aloc. 29-lV-1979).
2254 ¡No hay código alguno que prescriba la sonrisa! Pero vosotras podéis
proporcionarla. Podéis ser el alivio de la bondad dentro de la familia. Recordad
lo que ya escribía San Pablo a los primeros cristianos: Que todo lo que hacéis,
de palabra y de obra, todo se realice en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de El (Col
3,17). Todo lo que hagais, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que recibiréis del
Señor la herencia como recompensa (Col
3,23-24). ¡Amad vuestro trabajo!
¡Amad a las personas con quienes colaboráis! ¡Del amor y de la bondad nacen
también vuestra alegría y vuestra satisfacción! (JUAN PABLO II, ALoc. 29-lV-1979).
Citas de la Sagrada Escritura
Sin fe es imposible agradar a Dios [. . . ].
He 11,6.
El que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado.
Mc 16,16.
Este es su mandato: que creamos en el nombre de SU Hijo Jesucristo.
1Jn 3,23.
A todo el que me reconociera delante de los hombres, yo también le reconoceré
delante de mi Padre que está en los cielos; y a quien me negare delante de los
hombres, yo también le negaré delante de mi Padre.
Mt 10,32-33.
Tales hombres no tienen disculpa, porque habiendo conocido a Dios [. . . ]
devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas [.
. . ].
Rm 1,21.
Aquellos que, pagados de sí 22,1-8. mismos, blasfemando, no temen sembrar
herejías [. . . ], han dejado el camino recto [. . . ]. Estos tales son fuentes
sin aguas y nubes agita das por los vientos, para los cuales está reservado el
abismo de las tinieblas.
2P 2,10
2P 15
2P 17.
No hay otro Evangelio, pero hay algunos que os traen alborotados y quieren
trastornar el Evangelio de Cristo, pero [. . . ] cualquiera que os anuncie un
Evangelio diferente del que habéis recibido, sea anatema.
Ga 1,7.
La idolatría, consecuencia del pecado de soberbia:
Rm 1,23.
En los últimos días sobrevendrán tiempos peligrosos, se levantarán hombres
amadores de sí mismos [. . . ]; éstos resisten a la verdad, hombres de corazón
corrompido, réprobos en la fe.
2Tm 3,1-8.
Testimonio de fe de Eleazar:
2M 6,1-31.
Fe de Abrahan:
Gn 15,1-8;
Fe de la viuda de Sarepta:
1R 17,10-16.
Testimonio de los mártires de Sebaste:
2M 7,2-41.
(Fe de una mujer cananea): Entonces le dijo Jesús: Mujer, grande es tu fe [. . .
].
Mt 15,28.
(Fe de una mujer que padecía flujo de sangre): Jesús se volvió y, al verla, le
dijo: Animo, hija, tu fe te ha sanado.
Mt 9,22.
(Fe de los amigos de un paralitico): Viendo Jesús la fe de ellos (de los
amigos), dijo al paralítico: Tus pecados te son perdonados [. . . ].
Mt 9,2
Lc 5,20.
(Fe de un centurión): Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose a
la muchedumbre que le seguía, dijo: En verdad, os digo que ni en Israel he
encontrado una fe tan grande.
Lc 7,9.
Dijéronle los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. El Señor dijo: Si tuvierais
fe como un grano de mostaza diríais a este sicomoro: "Arráncate y échate al
mar", y os obedeceria.
Lc 17,5-6.
(. . . A los discípulos). No habéis podido echarlo (al demonio) por vuestra poca
fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este
monte [. . . ] y nada os será imposible.
Mt 17,20.
(A dos ciegos). Entonces les tocó los ojos diciendo: Hágase en vosotros según
vuestra fe.
Mt 9,29.
Origen sobrenatural de la fe
2255 No es la sabiduría terrena quien descubre esta fe, ni la opinion humana
quien puede conseguirla: el mismo Hijo único es quien la ha enseñado y el
Espíritu Santo quien la instruye (SAN LEÓNM AGNO, Sermón 75 de Pentecostés).
2256 Dios es luz sobrenatural de los ojos del alma y sin ella está en tinieblas
(SAN JUAN DELA CRUZ Cántico espiritual,10,8).
2257 El verdadero y auténtico católico es el que ama la verdad de Dios y de la
Iglesia, Cuerpo de Cristo; aquel que no antepone nada a la religión divina y a
la fe católica: ni la autoridad de un hombre, ni el amor, ni el genio, ni la
elocuencia, ni la filosofía; sino que, desprendiendo todas estas cosas y
permaneciendo sólidamente firme en la fe, está dispuesto a admitir y a creer
solamente lo que la Iglesia siempre y universalmente ha creído (SAN V1CENTE DE
LERINS, Conmonitorio,20).
2258 . . . Si un experto afirmase algo dentro de su competencia, y un ignorante
dijese que no era como enseñaba el experto porque él no le entendía, sería
considerado bastante estúpido el ignorante. Pero es sabido que el entendimiento
de un ángel supera al entendimiento del mejor filósofo más que el de éste al de
un ignorante. Por tanto es estúpido el filósofo que no quiera creer lo que
afirman los ángeles; mucho más si no quiere creer lo que dice Dios (SANTO ToMAs,
Sobre el Credo,1. c. , p. 32).
2259 Nadie debe dudar acerca de la fe, sino creer las cosas de la fe más que las
que puede ver, porque la vista del hombre puede engañarse, pero la sabiduría de
Dios jamás se equivoca (SANTO TOMAS, Sobre el Credo,1. c. , p. 34).
2260 Nuestro conocimiento es tan débil que ningún filósofo pudo jamás investigar
totalmente la naturaleza de una mosca, y así se cuenta que un filósofo vivió
treinta años en soledad tratando de conocer la naturaleza de la abeja. Si
nuestro entendimiento es tan débil, ¿no es necedad empeñarse en creer de Dios
tan sólo lo que el hombre puede averiguar por sí mismo? (SANTO TOMÁS, Sobre el
Credo,1. c. ,p. 32).
2261 Mi madre me decía cuando era ya mayor: De pequeño estuviste muy malo; tuve
que llevarte de un médico a otro y velar noches enteras; ¿me crees? ¿Cómo habría
yo podido decir: Madre, no te creo? Pero sí que creo, creo lo que me dices, mas
te creo especialmente a ti. Y así ocurre con la fe. No se trata sólo de creer lo
que Dios ha revelado, sino a El, que merece nuestra fe, que nos ha amado tanto y
tanto ha hecho por nuestro amor (JUAN PABLO I, Aloc. 13-IX-1978).
2262 (La fe en Dios comporta tres dimensiones que S. Agustín enunció con esta
expresión): "credere Deo, credere Deum, credere in Deum", creer en Dios, creer a
Diosóaceptar todo lo que El ha reveladoóy creer a Dios (SAN AGUSTIN, Sermón
144).
2263 La fe nos da y nos comunica al mismo Dios, pero cubierto con plata de fe;
pero no por eso no nos lo da en la verdad. El que da un vaso de oro plateado, no
porque el vaso esté plateado deja de ser de oro (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico
espiritual,12,4).
2264 Si uno no quisiera creer más que lo que conoce, ni siquiera podría vivir en
este mundo. ¿Cómo podría vivir sin creer a alguien? ¿Cómo creeria, por ejemplo,
que fulano es su padre? Por consiguiente, es necesario que el hombre crea a
alguien acerca de las cosas que no puede saber totalmente por sí solo. Pero a
nadie hay que creer como a Dios; por tanto, los que no creen las enseñanzas de
la fe no son sabios, sino estúpidos y soberbios, como dice el Apóstol: Soberbio
es, nada sabe (ITm 6,4) (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 33).
Propiedades de la fe
2265 Abrazar la fe cristiana es comprometerse a continuar entre las criaturas la
misión de Jesús (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,183).
2266 Gran apoyo es la fe integra, la fe verdadera, en la cual nada puede ser
añadido o quitado por nadie; porque la fe, si no es única, no existe en modo
alguno (SAN LEÓN, Sermón 24, en la Natividad del Señor).
2267 Por diversos que sean los lugares, los miembros de la Iglesia profesan una
misma y única fe, la que fue transmitida por los Apóstoles a sus discípulos (SAN
IRENEO, Trat. contra las herejías,1,10).
2268 Y es para nosotros motivo de alegría lo que sigue a continuación. Dichosos
los que sin ver han creído. En esta sentencia el Señor nos designa especialmente
a nosotros, que le guardamos en nuestra mente sin haberle visto corporalmente.
Nos designa a nosotros, con tal de que las obras acompañen nuestra fe, porque el
que cree de verdad es el que obra según su fe (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 26 sobre
los Evang. ).
2269 ¿Te persuades de cómo ha de ser nuestra fe? Humilde. ¿Quién eres tú, quién
soy yo, para merecer esta llamada de Cristo? ¿Quiénes somos, para estar tan
cerca de El? Como a aquella pobre mujer entre la muchedumbre, nos ha of recido
una ocasión. Y no para tocar un poquito de su vestido, o un momento el extremo
de su manto, la orla. Lo tenemos a El. Se nos entrega totalmente, con su Cuerpo,
con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad. Lo comemos cada día, hablamos
íntimamente con El, como se habla con el padre, como se habla con el Amor (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,199).
2270 La fe no es propia de los soberbios, sino de los humildes
(SAN AGUSTiN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 297).
Frutos de la fe
2271 La fe es la escalera que lleva al conocimiento; el conocimiento es el
premio de la fe (SAN AGUSTIN, Sermón 126).
2272 La fe nos proporciona cuatro bienes:
1. ¡ por la fe el alma se une a Dios [. . . ].
2. ¡ por la fe se incoa en nosotros la vida eterna; pues la vida eterna no es
otra cosa que conocimiento de Dios [. . . ]. 3. ¡ La fe dirige la vida presente
[. . . ].
4. 1Con la fe vencemos las tentaciones. (SANTO TOMAS, Sobre el Credo,1. c. , pp.
29-31).
2273 Unicamente la fe puede captar estos misterios, esta fe que es el fundamento
y la base de todo aquello que excede la experiencia y el conocimiento natural
(SAN M¡XIMO, Centuria 1,8).
2274 Es imposible penetrar en el conocimiento de las Escrituras si no se tiene
previamente infundida en sí la fe en Cristo, la cual es como la luz, la puerta y
el fundamento de toda la Escritura. En efecto, mientras vivimos en el destierro
lejos del Señor, la fe es el fundamento estable, la luz directora y la puerta de
entrada de toda iluminación sobrenatural (SAN BUENAVENTURA, Breviloquio,
prólogo).
2275 La fe, si es fuerte, defiende toda la casa (SAN AMBROSIO, Coment. sobre el
Salmo 18,12,13).
2276 . . . Ningún filósofo antes de la venida de Cristo, aun con todo su
esfuerzo, pudo saber acerca de Dios y de las cosas necesarias para la vida
eterna lo que después de su venida sabe cualquier viejecilla por medio de la fe
(SANTO ToMAs, Sobre el Credo,1. c. , p. 31).
2277 El primer beneficio de los que creen consiste en recibir del Espíritu Santo
el perdón de los pecados (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,11).
2278 La fe se asemeja a una antorcha, porque por ella se ilumina la marcha del
hombre interior (SAN REMIGIO, en Catena Aurea, vol.
1P 390).
El "depositum fidei" (contenido de la fe). Errores doctrinales
2279 Pero, ¿qué es un depósito? El depósito es lo que te ha sido confiado, no
encontrado por ti; tú lo has recibido, no lo has excogitado con tus propias
fuerzas. No es el fruto de tu ingenio personal, sino de la doctrina; no está
reservado para un uso privado, sino que pertenece a una tradición pública. No
salió de ti, sino que a ti vino: a su respecto tú no puedes comportarte como si
fueras su autor, sino como su simple custodio. No eres tú quien lo ha iniciado,
sino que eres su discípulo; no te corresponderá dirigirlo, sino que tu deber es
seguirlo. Guarda el depósito, dice; es decir, conserva inviolado y sin mancha el
talento de la fe católica. Lo que te ha sido confiado es lo que debes custodiar
junto a ti y transmitir. Has recibido oro; devuelve, pues, oro. No puedo admitir
que sustituyas una cosa por otra. No, tú no puedes desvergonzadamente sustituir
el oro por plomo, o tratar de engañar dando bronce en lugar de metal precioso.
Quiero oro puro, y no algo que sólo tenga su apariencia (SAN VICENTE DE LERINS,
Conmonitorio, n. 22).
2280 Y ni el que posee dotes oratorias, entre los que presiden las Iglesias,
enseñará algo diverso a lo que hemos dicho (ya que nadie está por encima de su
maestro), ni el que está privado de esas dotes aminorará por ello el contenido
de la tradición. En efecto, siendo la fe única e idéntica para todos, ni la
amplia el que es capaz de hablar mucho sobre ella, ni la aminora el que no es
capaz de tanto (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,1,10).
2281 Que la religión de las almas imite el modo de desarrollarse los cuerpos,
cuyos elementos, aunque con el paso de los años se desenvuelven y crecen, sin
embargo permanecen siendo siempre ellos mismos. Hay gran diferencia entre la
flor de la infancia y la madurez de la ancianidad; no obstante, quienes ahora
son viejos son los mismos que fueron adolescentes. El aspecto y el porte de un
individuo camblará, pero se tratará siempre de la misma naturaleza y de la misma
persona (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 29).
2282 Quizá alguien diga: ¿ningún progreso de la religión es entonces posible en
la Iglesia de Cristo?Ciertamente que debe haber progreso, ¡y grandisimo! ¿Quién
podría ser tan hostil a los hombres y tan contrario a Dios que intentara
impedirlo? Pero a condición de que se trate verdaderamente de progreso por la
fe, no de modificación. Es característica del progreso el que una cosa crezca,
permaneciendo siempre idéntica a si misma; es propio, en cambio, de la
modificación que una cosa se transforme en otra. Asi pues, crezcan y progresen
de todas las maneras posibles la inteligencia, el conocimiento, la sabiduría,
tanto de la colectividad como del individuo, de toda la Iglesia, según las
edades y los siglos; con tal de que eso suceda exactamente según su naturaleza
peculiar, en el mismo dogma, en el mismo sentido, según una misma interpretación
(SAN VICENTE DE LERINS, Conm. Conmonitorio, n. 27).
2283 Siempre resultará provechoso csiorzarse en profundizar el contenido de la
antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el
Señor nos la entregó, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los
santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera
que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el
nombre de tal (SAN ATANASIO, Carta I a Serapión,28-30).
2284 Los católicos han tenido siempre la costumbre, y la tienen todavía, de
determinar la verdadera fe de dos maneras: con la autoridad de la Escritura
divina y con la tradición de la Iglesia católica. No porque la Escritura, por si
sola, no sea suficiente en todos los casos, sino porque muchos,interpretando a
su capricho las palabras divinas, acaban por inventar una cantidad increíble de
doctrinas erróneas. Por este motivo es necesario que la exégesis de la Escritura
divina vaya guiada por la única regla del sentir católico, especialmente en las
cuestiones que tocan los fundamentos de todo el dogma católico (SAN VICENTE DE
LERINS, Conmonitorio, n. 29).
2285 Velad, pues, hermanos, y conservad cuidadosamente la tradición que ahora
recibís y grabadla en el interior de vuestro corazón.
Poned todo cuidado, no sea que el enemigo, encontrando a alguno de vosotros
desprevenido y remiso, le robe este tesoro, o bien se presente algún hereje que,
con sus errores, contamine la verdad que os hemos entregado. Recibir la fe es
como poner en el banco el dinero que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta
de este depósito (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 5, sobre la fe y el
símbolo).
2286 Lo que todos, o al menos la mayoría, han afirmado claramente, a modo de
concilio de maestros perfectamente unánimes, y que han confirmado al aceptarlo,
conservarlo y transmitirlo, eso es lo que debe ser mantenido como indudable,
cierto y verdadero. Al contrario, todo lo que fuera de la doctrina común, e
incluso contra ella, haya pensado uno solo, aunque sea un santo y un docto, un
obispo, un confesor, un mártir, debe ser relegado entre las opiniones
personales, no oficiales, privadas, que no tienen la autoridad de la opinión
común pública y general; no nos suceda, con sumo peligro para nuestra salvación
eterna, que abandonemos la antigua verdad de la doctrina católica para seguir el
error nuevo de un solo individuo, según la sacrílega costumbre de los herejes y
cismáticos (SAN VICENTE DE LERINS,conmonitorio, n. 27).
2287 Es legitimo que los antiguos dogmas de la filosofía celestial, al correr de
los siglos, se afinen, se limen, se pulan; pero seria impío cambiarlos,
desfigurarlos, mutilarlos. Adquieran, al contrario, mayor evidencia, claridad,
precisión; pero es necesario que conserven siempre su plenitud, integridad,
propiedad (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 23).
2288 La Iglesia, habiendo recibido esta predicación y esta fe, aunque esparcida
por todo el mundo, la guarda con diligencia, como si todos sus hijos habitaran
en una misma casa; y toda ella crce estas mismas verdades como quien predica,
las enseña y las transmite como quien tiene una sola boca. Porque si bien en el
mundo hay diversidad de lenguajes, el contenido de la tradición es uno e
idéntico para todos.
Y lo mismo creen y transmiten las Iglesias fundadas en Germania, así como las de
los iberos, las de los celtas, las del Oriente, las de Egipto, las de Libia y
las que se hallan en el centro del mundo; pues, del mismo modo que el sol,
creatura de Dios, es uno e idéntico en todo el mundo, así también la predicación
de la verdad brilla en todas partes e ilumina a todos los hombres que quieren
llegar al conocimiento de la verdad (SAN IRENEO, Trat. contra las
herejías,1,10).
2289 [. . . ] las verdades de fe y de moral no se determinan por mayoria de
votos: componen el depósitoódeposita". fideió entregado por Cristo a todos los
fieles y confiado, en su exposición y enseñanza autorizada, al Magisterio de la
Iglesia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Hom. El fin sobrernatural de la
Iglesia,28-V-1972).
2290 Todo lo que halle que, no por uno o dos solamente, sino por todos juntos de
pleno acuerdo, haya sido mantenido, escrito y enseñado abiertamente, frecuente y
constantemente, sepa que él también lo puede creer sin vacilación alguna (SAN
VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 3).
2291 Así, pues, el sábado próximo, en que celebraremos la vigilia, si Dios
quiere, habréis de dar no la oración (el Padrenuestro), sino el símbolo (el
Credo): porque si ahora no lo aprendéis de memoria, después, en la iglesia, no
se lo habéis de oir todos los dias al pueblo. Y, en aprendiéndole bien, decidle
a diario para que no se os olvide; al levantaros de la cama, al ir a dormiros,
dad vuestro símbolo, dádselo a Dios, procurando hacer memoria de ello, y sin
pereza de repetirlo. Es cosa buena repetir, para no olvidar. No digáis: "Ya lo
dije ayer, y lo digo hoy, y a diario lo digo: téngale bien grabado en la
memoria". Sea para ti como un recordatorio de tu fe y un espejo donde te mires.
Mírate, pues, en él: examina si continúas creyendo todas las verdades que de
palabra dices creer y regocíjate a diario en tu fe. Sean ellas tu riqueza: sean
a modo de vestidos para el aderezo de tu alma (SAN AGUSTIN, Sermón 58).
Poder de la fe
2292 Un poco de fe puede mucho (SAN JUAN CR[SÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. Vl,
p. 269).
2293 Jesucristo pone esta condición: que vivamos de la fe, por- que después
seremos capaces de remover los montes. Y hay tantas cosas que remover. . . en el
mundo y, primero, en nuestro corazón (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,203).
2294 No solamente hombres, sino también mujeres, niños pequeños y muchachas han
combatido por ella (por la fe) en todas las partes del mundo hasta derramar su
sangre. Esta fe ha puesto en fuga a los demonios, desterrado las enfermedades,
resucitado a los muertos (SAN LEÓN MAGNO, Sobre la Ascensión del Señor).
2295 Si tuvierais fe [. . . 1, diréis a este árbol: Arráncate de raíz y
trasplántate en el mar, y os obedecerá (Lc
17). Si los Apóstoles no llegaron a
trasladar ningún árbol, no los acuséis; porque no dijo: trasladaréis, sino
podréis trasladar; pero no lo hicieron porque no era necesario, habiendo hecho
cosas de mayor importancia (SAN JUAN CRISÓSTOMO en Catena Aurea, vol. Vl, p.
269).
2296 Les invita a la fe con la parábola del grano de mostaza; y les hace ver
que, de todos modos, se propagará la predicación del Evangelio. Es necesaria la
fe para comprender esto: los más pequeños, los más débiles entre los hombres
eran los discípulos del Señor; pero como había en ellos una eficacia divina
grandiosa, esa fuerza se desplegó y se difundió por todo el mundo. Con esto
quiso dar el Señor una prueba de su grandeza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S.
Mateo,46).
2297 Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: Hijo, tus
pecados te son perdonados (Mc
2,1 ss. ). Es digno de consideración
cuánto debe valer para Dios la fe propia de cada uno, cuando vale tanto la ajena
que por ella se levanta un hombre curado de repente interior y exteriormente, y
por el mérito de unos se perdonan a otros sus pecados (SAN BEDA, en Catena Aurea,
vol. IV, p. 51).
2298 "Si habueritis fidem, sicut granum sinapis!"ó¡Si tuvierais fe tan grande
como un granito de mostaza!. . . ¡Qué promesas encierra esa exclamación del
Maestro! (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 585).
Seguridad de la fe
2299 Aquí, en Roma, hubo un gran poeta, Trilussa, que trató también él de hablar
de la fe. En cierta poesía suya dejó dicho: "aquella viejecita ciega, que
encontré / la tarde que me perdí en medio del bosque / me dijo: Si el camino no
lo sabes / te acompaño yo, que lo conozco. / Si tienes el valor de acompañarme,
/ de vez en cuando te daré una voz: hasta allá en el fondo, donde hay un ciprés;
/ hasta allá en la cima, donde hay una cruz. Yo respondí: Bueno. . . pero
encuentro extraño / pueda guiarme quien no ve. . . / La ciega, entonces, me
cogió la mano / y suspiró:óCaminaó. Era la fe". Como poesía, graciosa; como
teología, defectuosa. Defectuosa, porque cuando se trata de la fe, el gran
conductor es Dios (JUAN PABLO I, A loc. l 3 -IX- 1978).
2300 Nada es demásiado difícil de creer acerca de Aquel para quien nada es
demásiado difícil de hacer (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre Dom. IV después de
Epifonia óCat. S. Chand 1848).
2301 ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Si hubieran tenido una idea clara de
su omnipotencia habrían estado seguros de que El podía sacarlos del peligro.
Pero como lo veían dormido en la barca, no pudieron crcer que estaban a salvo,
no comprendieron que El, despierto o dormido, era omnipotente. Esta idea es muy
importante para nosotros hoy, porque será un medio de sostener nuestra fe. ¿Por
qué creéis todos los hechos extraños y maravillosos recogidos en la Escritura?
Porque Dios es omnipotente y puede hacerlos. ¿Por qué creéis que una Virgen
concibió y dio a luz un Hijo? Porque es un acto de Dios y El puede hacer
cualquier cosa. Como el Angel Gabriel dijo a la Santísima Virgen: Nada es
imposible para Dios. (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. l V después de
Epifania).
2302 No seré reacio, no dudaré, porque creo en aquello que aleja toda duda.
Todos los actos de poder divino caen dentro y son ejemplo de este atributo
universal en el cual yo creo: la omnipotencia. Si Dios puede hacerlo todo, puede
hacer esto. Puede hacer mucho más que esto. Por más maravilloso que esto o
aquello pueda ser para nuestras limitadas inteligencias, si conociéramos todo,
veríamos que esto, sea lo que fuere, es solamente una cosa entre muchas (CARD.
J. H. NEWMAN Sermón sobre el Dom. I V después de Epifunia).
2303 No quieras que te llene nada que no sea Dios. No desees gustos de Dios. No
desees tampoco entender de Dios más de lo que debes entender. La fe y el amor
serán los lazarillos que te llevarán a Dios por donde tú no sabos ir.
La fe son los pies que llevan a Dios al alma. El amor es el orientador que la
encamina (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual,1,11).
2304 Esa certeza que nos da la fe hace que miremos lo que nos rodea con una luz
nueva, y que, permaneciendo todo igual, advirtamos que todo es distinto, porque
todo es expresión del amor de Dios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que
pasa,144).
2305 No somos sólo náufragos a los que Dios ha prometido salvar, sino que esa
salvación obra ya en nosotros. Nuestro trato con Dios no es el de un ciego que
ansía la luz pero que gime entre las angustias de la obscuridad, sino el de un
hijo que se sabe amado por su Padre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que
pasa,142).
