“(…) en el cristianismo primitivo en general, ‘partir el pan’ designa la Eucaristía. En ella nos beneficiamos de la hospitalidad de Dios, que se nos da en Jesucristo crucificado y resucitado. La fracción del pan y el repartir -el acto de atención amorosa por aquel que necesita de mí- es por tanto una dimensión intrínseca de la Eucaristía misma. ‘Caritas‘, la preocupación por el otro, no es un segundo sector del cristianismo junto al culto, sino que está enraizada precisamente en el culto y forma parte de él. En la Eucaristía, en la ‘fracción del pan’, la dimensión horizontal y la vertical están inseparablemente unidas