2306 En esto consiste, en efecto, la fuerza de los espíritus verdaderamente
grandes, esto es lo que realiza la luz de la fe en las almas verdaderamente
fieles; creer sin vacilación lo que no ven nuestros ojos, tener fijo el deseo en
lo que no puede alcanzar nuestra mirada. ¿Cómo podría nacer esta piedad en
nuestros corazones, o cómo podríamos ser justificados por la fe, si nuestra
salvación consistiera tan sólo en lo que nos es dado ver? (SAN LEÓN MAGNO,
Sermón 2, sobre la Ascensión).
Deber de confesar externamente la fe
2307 Cuando el honor de Dios o la utilidad del prójimo están en peligro, no debe
contentarse el hombre con estar unido con su fe a la verdad divina, sino que
debe confesarla exteriormente (SANTO TOMÁS Suma Teológica,2-2, q. 3, a. 2 ad l).
2308 Alégrate cada día de tu fe. Sus articulos sean tus riquezas, y como los
vestidos de cada día para tu alma. Cuando te levantas, ¿no te vistes? Asi
también, recordando el Credo, viste tu alma, para que el olvido no te desabrigue
y quedes desnudo. Hemos de vestirnos con nuestra fe (SAN AGUSTIN, Sermón 58).
2309 No sólo niega a Cristo quien dice que no existe, sino también quien niega
su condición de cristiano (RABANO MAURO, en Catena,4urea, vol. III, p. 340).
2310 No se contenta el Señor con una fe interna, sino que pide una confesión
exterior de ella, urgiéndonos a una mayor confianza y a un mayor amor (SAN JUAN
CRiSÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,35).
2311 Si hubiese sido Jesucristo un puro hombre, ¿cómo se hubiera podido pensar
que habían de preferirle los padres a sus hijos, los hijos a sus padres, los
maridos a sus mujeres, y no en una casa o en ciento, sino en todo el mundo? Y no
sólo lo predijo, sino que se ha cumplido con hechos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en
Catena Aurea, vol. VI, p. 118).
2312 El Señor pregunta a los apóstoles qué piensa la gente acerca de El, y su
respuesta concuerda en cuanto que expresa la desorientación de la ignorancia de
los hombres. Pero tan pronto como interroga a sus discípulos sobre la convicción
que ellos tienen, el primero entre ellos en dignidad es el primero también en
confesar al Señor (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 4).
Pecados contra la fe
2313 No tienen fe. Pero tienen supersticiones. Risa y vergüenza nos dio aquel
poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo
indiferente e inofensiva óque era, para él, de mal agüeroóo al ver girar la
silla sobre una pata (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 587).
2314 (La infidelidad es el mayor de los pecados, ya que es) lo que más aleja de
Dios, porque priva hasta de su verdadero conocimiento, y el conocimiento falso
de Dios no acerca, sino que aleja al hombre de él (SANTO TOMÁS, Suma
Teológica,2-2, q. 10, a. 4).
2315 (La apostasía es un pecado de infidelidad que) nace de la soberbia, por la
que el hombre no se somete a las reglas de la fe (SANTO TOMÁS, Suma
Teológica,2-2, q. 10, a. 1).
Los que le niegan son primeramente los que pospusieron la 2316 fe por temor a
una inminente persecución, y después los doctores de la herejía y sus discípulos
(SAN CIRILO en Catena Aurea, vol. Vl, p. 70).
2317 [. . . ] y les tributaron honores divinos y culto: tales son los cuerpos
celestes, el sol, la luna y las estrellas. A éstos les ocurrió lo que a uno que
va a la curia regia, y queriendo ver al rey piensa que es el monarca todo lo que
encuentra bien vestido o con cargo (SANTO TOMAS, Sobre el Credo,1. c. , p. 36).
2318 Debemos considerar en todas las señales que fueron dadas tanto al nacer
como al morir el Señor, cuánta debió ser la dureza de corazón de algunos judíos,
que no llegaron a conocerle ni por el don de profecía, ni por los milagros.
Todos los elementos han dado testimonio de que ha venido su Autor. Porque, en
cierto modo, los cielos le reconocieron como Dios, pues inmediatamente que nació
lo manifestaron por medio de una estrella. El mar le reconoció sosteniéndole en
sus olas; la tierra le conoció porque se estremeció al ocurrir su muerte; el sol
le conoció ocultando a la hora de su muerte el resplandor de sus rayos; los
peñascos y los muros le conocieron porque al tiempo de su muerte se rompieron;
el infierno le reconoció restituyendo a los muertos que conservaba en su poder.
Y al que habían reconocido como Dios todos los elementos insensibles, no le
quisieron reconocer los corazones de los judíos infieles y más duros que los
mismos peñascos (SAN GREGORIO, Hom. 10 sobre los Evang. ).
2319 La infidelidad nace de la soberbia, por la cual el hombre no somete su
entendimiento a las reglas de la fe y a las enseñanzas de los Padres (SANTO
TOMÁS, Suma Teológica,2-2,q. IO,a. 1).
2320 No es pequeña acusación contra los judíos el hecho de que estos ciegos, sin
ojos, por sólo el oído, reciban la fe; mientras aquellos que contemplaban los
milagros de Jesús y tenian por testigos de sus hechos no menos que sus propios
ojos, hacían todo lo contrario (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,82).
2321 Si se cede en cualquier punto del dogma católico, después será necesario
ceder en otro, y después en otro más, y así hasta que tales abdicaciones se
conviertan en algo normal y licito. Y una vez que se ha metido la mano para
rechazar el dogma pedazo a pedazo, ¿qué sucederá al final, sino repudiarlo en su
totalidad? (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 23).
2322 De la misma manera que la luz presente está ausente a los ciegos y a los
que cierran los ojos, así el reino de Dios, aunque nunca se ausenta de la
tierra, está sin embargo ausente a quienes lo ignoran (SAN AGUSTIN, Sobre el
Sermón de la Montaña,2,20).
Fe y dificultades
2323 En otros tiempos se incitaba a los cristianos a renegar de Cristo; en
nuestra época se enseña a los mismos a negar a Cristo. Entonces se impelía,
ahora se enseña; entonces se usaba de la violencia, ahora de insidias; entonces
se oía rugir al enemigo, ahora, presentándose con mansedumbre insinuante y
rondando, difícilmente se le advierte. Es cosa sabida de qué modo se violentaba
entonces a los cristianos a negar a Cristo: procuraban atraerlos a sí para que
renegasen; pero ellos, confesando a Cristo, eran coronados. Ahora se enseña a
negar a Cristo y, engañándolos, no quieren que parezca que se los aparta de
Cristo (SAN AGUST;N, Coment. sobre el Salmo 39).
2324 Enhorabuena vuele lejos la paja de una fe superficial y li- gera, en cuanto
sienta el soplo de la prueba; tanto más limpio será así el montón de trigo que
se habrá de guardar en los graneros del Señor (TERTULIANO, De praescriptione
haereticoram,3).
2325 Amenazas, lisonjas, esperanza de vida, temor a la muerte, guardias, corte,
emperador, autoridades, no sirvieron de nada: hombres y demonios fueron
impotentes ante ellos. Su tenaz firmeza en la fe recibida los hizo dignos, a los
ojos del Señor, de una gran recompensa. Por medio de ellos, El quiso levantar
las Iglesias postradas, volver a infundir nueva vida a las comunidades
cristianas agotadas, restituir a los sacerdotes las coronas caídas. (SAN VICENTE
DE LERINS, Conmonitorio, n. 5).
2326 Como ciego que oye las pisadas de Cristo que pasa [. . . ], cuando haya
comenzado a realizar estos pasos (que me acercan a Cristo), mis parientes,
vecinos y amigos comenzarán a bullir. LOS que aman el siglo se me ponen
enfrente. ¿Te has vuelto loco? ¡Qué extremoso eres! ¿Por ventura los demás no
son cristianos? Esto es una tontería, esto es una locura. Y cosas tales clama la
turba para que no clamemos los ciegos (SAN AGUSTIN, Sermón 88).
2327 Hay personas muy sensibles a las dificultades de la religión; yo soy
también sensible a ellas como cualquiera; pero nunca he podido ver la conexión
entre percibir estas dificultades, por vivas que sean y mucho que se
multipliquen, y la duda, por otra parte, sobre las doctrinas a que van
inherentes. A mi entender, diez mil dificultades no hacen una duda; dificultad y
duda son cantidades inconmensurables (CARD. J. H. NEWMAN, Apología "pro vita sua",
p. 187).
2328 Esta fe, aumentada por la ascensión del Señor y fortalecida con el don del
Espíritu Santo, ya no se amilana por las cadenas, la cárcel, el destierro, el
hambre, el fuego, las fieras ni los refinados tormentos de los crueles
perseguidores. Hombres y mujeres, niños y frágiles doncellas han luchado, en
todo el mundo, por esta fe, hasta derramar su sangre (SAN LEÓN MACNO, Sermón 2
sobre la Ascensión).
2329 He aquí lo que es la fe: rendirse a Dios, pero transformando la propia
vida. Agustín contó el itinerario de su fe. Especialmente en las últimas semanas
fue terrible; leyéndole se siente su alma como estremecerse y retorcerse en
conflictos interiores. Aquí Dios que le llama e insiste; y allí, las antiguas
costumbres. "Viejas amigas óescribeó me tiraban dulcemente de mi vestido de
carne y me decían: Agustín, ¿cómo?, ¿nos abandonas? Mira que no podrás ya hacer
esto, no podrás ya hacer aquello otro, ¡y para siempre!". ¡Difícil! "Me
encontrabaódice en el estado de uno que está en la cama por la mañana. Le dicen:
Fuera, Agustín, levántate. Yo, a mi vez, decía: Sí, pero más tarde, todavía un
poquito. Finalmente, el Señor me dio un empujón, me echó fuera".
Así, pues, no hay que decir: Sí, pero. . . ; sí, pero más tarde. Hay que decir:
¡Señor, sí! ¡Ahora mismo! Esto es la fe. Responder con generosidad al Señor.
Pero ¿quién dice este sí? Quien es humilde y se fía completamente de Dios (JUAN
PABLO 1, Aloc. 13-IX-1978).
2330 Aquel discípulo que había dudado, al palpar las heridas del cuerpo de su
Maestro curó las heridas de nuestra incredulidad. Más provechosa fue para
nuestra fe la incredulidad de Tomás que la fe de los otros discípulos, ya que al
ser él inducido a creer por el hecho de haber palpado, nuestra mente, libre de
toda duda, es confirmada en la fe. De este modo, en efecto, aquel discípulo que
dudó y palpó se convirtió en testigo de la realidad de la resurrección (SAN
GREGORIO MAGNO, Hom. 26 sobre los Evang. ).
2331 Sabéis que la verdadera religión ha de estar llena de misteríos, y por esta
razón se aplica al catolicismo más que a cualquier profesión o grupo de hombres
en general el proverbio que dice que un necio puede hacer cien preguntas que un
hombre sensato no puede contestar (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón en la inauguración
del Seminario de S. Bernardo,3-X-1873).
2332 Dios nos contempla, Cristo y sus ángeles nos miran, mien- tras luchamos por
la fe. Qué dignidad tan grande, qué felicidad tan plena es luchar bajo la mirada
de Dios y ser coronados por Cristo (SAN CIPRIANO, Carta 58).
Fe y milagros
2333 Si un rey enviara una carta sellada con su sello, nadie osaría decir que
aquella carta no provenia de la voluntad del rey. Ahora bien, todo lo que los
santos creyeron y nos transmitieron sobre la fe de Cristo, está sellado con el
sello de Dios. Este sello son las obras que ninguna criatura puede hacer, es
decir, los milagros, con los que Cristo confirmó las palabras de los Apóstoles y
de los santos (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 33).
2334 Los milagros fueron precisos al principio para confirmar con ellos la fe.
Pero, una vez que la fe de la Iglesia está confirmada, los milagros no son
necesarios (SAN JERÓNIMO, Coment. Evang. S. Marcos).
Fe y oración
2335 Si Dios juzgase que resucitando a los muertos había de ve- oir alguna
utilidad a los vivos, no lo omitiría, porque todo lo hace en beneficio nuestro;
pero si los muertos resucitasen con frecuencia, esto se depreciaría a su vez con
el tiempo; porque el diablo introduciria con facilidad doctrinas perversas,
imitando esto mismo por sus oráculos, no resucitando verdaderamente a los
muertos, sino engañando a los hombres con alucinaciones, o enseñando con ingenio
a algunos a fingir la muerte (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. VI, p.
25B).
2336 Cuando insistimos en la oración con toda vehemencia, Dios se detiene en
nuestro corazón y recobramos la vista perdida (SAN GREGORIO MAGNO en Catena
Aurea, vol. Vl, p. 326).
2337 (En ocasiones) tenemos cerrados los ojos del corazón y pasa Jesús para que
clamemos (SAN AGUSTIN, Sermón 88).
2338 Si la fe falta, la oración es inútil. Luego, cuando oremos, creamos y
oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración, y la oración produce a
su vez la firmeza de la fe (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 297).
2339 El ciego contestó al punto: Señor, que yo vea. El ciego no pide al Señor
oro, sino el ver. Poco le importa cualquier otra cosa fuera de la vista, porque
aunque puede tener el ciego alguna cosa, sin la vista no puede ver lo que tiene.
Imitemos, pues [. . . ], al que acabamos de oír que fue curado de cuerpo y de
alma. No pidamos al Señor falsas riquezas, ni bienes terrenos, ni fugaces
honores, sino la luz [. . . ] que no tiene principio ni fin. El camino para
alcanzar esta luz es la fe (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 2 sobre los Evang. ).
2340 Es necesario, pues, que nuestra fe sea viva, que nos lleve realmente a
creer en Dios y a mantener un constante diálogo con El (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Es Cristo que pasa,116).
Fe y vida de fe
2341 No intente saber el porqué de las obras divinas, cierre el ojo de la razón
y abra sólo el de la fe, porque éste es el instrumento con que se han de tantear
las obras de Dios. Para mirar las obras humanas muy bueno es el ojo de la razón
humana; mas para mirar las divinas, no hay cosa más desproporcionada que él (SAN
PEDRO ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación,2,4, av. 4¡).
2342 La fe y la vocación de cristianos afectan a toda nuestra existencia, y no
sólo a una parte. Las relaciones con Dios son necesariamente relaciones de
entrega, y asumen un sentido de totalidad. La actitud del hombre de fe es mirar
la vida, con todas sus dimensiones, desde una perspectiva nueva: la que nos da
Dios. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,46).
2343 Todas tus obras se deben basar en la fe, porque el justo vi- ve de la fe y
la fe obra por el amor (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 32).
2344 Seguir a Cristo no significa refugiarse en el templo, enco- giéndose de
hombros ante el desarrollo de la sociedad, ante los aciertos o las aberraciones
de los hombres y de los pueblos. La fe cristiana, al contrario, nos lleva a ver
el mundo como creación del Señor, a apreciar, por tanto, todo lo noble y todo lo
bello, a reconocer la dignidad de cada persona, hecha a imagen de Dios, y a
admirar ese don especialisimo de la libertad, por la que somos dueños de
nuestros propios actos y podemos ócon la gracia del Cieloóconstruir nuesto
destino eterno (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,99).
2345 Vosotros no conocéis vuestra ventura cuando tenéis la dicha de presentaros
delante de vuestro Padre, que os ama más que a si mismo, y os llama al pie de
sus altares, como en otro tiempo llamó a los pastores, para colmarlos de toda
suerte de beneficios. Si estuviésemos bien penetrados de esto, ¡con qué amor y
con qué diligencia vendríamos aquí como los Reyes Magos, para hacerle ofrenda de
todo lo que poseemos, es decir, de nuestros corazones y de nuestras almas! ¿No
vendrían los padres y madres con mayor solicitud a ofrecerle toda su familia,
para que la bendijese y le diese las gracias de la santificación? ¡Y con qué
gusto no acudirían los ricos a of recerle una parte de sus bienes en la persona
de los pobres! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el misterio).
2346 Si no sabes leer, no estás excusado de oir, diciendo que no te lo han
enseñado. La fe es una posesión no de los sabios de este mundo, sino de aquellos
que lo son según Dios; y se enseña también sin letras. Su libro, popular y al
mismo tiempo divino, se llama caridad: es un código espiritual. Se puede
escuchar la sabiduría divina, se la puede poner por obra; es más, no se nos
prohibe ocuparnos santamente, se gún Dios, de los asuntos terrenos (CLEMENTE DE
ALEJANDRIA, Pedagogo,3,11).
Medios para conservar y aumentar la fe
2347 Si nuestra fe es débil, acudamos a Maria. Cuenta San Juan que por el
milagro de las bodas de Caná, que Cristo realizó a ruegos de su Madre, creyeron
en El sus discípulos (Jn
2,11). Nuestra Madre intercede
siempre ante su Hijo para que nos atienda y se nos muestre, de tal modo, que
podamos confesar: Tú eres el Hijo de Dios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,285).
2348 ¡ Desde el momento en que un cristiano abandona las lágrimas, el dolor de
sus pecados y la mortificación, podemos decir que de él ha desaparecido la
religión! Para conservar en nosotros la fe, es preciso que estemos siempre
ocupados en combatir nuestras inclinaciones y en llorar nuestras miserias (SANTO
CURA DE ARS, Sermón sobre la penitencia).
2349 Como serpientesódiceó. Asi como a la serpiente no le importa perderlo todo,
aunque sea seccionando su cuerpo, con tal de conservar la cabeza, así también
túódiceódebes estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la
misma vida, con tal de que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la
conservas, aunque pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces (SAN
JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,33).
2350 Las buenas obras mueven la fe del corazón, y dan confianza al alma para
dirigirse a Dios (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 345).
2351 La verdad conviene aprenderla allí donde están los carismas del Señor; en
aquellos que en la Iglesia poseen la sucesión desde los Apóstoles y que han
conservado la palabra sin corromper ni adulterar (SAN IRENEO, Trat. contra las
herejías,4,26).
2352 De la Iglesia recibimos la predicación de la fe, y bajo la acción del
Espíritu de Dios la conservamos como un licor precioso guardado en un frasco de
buena calidad (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,3,3).
2353 Lo que ayuda a nuestra fe es el temor y la paciencia, y nuestra fuerza
reside en la tolerancia y la continencia. Si estas virtudes perseveran
santamente en nosotros, en todo lo que atañe al Señor, poseeremos además la
alegría de la sabiduría, de la ciencia y del perfecto conocimiento (Epistola de
Bernabé,1).
2354 Por lo tanto, hermanos, tratad de conservar la enseñanza de la fe que ahora
se os entrega y grabadla profundamente en vuestro corazón.
Observadla con fidelidad para que no os la arrebate el enemigo, si os encuentra
abúlicos e indolentes, y para que tampoco ningún hereje deforme algo de lo que
se os ha enseñado.
La entrega de la fe es como ingresar en el banco un dinero que se nos ha
prestado. Día vendrá en que Dios nos pedirá cuenta de este tesoro entregado. Te
recomiendoócomo dice el Apóstol en la presencia de Dios, que da vida a todas las
cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio,
que esta fe que se os entrega la conservéis sin tacha hasta la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo.
Ahora se te ha hecho entrega del tesoro de la vida, mas el Señor buscará este
préstamo el día de su Manifestación. Manifestación que a su debido tiempo hará
ostensible el bienaventurado y único soberano, el Rey de los reyes y el Señor de
los señores, el único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible,
a quien no ha visto ningún ser humano ni lo puede ver. A él la gloria, el honor
y el poder por los siglos de los siglos. Amén. (SAN CIRILO DE JERUSALÉN,
Catequesis 5, sobre la fe y el símbolo).
2355 Estoy lejos de negar que los conocimientos científicos se hallen en
efectivo crecimiento, pero es a tontas y a locas; las hipótesis se levantan y
caen; es difícil prever cuáles se mantendrán y cuál será el estado de los
conocimientos respecto a ellas de un año a otro. En estas condiciones me ha
parecido realmente indigno de un católico lanzarme al trabajo de cazar algo que
puede convertirse en un fantasma, y devanarme los sesos para inventar una teoría
en respuesta a algunas objeciones especiales, teoría que, antes de es tar
acabada, tendrá que dar paso a otra más nueva, por razón de que las viejas
objeciones habrán sido reducidas a nada por otras recién nacidas. Me ha parecido
ser éste un tiempo especialmente en que los cristianos están llamados a tener
paciencia, y en que no tienen otra manera de ayudar a quienes están alarmados
sino exhortándolos a tener un poco de fe y de fortaleza y "a guardarseócomo dice
el pactaó de dar pasos peligrosos" (CARD. J. H. NEWMAN, Apologia "pro vita sua",1.
c. , p. 207).
Fe y pureza interior
2356 Dios se deja ver de los que son capaces de verle, porque tienen abiertos
los ojos de la mente. Porque todos tienen ojos, pero algunos los tienen bañados
en tinieblas y no pueden ver la luz del sol. Y no porque los ciegos no la vean
deja por eso de brillar la luz solar, sino que ha de atribuirse esta oscuridad a
su defecto de visión. Así, tu tienes los ojos entenebrecidos por tus pecados y
malas acciones (SAN TEÓI:ILO DE ANTIOQU jA, Libro 1,2,7).
2357 Quien cree ya en Jesucristo pero se deja dominar por la avaricia, se
ensoberbece con los honores, se abrasa con la envidia, se contamina con la
inmundicia de los deleites y desea las prosperidades mundanas, no quiere seguir
a Jesús en quien creyó (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 2 sobre los Evang. ).
2358 Entre los que no conocen a Cristo hay muchos hombres honrados que, por
elemental miramiento, saben comportarse delicadamente: son sinceros, cordiales,
educados. Si ellos y nosotros no nos oponemos a que Cristo cure la ceguera que
todavía queda en nuestros ojos, si permitimos que el Señor nos aplique ese lodo
que, en sus manos, se convierte en el colirio más eficaz, percibiremos las
realidades terrenas y vislumbraremos las eternas con una luz nueva, con la luz
de la fe: habremos adquirido una mirada limpia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es
Cristo que pasa,71).
2359 El ayuno es sólo una parte de un deber grande e importante: nuestra
subordinación a Cristo (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. I de Cuaresma:
Entrega a Dios).
Fe con obras
2360 La fe no es la consecuencia de las buenas obras, sino que la fe debe estar
en el comienzo de toda obra verdaderamente buena (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea,
vol. IV, p. 29).
2361 Deben basarse todas tus obras en la fe, porque el justo vive de la fe y la
fe obra por el amor. Que tus obras tengan por fundamento la fe, porque creyendo
en Dios te harás fiel (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 32).
2362 Porque ni la fe sirve sin obras, ni las obras sin fe, a no ser que se hagan
para alcanzar la fe, como Cornelio, que antes de ser creyente mereció ser oído
por sus buenas obras (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. sobre Ezequiel,1).
2363 Asi como el cuerpo está muerto cuando carece de espiritu, la fe está muerta
cuando carece de obras (RABANO MAURO, en Catena Aurea, vol. lil, p. 431).
2364 Mira que ni siquiera le pregunta el Señor (a Bartimeo) si tiene fe, como
solia hacer otras veces, pues sus gritos y su abrirse paso entre la gente ponia
bien de manifiesto su fe a los ojos de todos (SAN JUAN CR;SÓSTOMO, Hom. sobre S.
Mateo,66).
2365 ¿De qué sirve invocar con la voz a quien niegas con las obras? (SAN
JERÓNIMO, Hom. sobre los Evang. ).
2366 Al punto vio (Bartimeo), y le seguía. Ve y sigue quien obra el bien que
entiende; ve, pero no sigue, quien no quiere ejecutar el bien que comprende (SAN
GREGORIO MAGNO, Hom. sobre los Evang. ).
2367 Seguirle en el camino. Tú has conocido lo que el Señor te proponia, y has
decidido acompañarle en el camino. Tú intentas pisar sobre sus pisadas, vestirte
de la vestidura de Cristo, ser el mismo Cristo: pues tu fe, fe en esa luz que el
Señor te va dando, ha de ser operativa y sacrificada (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Amigos de Dios,198).
2368 Hablan de El como si fuesen ángeles; pero después hay que trabajar por
Dios, sufrir, mortificarse, enseñar a los pobres, ir en busca de la oveja
perdida, conformarse gustosamente cuando falta algo, aceptar las enfermedades y
cualquier desgracia [. . . ]. No, no, no nos engañemos; toda nuestra tarea
consiste en pasar a las acciones.
Y esto es de tal manera verdad que el apóstol S. Juan nos declara que a la otra
vida solamente nos acompañarán nuestras obras(cfr.
Ap 14,13).
Reflexionemos sobre esto: sobre todo habiendo tantos en este mundo que parecen
virtuosos, y que en efecto lo son, pero que prefieren un camino dulce y blando,
más que una devoción trabajosa y sólida (SAN VICENTE DE PAUL, Entretiens
spirituels aux Missionnaires, pp. 905-907).
2369 No cree verdaderamente sino quien, en su hogar, pone en práctica lo que
cree. Por eso, a propósito de aquellos que de Ia fe no poseen más que palabras,
dice San Pablo: profesan conocer a Dios, pero le niegan con las obras (SAN
GREGORIO MAGNO, Hom. 26 sobre los Evang. ).
2370 Es enterrar el talento que se ha recibido, el ocupar el ingenio recibido en
asuntos puramente terrenales, el no buscar el lucro espiritual y el no levantar
jamás el corazón de los pensamientos terrenos (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre
los Evang. ).
Fidelidad en la transmisión de la fe
2371 En la Iglesia Católica hay que poner el mayor cuidado para mantener lo que
ha sido creído en todas partes, siempre y por todos. Esto es lo verdadera y
propiamente católico, según la idea de universalidad que se encierra en la misma
etimología de la palabra. Pero esto se conseguirá si nosotros seguimos la
universalidad, la antigüedad, el consenso general. Seguiremos la universalidad,
si confesamos como verdadera y única fe la que la Iglesia entera profesa en todo
el mundo; la antigüedad, si no nos separamos de ninguna forma de los
sentimientos que notoriamente proclamaron nuestros santos predecesores y padres;
el consenso general, por último, si, en esta misma antigüedad, abrazamos las
definiciones y las doctrinas de todos, o de casi todos, los Obispos y Maestros
(SAN V!CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 2).
2372 Siempre resultará provechoso esforzarse en profundizar el contenido de
la-antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el
Señor nos la entregó, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los
Santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera
que todo aquel que se aparta de esta fe (la que predica la Iglesia) deja de ser
cristiano y ya no merece el nombre de tal (SAN ATANASIO, Carta I a Serapión,28).
2373 La misma naturaleza de la religión exige que todo sea transmitido a los
hijos con la misma fidelidad con la cual ha sido recibido de los padres; y que,
además, no nos es licito llevar y traer la religión por donde nos parezca, sino
que más bien somos nosotros los que tenemos que seguirla por donde ella nos
conduzca (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 6).
2374 En los decretos y en las. definiciones de todos los obispos de la Santa
Iglesia, herecleros de la verdad apostólica y católica, es en lo que han creído,
prefiriendo exponerse a si mismos a la muerte antes que traicionar la fe
universal (SAN V¡CENTE DE LER¡NS, Conmonitorio, n. 5).
2375 La verdadera actividad ecuménica significa apertura, acercamiento,
disponibilidad al diálogo, búsqueda común de la verdad en el pleno sentido
evangélico y cristiano; pero de ningún modo significa ni puede significar
renunciar o causar perjuicio de alguna manera a los tesoros de la verdad divina,
constantemente confesada y enseñada por la Iglesia (JUAN PABLO II, Enc.
Redemptor hominis,1,6).
Actos de fe
2376. . . A quien me niegue ante los hombres, yo le negaré. . . (Lc
12,8-9). Puesto que hay tantos modos
de negar, es claro que hay otros tantos de confesar; y practicados por el
hombre, le harán digno de oir aquella voz beatisima con la que Jesucristo
alabará a todos los que le hubieren confesado (SAN JUAN CRsosToMo, en Catena
Aurea, vol. Vl, p. 70)
2377 Siendo la fe la gracia fundamental que Dios nos da, es una prueba de la fe
la disciplina necesaria que nos impone. No podemos tener fe sin un ejercicio de
dicha fe (CARD J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. de Quincuagésima: Prejuicio y
fe).
2378 Como no tardó en creer (se refiere al leproso de Cafarnaún), tampoco tardó
en sanar; y como no dilató la confesión de la fe, tampoco se hizo esperar la
curación (OR¡GENES, en Catena Aurea, vol.
1P 467).
2379 La expresión exterior tiende a manifestar lo que se cree en el corazón
(SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 3, a. 1).
2380 Cuando asistís al Santo Sacrificio del Altar y os arrodilláis en la
elevación, y cada vez que hacéis un acto de fe en Dios, meditando cuidadosamente
todo lo que el Evangelio nos dice que El ha hecho por nosotros, recordad que
Dios es omnipotente, y ello os ayudará y os animará a hacerlo. Decid: yo creo
esto y aquello, porque Dios es omnipotente. No adoro a una criatura. No soy
siervo de un Dios de poder restringido. Puesto que Dios puede hacer todas las
cosas, yo puedo creer todas las cosas. Nada es demásiado difícil para que El lo
haga, y nada es demásiado difícil para que yo lo crea (CARD. J. H. NEWMAN,
Sermón sobre el Dom. I V después de Epifania).
Citas de la Sagrada Escritura
Es feliz quien teme a Dios, le ama, le busca y espera en El:
Ps 2,12
Ps 34,9
Ps 40,5
Ps 84,13
Ps 112,1.
Es feliz el pueblo de Israel, porque ha recibido de Dios la Revelación, mantiene
con él una Alianza, ha sido elegido, predestinado y salvado:
Dt 33,29
Ps 33,12
Ps 65,5.
Son felices quienes han recibido el perdón de sus pecados:
Ps 32,1-2.
Poseen la felicidad quienes tienen la conciencia tranquila, porque no se han
deslizado con la lengua, fuente de tantas culpas:
Si 14,1-2
Si 25,8
Si 28,19.
La felicidad, en último término, reside en la comunión con Dios y en Dios en
persona:
Ps 73,25.
El justo tiene la certeza de que hasta en las aflicciones y en el dolor, y
especialmente en el martirio, se puede ser feliz:
Da 12,12
2M 7,24
2M 36-37.
El sufrimiento es una prueba de Dios y como tal la ven y la aprecian los justos,
por eso no es de extrañar que se proclame feliz a quien lo acepta:
Jb 5,17
Ps 94,12
Tb 13,16.
Son felices:
Quienes escuchan la palabra de Dios:
Lc 11,28.
Quienes creen sin haber visto:
Jn 20,29.
Quienes no se escandalizan de Jesús:
Lc 7,23
Mt 11,6.
Los ojos que han visto a Cristo:
Mt 13,16.
La Madre del Mesías, por haber dado a luz al Salvador del munJo:
Lc 1,48
Lc 11,27;
y haber creído en las promesas divinas:
Lc 1,45.
Simón Pedro, porque el Padre le reveló que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios
vivo:
Mt 16,17.
Quienes en el período de prueba permanecen vigilantes, esperando la llegada del
Señor:
Lc 12,37-38
Ap 16,15.
Los siervos fieles y prudentes:
Mt 24,46
Lc 12,43.
Quienes practican la caridad con los necesitados:
Lc 14,14.
Los humildes y serviciales con sus hermanos:
Jn 13,17.
Quienes han soportado la prueba con generosidad y se han hecho acreedores a la
recompensa divina en la lucha por la fe:
Jc 1,12-25
Jc 5,11
1P 3,14
1P 4,14.
Todos los requisitos para la felicidad cristiana se encuentran recapitulados en
las Bienaventuranzas:
Mt 5,3-12
Lc 6,20-26.
Dios es la única fuente de felicidad verdadera
2381 Por muy avaro que seas, Dios te basta (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo
SS).
2382 Descansar en Dios y contemplar su felicidad es, en efecto, algo digno de
ser celebrado, algo lleno de felicidad y de tranquilidad. Corramos, como
ciervos, a la fuente de las aguas; que nuestra alma experimente aquella misma
sed del salmista. ¿De qué fuente se trata? Escucha su respuesta: En ti está la
fuente viva. Digámosle a esta fuente: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Pues la fuente es el mismo Dios (SAN AMBROSIO, Trat. sobre la huida del
mundo,9,52).
2383 Las riquezas no proporcionan felicidad ninguna cuando el alma vive en la
pobreza; y cuando se sobreabunda en riqueza interior, no hace mella la pobreza
(SAN JUAN CRISÓS TOMO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 315).
No está la felicidad en los bienes terrenos
El tesoro de cada uno viene determinado por la tendencia 2384 de su deseo, y si
este deseo se limita a los bienes terrenos,no hallará en ellos la felicidad,
sino la desdicha (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 92).
2385 De aquí que no se deba tener al rico por dichoso sólo por sus riquezas; ni
al poderoso por su autoridad y dignidad; ni al fuerte por la robustez de su
cuerpo; ni al sabio por su eximia elocuencia. Todas estas cosas son instrumentos
de virtud para los que las usan rectamente; pero ellas, en si mismas, no
contienen felicidad (SAN BASILIO, Hom. sobre la envidia).
2386 Lo que verdaderamente hace desgraciada a una persona óy aun a una sociedad
enteraóes esa búsqueda ansiosa de bienestar, el intento incondicionado de
eliminar todo lo que contraria. La vida presenta mil facetas, situaciones
diversisimas, ásperas unas, fáciles quizá en apariencia otras. Cada una de ellas
comporta su propia gracia, es una llamada original de Dios: una ocasión inedita
de trabajar, de dar el testimonio divino de la caridad (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Conversaciones. . . , n. ¡ 97).
Cumplir la voluntad de Dios en todo, camino seguro de felicidad
2387 Esforcémonos en guardar sus mandamientos, para que su voluntad sea nuestra
delicia (Epístola de Bernabé,2).
2388 El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la
tierra. Di, pues: "meas cibus est, ut faciam voluntatem ejus"ómi alimento es
hacer su Voluntad. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 766).
Caminos de infelicidad
2389 . . . La mayoría de los obstáculos para nuestra felicidad nacen de una
soberbia más o menos oculta (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,249).
2390 No puede llamarse feliz quien no tiene lo que ama, sea lo que fuere; ni el
que tiene lo que ama si es pernicioso; ni el que no ama lo que tiene, aun cuando
sea lo mejor (SAN AGUSTIN, Sobre las costumbres de la Iglesia, I,3).
2391 Porque no hay nada más infeliz que la felicidad de los que pecan (SAN
AGUSTIN, en Catena Aurea, vol.
1P 325).
Felicidad eterna y vida temporal
2392 El Señor no nos impulsa a ser infelices mientras caminamos, esperando sólo
la consolación en el más allá. Dios nos quiere felices también aquí, pero
anhelando el cumplimiento definitivo de esa otra felicidad, que sólo El puede
colmar enteramente (J. ESCRIVA [)E BALAGUUER, Es Cristo que pasa,126).
2393 Todas estas cosas (las prometidas en las bienaventuranzas) pueden cumplirse
en esta vida, como sabemos se cumplieron en los Apóstoles. Porque lo que se
ofrece después de esta vida no puede explicarse con palabras (SAN AGUSTIN, Sobre
el Sermón de la Montaña,1,3).
2394 Nos ha mandado que deseemos los bienes por venir y que apresuremos el paso
en nuestro viaje hacia el cielo; mas en tanto que el viaje no termina, aun
viviendo en la tierra, quiere que nos esforcemos por llevar vida del cielo. Es
precisoónos diceóque deseéis el cielo y los bienes del cielo; sin embargo, antes
de llegar al cielo, yo os mando que hagáis de la tierra el cielo y que, aun
viviendo en la tierra, todo lo hagáis y digáis como si ya estuvierais en el
cielo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,19).
2395 Pues toda la riqueza de esta vida, comparada con la felicidad eterna, no es
ni un auxilio, es una carga. La vida temporal, comparada con la eterna, debe
llamarse muerte y no vida (SAN GREC;ORIO MAGNO, Hom. 37sobre los Evang. ).
Los caminos de la verdadera felicidad
2396 Suelo afirmar que tres son los puntos que nos llenan de contento en la
tierra y nos alcanzan la felicidad eterna del Cielo: una fidelidad firme,
delicada, alegre e indiscutida a la fe, a la vocación que cada uno ha recibido y
a la pureza. El que se quede agarrado a las zarzas del caminoóla sensualidad, la
soberbia. . . , se quedará por su propia voluntad y, si no rectifica, será un
desgraciado por haber dado la espalda al Amor de Cristo (J. ESCRIVA DE BALAGUER,
Amigos de Dios,187).
2397 El Señor conoce dónde está nuestra felicidad y sabe que solamente por la
oración podemos procurárnosla (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).
2398 Los pacíficos se llaman dichosos, porque primero tienen paz en su corazón y
después procuran inculcarla en los hermanos desavenidos (SAN JERÓNIMO, en Catena
Aureo, vol.
1P 251).
2399 Contempla a tu lado el colegio de todos los santos, congregados para colmo
de tu felicidad por la divina clemencia, porque no es dichosa la posesión de un
bien cuando de él se goza en soledad (SAN BUENAVENTURA, Soliloquios,4,13).
2400 La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla
del "principio" del hombre, que surgió del amor ,a dado comienzo al amor. Y esto
sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte (JUAN
PABLO 11, Aud. gen. 30-1-1980).
La felicidad en esta vida no puede ser plena
2401 El gozo en esta vida no puede ser pleno. Lo será cuando en la
patriaóposeamos de modo acabado el bien perfecto: entra en el gozo de tu Señor (Mt
25,21) (SANTO TOMAS, Coment. Evang.
S. Juan,15).
2402 Tampoco debe considerarse bienaventurado el que es coronado con las cosas
que proceden de esta vida (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 255).
Citas de la Sagrada Escritura
1. Sábado
Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis dias trabajarás y harás
toda tu obra pero el séptimo es día de descanso consagrado al Eterno tu Dios. .
. pues en seis dias hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar y cuanto en
ellos se contiene y el séptimo cesó, por eso bendijo el Eterno el día del sábado
y lo santificó. Ex 20,8-11.
Observa el día del sábado para santificarlo. . . y recordarás que fuiste esclavo
en tierra de Egipto y el Eterno tu Dios te sacó de alli. . . por eso el Eterno
tu Dios te mando celebrar el día del Shabbat. Dt 5,12-15.
El sábado como día de gozo: Nb 10,10; Jud 8,6; 0s 2,11; /M 1,41; Lc 14,1.
Observación del sábado según la doctrina y el ejemplo del Señor: Mt 23,4;
12,3-12; Mc 1,21; 2,2527; 6,2; 6,6; 13,10; Ga 4,4.
2. Pascua
Yavé dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: Este mes será para vosotros el
comienzo del año, el mes primero del año. Hablad a toda la asamblea de Israel y
decidles: El día diez de este mes tome cada uno, según las casas paternas, una
res menor por cada casa. Si la casa fuere menor de lo necesario para comer la
res, tome a su vecino, al de la casa cercana, según el número de personas,
computándolo para la res según lo que cada cual puede comer. La res será sin
defecto, macho primal, cordero o cabrito. Lo reservarás hasta el día catorce de
este mes y toda la asamblea de Israel lo inmolará entre dos luces. Tomarán de su
sangre y untarán los postes y el dintel de la casa donde se coma. Comerán la
carne esa misma noche, la comerán asada al fuego, con panes ácimos y lechugas
silvestres. No comerán nada de él crudo, ni cocido al agua; todo asado al fuego,
cabeza, patas y entrañas. No dejaréis nada para el día siguiente; si algo
quedare, lo quemaréis. Habéis de comerlo así: ceñidos los lomos, calzados los
pies, y el báculo en la mano, y comiendo de prisa, es la Pascua de Yavé. Esa
noche pasaré yo por la tierra de Egipto y mataré a todos los primogénitos de la
tierra de Egipto, desde los hombres hasta los animales, y castigaré a todos los
dioses de Egipto. Yo, Yavé. La sangre servirá de señal en las casas donde
estéis; yo veré la sangre y pasaré de largo, y no habrá para vosotros plaga
mortal cuando yo hiera la tierra de Egipto. Este día será para vosotros
memorable y lo celebraréis solemnemente en honor de Yavé de generación en
generación; será una fiesta a perpetuidad 1]. No comeréis pan fermentado; en
todas vuestras moradas se comerán panes ácimos. Ex 12,1-14. 20.
Cfr. : Jos 5,10; 2 Re 23,21; 2 Par 30,1; 35, I; Esd 6,19; Ez 45,21; Jn 2,13-23;
6,4.
Ultima Pascua del Señor. Institución de la Eucaristía: Mt 26,1729; Mc 14,12-25;
Lc 22,1-20; Jn 13. 1-30; 1Cor 11,23-26.
3. Iíentecostés
( arando hubieres entrado en la ti. u que el Eterno tu Dios te da por lredad. .
. tomarás parte de las prhlicins de todos los productos de tu suelo que
coseches. . . y poniéndola en una cesta, irás al lugar que el Eterno tu Dios
haya elegido para establecer en él su nombre. Te presentarás al sacerdote
entonces en funciones y le dirás. . . Nos afligieron los egipcios y nos
persiguieron, imponiéndonos rudisimas tareas, y clamamos al Eterno, Dios de
nuestros padres. . . y nos sacó de Egipto. . . y nos dio una tierra que mana
leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de la tierra que el Eterno me
ha dado. Y las dejarás ante el Eterno tu Dios y te inclinarás ante El. Te
regocijarás con los bienes que el Eterno tu Dios te ha dado a ti y a tu casa, tú
y el leyita y el peregrino que mora en medio de ti.
Dt 26,1-11.
Venida del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés:
Ac 2,2-4.
4. Tabernáculo
Celebrarás la Fiesta de los Tabernáculos durante siete dias, una vez recogido el
producto de tu era y de tu lagar. . . Celebrarás la fiesta en honor del Eterno
tu Dios en el lugar que haya elegido
Dt 16,3-15.
5. Día de la expiación
El Eterno habló a Moisés diciendo: El décimo día de este séptimo me es Dia de
los Perdones. Mortificaréis vuestras almas y no haréis en él ningún trabajo,
pues es un día de expiación para rehabilitaros ante el Eterno vuestro Dios. Lv
23,26-32.
6. Dedicación del templo
Luego ordenó Judas que algunos tuvieran en jaque a los de la ciudadela, mientras
purificaban el santuario. Eligieron sacerdotes irreprochables, amantes de la
Ley, los cuales purificaron el templo y echaron las piedras del altar idolátrico
en lugar inmundo. Deliberaron qué harían del altar de los holocaustos, que había
sido profanado, y les pareció buen consejo destruirlo, por cuanto los gentiles
lo habían profanado, y depositar las piedras en el monte del templo, en lugar
conveniente hasta que viniese un profeta que diese oráculo sobre ellas. Tomaron
luego piedras sin labrar, conforme prescribe la Ley; y edificaron un altar nuevo
sobre el modelo antiguo, prepararon el santuario y el interior del templo,
purificaron los atrios, hicieron nuevos vasos sagrados e introdujeron el
candelabro, el altar de los perfumes y la mesa del templo. Quemaron incienso en
el altar, encendieron las lámparas del candelabro, que lucieron en el templo;
colocaron los panes sobre la mesa y colgaron las cortinas. De esta manera dieron
fin a la obra. /M 4,4151.
7. Sobre las fiestas celebradas sin rerdadera piedad
1s 1,12-15; Jr 6,20; 0s 6,6; Am 5,21-22; Miq 6,6-8.
8. Alegría en Las tiestas.
Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor. Ya están pisando
nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien
compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. Según la costumbre de
Israel, a celebrar el nombre del Señor. (Sal 121,1-4).
El sentido de las fiestas
2403 Las fiestas se han hecho para promover la alegría espiritual, y esa alegría
la produce la oración; por lo cual en día festivo se han de multiplicar las
plegarias (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. ,245).
2404"Quaerite Dominum". Nunca podemos dejar de buscarlo: sin embargo, hay
períodos que exigen hacerlo con más intensidad, porque en ellos el Señor está
especialmente cercano, y por lo tanto es más fácil hallarlo y encontrarse con
El. Esta cercanía constituye la respuesta del Señor a la invocación de la
Iglesia, que se expresa continuamente mediante la liturgia. Más aún, es
precisamente la liturgia la que actualiza la cercanía del Señor (JUAN PABLO II,
Hom. 20-111-1980).
2405 En las fiestas de Nuestra Señora no escatimemos las muestras de cariño;
levantemos con más frecuencia el corazón pidiéndole lo que necesitemos,
agradeciéndole su solicitud maternal y constante, encomendándole las personas
que estimamos. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,291).
El domingo, día del Señor
2406 Nos reunimos precisamente el día del sol, porque éste es el primer día de
la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia, y
también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre
los muertos (SAN JUSTINO, Apología l. a,67).
2407 El domingo ha de volver a ser el día del Señor, de la adoración y de la
glorificación de Dios, del santo Sacrificio, de la oración, del descanso, del
recogimiento, del alegre encontrarse en la intimidad de la familia (Po Xll, Aloc.
7-lX-1947).
2408 La Iglesia, por una tradición apostólica que trae su origen del mismo día
de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho dias [. . .
]. En este día, los fieles deben reunirse a fin de que, escuchando la Palabra de
Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la pasión, la resurrección y la
gloria del Señor Jesús y den gracias a Dios que los hizo renacer con viva
esperanza por la resurrección de Cristo de entre los muertos (1P 1,3) (CONC.
VAT. 11, Sacrosanctam Concilian,106).
2409 . . . EI domingo tiene una importancia muy grande en la vida cristiana,
sobre todo en estos tiempos en los que los hombres, por varias razones, viven
distraídos de las cosas celestiales [. . . ].
- Por tanto, la santificación del día del domingo, o lo que es lo mismo, la
celebración de la Pascua semanal, hace que los dones celestiales entonces
recibidos influyan con misteriosa fecundidad en la vida privada y pública (PABLO
Vl, Carta al Cardenal Colombo,4-VI11-1977).
2410 Ya que sois miembros de Cristo, no os queráis separar de la Iglesia
faltando a la reunión; teniendo a Cristo Cabeza presente y en comunicación con
vosotros, de acuerdo con su promesa, no os tengáis en poco a vosotros mismos ni
queráis separar al Salvador de sus miembros, ni dividir ni espaciar su Cuerpo,
ni preferir las necesidades de vuestra vida a la Palabra de Dios; por el
contrario, el domingo dejadlo todo y acudid a la Iglesia (Didascalia Apostolorum,
Il,59,2).
Adviento
2411 Hay diversos advientos. Se repiten cada año, y todos se orientan hacia una
dirección única. Todos nos preparan a la misma realidad. Hoy, en la segunda
lectura litúrgica, escuchamos lo que escribe el Apóstol Santiago: Hermanos,
tened paciencia, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente elfruto
valioso de la tierra mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened
paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está
cerca. Y añade inmediatamente después: Mirad que el juez está ya a la puerta
(5,7-9) (JUAN PABLO II, Hom. 14X11-1980).
2412 Precisamente este reflejo deben tener tales advientos en nuestros
corazones. Deben parecerse a la espera de la recolección. El labrador aguarda el
fruto de la tierra durante . todo el año o durante algunos meses. En cambio, la
mies de la vida humana se espera durante toda la vida. La mies de la tierra se
recoge cuando está madura, para utilizarla en satisfacer las necesidades del
hombre. La mies de la vida humana espera el momento en el que aparecerá en toda
la verdad ante Dios y ante Cristo, que es juez de nuestras almas.
La venida de Cristo, la venida de Cristo en Belén anuncia también este juicio.
¡Ella dice al hombre por qué le es dado madurar en todos estos advientos, de los
que se compone su vida en la tierra, y cómo debe madurar él! (JUAN PABLO II, Hom.
1 4-XI I- 1980).
2413 Debemos celebrar el nacimiento del Señor con una alegría cálida y
sobrenatural. Cada uno lo hará con el fervor que conviene: se acordará de qué
cuerpo es miembro y a qué cabeza está unido; se guardará de ser una pieza mal
adaptada que no encaje en el edificio sagrado (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 3. ¡ de
Navidad,4-5).
2414 La Iglesia desea vivamente hacernos comprender que, así como Cristo vino
una vez al mundo en la carne, de la misma manera está dispuesto a volver en
cualquier momento, para habitar espiritualmente en nuestra alma con la
abundancia de sus gracias si nosotros, por nuestra parte, quitamos todo
obstáculo.
Por eso, durante este tiempo, la Iglesia, como madre amantisima y celosisima de
nuestra salvación, nos enseña, a través de himnos, cánticos y otras palabras del
Espíritu Santo y de diversos ritos, a recibir convenientemente y con un corazón
agradecido este beneficio tan grande, a enriquecernos con su fruto y a preparar
nuestra alma para la venida de nuestro Señor Jesucristo con tanta solicitud como
si hubiera él de venir nuevamente al mundo. No de otra manera nos lo enseñaron
con sus palabras y ejemplos los patriarcas del Antiguo Testamento, para que en
ello losimitáramos (SAN CARLOS BORROMEO, Cartas pastorales,1. c. , vol.
2,916-917).
2415 Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es
diferida, sino concedida; no es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado
a la tierra algo así como un saco lleno de misericordia; un saco, diría, que se
romperá en la pasión, para que se derrame el precio de nuestro rescate que
contiene; un saco que, si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En efecto,
un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la
divinidad. (S. BERNARDO, Sermón I de Epifanta,1-2).
2416 Natividad es la gran fiesta de las familias. Jesús, al venir a la tierra
para salvar a la sociedad humana y para de nuevo conducirla a sus altos
destinos, se hizo presente con María su Madre, con José, su padre putativo que
está allí como la sombra del Padre eterno. La gran restauración del mundo entero
comenzó allí, en Belén; la familia no podrá lograr más influencia que volviendo
a los nuevos tiempos de Belen (JUAN XX111, Aloc. ,25-XII-l959).
2417 La fiesta de la Natividad renueva para nosotros los comienzos sagrados de
la vida de Jesús, nacido de la Virgen María; y, al adorar el nacimiento de
nuestro Salvador, se nos invita a celebrar también nuestro propio nacimiento
como cristianos (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 6, sobre la Natividad,2-3)
2418 ¿Qué cosa mejor podríamos encontrar entre los dones divinos, para honrar la
fiesta de hoy, que aquella paz que anunciaron los ángeles en el nacimiento del
Señor? En efecto, esta paz es la que engendra hijos de Dios, la que alimenta el
amor, la que es madre de la unidad. Ella es descanso para los santos y
tabernáculo donde moran los invitados al reino eterno. El fruto propio de esta
paz es que se unan a Dios aquellos que el Señor ha segregado del mundo (SAN LEÓN
MAGNO, Sermón 6, sobre la Natividad,2-3).
2419 Un niño nos ha nacido y un hijo nos ha sido dado; la insignia de su
principado han puesto sobre su hombro, y será llamado el Admirable, el
Consejero, Dios, el Fuerte, el Padre del siglo. Pero, ¿dónde está el nombre que
está sobre todo nombre, el nombre de Jesús, al cual se dobla toda rodilla? Tal
vez en todos estos nombres hallarás sólo éste: Jesús; pero en algún modo
exprimido y derramado. Sin duda él mismo es de quien la Esposa dice en el
cántico del amor: Aceite derramado es tu nombre (SAN BERNARDO, Sermón sobre la
Circuncisión del Señor,2,4).
2420 ¿A un moribundo sumamente apegado a la vida puede acaso dársele más dichosa
nueva que decirle que un médico hábil va a sacarle de las puertas de la muerte?
Pues infinitamente más dichosa es la que el ángel anuncia hoy a todos los
hombres en la persona de los pastores (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el
misterio).
2421 Nuestro Salvador ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto,
lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor
de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.
Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es
común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte,
así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a
todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la recompensa; regocijese el
pecador, porque se le brinda el perdón; animese el pagano, porque es llamado a
la vida (SAN LEÓN MAGNO, Sermón I sobre la Natividad,1-3).
2422 Nace Cristo. Esto sucedió una vez, la noche de Belén, pero en la liturgia
se repite cada año, en cierto modo se "actúa" cada año. Y asimismo cada año
aparece rico de los mismos contenidos divinos y humanos; éstos hasta tal grado
sobreabundan, que el hombre no es capaz de abarcarlos todos con una sola mirada;
y es difícil encontrar palabras para expresarlos todos juntos. Incluso nos
parece demásiado breve el periodo litúrgico de Navidad, para detenernos ante
este acontecimiento que más presenta las caracteristicas de mysteriam fuscinosum,
que de mysteriumátremendam. Demasiado breve para "gozar" en plenitud de la
venida de Cristo, el nacimiento de Dios en la naturaleza humana. Demasiado breve
para desenmarañar cada uno de los hilos de este acontecimiento y de este
misterio (JUAN PABLO II, Audiencia general,3-1-1979).
2423 ¿Quién tendrá un corazón tan bajo y tan ingrato como para no gozar y saltar
de alegría por lo que sucede? Es una fiesta común de toda la creación [. . . ].
Nosotros también proclamamos nuestra alegría; a nuestra fiesta le damos el
nombre de teofanía. Festejemos la salvación del mundo, el día en que nace la
humanidad. Hoy ha quedado eliminada la condenación de Adán (SAN BASILIO, Hom.
para el Nacim¿ento de Cristo,2,6).
Epifania
2424 Precisamente se les había ocultado (la estrella) antes para que, al
hallarse sin guia, no tuvieran otro remedio que preguntar a los judíos, y
quedara así manifiesto a todos el nacimiento de Cristo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom.
sobre S. Mateo,7).
2425 Como los Reyes Magos, hemos descubierto una estrella, luz y rumbo, en el
cielo del alma. Hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarle. Es
nuestra misma experiencia. También nosotros advertimos que, poco a poco, en el
alma se encendía un nuevo resplandor: el deseo de ser plenamente cristianos; si
me permitís la expresión, la ansiedad de tomarnos a Dios en serio (J. ESCRIVA DE
BALAGUER, Es Cristo que pasa,32).
2426 Hoy los Magos revuelven en su mente con profundo estupor lo que allí han
visto; el cielo en la tierra, la tierra en el cielo, el hombre en Dios, Dios en
el hombre, y a aquel a quien no puede contener el universo encerrado en un
pequeño cuerpecillo. Y, al verlo, lo aceptan sin discusión, como lo demuestran
sus dones simbólicos: el incienso, con el que profesan su divinidad; el oro,
expresión de la fe en su realeza; la mirra, como signo de su condición mortal.
Asi los gentiles, que eran los últimos, llegan a ser los primeros, ya que la fe
de los Magos inaugura la creencia de toda la gentilidad (SAN PEDRO CRISÓLOGO,
Sermón 160).
2427 La Epifania es, pues, la gran fiesta de la fe. Participan en esta fiesta
tanto quienes han llegado ya a la fe como los que se encuentran en el camino
para alcanzarla. Participan, agradeciendo el don de la fe, al igual que los
Magos, llenos de gratitud, se arrodillaron ante el Niño. En esta fiesta
participa la Iglesia, que cada año se hace más consciente de la amplitud de su
misión (JUAN PABLO 11, Hom. 6-1- 1 979).
Cuaresma
2428 Tiempo de penitencia, pues. Pero, como hemos visto, no es una tarea
negativa. La Cuaresma ha de vivirse con el espiritu de filiación, que Cristo nos
ha comunicado y que late en nuestra alma (Cfr.
Ga 4,6). El Señor nos
llama para que nos acerquemos a El deseando ser como El: sed im¿tadores de Dios,
como hijos suyos muy queridos (Ep
5,1), colaborando humildemente, pero
fervorosamente, en el divino propósito de unir lo que está roto, de salvar lo
que está perdido, de ordenar lo que ha desordenado el hombre pecador, de llevar
a su fin lo que se descamina, de restablecer la divina concordia de todo lo
creado (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,65).
2429 Si bien todo tiempo es bueno para ejercitarse en la virtud de la caridad,
estos dias cuaresmales nos invitan a ello de un modo más apremiante; si deseamos
llegar a la Pascua santificados en el alma y en el cuerpo, debemos poner un
interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en sí a
todas las otras y cubre la multitud de los pecados (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 10,
sobre la Cuaresma,3-s).
2430 Contra ellas (las fuerzas del mal en nosotros) se necesita la lucha
permanente a que nos invita de modo particular el tiempo de Cuaresma, y tiene
por finalidad el retorno sincero al Padre celestial, infinitamente bueno y
misericordioso.
Este retorno, fruto de un acto de amor, será tanto más expresivo y grato a El
cuanto más acompañado vaya del sacrificio de algo necesario y, sobre todo, de
las cosas superfluas. A vuestra iniciativa se ofrece una gama vastisima de
acciones, que van desde el cumplimiento asiduo y generoso de vuestro deber
diario, a la aceptación humilde y gozosa de los contratiempos molestos que
puedan presentarse a lo largo del día y a la renuncia de algo que sea muy
agradable a fin de poder socorrer a quien está necesitado; pero sobre todo es
agradabilísima al Señor la caridad del buen ejemplo, exigido por el hecho de que
pertenecemos a una familia de fe cuyos miembros son interdependientes y cada uno
está necesitado de la ayuda y apoyo de todos los otros. El buen ejemplo no sólo
actúa fuera, sino que va a lo hondo y construye en el otro el bien más precioso
y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana (JUAN
PABLO II, Aloc. 20-II-1980).
2431 La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser sólo interna e individual,
sino también externa y social. Foméntese la práctica penitencial de acuerdo con
las posibilidades de nuestro tiempo y de los diversos países y condiciones de
los fieles [. . . ].
Sin embargo, téngase como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas
partes el viernes de la pasión y muerte del Señor y aun extenderse, según las
circunstancias, al sábado santo, para que de este modo se llegue al gozo del
domingo de Resurrección con elevación y apertura de espiritu (CONC VAT. II,
Sacrosanctum Concillum,110).
Pasión
2432 En la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que
nos sobrevienen a causa del pecado (SAN TO TOMÁS, Sobre el Credo,6,1. c. ).
2433 Cuando pecó el primer hombre, nuestra naturaleza quedo debilitada y
corrompida, y el hombre se tornó más propenso al pecado. Pero Cristo atenuó esta
debilidad y propensión, si bien no la eliminó por completo; con la Pasión de
Cristo quedó fortalecido el hombre y debilitado el pecado, que ya no lo domina
de la misma manera, sino que el hombre puede esforzarse y librarse de los
pecados ayudado por la gracia de Dios, que recibe en los sacramentos, cuya
eficacia procede de la Pasión de Cristo (SANTO ToMAs, Sobre el Credo,4, I. c. ).
2434 La pasión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es origen de nuestra
esperanza en la gloria y nos enseña a sufrir (SAN AGUSTIN, Sermón Güelferbitano,3).
2435 La plenitud de la fe es la cruz del Señor, su muerte y su resurrección [. .
. ]. La cruz también puede servir de escándalo a los escogidos; pero no hay
testimonio más grande de la divina persona, porque nada parece más superior a la
naturaleza humana como haberse ofrecido El solo por todo el mundo (SAN AMBROSIO,
en Catena Aurea, vol. V, p. 339).
2436 ¡Qué diferentes voces eran: quita, quita, crucifícale y bendito sea el que
viene en el nombre del Señor, hossana en las alturas! ¡Qué diferentes voces son
llamarle ahora Rey de Israel, y de ahí a pocos dias decir: no tenemos más rey
que al César! ¡Qué diferentes son los ramos verdes y la cruz, las flores y las
espinas! A quien antes tendían por alfombra los vestidos propios, de allí a poco
le desnudan de los suyos y echan suertes sobre ellos (SAN BERNARDO, Sermón sobre
el Domingo de Ramos,2,4).
2437 Manantial inagotable de vida es la Pasión de Jesús.
Unas veces renovamos el gozoso impulso que llevó al Señor a Jerusalén. Otras, el
dolor de la agonía que concluyó en el Calvario. . . O la gloria de su triunfo
sobre la muerte y el pecado. Pero, ¡siempre!, el amorógozoso, doloroso,gloriosoó
del Corazón de Jesucristo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Via Crucis, p. 122).
2438 Como dice San Agustín, la Pasión de Cristo es suficiente para modelar por
completo nuestra vida (SANTO ToMAs, Sobre el Credo,4, I. c. , p. 65).
2439 Y Pedro le seguía a lo lejos. Le seguía a lo lejos, pero se acercaba a su
negación, y acaso no le hubiera negado si hubiese estado cerca de Jesús (SAN
AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 473).
2440 Inmolemos cada día nuestra persona y toda nuestra actividad, imitemos la
pasión de Cristo con nuestros propios padecimientos, honremos su sangre con
nuestra propia sangre, subamos con denuedo a la cruz. Si quieres imitar a Simón
de Cirene, toma la cruz y sigue al Señor (SAM GREGORIO NACIANCENO, Disertac.
45,23-24).
2441 Y habiendo encendido fuego en medio del atrio, y sentándose ellos
alrededor, estaba también Pedro en medio de ellos. Se acercó San Pedro a
calentarse, porque una vez preso el Señor el calor del afecto de Pedro se enfrió
(SAN AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 473).
2442 Le habían sido entregadas las llaves del reino de los cielos. Le había sido
confiada una innumerable multitud de pueblos, que estaba metida en el pecado.
San Pedro estaba muy fuerte, como lo indica la oreja cortada del criado del
príncipe de los sacerdotes. Este hombre, tan endurecido y tan severo, si hubiese
obtenido el don de no pecar, ¿cómo hubiera podido perdonar a los pueblos? Pero
la Providencia divina permitió que cayese él primero, para que fuese
condescendiente con los demás, recordando su propia caida (SAN AGUSTIN, en
Catena Aurea, vol. Vl, p. 474).
2443 El Señor fue flagelado y nadie le ayudó; fue afeado con salivas, y nadie le
amparó; fue coronado de espinas, y nadie le protegió; fue crucificado, y nadie
le desclavó; clama diciendo Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado. 7, y
nadie le socorre (SAN AGUST1N, Coment. sobre el Salmo 21).
2444 Y así como El no olvidó ninguna muestra de mansedumbre, así ellos no
perdonaban ningún insulto, ninguna impiedad, sino que con obras y palabras
desahogaban su furor [. . . ]. Escupían y maltrataban aquel rostro reverenciado
por las olas del mar y venerado por el sol que, cuando más tarde le vio en la
Cruz, escondió respetuoso sus rayos; le herían en la cabeza desfogando
ampliamente su cólera y causándole llagas infamantes; le maltrataban a puñadas y
le abofeteaban en la divina faz, a la que también se atrevian a escupir. Al
mismo tiempo le decían con feroz sarcasmo: Adivínanos, Cristo, ¿quién te ha
herido? SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,85).
2445 ¿Podéis beber el cáliz [ 17; el Señor sabia que podrían imitar su pasión, y
sin embargo les pregunta; para que todos oigamos que nadie puede reinar con
Cristo si no ha imitado su pasión; porque las cosas de mucho valor no se
consiguen más que a un precio muy alto (SAN JUAN CRISOSTOMo, Hom. sobre S.
Mateo,35).
Resurrección
2446 Por el nombre de Resurrección no debe entenderse única- mente que Cristo
resucitó de entre los muertos [. . . ], sino que resucitó por su virtud y poder
propio, lo cual fue exclusivo y singular en El [. . . ]; lo confirmó el mismo
Señor con el divino testimonio de su boca: porque doy mi vida para tomarla de
nuevo. Ninguno me la quita sino que yo la doy por m f mismo, y tengo poder para
darla y tengo poder para tomarla de nuevo (Jn
10,17-18) [. . . ]. Asimismo, dijo a
los judíos, para confirmar la verdad de su doctrina: destruid este templo y en
tres das lo levantaré. . . pero El hablaba del templo de su cuerpo (Jn
2,19-21) [. . . ]. Y si bien leemos
alguna vez en las Escrituras que Cristo Nuestro Señor fue resucitado por el
Padre (cfr.
Ac 2,24
Rm 8,11),
esto se le ha de aplicar en cuanto hombre; así como, por otra parte, se refieren
a El mismo en cuanto Dios, aquellos textos en que se dice que resucitó por su
propia virtud (Catecismo Romano,1,6,8).
No es grande cosa crcer que Cristo muriese; porque esto 2447 también lo creen
los paganos y judíos y todos los inicuos: todos creen que murió. La fe de los
cristianos es la Resurrección de Cristo; esto es lo que tenemos por cosa grande:
el creer que resucitó (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 120).
2448 Cristo vive. Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe.
Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder
de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta invocación
saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venfs a
buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquí(Mc
16,6). Haec est dies quam fecit
Dominas exsultemas et laetemar in ea; éste es el día que hizo el Señor,
regocijémonos (Sal 117,24).
El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa
época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del
cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en
un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos.
No: Cristo vive. Jesús es el Emmanuel: Dios con nosotros. Su Resurrección nos
revela que Dios no abandona a los suyos (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Es Cristo que
pasa,102).
2449 La razon de que los discípulos tardaran en creer en la Resurrección del
Señor, no fue tanto por su flaqueza como por nuestra futura firmeza en la fe;
pues la misma Resurrección demostrada con muchos argumentos a los que dudaban,
¿qué otra. cosa significa sino que nuestra fe-se fortalece por su duda? (SAN
GREGORIO MAGNo,Hom. 16sobre los Evang. ).
2450 Después de la tristeza del sábado resplandece un día feliz, el primero
entre todos, iluminado con la primera de las iuces, ya que en él se realiza el
triunfo de Cristo resucitado (SAN JERÓNIMO, Coment. Evang. S. Marcos,16).
2451 Yo, por mi parte, sé muy bien y en ello pongo mi fe que, después de la
Resurrección, el Señor permaneció en su carne. Y así, cuando se presentó a Pedro
y a sus compañeros, les dijo: Tocadme, palpadme y comprended que no soy un
espir¿tu incorpóreo. Y al punto le tocaron y creyeron, quedando persuadidos de
su carne y de su espiritu [. . . ]. Es más, después de su Resurrección comió y
bebió con ellos, como hombre de carne que era, si bien espiritualmente estaba
hecho una cosa con su Padre (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los de Esmirna,
lll,1-3).
2452 Y dicho esto, les mostró las manos y los pies. En los que vieron claramente
los vestigios de los clavos; y, según San Juan, también les enseñó el costado
que había sido abierto con la lanza, para que, viendo las cicatrices de las
heridas, pudiesen curar las heridas de sus dudas.
Y no quiso curar estas señales: en primer lugar, para confirmar en sus
discípulos la fe de la resurrección; en segundo lugar para poder presentarlas a
su Padre cuando intercediese por nosotros, manifestándole la clase de muerte que
por nosotros había sufrido; en tercer lugar, para demostrar siempre a los
redimidos con su muerte el gran amor que con ellos empleó, presentándoles las
señales de su pasión; finalmente, para probar el día del juicio la justicia con
que serán condenados los impíos (SAN BEDA, en CatenaAurea, vol. Vl, p. 548).
2453 Y habiendo comido delante de ellos, tomó las sobras y se los dio. Para
demostrarles la veracidad de su resurrección, no sólo quiso que le tocasen sus
discípulos, sino que se dignó comer con ellos, para que viesen que había
resucitado de una manera real, y no de un modo imaginario. Comió para manifestar
que podía, y no poráneacesidad: la tierra sedienta absorbe el agua de un modo
distinto a como la abr sorbe el sol ardiente; la primera poráneacesidad, el
segundo, por potencia (SAN BEDA en Catena Aurea, vol. Vl, p. 550).
2454 Con razón los Romanos Pontífices han llamado a Maria Corredentora: de tal
modo, juntamente con su Hijo paciertey muriente, padeció y casi murió; y de tal
modo, por lasalvación de los hombres, abdicó de los derechos maternos sobre su
Hijo, y le inmoló, en cuanto de Ella dependia, para aplacar la justicia de Dios,
que puede con razón decirse que Ella redimió al género humano juntamente con
Cristo. (Benedicto XV). Asi entendemos mejor aquel momento de la Pasión de
Nuestro Señor, que nunca nos cansaremos de meditar: stabot autem iuxta cruce".
Jesu matar eius (Jn
19,25), estaba junto a la cruz de
Jesús su Madre (J. ESCRIVA DE BALAGUER Amigos de Dios,287).
2455 Cristo ha muerto por ti. Tú. . . ¿qué debes hacer por Cristo? (J. ESCRIVA
DE BALAGUER Camino, n. 299). Pascua del Señor, Pascua; lo digo por tercera vez
en honor 2456 de la Trinidad: Pascua. Es, para nosotros, la fiesta de las
fiestas, la solemnidad de las solemnidades, que es superior a todas las demás,
no sólo a las fiestas humanas y terrenales, sino también a las fiestas del mismo
Cristo que se celebran en su honor, igual que el sol supera a las estrellas (SAN
GKEGORIO NACIANCENO, Oración 45,2).
2457 Yentrando, no hallaron el cuerpo del Señor. No habiendo encontrado el
cuerpo de Jesús, porque había resucitado, i eran agitadas por diversas ideas; y
como amaban tanto al Señor y se hallaban tan apenadas por su desaparición,
merecieron la presencia de un ángel (SAN CIR1LO, en Catena Aurea, vo l. Vl, p.
524).
2458 Y les dijo: Paz a vosotros; soy yo, no temáis. Avergüénce- nos el
prescindir del saludo de la paz, que el Señor nos de jó cuando iba a salir del
mundo. La paz es un nombre y una cosa sabrosa que sabemos proviene de Dios,
según dice el Apóstol a los filipenses: la paz de Dios; y que es de Dios lo
muestra también cuando dice a los efesios: El es nuestra paz. La paz es un bien
recomendado a todos, pero observado por pocos. ¿Cuál es la causa de ello? Quizás
el deseo de dominio, o de ambición, o de envidia, o de aborrecimiento del
prójimo, o de alguna otra cosa, que vemos en quienes desconocen al Señor. La paz
procede de Dios, que es quien todo lo une [. . . ]. La transmite a los ángeles
[. . . ] y se extiende también a todas las criaturas que verdaderamente la
desean (SAN GREGORIO NACIANCENO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 545).
Ascensión
2459 Se aprovecharon tanto los Apóstoles de la Ascensión del Señor que todo lo
que antes les causaba miedo, después se convirtió en gozo. Desde aquel momento
elevaron toda la contemplación de su alma a la divinidad sentada a la diestra
del Padre, y ya no les era obstáculo la vista de su cuerpo para que la
inteligencia, iluminada por la fe, creyera que Cristo, ni descendiendo se había
apartado del Padre, ni con su Ascensión se había apartado de sus discípulos (SAN
LEÓN MAGNO, Sermón 74).
2460 En cuanto Nuestro Señor subió a los Cielos, su Santa Iglesia desafió al
mundo y, confortada con su Ascensión, predicó abiertamente lo que creia a
ocultas (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 29 sobre los Evang. ).
2461 No era conveniente que Cristo permaneciese en la tierra después de la
Resurrección, sino que convenia que subiese al Cielo (SANTO TOMÁS, Suma
Teológica,3, q 57, a. 1).
2462 La fiesta de la Ascensión del Señor nos sugiere también otra realidad; el
Cristo que nos anima a esta tarea en el mundo, nos espera en el Cielo. En otras
palabras: la vida en la tierra, que amamos, no es lo definitivo; pues no tenemos
aquí ciudad permanente, sino que andamos en basca de la futura (He
13,14), ciudad inmutable (. . . ).
Cristo nos espera. Vivimos ya como ciudadanos del cielo (F1p 3,20), siendo
plenamente ciudadanos de la tierra, en medio de dificultades, de injusticias, de
incomprensiones, pero también en medio de la alegría y de la serenidad que da el
saberse hijo amado de Dios (J. ESCR;V¡ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,126).
Pentecostés
2463 El Señor prometió que nos enviaria aquel Abogado que nos haría capaces de
Dios. Pues del mismo modo que el trigo seco no puede convertirse en una masa
compacta y en un solo pan si antes no es humedecido, así también nosotros, que
somos muchos, no podíamos convertirnos en una sola cosa en Cristo Jesús sin esta
agua que baja del cielo. Y, así como la tierra árida no da fruto si no recibe el
agua, así también nosotros, que éramos antes como un leño árido, nunca
hubiéramos dado el fruto de vida, sin esta gratuita lluvia de lo alto (SAN
l;RENEO, Trat. contra las herejias,3).
2464 El Espíritu Santo se apareció bajo la forma de paloma y de fuego; porque a
todos los que llena, los hace sencillos y los anima a obrar; los hace sencillos
con la pureza, y los anima con la emulación; pues a Dios no puede serle grata la
sencillez sin celo, ni el celo sin sencillez (SAN GREC;OR;O MAGNO, Hom. 30 sobre
los Evang. ).
2465 Vemos la transformación que obra el Espíritu en aquellos en cuyo corazón
habita. Fácilmente los hace pasar del gusto de las cosas terrenas a la sola
esperanza de las celestiales, y del temor y la pusilanimidad a una decidida y
generosa fortaleza de alma. Vemos claramente que así sucedió en los discípulos,
los cuales, una vez fortalecidos por el Espíritu, no se dejaron intimidar por
sus perseguidores, sino que permanecieron tenazmente unidos al amor de Cristo
(SAN CIRILO DE ALEJANDRiA, Coment. Evang. S. Juan,10).
2466 Su actuación en el alma es suave y apacible, su experiencia es agradable y
placentera y su yugo es levisimo. Su venida va precedida de los rayos brillantes
de su luz y de su ciencia. Viene con la bondad de genuino protector; pues viene
a salvar, a curar, a enseñar, a aconsejar, a fortalecer, a consolar, a iluminar,
en primer lugar, la mente del que lo recibe y, después, por las obras de éste,
la mente de los demás. Y, del mismo modo que el que se hallaba en tinieblas, al
salir el sol, recibe su luz en los ojos del cuerpo y contempla con toda claridad
lo que antes no veia, así también al que es hallado digno del don del Espíritu
Santo se le ilumina el alma y, levantado por encima de su razón natural, ve lo
que antes ignoraba (SAN CIRILO DE JERUSALEN, Catequesis 16, sobre el Espíritu
Santo 1,11-12,16).
2467 Ved, pues, cómo San Pedro, que antes tenia miedo de hablar de Jesús, ahora
se goza ya en los castigos; y el que antes de la venida del Espíritu Santo temió
ante la voz de una mujer, después de la venida desafia las iras de los príncipes
(SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 30 sobre los Evang. ).
CITAS DE LA SAGRADA ESCRITURA
Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de
estos mis hermanos menores, a mi me lo hicisteis.
Mt 25.
Y nos hizo merced de preciosos y sumos bienes prometidos, para que por ellos os
hagáis participes de la divina naturaleza, huyendo ie la corrupción que por la
concupiscencia existe en el mundo. 2P 1,4.
El les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga tu
reino. . . Lc 11,2.
¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pez, le dará, en vez del pez,
una serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión? Si vosotros, pues,
siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden? Lc 11,11-13.
Mas a cuantos le recibieron dióles poder de llegar a ser hijos de Dios, a
aquellos que creen en su nombre; Jn 1,12.
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero ve a mis
hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Jn 20,17.
Ved qué amor nos ha mostrado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios y lo
seamos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a El. Carísimos,
ahora somos hijos de Dios, aunque ano no se ha manifestado lo que hemos de ser.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a El, porque le veremos
tal cual es. 1Jn 3,1-2.
Los que son movidos por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Rm 8,14.
Que no habéis recibido el espiritu de siervos para recaer en el temor, antes
habéis recibido el espiri
tu de adopción, por el que clamamos: Abba! ¡Padre! Rm 8,15.
El Espíritu da testimonio a nuestro espiritu de que somos hijos de Dios, y si
hijos, también herederos; herederos de Dios, coherederos de Cristo, supuesto que
padezcamos con El para ser con El glorificados. Rm 8,16-17.
Porque a los que de antes conoció, a esos los predestinó a ser conformes con la
imagen de su Hijo, para que éste sea el primogénito entre muchos hermanos. . .
Rm 8,29.
Todos, pues, sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Porque cuantos en
Cristo habéis sido bautizados, os habéis vestido de Cristo. No hay ya judío o
griego, no hay siervo o libre, no hay varón o hembra, porque todos sois uno en
Cristo Jesús. Ga 3,26-28.
Y, puesto que sois hijos, envió Dios a nuestros corazones el Espíritu de su
Hijo, que grita: Abba!, ¡Padre! De manera que no eres siervo, sino hijo, también
heredero por medio de Dios. Ga 4,6-7.
¿No tenemos todos un Padre? ¿No nos ha criado a todos un Dios? ¿Por qué, pues,
obrar pérfidamente unos con otros, quebrantar el pacto de nuestros padres? Mal
2,10.
Señor, Padre, Soberano de mi vida, no me abandones al capricho de ellos ni me
dejes caer por ellos. Señor, Padre y Dios de mi vida, no me des ojos altaneros.
Si 23,1. 4.
Nos tiene por escorias y se aparta de nuestras sendas como de impurezas;
proclama dichosas las postrimerías de los justos y se gloría de tener a Dios por
Padre. Porque si el justo es hijo de Dios, El le acogerá y le librará de las
manos de sus enemigos.
Sg 2,16-18.
Dios es nuestro Padre
2468 No dijo porque Dios sabe, sino porque sabe vuestro Padre. Y así les infunde
una confianza mayor. Porque si es Padreóy tal Padreó, no podrá abandonar a sus
hijos cuando los ve necesitados (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,22).
2469 Asi pues, según la condición natural, podemos decir que todos somos hijos
de Dios, ya que todos hemos sido creados por él. Pero según la obediencia y la
enseñanza seguida, no todos son hijos de Dios, sino sólo los que confian en él y
hacen su voluntad. LOS que no se le confian ni hacen su voluntad son hijos del
diablo, puesto que hacen las obras del diablo. Que esto sea así se declara en
Isaías: Engendré hijos y los crié: pero ellos me despreciaron (Is I,2). Y en
otro lugar los llama hijos extraños: Los hijos extraños me han deiraudado (Sal
17,46) (SAN IRENEO DE LYON, Trat. contra las herejías, IV,41).
2470 Por una admirable condescendencia, el Hijo de Dios, el Unico según la
naturaleza, se ha hecho hijo del hombre, para que nosotros, que somos hijos del
hombre por naturaleza, nos hagamos hijos de Dios por gracia (SAN AGUST;N, La
ciudad de Dios).
2471 De la misma manera que los padres y las madres ven con gran gusto a sus
hijosólos caballos a sus potros, el león a su cachorro, el ciervo a su
cervatillo y el hombre a su hijoó, también el Padre del universo recibe
gustosamente a los que se acogen a él. Cuando los ha regenerado por su Espíritu
y adoptado como hijos, aprecia su dulzura, los ama, los ayuda, combate por ellos
y, por eso, los llama sus "hijos pequeños" [. . . ] (CLEMENTE DE ALEJANDRIA,
Pedagogo,1,23,2).
El Espíritu Santo y la filiación divina
2472 La efusión del Espíritu Santo, al cristificarnos, nos lleva a que nos
reconozcamos hijos de Dios. El Paráclito, que es caridad, nos enseña a fundir
con esa virtud toda nuestra vida; y consummati in unum (Jn
17,23), hechos una sola cosa con
Cristo, podemos ser entre los hombres lo que San Agustín afirma de la
Eucaristía: signo de unidad, vinculo del Amor (In loan. Ev. tract. 26,13) (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,87).
2473 Por el Espíritu Santo se nos restituye el paraíso, por él podemos subir al
reino de los cielos, por él obtenemos la adopción filial, por él se nos da la
confianza de llamar a Dios con el nombre de Padre, la participación de la gracia
de Cristo, el derecho de ser llamados hijos de la luz, el ser participes de la
gloria eterna y, para decirlo todo de una vez, la plenitud de toda bendición,
tanto en la vida presente como en la futura; por él podemos contemplar como en
un espejo, cual si estuvieran ya presentes, los bienes prometidos que nos están
preparados y que por la fe esperamos llegar a disfrutar (SAN BASILIO, Sobre el
Espíritu Santo,15,35-36).
2474 La adopción, aunque sea común a toda la Trinidad, se apropia, sin embargo,
al Padre como su autor, al Hijo como modelo, al Espíritu Santo como al que
imprime en nosotros la semejanza a ese modelo (SANTO TOMÁS. Suma Teológica,3, q.
23, a. 2).
2475 El que tiene el Espíritu de Dios se convierte en hijo de Dios. Hasta tal
punto es hijo de Dios que no recibe un espiritu de servidumbre, sino el espiritu
de los hijos (cfr.
Rm 8,25), de modo que
el Espíritu Santo testimonia a nuestro espiritu que nosotros somos hijos de
Dios. Este testimonio del Espíritu Santo consiste en que él mismo clama en
nuestros corazones: Abba, Padre, como escribe el apóstol a los Gálatas (4,6)
(SAN AMBROSIO, Carta 35,4-ó).
EL mayor don: ser hijos de Dios
2476 [. . . ] el que no se sabe hijo de Dios, desconoce su verdad más íntima, y
carece en su actuación del dominio y del señorío propios de los que aman al
Señor por encima de todas las cosas (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,26).
2477 (Por la filiación divina) el hombre es constituido en un nuevo ser (SANTO
TOMÁS, Suma Teológica,1-2, q. 100, a. 2).
2478 ¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios? Teniendo un Hijo único le hizo Hijo
del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo de Dios. Busca dónde
está tu mérito, busca de dónde procede, busca cuál es tu justicia; y verás que
no puedes encontrar otra cosa que no sea pura gracia de Dios (SAN AGUSTIN,
Sermón 185).
2479 Este fue el motivo de la venida de Cristo en la carne, de su convivencia
con los hombres, de sus sufrimientos, de su cruz, de su sepultura y de su
resurrección: que el hombre, una vez salvado, recobrara, por la imitación de
Cristo, su antigua condición de hijo (SAN BASILIO, Sobre el Espíritu
Santo,15,35).
2480 A las demás criaturas les dio como donecillos, a nosotros la herencia.
Esto, por ser hijos (SANTO TOMÁS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,126).
2481 Cristo revela a cada uno de los hombres la dignidad de hijo adoptivo de
Dios, dignidad a la cual está unida su vocación suprema: terrestre y eterna. Y
esta obra de la Alianza [. . . ] Cristo la realiza de modo definitivo a través
de la cruz [. . . ]: sin la cruz de Cristo no existe esa suprema elevación del
hombre (JUAN PABLO II, Hom. 2-I11-1980j.
Filiación divina y fraternidad
2482 En este Padre son hermanos el señor y el siervo; en este Padre son hermanos
el emperador y el soldado; en este Padre son hermanos el rico y el pobre. Los
fieles cristianos tienen sobre la tierra padres diferentes, nobles unos,
villanos otros; mas todos invocan a un Padre único: al de los cielos (SAN
AGUSTIN, Sermón 59).
2483 Se llaman pacificos los hijos de Dios en atención a que nada hay en ellos
que se oponga a Dios: también los hijos deben parecerse a sus padres (SAN
AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,1,2).
2484 Nuestro Señor ha venido a traer la paz, la buena nueva, la vida, a todos
los hombres. No sólo a los ricos, ni sólo a los pobres. No sólo a los sabios, ni
sólo a los ingenuos. A todos. A IOS hermanos, que hermanos somos, pues somos
hijos de un mismo Padre Dios. No hay, pues, más que una raza: la raza de los
hijos de Dios. No hay más que un color: el color de los hijos de Dios. Y no hay
más que una lengua: ésa que habla al corazón y a la cabeza, sin ruido de
palabras, pero dándonos a conocer a Dios y haciendo que nos amemos los unos a
los otros (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,106).
2485 La bienaventuranza de los pacificos es el premio de su adopción. Por eso se
dice: serán llamados hijos de Dios. Solamente Dios es el padre de todos, y no se
puede entrar a formar parte de su familia si no vivimos en paz mutuamente por
medio de la caridad fraterna (SAN HILARIO, en Catena Aurea, vol.
1P 252).
2486 Debemos exclusivamente a su gracia misericordiosa que El sea nuestro Padre,
lo cual a ningún precio lo podemos alcanzar, sino únicamente con buena voluntad.
Sirva esto de amonestación a los ricos y a los nobles según el mundo, cuando se
hicieren cristianos, para que no se ensoberbezcan contra los pobres y humildes,
ya que todos a una dicen a Dios Padre nuestro, y no podrán decírselo con verdad
y sincera piedad si no se tratan entre si como hermanos (SAN AC;USTIN, Sobre el
Sermón de la Montaña,2,16).
2487 El cuidado de Dios sobre sus hijos [. . . ] la Providencia de Dios nos
conduce sin pausas, y no es- catima su auxilioócon milagros portentosos y con
milagros menudosópara sacar adelante a sus hijos (J. ESCIVÁ DE BALAGUER, Amigos
de Dios,217).
2488 Grande es la dignidad de los hombres cuando cada uno de ellos. desde el
momento de nacer. tiene un ánel destinado para su custodia (SAN JERÓNIMO, Coment.
Evang. S. Mateo,18-20).
2489 En su gran amor por la humanidad, Dios va tras el hombre como la madre
vuela sobre el pajarilla cuando éste cae del nido; y si la serpiente lo está
devorando, la madre revolotea alrededor gim¿endo por su polluelo (Dt
32,11). Asi Dios busca paternalmente
a la criatura, la cura de su caida, persigue a la bestia salvaje y recoge al
hijo, animándole a volver, a volar hacia el nido (SAN CLEMENTE DE ALE. AN DR;A,
Protréptico,10).
2490 Todo cuanto nos viene de parte de Dios y que al pronto nos parece próspero
o adverso, nos es enviado por un padre lleno de ternura y por el más sabio de
los médicos, con miras a nuestro propio bien (CAS¡ANO, Colaciones,7,28).
"Todo es para bien"
2491 A los que aman a Dios, todo contribuye para su mayor bien: Dios endereza
absolutamente todas las cosas para su provecho, de suerte que aun a quienes se
desvian y extralimitan, les hace progresar en la virtud, porque se vuelven más
humildes y experimentados (SAN AGUSTIN, Sobre la conversión y la gracia,9,24).
2492 Ten, pues, buen ánimo, hija mia, y no te preocupes por mi, sea lo que sea
que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que
él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor (SANTO TOMÁS
MORO, Carta escr¿ta en la cárcel a su hija Margarita,1. c. ).
Piedad filial
2493 Consiste la piedad en un afecto cariñoso y deferente al propio padre y a
cualquier hombre sumido en desgracia. Por consiguiente, siendo Dios Padre
nuestro, no sólo debemos respetarle y temerle, sino además abrigar ese devoto y
cariñoso afecto para con El (SANTO TOMAS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,137).
2494 Si tú tienes una piedad sincera, sobre ti descenderá también el Espíritu
Santo y oirás la voz del Padre desde lo alto que dice: éste no es el Hijo mio,
pero ahora después del bautismo ha sido hecho hijo mio (SAN CIRILO DE JERUSALÉN,
Catequesis III, Sobre el bautismo,14).
2495 La filiación divina es una verdad gozosa, un misterio consolador. La
filiación divina llena toda nuestra vida espiritual, porque nos enseña a tratar,
a conocer, a amar a nuestro Padre del Cielo, y así colma de esperanza nuestra
lucha interior, y nos da la sencillez confiada de los hijos pequeños. Más aún:
precisamente porque somos hijos de Dios, esa realidad nos lleva también a
contemplar con amor y con admiración todas las cosas que han salido de las manos
de Dios Padre Creador. Y de este modo somos contemplativos en medio del mundo,
amando al mundo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,65).
2496 También se fomenta el afecto de súplica cuando los hombres dicen a Dios:
Padre nuestro, y cierta confianza de que hemos de alcanzar lo que vamos a pedir,
ya que antes de pedir nada, hemos recibido el don inmenso de poder decir a Dios:
Padre nuestro. ¿Qué podrá negar ya a los hijos que le piden, habiéndoles antes
otorgado el que fuesen hijos? (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2).
2497 Descansad en la filiación divina. Dios es un Padre lleno de ternura, de
infinito amor. Llámale Padre muchas veces al dia, y dileóa solas, en tu
corazónóque le quieres, que le adoras: que sientes el orgullo y la fuerza de ser
hijo suyo. Supone un auténtico programa de vida interior, que hay que canalizar
a través de tus relaciones de piedad con Dios ópocas, pero constantes, insistoó,
que te permitirán adquirir los sentimientos y las maneras de un buen hijo (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,150).
Otras consecuencias de la filisción divina
2498 Si nos tornamos a El como el hijo pródigo, hanos de perdonar, hanos de
consolar en nuestros trabajos, hanos de sustentar como lo debe hacer un tal
padre, que por fuerza ha de ser mejor que todos los padres del mundo, porque en
El no puede haber sino todo bien cumplido, y después de todo esto, hacernos
herederos y participantes con Vos (SANTA TERESA, Camino de perfección,27,2).
2499 En los momentos más dispares de la vida, en todas las situaciones, hemos de
comportarnos como servidores de Dios, sabiendo que el Señor está con nosotros,
que somos hijos suyos. Hay que ser conscientes de esa raíz divina, que está
injertada en nuestra vida, y actuar en consecuencia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es
Cristo que pasa,60).
2500 (Venga a nosotros tu reino). Debe entenderse que es gran atrevimiento y
propio solamente de una conciencia recta, pedir el reino de Dios y no temer su
juicio (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 358).
2501 La conversión consiste necesariamente en expresar la verdad de la adopción
de hijos que adquirimos en el bautismo. Porque en el bautismo fuimos llamados a
la unión con Cristo en su muerte y resurrección, y desde entonces hemos sido
llamados a morir al pecado y a vivir para Dios. En el bautismo tuvo lugar en
nosotros la acción vivificadora del Espíritu Santo, y el Padre ve en nosotros a
su único Hijo, Jesucristo: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco (Lc
3,22) (JUAN PABLO 11, Hom.
13-1-1980).
2502 Habiendo ya recibido al hijo en paz, habiéndole ya besado, manda le den el
mejor vestido, la esperanza de la inmortalidad en el bautismo. Manda le den el
anillo, prenda del Espíritu Santo, y calzado para sus pies, el evangelio de la
paz, para que fuesen hermosos los pies de los anunciadores del bien (SAN AGUSTIN,
Sermón 11).
2503 Si vosotros siendo mulos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto
más vuestro Padre. . . ? (Cfr.
Mt 7,9-11). Citó la
semejanza de los padres y de los hijos para que, si desesperamos de nuestros
pecados, esperemos en la bondad de nuestro Padre (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena
Aurea, vol.
1P 430).
2504 Esta realidad espléndida (la de la dignidad y grandeza del ser humano) no
puede encerrarse en esos solos horizontes, por más que no pueda prescindir de
ellos. Ha de abrirse a la novedad que Cristo vino a traer al mundo, enseñando a
cada hombre que es hijo de Dios (cfr.
Mt 6,9-15), redimido
con la sangre del mismo Cristo (Ep,7), coheredero con El (cfr.
Rm 8,17), destinado a
una meta trascendente (cfr.
Rm 8,20-23
Ep 2,6).
Sería la mayor mutilación privar al hombre de esa pespectiva, que lo eleva a la
dimensión más alta que puede tener. Y que, en consecuencia, le ofrece el cauce
más apto para desplegar sus mejores energías y entusiasmo [. . . ].
Aquí se halla el fundamento del conocimiento en profundidad del valor de la
propia existencia. El fundamento de nuestra identidad como cristianos. De ahí ha
de derivar una actitud práctica coherente, hecha de estima hacia todo lo humano
que sea bueno e informada eficazmente por la fe (JUAN PABLO II, Hom. en el Nou
Camp, Barcelona,7-XI1982).
Citas de la Sagrada Escritura
Nuestro nombre caerá en el olvido con el tiempo, y nadie tendrá memoria de
nuestras obras; y pasará nuestra vida como rastro de nube, y se disipará como
niebla acosada por los rayos del sol y recargada por su calor. Pues el paso de
una sombra es nuestra vida, y sin retorno es nuestro fin, porque se pone el
sello y no hay quien vuelva.
Sg 2,4-5.
Las almas de los justos están en las manos de Dios, y el tormento no los
alcanzará. A los ojos de los necios parecen haber muerto, y su partida es
reputada por desdicha. Su salida de entre nosotros, por aniquilamiento; pero
están en paz.
Sg 3,1-3.
Pues aunque a los ojos de los hombres fueran atormentados, su esperanza está
llena de inmortalidad. Después de un ligero castigo serán colmados de
beneficios, porque Dios los probó y los halló dignos de si.
Sg 3,4-5.
Como el oro en el crisol los probó, y le fueron aceptos como sacrificio de
holocausto. Al tiempo de ser visitados brillarán y se propagarán como centellas
en cañaveral; juzgarán a las naciones y dominarán sobre los pueblos, y su Señor
reinará por los siglos.
Sg 3,6-8.
Los que confian en El conocerán la verdad, y los fieles a su amor, permanecerán
con El, porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos. Pero los
impíos, conforme a sus pensamientos, tendrán su castigo, pues despreciaron al
justo y se apartaron del Señor. Porque desdichado el que desprecia la sabiduría
y la disciplina; su esperanza es vana, sus afanes estériles, e inútiles sus
obras.
Sg 3,9-11.
Entonces estará el justo en gran seguridad frente a los que le afligian y
menospreciaban sus obras. Al verlo se turbarán con terrible espanto, y quedarán
fuera de si ante lo inesperado de aquella salud. Arrepentidos, se dirán,
gimiendo en la angustia de su espiritu: "Este es el que algún tiempo tomamos a
risa y fue objeto de escarnio". Nosotros, insensatos, tuvimos su vida por locura
y su fin por deshonra. ¡Cómo son contados entre los hijos de Dios, y tienen su
heredad entre los santos!Luego nos extraviamos de la senda de la verdad, y la
luz de la justicia no nos alumbró, y el sol no salió para nosotros.
Sg 5,1-6.
Nos cansamos de andar por sendas de iniquidad y de perdición, y caminamos por
desiertos intransitables, sin conocer el camino del Señor. ¿Qué nos aprovechó la
altaneria, qué ventaja nos trajeron la riqueza y la jactancia? Pasó como una
sombra todo aquello, y como correo que va por la posta.
Sg 5,7-9.
El hombre pasa como nave que atraviesa las agitadas aguas, de cuyo paso no es
posible hallar huella, ni del camino de su quilla por las olas; o como ave que
corta los aires, sin que se encuentre señal de su paso, y golpea el aire ligero
al batirlo con sus plumas; y lo corta con la violencia de su ímpetu; y se abre
camino con el movimiento de sus alas, después ya no se halla señal de su paso. O
como flecha que se tira al blanco, que aunque hienda el aire, luego éste vuelve
a cerrarse, y no se conoce por dónde pasó.
Sg 5,10-12.
Pero los justos viven para siempre, y su recompensa está en el Señor y el
cuidado de ellos en el Altisimo. Por esto recibirán un glorioso reino, una
hermosa corona de mano del Señor, que con su diestra los protege y los defiende
con su brazo.
Sg 5,15-16.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Mt 5,8.
Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que
sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los
cielos.
Mt 18,10.
Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que
serán como ángeles en el cielo.
Mt 22
Mt 30.
Porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo
hijos de la resurrección.
Lc 20,36.
Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu
enviado, Jesucristo.
Jn 17,3.
Cuando llegué a ser hombre, me despojé de las niñerías. Ahora vemos por un
espejo y obscuramente, pero entonces veremos cara a cara. Al presente conozco
sólo parcialmente, pero entonces conoceré como soy conocido.
1Co 13,12.
(. . . )su fin será el que corrcsponde a sus obras.
2Co 11,15.
Y por cuanto a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto
el juicio.
He 9,27.
Que no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura.
He 13,14.
El fin de todo está cercano. Sed, pues, discretos y sobrios (con vistas) a la
oración. Ante todo mantened tensa la caridad unos para con otros, porque la
caridad cubre la muchedumbre de los pecados.
1P 4,7-8.
Carísimos, ahora somos hijos de Dios, aunque ano no se ha manifestado lo que
hemos de ser. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a El, porque
le veremos tal cual es.
1Jn 3,2.
La vida, un camino hacia Dios
2505 El Cielo es la meta de nuestra senda terrena. Jesucristo nos ha precedido y
allí, en compañía de la Virgen y de San José óa quien tanto veneroó, de los
Angeles y de los Santos, aguarda nuestra llegada (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos
de Dios,220).
2506 Tengamos las cosas temporales para uso, las eternas en el deseo, sírvannos
las cosas terrenas para el camino, y deseemos las eternas para el fin de la
jornada. Miremos como con indiferencia todo lo que se hace en este mundo. Miren
adelante los ojos del alma, fijándose con toda su fuerza en aquello a que nos
dirigimos (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 36 sobre los Evang. ).
2507 En los trabajos con que busco la nave, no es la nave lo que busco, sino la
patria (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2).
2508 A la manera de los viajeros sensatos, marcha siempre adelante, haciendo
poco caso de lo que se le presenta en el camino. La intención del viajero se
orienta hacia el término de su viaje, ora tenga que hacerlo por entre prados o
tierras cultivadas, ora a través de grandes desiertos o parajes rocosos; no hay
deleite o molestia que le impida tender a la meta prefijada. Del mismo modo,
este varón justo, caminando derechamente, llegará al fin que se propuso sin
apartarse por desviaciones engañosas; sino que, con la mirada puesta únicamente
en el cielo, dará término a su peregrinación mortal cual experto timonel que
dirige la nave por lo que observa en las estrellas (SAN GREGORIO DE NISA, Hom.
sobre la virginidad).
2509 Para que una persona ande rectamente por un camino es preciso que conozca
antes de algún modo el fin al que se dirige; como el arquero no lanza con
acierto la saeta si no mira primero al blanco al que la envia. Y esto es
necesario sobre todo cuando la vía es áspera y difícil y el camino laborioso,
pero el fin agradable [. . . ]. Y por esto fue conveniente que manifestase a sus
discípulos la gloria de su claridad, que es lo mismo que transfigurarse, pues en
esta claridad transfigurará a los suyos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,3, q. 45,
a. 1 c).
2510 La meta que se nos ha señalado no consiste en algo de po- ca monta, sino
que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión
de fe, se nos enseña que, después de aquel articulo: La resurrección de los
muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por
la cual luchamos los cristianos (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 18).
Conocer, amar y servir a Dios
2511 Te ha criado sólo para ejercitar en ti su bondad, dándote su gracia y su
gloria. A este fin, te ha dado el entendimiento para que le conozcas, la memoria
para que te acuerdes de El, la voluntad para que le ames, la imaginación para
que tengas presentes sus beneficios, los ojos para que veas las maravillas de
sus obras, la lengua para que le alabes, y así de todas las demás facultades
(SAN FRANCISCO DE SALES Introd. a la vida devota,1,10,1).
2512 No hemos nacido para comer y beber y vestir lujosamente, sino para agradar
a Dios y alcanzar los bienes eternos. Y puesto que aquello ha de ser secundario
en nuestro empeño, lo será también en nuestra oración (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom.
sobre S. Mateo,22).
2513 Preguntaos con mucha frecuencia: yo, ¿para qué estoy en la tierra? Y así
procuraréis el perfecto acabamiento ólleno de caridadóde las tareas que
emprendáis cada jornada y el cuidado de las cosas pequeñas (J. ESCRIVA DE
BALAGUER, Amigos de Dios,20).
El fin del hombre y su felicidad: dar gloria a Dios
2514 Dios será el fin de nuestros deseos, pues le veremos sin fin, le amaremos
sin cansarnos. Este oficio, este afecto, este acto, será sin duda, como la misma
verdad eterna, común a todos (SAN AGUSTIN, La ciudad de Dios,22,30).
2515 Tu oro será paz; tu plata, paz; tus fincas, paz; tu vida, paz; tu Dios,
paz; todo cuanto deseas será paz para ti [. . . ]. Tu Dios será todo para ti; tu
comida para que no tengas hambre; tu bebida, para que no tengas sed; tu luz,
para que veas; tu sostén para que no desfallezcas. El, todo entero, te poseerá a
ti todo entero. Allí no andarás a codazos con el que también todo posee; todo lo
tendrás tú, todo lo tendrá él (SAN AGUSTjN, Coment. sobre el Salmo 36).
2516 Hemos de prepararnos para la ciudad futura; quien se prepara para ella,
toda la vida tiene en poco (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 147).
2517 ¿Cuándo llegará la hora de su presencia? Cuando le veamos cara a cara, como
dice el Apóstol; esto es lo que nos promete Dios como premio a nuestros
trabajos. Cuando trabajas para esto lo haces: para llegar a la visión (SAN
AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 90).
2518 . . . Todo en la vida y en el ministerio del sacerdote tiende en un plano
ontológicoóy debe también tender en la vida personal de cada sacerdoteóhacia la
gloria de Dios, gloria que consiste en que los hombres reciban con consciencia,
libertad y agradecimiento la obra de Dios realizada en Cristo y la manifiesten
en todos los actos de su vida (cfr. Presbyterorum Ordinis,
PO 2) (A. DEL
PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 43).
2519 Es de advertir que todas llevan lámparas, pero no todas tienen aceite;
porque también los réprobos ostentan buenas obras como los elegidos; pero sólo
vienen con aceite al encuentro del esposo aquellos que buscan (para Dios) en su
interior la gloria de las obras que han hecho externamente (SAN GREGORIO MAGNO,
Hom. 12 sobre los Evang. ).
2520 Que ningún afecto te ate a la tierra, fuera del deseo divinisimo de dar
gloria a Cristo y, por El y con El y en El, al Padre y al Espíritu Santo (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 786).
2521 Todo es nada, y menos que nada, lo que se acaba y no contenta a Dios (SANTA
TERESA, Vida,20,26).
2522 Ve, y anuncia la gloria de Dios (Lc
8). El Señor nos enseña que debemos
impedir que nos alaben a nosotros, a causa de nosotros mismos; pero no debemos
impedir, sino al contrario, mandar que todas las obras tengan por objeto la
gloria de Dios, y se hagan por El (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. Il,
p. 38).
2523 Si juzgas rectamente comprenderás que has sido creado para la gloria de
Dios y para tu eterna salvación. Comprenderás que éste es tu fin, que éste es el
objetivo de tu alma, el tesoro de tu corazón. Si llegas a este fin serás
dichoso, si no lo alcanzas serás un desdichado (SAN ROBERTO BELARMINO, Trat.
sobre la ascensión de la mente a Dios, grado 1).
2524 Cuando se dice que acercándose quien había recibido cinco talentos y el que
había recibido dos. . . nota que son las mismas palabras las que dirige a ambos,
para que no crea que aquel que recibió menos facultades y empleó todas las que
recibió, había de merecer de Dios menos premio que el otro que tuvo mayores
medios. Lo único que se busca es que el hombre emplee en la gloria de Dios todo
cuanto de El que haya recibido (ORIGENES, Coment. Evang. S. Mateo,33).
Para Dios toda la gloria
2525 Nuestra fe nos enseña que la creación entera, el movimiento de la tierra y
el de los astros, las acciones rectas de las criaturas y cuanto hay de positivo
en el sucederse de la historia, todo, en una palabra, ha venido de Dios y a Dios
se ordena (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Es Cristo que pasa,130).
2526 Abre los ojos de tu alma, y considera que no tienes nada tuyo de que
gloriarte. Tuyo sólo tienes el pecado, la debilidad y la miseria; y, en cuanto a
los dones de naturaleza y de gracia que hay en ti, solamente a Dios, de quien
los has recibido como principio de tu ser, pertenece la gloria (J. PECCIóLeón
Xllló, Práctica de la humildad,1).
La gloria de Dios y la salvación eterna
2527 Si juzgas rectamente comprenderás que has sido creado para la gloria de
Dios y para tu eterna salvación. Comprenderás que éste es tu fin, que éste es el
objetivo de tu alma, el tesoro de tu corazón. Si llegas a este fin serás
dichoso, si no lo alcanzas serás un desdichado (SAN ROBERTO BELARMINO Trat.
sobre la ascensión de la mente a Dios, grado 1).
2528 El amor es la consumación de todas nuestras obras. En el amor está el fin.
Hacia él corremos (SAN AGUSTIN, Sermón 10).
Citas de la Sagrada Escritura
Hemos venido a seráneacios por amor de Cristo; vosotros, sabios en Cristo.
Nosotros, débiles; vosotros fuertes. Vosotros, ilustres; nosotros, viles.
1Co 4,10.
Si es menester gloriarse, me gloriaré en lo que es mi flaqueza.
2Co 1
2Co 1,30.
De mi mismo no he de gloriarme, si no es de mis flaquezas.
2Co 12,5.
Y El (el Señor) me dijo: Te basta mi gracia, pues en la flaqueza llega al colmo
el poder.
2Co 12,9.
Pues cuando parezco débil, entonces es cuando soy fuerte.
2Co 12,10.
Aunque fue crucificado (Cristo) en su debilidad, vive por el poder de Dios. Y
así somos nosotros débiles en E1, pero vivimos con El para vosotros por el poder
de Dios.
2Co 13,4.
El mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, porque nosotros no sabemos
pedir lo que nos conviene; mas el mismo Espíritu aboga por nosotros con gemidos
inefables.
Rm 8,26.
Los fuertes debemos llevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos en
ello.
Rm 15,1.
Dios eligió la necedad del mundo para confundir a los sabios y eligió Dios la
flaqueza del mundo para confundir a los fuertes [. . . ; el desecho del mundo,
lo que no es nada, lo eligió Dios para destruir lo que es, para que nadie pueda
gloriarse ante Dios.
1Co 1,27-29.
Nos gozamos siendo nosotros débiles y vosotros fuertes; lo que pedimos es
vuestra perfección.
2Co 13,9.
También os rogamos, hermanos, que corrijáis a los inquietos,que alentéis a los
pusilánimes, que acojáis a los flacos, y que seáis sufridos con todos.
1Th 5,14.
En todo os he dado ejemplo, haciéndoos ver cómo se debe sobrellevar a los
flacos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, cuando dijo: mejor es dar
que recibir.
Ac 20,35.
Ten misericordia de mi, Señor, que estoy sin fuerzas.
Ps 6,3.
"Tesoros en vasos de barro"
2529. . . Dios condesciende con nuestra libertad,
con nuestra imperfección, con nuestras miserias. Consiente en que los tesoros
divinos sean llevados en vasos de barro, en que los demos a conocer mezclando
nuestras deficiencias humanas con su fuerza divina (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es
Cristo que pasa,113).
2530 Por amor de nuestro Señor, pido yo se guarden de las ocasiones; porque,
puestos en ellas, no hay que fiar donde tantos enemigos nos combaten y tantas
flaquezas hay en nosotros para defendernos (SANTA TERESA, Vida,8,4).
Dios cuenta con nuestras flaquezas
2531 Estad seguros: Dios no quiere nuestras miserias, pero no las desconoce, y
cuenta precisamente con esas debilidades para que nos hagamos santos (J. ESCRIVA
DE BALAGUER, Amigos de Dios,215).
2532 Si un día nos vemos asaltados por pruebas inevitables, recordemos que fue
Jesús quien nos mandó embarcarnos y que quiere que le precedamos en la orilla
opuesta (Mt
14,22). Es imposible, en
efecto, para quien no ha pasado por la prueba de las olas y del viento contrario
(Mt
14,24), arribar a aquella orilla. ASi,
cuando nos veamos rodeados por dificultades múltiples y penosas, fatigados de
navegar en medio de ellas con la pobreza de nuestros medios, imaginémos que
nuestra barca se encuentra entonces en medio de la mar, azotada por las olas que
desearían hacernos naufragar enla fe(cfr. 1Tm 1,19)oenalgunaotravirtud [. . . ].
Cuando hayamos luchado lo mejor posible procurando evitar el naufragio de la fe
[. . . 1, estemos seguros que, hacia el término de la noche, cuando la noche
esté avanzada y a punto de amanecer (cfr.
Rm 13,12), el Hijo de
Dios vendrá junto a nosotros, caminando sobre las olas, para tranquilizar la mar
(ORIGENES, Coment. Evang. S. Mateo,11,6).
Nuestras imperfecciones no nos deben alejar de Dios
2533 Cuando tu corazón caiga levántalo, humillándote profundamente ante Dios con
reconocimiento de tu miseria, sin maravillarte de haber caído, pues no tiene
nada de admirable que la enfermedad sea enferma, la debilidad débil, y la
miseria mezquina. Sin embargo, detesta con todas tus fuerzas la ofensa que has
hecho a Dios y, con valor y confianza en su misericordia, prosigue el camino de
la virtud que habias abandonado (SAN FRANCTSCO DE SALES, Introd. a la vida
devota,3,9).
2534 Puesto que una enfermedad antigua requiere cuidados largos y difíciles,
apliquemos los remedios con tanta más prisa cuanto más recientes sean las
heridas (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 1, para la Resurrección del Señor,4,6).
2535 No hemos de alejarnos de Dios, porque descubramos nuestras fragilidades;
hemos de atacar las miserias, precisamente porque Dios confia en nosotros (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,187).
Fragilidad nuestra y misericordia divina
2536 No hay pecado en el mundo que el hombre no pueda cometer si la mano que
hizo al hombre dejara de sostenerlo (SAN AGUSTIN, Soliloquio, I 1).
2537 No hay pecado ni crimen cometido por otro hombre que yo no sea capaz de
cometer por razón de mi fragilidad, y si aún no lo he cometido es porque Dios,
en su misericordia, no lo ha permitido y me ha preservado del mal (SAN AGUSTIN,
Confesiones,2,7).
2538 Resulta necesario invocar sin descanso, con una fe recia y humilde:
¡Señor!, no te fíes de mi. Yo si que me fio de Ti. Y al barruntar en nuestra
alma el amor, la compasión, la ternura con que Cristo Jesús nos mira, porque El
no nos abandona, comprenderemos en toda su hondura las palabras del Apóstol:
virtus in infirmitateperficitur (2Co
12,9); con fe en el Señor, a pesar de
nuestras miserias ómejor, con nuestras miseriasó, seremos fieles a nuestro Padre
Dios; brillará el poder divino, sosteniéndonos en medio de nuestra. flaqueza (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,194).
2539 Cuando tú deseabas poder por tus solas fuerzas, Dios te ha hecho débil,
para darte su propio poder, porque tú no eres más que debilidad (SAN AGUSTIN,
Confesiones,19,5).
2540 Los hijos, si acaso están enfermos, tienen un titulo más para ser amados
por la madre. Y también nosotros, si acaso estamos enfermos por malicia, por
andar fuera de camino, tenemos un titulo más para ser (JUAN PABLO 1, Angelus 10-IX-1978).
2541 Dios quiere que tu miseria sea el trono de su misericordia, y tu impotencia
la sede de todo su poder (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 10,1. c. ,
p. 644).
Sacar fruto de las propias debilidades
2542 Hemos de adquirir la medida divina de las cosas, no perdiendo nunca el
punto de mira sobrenatural, y contando con que Jesús se vale también de nuestras
miserias, para que resplandezca su gloria. Por eso, cuando sintáis serpentear en
vuestra conciencia el amor propio, el cansancio, el desánimo, el peso de las
pasiones, reaccionad prontamente y escuchad al Maestro, sin asustaros además
ante la triste realidad de lo que cada uno somos; porque, mientras vivamos, nos
acompañarán siempre las debilidades personales (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos
de Dios,194).
Vigilancia y unión con Dios ante la realidad de nuestra debilidad
2543 Caminemos vigilantes y alerta, pues a poco que uno dormite puede
precipitarse en un abismo. No somos nosotros más perfectos que David, y por
haberse descuidado un poco se despeñó en la sima de la maldad (SAN JUAN
CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,26).
2544 Y la nave que se ha librado muchas veces de los ímpetus del mar después de
haber hecho multitud de viajes felices y de haber llevado al comercio multitud
de mercancías, la vemos naufragar por un solo golpe de viento (SAN BASILIO, Hom.
sobre la alegrfa).
2545 El enemigo de nuestra alma tiende muchas trampas ante nuestro pasos, y la
naturaleza humana es, de por si, demásiado débil para conseguir la victoria
sobre este enemigo. Por ello el Apóstol quiere que nos revistamos con armas
celestiales (SAN GREGORIO DE NISA, Sobre la conducta cristiana).
2546 Habiéndose separado Jesús un poco de sus discípulos, no pudieron velar
siquiera una hora en su ausencia; por cuya razón debemos rogar que no se separe
de nosotros el Salvador, ni aun por poco tiempo (ORIGENES, Coment. Evang. S.
Mateo,33).
2547 En verdad que no todos ven, ni todos andan bien; sólo los que entienden que
de nadie sino de Cristo necesitan para curarse, y se acercan al Verbo de Dios,
sanan (ORIC;ENI S, en Catena Aurea, vol. III, pp. 18-19).
2548 Fue permitida esta negación para que en el mismo príncipe de la Iglesia
tuviese principio el remedio de la penitencia, y nadie se atreviera a confiar en
sus propias fuerzas, cuando ni el mismo S. Pedro había podido evadirse del
peligro de la inconstancia (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 9, sobre la Pasión).
Nos acompañarán siempre
2549 Venid a m¿ todos los fatigados, y yo os aliviaré. ¿Por qué nos fatigamos
sino porque somos hombres mortales, quebradizos y débiles, que llevamos encima
estos cuerpos de barro, que luchan unos con otros? (SAN AGUSTIN, Sermón 69).
2550 No pensemos que, en esta senda de la contemplación, las pasiones se habrán
acallado definitivamente. Nos engañariamos, si supusiéramos que el ansia de
buscar a Cristo, la realidad de su encuentro y de su trato, y la dulzura de su
amor nos transforman en personas impecables. Aunque no os falte experiencia,
dejadme, sin embargo, que os lo recuerde. El enemigo de Dios y del hombre,
Satanás, no se da por vencido, no descansa. Y nos asedia, incluso cuando el alma
arde encendida en el amor a Dios. Sabe que entonces la caida es más difícil,
pero queósi consigue que la criatura ofenda a su Señor, aunque sea en pocoópodrá
lanzar sobre aquella conciencia la grave tentación de la desesperanza (J.
ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,303)
Nos pueden ayudar a crecer en humildad
2551 Sufre con paciencia los defectos y la fragilidad de los otros, teniendo
siempre ante los ojos tu propia miseria, por la que has de ser tú también
compadecido de los demás (J. PECC!óLeón Xllló, Práctica de la humildad,22).
2552 Gran sabiduría y perfección es sentir siempre bien y grandes cosas de
otros, y tenerse y reputarse en nada. Si vieres a alguno pecar públicamente o
cometer cosas graves, no te debes estimar por mejor: porque no sabes cuánto
podrás tú perseverar en el bien. Todos somos flacos; mas tú no tengas a alguno
por más flaco que a ti (Imitación de Cristo,1,2,4).
2553 Dios todopoderoso permitió que aquel a quien tenia preparado para cabeza
visible de toda la Iglesia tuviera miedo de las palabras de una criada y lo
negase. Sabemos que sucedió esto por especial providencia de su alta piedad,
para que el que había de ser el Pastor de la Iglesia aprendiese en su culpa a
ser misericordioso con los demás. Esto es, primeramente le hizo conocerse a sí
mismo, y después le puso al frente de los demás, para que aprendiera por su
flaqueza con cuanta misericordia había de mirar las flaquezas ajenas (SAN
GREGORIO MAGNO, Hom. 21 sobre los Evang. ).
2554 Sólo Jesucristo ha podido hablar con verdadera autoridad [. . . ; pero
nosotros, como somos débiles, debemos consultar con nuestra debilidad lo que
debemos decir a nuestros débiles hermanos (SAN GREGORIO MAGNO, Moralia,7).
Citas de la Sagrada Escritura
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas,
mas por dentro son lobos rapaces.
Mt 7,15.
Si alguno viene a vosotros y no lleva esa doctrina, no le recibáis en casa ni le
saludéis, pues el que le saluda comunica en sus malas obras.
2Jn 10.
Carísimos, no creáis a cualquier espiritu, sino examinad los espiritus si son de
Dios, porque muchos seudoprofetas han salido (a escena) en el mundo.
1Jn 4,1.
Ojo a los perros, guardaos de los malos obreros, cuidado con la mutilación.
Ph 3,2.
Si se alzare en medio de ti un profeta o un soñador que te anuncia una señal o
un prodigio, aunque se cumpliese la señal o el prodigio de que te habló,
diciendo: vamos tras de otros dioses, dioses que tú no conoces, y sirvámosles,
no escuches las palabras de ese profeta o ese soñador.
Dt 13,1-3.
Evita las profanas y vanas parlerias, que conducen a una mayor impiedad, y su
palabra cunde como gangrena,
2Tm 2,16.
¡Ay de ellos, que han seguido la senda de Caín y se dejaron seducir del error de
Balaam por la recompensa, y perecieron en la rebelión de Coré! .
No os dejéis llevar de doctrinas varias y extrarñas; porque es mejor fortalecer
el corazón con la gracia que con viandas, de las que ningún provecho sacarán los
que a ellas se apagaron.
He 13,9.
Y aun todo lo tengo por pérdida a causa del sublime conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor, por cuyo amor todo lo sacrifiqué y lo tengo por basura, con tal
de ganar a Cristo.
Ph 3,8.
. . . Con fe y buena conciencia. Algunos que la perdieron naufragaron en la fe.
1Tm 1,19.
Caminábais bien. ¿Quién os ha impedido obedecer a la verdad?
Ga 5,7.
Asi dice Yave: Haced alto en los caminos y ved, preguntad por las sendas
antiguas: ¿Es ésta la senda buena? Pues seguidla, y hallaréis reposo para
vuestras almas.
Jr 16.
Para que ya no seamos niños, que fluctúan y se dejan llevar de todo viento de
doctrina por el juego engañoso de los hombres, que para seducir emplean
astutamente los artificios del error.
Ep 4,14.
Que siempre están aprendiendo, sin lograr jamás llegar al conocimiento de la
verdad.
2Tm 3,7.
Los falsos doctores
2555 El error de un maestro es una tentación para los fieles; tentación tanto
mayor cuanto más docto es el que yerra (SAN V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n.
17).
2556 Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viéredes ir
conforme a la ley de Cristo. Procurad tener limpia conciencia y humildad y
menosprecio de todas las cosas del mundo, y creed firmemente lo que tiene la
Santa Madre Iglesia Romana, y a buen seguro que vais por camino muy bueno (SANTA
TERESA, Camino de perfección,21,10).
2557. . . Quiso fortalecer de antemano nuestros oídos contra los que, según El
mismo advirtió, se habían de levantar a lo largo de los tiempos diciendo "ved
aquí a Cristo, miradlo allá". Y nos mandó que no les diésemos crédito. No
tendríamos excusa alguna si no hiciéramos caso a la voz del Pastor, tan clara,
tan abierta, tan palmaria, que ni el más miope y torpe de inteligencia puede
decir: no he entendido (SAN AGusTiN, Sobre la unidad de la Ig/esia,11,28).
2558 (Y los ladrones desentierran y roban. . . ). Ladrones son los herejes y los
demonios, que siempre están dispuestos a quitarnos las gracias espirituales (RABANO
MAURO, en Catena Aurea, vol.
1P 385).
2559 Una especie de neblina ofuscó entonces sus mentes, y ya no podían
distinguir, en medio de tanta confusión de ideas, cuál era el camino seguro que
debían seguir (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 4).
2560 Hacen lo que aquellos que, para suavizar las amarguras de las medicinas
destinadas a los niños, untan de miel el borde del vaso; los niños, con la
ingenua sencillez de su edad, una vez que han probado el dulce, se tragan sin
sospecha ni temor también lo amargo. De la misma manera actúan quienes
enmascaran con nombres medicinales hierbas no civas y jugo venenoso, para que
nadie, al leer la etiqueta, pueda sospechar que se trata de venenos y no de
remedios para dar salud (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 25).
2561 Si la sal se vuelve sosa. . . Quienes estando puestos como cabezas de otros
faltan, para nada aprovechan, sino para ser arrojados de su of icio de enseñar
(SANTO TOMÁS, en Catena Aurea, vol.
1P 262).
2562 Apenas, pues, comienza a extenderse la podredumbre de un nuevo error y
éste, para justificarse, se apodera de algunos versículos de la Escritura, que
además interpreta con falsedad y fraude, es preciso inmediatamente echar mano de
las sentencias de los Padres interpretando los pasajes en cuestión (SAN VICENTE
DE LERINS, Conmonitorio, n. 28).
2563 Es una buena garantía de salvación saber de quién se ha de huir (Se refiere
a los falsos doctores, que enseñan su propia doctrina y no la de Cristo) (SAN
JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. I, pp. 440-441).
2564 No erréis, hermanos mios, los perturbadores de las familias no heredarán el
reino de Dios. Pues si aquellos que han obrado estas cosas según la carne, están
muertos, ¿cuánto más si alguno corrompe con mala doctrina la fe de Dios por la
que Jesucristo fue crucificado? Ese tal, estando manchado, irá al fuego
inextinguible: de modo semejante, el que le preste oído (SAN IGNACIO DE
ANTIOQUIA, Carta a los Efesios,16,1-2).
2565 Mas alguien se dirá: ¿es que quizá los herejes no se sirven de los
testimonios de la Sagrada Escritura?Ciertamente que se sirven, ¡y con cuán
apasionada vehemencia! Se les ve pasar de un libro a otro de la Ley Santa: desde
Moisés a los libros de los Reyes, desde los Salmos a los Apóstoles, desde los
Evangelios a los Profetas. En sus asambleas, con los extraños, en privado, en
público, en los discursos y en los escritos, durante las comidas y en las plazas
públicas, es raro que mantengan alguna cosa si antes no la han revestido con la
autoridad de la Sagrada Escritura (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 25).
2566 La doctrina de la verdad abandona a las almas soberbias (SAN GREGORIO
MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang. ).
2567 Quien tiene costumbre de hablar mucho no deja de hablar en ocasiones cosas
inoportunas (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 309).
2568 Sólo como falsa ciencia puede ser calificada la doctrina de los herejes,
los cuales enmascaran su propia ignorancia llamándola ciencia, del tiempo
revuelto dicen que está sereno, a la tiniebla la llaman luz (SAN VICENTE DE
LERINS, Conmonitorio, n. 21).
2569 Ciertamente es una gran prueba ver a un hombre tenido por profeta, por
discípulo de los profetas, por doctor y testigo de la verdad, un hombre
sumamente amado y respetado, que de repente se pone a introducir a escondidas
errores perniciosos. Tanto más cuanto que no hay posibilidad de descubrir
inmediatamente ese error, puesto que le coge a uno de sorpresa, ya que se tiene
de tal hombre un juicio favorable a causa de su enseñanza anterior, y se resiste
uno a condenar al antiguo maestro al que nos sentimos ligados por el afecto (SAN
V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 10).
2570 Velad, pues, hermanos, y conservad cuidadosamente la tradición que ahora
recibís y grabadla en el interior de vuestro corazón. Poned todo cuidado, no sea
que el enemigo, encontrando a alguno de vosotros desprevenido y remiso, le robe
este tesoro, o bien se presente algún hereje que, con sus errores, contamine la
verdad que os hemos entregado. Recibir la fe es como poner en el banco el dinero
que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta de este depósito (SAN CIRILO
DEJERUSALÉN. Catequesis 5, sobre la fey el símbolo,1213).
2571 En cuanto a los Padres, hay que consultar sólo el pensamiento de quienes
santamente, sabiamente y con constancia han vivido, enseñado y permanecido
firmes en la fe y en la comunión católica, y murieron fieles a Cristo o
merecieron la alegría de dar su vida por él (SAN VICENTE DE LERINS,
Conmonitorio, n. 27).
2572 Debemos precavernos principalmente de aquellos que prometen la sabiduría y
el conocimiento de la verdad que ellos no tienen, como son los herejes, los
cuales muchas veces se recomiendan a si mismos (SAN AGUSTíN, Sobre el Sermón de
la Montaña,2,78).
Errores doctrinales y falsas doctrinas
2573 No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por viejos errores que no
conducen a nada (S. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Epístola a los Magnesios).
2574 ¿Y cuál fue la causa de este estado desastroso? Una sola: la introducción
de creencias humanas en el lugar del dogma venido del cielo (SAN VICENTE DE
LERINS, Conmonitorio, n. 4).
2575 (El error) sin hacer ya distinción entre lo bueno y lo malo, entre lo
verdadero y lo falso, atacaba a mansalva a todo el que se ponia por delante (SAN
VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 4).
2576 Apenas, pues, comienza a extenderse la podredumbre de un nuevo error y
éste, para justificarse, se apodera de algunos versículos de la Escritura, que
además interpreta con falsedad y fraude, es preciso inmediatamente echar mano de
las sentencias de los Padres interpretando los pasajes en cuestión (SAN VICENTE
DE LERINS Conmonitorio, n. 27).
2577 Tengo por muy cierto que el demonio no engañará, ni lo permitirá Dios, aL
alma que de ninguna cosa se fia de si y está fortalecida en la fe, que entienda
ella de si que por un punto de ella morirá mil muertes. Y con este amor a la fe
que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre procura ir conforme
a lo que tiene la Iglesia, preguntando a unos y a otros, como quien tiene ya
hecho asiento fuerte en estas verdades, que no la moverían cuantas revelaciones
pueda imaginaróaunque viese abierto los cielosóun punto de lo que tiene la
Iglesia (SANTA TERESA, Vida,25,12).
2578 Donde la ciencia es mayor. puede ser más grande la malicía (SAN JUAN
CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 459).
2579 Toda la predicación de los herejes se funda en arena movediza, que no llega
a hacerse firme y así se desmorona (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 457).
2580 Alguien podría quizá preguntar: ¿cómo se explica que el diablo utilice las
citas de la Sagrada Escritura? No tiene más que abrir el Evangelio y leer.
Encontrará escrito: Entonces el diablo lo tomó -se trata del Señor, del
Salvador- y lo puso sobre lo alto del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios,
échate de aquí abajo; pues está escrito: te he encomendado a los ángeles, los
cuales te tomarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra (Mt
4,5-ó). ¿Qué no hará a los pobres mortales el que tuvo la osadia de asaltar, con
testimonios de la Escritura, al mismo Señor de la majestad? (SAN VICENTE DE
LERINS, Conmonitorio, n. 26).
2581 Querría que, así como os apartáis de los placeres de los deseos carnales,
cerráseis también los sentidos de vuestra alma a las doctrinas del error (SAN
LEÓN MAGNO, Sermón 45, sobre la Cuaresma).
2582 Lo que por entonces sucedió muestra suficientemente los graves males a que
puede dar lugar un dogma inventado. Todo se revolucionó: no sólo relaciones,
parentescos, amistades, familias, sino también ciudades, pueblos, regiones. El
mismo Imperio Romano fue sacudido hasta en sus fundamentos y trastornado de
arriba abajo (SAN VICENTEDE LERINS, Conmonitorio, n. 4).
2583 Como piezas falsas que imitan la moneda del rey legitimo, parecen estas
obras, a primera vista, impresas con el troquel de la piedad o acuñadas con
ella. Pero en realidad no llevan la impronta de la moneda autorizada, quiero
decir, de los Padres católicos, reconocidos universalmente, ni proceden de la
oficina legal de los antepasados, ya que no forman parte del genuino legado de
sus enseñanzas. Al contrario, son piezas fabricadas clandestinamente y en forma
fraudulenta por los mismos demonios, que las hacen circular en seguida para
engatusar a los ingenuos e ignorantes (CASIANO, Colaciones,1,20).
2584 Se dejaron seducir por el brillo de un lenguaje acicalado y por ciertas
máximas de los filósofos. Estas, a primera vista, no parecían estar en pugna con
nuestros sentimientos religiosos ni en desacuerdo con nuestra santa fe. Tenían
el brillo del oro; peru en realidad era un brillo falso, postizo. Por eso,
después de haberse dejado engañar con esta apariencia de doctrina que, en la
superficie, parecía inocua y verdadera, se encontraron de pronto en la miseria
más absoluta, como quienes se han provisto sólo de moneda falsa (CASIANO,
Colaciones,1,20).
Necesidad de una buena formación humana y doctrinal
2585 La Verdad es también luz. NO ver es estar a oscuras; ver algo de manera
equivocada es estar doblemente a oscuras. La mayor parte de la realidad sólo
puede ser conocida si Dios nos la muestra. Y lo que Dios nos muestra se llama
Doctrina; si falta la Doctrina nos falta luz. Andar a tientas en la oscuridad,
aunque tengamos la tranquilidad de saber que quien nos guia ve con claridad, no
es lo mismo que andar a la luz del pleno dia; peor seria, claro está, dejarse
llevar en la oscuridad por guias ciegos. NO obstante, no deja de ser aquélla una
situación bastante precaria (F. J. SHEED, Teología para todos, pp. 14-15).
2586 De la mayor importancia en la lucha (contra la incredulidad) [. . . ], es
un conocimiento notable, preciso y completo de la teología católica. Esta,
aunque no es polemista, es la mejor arma (después de una vida santa) en la
polémica. Cualquier chico bien instruido en catecismo es, sin él sospecharlo, un
auténtico misionero (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón en la inauguración del Seminario
S. Bernardo,3-X- 1 873).
2587 Porque quien más conoce a Dios, más fácil se le hacen sus obras (SANTA
TERESA, Fundaciones,3,5).
2588 El camino recto es estrecho y tiene pendientes peligrosas, tanto a la
izquierda como a la derecha; como sucede en un puente, desde el cual se cae al
agua inclinándose a un lado o a otro (SAN BASILIO, Regla breve,240).
2589 El afán por adquirir esta ciencia teológicaóla buena y firme doctrina
cristianaóestá movido, en primer término, por el deseo de conocer y amar a Dios.
A la vez, es también consecuencia de la preocupación general del alma fiel por
alcanzar la más profunda significación de este mundo, que es hechura del Creador
(J. . ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, l0).
2590 No se forma a la masa, sino al individuo, hasta lograr en él la madurez de
su desarrollo personal (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 35).
2591 No pocos de vosotros estáis dedicados a la formación teológica de los
fieles, a la dirección de centros educativos o de asistencia y dirigís
publicaciones de información y de formación A través de todos estos medios,
procurad educar integralmente, inculcar un profundo respeto y amor a la Iglesia
y animar a una sincera adhesión a su Magisterio. No seáis portadores de dudas o
de "ideologías", sino de "certezas" de fe. El verdadero apóstol y evangelizador,
declaraba mi Predecesor Pablo Vl, "será aquel que, aun a costa de renuncias
sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás. No vende
ni disimula jamás la verdad por el deseo de agradar a los hombres, de causar
asombro, ni por originalidad o deseo de aparentar. No rechaza nunca la verdad" (Exhort.
apost. Evangelii nuntiandi,78). [. . . ] Más concretamente, en el campo
doctrinal y en materia litúrgica, evitando ciertas posturas criticas llenas de
amargura, que oscurecen la verdad, desconciertan a los fieles y a las mismas
personas consagradas. La fidelidad al Magisterio no es freno para una recta
investigación, sino condición necesaria de auténtico progreso de la verdadera
doctrina. (JUAN PABLO II, Aloc. a los religiosos y miembros de Inst. seculares
masculinos, Madrid,2-XI-1982).
2592 El instruido en las Escrituras se hace fuerte para arrostrar todas las
adversidades (SANTO TOMAS, en Catena Aurea, vol.
1P 52).
2593 La palabra de Dios no puede, en modo alguno, quedar oculta bajo el celemín;
al contrario, debe ser colocada en lo más alto de la Iglesia, como el mejor de
sus adornos (SAN M¡XIMO, Cuestiones a Talas¿o,63).
2594 La antorcha encendida significa que no debemos permitir que nadie viva en
las tinieblas de la ignorancia (SAN CIR¡ Lo, en Catena Aurea, vol. VI, p. 101).
2595 (Da al que te pida). Puede entenderse también esto del dinero de la
doctrina, que nunca falta. Cuanto más se da, tanto más se multiplica (SAN
JERÓNiMO, en Catena Aurea, vol.
1P 323).
2596 "¡Influye tanto el ambiente!", me has dicho. Y hube de contestar: sin duda.
Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad,
vuestro propio ambiente, para dar "vuestro tono" a la sociedad con la que
conviváis. Y, entonces, si has cogido ese espíritu estoy seguro de que me dirás
con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los
milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: "¡Influimos tanto en
el ambiente!" (J. ESCRIVA DE BALAOUER, Camino, n. 376).
2597 . . . Hoy quien ocupa un puesto debe tener la competencia necesaria; es
necesario prepararse. El general Wellington, el que venció a Napoleón, quiso
volver a Inglaterra a ver la escuela militar donde se había preparado, y dijo a
los alumnos y oficiales: "Mirad, aquí se ha ganado la batalla de Waterloo". Así
os digo yo a vosotros, queridos jóvenes. Tendréis batallas en la vida dentro de
30,40,50 años; pero si queréis vencerlas es preciso que comiencéis ahora,
preparándoos, siendo asiduos al estudio y a la clase (JUAN PABLO 1, Angelus,17-lX-1978).
2598 No sé cuántas veces me han dicho que un anciano irlandés que no sepa más
que rezar el Rosario puede ser más santo que yo, con todos mis estudios. Es muy
posible que así sea; y por su propio bien, espero que así sea. No obstante, si
el único motivo para hacer tal afirmación es el de que sabe menos teología que
yo, ese motivo no me convence; ni a mí ni a él. No le convencería a él, porque
todos los ancianos irlandeses con devoción al Santo Rosario y al Santisimo que
he conocido (y muchos de mis antepasados lo han sido) estaban deseosos de
conocer más a fondo su Fe. No me convencería a mí, porque si bien es evidente
que un hombre ignorante puede ser virtuoso, es igualmente evidente que la
ignorancia no es una virtud. Ha habido mártires que no hubieran sido capaces de
enunciar correctamente la doctrina de la Iglesia, siendo el martirio la máxima
prueba del amor. Sin embargo, si hubieran conocido más a Dios, su amor hubiera
sido mayor (F. J. SHEED, Teología para todos, p. l5-16).
La formación de los niños
2599 Los que se coinprometen a ejercer con la máxima solicitud esta misión
educadora han de estar dotados de una gran caridad, de una paciencia sin límites
y, sobre todo, de una profunda humildad (SAN JOSÉ DE CALASANZ, Memorial al Card.
M. A. Tonti).
2600 No debemos perdonar esfuerzo alguno para que los niños, desde su más tierna
infancia, sean educados en la verdad de la fe cristiana y en una conducta
conforme a la misma. Nada ayuda tanto a este objetivo como la asociación para
enseñar la doctrina cristiana, y el confiar la instrucción catequística de los
niños sólo a hombres buenos y temerosos de Dios (SAN JUAN LEONARDI, Cartas a
Pablo Vpara la reforma de la Iglesia).
2601 Nadie ignora la gran dignidad y mérito que tiene el minisferio de instruir
a los niños, principalmente a los pobres, ayudándolos así a conseguir la vida
eterna. En efecto, la solicitud por instruirlos, principalmente en la piedad y
en la doctrina cristiana, redunda en bien de sus cuerpos y de sus almas, y por
esto los que a ello se dedican ejercen una función muy parecida a la de sus
ángeles custodios (SAN JOSE DE CALASANZ, Memorial al Card. M. A. Tonti).
Citas de la Sagrada Escritura
Cuando un fuerte bien armado guarda su palacio, seguros están sus bienes.
Lc 2,21.
Todo lo puedo en aquel que me conforta.
Ph 4,13.
Huye el malvado sin que nadie le persiga, mas el justo va seguro como cachorro
de león.
Pr 28,1.
Mis ojos siempre están en Yavé, porque es quien saca mis pies de la red.
Ps 24,15.
Esforzaos y fortaleced vuestro corazón, todos cuantos esperáis en Yavé.
Ps 30,25.
El temor de Yavé es fuente de vida, que aleja de los lazos de la muerte.
Pr 14,26.
Pero los que confian en Yavé renuevan las fuerzas, echan alas como de águila,
corren sin cansarse y caminan sin fatigarse.
Is 40,31.
Porque así dice el Señor, Yavé, el Santo de Israel: En la conversión y la
quietud está vuestra salvación, y la quietud y la confianza serán vuestra
fuerza.
Is 30,15,
Velad y estad firmes en la fe, obrando varonilmente y mostrándoos fuertes.
1Co 16,13.
Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Rm 8,31.
Por lo cual me complazco en las enfermedades, en los oprobios, en las
necesidades, en las persecuciones, en las angustias, por Cristo; pues cuando
parezco débil, entonces es cuando soy fuerte.
2Co 12,10.
A ti recurro, fortaleza mia, porque tú, Dios, eres mi refugio,
Ps 58,10.
Espera en Yavé, esfuérzate; ten gran valor y espera en Yavé.
Ps 26,14.
Tú, pues, hijo mio, fortalécete en la gracia de Cristo Jesús.
2Tm 2,1.
Hermanos, estad alerta: no sea que, seducidos, vengáis a caer de vuestra
fortaleza.
2P 3,17.
Vuestro enemigo el diablo anda girando como león rugiente alrededor de vosotros
(. . . ). Resistidle firmes en la fe.
1P 5,8-9.
Os escribo, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en
vosotros, y habéis vencido al maligno. No améis al mundo ni lo que hay en el
mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él la caridad del Padre.
1Jn 2,14-15.
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es
el reino de los cielos.
Mt 5,10.
El reino de los Cielos se alcanza a viva fuerza, y los que la hacen son los que
lo arrebatan.
Mt 11,12.
Soporta el trabajo y la fatiga como buen soldado de Cristo.
1Tm 2,3.
Tened, hermanos, por objeto de sumo gozo el caer en varias tribulaciones,
sabiendo que la prueba de vuestra fe produce la paciencia, y la paciencia
perfecciona la obra.
Jc 1,2-4.
Nos afanamos trabajando con nuestras propias manos: nos maldicen y bendecimos;
padecemos persecución y la sufrimos con paciencia.
1Co 4,12
2Co 4,8.
Corramos con aguante al término del combate (. . . ] Considerad atentamente a
aquel que sufrió tal contradicción de los pecadores [. . . ], a fin de que no
desmayéis perdiendo vuestros ánimos.
He 12,1-3
He 12,
Vendréis a ser olvidados de todos por causa de mi nombre: pero quien perseverare
hasta el fin, . stc se salvará.
Mt 10,22
Mt 24,13.
No tengáis miedo a los que os persiguen. No temáis a los que matan el cuerpo y
no pueden matar el alma: temed antes al que puede arrojar alma y cuerpo en el
infierno.
Mt 10,28
Lc 12,4-5.
Si sucede que padecéis algo por amor a la justicia, sois bienaventurados. No
temáis los fieros ni os conturbéis.
1P 3,14.
No habéis recibido el espiritu de servidumbre para obrar todavía por miedo o
temor, sino que habéis recibido el espiritu de adopción de hijos.
Rm 8,15.
Quien anda dudando es semejante a la ola del mar alborotada y agitada del viento
acá y allá [. . . ]. El hombre de ánimo doble es inconstante en todos sus
caminos.
Jc 1,6-8.
Nuestra fortaleza se apoya y nace en Dios
2602 [. . . ] no debemos extrañarnos ni
desalentarnos ante las propias miserias personales, ante nuestros tropiezos,
porque continuaremos hacia adelante, si buscamos la fortaleza en Aquel que nos
ha prometido: venid a mi todos los que anduis agobiados con trabajos y cargas,
que yo os aliviaré (Mt
11,28). Gracias, Señor, quia
tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2), porque has sido siempre Tú, y sólo Tú,
Dios mío, mi fortaleza, mi refugio, mi apoyo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,131).
2603 Habiendo Dios dotado a los demás animales de la velocidad en la carrera, o
la rapidez en el vuelo, o de uñas, o de dientes, o de cuernos, sólo al hombre lo
dispuso de tal forma que su fortaleza no podía ser otra que el mismo Dios: y
esto lo hizo para que, obligado por la necesidad de su flaqueza, pida siempre a
Dios cuanto pueda necesitar (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 427).
2604 Siendo yo sierva de este Señor y Rey, ¿qué mal me pueden ellos hacer a mi?,
¿por qué no he yo de tener fortaleza para combatir con todo el infierno? (SANTA
TERESA, V¿da,25,20!.
2605 Si Dios retira su auxilio, podrás pelear; lo que no podrás es vencer (SAN
AGusTiN, Coment. sobre el Salmo 106).
2606 Cuando estaba en la oración, veia que salia de allí muy mejorada y con más
fortaleza (SANTA TERESA, Vida,23,2).
2607 La fortaleza no debe fiar de si misma (SAN AMBROSIO, Trat. sobre los of
icios, I,35).
2608 La confianza parte de la fortaleza; lleva consigo la esperanza que pone el
hombre en si mismo y que naturalmente supone la ayuda de Dios (SANTO TOMÁS, Suma
Teológica,2-2, q. 128, a. 1, ad 2).
2609 Ayer por la mañana yo fui a la Sixtina a votar tranquilamente. Jamás
hubiera imaginado lo que estaba para suceder. Apenas había comenzado el peligro
para mí, los dos colegas que me estaban vecinos me han susurrado palabras de
aliento. Uno ha dicho: "¡Animo!, si el Señor da un peso, da también la ayuda
para llevarlo" (JUAN PABLO I, Angelus,27-VIII-1978).
2610 Toda nuestra fortaleza es prestada (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n.
728).
2611 La ascética del cristiano exige fortaleza; y esa fortaleza la encuentra en
el Creador. Somos la oscuridad, y El es clarisimo resplandor; somos la
enfermedad, y El es salud robusta; somos la escasez, y El la infinita riqueza;
somos la debilidad, y El nos sustenta, quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal
42,2) [. . . ]. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,80).
2612 Pidamos este don del Espíritu Santo que se llama el "don de fortaleza".
Cuando al hombre la faltan las fuerzas para "superarse" a sí mismo, con miras a
valores superiores, como la verdad, la justicia, la vocación, la fidelidad
matrimonial, es necesario que este "don de lo alto" haga de cada uno de nosotros
un hombre fuerte y, en el momento justo, nos diga "en la intimidad": ¡Animo!
(JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).
Fortaleza de Dios y debilidad humana
2613 Lo que falta a causa de la debilidad humana, si agotamos nuestras
posibilidades, lo completará Dios, que hace concurrir todas las cosas para el
bien de los que le aman (Ro". 8,28) (ORIGENES, Trat. sobre la oración,29,19).
2614 El nos tiende su mano cuando nos ve vacilar, para sostenernos y
establecernos en el bien (CASIANO Colaciones,3,12).
2615 Cuando te sientas fuerte no te instales en la seguridad, sino clama a Dios
con el profeta: Cuando mengüen misfuerzas no me abandones (Sal 70,9). En el
momento de la prueba, repítete para tomar ánimos: Llévame en pos de ti:
¡Corramos! (Ct
1,3). Asi no te faltará la esperanza
en la desgracia, ni la previsión en la felicidad. Entre éxitos y fracasos de los
momentos inestables, conservarás, como imagen de la eternidad, una sólida
ecuanimidad. Bendecirás al Señor en todas las ocasiones y así, en medio de un
mundo vacilante, encontrarás la paz, una paz inquebrantable (SAN BERNARDO,
Sermón 21 sobre el Cantar de los Cantares,4-ó)
2616 La fuerza de Dios se muestra perfecta en la debilidad (SAN IRENEO, Trat.
contra las herejías,5,2).
2617 A veces, cuando todo nos sale al revés de como imaginábamos, nos viene
espontáneamente a la boca: ¡Señor, que se me hunde todo, todo, todo. . . ! Ha
llegado la hora de rectificar: yo, contigo, avanzaré seguro, porque Tú eres la
misma fortaleza: quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2) (J. ESCRIVA DE
BALAGUER, Amigos de Dios,213).
Fortaleza y valentía en la vida ordinaria
2618 La Biblia no alaba a la mujer débil, sino a la mujer fuerte, cuando dice en
el libro de los Proverbios: La ley de la dulzara está en su lengua (31,6).
Porque la dulzura es el punto más alto de la fuerza. La mujer maternal tiene por
privilegio esta función discreta y capital: saber atender, saber callarse, ser
capaz, ante una injusticia o una debilidad, de cerrar los ojos, de excusar, de
cubriróobra de misericordia no menos bienhechora que cubrir la desnudez del
cuerpoó[. . . ] (GERTRUD VON LEFORT, La mujer eterna, p. 128).
2619 El estar dispuesto a morir en el supremo trance del martirío, resistiendo
pacientemente en el empeño por la realización del bien, no excluye el riesgo de
la acometida ni el belicoso ataque. Por el contrario, esta disposición es la que
presta a la actividad del cristiano en el mundo esa superioridad y esa libertad
que tan definitivamente le están negadas a las convulsiones del activismo (J.
PIEI)ER, Las virtudesfundamentales, p. 241).
2620 De penas que se acaban no hagáis caso cuando interviniera algún servicio
para El, que tantas pasó por nosotras (SAN TA TERESA, Camino de perfección,3,6).
2621 La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la
debilidad humana y, sobre todo, del miedo. El hombre, en efecto, por naturaleza
teme el peligro, las molestias, los sufrimientos. Por ello es necesario buscar
hombres valientes no solamente en los campos de batalla, sino también en los
pasillos de los hospitales o junto al lecho del dolor (JUAN PABLO II, Sobre la
fortaleza,15-XI-1978).
2622 Deseo rendir homenaje a todos estos valientes desconocidos. A todos los que
tienen el valor de decir "no" o "si" cuando esto cuesta. A los hombres que dan
un testimonio singular de dignidad humana y de profunda humanidad. Justamente
porque son desconocidos merecen un homenaje y una gratitud particular (JUAN
PABLO II, Sobre lafortaleza,15-XI-1978).
Campos que abarca esta virtud
2623 Según la doctrina de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se encuentra en
el hombre:
Que está dispuesto a "aggredi pericula", es decir, a enfrentarse con el peligro.
Que está dispuesto a "sustinere mala", es decir, a soportar las adversidades por
una causa justa, por la verdad, por la justicia, etc. (JUAN PABLO Il, Sobre la
fortaleza,15Xl-78).
2624 Aparta los obstáculos, los temores que podrían retraer la voluntad del
seguimiento de lo que dicta la razón (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 122,
a. 3, c).
La paciencia, principal campo de la virtud de la fortaleza Ver nº. 3967-3969.
Ejemplos y ejercicio de la fortaleza
2625 Mas olvidaos de quejaros de flaquezas y malecillos de mujeres, que algunas
veces pone el demonio la imaginación de esos dolores; quitanse y pónense. Si no
se pierde la costumbre de decirlo y quejaros de todo ósi no fuere a Diosó, nunca
acabaréis. Porque este cuerpo tiene una falta: que mientras más le regalan, más
males y necesidades descubre (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,3).
2626 Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos
amenaza: sin embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre
la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque se levanten
las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La
muerte? Para mi la vida es Cristo, y la muerte una ganancia. ¿El destierro? Del
Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Nada
trajimos al mundo, de modo que nada podemos llevarnos de él. Yo me río de todo
lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio
las riquezas. No tengo deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual.
Por eso, os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la
confianza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. antes del exilio,1-3).
2627 Es preciso persuadirse de que (a veces) es más fuerte quien sabe someter su
voluntad a la de su hermano que el que defiende a ultranza su propio parecer
(CASIANO Colaciones,16,23).
2628 Cosa imperfecta me parece, hermanas mias, quejarnos siempre de livianos
males. Si podéis sufrirlo, no lo hagáis. Cuando el mal es grave, él mismo se
queja, es otro quejido, y luego se parece. Mirad que sois pocas, y si una tiene
esta costumbre es para traer fatigadas a todas (SANTA TERESA, Camino de
perfección,11,1).
2629 Es fuerte el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe
hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de una tarea exclusivamente
por los beneficios que recibe, sino por el servicio que presta a los demás. El
fuerte, a veces, sufre, pero resiste; llora quizá, pero se bebe sus lágrimas.
Cuando la contradicción arrecia, no se dobla. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,77).
2630 Otro ejemplo: Un hombre al que se le promete la libertad e incluso una
carrera fácil a condición de que reniegue de los propios principios, o bien
apruebe algo que está en contra de su honestidad respecto a los demás. Y también
él responde "no", incluso frente a amenazas por una parte y lisonjas por otra.
¡He aquí un hombre valiente! (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).
2631 En todo esto que he dicho no trato de males recios, como cuando hay
calentura reciaóaunque pido que haya siempre moderación y sufrimientoó, sino
trato de unos malecillos que se pueden pasar en pie (SANTA TERESA, Camino de
perfección,11,4).
2632 Y creed, hijas, que en comenzando a vencer estos corpezuelos no nos cansan
tanto (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,4).
2633 Permitidme que llame vuestra atención en torno a ejemplos poco conocidos,
pero que en si mismos dan testimonio de una gran virtud. Pienso, por ejemplo, en
una señora, madre de una familia numerosa, a la que es "aconsejado" por muchos
que suprima una nueva vida concebida en su seno, sometiéndose a la
"intervención" de interrupción de la maternidad; y ella responde con firmeza:
"No". Desde luego, siente toda la dificultad que este "no" lleva
consigoódificultad para ella, para su marido, para toda la familiaó, y sin
embargo responde: "no". La nueva vida humana en ella concebida es un valor
demásiado grande, demásiado "sagrado", para que pueda ceder a semejantes
presiones (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).
2634 Tan pronto como la caña es impulsada por el viento, se inclina a una u otra
parte [. . . ]. Pero San Juan no era caña agitada por el viento, porque a él ni
le hacia suave la adulación, ni áspero la difamación; ni las prosperidades le
levantaban, ni le humillaban las adversidades. San Juan no era caña agitada por
el viento, porque no se separaba de la rectitud por ninguna variación de las
cosas (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 4 sobre los Evang. ).
2635 No pongo en estas fundaciones los grandes trabajos de los caminos, con
fríos, con soles, con nieves, que venia vez de no cesarnos en todo el día de
nevar, otras perder el camino, otras con hartos males y calenturas; porque,
gloria a Dios, de ordinario es tener yo poca salud, sino que veia claro que
Nuestro Señor me daba esfuerzo; porque me acaecía algunas veces que se trataba
de fundación, hallarme con tantos males y dolores, que yo me acongojaba mucho,
porque me parecía que aun para estar en la celda sin acostarme no estaba, y
tornarme a Nuestro Señor, quejándome a Su Majestad, y diciéndole que cómo quería
hiciese lo que no podía, y después, aunque con trabajo, Su Majestad daba
fuerzas, y con el hervor que me ponia y el cuidado, parece que me olvidaba de mi
(SANTA TERESA, Fundaciones,18,4).
La fortaleza y las demás virtudes
2636 El hombre no pone su vida en peligro de muerte más que cuando se trata de
la salvación de la justicia. De ahí que la dignidad de la fortaleza sea una
dignidad que depende de la anterior virtud (SANTO TOMÁS Sarna Teológ¿ca,2-2, q.
123, a. 12, ad 3).
2637 La fe, si es firme, defiende toda la casa (SAN AMBROSIO, Coment. sobre el
Salmo 18,12).
2638 La fortaleza sin justicia es palanca del mal (SAN AMBROSIO, Trat. sobre los
oficios,1,3 5).
2639 . La virtud de la fortaleza marcha al unisono con la capacidad de
sacrificarse. Esta virtud había tomado ya en los antiguos un perfil bien
definido. Con Cristo ha adquirido un perfil evangélico, cristiano. El Evangelio
está orientado hacia los hombres débiles, pobres, mansos y humildes, operadores
de la paz, misericordiosos; y, al mismo tiempo, contiene en si una constante
invitación a la fortaleza. Repite, frecuentemente: No tengais miedo (Mt
14,27). Enseña al hombre que, por una
causa justa, por la verdad, por la justicia, es necesario saber dar la vida (Jn
15,13) (JUAN PABLO II, Sobre la
fortaleza,15-XI-1978).
2640 La fortaleza sin prudencia no es fortaleza (J. PIEPER, Las
virtudesfundamentales, p. 191).
2641 Por el bien se expone el fuerte al peligro de morir (SANTO TOMAS, Suma
Teológica,2-2, q. 125, a. 2, ad 2).
2642 La pureza limpisima de toda la vida de Juan le hace fuerte ante la Cruz.
Los demás apóstoles huyen del Gólgota: él, con la Madre de Cristo, se queda. No
olvides que la pureza enrecia, viriliza el carácter (J. ESCRIVA DE BALACUER,
Camino, n. 144).
Esta virtud crece con las dificultades
2643 Ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os
pintaren (SANTA TERESA, Camino de perfección,21,6).
2644 De aquellos, en cambio, que viven siempre a merced de los avatares humanos
y cambian según el sesgo que toman los acontecimientos, se dice: El necio muda
como la luna (Eccl 27,12). Y si de los perfectos está escrito: Todas las cosas
concurren al bien de los que aman a Dios, de los débiles e insensatos se afirma:
Al necio todas las cosas son contrarias (Pr
14,7). Porque ni avanza en la
ventura, ni se enmienda cuando se cierne sobre él la desgracia (CASIANO,
Colaciones,6,9).
2645 Pues me parece que el atleta valiente, una vez desnudo para luchar en el
estadio de la piedad, debe sufrir con valor los golpes que le den los
contrarios, con la esperanza de la gloria del premio. Pues que todos aquellos
que en los juegos gimnásticos se han acostumbrado a las fatigas de la lucha,
jamás desmayan por el dolor de los golpes; antes bien, despreciando los males
presentes por el deseo del triunfo, atacan de cerca a sus adversarios. De la
misma manera, aunque al varón virtuoso le acontezca alguna cosa desagradable, no
por eso perderá su gozo. Porque la tribulación produce la paciencia, y la
paciencia produce la reciedumbre; la reciedumbre, la esperanza; y la esperanza
no confunde (Ro". 5,3) (SAN BASILIO, Hom. sobre la alegria).
2646 Si la sal se torna insípida, para nada sirve ya, sino para ser
arrojudafuera y pisada por los hombres. No es pisado por los hombres quien sufre
persecuciones, sino aquel que se acobarda temiendo la persecución; no puede ser
pisado sino el que está debajo, y no puede decirse que está debajo aquel que,
aun cuando sufra muchas cosas en su cuerpo mientras dura esta vida, su corazón
lo tiene fijo en el cielo (SAN AGusTiN, Sobre el Sermón de la Montaña,16).
2647 Los árboles que crecen en lugares sombreados y libres de vientos, mientras
que externamente se desarrollan con aspecto próspero, se hacen blandos y
fangosos, y fácilmente les hiere cualquier cosa; sin embargo, los árboles que
viven en las cumbres de los montes más altos, agitados por muchos vientos y
constantemente expuestos a la intemperie y a todas las inclemencias, golpeados
por fortísimas tempestades y cubiertos de frecuentes nieves, se hacen más
robustos que el hierro (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre la gloria en la
tribulación).
La comunión frecuente, fortaleza contra las debilidades y flaquezas
2648 Mas Jesucristo y la Iglesia desean que todos los fieles cristianos se
acerquen diariamente al sagrado convite, princi
pálmente para que, unidos con Dios por medio del Sacramento, en él tomen fuerza
para refrenar las pasiones, purificarse de las culpas leves cotidianas e impedir
los pecados graves a que está expuesta la debilidad humana. Por ello el Sagrado
Concilio de Trento llama a la Eucaristía antídoto, con el que somos liberados de
las culpas cotidianas y somos preservados de los pecados mortales (S. Pio X,
Sacra tridentina Synodus,20-X11-1905).
Para animar a los católicos a profesar valientemente su fe 2649 y a practicar
las virtudes cristianas, ningún medio es más eficaz que el que consiste en
alimentar y aumentar la piedad del pueblo hacia aquella admirable prenda de
amor, lazo de paz y de unidad, que es el sacramento de la eucaristia (LEÓN X111,
Breve Apost. Providentissimas,18-XI1897).
La oración, necesaria para ser fuertes
Por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración,2650 pasé este mar
tempestuoso casi das (SANTA TERESA, Vida,8,1).
veinte años con estas cai
El alma, cuanto más avanza en la perfección, tanto más 2651 fuerte y valerosa se
vuelve en orden a soportar las penalidades que le puedan sobrevenir (SAN
DOROTEO, Instrucción 7,2-3).
En tiempos pasados, la oración liberaba del fuego, de las 2652 bestias, de la
falta de alimento, y sin embargo no había recibido aún de Cristo su forma
propia. ¡Cuánta más eficacia no tendrá, pues, la oración cristiana! Ciertamente,
no hace venir el rocio angélico en medio del fuego, ni cierra la boca de los
leones, ni transporta a los hambrientos la comida de los segadores (como en
aquellos casos del antiguo Testamento); no impide milagrosamente el sufrimiento,
sino que, sin evitarles el dolor a los que sufren, los fortalece con la
resignación, con su fuerza les aumenta la gracia para que vean, con los ojos de
la fe, el premio reservado a los que sufren por el nombre de Dios (TERTULIANO,
Trat. sobre la oración,28-29).
La ayuda de los Angeles Custodios
2653 Aunque somos menores de edad y aunque nos queda por recorrer un camino tan
largo y tan peligroso, nada debemos temer bajo la custodia de unos guardianes
tan eximios. Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser
vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes,
son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos
unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente (SAN BERNARDO,
Sermón sobre el Salmo 12, "Qui habitat",3,6-8).
Fortaleza en la ayuda a los demás
2654 Son almas fuertes las que escoge el Señor para aprovechar a otras, aunque
esta fortaleza no les viene de si (SANTA TERESA, Vida,21,13).
2655 Lo que hay que temer no es el mal que digan contra vosotros, sino la
simulación de vuestra parte; entonces si que perderíais vuestro sabor y seriais
pisoteados. Pero si no cejáis en presentar el mensaje con toda su austeridad, si
después oís hablar mal de vosotros, alegraos. Porque lo propio de la sal es
morder y escocer a los que llevan una vida de molicie.
Por tanto, estas maledicencias son inevitables y en nada os perjudicarán, antes
serán prueba de vuestra firmeza. Mas si, por temor a ellas, cedéis en la
vehemencia conveniente, peor será vuestro sufrimiento, ya que entonces todos
hablarán mal de vosotros y todos os despreciarán; en esto consiste el ser
pisoteado por la gente (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,15).
2656 Si la regla de conducta del maestro debe ser siempre perseguir al vicio
para corregirlo, es muy conveniente que conozcamos que debemos ser firmes contra
los vicios, pero compasivos con el hombre (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 33 sobre los
Evang. ).
2657 Si no tenemos suficientes fuerzas para contener al que resbala, resbalamos
también nosotros con él (SAN GREGORo MAGNO, Hom. 28 sobre los Evang. ).
Dejarse ayudar para ser fuertes
2658 Mientras somos ovejas vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen
en gran número; pero si nos convertimos en lobos entonces somos vencidos, porque
nos vemos privados de la protección del pastor. Este, en efecto, no pastorea
lobos, sino ovejas, y por esto te abandona y se aparta entonces de ti, porque no
le dejas mostrar su poder (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,33).
2659 Hubiera podido hacer que no tuvierais que sufrir mal alguno ni enfrentaros
como ovejas ante lobos, podía haberos hecho más temibles que leones; pero eso no
era lo conveniente, porque así vosotros hubierais perdido prestigio y Yo la
ocasión de manifestar mi poder. Es lo mismo que decia a Pablo: Te basta mi
gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder. Asi es como Yo he
determinado que fuera. Al decir: Os envio como ovejas, dice implicitamente: "No
desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles" (SAN JUAN
CRISOSTOMO, HOn] sobre S. Mateo,33).
El martirio, supremo acto de esta virtud
2660 ¡Qué espectáculo a los ojos del Señor, cuán sublime, cuán grande, cuán
aceptable a la presencia de Dios, que veia la entrega y la fidelidad de su
soldado al juramento prestado, tal como está escrito en los salmos, en los que
nos amonesta el Espíritu Santo, diciendo: Es vol. ¿osa a los ojos del Señor la
muerte de sus fieles! Es valiosa una muerte semejante, que compra la
inmortalidad al precio de su sangre, que recibe la corona de mano de Dios,
después de haber dado la máxima prueba de fortaleza (SAN CIPRIANO, Carta 10).
2661 Dichosa Iglesia nuestra, a la que Dios se digna honrar con semejante
esplendor, ilustre en nuestro tiempo por la sangre gloriosa de los mártires.
Antes era blanca por las obras de los hermanos; ahora se ha vuelto roja por la
sangre de los mártires. Entre sus flores no faltan ni los lirios ni las rosas
(SAN CIPRIANO, Carta 10).
2662 El martirio es, entre los actos humanos, el más perfecto en su género, como
signo de mayor caridad, puesto que según S. Juan: Nadie tiene mayor amor que
éste de dar la vida por sus amigos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 124, a.
3).
2663 Jesús oraba con mayor intensidad, y sudó como gruesas gotas de sangre. Esta
efusión de sangre de todo su cuerpo no significaba otra cosa que la pasión de
los mártires de toda la Iglesia (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 140).
2664 Los mártires nacen al morir, su fin significa el principio, al matarlos se
les dio la vida, y ahora brillan en el cielo, cuando se pensaba haberlos
suprimido en la tierra (SAN PEDRO CRISOLOGO, Sermón 108).
2665 No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo. Ellos eran apóstoles, yo no soy
más que un condenado a muerte [. . . 1. Pero, si logro sufrir el martirio,
entonces seré liberto de Jesucristo y resucitaré libre con él. Ahora, en medio
de mis cadenas, es cuando aprendo a no desear nada (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA,
Carta a los Romanos,3).
2666 Los mártires, en efecto, sufrieron por dar testimonio [. . . ], su*ieron
como testigos de Dios (SAN AGUSTIN. Trat. sobre la l. a Epístola de S. Juan,2).
2667 El mejor favor que podeis hacerme es dejar que sea inmolado para Dios,
mientras el altar está aún preparado: así, unidos por la caridad en un solo
coro, podréis cantar al Padre por Cristo Jesús, porque Dios se ha dignado hacer
venir al obispo de Siria desde el oriente hasta occidente. ¡Qué hermoso es que
el sol de mi vida se ponga para el mundo y vuelva a salir para Dios! (SAN
IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Romanos,1).
2668 En alguna ocasión me he preguntado qué martirio es mayor: el del que recibe
la muerte por la fe, de manos de los enemigos de Dios; o el del que gasta sus
años trabajando sin otra mira que servir a la Iglesia y a las almas, y envejece
sonriendo, y pasa inadvertido. . . Para mi, el martirio sin espectáculo es más
heroico. . . Ese es el camino tuyo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Via Crucis, p. 66).
2669 Todos los tiempos son de martirio. No se diga que los cristianos no sufren
persecución; no puede fallar la sentencia del Apóstol: Todos los que quieren
vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución (2Tm
3,12). Todos, dice, a nadie excluye,
a nadie exceptuó. Si quieres probar ser cierto ese dicho empieza tú a vivir
piadosamente, y verás cuánta razón tuvo para decirlo (SAN AGUSTIN, Sermón 6).
Santa Maria, fortaleza nuestra
2670 Admira la reciedumbre de Santa Maria: al pie de la Cruz, con el mayor dolor
humano óno hay dolor como su doloró, llena de fortaleza. Y pídele de esa
reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz (J. ESCRIVA DE
BALAGUER, Camino, n. 508).
Citas de la Sagrada Escritura
Yo soy la vid y mi Padre el labrador. Todo sarmiento que en Mi no lleve fruto,
lo cortará; y a todo aquel que diere fruto, lo podará para que dé todavía más
fruto.
Jn 15,1-2.
(Jesús) tuvo hambre; y viendo una higuera junto al camino se acercó a ella, y no
hallando más que hojas, le dijo: nunca jamás nazca fruto de ti. Y la higuera
quedó seca al instante.
Mt 21,18-19.
Cada árbol por su fruto se conoce; no se cogen higos de los espinos, ni de las
zarzas racimos de uvas.
Lc 6,43.
Voy a cantar a mi amado el canto de mi amigo a su viña: Tenía mi amado un viña
en un fértil recuesto. La cavo, la descontó y la plantó de vides selectas.
Edificó en medio de ella una torre, e hizo en ella un lagar, esperando que le
daria uvas, pero le dio agrazones. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones
de Judá, juzgad entre mi y mi viña. ¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no
lo hiciera? ¿Cómo, esperando que diese uvas, dio agrazones?
Is 5,1-5.
Y dijo esta parábola: Tenia uno plantada una higuera en su viña y vino en busca
del fruto y no lo halló. Dijo entonces al viñador: van ya tres años que vengo en
busca del fruto de esta higuera y no lo hallo; córtala; ¿por qué ha de ocupar la
tierra en balde? Le respondió y dijo: Señor, déjala aún por este año que la cave
y la abone, a ver si da fruto para el año que viene. . . ; si no, la cortarás.
Lc 13,6-9.
[. . . ] Si el grano de trigo, después le echado en tierra, no muere, ueda
infecundo; pero si muere, roduce mucho fruto.
Jn 12,24.
[. . . ] Has sido puesto en la balanza y hallado falto de peso
Da 5,27.
[. . . 1 Otras (semillas) cayeton en tierra buena y, creciendo y
desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras
cien.
Mc 4,8.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas,
pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
Mt 7,15-16.
[. . . ] Es semejante el reino de los cielos a uno que sembró en su campo buena
semilla. Pero mientras su gente dormía, vino el enemigo y sembró cizaña entre el
trigo y se fue. Cuando creció la hierba y dio su fruto, entonces apareció la
cizaña.
Mt 13,24-26.
Parábola del grano de mostaza:
Mt 13,31-32.
Es semejante el reino de los cielos al fermento que una mujer toma y lo pone en
tres medidas de harina hasta que todo fermenta.
Mt 13,33.
Como el sarmiento no puede dar fruto si no está unido a la vid, tampoco vosotros
si no permaneciereis en mi. Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que
permanece en mi y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mi no podéis hacer
nada.
Jn 15,4-5.
En esto será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así seréis
discípulos mios.
Jn 15,8.
Dios espera abundantes frutos de nuestra vida
2671 Aprovéchame el tiempo. No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía
algo: echar hojas. Como tú. .
No me digas que tienes excusas. No le valió a la higueraónarra el Evangelistaóno
ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella. Y estéril quedó
para siempre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 354).
2672 Quien da socorros temporales a los que tienen dones espirituales es
cooperador también de estos dones espirituales (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20
sobre los Evang. ).
2673 Estas vírgenes no sólo eran necias porque descuidaron las obras de
misericordia, sino también porque creyeron que encontrarían aceite en donde
inútilmente lo buscaban. Nada más misericordioso que aquellas vírgenes prudentes
que por su caridad fueron aprobadas; sin embargo, no accedieron a la petición de
las necias. De aquí aprendemos que a nadie podrán servirle otras obras que no
sean las propias (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,79).
2674 Dicen las prudentes: No suceda que falte para nosotras y para vosotras,
porque de nada sirve el testimonio ajeno en la presencia de Dios, que ve los
secretos del corazón; y apenas a cada uno le basta el testimonio de su
conciencia (SAN AGusTiN, Sermón 22).
2675 Las lámparas que llevan en las manos (las vírgenes prudentes) son las
buenas obras (SAN AGUSTIN, Sermón 22)
2676 El que tiene, pues, talento, procure no ser perro mudo; quien tiene
abundancia de bienes, no descuide la caridad; el que experiencia de mundo,
dirija a su prójimo; el que es elocuente, interceda ante el rico por el pobre;
porque a cada uno se le contará como talento lo que hiciere, aunque haya sido
por el más pequeño (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).
2677 Asi como hay peligro de que los doctores oculten el talento del Señor,
también los oyentes pueden incurrir en la misma falta cuando se les exijan los
réditos de lo que se les enseñó (SAN GRúGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).
Necesidad de la gracia para dar fruto
2678 No hacemos nuestro apostolado. En ese caso, ¿qué podriamos decir?
Hacemosóporque Dios lo quiere, porque así nos lo ha mandado: id por todo el
mundo y predicad el Evangelio (Mc
16,15)óel apostolado de Cristo. Los
errores son nuestros, los frutos, del Señor (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de
Dios,267).
2679¿Por qué el Señor da el nombre de agua a la gracia del Espíritu? Porque el
agua es condición necesaria para la pervivencia de todas las cosas, porque el
agua es el origen de las plantas y de los seres vivos. . . Y, del mismo modo que
el árbol seco, al recibir el agua germina, así también el alma pecadora, al
recibir del Espíritu Santo el don del arrepentimiento, produce frutos de
santidad (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 16, sobre el Espfritu Santo).
2680 El no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos
hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid; nosotros, separados
de él, no podemos tener vida (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,84).
Hay frutos que tardan en llegar
2681 Que se hagan ricos en buenas obras, dice el Apóstol. Que se hagan ricos en
esto, que siembren en esto. De estas obras hablaba el mismo Apóstol, cuando
decia: No nos cansemos de practicar el bien, que a su tiempo cosecharemos.
Siembren: aún no ven lo que recogerán, pero que tengan fe y sigan sembrando.
¿Acaso el labrador al sembrar, ve ya recogida su mies? (SAN AGUSTIN, Sermón 11,
sobre las bienaventuranzas).
Frutos para Dios
2682 Me veo precisado a deciros que temáis con mucho cuidado por las buenas
obras que hacéis, no sea que por ellas busquéis algún favor o alguna gracia
humana, no sea que se despierte en vosotros el deseo de alabanzas, y lo que
manifestáis al exterior se quede interiormente vacio de retribución (SAN
GREGORIO MAGNO, llom. 12 sobre los Evang. ).
2683 Lo que se hace por Dios, se ofrece a Dios y El lo recibe; lo que se hace
por los hombres, se convierte en aire (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea,
vol.
1P 338).
2684 Vosotros no veis ahora la importancia del bien que hacéis; tampoco el
labriego, al sembrar, tiene delante las mieses; pero confia en la tierra. ¿Por
qué no confías tú en Dios? Un día llegará el dueño de nuestra mies. Imagínate
que nos hallamos ahora en las faenas de la labranza; mas labrarnos para recoger
después, según aquello de la Escritura: Iban andando y lloraban, arrojando sus
simientes; cuando vuelvan, volverán con regocijo, trayendo sus gavillas (Sal
125) (SAN AGUSTIN, Sermón 102).
2685 Y vuestro fruto permanezca. Todo cuanto hacemos en este mundo apenas tiene
duración hasta la muerte; y llegando ésta, arranca el fruto de nuestro trabajo.
Pero cuando trabajamos de cara a la vida eterna, el fruto de nuestro trabajo
permanece. Cuando se ha llegado al conocimiento de las cosas eternas, dejan de
tener importancia los frutos temporales (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 27 sobre los
Evang. ).
2686 Como los árboles buenos no dan fruta venenosa aunque si verde y a veces
agusanada, y en ocasiones se recubren de muérdago y musgo, los grandes santos
nunca cometen pecado mortal, pero pueden producir obras inútiles, sin madurar,
ásperas y mal sazonadas. Hay que confesar que esos árboles son fructíferos, pues
de otro modo no serian buenos, y reconocer que algo de su fruta no es bueno,
pues nadie afirmará que el muérdago y el musgo son fructuosos. ¿Quién entonces
negará que los enfados breves y los pequeños excesos de alegría, de risa, de
vanidad y otras pasioncillas semejantes son movimientos inútiles e ilegitimos?
Sin embargo, el justo los tiene siete veces al día, es decir, muy a menudo (SAN
FRANCISCO DE SALES, Trat. del amor a Dios,10,5).
2687 ¿No adviertes cómo los árboles sin frutos son vigorosos, bellos, esbeltos,
graciosos y sublimes? Pero si nos fuera dado poseer un jardín, de seguro que
preferiríamos ver en el granados y olivos cubiertos de frutos. Los árboles
estériles están en el jardín para recreo, no para utilidad. Y, aunque en cierto
sentido pueden ser útiles, su utilidad es minima. Los que sólo se preocupan de
sus intereses son como estos árboles (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 20 sobre los
Hechos,3-4).